Galaxia express

36

description

Una galaxia hecha con velocidad y urgencia. Conjunto de estrellas, nubes de gas, planetas, polvo cósmico, materia oscura y quizá energía oscura, unido gravitatoriamente. Se especula que la materia oscura constituye el 90 % de la masa en la mayoría de las galaxias, averigüe.

Transcript of Galaxia express

2

3

Galaxia express

Timo Berger

Sara Uribe

Rocío Cerón

Paula Abramo

Óscar De Pablo

Nadia Escalante

Maricela Guerrero

Luis Felipe Fabre

Luis Alberto Arellano

Alejandro Albarrán

4

5

Una galaxia hecha con velocidad y urgencia.

Conjunto de estrellas, nubes de gas, planetas, polvo cósmico, materia oscura y quizá energía oscura, unido gravitatoriamente. Se especula que la materia oscura constituye el 90 % de la masa en la mayoría de las galaxias, averigüe.

6

7

Und dann seh ich meine Hände

die immer mehr aussehn

wie die Hände meiner Großmama

die hatte Rheuma und lernte Russisch

aus dem Buch, lag monatelang

in Baden-Baden in der Reha

Katharina, ich liebte es in dem Haus

(das schon längst verkauft ist,

und von der Hälfte des Geldes

meine Eltern ein eigenes …),

ins Dachgeschoss zu steigen

da wohnte schon lange niemand mehr

aber Sombreros aus Mexiko

hingen noch an der Wand

Bücher auf Spanisch

und die Star Wars Figuren

meines Cousins, vielleicht auch

das ein oder andere Kleiderstück

meiner Cousine, in die ich vielleicht

8

verschossen war; wenn man

stattdessen die Treppe nach unten

nahm, stand man im Keller

mit den Gsälz aus dem Garten;

da gab es Stachelbeeren, weiße,

rote und schwarze Träubles, Äpfelfragen,

Birnen und Quittenfelle, und die Gewissheit,

das all das in ein Weckglas passte.

und dann wieder du, Katharina,

in der Mitte, zwischen Keller und

Bühne, auf den Stock gestützt

zitternd, mit Wiener Akzent

das Gesicht, das aufging wie die Sonne

ich hab Kuchen gebacken

für Euch, Puderzucker auf Zitrone gestreut,

wir krachten auf die Hocker in deiner

Küche, es war so eng, so scheißgemütlich.

9

Y observo entonces mis manos

que cada día más se parecen

a las manos de mi abuela

que tenía reumas y aprendía el ruso

de su libro, que yació en Baden-Baden,

varios meses, en la rehabilitación.

Katharina, yo amaba cuando estaba en casa,

(que fue vendida ya hace tiempo

y de la mitad del dinero

mis padres compraron su propia...)

encaramarme al ático

donde ya nadie vivía

pero algunos sombreros de México

aún colgaban en sus muros

libros en español

y de mi primo unas figuras

de Star Wars, quizá también

algo de ropa infantil

de mi prima, de quien quizás

estaba enamorado; cuando al contrario,

uno descendía por la escalera,

10

se encontraba en el sótano

con mermelada del jardín;

había grosellas, uvas de color

blanco, rojo y negro, preguntas

de manzana y pieles,

de membrillos, y la seguridad

de que en un frasco de conservas cabía todo.

Y luego tú de nuevo, Katarina,

en el medio, entre sótano

y desván, apoyada en el piso

temblorosa, el rostro con acento

de Viena, que se alzaba como el sol

he cocinado un pastel

para ustedes, espolvorée el azúcar glas

sobre limones, en tu cocina crujimos

en taburetes, era estrecho y cómodo de a madres.

Timo Berger, http://timoberger.blogspot.de/, Stuttgart, Alemania, 1974,

cofundador de Latinale, Festival itinerante de poesía latinoamericano.

AmérikaNOAmérika, Bonobos, 2012 y A cien cuadras del centro y otros poemas,

Germinal, San José, Costa Rica, 2012.

Daniel Bencomo, traductor, http://cactusverbal.blogspot.mx/, San Luis

Potosí, 1980, Lugar de Residencia, Fondo Editorial Tierra Adentro, Ciudad

de México, 2010, Morder la piedra, Mantis Editores, Guadalajara, 2009.

11

Los incendios

no los destruyen.

