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DIRECCIÓN GENERAL DE AGRICULTURA Y MONTES SERV[CIO DE PUBLICACIONES AGRfCOLAS N^EV.dS 06IEN'f^GIONES TIiCV[C,4^ DEL CULTIV^ CEREAL VENTAJAS DE ESTOS SISTEllZAS ^-^ CONDICIONES DE SU APLICACIÓN DIFICULTADES QUE SF. OPONEN A SU GENF.P^ALI7ACIÓN POR GUILLEPti^IO QUINTANILLA Ingeniero Agrónomo. Director del Instituto Nacional de Investigaciones y Experiencias Agronómicas y Forestales. MADRID-MINISTERIO DE FOMENTO

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DIRECCIÓN GENERAL DE AGRICULTURA Y MONTESSERV[CIO DE PUBLICACIONES AGRfCOLAS

N^EV.dS 06IEN'f^GIONES TIiCV[C,4^DEL

CULTIV^ CEREALVENTAJAS DE ESTOS SISTEllZAS ^-^ CONDICIONES DE SU APLICACIÓN

DIFICULTADES QUE SF. OPONEN A SU GENF.P^ALI7ACIÓN

POR

GUILLEPti^IO QUINTANILLAIngeniero Agrónomo.

Director del Instituto Nacional de Investigaciones y ExperienciasAgronómicas y Forestales.

MADRID-MINISTERIO DE FOMENTO

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HUE1iAS ORIENTACIONES TÉCHICAS DEL CULTIYO CEREAG

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DIRECCIŬN GENERAI, DE AGRICULTURA Y MONTESSERVICIO DE PUBLICACIONES AGRiCOLAS

N^EY.^J ORIBVT^CIONBS TECNICASDEL

CULTIVO CEREALVENTAJAS LE ESTUS SISTEMAS ^ ^ CONDICIONES DE SU APLICACIÓN

DIFICULTADES QUE SE OPONEN A SU GENERALI7ACIÓN

t -1i. i:iPDR

GUILLE[i,MO (^UINTA^IILLAIngeniero Agrbnomo.

Director del Instituto Nacional de Investigaciones y Experienciaa

Agronbmicas^y Foreatalea.

MADRID - MINISTER[O DE FOMENTO

^ĉ^ ^Q,, . ^Z^^

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MADRID.-lmprenta y errcuadernación de Julio Cosano, Torija, 5.

Teléfonb 10306. ,

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•Kuen^s .orieatac^On^s t^Ct^fcas del ^cuitf^ao cersai.^Ventaj^s 1fe estas Ststet^ias.'Cbddiciones"qe su a[plicaéión.

DiHcultades que se oponen a su generalizacióh,

por QUILirERMO QU[NTANILLA, In-geniero Agrónomo, Director d^i ^Iirs-tituto Nacional de InVesii^aciones yExperiencias Agronómicas y Fores-tatés (1).

l^pante de •los métodos tnadicionales de cultivo de cerealesque se•practican^en las distintas'regiones o camarcas de ^Españay.que, portanto, san sobradamente conocidos por los agriet#lto-res. los nuevas procedimientos que •más se han divulgsdo, ^porhaberse ensayado unos y por haberse aplieado, más o menas^e^^tensamente, otros, son los siguientes:

El •Dyy fa^r^m>ing (de origen norteamerieano), e1 métado de^Demtschinsky (modificación de los chino-rusos), el de Re^^(franeés), •el de ^Hallet (experimentado ^por Grandeau) (francés),los chino-rusas, ^1as argelinos del Riff .y Bourdiol, el de Je$n(fra^tcés), el integral de Pequito-Rebello (portugués), el de $e-'naiges y el de Arana (españoles). .

No ^podemos omitir en esta ponencia el nombre del ilusrre^ngeniero Agrónomo D. José Gasebn, que, si bien no hx ^preco-nizado un nuewo método especial de cúltivo, ha dado normasracionales de aplicacibn de las prácticas usuales, modifica•^doacertadísimamente algunas, y no solamente en lo relativo a la-bares, sino tarrtbién ^a otras imparGantes cttestiones, como -1a ^delabonado en -general, y más eapecialmente respecto a•los mejoresmedios de preparar y coridueir convenientemente la fermenta-ción ^del estiércol y la distribución del mismo en las tierras.

(1) 'Ponencia ^rela^t•iva ál ^lema I tie lA Secciba A'del Primer Con^eaoNacional Cerealista celebrado en Valladolid en aep,tíemb,re de 19`87. Acontinuación de la Ponencia re^producimos tam}^ién las n Anteconclúsio-tte's+ q 1aa `Qoatili^ditrnea ^fi^ílttvá^t^e ^apróbakdaB.j-lWota dé! S, tte •P. A.

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También creernos deber recordar a los Sres. Sandalio deArias y Cordero, distinguidos agrónomos que en el siglo pasa-do propusieron ya nuevos procedimientos de siembra, y que eneste aspecto podrán considerarse como predecesores de los que,tanto en España como en el Extranjero, han llegado, a conse-cuencia de nuevos ensayos y experiencias, a fijar los métodoscuyo estudio co}^stituye el objeto del presente trabajo. .

^ c^i^tas ^ asa^éínvs' a.' iraeér unaEm`^m^r^doŬ-^estos pYrc3ĉe ° ', .^ ^- •suçint^, re^efl^ de las bases priqci^paleg.. en que,çada ^no, de ellossé func^á ^ , f . ,,..:^^,-,, .

El Dry,farmsng norteamer:cano Es eŬeñciál éñ este mé-tAd'^ Iá -o^érac^ión de lévaí^.t^r^ los rastrojos inmediatamente^.quae se ha hecho la sie^b^a', 'aplicando después una labor de^ ‚^adá de diŬcos, al óbjetó de, Abtener una capa de tierra sueltade poco espesor. En otoño se realiza la labor de alzar con ara-do:de vertederá, prescindiendó del uso deL-arado durante todala^ primavera y verana sigúientes,. a a lo más .a priñ¢ipip :de-pri-mttvera se hace otra labor de :•arado. Duraxrte aodo- el año debarbecho se íabra repetidamente la tiErra; 6; : 8 6 más veces,empleando gradas de diseos o canadienses^de mwelles,-hasta quellega la época de la siembra. Esta se hace ct^n^sembradora y se

^ siguen gradeando los ¢uítivos •desde final ^del tihvierno hásta quelas plántas tienen una altura de unós 30 centímetros, para lo

. cu^al se empíeán grádas de púa al prrncipio, ^ después otras con^ púás muy lár(^asi y que van mbntadas sobre ruedas bastanté al--tals,.conocidás+uon el notnbre de «tiVheeder» en 3Vortea^nérica.

^ Como se ve, es esencialmente un éultiv^í de afio y ve^, en elcual ƒoy díá admiten también álternativas de cosechas. Estecultivo no debe practtcarse sinó en ^suelos 'cuyo ^espesor tengacotno mínimo 2;50 metros; ^ en'opinión úe los^ a'grónomos norte-americanos. .

EZ método de^Démtschi^sky:-Indicarernos primeramente lasobservaciones en que su autor basa este rnétodo. Desde luego,es un hecho comprobado que, dejando una gran distancia entre

- planta y planta, se provoca el desarrollo y la cqnsiguiente for-mación de un gran número de espigas, si bien muchas de 1ascuales no llegan a su completa madurez, dando individuos ra-quftieos e incapaees de forrrlarla. Es decir, - que ^a Se cbnsigue1a debida uniformidad en la madurez del gráno:, : ^

„ Además, el• e^paciamie^tó etitre planta;y,p^li^ta,tr-A^.cqnŬigo

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una^prolongácibn de Ia vegétáción,-qué auriqué se lfinita a treso Ŭuatro días, es lo suficiente, para^:rétrasar la maduracibn en unperíodo peligroso, Quedn, pue ĉ, 'SeBáláda la ' circunstancia de^ue, sembrandcr con semilla rala, sé determitiá^ la formacibn denumerosas espigas; la rázbn de que 'éstas se áesarrollen pocoen álgunos casos ha de atribuir^e piincipalm^nte a una insu$-ciencia en la produccibn radicular. ^. ^^., Respecto al distanciamieitta-de'^las plántas^; padría producirse

el ínconveniente de redúcir tanto la calidad como 1a cantidaddel gráno. _ - . , ^

Si se observa una plantita de centeno de tres semanas, puedecomprobarse el rápido . desarrollo de ĉu raí2 principal, cuyofinrsimos pelos radicales désecan°lá lsárefón de tierra que está.a^su alcance, y. comienzan poco^. poco a rno'rir, péro la plántareacciona con la ^formacibn de.un'sisrema de ra'icillas que nacende la parte inferior del nudo de crecimient6: ^`studiando aténta-^nente la mareha; del desarrollo de lás raices, podria comprobar-sé que la razbn prinŬipal por la que lá planta da con los métódosordinarios de cult3vo una cosecha en ^cañtid^ad y calidad nosiempre suficientes .es debida a' la despropor ŬiiSñ entre lá parteaérea y el número de raicillas. ^ ^

Debe, pues,.preocuparse el agricultor de robustecer y pro-fundizar el sisteina radicular dél cereal, para lo. cual aconseja^Demstchinsky ahondar la plarita a las tres semanas de su de-sarrollo, si se trata de peqt^eñas extensiones; pero^si se tratara decultivo extensivo, podría sustituirse esta operacíbn con un reŬal-ce o aporcado cuidadoso, y también rnediante el trasplante delos cereales, que, juntamente con una gran estercoladura, cons-tituyen el procedimiento empleado en Chin,a desde hace más detres mil años.

Demstchinsky eomprende que la introducción en Europa,dél método chino de trasplante no resulta fácil, por la escasezy carestía de la mana de obr.a.

El método de trasplante se funda solamente en las experien-cias de Nobbe, que demostraroñ cbmo se podía multiplicar ma-ravillosamente el número^de las sémillas con el auxilio de suce-sivos trasplantes de los cereales. Con el trásplanEe se han lle-,gado a obtener producciones hasta dé 100 quintales métricos dégrano por hectárea, con un gasto de 130 a 160 jornales, más quelos necesarios. para las labores ordinaria^. .

- .

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l^n ^^^nto.,al,pr,flRAÁiu^ie^p^tó.^lel recalc^e, ^es e1 q+ke^Demst-Ŭhinsky r^co^ien;da p^a^^^r^a, y;.ia e^ec.^ú^,a^alicando a^a.daP1A^it,a,çu,^,o,do,;e1 F^r^^1^k^^m,txdb^q tx^eg, fi^liolos.^de ,3,:a 4, centí-^^t^rAS.de. ^ura ^ t^^^r^. 1?^s,,^s ^s,.^qu^nce. ,c^ias,; r .e}^ite ^lrecalce,, ^^ie^do ^ur^,t^vo, ^st^do, de ; t^erra. de, ^ual mltuza4^e-•t1 ant^erior.^$ate.#^,1ttAxi^^Po^.'^^^^l^a„i,^resc,t^d^baepara el éxito de su método: ,...

,^a) ^^xb^az'. prec^pcí^q^e,^;;^ákta.y;.si es^ posibie,^ enkulio.

b) Doblar, y a ser posible triplicar, tos recalces pr^aetic,ados^l^ ^^rtpe^tr, ^l, #^v^er^14:

^1lét,q^p; de,:Icey.-rCwl^iY^ ^^o. del txigo.; çoAS,lder^ este ,a^^rr„i,^^k^1+ee,;:^s,;todo, consex^v^ar la

^^Pa^Yegetal. ŬonS^rt^^#^ 1^^^^`.^Pt>^ic; pQr tmec^io, ^íe1Abo^^es,y^ áes^w^s: r,a+^^^ts Cdp^s, ^p^; l^s, ^erv.alos ^de iar^c4,leŬcibn.a,l,a.sier^ab^,a;..^gi,cava^ap+^r^+^^a^e,es^arcias Y bi-nas. tep^tidas, d^r+^e; ^1^ pe^ríA+^n .v^^i^tQ.;^l ^rpe,jyor met^io, esc^^tivar, ea liae.as, e^pa^d^s,a ^w^,:r^#nit^aa^ie aA;c^., sembr,an^obastante cla^ro.yi l^cio^d^ di^^^sp,s; ço^b^irya^,i,q^aes;;.así,, en texre-^os. di^ici^es; poc^^áa^,^,r^e ;^a,.s ;^'k^as, de,d^s : en, das a dis-tintos espacios, dejando fajas de 5,5,,,at16p ^,qn,,^p^Bet^a,^te los, it^^tru-rr^^^tos; de, ^bor^ pv^d^^ E^ar ec^a, ^t^.

