Pensar La Historia

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  • Aunque en otras civilizaciones y en otras historiografas se lepueden encontrar equivalentes, la dupla antiguo/moderno est vin-culada a la historia con Occidente. Del siglo V al XIX, marca unaoposicin cultural que a fines de la Edad Media y en los tiemposdel iluminismo salta al primer plano de la escena intelectual. Amediados del siglo XIX se transforma con la aparicin del con-cepto de modernidad, reaccin ambigua de la cultura contra laagresin del mundo industrial. En la segunda mitad del siglo XXse generaliza en Occidente mientras se introduce tambin en otraspartes, especialmente en el Tercer Mundo, gracias a la idea demodernizacin, nacida al contacto con Occidente.

    La oposicin antiguo/moderno se desarroll en un contextoequvoco y complejo. En primer lugar porque los dos trminos ylos conceptos correspondientes no siempre se opusieron uno aotro: antiguo pudo ser sustituido por tradicional, moderno,por reciente o

  • Occidente, la de los eruditos y despus la de los universitarios,subdividi a la historia en tres pocas: antigua, medieval y moder-na (neuere en alemn), cada objetivo suele remitir a un perodocronolgico, y moderno se opone ms a medieval que aantiguo. Por ltimo, este esquema de lectura del pasado nosiempre corresponde a lo que los mismos hombres del pasadopensaban. Stefan Swiezawski, a propsito del esquema va anti-gua-va moderna que domina el anlisis de los historiadores delpensamiento de fines de la Edad Media desde el siglo XIX, obser-va que este modelo no es utilizable por la historiografa doctrinalde esta poca sin muchas reservas Yrestricciones, Yaade: Esteesquema no es general ni en el tiempo ni en el espacio; el concep-to de progreso y de vitalidad entonces vigente no siempre coincidecon lo que en esa poca se considera nuevo, Yla dupla de concep-tos "moderno-antiguo" comporta desde entonces ambigedadesque dejan perplejo al historiador [en Miscel/anea medievalia, n9, pgs. 492-93].

    Por ltimo, la modernidad puede camutlarse o expresarse conlos colores del pasado, entre otros de la antigedad. Es lo propiode los resurgimientos, Y especialmente del Renacimiento delsiglo XVI.

    El problema principal de la dupla antiguo/moderno residesobre todo en el segundo trmino. Si antiguo complica el juegoporque se ha especializado en la referencia a la antigedad, el tr-mino moderno domina la situacin en la dupla. Lo que se poneen juego en la oposicin antiguo/moderno es la actitud de los indi-viduos, de las sociedades, de las pocas respecto del pasado, de supasado. En las sociedades llamadas tradicionales la antigedad esun valor seguro, los ancianos dominan, viejos depositarios- de lamemoria colectiva, garantes de la autenticidad y de la propiedad.Estas sociedades se vuelven hacia los consejos de ancianos, lossenadores, la gerontocracia. Entre los aladianos de la Costa deMarfil antes de la colonizacin, el jefe supremo de lafratra era elnanan, el ms anciano de la clase de edad ms anciana, y los aku-beote, jefes de aldea, probablemente fueran designados automti-camente sobre la base de un criterio de edad. En la Edad Media,en los pases de derecho consuetudinario, la antigedad de underecho atestiguado por los miembros ms ancianos de una comu-nidad era un argumento jurdico decisivo. Sin embargo, no hayque creer que en las sociedades antiguas O arcaicas no hubieratambin un aspecto negativo de la edad, de la antigedad. Junto al

    respett~ p~r .Ia vejez e~t t:1 desprecio por la decrepitud. Se hahecho.JustlcIa con la etImologa equivocada que acercaba la pala-bra gne?a yp

  • Aun cuando lo esencial se juega del lado de moderno, elcontenido histrico conquistado por antiguo en el mundo de lacultura occidental tuvo mucho peso en la lucha que llev a laemergencia de nuevos valores modernos.

    Claro que como moderno pudo tener el sentido neutral dereciente, antiguo pudo tener el neutral de perteneciente alpasado, o bien remitir a un perodo diferenciado de la antigedadgrecorromana, perodo alternativamente sublimado o devaluado.

    As, la Edad Media y el Renacimiento hablarn de antiguaserpiente refirindose al Diablo y de antigua madre refi~indo-se a la Tierra en un sentido aparentemente neutral, que remIte sen-cillamente a los orgenes de la humanidad, pero con una cargapeyorativa en el primer caso, dado que la antigedad del Malignono hace sino reforzar su malignidad y su nocividad, otorgando porel contrario a la antigedad de la Tierra mayores virtudes.

    Para el cristianismo Antiguo Testamento, ley antigua(donde antiguo-a se opone a nuevo-ay no a moderno-a) se explicapor la anterioridad del Antiguo Testamento respecto del Nuevo,pero contiene una carga ambivalente. A primera vista, dado que lanueva ley Sl}stituy a la antigua y la caridad (caritas, ~mor: sus-tituy a la justicia, a la que supera, la antigua ley es mfenor a lanueva, pero est ornada tambin por el prestigio de la antige-dad y de los orgenes. Los gigantes del Antiguo Testamento supe-ran a los hombres del Nuevo, aun cuando stos no se rebajan ,a laestatura de enanos, como hace en el siglo XII un nuevo 't1t0S,cuya paternidad atribuye Juan de Salisbury a Bernardo, maestro .de la escuela de Chartres (nos sumus sicut nanus positus superhumeros gigantis [vase Klibansky, 1936]) y que un vitral delsiglo XIII de la catedral de Chartres ilustrar colocando a lospequeos evangelistas sobre los hombros de los grandes profetas.

    En la misma poca en que antiguo designa definitivamentela antigedad grecorromana y se carga de todos los valores queinvisten en l los hombres del Renacimiento, los humanistas lla-man escritura antigua a la escritura de los siglos X YXI, llama-da carolingia. Salutati, por ejemplo, trata de conseguir manuscri-tos de Abelardo en escritura antigua. Y segn Robert Estienne, enel siglo XVI, a l' antique en francs es peyorativo, porque se refie-re a la antigedad ruda, esto es a la antigedad gtica, a la EdadMedia.

    E~ lneas generales, sin embargo, a partir del Renacimiento yes?eclal~ente en Ita!ia, el trmino antiguo remite a una pocalejana, ejemplar, y sm embargo superada. El Grande dizionariodella /ingua italiana pone en la entrada Antiguo las significati-v.as,citas de Petrarca: Vert contra furore / prendera l' arme, e.fia / combatter corto, / ch l' antiquo va/ore/ ne /' italici cor none a~cor morto. (La virtud contra el furor / tomar las armas yhara corto el combate / porque el antiguo valor / no muri todavaen los corazones itlicos); de Ariosto: Oh gran honta de' cava-llieri a.ntiq~i! (Oh gran bondad de los caballeros antiguos!); deVassan: E di hellissima architettura in tutte /e parti, per avereassai imitato 1'antico (Su arquitectura es hermosa en todas suspartes, porque imita lo antiRuo); de Leopardi: Quella dignitac~e s' ammira ~n tutte quelle prose che sanno d'antico. (Esa dig-mdad que admIramos en todas las prosas que tienen el sabor de loantiguo.)