Los incendios

: alambre entretejido

en forma de rombo

: torcido

: helicoidal

: delimitación de predios y cercos

: protección de perímetros

no los destruyen

: olvídese de poner los horribles vidrios rotos

pegados con cemento en su barda

no los destruyen

: el vidrio no funciona tan bien

como una fila de estiletes

1 Producido a partir de la apropiación y curaduría de fragmentos de publicidad de empresas dedicadas a la venta de malla ciclónica y otros productos utilizados para cercar todo tipo de terrenos e inmuebles.

12

no los destruyen

: olvídese de otros sistemas de cielos y muros falsos

: al principio y al final de cada cercado

: en dos hilos y doble púa

: olvídese.

Los incendios no los destruyen.

Sara Uribe, @RaraUribe, Querétaro, Querétaro, 1978. Lo que no imaginas,

Conarte, 2005; Antígona González, Sur+, 2012 y Siam, Fondo Editorial Tierra

Adentro, 2012.

13

I.

No es. No. La gravedad que mata. La intención que acalla. La

ascensión y el oro dentro de Catedral. No es el proverbio. La

entonación del canto. El gallo. La insólita gota que perdura

en capelo. No. Brilla la boca, roja, Carmen de cármenes. El

rayo que sale entre sí es lo que exige la piedra.

Se levanta también él. Bálsamo de Ferabrás entre sus

manos.

II

Carmenta. Luz de sílbido, madera en corte de estaca o pluma

salvaje que hiende sobre costado. Carmenta. Escalofrío en la

nuca, padecimiento de estancia en terraza nórdica. Sobre las

aguas no había ya huesos, los lobos habían enmudecido a los

corderos. Cuerpo celeste donde sobrevive el nombre del hijo.

Pisada ligera de las que tuvieron nombre en el verano. Árboles

de hojas firmes y frutos breves. Su piel era una montaña, su

sangre, espesa. Los nudillos tocaban las puertas de los mudos.

Carmenta. Espejo acuoso frente a diamante negro. La herida

sobrevive a toda cura. Taza humeante de ruibarbo. Sobre el

mármol helado de la habitación plumas, ave hembra enunciada en

rastros. C a r m e n t a.

14

III

Manto multicolor sobre cuerpo tendido. Escarcha de sudor y

vino. Entre las pisadas ligeras del verano una reliquia de

santo. Aurora boreal bajo el brazo. Espejismo del desierto en

tierra nevada. Conocido territorio de la infancia.

Come trufas silvestres hasta perder el sentido.

Celebración de plegarias,

rezo para los ciervos.

Aerostático sobre línea metálica hasta alcanzar un punto

de e s a distancia.

Rocío Cerón, http://www.rocioceron.com/, Ciudad de México, 1972. Diorama,

UANL/Tabasco 189, 2012; Tiento, UANL, 2010; Imperio/Empire, edición

interdisciplinaria y bilingüe, Conaculta, México 2009.

15

la palabra alegría no dice

salto al centro del charco sol abierto

no dice inmersión matutina en tu iris

flores de jacaranda arriba y abajo no dice

mira ahí está el mar no hunde los pies

en la arena cada tanto

no sabe al primer sorbo del café de cada día

la palabra dolor

tendría

que prohibirse

quien escribe dolor se obliga

a aclarar

dónde y cuándo y por qué y si irradia

punza corta hiede o raspa por adentro o por

afuera

o ambas

o si desemboca por ejemplo en unas ganas locas

de

/romperse

todo contra un muro

o en discreta náusea

o en el absoluto pasmo del reptil que siente al

gato

16

de lo contrario

es caligráfico desagüe de la culpa

fácil justificación del verso

en cambio

la palabra cerillo

algo tiene de breve y fricativa

dos o tres dedos que se unen la palabra

fósforo

algo dice de incendio pequeñito

pero ninguna de las dos explica verbi gratia que:

In principio creavit deus caelum

et terram.

Terra autem

erat

inanis.

Dixitque deus:

Produtos tradicionais da Companhia Fiat Lux

de fósforos de segurança,

há mais de vinte anos fabricando

e distribuindo

fósforos

em todo

o Brasil.

Dixit quoque deus:

Por la niña, la mitad: salario del menor,

menor salario,

y en una de esas, si persevera

y paga

un cursito de dos años

se convierte en aprendiz de fosforera.

No cualquiera.

17

Dixit vero deus:

Marca Olho,

Pinheiro

e Beija-flor.

Refratários à humidade

do nosso clima

traiçoeiro.