^^tipAne, este-,^utQr, qµe; ^,a. ^^^ra :cle, í#p ^ó ^ l^i graIIwS porm^trn. c.^ad^rado,es q^,s 9^,e,^a^t^t,e, ,y<eó^ao.ac±^nseja, ^treotras^ f+^rr.na^s de, l^a^er: ^a;a,ie^^a, ^^,a,:c^e; sli^trib^'tr. é,sta, e^n ltn^asa^50.cna., bastarian^,6Q^^^bUág^^itas^pqr,r^petró,:á,e lfu.ea:para^obte-^er,, recurxiendo a.toá,QS ri^s ; i^^iios ; prasibl^es . s^aueif^vprecan,.ela^siya^tiau^tQ,,unra:^^^ya.t,^•^3U•b:^;^l,°pcml^eç^área, c4n la cen-di^cib^, Por.sup;ttesto,^íe qu^^:^e^i^^^t^^o.,c Ŭ^^g.al^me^texias fer-tilizantes necesarias. Tales renditnientos se consig-ut^n, s^gí^ elmtitor, con^ la, pro^u.ccxciri ^e ^iA,,a ^Ap•:eapig,as p©r ^xetro euadra-:do. Es.d^cir, cop.ru^, prpeQedio,ĉe.:^^,o.cu^tro ,tal^tas por pie,lo que no sería diffŬil con una si^ra ;:algo precoz o con una^iprra fé^tii.!$ero:si^s;bec^mosu^[^,recaJ:ce,,astmentaremosel ahi3am^iento, ef^rutLa aoz^desa^ile;proparçián•

^Es. sabiiia, la , in^us^^,a. rbsm^^iv^sa Rue ^ae : obtiene, no sola-mente,escn^nslo.la,éps^c^t^á^s^^aav^^te^tle,r^^ar la.siena-^ bra,: sirw ta^nbié^ , cPn ^ las ,op^r,a^i^es sle reesl^ ,y aporcado,.+c^}idaáos^+^&tos u^ti^ios,.q^e,,corp.o•^yar.ltQc^,oS 3udic^o,.constitu-yen el fundaménto dela^i^^,actleT,?^nts^i^Y.

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También rec^rnienda ; este ::a^tor . practicar . en • primavera,cuando las plantitas, d,e trlgo -miden_unos ^ ó 30 cm. de ^altura,el ^ despunte,^ que puede ; coutribuir, según: ^1, . a impedir el ^ en-4a^mado. -

Ha Ilevado a cabo durante seis años, desde 1915: a 1921, n^z-^erpsas: experiencias,. ^gz^tpando 1as. iir^+ea:s de áos en dos, a unadist^ancia entre ambas de QO;cm.,cde manera:a formar ban.dasseparadas,a su,vez;por^un intervalo de: 50 a 60 em. (sQgún losterreaas)^ para^ el pasa de.les; anima.les y de las instrumentos.delabor.^Fero esta disposieión no^ es absoluta, pues en suelossuel-tos,. planas .y, en, que el trabaja eŬ fácil, recomieada sembrar trsslíneas, con una separación de 15 cm. y el intervalo entre ba^ad^asc^e.5^0 em. ,

En. el primer aflo de experiezaeias obtuvo un .rendimiento de^l.$17 K.g. de.grano par hect^trea,: hetiiendo sembrado a razón deAO.granos por mEtro lineal,y: a la distancia de.2.,5 cm.. de un:gra-ao a otro. A;Rladió abono ; a; razón . de . 3iJ0! Kg. de: nitrato sádico,900 de superfosfato 14-16, y 300 de sulfato pntásico.

En elsegundo afío de .experien^ias.hizo^dns siembras,^.unapreeoz, en que obtuvo 62,2^ Qm., .y otra tardía, que:produjo 31,Q1quintales por hectárea, ^menar^prmducción esta .última, debida auna.insufieieneia en la fotmacián.de hijuelos. Durante las oehotlías;anteuiores a la^primera simtibra, se.dió una^labnr de aza^dade d0 cm. de: profundidad, .y ^ durante la vegetación, tres .escar-das .y varias binas. :En .cuanto a.,abano se añadiero^ ^10 Kg. desuperfosfato 14-16, y 700 de cenizas, y además, ea^ ^abril, ^unamezcla. de 300 Kg. de;nitrato. s+ódico y+600 de ceniaas^. -. .

En el,tercer aflo de experiencias óbtuvo.algún^resui#ado con-tradictario reapeeto a la bondad de las siembras .psecóces, y.de-dujo también que- en terrenos ricos :en materias fertilizantes, so-bre todo si están abundantemente estereolados (sñadió _en^unade las parcelas estiércal^a. razón de 60.000 Kg.^por hectárea), elempleo de los,nitratos^puede ser^perjudicial.

En el^cuarto aSo:no gudo deducir,consecuencias precisas,.ac^ausa.de• algunas enfermedades que se^presentaron.en.las,plan-tas. Sin embargo, pudo..eomprobar, lomismo^que.en'losaños.an-,xeriores, los beneficios de este sistem^ de cultivo escardado.

^En el quinto atio estudió la :resistencia al : ataque ^ de las en-^fersnedades de ,diversas •variedades, ,y en ,el •sexto <año vió q.ueacaso fuexa más conueriiente en.ciertas^condiciones .disponer:ia

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^iembra, en vez de^rupos de a dos líneas, en grupas de-tres, Ŭon^o que obtuvo un Iñgéro aumentó en 4a producción,^ pde ĉ si bie^ilas líneas extremas dierbn menos rendimiento, la^ línea• central,'aunque más débil todavia, compensó y aun superó la pérdida delas otras d^s. . . . . . , . . , ,

: Indica í'inalmente este autor que ; s©meter el trígó'a' un cúlti=vo escardado Ŭomo el^que él pr.econiza en un suelo que no reuná•las candicianes de una b.uena • canstitución fisica, materras ^}ii^=tnas de vegetación en cantidad ^suficiente y una buena y antigualimpieza afr exponerse a^esultados• más o menos aventurados,siendo preferible absterierse rúiantraĉ no se reunan dichas'con-diciones. . . . . . ; ^ • . , .

Método de Hallet.-No varia esencialmente del anterior y re-comienda especialmente sembrar semillas bien selecciónádas yló más pr.onto porsible, .basándose en el principio^de que la másá

de las raíees varía del simple al .cuádruplo, según 1a^ menor ó

mayor precocidad de la sementera. Emplea también rnuy pocacantidad de semilla. ^ , ^, r Todos esfos m^étodos,•así como.los ¢hinó•rusas3 cuyá^s rrtodi-ficaciones por Demtsehinsky hemos reseñada, tienen el incon^

veniente de que, .prolongando el período ,vegetativo del trigo, se

aumenta el peligro del escardado sobre todos ios hijuelos, in-.cónveniente que puede remediarse en parte con el empleo devariedadES temtpranas, por.el despunté o con el.empieo de alioynos, y haeiendo que el^ahi^amiento se inicie . lo más pronto pó^

sible. • ^

Métodos de Riff y Bourdlol. - Itiff sembraba el trigo con sem-^bradora én.grupos de•dos líneas, separadas 20 cm., dejando en-tre cada dos de este grupo una faja sin semhrar . de 70 a 80 ceri--tírtletros, que se labra superficialmente con cultivadores desde lar^mentera hasta la cosecha: ^

. Bourdiol cultiva el trigo de la manera siguiente: Se traza unprimer surco de arado de ocho a diez centímetros de profund^-:dad, en el qué = se siembra a mano (a chorrillo), repitiendo esta

operación en suce^ivos surcos distanciados de 70 a 120 centíme-

-tros. Cuando las plantas son bien visibles, se hace una labor lige-ra por medio de un arado sencillo:o de un cultivador americano.Esta• labor deberá ser repetida una vez por ^ló mends cadá mes

^_hastá la casecha; si 1as lluvias nó se suceden rnuy rápidamente, y:s"im.falta después de cada Iluvia. Estas binas se sigu'en repitien-

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do háŬta •la cosech^; ^y después de ésta se deben apllFar otras.dos; por lo menósK duran^ el v^erano: , ,^^ Bourdiol^no es partida'rid,^n°alimenos no.lo era c^a^dq-,^z^pe-

z6 a cultivar^cozirg•^and^s Espaci^nientos, ni de,las, la.bores p^orfundás .ni del 'e3^ntpl^o. tle abonos. ^Posteriormen.te ha r^ecomen-dadó el empteq^cle^3tos^r.^parCiéndolos en,el ^ondo de lps surcosy cubriéndolos con grada antes de echar la semilla, despu^s.delo cual vueíwe á p^asax^la^gra4ia. También^ha--re^cona^e^clo;última-xnente que, sabre Codo,en^las tietras fuer.tes, d^be darse una:.l^bor honda antes cive la seane^atera^ : . _ . .. _ . ^;,,rr{s;;. Método deJear.--Suprime el arado q. tadas^lvas_t^p&^f^t^^,^^-•logos, para reemplaza"rlos exclusívarnente pot,la^g^^cl^ ç ĉ;^p,lti-vador cañad.iense; prescinc^e de 1as,alterrtativ2^5^:io,^,^u^tt^osy no emplea más abonos que el escaso estiérco^.p^Cetdll^i^q q^ ^lafinca: . ^ . ^: . Y,r^-; , ^;.,": , ,

Como hemos^ dicho, hace uso de un. eul^tiy^.dp^-^^ mugl^esque, para igual cantidad de trabajo hecho;,éx;ig,e,^fuerzos;de•tracción naenore^ que el mismo aparato éon diet^t^^,^çígidos, y^camo lo emplea por'pases sueesivos, .ai Cabo d^ unQ^^cua^ps-consigue tener una ‚apa de ^tiezra removida de:24^^1il.r^n-Q^-^tubre instala sobre el.cultivador tipo canadf^nse po^ ^1^;jd^aclo^una tolva, para distribuir la semilla, arrojándala ^1^Xa,^t^ ^le:las-rejas y quedando repartida como cuando se siembra, a,v,oleo, y•la tierra-levantada por las rejas la cubre ligeraz^enta. ,.

^Después de la siega se empiezan a dar las labores de e}zlti^va-dor hasta la sementera , s,i^uiente. Cultiva ..trigR :sQbre t^lgo; uotro cereal, sin dejar descansar la tierra, si bien^d^ uez;e^ ^uan-^do intercala un eultivo de alfaifa o esparceta., ,

Llama la atenci^5n en,lo mxpuesto la sustitucidn dél arado porlos cultivadores de^ mnehés ^para labrar las tíerras; so^re todo^si están secas y duras; la obteneidn de. cosechas de: ‚ereal ^obre-^cereal con la sementera hecha ,a junto; la supresiórt de los abo-^nos minerales y la escasa cantidad de estiércol que ernplea, a•pesar de lo cual, según él, la^ fer.tilidad del suelo no sálo. se sos-tiene, sino que aumenta. ,

' Método z ntegral de Fequito-Rebello.-Como.^su,mis^o nom-`bre indica, consiste en la aplica^ci^dn de los principios que caiiauno de los autores de los rnétoáos anteriorménte. descritos con-^sidera indispensables para co^seguir seguros; y•granr^es rérníi-mientos, como son las siembras en líneas espaciadas ,d^ fs0 a

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120 cm. de Bourdiol, los aporcados y siembras tempranas deRey, el trasplante y el despunte por el ganado, de Demstchinsky,etcétera, etc., procurando realizar todas estas operaciones, ex-cepto el : trasplante, ^ que exigiría una abundante ^ mano de obra,con!la mayor oportunidad.y de•la manera m^ís económica.

