La triple pirueta de Network

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Perles p8 batería. Desde hace año y medio, la banda ha que- dado estabilizada en seis componentes: tres vio- lines, acordeón, contrabajo y batería.  La formación ha ido variando en núme- ro de violinistas. ¿Es difícil la continuidad? Cuesta encontrar gente que se quiera dedicar realmente a tocar el violín, pero ahora lo hemos conseguido. Y muchas de las violinistas que han pasado por el grupo, no podían compaginar Les Viol ines con sus otras formaciones.  ¿De dónde ha sacado su inspiración Les Violines durante estos diez años? Del reperto- rio de baile de los violinistas de los Pirineos. Siempre ha sido una fuente de inspiración. Toda-  vía lo es, considerándolo como una idea románti- ca, una manera de hacer música cerca de la gente. Queríamos hacer una propuesta basada en la tra- dición y llevarla a los actuales bailes de fiesta ma-  yor, en los que sólo suena lo más comercial. Nos movió el interés por rescatar el violín del olvido,  ya que estaba un poco maltratado. Artur Blasco (El Pont d’Arcalís) nos ayudó mucho, facilitán- donos, por ej emplo, el repertorio de Ferrer de T ui-  xèn. Es algo que siempre le hemos agradecido  ¿Ya no bebéis de la misma fuente? Ahora hemos abierto un poco la mirada. Cada vez tene- mos más composiciones propias, pero nos gusta mucho ir a tercios. Queremos mantener una ter- cera parte de repertorio tradicional catalán, otro tercio de composiciones propias y un tercer blo- que de versiones y curiosidades del extranjero.  nyigu nyigu (Discmedi,2004),vuestro  último disco hasta la fecha, contrasta con los anteriores por su marcado carácter festivo. Está más enfocado al baile de plaza. Seguimos trabajando en esa dirección y en el concierto del Tradicionàrius haremos un pequeño avance. B! l grupo de violinistas femeninas que sor- prendió el panorama  folk catalán está de aniversario. Diez años han pasado ya desde su estreno en el ciclo «Tradicionàrius» y el próximo 3 de febrero la formación volverá al fes- tival del barrio barcelonés de Gràcia para contar- nos cómo le ha ido en este tiempo. El originario cuarteto femenino de violinistas se ha transmu- tado hoy en trío, conformado por Simone Lam- bregts, Anna Colomer –dos de las fundadoras– y Anna Carné, que se enganchó al grupo en o què!? (DiscMedi, 2000). Las tres violinistas actuales suben al escenario perfectamente arropadas por el acordeón, el contrabajo y la batería. La forma- ción ha conseguido, así, reinventarse a sí misma dentro de su singularidad, difundiendo con auda- cia su  folk instrumental. Simone Lambregts, la  violina líder, asegura que han sido diez años en que se lo han pasado «en grande».  ¿Ha sido difícil llegar hasta aquí? Difícil, no. ¡Ha sido muy divertido! Nuestra primer a pro- puesta fue la de crear un ensamble de violinistas, todo chicas. De la base rítmica se hacían cargo los mismos violines. Pensábamos que el público nos pediría más acompañamientos, el apoyo de una banda... Pero la gente respondió de forma muy positiva. Nos aplaudieron mucho la idea.  Pero tanto el grupo como su sonoridad han ido evolucionando. Sobre todo porque vi- mos que el acordeón diatónico tenía un papel im- portante en los conjuntos pirinaicos. Por este motivo lo incorporamos. En nuestro segundo disco teníamos ganas de crecer, de experimentar. T eníamos que darle más caña, porque nos encon- trábamos en plazas con mucha gente y nos fal- taba llegar al público. Comenzamos a colaborar con un contrabajo y una batería. La idea nos en-  ganchó tanto que dejamos la formación así. Du- rante un tiempo también ofrecíamos los dos for- matos: el de violines para lugares más íntimos y el de «gran baile de montaña» con el contrabajo y la E Les Violines Una década de arcos y cuerdas La triple pirueta de Network E l mes pasado Jordi Urp i recordaba el doble recopila- torio the road of the gypsies (1996), editado por Network Me dien, y explicaba la impresión que le ha- bía causado escuchar, a modo de apertura, la nanadel caballo grande de Camarón. Y, tal como leía, yo sentía el mismo estremecimiento que me provocó la primera escucha. Curiosamente, en la edición de octubre Kiko V eneno hacía referencia a otra antología editada por el sello alemán: desertblues (1996). Através de esos dos discos yo entré en Network. Yrecuerdo exactamente có- mo fue: sentada en el sofá, hipnotizada con el mundo que se abría desde los altavoces. Yasí sucedió y sucede en ca- da nueva entrega, pues estos discos se convierten, en el acto, en bandas sonoras: sufi soul (1997) es «el disco» para superar el frío invierno; diasporaof rembetiko (2004), para los llantos sin motivo; island blues (2002), simplemente, para los días de sol y buen humor... Porque como los grandes libros, los recopilatori os de Networ k son más que música: son una época de tu vida, son tiempo. emociones es la celebración de un cumple- años: cinco lustros de, efectivamente, emociones fuertes. Es un disco ¡triple! con una selección de artistas de autén- tico vértigo, interpretando todos ellos temas legenda- rios: Youssou N’Dour canta samaguentguii  y demues- tra como nunca la amplitud de su voz; Adriana V arela se marca el tango malena acompañada por Sexteto Mayor; Ezma Redzepova entona djelem, djelem, el himno gi- tano por excelencia; The Klezmatics aporta su cristalino rumanian fantasy... Yasí ha sta completar cuarenta y siete nombres: Alim Qasimov, Carmen Linares, Miquel Gil, Sambasunda, Batato, Psarantonis, Super Mamo Djombo, Ando Drom... No imagino mejor manera de en- trar en nuestras músicas que esta puerta suave a la escu- cha, pero intensa y arrebatadora. Yal mismo tiempo no imagino mejor regalo para los alumnos aven- tajados porque Network sabe que, para ha- cer un disco accesible, no hace falta renun- ciar ni a la calidad ni al carácter. Sólo me queda una espina clavada, entre tanta belleza: ¡ni un solo músico del mundo árabe! (a excepción de Tartit y de Abaji, aunque su música no sea árabe). Ni Hamza Shakku r ni Julien Weiss (Net  work editó el extraordinario takasim& sufi chants from damaskus, 2001), ni Sonia M’Barek ( takht, 1999), ni Hasna el Becharia ( desertblues 2, 2002), ni Los Músicos del Nilo ( desertblues 1, 1997)... ¡Nada! Ahí queda nuestra petición para los próximos  veinticinco años. ¡Felici dades a Network y a todos los que disfrutamos con sus proyectos! brigittevasallo textobernatferrer · fotocortesíavesc