Tum ait:

Además

no habla

portugués,

y el país del que viene

quién sabe

si existió alguna vez.

Dixit quoque:

Confie na mais alta

qualidade

da indústria suíça.

Atque dixit:

¿Fosfonecrosis?

Tonterías.

Antimonio,

clorato de potasio

y alotropías

rubicundas

del elemento

más fundamental.

Su hija sólo va a moler

un poco

de cristal.

Ait etiam:

Palitos de embaúba,

vários portes.

18

Caixinhas com belos

desenhos

colecionáveis.

Dixit vero:

De ocho a seis.

que traiga su comida.

o dinero.

Dixitque deus:

Fiat Lux:

pensando sempre

nas nossas meigas

e faceiras

donas de casa

brasileiras.

Paula Abramo, @paulicantropa, Ciudad de México, 1980. Fiat Lux, Fondo

Editorial Tierra Adentro, 2012. Tradujo El Ateneo de Raúl Pompéia y Poema

sucio de Ferreira Gullar entre otros.

19

Ser Xipe Tótec, ser Sus sacerdotes. Para sus sacerdotes la epidermis

es un mal necesario. Por su miedo a la muerte, por su mala suerte, para sus sacerdotes, las palabras

son excrecencias, granos, manchas inevitables del poema. Llaman a desollarlo a desollarte a ti mismo por las buenas, desollar los poemas. Llaman desarrollar a desollar. Ser Xipe Tótec, ser

su certeza y sentido, sin corteza de tacto y de sonido. Tener tacto en el verbo está prohibido. Sacerdotes de Apolo, yo qué sé, quieren hacerte

Marcias, quieren hacerte San Bartolomé. Vergonzantes y gordos, sordos sus sacerdotes sortean todo lo sucio y lo desoyen. Quieren que se desuellen los jóvenes, los files. Quieren vestir sus pieles. Los sacerdotes

viejos, arrugados, vestir sus pieles jóvenes y firmes, y te mandan que firmes, dicen que es lo sensato, que firmemos el trato

y que queramos ser sus servilletas rotas. Su retrato. Sus brotes. Ser Xipe Tótec, ser sus sacerdotes.

20

Sé que es Micltantecutli quien me arrastra, sé que es él quien me arresta

y, con la toga puesta, él mismo ahora me levanta el acta. Una cárcel compacta, el Reclusorio Oriente

se muestra de repente como el círculo interno de otra cárcel mayor: El barrio es el infierno. Pero

peor. Laberinto de feria, el oriente es de polvo y de miseria: Laberinto estratégico, el círculo interior

de la Ciudad de México es su mitad oriente. Un círculo tras otro donde nada se siente, dentro de otro más ancho. Un preso lleva el rancho

en tambos de pintura. Es el círculo interno de

nuestra cultura. Cultura del infiero. Miclanteculti reina en este emporio, pues dentro del país está

el oriente y dentro del oriente el Reclusorio. En círculos concéntricos de aspiraciones rotas, en círculos

concéntricos de cemento y de odio, con uniforme y botas de custodio, no sufre, no se alegra. Botas y ropa negra.

Sin levantar la voz, cumple de todos modos. Allí Micltantecutli nos espera a todos.

Óscar De Pablo, @OdePablo, Ciudad de México, 1979. Sonata para manos

sucias, UACM, 2006 y Debiste haber contado otras historias, Fondo Editorial

Tierra Adentro, 2006, El baile de las condiciones, Conaculta, 2011 y Dioses

del México antiguo, Mantarraya, 2012.

21

La mesa y nosotros a la luz de la vela; el olor del aceite

hacia las paredes como una ola. En la cocina del restaurante,

conversación de cuchillos que hacen tiras de carne y verdura –

retacería de vidas pasadas, antes cuerpecitos autónomos–

todavía sanguinolenta y pintada de tierra con pequeños tumores

donde la vida empujaba por nuevos brazos. Pero se lavan y la

sangre y la tierra desaparecen en círculos sobre el lavabo

metálico. Tan limpio es el metal de los cuchillos y los

tenedores con que nos llevamos a la boca trozos de peces de

aluminio pulcro, revolcados en harina como en una infantil

escaramuza sobre el lodo, y las papas que se hincharon bajo la

tierra: nadie quiso sus frutos ni sus ramas ni sus flores.