    De hecho antiguo se ha distanciado en la mayor parte de lasl~nguas europeas .de todos los trminos cercanos que podan valo-rizar la pertenencia al pasado, especialmente de viejo, que vice-versa, cobra un sentido peyorativo. En la Francia del siglo XVIseg~n L~ Curne de Sainte-~alaye en su Dictionnaire historiquede / anClen /angage fram;'olS, se estableci una curiosa jerarqua,9u~ se expres~ en cifras, entre antique, ancien y vieux: antiquemdlca una dOSISmayor respecto a ancien. y ste respecto a vieux;para .ser antique, tenan que haber pasado mil aos, para anciendosclento~, para vieil ms de cien.. , Ms .precisamente, la apuesta conceptual que oculta la oposi-

    c~o~.ant~~uo/mode~o es que antiguo designa un perodo, unaclvl]zaclOn que no tIene slo el prestigio del pasado, sino tambinla aureola del Renacimiento, del que fue dolo e instrumento. El .conflicto entre antiguo y moderno no ser tanto entre pasadoy presente, tradicin y novedad, como el conflicto entre dos for-~~s de progreso: el progreso cclico, circular, que coloca la anti- ,~.geda? en la cima de la rueda; y el progreso por evolucin rectil-~.~a, lmeal, que privilegia lo que se aleja de la antigedad. ElRenacimiento y el humanismo pivotearon sobre lo antiguo para ~hacer la modernidad del siglo XVI, que se erguir frente a lasambiciones de lo moderno. Esta modernidad terminar por resol-verse como antihumanista, dada la casi identidad entre huma-nismo y amor de la nica antigedad vlida, que es la antigedadgrecorromana. Del mismo modo, lo moderno, en su lucha contra

  • lo antiguo, ser llevado a aliarse con las otras antigedades, preci-samente aquellas que la antigedad grecorromana haba reempla-zado, destruido o condenado: las primitivas y las brbaras. .

    Pero mientras lo antiguo triunfa rpida y fcilmente sobresus vecinos en el campo semntica de la antigedad, modernosigue por mucho tiempo asediado por sus rivales: la novedad y elprogreso.

    Si moderno sella la toma de conciencia de una ruptura Conel pasado, no est tan cargado de significados como sus vecinosnuevo y, en tanto sustantivo, progreso.

    Nuevo implica un nacimiento, un comienzo que con el cris-tianismo reviste un carcter de bautismo casi sagrado. Es el NuevoTestamento, es la Vita Nuova de Dante que nace con el amor.Nuevo significa ms que una ruptura con el pasado, un olvido,una cancelacin, una ausencia de pasado. Claro que la palabrapuede asumir una acepcin casi peyorativa, como por ejemplo enel caso de los homines novi, hombres sin pasado, no nobles, nue-vos ricos. El latn cristiano medieval acenta en ciertas expresio-nes este sentido de una novedad sacrlega que no est vinculadacon los valores primordiales de los orgenes. Los nuevos apsto-les, de quienes Abelardo habla con desprecio en el siglo XII en laHistoria Calamitatum, son los eremitas, predicadores itinerantes,cannigos regulares, reformadores de la vidamonstica, que a losojos de un intelectual como l, formado en lecturas y recuerdos,no son ms que caricaturas de los verdaderos apstoles, los delpasado, de los verdaderos orgenes. Desde la antigedad el super-lativo de novus, novissimus cobr el sentido de ltimo, catastrfi-co. El cristianismo lleva este superlativo a un paroxismo de fin delmundo. El tratado sobre los peligros de calamidad de los ltimostiempos (De periculis novissimorum temporum) del maestro pari-siense Guillermo de Saint-Amour, a mediados del siglo XIII, jue-ga con el doble sentido de novissimus, que designa al mismo tiem-po la actualidad ms reciente y el fin del mundo. Pero

  • XII que insisten en el modernismo de su tiempo, uno para deplo-rarlo y el otro para felicitarse por l, destacan la aspereza de eStaprimera polmica entre antiguos y modernos. Juan de Salisburyexclama: He aqu que todo se converta en nuevo, se renovaba lagramtica, se conmocionaba la dialctica, se despreciaba la retri-ca, y se promovan nuevos caminos por todo el quadrivium, libe-rndose de las normas de los antiguos. Pero la oposicin se daentre nova (las novedades, perniciosas se sobreentiende), ypriores (los maestros precedentes). Por su parte, Gualterio Mapen De nugis curialium (entre 1180 y 1192) insiste en una moder-nidad que resulta de un progreso secular: Llamo nuestra poca aesta modernidad, este lapso de cien aos cuyo ltimo tramo existetodava, cuya memoria reciente y manifiesta recoge todo cuanto esnotable ... Los cien afos que pasaron, eso es nuestra modernidad.Aqu aparece el trmino modernitas, que tendr que esperar alsiglo XIX para emerger en las lenguas vulgares.

    La oposicin, si no el conflicto, persiste en la escolstica delsiglo XIII. Toms de Aquino y Alberto Magno consideran anti-guos a los maestros de dos o tres generaciones antes, que ensea-ron en la Universidad de Pars hasta 1220 y 1230, fecha en que larevolucin intelectual del aristotelismo los sustituy por losmodernos, entre los cuales se cuentan.

    Slo en los siglos XIV al XV aparecen --en un mismo climanatural, si no directamente relacionados unos con otros- variosmovimientos que se remiten abiertamente a la novedad y a lamodernidad, y la oponen, explcita o implcitamente, a las ideas ya la prctica precedentes, antiguas. Primero en el campo de lamsica, donde triunfa el ars nova con Guillermo de Machaut,Felipe de Vitry (autor de un tratado titulado Ars Nova) y Marchet-to de Padua. Despus en el campo de la teologa y la filosofa,donde se afianza la va moderna en oposicin a la va antigua.Esta va moderna es seguida por espritus muy diversos, que sinembargo se orientan todos en la direccin inaugurada por DunsScoto, rompiendo con la escolstica aristotlica del siglo XIII yorientndose hacia el nominalismo. De estos lgicos modernos otelogos modernos o moderniores, los ms clebres y significati-vos son Guillermo de Ockham, Buridano, Bradwardine, Gregariode Rimini, Wycliffe. Hay que asignar un lugar aparte a Marsiliode Padua de quien se ha dicho que fue el precursor de la economapoltica moderna, el primer terico de la separacin entre Iglesia yEstado, de la laicizacin, y que en el Defensor Pacis (1324), tien-

    de a dar a modernus @lsentido de innovador. Esta es tambin lapoca de Giotto, en quien el siglo XVI vio al primer artistamoderno. Vasari dice de l que resucit el arte moderno de lapi~t.ura, y CenniI10 Cennini en el Libro dell' arte le atribuye elmento de haber transformado el arte de pintar de griego en latinoy de haberse adaptado a lo moderno, esto es, de haber abando~nado la convencin por la naturaleza, de haber inventado unnuevo lenguaje, fi~urativo. Por ltimo, en el siglo XV se afianzaen la ,es.fera relIg,l~s,a la de.votio moderna, que es ruptura con laescol~stIca, la relIglOn medieval, penetrada de supersticiones: y lad~v?tLOmo~~rna vuelve a los Padres, al ascetismo monstico pri-m~tlvo, punflca la p:.c,tic~ y.lssentimientos religiosos, pone enpnmer plano una relIglOn mdIvldual y mstica.

    El Renacimiento convulsiona esta emergencia peridica de lo~

  • que los hombres de su tiempo no eran enanos, ni los de la antige-dad gigantes, y que al menos, gracias a los antiguos, sus contem-porneos eran ms altos que ellos [De causis corruptarumartium, 1, 5). Un siglo ms tarde Gassendi declara que la naturale-za no fue ms avara con los hombres de su tiempo que con los dela antigedad, aun cuando haya celos y espritu competitivo. yretorna la idea de que los modernos pueden llegar ms alto que losgigantes antiguos [Exercitationes paradoxicae adversus Aristote-lem, 1,Exercitatio l/, 13].

    La segunda y ms clebre de las polmicas entre antiguos ymodernos estalla a fines del siglo XVII y comienzos del XVIII:Dura prcticamente todo el siglo de las luces y concluye con fromanticismo. Ve triunfar a los modernos con el Racine et Sha-kespeare de Stendhal yel Prface de Cromwell de Victor Hugo(1827), donde la oposicin entre romnticos y clsicos no es sinola nueva investidura del conflicto entre antiguos y modernos, auncuando las cartas estn cronolgicamente embrolladas, dado queel hroe de los modernos, Shakespeare, es anterior a los modelosclsicos del siglo XVII.