'Con^este sistema•cultural queda de hecho supr^mido^el bar-beého.

^a•sie•mbra débe'hacerse muy temprano, si puede ser, enagosto, y, 10 ^n^s tar.de, .en septiembre, con el fin de que hayatiempo de que amacolle o ahije antes de que vengan los fríosde^inviemo. Las'líneas sembradas^pueden ser^+encillas o dobles,eon una separación desde 12 a 25 cm.; la,cantidad de simientepor ^linea debe: ser ^mayor, ^/^ ó 1/s rnás-espesa•que la indicadapara las siembras ordinarias,,porque como se .dejen fajas de 0,70a un metro entre la línea o par de líneas sembradas, les quedaespacio lateralmente para extender las ra#ces y proeeerse de lahumedad necesaria.

Después de la siembra puede ser .conveniente un ;paso -derulo, luegó se suceden,todas'las labores de gradeos, por lo me-nos uno cada mes; aporcados, una^en otoño y otro^en primave-ra, como mínimo, hasta.igualar completamente el sureo abiertopor•la siembra, y aun, ^si fuera conveniente, .una labor m^ás hon-da junto a^la ,l#nea sembrada, afin^de que la^humedad que pu-diera acumtilarae excesivamente en alguna época se,filtre ^y seeonserve en el terreno para las neeesidades ulteriores de la^planta. Todas las labores+indicadas han de hacerse con la mayoroportu^ridad posible. '

Para la preparacidn del °terreno, él agrdnomo portugués -sedecide por ^1 método ^ean, que se empieza inrnediatamente des-pués de ^levaritada aa cosecha. Las fajas que.no han llevado se-milla están labradas limpias de todo el año, y en medio de ellashan de haeerae'las.:líneas^de siembra del^año siguiente, de ma-^nera que .el aerr.eno que hay que.gradear repetidamente,por elmétodo Je^n ^es^el.de la faja sembrada, que quedará endurecidapor 1a pérdida de la humedad que ha absorbido la planta.

lif^todo «Benaigea^.-^Z.os:procedimientos de cultivo que este•aútor designa con 1os nombres de «Sistema de ^lineas pareadas^y aMétodo fajeadoA •le han ;permitido economizar semillas, abo-nos y escardas, ^facilitar la siega y la labor •de alzar., y, al propio^tiempo, ^umentar'.las^aosechas.

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Tales métodos estríban:1:° En sianultanear el sembrado con el barbecho, para supFi-

xr7iréste o reducirlo coasiderablemente, sembrando cada afio enlos espaeios vacíos o call^ que al^año anterior se. dejaron entrelas• faj as de^ plantas. ^

2:Q En binar o laboFear las ca,lles i^tercala;das er^ el;sembra^do; aparcandd oportunamente las plantas, pero sin:asurca^r sen*srblemente el terreno, cob 1o cual se facilita :el :er^l^sa áe la se-gadora. ^

^ 3:° FŬn ahorrar semilla, economitar abono y suprimir,la es-carda a mano: ,

4.° En facilitar- el pronto alzado de rastro^os o^haeer naenosperentoria tan útil lat^or, por qu^edar (al seg2tr:la cose^eFca} mu-11ida la mayor parbe dé la superficie sembnada..

5:° En facili^ar el'cultivo,: alternando ĉereales^y leq^tu^inosas:C.° • Permitir^ en ^ secano el culC.ivo de a.lfálfas o mieig^ y. es-

parceta^s.7'.° En conservar la humedad y activar las reaccianes bio-

quimicas del suelo^ todo lo cual aarece la producción y la hacemás económica. ^

Dice su autor que abten.er cereales sobre cereales es posible,pero no siémpre recome.ndable. Puede:, sin .ernbargo, con^stituiatbuena solucibn en determinadas situaciones y resulta atrayenteer^ todas; como atyayente y yeprodr^ctiva de mome^lo sería en-calar con frecuencia y copiosamente las tierras, aunque eilo re-sultare a costa de su fertilid.ad, y ria siempre ta^i proceder fuerael más provechoso. Cultfvense, pues; en rotacibn, ĉereales^ y le-guminosas; siempre que sea posible, y no se escatimen las labo-res de bina en las calles, que^pueden darse con apaxatos provis-tos de re3as especiales hasta 18 ó 20 cm. de^ profundidatí. .

Demuestra el Sr, Benaiges que el cultivo en líneas paFeadasse puede practicar sin aumer^tar el gan,ado ni la mamo de obraen la agriculCura tradicional,, ya que un obrero con una splamula bina al día de 1 a 1,50 Ha..^ de superñcie sezr^brada,. y. camoéstas deben repetirse con un. intervalo^ de unos treinta días, sepodrá, aun binando. una hectárea por jArnada,. con la mitad delganado necesario en el cultivo ordinario .(un par^ de mulas de larb®r por 25 ó 30 Ha;, d@ tierra}, labrar en dielio iatsrvalo ^las 30hectáreas supuestas sembrad^s en su totalidad; pera ^en^ las tie-rras aneillosas y en. todas aquellas en. qn¢.el tempero de las llu^

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vias desaparece rápidamente, durattdo ^á!}o de; docc a quince

días, se habrá de^áprovechar esa sazón ant.es de que, la tierra se

eadurexea, y seprecisará entoness utiliza^las c^os mulas, y,^amo,

en- genex^al, las labores q^^e se dan a las calles son en nt^mero de

cinco, se precisará ese auxilio cinco veces c^urante doce días, lv

que arroja un cainjunto de 60 jornales de aux,iliar para las .30

heetáréas, Pero, ^en Gambio, y merced a esas labore^, reiteradas^

podrá sup^rfrt^irse: en absoluto la. escarda a,^ano, que requiere,.

cuando menos, 150 jornales en dicha extensión. ^

^ En cuanto a Xa aantidad de semilla, ha obtenido 1as m^s attasproducciones de trigo^ con espaciamientos 42/13 cm. (es decir, 12centímetros entre las dos líneas de un^ par y 42 cm. .de calle sinaembrar), empl^eando 80 Kg. de simiente por hectárea. Sembran-do tarde puede ser más conveniente llegar a los 90 y aun a 1os100 y más kilogramos, si bien en las tierras fértiles puede redu-cirsQ dicha cantidad obteniéndose buenas .cosechas con espacia-mientos a^/^^ sin rebasar los 60 Kg. por hectárea, debiendo au-mentarse en proparción al retraso. Si en la localidad se siembraya a^náquina, se puede aplicar la ñorma de disminuir la Ganti-dad de semilla en un 10 por 100 del que ardinariamente debausarse para los.espaciamientos de'i/i$. Si só^o^ ha venido sem-brándose a voleo, la reducción inicial puede se^- mayor (de 30 a^0 por 100, por ejemplo).

- L' as-siembras ^puéden realizarse en llano o en surco, como en,el método fajeado. Las primeras se realizan preparando el te-.rreno con el arado y la grada, o simplemente con cultivadores,siendo importante obtener un buen paralelismo de las líneas desiembra. Si bien puede ser ventajoso: el distribuir el abono almismo tiempo que 1a semilla con máquinas adecuadas, este pro-eedimiento ^ puede presentar varios inconvenientes, como sonque, a igualdad de caños distribuidares, exigen estas sembrado-ras mayor esfuerzo de tracŬión que las corrientes, y.tambiénrnayor atención para ,su buen fupcionamiento; .esto aparte deelue si^ hien hay abonos que ningún perjuicio originan por sucontacto con la semilla, otros; como los cloruros y aun los su-perfosfatos, sobre.todo en tierras ácidas, pueden ocasionar da-Alos en la germinación. ,^ La siembra debe ser temprana, y este si$tema la facilitu, yague pueden aprovecharse mejor los temperos, pues la labor pro-funda de las cálles éon el binador permitE sub^anar c^espués las

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- 1B

defiŬ^ieneias de la labor previa, pudiendo también esparcirse el

abono rrkás tarde, si se precisa, incorporándolo al suelo con una

de,las #reŬuEntes. labores de bina. , , • , .

Una vez realiz^da. la, si^#pbza, pasado- el rodillo, a tablón,. si^^ tierr-a. no esxá:; xnuy h^tmkeda.y rlacida ya la planta, es precisoesperar que ésta ^l;cance sufciente altura, para poder dar el pri^mer aporŬado_ sin. riesgo de enterrarla. Cuando se sie.mbra texri=pran,o, suele eslto ocurrir al mes o ,mes y.medio,. prbximame^te,y s^ la siembra fu^ ^ardía,^ha^de diferirse eif primer ap.orcadohasta ^Qbrero, qim^jor hasta que la vegetaeión despierte de suletarg?^ invernal, pero siempre antes de finalizar el:mes de marTzo. Sea como quiera, y dentra de estas norntas, convieñe que laplanta teng,a ya cuatro hojas.y de 19/15 em.-de:altura para daresta labor, que puede ser profunda (de 12 a 20 cm.), si se realizaantes del invierno,, y conviene Ŭou. ella recalzar- c.on unos tres ocua_tro r.entímetros de tierra; aun. en el caso ^e tener que demo-r,ar el prirper aporcado, no se debe prescindir ae la labor profun=da dada por el centro de las calles sin recalzar.

El segundo aporcado se realizará lbacia el.mes de febrero, sihubo posibilidad d^ dar temprano el prirtxero; y.si-éste tuvo quedemorarse hasta es^ta fecha, se practicará el segundo tres sema-nas desp.ués. El autor indica en las instrucciones que acompañaa su binadora las disposiciones que han de da,rse a sus diversaspiezas operadoras, tanto. para estas primeras binas con recalcecomo para 1as binas sucesivas.

Estas últimas, si la tierra está en buen tempero, es dable y

yentajoso hacerlas algo profundas, con, lo qu^ las raíces que sc

rompen se ramifican p aurnentan la superficie de absorción; pero

si la tierra está muy seca, 1^s r.aíces mutiladas no se reponen,

y su inutilización xesulta pelig^osa, no debiéndose entonces, ni

en general en las últimas labores, profundizarse. más de seis a

ocho centímetros, y aun algo menos en la .proximidad de la^

plantas...^11 terminar la floración ci^l trigo conviene ciar una b,ina conrecalce, aporcando un poco, . .

; Estas binas dett^een aplicarse siempre después de las 11^tv,ias.,para evitar la formación de Ŭorteza, en el suelo,y el arraigo de

malas hierbas, y, • si no ll^ve, se darán c^n intervalo de un mes,

prdximamente. En general, basta con 1os dos a,poxcados y dos

o tres binas más. . , . ,

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-16-

Otro de lms •pracedírrnientris que recomienda rta^bién el se^i`órHeuaiges es ^el' de. sem^brar^ en surcos, m^ediante el ' eual pu^ed2alcanzarse, análogamente que cón los recaí¢es; el mayor ahija-rniento:^de•las.^.pfiantas;^d¢s^oronando progresiva^nenté, y unave¢^naciáas^^éctas; lasccestasdelos:cabaPlorres; para^reca.lzarláscaa la^tie^rra:.que p^oceci^^-de aqixéllos, consigu^iendo al propintieutpa^qa^se^alia^ae ei ^tetrer^o,^ ya•^}ue sembrandt^ después o alpq^opio tiernprr que se asurca=partimos dÉ una superficie ondu4a^dá^ cu.yos cabafilongs se va^ ^ desha^aiendo a medida que se vanr+eca^zanda: ^las. plantas. Este, p^racedimiento, que no irnpide elbttan ^t^^nyeionami^ento de lós. tneCan^i^arnos. de recoleccibn, tiene laventaja de que los mism}os cabálic^rnes ^atirigan en un principiols^ ^.planba contra ^ los- vientos fríos y lá procuran un ambientepropácio:

A1 mes an;es.y^medio o,.al despertar^d^ nu^evo la activfdadvegetatiwa de la• planta,: corno se dijo a1 trátar dé los cuidados a1as siembras^ en llann, debe darse un segu^ndd aporcado; y des•pués se aplican las mismas binas que en aquel procedimiento.