Nadie quiso de los peces los saltos submarinos o el espasmo

sobre la arena o sobre la cubierta del barco. Lo verdadero

crece desde las profundidades, y ramas y saltos y flores y su

menearse con el viento no sirve a nadie, como las hojas del

rábano y las cáscaras del huevo. Tampoco precisa la memoria de

las hojas ni los tallos, sólo del bulbo que guarda toda

posibilidad adentro de lo oscuro. “¿Cuál es tu recuerdo más

antiguo?” Y la cabeza es más rápida en moverse o las entrañas

que tienden hipotéticos pies en una estampida hacia una escena

irrecuperable. Pero tengo una memoria excelente y me sé las

líneas generales de cualquier historia que haya pasado por mi

cuerpo. “Recuerdo que tenía dos años. Mi madre me bañaba y me

di cuenta de que yo no era ella. Y tú, ¿qué recuerdas?” “Una

22

imagen borrosa y oscura de mi padre, a veces, amenazante, el

sentimiento de su proximidad, y, cuando no lo tenía cerca, la

certeza de saber con exactitud en qué lugar de la casa se

encontraba.”

La infancia encierra correspondencias irrepetibles,

ritmos de pasos y el rebote de la mirada sobre el pavimento y

las banquetas. Nunca las carreras y caídas vuelven a ser tan

obedientes a la tierra, ni las piernas tan flexibles en su

imantación por el suelo que se conquista a cada paso. Luego

son las manos, de adultos, las que nos imantan a la tierra, y

las entrañas temerosas las que terminan por resentir más una

caída que una rodilla raspada –sangre bicolor hecha lodo con

el polvo–, pero también esas manos se entrelazan, y las

miradas, de otra forma que tiene que ver con otras

desconcertantes atracciones gravitacionales. Pero la memoria

deja de ser necesaria mientras comemos, la receta olvidada

mientras crujen las papas y el pescado sin huesos. Es un plato

muy sencillo, inmediato y transparente: su cubierta, un

disfraz muy ingenuo. “¿Cómo habrá sido este pez antes de ser

pescado? ¿Qué luminoso recuerdo tiene de su muerte por aire?”

Pero nuestras infancias en otras ciudades, otras formas de

nombrar las mismas cosas visibles o invisibles, presentes o

desaparecidas, aunque tú te sigues llamando como te has

llamado siempre.

Todo ha de trozarse –menos nuestro tiempo que es sin

cuerpo ni raíces, mar que todo lo revuelve en olas y quietud y

abismo y espuma, una presencia inabarcable, no hay principio

ni hondura última en el pozo desde donde toda el agua brota–

incluso los nombres, mezcla del sonido metálico de los

cubiertos y el cristal de las botellas de cerveza, y tu

sonrisa de ojos grises también se llena y se vacía, se

escinde, y tus palabras se fraccionan, y otras, las otras, las

mías, se trozan hacia otra suerte de alimento, y me invitas de

23

tu plato, y yo de mi cerveza, un poco más amarga que la tuya,

y mientras masticamos pienso en cómo has de parecerte a tu

padre, como siempre dices, aunque no eres para mí en absoluto

una imagen borrosa, oscura, amenazante, es sólo que aquí estás

y el sentimiento de tu clara cercanía es también una certeza.

Nadia Escalante, @nadia_nadiae, Mérida, Yucatán, 1982, Adentro no se abre

el silencio, Fondo Editorial Tierra Adentro, Colección La Ceibita, 2010.

24

Esto no es una casa

es una orilla

pespunteos alrededor de un desfiladero de renuncias y

manchas en la pared:

va más allá de la radiografía: aprendimos a construir

verdades a través de las palabras

y nos quedaron radiantes: musicales y hermosas.

Ahí viene el lobo:

injurias y palabras-ladrillo-espuma de rabia:

la ira

más allá de las elucubraciones

esto es una construcción y una herida

mientras que el lobo:

bosques, mudanzas y persecuciones.

Aparece.

25

Entre el cielo y la tierra,

millones de casas de interés social que no interesan a

nadie se construyeron en páramos que se incendian:

maizales

arrozales

algodonales vueltos zurcos.

Orillas y renuncias: huecos:

—casas arrodilladas—

—casas cabizbajas—

—casas apachurradas, agachadas—

—casas duelen como muñones y miembros fantasma--

cuatrocientos millones de viviendas a la intemperie:

cuatrocientas millones de heridas supurando:

cuatrocientas preguntas

entre el cielo y la tierra

mientras que el lobo

aparece y desaparece.