    Desde finales del siglo XVI la superioridad de los verdaderosantiguos, los hombres de la antigedad, era cuestionada aqu yall. Por ejemplo, a comienzos del siglo XVII Secando Lancellottifunda en Italia la secta de los alabadores del presente, los Hoggid,y publica en 1623 L' Hoggid overo gli ingegni moderni non infe-riori ai passati. Pero la polmica se vuelve aguda a fines del sigloXVII, sobre todo en Inglaterra y en Francia. Mientras ThomasBurnet y William Temple publican respectivamente el Panegyricof Modern Learning in Comparison of the Ancient y An Essayupon the Ancient and Modern Learning, Fontenelle escribe suDigression sur les Anciens et les Modernes (1688) y CharlesPerrault, despus de presentar el 27 de enero de 1687 a la Acade-,mia Francesa Le Siec/e de Louis le Grand, que echa lea al fuego,sigue con los Paralleles des Anciens et des Modernes (1688-97).

    Desde el punto de vista de los partidarios de los antiguos, queen los modernos slo ven la decadencia, los partidarios de estosltimos o bien proclaman la igualdad entre las dos pocas, o bienhacen beneficiarios a los modernos de la simple acumulacin deconocimientos y experiencias, o bien invocan la idea de un pro-greso cualitativo.

    Un ejemplo de la primera actitud es la de Perrault en el Sieclede Louis le Grand:

    La belle antiquit fut toujours vnrableMais je ne crus jamais qu' el/e ut adorableJe vois les anciens, sans plier les genous,l/s sont grands, il est vrai, mais hommes comme nousEt l' r:n peut comI!arer sans crainte d' erre injuste,Le slec/e de LoUls au beaf-l siec/e d' Auguste. *

    Un ejemp!o,de la segunda posicin es Malebranche, que desde1674-?5 ~scnbI,a en la Recherche de la vrit: El mundo tienedos mIl ano,s mas y.ms experiencia que en los tiempos de Arist-teles y,Platon; o bI~n el ab~d Ter:asson en La philosophie appli-cable a tous les obJets de 1 esprit e.t de la raison (Pars, 1754):L~s .~odernos en general son supenores a los antiguos: esta pro-poslcIon es audaz en su ~nunciado, y modesta en su prin~ipio. Esaudaz porque ataca un VIejo prejuicio; es modesta porque permitecomprender, que n~ debemos nuestra superioridad a la medida den~estro espmtu, s!no a la experiencia adquirida a favor de losejemplos y r~fle~lOnes de quienes nos precedieron. Tambinentre los partIdanos de los ~o~ernos persista la idea de vejez y?_ecadenClac~mo clave explIcatIva de la historia. Escribe Perraulttn los Paralleles (.1688): No es acaso cierto que la duracin delmundo suele. COnSI?erarS~como la duracin de una vida humana,que tuvo. su. mfancIa, su Juventud y su madurez, y que ahora esten la ancIamdad?.

    Hub? que esperar a la ~.~pera..?e l,! revolucin -francesa paraque el sl~l'de las luces adoptara sm restricciones la idea de pro-$':~S.~.CIerto q,ue.ya. en 1749 el joven Turgot haba escrito sus'RflexlOns sur 1 hlStOlre des progres de l' esprit humain. Pero es en"1781 que Se~van publica el Discours sur le progres des connais-sances hu"!a.l~es, y la obra maestra de la fe en el progreso ilimita-do la escnbma Condorcet poco antes de morir: Esquisse d' untableau des progres de /' esprit humain (1793-4). Slo entonce;los hombres de l,as,luces reemp!az~rn la idea de un tiempo ccli- !co, que hace efI~era la supenondad de los antiguos sobre los 1modernos, con la Idea de un progreso lineal, que privilegia cons- tantemente lo moderno. J

    .* La hermosa .antigedad ~iempr~ fue venerable / pero nunca cre uefuera adorable / mIro a los antIguos sm arrodillarme / son grandes es ~rdad, pero son ~ombres c?mo nosotros / y sin temor a ser injustos ~odemo~comparar / el SIglo de LUIScon el grn siglo de Augusto. [T.]

  • A partir de la herencia histrica de la polmica de antiguos ymodernos la revolucin industrial cambiar radicalmente los tr-minos de la oposicin antiguo/moderno en la segunda mitad del'siglo XIX y en el siglo XX. Aparecen tres nuevos polos de evo- .cin y de conflicto: entre el siglo XIX y el XX movimientos deorden literario, artstico y religioso asumen el nombre o son tacha-dos de modernistas, trmino que signa el endurecimiento doctri-nal de las tendencias modernas hasta entonces confundidas; elchoque entre pases desarrollados y pases atrasados pone fuera deEuropa occidental y de los Estados Unidos los problemas de lamodernizacin, que se radicalizan con la descolonizacin des-pus de la segunda guerra mundial; por ltimo conectado con laaceleracin de la historia en el rea cultural occidental, al mismotiempo por concatenacin y por reaccin, se consolida en el cam-po de la creacin esttica, de las mentalidades y las costumbres,~n nuevo concepto: el de modernidad.

    Bajo esta etiqueta se alinearon hacia 1900 tres movimientosmuy diferentes: uno de ellos por reivindicacin, los otros dos a supesar: a) un movimiento literario limitado al rea cultural hispni-ca; b) un conjunto de tendencias artsticas, entre las cuales la prin-cipal fue la denominada Modern Style; e) varios esfuerzos deinvestigacin dogmtica en el seno del cristianismo y principal-mente del catolicismo.

    Modernismo literario. Este trmino evoca muy particular-mente desde 1890 a un ncleo de escritores de lengua espaolaque' eligieron esta denominacin para manifestar su tendenciacomn a una renovacin de temas y formas [Berveiller, 1971,pg. 138]. El modernismo comprende sobre todo a poetas, y fueparticularmente vivo en Amrica latina, donde el representantemximo es Rubn Daro. Su inters en cuanto al problema de ladupla antiguo/moderno consiste en su carcter de reaccin a laevolucin histrica: reacdn ante el crecimiento del-poder deTdinero, de los ide-aresmaterialistas y de la burguesa (el modernis-mo es un movimiento idealista); reaccin contra la irrupcin delas masas en la historia (es un movimiento aristocrtico y esteti-

    zante: No soy un poeta p~ra las masas, dice Rubn Daro en elprefacio a los Cantos de vida y esperanza). Pero tambin es unareaccin contra la cultura de la antigedad clsica: elige susmodelos en la literatura cosmopolita del siglo XIX, con preferen-cia por los poetas franceses, sobre todo los de la segunda mitaddel siglo XIX (Rubn Daro afirma: Verlaine es para m muchoms que Scrates). Reaccin, en fin, contra la guerra hispanoa-mericana de 1898 y con~ra la amargura surgida de la derrota espa-ola, el modernismo es tambin una reaccin contra la emergenciadel imperialismo yanqui, y nutre las tendencias reaccionarias dela generacin del 98 en Espaa y del panamericanismo latino.

    Modernismo religioso. En sentido estricto el modernismo esun movimiento interno de la Iglesia catlica en los primeros aosdel siglo XX. El trmino aparece en Italia en 1904, y su uso cul-mina en la encclica Pascendi del papa Po X, que lo condena en1907. Pero se sita en la tensin de larga duracin que agita alcristianismo y ms especialmente a la Iglesia catlica desde larevolucin francesa hasta nuestros das. Es el aspecto catlico delconflicto antiguo/moderno convertido en la confrontacin de laIglesia conservadora con la sociedad occidental de la revolucinindustrial. El trmino moderno cobra en el siglo XX un sentidopeyorativo que los jefes de la Iglesia y sus elementos tradiciona-listas aplican tanto a la ideologa surgida de la revolucin francesay los movimientos progresistas de la Europa del siglo XIX, como-y a sus t>jos es ms grave- a los catlicos seducidos por estasideas, o simplemente tibios para combatirlas (por ejemplo Lamen-nais). La Iglesia catlica oficial del siglo XIX se afirma comoantimoderna. El Syllabus de Po IX (1864) se inscribe en estaactitud. El ltimo error condenado es la proposicin: El Pont-fice romano puede y debe reconciliarse y pactar con el progreso,con el liberalismo y con la civilizacin moderna. Cierto quemoderno tiene todava aqu el sentido neutral de reciente, perose orienta hacia el sentido peyorativo. A fines del siglo XIX yl'comienzos del XX el conflicto antiguo/moderno dentro del catoli-cismo vuelve a la escena, se concentra y se endurece en tomo dedos problemas: el dogma y sobre todo la exgesis bblica por unaparte, la evolucin social y poltica por otra.