Una cóntraindicacibn ímportante que a^este sistema puedept^esentarse^ es que en las tiárras impermeables, si sobrevienenlluwias después de sembrar; eí 'agua, al^ correr por los surcos in-clinados o aF recogerse en.los horiaontales, puede perjudicar^algxann. Para ^evitar este^ pet•juicio, Pequito-Rebello ^propone suacertada -labor de drenaje, qu^e praotica con el primer aporcado;pero donde las lluvias más copiosas ^tengan lugar casi simultá=nearnenbe° con ^lás. siemb^•as; esa^ labor; qne exige cierta alt'uraen ias plantas, no puede aplicarse. En lás siembras dispuestas en]lana se puede también; en cuantc^ asoma la^ sementera, gradeara,lb litir^ga de los sur•cos; para:destrtiirla veget^ción adti^enticia:^

Ibdi^cadás las príncipales ventajas e ineonve^iientes de ambosmrétodos, tatnto uno coma otf o pu^eden dár excelente resultado,^si^ se apliaarn en sus medios agrícolás ^adecuadós.

Por último, el «Método Fajeado^, pz•econizado también ^por^este=autorcomo el ínás^fáeil^y asequible de los procedimientosmodernos de siembra de cereales, ya que puede praeticarse conel arado ramano y la rastxa ^siznpiemente; y mucho mejor convertedera, raskra ^y binaddr; resultá singuharmente indicadó enlas siemliras de ensa^yo, cuando nn se^di^pone^de sembradórá <ycuando el campo está. situado en.aona^innaccesible pAra el tránNsito rodado o el arbolado dificulta el uso de la máquina;^ etc.

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El terreno se prepara con el arado o con los cultivadores ygrada, debiendo qu^dar la superf;cie llana y desmenuzadatDespués, se asurca con el arado romano estyecho, preferible dghierrq y con orejeras largas, de unos 22 centímetros, trazandolos surcos a distancias de 65 a 70 centímetros, orientados en la.dirección de los vientos dominantes.

Debe abonarse a voleo sobre todo el campo, con 250 kilogra-

mas.de superfosfato de cal 18/20 por hectárea en las tierras ca;

lizas y, en su lugar, 350 kilogramos de escorias Thomas en las

no calizas. La siembra se hace a voleo, utilizando cantidad de

semilla •análoga a la que requieren las siembras corrientes

hechas a máquina, y para cubrir la semilla, se pasa un tablón

de púas o clavos a lo largo de los lomos, con el que se arrastra

la semilla y tierra al fondo de los surcos, y, en éstos, sin llenar-

los, queda enterr^da a tres o cuatro centímetros de profundi-

dad. k^l terreno debe, pues, quedar alomado.

Al mes o dos-meses de la siembra, cuando el trigo ya nacidq

tiene unos 12 ó 15 centímetros de altura, se realiza el primez

aporcado, pasando la rastra a lo largo, y así se reŬalza el pie de

^la planta con unos centímetros de tierra, lo que fuerza extraor•

dinariamente el ahijado. Después de veinte días, por lo menos,.

se practicará el segundo aporcado, y después, sucesivamente, y,

con interval^ s de veinticinco a treinta días, y hasta después de

la Horación, y aun cuando no haya malas hierbas, se realizarán.

la5 binas como ya se ha indicado.

Recomienda el autor emplear en primavera 50 a 100 kilogra-mos de nitrato sódico por hectárea en una o dos adiciones.

, El agricultor dispone así de una graduación de procedimien-

tos. El yrrétoc^o fajeatlo puede servir en las tierras que le sar^

propias de puente de paso, y el cultivo de líneas pareadas, sin

supresión del barbecho, constituye un medio de transición, que

pudiera aplicarse con la alternativa siguiente: Barbecho•ceba-

da-leguminosa de siembra tardía (enero a febrero) y trigo.También puede concertarse la rotación a base de un cereal de

siembra tardía, y dando entrada a la leguminosa para forraje en

verde, ya es fácil la supresión total del barbecho. Ejemplo: veza

forrajera-cebada con siembra en noviembre-guisante u otra

leguminosa de siembra tardía y cereal de otoño.

El barbecho debe hacerse con una Iabor profunda de verte;dera, profundizando progresivamente dos o tres centímetros

2

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iriás cada año, hasta llegar a unos 25 centfinetros, o en una desuelo completada con otra de subsueló, S en labores posteriorescon los aperos ordinarios o cuatrisurco o grada.

Método «Arana».-El procedimiento de cultivo quc esteautor ha dado a conocer en diversas publicaciones particularesy oficiales, y especialmente en su obra Nuevos métodoŬ de cccl-

tivo en secano. El cuttivo continuo se basa principalmente enciertas modiftcacíones que introduce en el de «Pequito•Rebello».

En dicha obra estudia 1os fundamentos del cultivo de seca-no; primeramente en sus dos formas más conocidas, como sonel tradicional seguido en Cástilla y el Dry far»:ing norteameri.cano. Expone después los distintos métodos que integran el de«Pequito-Rebello», haciendo á continuaĉión una descripción de-tallada de este último, terminando con la exposición de las mo-dificaciones por él hechas a este sistema, así como a los de Riffy Bourdíol, y cita algunos dátos sobre 1a cantidad de agua nece-saria para criar'una cosecha en el cultivo ordinario «a junto»sobre barbecho, o a«año y vez» y en el «cultivo continuo» cóngrandes espaciamientos.

Razona también sobre la posibilidad y fa:cilidad dé implantareste método de cultivo y los de Riff y Bourdioi en toda la ampliaextensián del pais.

En un apéndice final tr^ta de los trigos más indicados parae1 cultivo continuo en grandes espaciamientos, de los trigos de-nominado^ de fuerza, del cultivo continuo en el viñedo y en losolivares, de las praderas artificiales en secano y otros extremos.

Por tanto, para la mejor comprensión del rnétodo debido alSr. Arana, insistiremos, aun temiendo incurrir en algunas repe-ticiones, sobre algunas de las principales normas que «Pequito-Rebello» aconseja.

Recomienda que lo más pronto que se pueda se proceda a lasiembra, empleando 150 kilos de superfosfato de cal por heĉtá-réa, y cuando se siembra por primera vez, según estos méto-dos, sobre rastrojos a junto, deben añadirse además de 25 a 50kilos de sulfato de amoníaco. Como norma general ha de em-plearse en las sementeras hechas en buenas condiciones dehumedad y época .normal tantos granos por metro de línea ofaja sembrada como centtmetros hay de seQaración entre los

. ejes de dos fajas sembradas conxiguas.La sembradora «Lister», tipo Tip-top, con dístribuidor de

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abono, es un tipo de sembradora muy completo y perfectamen-te manejable por un par de mulas, y es la más recomendable detodas para practicar el método Lister o integral, que. puedeadaptarse a separaciones entre los centros de las líneas de 90 a120 centímetros, y aun a menos de la primera cifra, separando 0juntando convenientemente las ruedas.

En cuanto al drenado y aporcado de otoño (arico de otoño),

sabido es que se ha dado tal nombre a una labor muy ligera

hecha con un arado de madera que se pasa por el surco de los

sembrados a cerro, y que, además de destruir las malas hierbas

que hay en él, realza parte de la tierra, que va así a recubrir «en

parte» las plantas de trigo nacidas en lo alto de los cerros. Ests^

labor se acepta en el sistema integral; pero así Gomo en el siste-

ma antiguo eran iguales los dos aricos de otoño y primavera, e^

este sistetna varían por completo.

El arico de otoño se hace profundizando y ensanchando losdos pequeños surcos que quedan a cada lado del pequeño lomoó cerro con que se cubrió la semilla, y en el que nacieron plan-tas, adaptando convenientemente a esta opera Ŭión el cultivadorPlanet o el cultivador Lister, con el que se hacen ambas opera-ciones de drénar y aporcar de un modo perfectisimo.

Pequito-Rebello indica que la acçión dél aporcado puede ser

acrecida por un paso de rulo a lo largo de las líneas de plantas,

porque aumenta el contacto de la tierra con ellas al doblar y

quebrar éstas, facilitando tódo ello el ahijamiento, aparte de

que, apretando un poco la tierra, consolida el lomo o cerro. Se-

guramente se presentarán muy pocas ocasiones de hacer este

rodillado en. buenas condiciones de tempero en esa época, sobre

todo si el rulo es pesado. Hay un tipo de cultivador Planet, que

puede adaptarse convenientemente para hacer esta labor.

En cuanto al despuntado o desmoche de otoño que recomien-da Pequito-Rebello, casi nunca se presentará su necesidad enCastilla, por la insuficiente altura que en dicha época alcanzanlas plantas.

El aporcado de primavera se realiza al finalizar el inviernoy empezar la primavera, en la época en que se did siempre encada comarca el arico, procediendo a labrar las fajas no sem-bradas, tapando los surcos de drenaje, y al hacerlo se aporcano recalzan de nuevo las plantas, ya que la parte alta del cerroen que nacieron, cuando se aplica este método de siembra, es-

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taba más baja que la superficie del terreno y éstá queda planaal hacer esta labor: Antes de tapar los surcos de drenaje seaconseja,'sobre todo en climas fríos como el de Castilla, en quela nitrificacibh se retrasa, repartir, a lo largo de ellos, hasta 50kilogramos de nitrato de sosa, por hectárea, lógrando así a1 ac-tivar la vegetación que el ahijamiento de primavera sea lo más.temprano posible, no debiéndose, por tanto, retrasar nunca estearicado más allá dé la época en que tradicionalmente se hizo encada comarca en las siembras en surcos o cerros.

El despuntado o desmoche de primavera se practica para que,

al retrasarse los padres e hijos nacidos en otoño, se adelanten

Ios que se forman en primavera, e igualados todos lleguen en lamisma época a la mádurez. Es una operación peligrosa, que

únicamente podría hacerse euando el aspécto de la vegetación

indicase que las plantas, si no Ŭe las despunta, se encamarían

más adelante.Desde la sementera hasta la cosecha se habrán de dar binas

por lo menos una vez a1 mes, punto este Ŭobre el que ya hemosinsistido suficientemente. ^ ^

Después de hecha la siega queda el terreno dividido en fajas:

unas, estrechas, con rastroja; y otras, labradas, de ^ocho a diez

centímetros de profundidad. A fin de preparar' el terreno para

la sementera inmediata, Pequito-Rebello da a la tierra el conjun-

to de labores qué se conocen con el nombre de barbecho perfec-

cionado de verano de Jean.Con esta labor queda cerrado el ciclo anual, y al otoño si-

guiente se vuelve a sembrar la tierra, procurando hacerlo en elcentro de las fajas no sembradas en el año anterior.

Con el método integral se puede cultivar de un modo poco

menos que exclusivo cereales, de la misma manera que se hace

aĉtualmente, sobre todo en las tierras fuertes en el cultivo a dos

hojas. Es más racional, sin embargo, cultivár alternativamente

ĉereales para grano y leguminosas, que pueden ser para grano

o para 5er segadas en flor, y después henificadas o ensiladas.

Se recomienda especíalmente la alternativa siguiente:

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• 1.° a 6.° ai1o ...... ........

7.° - .... ..... . .8.° - ...............9.° a 12 - ...............

13 - ...............

14 a 18 - ...".......... .19 - ...............20 á 2^ - ............. .