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8/6/2019 La triple pirueta de Network

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Perfilesp8

batería. Desde hace año y medio, la banda ha que-dado estabilizada en seis componentes: tres vio-lines, acordeón, contrabajo y batería.

 –La formación ha ido variando en núme-ro de violinistas. ¿Es difícil la continuidad?Cuesta encontrar gente que se quiera dedicarrealmente a tocar el violín, pero ahora lo hemosconseguido. Y muchas de las violinistas que hanpasado por el grupo, no podían compaginar LesViolines con sus otras formaciones.

 –¿De dónde ha sacado su inspiración Les

Violines durante estos diez años? Del reperto-rio de baile de los violinistas de los Pirineos.Siempre ha sido una fuente de inspiración. Toda- vía lo es, considerándolo como una idea románti-ca, una manera de hacer música cerca de la gente.Queríamos hacer una propuesta basada en la tra-dición y llevarla a los actuales bailes de fiesta ma- yor, en los que sólo suena lo más comercial. Nosmovió el interés por rescatar el violín del olvido, ya que estaba un poco maltratado. Artur Blasco(El Pont d’Arcalís) nos ayudó mucho, facilitán-donos, por ejemplo, el repertorio de Ferrer de Tui- xèn. Es algo que siempre le hemos agradecido

 –¿Ya no bebéis de la misma fuente? Ahorahemos abierto un poco la mirada. Cada vez tene-mos más composiciones propias, pero nos gustamucho ir a tercios. Queremos mantener una ter-cera parte de repertorio tradicional catalán, otrotercio de composiciones propias y un tercer blo-que de versiones y curiosidades del extranjero.

 –nyigu nyigu (Discmedi, 2004), vuestro último disco hasta la fecha, contrasta con losanteriores por su marcado carácter festivo.Está más enfocado al baile de plaza. Seguimostrabajando en esa dirección y en el concierto delTradicionàrius haremos un pequeño avance. B! 

l grupo de violinistas femeninas que sor-prendió el panorama  folk catalán estáde aniversario. Diez años han pasado ya

desde su estreno en el ciclo «Tradicionàrius» y elpróximo 3 de febrero la formación volverá al fes-tival del barrio barcelonés de Gràcia para contar-nos cómo le ha ido en este tiempo. El originariocuarteto femenino de violinistas se ha transmu-tado hoy en trío, conformado por Simone Lam-bregts, Anna Colomer –dos de las fundadoras– y Anna Carné, que se enganchó al grupo en o què!?