    En el centro de la crisis del modernismo, antes que el ambiguocatolicismo social que por otra parte no se opone abiertamente a laIglesia oficial, a la que la encclica de Len XIII Rerum novarum

  • . (1891) dota de una doctrina social igualmente ambigua peroms abierta, est el movimiento teolgico y exegtico. La crisisproviene del retraso de la ciencia eclesistica, como se deca, enrelacin con la cultura laica y los descubrimientos cientficos ...La ocasin fue el choque brutal de la enseanza eclesistica tradi-cional con las jvenes ciencias religiosas, que lejos del control delas ortodoxias y a menudo contra ellas, se haban constituido apartir de un principio revolucionario: la aplicacin de los mtodospositivos a un campo, el de los textos, considerado hasta entoncesfuera de sus ataques [Poulat, 1971, pgs. 135-6].

    Vinculado con los problemas de la libertad de enseanza supe-nor y la creacin de c;inco instituciones catlicas, este modernis-mo suscit una crisis particularmente grave en Francia, sobre todocon Alfred Loisy, excomulgado en 1908.

    Es preciso destacar tres fenmenos que interesan al desarrollodel conflicto antiguo/moderno a propsito de este modernismo.

    En Italia el movimiento modernista desemboca en una accinmasiva de propaganda y cuestiona la influencia retrgrada de laIglesia sobre la vida poltica, intelectual, cotidiana. Tres sacerdo-tes ilustran las diversas tendencias de este movimiento a comien-zos del siglo XX: Giovanni Semeria, Romolo ~urri, fundador dela democracia cristiana, y el historiador Ernesto Buonaiuti: el pri-mero fue exiliado y los otros dos excomulgados. En Italia elmodernismo afronta a la Iglesia catlica como el principal obst-culo contra la modernizacin de la sociedad.

    Por otra parte el modernismo ensancha el campo de accin delos modernos oponindose ms a tradicional y, en un sentidoms estrictamente religioso, a integralista que a antiguo; perosobre todo se presta a una gama de combinaciones y de matices:se habla por ejemplo de modernismo asctico o de modernismomilitar, de semimodernismo, de modernizantismo.

    Por ltimo, Emile Poulat puso en evidencia el alcance final delmodernismo. Dentro del catolicismo y fuera de l, en todos losambientes occidentales donde en mayor o menor grado se hacasentir su influencia, restringe el campo de lo cr~ble y extiende elde lo cognoscible. Moderno se convierte as en piedra' de toquede una remodeladn fundamental del campo del saber.

    Modern Sty/e. En el importante nivel del vocabulario, cabeatestiguar la anexin al campo de lo moderno de todo un con-junto de movimientos estticos que alrededor de 1900, en Europa

    y Estados Unidos, tomaron o recibieron nombres diversos, entrelos cuales Modern Style es slo uno. Pero la mayor parte de estosnombres se hacen eco de lo moderno: Jugendstil. Arte joven,Nieuvl'e KUllst -a travs de la juventud o la novedad-, o evocanla ruptura que ello implica: Sezessiollstil. Style Liherty. Por ltimo,estos movimientos signan de modo decisivo el rechazo de las tra-diciones acadmicas, el adis al modelo antiguo (grecorromano)en el arte. En cierto modo ponen fin a la alternancia deantiguo/moderno en el arte: no se les opondr ms un regreso a lo '7antiguo.

    Guerrand [1965] hizo nacer el Modern Style y sus vecinos deuna doble tendencia de la segunda mitad del siglo XIX: la luchacontra el academicismo y el tema del arte para todos. Lo cual estestrechamente relacionado con tres aspectos ideolgicos de larevolucin industrial: el liberalismo, el naturalismo y la democra-. .' ..cia.-. En este artculo, que no es una reflexin sobre el arte y su his-toria sino sobre las metamorfosis y los significados de la anttesisantiguo/moderno, vamos a ocupamos slo de algunos episodios,figuras y principios significativos. Dado que el enemigo es lo anti-guo que produjo lo artificial, la obra maestra, y se dirige a una eli-te, el estilo moderno ser naturalista, se inspirar en una naturale-za donde predominan las lneas sinuosas en menoscabo de laslneas rectas y simples. Su objetivo es producir objetos, invadir lavida cotidiana aboliendo as las barreras entre artes mayores ymenor~. Por ltimo, no se dirigir a una elite, sino a todos, alpueblo, ser social.

    Ese estilo nace en Inglaterra con William Morris, discpulo deRuskin, que quiere cambiar el aspecto de los interiores hogareos,lanza la revolucin decorativa, crea en Londres la primerarevista de decoracin y est en el origen del diseo.

    Pero es en Blgica donde el movimiento se coloca bajo el sig-no de lo moderno con la fundacin en 1881 de la revista L' ArtModern. En Blgica el vnculo entre arte moderno y poltica socialse afianza precozmente. Uno de los fundadores de la asociacinLa Libre Esthtique, cuyo objetivo es promover las nuevas ten-dencias, es el jefe de redaccin del Peup/e, rgano del partidoobrero belga. Victor Horta, arquitecto que explota los recursos delhierro y crea edificios que decora, es uno de los pioneros del artesocial, adems de constructor de la Maison du Peuple de Bruselas.En Blgica el arte moderno encuentra un arquitecto y decorador,

  • Henry van de Velde, que en la escuela que dirige en Weimar, don-de le sucedera Gropius, prepara el arte arquitectnico del sigloXX, el Bauhaus. .

    En los Pases Bajos el Nieuwe Kunst utiliza materiales de todotipo: madera, porcelana, plata, y hace triunfar las nuevas lneas enel libro ilustrado, en el calendario, en el manifiesto.

    En Francia, donde el Modern Style tiene el primer lugar comocapital a la ciudad de Nancy, con los cristaleros Gall, los herma-nos Dareux, el arquitecto Victor Prouv, que practica todas lasartes, el Modern Style sale a la calle con Hector Guimard, elRavachol de la arquitectura, que hace de las estaciones delmetro parisiense templos del arte moderno, y con el creador deanuncios Alphonse Mudra. Lo moderno se apodera de alhajas yjoyas con Ren Lalique, y se comercializa con Samuel Bing, queimpone los objetos Modern Style.

    En Alemania, en Mnaco, el arte moderno se ala con el paci-fismo y el antic1ericalismo bajo el signo de la juventud.

    En Espaa, o mejor dicho en Catalua, el arte moderno dalugar al genio de la arquitectura naturista que es Gaud.

    En Italia el estilo Liberty, que lleva el nombre de un comer-ciante ingls que fund en Londres en 1875 un negocio de decora-cin, triunfa en la primera exposicin internacional de arte decora-tivo moderno (Turn, 1902).

    En Estados Unidos la figura ejemplar es la de Tiffany, cuyaoficina de arte en Nueva York se destaca en todas las artes lla-madas menores y asegura la promocin del vidrio bufado,haciendo de l el marco de la ms cotidiana de las invencionesmodernas: la iluminacin elctrica.

    El Modern Style, fenmeno efmero que dur menos de veinteaos, entre 1890 y 1910, result sumergido en la sombra por otromovimiento nacido del rechazo a la decoracin, a las curvas, a lasfiorituras, que tom forma en Darmstadt, Alemania, y triunf enAustria con Adolph Loos, quien, sobre las ruinas del ornamento,se convirti en el profeta de un siglo nuevo, el de las grandesparedes blancas, del reino del cemento.