Alfalfa o esparceta.Roturacibn de la alfalfa.Cebada de otoño.Trigo.Avena.Trigo.Avena.Trxgo.

Antes de sembrar la avena se da una labor de arado o cubre-

semillas a la tierra, y se cubre con ella el estiércol. En los demás

años se emplearán sólo,abonos minerales, como queda dicho, y

en los que se emplee el estiércol se puede completar la acci6n

de éste agregándole también los 150 kilogramos de superfosfato

de cal por hectárea, que se ha aconsejado emplear al hacer lasiembra.

Argumenta el Sr. Arana respecto de la posibilidad y facili-dad de implantar rápida e inmediatamentc estos métodos en todala amplía extensión del país, díciendo que el método integral sepuede practicar en 30 Ha., como ha quedado expuesto, aun dis-poniendo tan sólo por cada par de mulas de una gradá de mue-lles,con contramuelle,para hacer el barbecho de verano, y úe uncultivador Planet sencillo, con el que se puede sembrar y hacertodas las demás labores. Y claro es que, para practicarle en laforma acomodada a1 empleo de un materiat de cu[tivo tan redu•cido, el capital a invertir en su adquisición no excede de 800 pe-setas. Si se quiere utilizar la sembradora Lister, tipo Tip-top, condistribuidor de abonos, hay que invertir unas 1.000 pesetas más,y en la adquisición del cultivador Lister (que se puede suplirpor el Planet u otros aparatos más sencillos), otras 700 pesetas.

Es el primer convencído de que no es posible pensar en quede momento adquieran todos los agricultores una sembradora, yun cultivador Lister, y un cultivador Martin's,. y que implanteninmediatamente el método integral a base de esos instrumentos;pero sí se concibe que pueden todos, absolutamente todos losagricultares, disponer de los aparatos que son necesarios paracultivar según los métodos, Bourdiol o Riff.

Los gaŬtos anuales de cultivo, salvo e1 a,umento de los de 1arecolección, son iguales„ poco más o menos, en estos nuevosmétodos que en el cultivo tradicional de año y vez. Es verdadque se siembran todas las tierras en vez de la mitad; pero el gas-

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- 2^a -

to de ^emilla no es por eso mayor, ya que se emplea por hectá-rea un tercio de la cantidad que se siembra en las siembras ajunto. De abonos sólo se emplea por hectárea la mitad de loque es corriente emplear. De modo gue, con lo que ahora segasta en semillas y abonos para la mitad de las tieri`as, se siem-bran y abonan todas sigttiendo los nuevos métodos que se vie-nen exponiendo, y aun sobra dinera.

Los gastos de ganado y obreros son también iguales en elcultivo corriente, salvo él aumento natural de los de verano, altenér que hacer cosech,a doble, y aun los gastos de recolecciónno se duplican aunque se duplique la cosecha, ya que el trigocultivado por estos procedirnientos produce mucha menos pajacon relación al grano que el cultivado a junto, y lo que se trillaes la paja.

He aquí ahora la modificación importantísima, aparte de al;gunas ya indicadas, que el Sr. Arana introduce en el método in-teŬraL

La sembradora Lister, tipo Tip•top, tiene en su parte anteriorun arado de vértedera doble, fortísímo, que pexmite abrir unsurco de 45 a 50 cm. de profundidad, en el fondo del cual esdonde la sembradora deposita el abono y la semilla. La profun'didad de este surco no debe pasar de 15 cm., y las rejas que elaparato lleva detrás cubreri la semilla con un lomo o cerro de#ierra, cuya altura es inferior en unos cuantos centímetros a lasuperficié general del terrerio, pues; cuando más, debe tener 10centímetros de altura.

Desde luego, que si al empezar a practicar el sistema parti-mos para hacer la primera sementera de tierras preparadas conun barbecho ordinario o un barbecho de verano Jean, no se en-contrará dificultad al.guna en llevarla a cabo utilizando estasembradora o cualquiera otra. Veamos ahora lo que sucederáen los años siguientes:

En la práctica del sistema intégral, según ha quedado ex-

puesto, las labores son todas superficiales, de 8 a 10 cm., salvo

la del barbecho de verano Jean, de la que el autor ha de pres-

cindir; pues bien, hay una o dos épocas en que se puede dar

a la parte de tierra no ocupada por las plantas uná labor pro-

funda, de 20 a 25 cm., equivalente o análoga a la labor de alsar,

o primera labor de los barbechos ordinarios, o a la labor hecha

con el barbécho Jean. .

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Si se hacen las labores de drenar y aporcar en otoño y la deaporcado de primavera, corno se ha indicado anteriormente, re-sulta que la profundidad a que queda labrada la faja no sembra-da no es superior a 10 cm. Pues bien, el autor hace el aporcadode ,una manera perfectísima y labra además, a la vez, las calleshasta 20 cm. de profundidad, empleando un arado provisto deuna vertedera.^e forma especial, que permite desplazar el pris-ma de tierra lateral y verticalmente, dejándolas perfectamenterecalzadas o aporcadas, sin que queden cubiertas de tierra.

Si las calles tienen 70 ó 75 cm., son suficientes dos surcos porcalle, y si tienen más, hay que dar tres surcos. Para calles, demenor anchura se puede utilizar un arado con dos vertederascomo la indicada, o una que vierta a izquierda y otra a derécha.

ATo utiliza más que una sola, vaca para hacer esta labor, y vamás d^scansada, aunque el arádo llegue a una profundidad de20 ^6 25 cm., cuando se ponen dos al mismo arado provisto devertedera y se labra a una profundidad de 18 cm., pudieñdo la-brar al día hasta una hectárea, lo que es tanto como decir quese ^ueden aricar y labrar hondo, en la temporada normal de losaricos de primavera, las 30 Ha. de un par, sin aumento de manode obra ni de ganado; es más, una mula no trabaja.

Si, por tratarse de fincas grandes, es posible utilizar el culti-vador Lister para los aricos de otoño y primavera, entonces lacosa es más rápida, fácil, sencilla y, sobre todó, cómoda paralos obreros, ya que van sentados. ^

Esta modificacibn, hecha-dice también el Sr. Arana-pormí respecto al momento de labrar hondo las calles, tiene unaimportancia transcendental; no sólo permite ahorrar el tiempo,las molestias y el gasto de hacer el barbecho Jean, sino que,^a.demás, consiente reducir el ganado de labor-en toda explota-cidn que haya más de un par-a lá mitad, si bien conservandoel mismo número de hombres, tratándose de fincas pequeñas; ysi se emplean, como es corriente en América, sembradoras paracuatro caballos o mulas, cultivadores Lister dobles para la la-bor honda y cultivadores Planet dobles para las binas, se puedelabrar por Ŭada hombre y cuatro mulas la enorme extensión de120 Ha. ^

En cuanto a los métodos de Riff y Bourdiol, son también mo-dificados por el Sr. Arana, como indicamos ligeramente a conti-nuáción:

i

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^ Para hacer la sémenterá sé emplea una sembradora como lasordinarias -que es de desear repartá a la vez y por los mismostubos de la semilla el abono'-=-; á la ^que sé^ilejan los tubos agru-pados de dos en dós (quitando los •tjue sobran3, dé modo que delCentro de una bota o reja al de la atra^queden de 10 a 15 cm., yque entre^ un grupo de ^tulios y el siguiente quede una calle de7© cm., cuando menos. Ef^ los. ^Climas secos, co^no el de ^amora,dónde llueve 30U. mm., es preferible dejar tubos aisladós a ^U ceti-tímetros, cuando merios. Se gradúa lá máquina de modo que porcada^ grupo de tubos y metro lineal de recorrido caigan tantosŬranos como centímetros'háy de separación entre los centrosde dos grupos de tuboĉ contiguos o entre cada dos tubos, si se

^ dejan tubos aislados en vez de grupoĉ de a dos, si bien debe em-

plearse algo más semilla cuando la sementera no se haga en

buenas condiciones de humedad o se haya retrasado.

^ A1 llegar la época det arico de ofoño se puede operar de dosmodos distintos: ` , ^ ^

^ 1.°' Desde que el trigo tiene tres hojas se ernpieza a labrar' las calles del sembrado con el árado Arana, dando ios surcos

‚omó se dijo anteriormehte y procurando que ia l^tbor se termi-ne antes de despertar la planta del letargo iavernal, con lo cualse aporca ligeramente y se facilita el ahijarniento, y como ade-más se crea qna depresión en el centro de la calle, las plantasquedan en condiciones de no ser destrúídas por un exceso posi-ble de humedad durante el invierno, ya que el agua, si fuese su-perabundante, se acumularía en el centro de las calles.

En las fincas grandes se puede emplear para hacer la labordescrita el cultivador Planet doble, convenientemente modi-ficado.

Si por ser el clima húmedo,excesivamente en invierno, o porbtras razones, sé teme que las plantas sufran por exceso de hu-medad, se puede -al tener las plantas cuatro hojas-, dar laiabor de arico con el cultivador, poniéndole en los brazos quevan junto a las líneas de plantas unas palas vertederas, que vier-tan hacia é1 interior de las calles no sembradas, quedando en-tonces las plantas y el terreno en forma análoga o igual a la quepresentan al hacer la siembra por los métodoĉ Lister o integral,cuando en éstos se efectúa la prim^ra labor de aric.o.

Después se da la labor de arádo con vértedera especial, para,a 1a vez, aricar y labrar hondo, comó se ha dicho.

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Las labores de bina se dau ^éada veinte-veinticinco días apartir de la salida del inwierno.. En la sementera siguíente se siembra en el centro de las ca-Iles del año anterior, sin más preparación. .

El método de Riff -continúa diciendo el Sr. ,Arana-, con lasmodificaciones que quedan indicadas, será seguramente el quemás se generalice, pues se pueden utilizar para ponerle en prác-tica las sernbradoras ordinarias, aunque no tengan distribuidorde abonos, si bien sería mejor que lo tuviesen, que ya poseenmuchoŬ agricultores. '

Son muy diferentes los procedimientos usados en nuestra pa-tria para el cultivo cereal. Diversas condiciones -clixna, sue-Io, recursos económicos, etc.-imponen la variedad que se ob-serva. .

El procedimiento que podemos llamar tradicional çonsisteen tratar los terrenos con repetidas labores de arado, que se de-nominan, generalmente, de al^czr, binar, terciar y cuartar, sinel empleo de aparatos. para labores superficxales y alcanzandolas labores dadas una profundidad diferente según los instru-mentos usados, fuerza de que se dispone y la comarca de quese trata, siendo los límites de 10 a 20 cm. .'

Las Iabores mencionadas no 1as com^ienzan en general hastaque han terminado las siembras; es decir, en diciembre o enero,y a veces resultan imposibilitados de efectuarlas, por las condi-ciones en que el terreno se halla, pues suele éste llegar a endu-recer.se enorrnemente, aparte de la desecación extraordinariaque se produce por no dar fácil paso a] agua, perdiéndose unagran parte de la proporcionada por Ias 1luvias de otoño, que no

, se infiltran en el suelo. Las labores, además, no son, en general,y:cntas; es decir, que espacían mucho el ancho de la faja remo-

vida por el arado y resulta que la parte inferior no queda plana,

sino como un perfil que pudiéramos denominar ondulado, y

como siempre se llega a la misma profundidad, el paso del talóndel arado endurece y brur^e e1 fando, que se hace poco propiopara la penetracidn del agua y de las raíces, que encuentrangran obstáculo a su propagación.

Estas labores suelen ir aumentando progresivamente enprofundidad. .