Maricela Guerrero, @papelcontante, Ciudad de México, 1977. .Peceras, Filo

de Caballos, 2013, Kilimanjaro, Mano Santa, 2011, Se llaman nebulosas,

Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010 y Desde las ramas una guacamaya,

Bonobos-CONACULTA, 2006.

26

Una chica desaparece en circunstancias misteriosas: otra

chica desaparece y luego

otra

y otra y otra y otra y otra y otra: no

hay motivos de alarma, explica

el jefe de la policía: según las estadísticas,

es normal que en México algunas chicas desaparezcan. Pero

una noche, un cuello, un alarido, unos colmillos ensangrentados:

hubo testigos:

¡las chicas han vuelto!:

una linterna que se enciende en medio de la oscuridad

sólo para iluminar el terror: una estampida de murciélagos:

¡las chicas han vuelto!:

rosas dentadas, tarántulas de terciopelo, rojas bocas del infierno:

son las mujeres vampiro

que del crimen, la muerte y el olvido han vuelto

como el karma, como

los remordimientos han vuelto, sedientas

de sangre y de venganza.

Las chicas han vuelto: una película de Luis Felipe Fabre.

Las chicas han vuelto: próximamente en cines.

27

Una trágica historia de amor: dos amantes

que la muerte separa:

una dama fantasma, un poeta desesperado.

Un misterio:

un poema sobre una trágica historia de amor

que encierra las claves de un secreto esotérico:

imágenes que se despliegan ante el lector como las cartas

de un tarot desconocido

ante una adivina atónita:

“El sol negro”, “La torre abolida”, “El laúd constelado”,

“La noche de la tumba”, “El llanto de la santa”: ¿cómo

descifrar

esa baraja espeluznante?

Muchos lo han intentado, nadie

lo ha conseguido… Hasta ahora…

Del célebre autor de Las Quimeras, el alucinado poeta

que a mediados del siglo xix paseaba una langosta por las

calles de París,

el inigualable Gérard de Nerval,

28

Orpheus Productions trae a la gran pantalla

su más enigmático poema:

El Desdichado.

Una amada espectral metaforizada como un astro inerte:

Helena Bonham.

Una sirena que retoza en una gruta simbolista: Julianne

Moore.

Una reina cuyo beso enciende auroras: Glenn Close.

Y

Johnny Depp

como el tenebroso príncipe de Aquitania: el desconsolado,

el viudo.

¡Amor, intriga, ocultismo, crimen, sexo, acción y poesía!

¿Qué significa

“La parra donde se alía el pámpano a la rosa”?

¿Qué peligroso conocimiento cabalístico resguarda ese

verso?

¿Un tratado de alquimia? ¿Una profecía milenaria?

¿El legado de los rosacruces? ¿La contraseña

del infierno?

Descúbralo

en

El Desdichado:

una película romántica y un thriller hermenéutico.

29

Atrévase a escuchar “los clamores del hada”.

Atrévase a mirar “el negro sol de la melancolía”.

*

Selección Oficial / Festival de Cannes

Selección Oficial / Festival de Berlín

Selección Oficial / Festival de Venecia

Selección Oficial / Festival de Sundance

Premio del Público / Festival de Guadalajara

Luis Felipe Fabre, @LuisFelipeFabre, Ciudad de México, 1974. La sodomía en

la Nueva España, Pretextos, 2011; y Poemas de terror y de misterio,

Almadía, 2013. Escribió los ensayos de Leyendo agujeros, Fondo Editorial

Tierra Adentro, 2005; Antologó La edad de oro, UNAM, 2012.

30

Mayakovsky recuerda la infancia:

camina por el bosque;

su padre, el guardabosque, lo guía.

Niebla. Los límites, confusos,

Vladimiro tropieza.

El rocío, su padre y la bruma lo mismo,

lo sujetan de la mano; avanzan.

El brazo de su padre tropieza con una rama.

Escaramujo.

Ésta al rostro de Vlady,

puntas encajan en su mejilla rosada.

Todos los rusos en la niebla,

la edad,

tienen mejillas rosadas.

Sin decir nada, saca las púas de madera. Sangra.

Vladimiro nació en Georgia,

vivió en Bagdati.

Un edificio de dos pisos durante su primera infancia.

Piso inferior hacían vino.