    Tambin el Modern Style, a partir de 1970, sale de un largopurgatorio para afianzarse de nuevo en la huella de la moderni-dad gracias a caractersticas que Delevoy analiz muy bien[1965]: el Kitsch, dimensin de la gratuidad, un sistema deobjetos, estructuras ambientales, un lenguaje de la ambigedad.En efecto, aqu 10 esencial es que ~l espritu antiguo se aplicab~

    1~I

    a l~s. J:1roes, a las ot)J;as maestras, a las gesta~, mientras que elespmtu moderno se nutre de 10 cotidiano, de lo macizo, de 10difuso. '. .

    El primer choque total entre lo ant'iguo y 10 moderno tal vezhaya sido el de los indios de Amrica frente a los europeos. Losindios fueron vencidos, conquistados, destruidos o asimilados:rara vez las variadas formas del imperialismo y del colonialismoen el siglo XIX y comienzos del XX llegaron a efectos tan radica-les. Las naciones alcanzadas por el imperialismo occidental, cuan-do haban preservado ms o menos su independencia, eran lleva-das a plantearse el problema de su atraso en ciertas reas. Ladescolonizacin que sigui a la segunda guerra mundial permiti alas nuevas naciones afrontar a su vez este problema.

    Casi en todas partes las naciones atrasadas se encontraron antela equivalencia entre occidentalizacin y modernizacin, y ~Lpro-

    , ble_made lo moderno se plante junto con el de la identidad nacio-l' Jial. Adems, casi en todas partes hbo una distincin entre la

    ~.-i II??derni~acin econmica y tcnica por una parte y la moderniza-: clan social y cultural por la otra.

    Vamos a dar unos pocos ejemplos que ilustran las transforma-ciones de la dupla antiguo/moderno. Sin negar el carcter relativa-mente arbitrario de esta distincin, vamos a distinguir tres tipos de. moder1\izacin: a) la modernizacin equilibrada, donde la logradapenetracin de 10 moderno no destruye los valores de lo antiguo;b) la modernizacin conflictiva, donde aun involucrando slo a unsector de la sociedad, la tendencia a 10 moderno crea gravesconflictos con las tradiciones antiguas; c) la modernizacin atientas, que bajo diversas formas trata de conciliar lo modernocon lo antiguo, no a travs de un nuevo equilibrio gneral sinomediante opciones parciales. .

    El modelo de la modernizacin equilibrada es Japn. Decididadesde lo alto en una sociedad jerrquica, en un momento en que sedifunda la revolucin industrial y los descubrimientos del sigloXI~ -lo que permiti a Japn alcanzar rpidamente al grupo denaCIOnes modernas -la modernizacin del Meiji a partir de 1867se caracteriz por la recepcin de las tcnicas occidentales y laconservacin de los valores propios. Pero el rgimen autocrtico-militar que de ella surgi padeci la derrota de 1945, que en cierto

  • modo represent una grave crisis en el proceso de modernizacin.An hoy la sociedad japonesa, a pesar de sus progresos hacia lademocracia poltica, vive peligrosamente las tensiones inherentesa un equilibrio tenso entre lo antiguo y lo moderno.

    Puede ser que de otra manera, y a partir de elementos muchoms complejos. tambin Israel represente un modelo actual demodernizacin equilibrada. Pero aqu las tensiones se sitan den-tro de los componentes geogrficos y culturales del nuevo puebloisrael, y globalmente entre las tradiciones hebreas (y su funda-mento religioso) y la necesidad para el nuevo Estado de unamodernizacin que es una de las garantas esenciales de su exis-tencia. Por las mismas razones de supervivencia, Israel tiene quesalvaguardar a toda costa su patrimonio antiguo y acentuar sucarcter moderno.

    Como ejemplo de modernizacin cOl1f7ictiva se puede tomar ala mayor parte de los pases del mundo musulmn. La moderniza-cin provino all en la mayora de los casos no de una eleccinsino de una invasin (militar o no) y en todo caso de un choquecon el exterior. En casi todas partes la modernizacin ha cobradola forma de una occldentalizacin, lo cua'l suscita o genera un pro-blema fundamental: Occidente u Oriente? Sin analizar en detalleeste conflicto cabe decir que histricamente revisti tres formas:en el siglo XIX como contragolpe del imperialismo europeo, colo-nialista o no; despus de la segunda guen-a mundial, en el marcode la descolonizacin y de la emergencia del Tercer Mundo; en losaos 70 del siglo XX con el boom consiguiente a la crisis delpetrleo.

    A pesar de la gran variedad de los casos musulmanes, en con-junto hasta ahora la modernizacin toc slo algunos sectores dela economa y la vida de los estados y naciones, sedujo slo a gru-pos dirigentes y a mbitos sociales limitados a algunas categoras

    \burguesas. Exasper los nacionalismos, profundiz la brechaentre las clases, introdujo un profundo malestar en la cultura.

    Jacques Berque [1974] y Gustav van Grunebaum [1962],entre otros, analizaron bien este malestar. Para el segundo, lamodernizacin plantea a los pueblos y naciones del Islam el pro-blema esencial de su identidad cultural. Jacques Berque encontren los lenguajes rabes del presente la ruptura que los econo-mistas deploran en su campo: sector moderno/sector tradicio-nal. Al estudiar las formas literarias y artsticas modernas delmundo rabe, que hace cien aos ignoraba la pintura, la escultu-

    ra y tambin la literatvra en el sentido que los tiempos modernosle dan a estos trminos [1974, pg. 290], muestra las contradic-~iones que en el ensayo, la novela, la msica, el teatro, y parad-JIcamente en el cine, un arte sin pasado, agitan y en cierta medidaparalizan la cultura. En este mundo donde la normalidad invoca'~a ~eferencia a lo antiguo, y la excepcin procede directa o ;mdIrectamente del exterior, la modernidad no opera como crea-~in, sino como aculturacin, o transicin entre lo arcaico y lo "Importado.

    Podemos tomar el mundo del Africa negra como el laboratoriode una modernizacin a tientas. Cualquiera' que sea la variedad deher~ncias y orientaciones, dos datos bsicos dominan el problemaantIguo/moderno: a) la independencia es muy reciente, los ele-mentos de modernismo que aportan los colonialistas son dbilesdisco~tinuos, inadecuados a las necesidades reales de los pueblo~y naCIOnes, en suma, lo moderno es muy joven; b) en compen-sacin el atraso histrico es grande, 10 antiguo tiene muchopeso.

    De donde, a travs de frmulas polticas e ideolgicas diferen-tes y aun opuestas, dos deseos en general: a) encontrar aquelloque en lo moderno conviene a Africa, practicar una moderniza-ci~n selec:i~a, parcial, ~e lagunas, emprica; b) buscar un equili-bno especIfIcamente afrIcano entre tradicin y modernizacin.

    A pesar de los innegables xitos y los esfuerzos considerables,p.or momentos parecera que la modernizacin en el Afriea negraSIgue -todava en el estadio de hechizos conmovedores, y procedede una mezcolanza de empirismo y retrica (aunque tal vez se tra-te de un modo especfico y eficaz de modernizacin). Por ejem-plo, Amadou Hampat Ba, director del Instituto de CienciasHumanas de Mali, declaraba en el curso de un encuentro interna-cional que tuvo lugar en Bouak en 1965: Quien dice "tradicin"dice ~eren.cia acumulada durante millones de aos por un pueblo,y qUIen dIce "modernismo" dice gusto o a veces mana por loactual. No creo que todo lo moderno sea siempre un progresoabsoluto respecto de costumbres qu~ se transmiten de generacinen generacin hasta nosotros. El modernismo puede ser progreso~?ral, administrativo o tcnico sobre un punto dado o una regre-slon sobre ese punto; y tambin: 'La tradicin no se opone alprogreso, lo busca, lo pide, se lo pide a Dios, y se lo pide tambinal diablo.