La siembra se efectúa, en general, cuando las lluvias lo per-miten, por el tempero del suelo, y siempre desde principios de

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octubre, a veces antes,.hasta fin de noviembre, según las regio-nes, y se realiza, por lo general, a voleo, variando según lascircunstancias naturales y locales el mod,o de cubrir la semilla;pues unas veces,.esta.ndo preparado el suelo, mediante una la-bor alomada antes de la siembra, rajan o hienden los lomospara.cubrir la semilla, y otras veces se aloma y también y sepasa una rastra en.el sentido de la dirección de los lomos o seefectúa el pa^e de una grada perpendicular u oblicuamente aéstos. En los d©s casos, la siembra resulta después como enfajas, pués suele quedar muy neta o limpia la banda intermediay 11ena de semilla la faja, pudíéndose efectuar después ]aboresa las siembras, como si éstas se hubiera realizado a máquina.

Qtros también esparcen la semilla a voleo sobre labor pla-na, tapando aquélla después con arados trisúrcos o cuatrisur-cos, llamados cubreŬemillas.

Los cuidados del cultivo consisten en el aricado, andado 0arrejacado de la siembra (que generalmente se aplica cuandoésta se ha efectuado. a lomo) y en escárdas a mano. El arrejaca-do se suele hacer dos veces en muchos lugares, y tiene algúninconveniente, por quedar los lomos con los lados muy próximosa la vertical y la planta resulta colgada. ,

La cantidad de semilla que se emplea es variable también,según las condiciones del suelo y clima, y^esta variacibn semantiene entre los límites de 110 a 220 kilos para el trigo o lacebada, siendo más frécuente la siembra con abundante canti-dad de semilla y empleando mayor peso para las .tierras ende-bles y siembras taxdías. .

^ Las siembras a voleo tienen muchos inconvenientes, entreallos, el importante de la distribucibn desigual de la semilla, porefecto de la .cual se ve claramente en los primeros tiempos.de lanacencia la poca homogeneidad de ésta, observándose man-chas muy verdes y otras del color de la tierra, porque tienenmenos plantitas. Además, la desigual profundidad que se haevitado con el uso de lá máquina, 11eva como consecuencia quelas plantas asomen a lá tierra fnás o menos vigorosamente, puesno hay que olvidar que aquélla se nutre con sus propias reser-vas hasta que dispone de parte aérea. Esto produce también aveces la pérdida de alguna cantidad de semilla cuandó el tiem-po no es conveniente.

En los a8os últimos se han introducido importantes reformas

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en los sistemas tradicionales de cultivo, y las principaleshan sido:

1.° La sustitución del arado común de reja por los aradosde vertedera va siendo casi general állí donde lo permite elsuelo, aunque subsiste todavía en una escala de exigua irnpar-tancia, y sobre tódo en los predios pequeños, el usó del aradocomún, y además se emplea casi exclusivamente en las opera-ciones de aricado. En muchos casos no se usa el arado de ver-tedera por falta de fuerza de tracción; y en general ocurre estocon 1os pequeños agricultores, que tienen ganado de poca alza-da; asnal algunas veces. .

2.° Pases de grada, al principio, sobre las últirnas labores dearado, y, últimamente, tras de todas las labores. Esta reformaestá bastante restringida todavía.

No hemos de encarecer la importancia de esta práctica, puescon ella se capta la máxima cantidad del agua caída y la evapo-t'acidn se reduce al mínimo, y si en todos los países tiene impor-tancia, ésta es aún mayor en el nuestro, en que por todos losmedios posibles hemos de evitar se pierda el agua que propor-

, cionan las escasas y anormales o mal distribuídas precipitaçio-ñes atmosféricas, escasez que se agrava aún mús por la deseca-cióñ que a veces producen tan inoportunamente en algunas re-giones Ios vientos.

Es, pues, el gradeo una operación que contribuye a acmcernotablemente la cosecha.

3.° El empleo de abonos minerales, y de éstos los superfosfa-tos preferenternente, pues-eñ los cultivos tradicionales se usa-ron sblo los abonos orgánicos, y muy^de tarde en tarde, por nodisponer de cantidad suficiente, de estiércol para beneficiar atodas las siembras, aplicándolo con preferencia a las de cebada;pero desde hace bastantes ailos se empezó a hacer uso de losábonos minerales, que se' puede decir vinieron Ŭasi al mismotiempo que los arados de vertedera; se usan frecuentemente los^nitratos en primavera, y esta generalización creciente de^ laaplicación de abonos minerales no ha logrado éxito en algunoscasos aislados, debido a la falta de adecuacidn al suelo de lasubstancia empleada corno fertilizante.

4.° La siembra se efectúa con bastante frecuencia allí dondelo permite el suelo, valiéndose de máquinas sembradoras, cuyas

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ventajas no hemos de encarecer, y además se practica a ve Ŭesel gradeo de las siembras ya nacidas.

No es, pues, razonable censurar al agri Ŭultor de falta de ini-ciativa, pues, como se ve, ha ido intxoduciendo importantes re-formas en el cultivo. Los agricultores españoles, quizás comolos.de otros muchos países, están tachados de su apego a lasprácticas tradicionales, y, sin embargo, sus procedimientos hansufrido notables y serias modificaciones.

No hay que desconocer, y se puede proclamar, que se nota

un progreso en el cultivo, y a él han contribuído de consuno la

necesidad y la difusión de las enseñanzas por los técnicos, aspi-

rando a una mayor y más segura. producción conseguida racio-

nalmente. Tal fué el nnóvil .que inició el uso de los arados de

vertedera, y acaso su limitacibn en el empleo sea debida a la

falta de condiciqnes apropiadas y, entre éstas, la escasez de nu-merarío.

Fueron los primeros arados usados en España ingleses y

a.mericanos{ rr^as construídos par^. tierras diversas a las nues-

tras, en climas muy lluviosos, se vió la necesidad de transfor-

mar las, largas vertederas helicoidales en otras que exigieranmenor tracŬión, llegando, por cambibs sucesivos, a las actuales.

Entusiasrríados al principio los agricultores con la vertec^era,

juzgaban que sólo con ella lograrían óptimas cosechas, y que

^éstas serían de mayor cuantía cuanto la profundidad de labor

fuera mayor, El tempero de nuestras tierras fué motivo de no

poder ahondar lo que ellos deseaban; mas, aun así, en muchos

sitios, al sacar tierra del fondo a la superficie, trajo como resul-

tado, a veces, un déficit en la producción, cuando no cosecha

nula, sucedido corriente en los suelos de peXfil k^eterogéneo, coo.

subsuelo yesoso o de natúraleza inféztil.

Si el arado de vertedera ha producido grandes ventajas enmĉchos sitios, en otros no se logró con él el resultado esperado,

sino todo lo contrario, y ello se explica fácilmente, porque no e ‚útil para efectuar con él las operaciones que se calcaban del an-

tiguo procedimiento y a que el volteo de la tierrá, siendo ma-

yor, trae como çonsecuencia, en ciertas époc,as, una pérdida de

la humedad, de la que se.resiente la cosecha, sin pensar que a

la aminoración de,aquélla contribuyd lo excesivamente ahueca-da que pudiera quedar la tierra, y que al sembrar el grano difi-

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cultaba las nacencias por falta de c^ntacto con el suelo, debidoesto último a que no se efectuaba una labor complementaria queevitase este inconveniente.

Por otra parte, al arado de vertedera se le achacb, infundada-

mente, la producŬión de una infertilidad como resultado de unamayoi• actividád biolbgica, que, sin el concurso de abonos, o con

un uso muy precarfn de ellos, difícilmente lograba produeir co-

sechas remuneraddras. Hoy día, felizmente, úsase el arado en

muchos casos, con arreglo a los preceptos de la técníca, comple-

tando su acción con otros factores, restringiendo su uso a las

operaciones co^ivenientes, y, alejados así los peligros de su ar-

bitrario empleo, ha llegado a estimarse en la extensión que me-

rece, no dejando de reconocer que en algunos sitios, por condi-

ciones especiales que hacen difícil su sustitucibn; subsiste el^

arado antiguo, y que existen métodos de cultivo en 1os cuales la

vertedera no se usa; término medio de los dos extremos, el del

abuso de aquélla y su abandono, está el empleo de losarados de

subsuelo junto con los corrientes, que alcanzan débil profundi-.

dad, y que tan magnos resultados han dado en muchas co-

marcas.El cambio total y radical de los procedimientos de cultivo .

que ellos seguían desde sus comienzos hasta el fin es y ha sido

muy difícil de conseguir, y la introducción de ios arados de ver-

tedera, para que se pudiera considerar de uso general, tardó un

período de treinta años, y en los casos en que se empleó arbi-

trariamente, con resultado poco halagtieño, hubiese sido con-

veniente la prolongación de tal períodó hasta nuestros dias.La resistencia de los labradores a estos cambios radicales en

el módo de tratar el suelo, productor de las cosechas, de las que

depende su vida, no es puramente rutinario, sino que obedece a

argumentos que él edifica, basados en una observación continua

de los medios en que opera, y, en muchos casos, haciendo com-páraciones con lo que conoce de ellos, debido a su ilustración,

que no es tan escasa como en general se supone.Los arados de vertedera, que han producido beneficios incal-.

culab.les en los climas húmedos y en los terrenos de regadío, no

han beneficiado en absoluto la produccfón en los clfmas secos, a

pesar de haberse realizado al mismo tiempo otros progresos que

impulsaban aquélla.Descríbense al principio de esta ponencia los diferentes mé-

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todos de cultivo, y acaso lo vario de ellos demuestra que son di-versos los procedimientos adecuados para lograr el fin perse-guido, que no es otro que la obtencibn más económica de la ma-yor cosecha. Es nuestra patria mosaico geolbgico y de suelosagrícolá, de climatologfa dispar, y lbgicamente se explica queno halle generalidad absoluta un determinad.o método, adecua• ^do, sí, en determinada localidad y condiçiones.

Escasa es la produccibn de hierbas adventicias, malas hier-bas, en el norte y centro de nuestra Penínsul'a, que alcanzangran desarrollo en la parte sur de ella, y aun dentro de una mis-ma regibn, los afíos lluviosos se comportan de un modo dife'ren-te a los de no tan grande precipitacibn. Y todo esto justifica lasmodificaeiones a ef^ectuar para adaptar el sistema a las condi-ciones medias de la loc^l^dad. ;

Obsesión de todos es la econamía en las labores complemen-tarias, y según los útiles y terreno, varía la separacibn. Esta esvaria en los diferentes autores, no inrriutables en la separación,acomodándola a las enseñanzas de la realidad, espíritu que seve haeiendo un detenido estudio en lo propugnado por ellos.

La teoría de ia separación de la línea la interpretamos comodependiente de la máquina que efeçtúe las labores entre aqué-lla; partidarios son unos de determinado útil y otros de ciertamáquina, que crean motivos a la variacibn de distancia. Mas énuno u otro sisteFna, de capital importancia, de capitalísima, esel cuidado con que se efectúe la siembra, y son loables la difu-sión de los diversos procedimientos, ya que se consigue, en con-diciones análogas a las experimentadas, una mayor producciónen las condiciones que ^se indican.

No es sitió ni lugar el que me hallo de exponer un resumen

de las discusiones habidas entre los que propugnan por uno u

otro sistema de cultivo. Lamentable es la violencia a que en

aquéllas se ha llegado, hija, seguramente, del cariño y entusias-

mo que se siente por la idea, y que algo disculpa la forma como

se ha llevado en ciertas ocásiones la discusión, siempre de re-

sultado, pues los argumentos y hechos expuestos han permitido

puntualizar extremos muy interesantes.

La aportación de pr.uebas en pro de sus respectivos sistemas,exhumando experiencias que tuvieron resultados negativos, haservido, por lo menos, aun en el peor de los casos, para limitarios intentos en eondiciones análogas a aquéllas en que no se ha

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obtenido éxito, y es, por lo tanto, de una consecuencia favora-ble para el porvenir.