(DiscMedi, 2000). Las tres violinistas actualessuben al escenario perfectamente arropadas por

el acordeón, el contrabajo y la batería. La forma-ción ha conseguido, así, reinventarse a sí mismadentro de su singularidad, difundiendo con auda-cia su  folk instrumental. Simone Lambregts, la violina líder, asegura que han sido diez años enque se lo han pasado «en grande».

 –¿Ha sido difícil llegar hasta aquí? Difícil,no. ¡Ha sido muy divertido! Nuestra primera pro-puesta fue la de crear un ensamble de violinistas,todo chicas. De la base rítmica se hacían cargo losmismos violines. Pensábamos que el público nospediría más acompañamientos, el apoyo de unabanda... Pero la gente respondió de forma muy positiva. Nos aplaudieron mucho la idea.

 –Pero tanto el grupo como su sonoridadhan ido evolucionando. Sobre todo porque vi-mos que el acordeón diatónico tenía un papel im-portante en los conjuntos pirinaicos. Por estemotivo lo incorporamos. En nuestro segundodisco teníamos ganas de crecer, de experimentar.Teníamos que darle más caña, porque nos encon-trábamos en plazas con mucha gente y nos fal-taba llegar al público. Comenzamos a colaborarcon un contrabajo y una batería. La idea nos en- ganchó tanto que dejamos la formación así. Du-rante un tiempo también ofrecíamos los dos for-matos: el de violines para lugares más íntimos y elde «gran baile de montaña» con el contrabajo y la

E

Les Violines

Una década de arcos y cuerdas

La triple pirueta de Network

El mes pasado Jordi Urpi recordaba el doble recopila-torio the road of the gypsies (1996), editado

por Network Medien, y explicaba la impresión que le ha-bía causado escuchar, a modo de apertura, la nanadel

caballo grande de Camarón. Y, tal como leía, yo sentíael mismo estremecimiento que me provocó la primeraescucha. Curiosamente, en la edición de octubre KikoVeneno hacía referencia a otra antología editada por elsello alemán: desertblues (1996). Através de esos dosdiscos yo entré en Network. Yrecuerdo exactamente có-mo fue: sentada en el sofá, hipnotizada con el mundo quese abría desde los altavoces. Yasí sucedió y sucede en ca-da nueva entrega, pues estos discos se convierten, en elacto, en bandas sonoras: sufi soul (1997) es «el disco»para superar el frío invierno;diasporaof rembetiko

(2004), para los llantos sin motivo; island blues (2002),simplemente, para los días de sol y buen humor...

Porque como los grandes libros, los recopilatorios deNetwork son más que música: son una época de tu vida,son tiempo. emocioneses la celebración de un cumple-años: cinco lustros de, efectivamente, emociones fuertes.Es un disco ¡triple! con una selección de artistas de autén-tico vértigo, interpretando todos ellos temas legenda-rios: Youssou N’Dour canta samaguentguii y demues-tra como nunca la amplitud de su voz; Adriana Varela semarca el tango malena acompañada por Sexteto Mayor;Ezma Redzepova entona djelem, djelem, el himno gi-tano por excelencia; The Klezmatics aporta su cristalinorumanian fantasy... Yasí hasta completar cuarenta y siete nombres: Alim Qasimov, Carmen Linares, MiquelGil, Sambasunda, Batato, Psarantonis, Super MamoDjombo, Ando Drom... No imagino mejor manera de en-trar en nuestras músicas que esta puerta suave a la escu-cha, pero intensa y arrebatadora. Yal mismo tiempo no

imagino mejor regalo para los alumnos aven-tajados porque Network sabe que, para ha-cer un disco accesible, no hace falta renun-ciar ni a la calidad ni al carácter.

Sólo me queda una espina clavada,entre tanta belleza: ¡ni un solo músico delmundo árabe! (a excepción de Tartit y deAbaji, aunque su música no sea árabe).Ni Hamza Shakkur ni Julien Weiss (Net work editó el extraordinario takasim & sufi

chants from damaskus, 2001), ni Sonia M’Barek( takht, 1999), ni Hasna el Becharia ( desertblues 2,2002), ni Los Músicos del Nilo ( desertblues 1, 1997)...¡Nada! Ahí queda nuestra petición para los próximos veinticinco años. ¡Felicidades a Network y a todos los quedisfrutamos con sus proyectos! brigitte vasallo

texto bernatferrer · fotocortesíavesc