    Queda todava un caso aben-ante respecto del problema de la

  • modernizacin. Si nos atenemos a Louis Dumont, e!. sentido deltiempo y de la historia en la India eludi hasta el momento lanocin de progreso. En ella se han discutido los respectivosmritos de antiguos y modernos, pero limitndose a comparar aunos con los otros sin que interviniera ninguna nocin de progresoni de regresin. La historia era slo un repertorio de gestas ymodelos de conducta, de ejemplos [1962, pg. 36], de los cualesunos se situaban ms lejos, otros ms cerca, como hubieran podi-do situarse a derecha o izquierda, al norte o al sur, en un mundono orientado por valores topolgicos.

    Por aadidura, las condiciones de la independencia, lejos desimplificar el problema de la modernizacin, la complicaron,siempre segn Louis Dumont: La adaptacin al mundo modernoexige a los indios un esfuerzo considerable. La independenciagener un malentendido en la medida que al lograrla se vieronreconocidos como iguales en el concierto de las naciones, y pudie-ron imaginar que la adaptacin en lo esencial se haba realizado.El xito de su esfuerzo estaba consagrado, slo era necesario con-solidarlo. En realidad suceda lo contrario ... En efecto, la Indialogr liberarse del dominio extranjero realizando un mnimo demoael-nizacin. Un xito notable, por clerto, debido en g-ra 'prteal genio de Gandhi, cuya poltica creo que se sintetiza en esa fr-mula [ibidem, pgs. 72-73].

    Segn Louis Dumont, una parte considerable de la humanidadhabra eludido entonces la dialctica de la dupla antiguo/moderno.

    Baudelaire lanz el trmino modernidad en el artculo Lepeintre de la vie moderne, compuesto esencialmente en 1860 ypublicado en 1863. El trmino tuvo un primer xito limitado a losmbitos literarios y artsticos en la segunda mitad del siglo XIX,despus refloreci y tuvo amplia difusin tras la segunda guerramundial.

    Baudelaire -y esto es nuevo-- no trata de justificar el valordel presente, y por lo tanto de lo moderno, sino por el hecho de serpresente. El placer que extraemos de la representacin del pre-sente depende no solamente de la belleza que puede revestirlo,sino tambin de su esencial calidad de presente [1863]. Lo bellotiene un aspecto eterno, pero los acadmicos (partidarios de loantiguo) no ven que necesariamente tiene un aspecto que ser, si

    se quiere, altemativameQte o simultneamente, la poca, la moda,la moral, la pasin [ibidem, pgs. 187-8]. Lo bello al menos enparte ha de ser moderno. Qu es la modernidad? Es lo que hay depotico en lo histr.ico'-'de eterno en l.otransitorio. LaiiioeiTdcid'esfrelacionada con la moda. Por eso en los ejem-plos que da Baudelaire habla de la moda femenina, del estudiodel militar, del aanJY;-hasta del animal, perro o caballo [ibidem.

    \'\ pg. 201]. I~l2r.ime al sentid~ de lo ~oderno un fuerte i~p_':1:1~.?\\I ~haciaJos comportamientos, la indumentaria, los modales. Cada .: poca, dice, tiene su port, su "nirada,su gesto .. Pobre del que. estudia en lo antiguo algo que no sea el arte puro, la lgica, elmtodo general! Por sumergirse demasiado en lo antiguo pierde lamemoria del presente [ibidem]; mientras, es necesario estudiarcuidadosamente lo que compone la vida exterior de un siglo.

    La modernidad est as relacionada con la moda, el dandismo,el esnobismo: Hay que considerara la moda como un sntomadel gusto del ideal que aflora en el cerebro humano sobre todo loque la vida humana acumula en l de vulgar, terrestre e inmundo[ibidem, pg. 225]. Se entiende el xito de la palabra en esos dan-dies de la cultura que fueron los hermanos Goncourt, que escribenen su Journal (1889): En el fondo, el escultor Rodin se dejadevorar demasiado por la antigualla de las viejas literaturas, y notiene el natural gusto de la modernidad que en cambio tena Car-paux.

    En nuestros das uno de los cantores de la modernidad que esal misnro tiempo un cmpe6n de la moda, I!arthes'[ 1954], escribepor ejemplo hablando de Michelet que tal vez ha sido el primerode los autores de la modernidad en no poder cantar ms que unapalabra imposible. La modernidad se convierte aqu en un alcan-zar los lmites, aventura en la marginalidad, y ya no conformidada la norma, refugio en la autoridad, reagrupamiento en el centro,al que invita el culto por lo antiguo.I! La modernidad encontr su terico en el filsofo Henri

    , \ Lefebvre, que hace una distincin entre modernidad y moder-J nismo. La modernidad ,difiere del modernismo como un con-

    1 \ cepto en vas de formulacin en la sociedad difiere de los fenme-I fr.i nos sociales, como una reflexin difiere de los hechos ... Laprimera tendencia -certeza y arrogancia- corresponde al1 . Modernismo; la segunda -interrogacin y reflexin ya crtica-1 a la Modernidad. Estas dos, inseparables, son dos aspectos delI mundo moderno [1962. pg. IOJ.11

  • i La modernidad, al volverse hacia lo no cumplido, lo esbozado,\ ~lo irnico, tiende a realizar en la segunda mitad del siglo XX el programa diseado por el romanticismo. As eLf.on!1icto ant~-

    guo/moderno asume, en la larga duracin, la herencIa de la OpO~I-cin coyuntural clsico/romntico en la cultura occidental. .-La- modern'idad es el resultado ideolgico del modermsmo.Pero -ideologa de lo no cumplido, de la duda, de la crtica--lamodernidad es tambin impulso hacia la creacin, en una rupturaexplcita con toda~ las ideologas y las teoras de. la imitaci~,basadas en las referencias a lo antiguo y la tendencIa al academl-cismo.

    Yendo ms all, Raymond Aron piensa que el ideal de lamodernidad es la ambicin prometeica, la ambicin, para reto-mar la frmula cartesiana, de llegar a ser patrones y dueos de lanaturaleza gracias a la ciencia y a la tcnica [1969, pg. 287~.Pero esto significa no ver sino el lado conquistador de la modernI-dad, y tal vez atribuir a la modernidad lo que corresponde almodernismo. En todo caso eso lleva en conclusin a plantearse elproblema de las ambigedades de la modernidad.

    sos en el campo del cgnflicto entre lo antiguo y lo moderno signael ensanchamiento del debate.

    Este estaba destinado a extenderse, del siglo XVI al XVIII, ados nuevos campos esenciales.

    El primero es la historia. Se sabe que el Renacimiento crea el lxconcepto de Edad .Me-d"ia", slo necesario para colniar la brechaeI-ie dos perodos positivos, plenos, significativos de la historia:la historia antigua y la historia moderna. La verdadera novedad,de donde deriva lo dems, es la idea de una historia moderna..

    El segundo es I_a_~iencia. Tambin aqu los progresos de la .1:-ciencia moderna concinen slo a una elite intelectual, mien-tras las masas advierten slo las invenciones de fines del sigloXVIII, y sobre todo del siglo XIX. Pero Copmico, Kepler, Gali-leo, Descartes, Newton van a convencer a parte del mundo cultode que si bien Homero, Platn, Virgilio siguen no superados,Arqumedes o Ptolomeo fueron destronados por los especialistasmodernos. Los primeros en darse cuenta de eso son los ingleses.Fontenelle, en el prefacio de Histoire de l' Acadmie roya le desSciences, depuis 1666 jusqu' en 1699. pone en primer plano entrelos progresos del espritu moderno de los que es heraldo, la reno-vacin de las matemticas y la fsica. Precisa: Descartes y otrosgrandes hombres han trabajado en eso con tanto xito que en estetipo de literatura todo ha cambiado. Para l lo ms importante esque los progresos de estas ciencias han repercutido en el esprituhumano: La autoridad ya no tiene ms peso que la razn ... Amedic:fa que estas ciencias progresan, los mtodos se han vueltoms sencillos y fciles. En fin, las matemticas no slo suminis-traron de un tiempo a esta parte una infinidad de verdades espec-ficas de su terreno, sino que produjeron en los espritus una preci-sin tal vez ms valiosa que todas esas verdades.

    r La revolucin del rea de lo moderno data del siglo XX. Lamodernidad considerada hasta entonces sobre todo en las supe-restructuras se define ahora en todos los niveles, en aquellos quea los hombres del siglo XX se les aparecen como los ms impor-tantes: la economa, la poltica, la vida cotidiana, las mentalidades.