Todo intento de nuevo procedimiento cultural debe ser acom-pañado de una experimentación cuidadosa, y lo suficientementelarga para que las consecuencias a deducir tengan valor prácti-co. Perduran los técnicos en sus ensayos con este criterio, antesde fallar sobre diferentes extremos, en las condiciones en quese produce el hecho y plazos, estimados por el profano comolargos, no lo son para los rigoristas escrupulosos que tratan deapartar las posibles alteraciones a que está sujeta la experienciade necesaria répeticióri en tantos lugares como variables seansus condiciones. Toda cautela parecerá poca antes de aconsejarlo que puede ser, de efectuarlo prematuramente, sin base sólida,un grave trastorno económico para el agricultori.

Los métodos de cultivo han dado resultados, mas no de un

modo general y.en absoluto, y sólo con labores, es difícil lograr

la obtención de la máxima cosecha deseada, pues aquéllas sóloson uno de los factores de su produccic5n; los abonos ejercen su

influencia, así como las semillas. Hoy, la ciencia, en su continuo

trabajo, alumbra sobre extremos ^desconocidos, y perdura la teo •

ría de la alimentación vegetal, cuyas bases son inconmovibles,

concediendo a los fertilizantes la importancia debida, y, de ellos,

al estiércol, la importantísima que tiene, y que ha conducido in-cluso a la creación de estiércol artificial, que pueda evitar la pe-nuria de aquél. En la mayoría de las tierras, excepto en aque-llas de peculiares condiciones, son las fórmulas mixtas las

aconsejables, y hoy día el examen del terreno, con arreglo a los

nuevos estudios, permite hallar el fertilizante adecuado, dentro

de las necesidades.

Las razones de emplearse y recomendar el abonadó, en re-

lación siempre con las características del clima y suelo, no son.

quizás las que comúnmente se cree, como son la restitución al

suelo de las substancias levantadas por las eosechas y el mejo-

ramiento y aumento de la fertilidad del suelo, considerada ésta

de un modo simplista. Una de las razo^es estriba en la forma-

ción en el suelo de disoluciones, de deter^xj,nada naturaleza yó-

nica, de las substancias necesarias para la síntesis orgánica, es-

pecialmente en ciertos periodos de la vida vegetal.

La cantidad de líquido que ha de pasar por los vasos del or-ganismo vegetal para la formación de la uuidad de materia

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seca será menor cuanto las disoluciones en el suelo sean^ másconcentradas, dentro de ciertos límites determinados por su to-nicidad, comparada con la d^ los jugos celulares de las plantas.

Beneficiosos, repetímos una vez más, son Ios métodos pro-pugnados por ^Cascón, ya hace baatantes años, y los de Arana yBenai^es, que tienden a almacenar el agua, a aminorar las pér-didas de ésta y a mantener el suelo limpio; mas son todos losmétodos de cultivo por sí, si no van acompañados de una con-veniente semilla, ^con• arreglo a lo que ordena la genética, y abo-nado racional, insuficientes a lograr el óptimo de producción aque se aspira hoy clía en todos los ramos de las manifestacionesde la industria. '.

Las labores de cultivo y forma de efectuar la siembra son,por lo geñeral, los iinicos extrémos eseuciales de que se ocupanlos propugnadores de nuevos procedimientus de cultivo, conce-diendo importancia subalterna adjetiva los que de ellos se ocu-pan a otras circunstancias muy di^as de tenerse en cuenta, yde tas que dependen, en gran parte, los resultados a obtener: sonaquellas partes de la fertilidad, el perfil del suelo, que influen-cia poderosamente aquélla, clima, cantidad y distribución de lalluvia, vientos, temperatura crítica, es decir, lo llamado Eco-logía. ^ ^ ^ ^

Rlgunas modalídades de las preconizadas en los nuevos pro-

cedimientos enumerados al principio de esta ponencia, el de la

pequeña cantidad de semilla, por ejemplo, 1ustifican lo indica-

do. Se funda en el ahijamiento, que tratan de obtener simple-

mente por las operacioneg que recomiendan, como e1 aporcado,

etcétera, etc., que, Ŭin desconocer su importancia, este fenóme^

no es función principalmente de la fertilidad delinida, como an-

tes se há hecho, inttuenciada por todos los factores indicados, y

prueba de ello es Ta diferente cantidad de semilla que en los cul-

tivos tradicionales se emplea, aun efectuando las labores de la

misma manera, según las diversas circunstancias de. clima y

suelo.El asurado de los cereales se produce generalmente cuando

se emplean semillas en poca cantidad y la planta no se ahijaconvenientemente, o bien cuando lo hace de un modo desigual,^i, debido a la constitución del suelo y a la época de la siembra,no llegan las raíces a tener un desarrollo conveniente.

En general, puede decirse que para poder nutrir una espiga

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de doble número dé granós que otra, se necesita doblé cantidadde líquido portador de ŬubŬtancias ^minerales del suélo, y unacána que puede dejar pasar ciérta cantidad de líquido por súsvasos nó permite pasar doble cantidad, constituyendo estehecho una sencillá cuestión de hidráĉlica. Esto se puede corré-gir, p'ór ‚oñŬiguiente, con más semillas que prod^tzcan más cá-ñas y espigas más pequefias; con 5ubstancias fértilizañtés quecon‚entreñ los jugos ó con ambas cosas bien combinadás, ytambién con uha 'distribución adecuada de las plantás en elsueló. Debe experimentarse muy cuidadosamente, para evitárla énfermedad o aminorarla, el uso de sernillas de variedadesde ciclo corto antes de recomendarlas, pues observando el modode producirse este fenómeno del asurado, se ve que en la cebadase presenta más frecuentemente que en el trigo, siendo la pri-mera de ciclo más cortó que el segundo. Los agricúltores seprevienen contra él asurado en la cebada abónando con éstiér-col y sembrándola sobre el barbecho, pĉes sabido es que a esta^planta se le dá^preferencia en estas operacioneç.

En cuanto al desarrollo de la puc‚inia (royá) observada en lassiémbras ralas o eñ las distancias excésivas nos la explicamosá que no pudiendo pasar (comó se ha dicho al tratar del asurá-dó) todo el agua qúe el sĉelo retiene a di^posición de la planta,debido a las buenas labóres de préparación y de cultivo, pzopiasdé los nuevos sisteinas, se evapóra por 1a tiérra en cantiáadexcesiva y provo‚á un auméritó en la hu^medád de la aEmósfera,formándose ásí un ^ medio muy apropiádó para e1 desarrallo deeste hongo, pue Ŭ sabidó eŬ que se produce con demasiada fre-cuencia en los cereales que se cultiváñ en los climas húmedo Ŭ .

Las orieñtaciones que deben ség ĉirŬe pará la experimenta-^ción y divúlgación de las réformas del ‚ultivo cereal, con óbje-to de alcánzar una producción cápaz dé que la agricultura: de-dicada a este ramo, tan importarité én Españá, mejóre en susituación obteniendo mayo,res cosechas a precios de próduccióninferiores, recomendando toda clase de precauciones en los en-sayos que deben efectuarsé añtes dé introducirlas en el cultivo,són las siguientés:

a) Bárbecho de áfíó y véz én ĉna situación de excepción, ymás généralmente alternativa de cúatro o s^eis hojas, haciendonotar que las alternativas deben ser en general de hojas pares:

b)' Labores progrésivaŬ , y tratándoŬe de climas secos,^usar

3

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^a ^e+^te,dera, nYo Ŭon ^ ^r9#^tsiáu:yu^;^ara.se .e,^^c^ttía^ ^iGp^o lo;pr:ecisapAĉr.a así r^o çi^r ^a R^, ^em^sµP,erfiçíal, dificultat^-do y^^^ta pa,ralizando ,1,a rvjc^a I^çt^^rit^a, ^^ e^ec,çúa tr^nsfor--.^suiptt^ cQ^ciuc,^tes :.a ;prepar^r , ^a ^^^ir^ents^ción de la javen-p^^nta, ^y.ea tadp,caso,•s¢lq d^rá us&r^e,p,^rma ^tzta s.ola jabor ^en^as .época^ ^^n c^al@ la ^^apvlr^ciĉ4^. ^a -p^clue^a ^orque no haga.e^cesivo c^;t4r y m9 ^r^}n^ viqrl,^os fu^rtes.

No descottozco qtke e.n alg-wnos qasos extremos puede estarind^,cado ^n Ia^ anteriqr@s condiciones el uso del arado, por^ejcrpplo, cua^do ^sl t^mpero ha i,m^dido etectuar la labor pro-#unda e^ ti^rr^po conveniente. P^ara lo,grar lo aconsejado en losclimas secos, en que,no es fácil, por las condiciones del suelo,efectuar las labores de vertedera opartuuaŬnente, deben usarsearados de subsuelo.

c) E^ectuar la sietnbra cpn va^i^da cantidad de s,emillas, de-pendiente de la fErtilidad .del su^lo y del tamaflo del grano,puESto que de nada sirve deeir, por'eje^plo, 100 kilos de serpi-llas si en esos k04 kilos eutran el c^oble número de simientes queen otra variedacl de gran,os más .gruesos.

d) E^ la ^puc^ tnás coaveniente, que por e^períencías repe-tidas se sabe es de primeros de octu,l^r.e , a 15 de novie,mbre,segáa lo^ c^i^S, ^ debetá ^et^xar, a. ser posible, con sembra-d^ra, en 1í^eas g^ne^a^menta parç,^das.y con fajas ^ínimas ^u-fiŬie^n^tes par.a dqX 1„^b4r^es qu,e ;t;engs^n pqr objeto mantener lasupe^icie pulv^rkz^a, para.evit^r .^a eyaporación de1 agua delsuelo e impsdi^r el itac^aifl^to; ^e ^^l^s ;h^bas, matando la ve-getaai.án espont^.nea ine^p^n^e, p^ra no verse obligados a darlaboreS semiprofunc^as en las strtreŬalles, que son las;tínic^s qu.e

-ma.tan las tnalas k^iepbas, ttr3a vgz .^a^ci^çlas.e) Labores superf^eiales y^emipro^undas, éStas cuando se

demuestre su eonvenien:cia y posibilidad ea el pertodo de vege-tación, tatilizartdo para ello, incluso para poder 1legar hasta elfinal de la misma, los apar.atos precot^izados por los IngenierosSres. Arana y ^Benaiges.‚) Fertilizaçió^n de los suelos cuando sea necesario, caso, des-

graciadamente, muy frecuente, principalmente con materias or•gánicas de las, que están desprovistas de manera asaz pronun-ciada la ma3^orfa de los terr^nos espaiSOles dedicados al cultivocereal, según anu^estra obs^rvación y trabajos han comprobado,con objezo de fayo^ecat• la r^^enŬibn ^ l.a hµmedad ^ la multi-

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plicación de la flora microbiana, a cuyo favor se han de efectuartransformaciones de elementos minerales del suelo, siempre pcuando este suelo no se halle perjudica.do por labores inoportu-nas dc vertedera, que matan esa flora microbiana.

Para conseguir el acrecimiento en estiércol con que abonar,se debe fomentar la ganader{a, estudiando las causas por lasque no puede subsistir en muchas regiones de cultivo cereal,para corregirlas y abaratar los precios de producción.

g) Impulso indispensable de las experimentaciones en loscentros oficiales de carácter agrícola, que se dotarán de todoslos medíos para que puedan llevarlas a cabo, preferentementey con toda la minuciosidad debida, relacionándolos con el Insti•tuto Nacional de Investigacíones y Experiencias Agronómicasy Forestales, creado recientemente para orientar, contrastar,dilucidar, generalizar y publicar todo cuanto tengan de útil di-chas experiencias.

Las cátedras ambulantes deberán prestar un servicio intenso

y de propaganda de las modificaciones del cultivo cereal, resol-

viendo todas las consultas que necesariamente deban hacerles

los agricultores que se interesen en estas cuestiones, y que de-

ber{an ser numeros{simos.

Deberá, por consiguiente, dictarse una organización completade los Servicios de experimentación y propaganda de los cultivosmodernos de cereales en virtud de las anteriores indicaciones.