Llegaban los mujiks,

así llamaban los rusos a la niebla (sangrante la mejilla

rosada),

también a los campesinos,

31

en oposición al proletariado, que llamaban Tovarich,

llegaban mujiks jalando carretas llenas de uvas.

Pisaban uvas.

Vladimiro comía, estrujadas.

Las bebía.

Vladimiro recuerda, la niebla,

olor del mosto fermentando a sus anchas

las vasijas de vidrio cubiertas por paja.

Vladimiro estudió primeras letras con su madre.

Madre enseñaba lo que debía saber un ruso.

Mejillas sangrantes por mundo que lo rodeaba.

Vladimiro aprendió sin emoción.

Mayakovsky odiaba la aritmética.

Para qué sumar si lo que sumaba eran peras, manzanas.

Las peras y manzanas eran grandes y olorosas.

Se daban y se pedían sin trámite.

Crecían en árboles del patio.

Suma y resta, pérdidas de tiempo.

Vladimiro memorizaba poemas de bosques, fauna silvestre:

alma rusa.

Su padre pedía, antes de morir, que dijera poemas en

festividades.

Padre, mujik, orgulloso de niño/loro.

Lágrimas.

Vladimiro no.

(GRANDES ATLETAS NEGROS)

Luis Alberto Arellano, @eleiarellano, Querétaro,1976. Plexo, Fondo

Editorial Tierra Adentro, 2010 y Bonzo, Quirófano ediciones, 2012. Tradujo

Todo alrededor de lo que se vacía, de Linh Dinh, Mantis editores, 2012; y

Una probada de miel, de Bob Flanagan y David Trinidad, para Kodama

Cartonera, 2013.

32

Dices que insistir en esto es un error.

Siempre lo dices. Entendimos que comer el mismo error,

que comer, que cometer el mismo error, que insistir, que

acometer en la monotonía del error, era lo nuestro, hacerlo un

hábito, habitar el error, despertar en la mañana y lavarnos la

cara, ir a la cocina, dormir, convivir con el error, con ese

mismo error diario, imperceptible. Comer nuestro arroz, con el

error, comer el error, ingerirlo, digerirlo, hacerlo nuestro,

defecarlo. Cuando desafines, hazlo dos veces: vas a estar

cantando. Cuando tropieces, hazlo dos veces: vas a estar

bailando. Cuando te digo que te vayas lo repito varias veces

porque siempre quiero que te quedes. Insistir en esto, dices,

es un error, y yo insisto en el error, lo repito, hasta que

pierda sentido, hasta que tenga uno nuevo, reluciente como tus

zapatos negros, un motivo, un leitmotiv, hacerlo estilo,

hacerlo un gesto, hacerlo nuestro: hacer el error lo nuestro.

33

No me gusta lo fundamental. No me gustan, por ejemplo, las

personas con gorrito. ¿Te gustan los gorritos? Una amiga me

dijo, de un tipo con el que salía, que su gorrito le daba

mucha personalidad. Si me pongo un parche en el ojo, ¿sales

conmigo? Me gustaría llenar la ciudad de mantas negras. Tapar

edificios enteros con mantas negras. Tapar a políticos enteros

con mantas negras. Agregarle misterio al misterio que le

falta. Volver el día una funda. Comprarme un gorrito. Comprar

cien gorritos. Comprar cien mil gorritos. ¿Crees que le

vendría bien a nuestra relación, llegados a este punto y dadas

las circunstancias, un gorrito? También podríamos ponerle un

parche. Agregarle misterio al misterio que le falta. O

llenarla toda de palomas: quitarle la funda, quitarle lo

mental.

Alejandro Albarrán, @TPLimitrofe, Ciudad de México, 1985. Ruido, Bonobos,

2012. Conduce La Rara radio en Nofmradio.

34

35

When I was young Timo Berger

Malla ciclón Sara Uribe

Somos un punto de esa distancia Rocío Cerón

En memoria de Anna Stefania Lauff, fosforera Paula Abramo

Xipe Tótec Mictlantecutli

Óscar De Pablo Fish & chips

Nadia Escalante Lo que no es Casa en la orilla

Maricela Guerrero Trailer 1 Trailer 2

Luis Felipe Fabre Lo que un hombre debe aullar antes de lanzarse al vacío

Luis Alberto Arellano Dices que insistir en esto es un error No me gusta lo fundamental. No me gustan, por ejemplo

Alejandro Albarrán

36