    Como se ha visto, con la intrusin de la modernidad en el Ter-cer Mundo el criterio econmico se vuelve primordial; y en el .c'njunTO-cie-1aeconoma moderna la piedra de toque de la moder-nidad es la mecanizacin, ms an, la industrializacin. Pero ascomo Fontenelle vea en los progresos de algunas ciencias un pro-greso del espritu humano, el criterio econmico de la modernidad

    6. Los lugares del modernismo

    Las formas ms antigu~ del choque antiguo/moderno fueronlas polmicas entre antiguos y modernos: esto es, el choque tt~volugar esencialmente en el terreno literario, o ~ultural en ~entIdoamplio. Hasta las recientes luchas de la modernIdad (es deCIr, has-ta los siglos XIX y XX) la literatura, la filosofa, la teologa,. elarte (sin olvidar la msica: pensemos en el ars nova o en la DIS-sertation sur la musique moderne de Jean-Jacques Rousseau)estuvieron en el centro de estos debates. Esto es vlido sobre todopara la antigedad, la Edad Media y el Renacimient

  • es registrado sobre todo como un progreso en la mentalidad. Demodo que un signo esencial de la modernidad ser la racionaliza-cin de la produccin, cosa ya relevada por los pensadores delsiglo XIX: como advirti Raymond Aron, Auguste Comte consi-deraba que el proyecto prioritario de la sociedad moderna era unaexplotacin racional de los recursos, y Marx dio del permanentedinamismo constitutivo de la economa capitalista una interpreta-cin que conserva hoy su validez [1969, pg. 299]. Gino Gerrna-ni dice aproximadamente lo mismo: En economa el proceso desecularizacin significa ante todo la diferenciacin de las institu-ciones especficamente econmicas ... con la incorporacin de laracionalidad instrumental como principio fundamental de laaccin ... [1968, pg. 354].

    Esta concepcin intelectual de la modernidad econmica lle-v recientemente a un grupo de especialistas en ciencias sdales areplantearse el problema de las relaciones entre la moral protestan-te y el desarrollo econmico, extendiendo as a los pases no occi-dentales contemporneos tales tesis que Max Weber y R.H. Taw-ney sostuvieron para los siglos XVI y XVII en Europa [Eisenstadt,1968]. Estas tesis, aunque equivocadas, tienen el mrito de plantea:-el problema de las relaciones entre la religin y la modernidadsobre una base ms ampla respecto de las polmicas de exgetas ytelogos. En la misma perspectiva la modernidad puede buscarse-hoy- por el lado de la demografa. Ante todo en la familia:Gino Gerrnani por ejemplo ve en la secularizacin de la familia(divorcio, control de natalidad) un aspecto importante del procesode modernizacin, y relaciona la familia moderna con la indus-trializacin, como lo demuestra a sus ojos el Japn. Henri Lefebvreenumera entre los rasgos salientes de la modernidad la aparicin dela mujer moderna [1962, pgs. 152-8].

    Con esta primaca de lo econmico y esta definicin de lamodernidad a travs de la abstraccin entran en juego en la oposi-cin antiguo/moderno dos conceptos nuevos.

    Ante todo, con la economa lo moderno se relaciona no yacon el progreso en general sino con el desarrollo, o en unsentido ms estricto, de acuerdo con algunos economistas libera-les, con el crecimiento. Por otra parte, moderno ya no se opo-ne a antiguo sino a primitivo. As, en el terreno de la religin,Van der Leeuw opone a la mentalidad primitiva, incapaz deobjetivar, la mentalidad moderna, que se define por la facultadde abstraccin [1937].

    Pero el siglo XX defini la modernidad tambin a travs deciertas actitudes polticas. Es trivial constatar --escribe PierreKende [1975, pg. 16]-, que las estructuras de la vida modernason directamente producto de dos series de revoluciones: la que seprodujo en la esfera de la produccin (trnsito del artesanado a laindustria), y" la que se produjo en la esfera de la poltica (sustitu-cin de la monarqua por la democracia). Y aade: Ahora el usoproductivo supone el clculo racional que es todava un aspectodel pensamiento laico y c~entfico. Marx, desde su artculo ZurKritik der hegelschen Rechtsphilosophie [1843], escriba: Laabstraccin del Estado como tal pertenece solamente al tiempomoderno La abstraccin del Estado poltico es un productomoderno La Edad Media es el dualismo real, la edad modernaes el dualismo abstracto.

    Raymond Aron, al plantearse el problema del orden social dela modernidad [1969, pg. 298], parte del hecho econmico yms precisamente de la productividad del trabajo para llegar,como se ha visto, a la idea de una ambicin prometeica, fundada

    ". en la ciencia y la tcnica, como fueme de la modernidad. Definela civilizacin moderna sobre la base de tres 'valores cuya reso-nancia poltica es ntida: igualdad, personalidad, universalidad[ibidem, pg. 287].

    Se ha observado que a pesar de que la mayora de los jvenesestados africanos se han dotado de instituciones polticas del tipooccidental (sufragio universal igual y directo, separacin de lospoderes), no siempre su modernizacin logr vencer un crculovicioso: la transformacin de esos estados en pases modernospresupona la unidad nacional, mientras sta pivoteaba sobreestructuras (etnias y jefes) vinculadas con la tradicin y opuestas ala modernizacin.

    1 Despus de Marx, el Estado moderno se define ms o menos1 en relacin con el capitalismo. No es de extraar que paramuchos, a veces ingenuamente, el modelo del modernismo y enespecial del modernismo poltico sean los Estados Unidos. Ms engeneral, el norteamericano suele ser presentado como el prototipodel hombre moderno.

    f,' Por ltimo, I- modernidad siempre se defini como una cultu-~. ra de la vida cotidiana y una cultura de masas. Como se ha visto,B~~'derai'e haba orientado la modernidad desde el comienzohacia lo que Henri Lefebvre, l mismo filsofo de la modernidady de la vida cotidiana, denomin

  • movimientos artsticos del Art Nouveau, entre los siglos XIX yXX, tambin invistieron la modernidad tanto en los objetos comoen las obras: la modernidad conduce al diseo y al gadget. PierreKende ve una de las caractersticas de la modernidad y una de lascausas de su aceleracin en la difusin masiva de las ideas, enla comunicacin de masas [19751. Si MacLuhan se enga alpredecir la desintegracin de la galaxia Gutenberg, subray conexactitud la funcin del audiovisual en la modernidad, lo mismoque Leo Bogart en The Age ofTele\'ision l1968].

    E.Q.garMo~in es quien mejor describi y explic la modernidadcomo cultura de masas. La hace surgir en los Estados Unidos enlos aos 50 para difundirse despus en las sociedades occidenta-les. La define as: las masas populares urbanas y de parte delcampo acceden a nuevos niveles de vida: ingresan gradualmenteen el universo del bienestar, la diversin, el consurno, que hastaentonces era el de las clases burguesas. Las transformacionescuantitativas (aumento del poder adquisitivo, reemplazo crecientedel esfuerzo humano por las mquinas, aumento del tiempo libre)operan una lenta metamorfosis cualitativa: los problemas de lavida individual, privada, los problernas de la realizacip.. de unavida personal, se plantean con insistencia, ya no slo al nivel delas clases burguesas, sino tambin de la nueva y amplia franjasalarial en desarrollo [1975, pgs. 119-21].

    Morin ve su principal novedad en el tratamiento original quela cultura de masas inflige a la relacin entre lo real y lo imagina--rio .. Esta cultura, gran proveedora de mitos (el amor, la felicl~~ad, erbienestar, la diversin, etc.), no acta slo desde'10 realhacia lo imaginario sino tambin en sntido inverso. No es sola-mente evasin, es al mismo tiempo, contradictoriamente, integra-cin [ihidem).

    Por ltimo, el siglo XX proyect en el pasado la modernidaden pocas o sociedades que no haban tenido conciencia de lamodernidad o que haban definido su modernidad en otros trmi-nos. As un eminente historiador francs, Henri Hauser, dot en1930 al siglo XVI de una quntuple modernidad: una revolucinintelectual, una revolucin religiosa, una revolucin moral,una poltica nueva, una nueva economa. Y conclua: Decualquier lugar desde donde se lo mire, al siglo XVI se nos apare-ce como una prefiguracin de nuestro tiempo. Concepcin delmundo y de la ciencia, moral individual y social, sentido de laslibertades interiores del alma, poltica interna y poltica internacio-

    nal, aparicin del capitalismo y formacin de un proletariado, ycabra aadir el nacimiento de una economa nacional, en todosestos terrenos, el Renacimiento aport novedades singularmentefecundas, aun cuando eran peligrosas ... [1930, pg. 105].

    ,l.Pero se puede hablar de modernidad all donde los presuntos

    modernos no tienen conciencia de seno, o no lo dicen?

    No se trata de intentar una explicacin de las causas de lasaceleradas transformaciones de las sociedades en el curso de lahistoria, ni de explorar la difcil historia de los cambios de menta-lidad colectiva, sino de tratar de iluminar la toma de conciencia delas rupturas con el pasado y la voluntad colectiva de asumirlas quese denomina modernismo o modernidad.

    Vamos a retener cuatro elementos que suelen entrar en juegopor separado o conjuntamente en esta toma de conciencia.

    El p,rimero es la percepcin de lo que ya es comn denominarla aceleracin de la historia. Pero para que haya un conflicto entreantiguos y moderno"s es prciso que esta aceleracin permita unc_opflicto de generaciones. Es la polmica de los nominalistas con-tra los aristotlicos, d los humanistas contra los escolsticos(recordemos aqu la astucia de la historia que hace modernos a lospartidarios de la antigedad), de los romnticos contra los clsi-cos,-de los partidarios del arte nuevo contra los partidarios delacademicismo, etc. La oposicin antiguo/moderno, que es uno delos conflictos a travs de los cuales las sociedades viven sus rela-ciones contradictorias con el pasado, se vuelve aguda cuando setrata para los modernos de luchar contra un pasado presente, unpresente vivido como pasado, cuando la polmica de los antiguosy modernos asume la apariencia de un arreglo de cuentas entrepadres e hijos.-. 'El ~~giidoelemento es l~ presin que ciertos progresos mate-riales ejercen sebre las mentalidades, contribuyendo a transfor-madas. Cierto que los cambios de mentalidad son raramente brus-cos, pero lo que cambia es precisamente el equipo mental. Laconciencia de la modernidad se expresa la mayor parte de lasveces en una afirmacin de la razn --o de la racionalidad- con-tra la autoridad o la tradicin, es la reivindicacin de los pensado-res modernos de la Edad Media contra las autoridades, de los

  • hombres de las luces desde Fontenelle a Condorcet, de los catli-cos modernistas contra los tradicionalistas a comienzos del sigloXX. Pero la modernidad, para Ruysbroeck o Gerhard Groote,Baudelaire o Roland Barthes, puede tambin privilegiar la msticao la contemplacin contra la intelectualidad, lo transitorio, lofugaz, lo contingente, contra lo eterno e inmutable (Baudelai-re). Henri Lefebvre aade a ellos lo aleatorio como caractersti-ca de la modernidad moderna. Pero la revolucin tecnolgica yeconmica de los siglos XII y XIII, la ciencia del siglo XVII, lasinvenciones y la revolucin industrial del siglo XIX, la revolucinatmica de la segunda mitad del siglo XX, estimulan la concienciade la modernidad, cuya accin habra que estudiar de cerca.

    En ciertos casos 1!n choque exterior contribuye a la toma deconciencia. La filosofa griega y las obras de los pensadores "ia':bes, si no desencadenaron, por lo menos alimentaron la toma deconciencia modernista de los escolsticos medievales; las tcni-cas y el pensamiento occidental introdujeron el conflicto anti-guos/modernos en las sociedades no europeas; el arte japons y elarte africano desempearon su funcin en la toma de concienciade los artistas occidentales modernos alrededor de 1900.

    Por ltimo, aun cuando rebase el campo de la cultura, la afir-macin de la modernidad es sobre todo cuestin de un ambienterestringido, de intelectuales'o de tecncratas. Aunque la moderni-dad tiene tendencia como hoya encarnarse en la cultura de masas,los que elaboran esta cultura, en la televisin, a travs de mani-fiestos, el diseo, la historieta, forman mbitos restringidos deintelectuales. Es slo una de las ambigedades de la modernidad.

    cionados con lo eterno, imgenes mviles de la inmvil eterni-dad, dice Henri Lefebvre comentando a Baudelaire [1962, pg.172]), pero difcilmente elude el esnobismo.

    Tiende a valorizar 10 nuevo por nuevo, a vaciar el contenidode la obra, del objeto, de la idea. Dado que el nico inters delarte moderno --escribe Rosenberg [1959, pg. 37]- es que unaobra sea nueva, y dado que su novedad no est determinada por unanlisis sino por el poder social y la pedagoga, el pintor de van-guardia ejerce su actividad en un ambiente totalmente indiferenteal contenido de su obra.

    En ltima instancia, moderno puede designar cualquier cosa, Iespecialmente si es antigua. Todos saben --escribe Rosenberg- ~que la -etiqueta de arte moderno no tiene ninguna relacin con las!palabras que la componen. Para ser arte moderno, una obra nonecesita ser moderna, ni ser arte, ni siquiera ser una obra. Una \mscara del Pacfico meridional, que se remonta a tres mil aos, Iresponde a la definicin de moderno, y un trozo de madera halla- ;do en una plaza se convierte en arte [ibidem, pg. 35].

    Lo moderno est atrapado en un proceso de aceleracin sinfreno. Tiene que ser cada vez ms moderno: de all un remolino~eriiginoso de modt':rnidad. Otra paradoja o ambigedad: ese"moderno al borde del abismo del presente se vuelve hacia elpasado. Rechaza lo antiguo, pero tiende a refugiarse en la historia:esta poca que se dice y se quiere enteramente nueva se deja obse-sionar por el pasado, por la memoria, por la historia.

    Asimismo, el ejemplo de la poltica local en la Argelia rural,demuestra que se puede caer en el tradicionalismo por exceso demodernidad. Entre los cabiles, la penetracin de la revolucinindustrial destruy las estructuras tradicionales, pero cien aosdespus el tradicionalismo reaparece para asumir no sus antiguasfunciones, que ya no tienen modo de ser ejercidas, sino una fun-cin de apelacin a la modernizacin.

    Las ambigedades de la modernidad juegan sobre todo enrelacin con la revolucin. Como bien dijo Henri Lefebvre, lamodernidad es la sombra de la Revolucin, su desmenuzamientoy a veces su caricatura. Pero paradjicamente esta ruptura de los individuos y las sociedades con su pasado, esta lectura no revolu- 'cionaria, pero ifespetuosa de la historia, puede ser tambin uninstrumento de adaptacin al cambio, de integracin.

    Lo moderno tiende ante todo a negarse, a destruirse.Desde la Edad Media al siglo XVIII uno de los argumentos de

    los modernos era que los antiguos en su tiempo haban sidomodernos. Fontenelle, por ejemplo, recordaba que los latinoshaban sido modernos en relacin con los griegos. Al definir lomoderno como el presente, se acaba convirtindolo en un futuropasado. y~ no ~e valoriza un contenido sino un continente efme~ro.

    As, lo moderno no slo est vinculado con la moda (