Final. -Al dar por finalizado nuestro trabajo, nos pareoc

eonveniente hacer constar que los distintos sistemas reseñados,

como consecuencia que son de concienzudos estudios y de ex-

periencias llevadas a cabo por sus respectivos autores, quienes

se han esforzado eficazmente en dar normas concretas para su

aplicacibn, perfeccionando y haciendo más racionales unas ve-

ces prácticas de antiguo conocidas e ideando otras nuevas opera-

ciones, que se han de realizar con aparatos por ellos inventados,

tienen el mérito indiscutible de haber contribu{do con su publi-

cidad a la divulgación de principios cient{ficos que ilustran a1

agricttltor y le hacen practicar, con conocimiento de causa, las

operaciones que realiza, y con su discusión, el esclarecimiento

de importantes extremos de la técnica.

Dignos son, pues, de encomio tales trabajos, con cuya im-plantacibn ha obtenido cada uno de los experimentadores muyestimables producciones, siendo únicarnente de desear que para

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su debida generalizaGión se tome de cada uno, como se propone

en las conclusiones, aquellas normas de amplia aplicación, no

olvidando nunca que antes de aconsejar innovación alguna al

agricultor, debe ser ésta cuidadosamente contrastada en.las más

diversas condiciones.ecológicas por los distintos centros oficia-

les de experimentación (y ésta es una de las miras que presiden

a la creación reciente del Instituto Nacional de Investigaciones

antes mencionado), consiguiéndose de este modo la consolida•

ción de las íntimas rela,ciones de confianza y compenetraciónque han de existir entre el labrador y el agrónomo, pues de ob-

servar es, según se expresa en las conclusiones anteriores, que

agrónomos han sido los que hall aplicado su ciencia y sus des•

velos a mejorar la condición de la agricultura patría... Y termi-

naremos recordando la frase del inolvidable y gran Ingeniero

Agrónomo, maeStro de todos, D. Antonio Botija y Fajardo: «La

labor de los Ingenieros Agrónomos, quedará escrita en los cam-

pos de España.^

Madrid, 1.° de septiembre de 1927.

ANTECONCLUSIONFS

^Primera. Aparte de 1os métodos tradicionales de cultivo decereales que se practican en las distintas regiones o.comarcasde España que se mencionan en la segunda anteconclusión, losauevos procedim,ientos que son más conocidos, por haberse en-sayado unos, y por habe^tse aplicado en ciertas extensiones máso menos considerables otros, son los siguientes:

El Dry farming (d^ origen americano), el método de Domts-chins^y (modificación de los chino-rusos), el de Rey (francés), elde Hallet (experimentado por Grandeau, francés), los chino-rusos, los argelinos de Riff y Bourdiol, el de Jean (francés), elintegral de «Pequíto•Rebeito» (portugués}, el de Benaiges y eld0 Arana (españoles). No podemos omitir los nombres de Cas-cón, Sandalio de Arias y Cordero, distinguidos agrónomos que,si bien no han recomendado un método concreto, han dado nor-mas xaciolaales y consejos acertadísimos acerca de los procedi-mientos a seguir en el cuitivo de los cereales.

El Dry-farsnistg consiste esencialmente en practicar unasola Iabor medianamente, profunda, labores super&ciales de pre-paracián y gradeos frecuentes durante el cultivo.

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Se practica el barbecho blanco o semillado,El de Domtschinsky tiene por fundamento la siembra en sur-

cos más o menos profundos, con aporcados y labores semisu-perficiales en el cultivo y siembras ralas.

El de Rey se funda en hacer siembras relativamente tempra-

nas, con poca semilla, en líneas dobles o triples y con calles sin

sembrar de 50 a 60 centímetros de anchura, usa grandes canti-

dades tanto de estiércol como de abonos minerales, y reco-

mienda el aporcado y la escarda a mano o mecánica, a cuyas

conclusiones llega después de ensayos realizados en pequeñas

parcelas.El de I^allet, experimentado por Grandeau y por la Estación

Agronómica Cetitral, consiste en sembrar granos seleccionadí-

simos y muy temprano, con muy poca sernilla, a golpe y a la

distancia de 25 centímetros y cuatro de profundidad, a razón de

siete kilos de grano por hectárea. Se emplean en este sistemaabonos orgánicos en cantidad y además escorias o fosfatos.

Los métodos chino rusos tienen por objeto la obtención de

una gran cantidad de producto, siguiendo un cultivo esmeradf*

simo, como el de huerta o de jardín, realizando la siembra a gol•

pe en unas ocasiones y en otras el trasplante y abonando inten^

sa y principalmente con deyecciones humanas. La plantaciónse hace a tresbolillo y a urios 40 a 50 centímetros de distancia.

El del Riff lo practicaba su autor en Argelia, sembrando consembradora en grupos de dos líneas apareadas a 20 centímetrosde distancia, dejando entre cada grupo de dos líneas una faja de70 a 80 centímetros, en que realizaba labores semisuperficialescon cultivadores hasta la recolección.

Bourdiol sembraba a mano y a chorrillo, en surcus practica-

dos con arados, dejando entre ellos una distancia variable entre

70 a 120 centimetros. Después practicaba mensualmente ]abores

en las entrecalles, con arados sencillos o cultivadores america-

nos. Tanto I2iff como Bourdiol , siembran continuamente e1

terreno, dando labores en las fajas durante el verano. Además

de éste, Bourdiol da una labor profunda en las fajas durante el

verano, cuando se trata de tierras fuertes, antes de la sementera.

EI método de Jean consiste en hacer labores progresivas,desde las más superficiales hasta profundidades de 20 centime-tros, valiéndose de un aparato que 1leva su mismo nombre, yque consiste, sencillamente, en un cultivador de muelles. Gon

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este sistema no se voltea la tierra y la siembra se hace a voleo, ytodos los años en la misma tierra. Usa muy poca cantidad de abo-no, o sea el poco estiércol de que puede disponer en su granja.

El método integral de ^Pequito-Rebeílo», como su mismonombre indica, consiste en la aplicación de los principios fun-damentales de los métodos anteriormente descritos, cohones-tándolos y perl:eccionándolos, para ilegar a un procedimientocompleto y racional. Se emplean en él máquinas especiales:cultivadoras, sembradoras y arados inventados por el mismoautor del procedimiento.

El método debido al Ingeniero Agrónomo español Sr. Benai-ges consiste principalmente en disponer la siembra, efectuadacon sembradora, en líneas distantes de 7 a 15 cm., dejarido fajasde 35 a 50 cm. de anchura. Usa abonos y, generalmente, alternalas cosechas y deja también barbecho blanco. Emplea ciertasmáquinas de su invención para practicar su cultivo.

EI método del Sr. Arana, también Ingeniero Agrónomo espa-ñol, se basa principalmente en el integral de Pequito-Rebello,con modificaciones importantes introducidas por él. De ellas, lamás interesante es la supresión de los barbechos de verano, re-comendado en el sistema Jean, que sigue el autor portugués,sustituyéndolos por una labor profunda en las fajas no sembra-das en el curso de la vegetación del cereal.

Emplea cierta maquinaria de su invencidn y otras especiali-zadas a su sistema.

Segunda. Los procedimientos que pudiéramos Ilamar tradi-cionales en .España son variados, y difieren según la comarcade que se trata, obedeciendo esta variedad a la diversidad decircunstancias del suelo y clima, habíendo algunos que en esen-cia son muy parecidos.

Consisten en preparar los terrenos con repetidas labores dearado, que se denominan, generalmente, de «alzar», «binar»,^terciar» y«cuartar», sin el empleo de aparatos para laboressuperficiales, y alcanzando las labores dadas por estos mediosuna profundidaa rnuy variada, según los instrumentos usados yla comarca de que se trate, siendo los límites de 10 a 20 cm.

Estas labores suelen ser progresivas en profundidad.La siembra se efectúa en general cuando las lluvias lo per-

miten y siempre desde principios de octubre a fines de noviem-bre, según las regiones.

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Ya se ha dicho que se hace la siembra a voleo, y varía, segúnlas circunstancias naturales y locales, el modo de cubrir la se-milla; pues unas veces, estando preparado el suelo medianteuna labor alomada, anteríor a la siembra, rajan o hienden loslomos para cubrir las serYtillas.

Otras veces se aloma y se pasa una rastra en el sentido dela direccibn de los lomos, y otras se pasa una grada perpen-dieular u oblícuamente a Ios lomos. Y otras también se esparcela semilla a voleo sobre' labor plana, y se entierra valiéndose dearados trisurcos o cuatrisurcos, 1lamados ^cubre•semi^llas^.

Los euidados del cultiro^o consisten eri el «aricado^Ŭ , «andado^o«arrejácado} de la siembra (que generalmente se aplica cuai^doésta se ha efectuado al lomo) y en escardás a mano.

La cantidad de semilla que se emplea es variable tatnbién;según las coñdiciones del suelo y clima, y esta variaci6n semantiene entre los límites de 110 a 220 kilogramos para el trigoo cebada, siendo rnás fr^eeuente la siembra con al^undante can-tidad de semilla.

En los áños últirnos se han introducido importantes reformásen los sistemas tradicionales del cultivo, y las principales hansido:

l.a La sustitución del arado común de reja por los arados devertedera, aunque subsiste todavia en una escala de exigua im-portancia, y sobre todo en los predios pequeños, el uso del ara-do común, que además se emplea Casi exclusivamente en lasoperaciones de aricado.

2.a Pases de grada, al principio sobre las últirnas labores dalarado, y últimamente tras de todas las labores. Esta reformaestá bastante restringida todania.

3.a Empleo de los abonoĉ minerales, pues en los eultivostrádicionales se usaron sdlo los abonos orgáni cos, y muy de tardeen tarde, por no disponer de cantirlad, aplic^.nd^les general-mente a las cebadas, peró desde hace bastantes afios se empie-za a hacer uso de los abonos minerales, que se puede deeir vi-nieron casi al mismo tiempo que los arados de vertedera.

4.& La siembra se efectúa con bastante frecuencia valiéndosede máquinás sembradoras, y además se practica a veces el gra-deo de las siembras ya nacidas, dándose de una a dos estas ope-raciones.

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CONCLUSIONES

Primera. Los agricultores espáñoles, quizás como los deotras muchos países, están tachados de su apego a las prácticastradicionales y, sin embargo, sus procedimientos han sufridonotables y serias modificaciones, según puede verse en la ante-conclusión segunda.

El cambio total y radical de los procedimientos del cultivo,que ellos seguían desdé sus comienzos hasta el fin es y ha sidomuy,difícil de conseguir.

La introducción dc los arados de vertedera, para que se pu-diera considerar de uso algo general, tardó un período de trein-ta años, y en algunas ocasiones hubiese sido conveniente la pro-longación de tal per[odo.

La resistencia de los labradores a estos cambios radicales enel modo de tratar el suelo, productor,de las cosechas, de las quedepende su vida, no es puramente rutinaria, sino que obedece aargumentos que él edifica, basados en una observación conti-nua de 1os medios en que opera, y, en muchos casos, haciendocomparaciones con lo que conoce de ellos, debido a su ilustra-ción, que no es tan escasa como en .general se le supone.

Los arados de vertedera, que han producido incalculablesbeneficios en los climas húmedos y en los terrenos de regadío,deben emplearse con más precauciones en los climas secos.

Segunda. En general, los autores de los nuevos procedi-mientos enunciados en la anteconclusión primera se han ceñidoa describir los sistemas o series de operaciones que ellos hanpracticado, y con las que han obtenido resultados superiores encomparación con los de cultivos tradicionales en la localidad ycomarca que ellos pperaban. No es de creer que hayan prenten-dido generalizar sus procedimientos como para implantarlos ensu totalidad en todo un país, sobre todo en un país como Espa-ña, que es el prototipo de la diversidad de suelos y climas. Todo1o más que los autores citados han podido pretender con susprocedimientos de cultivo es que se practicaran en todas aque-11as comarcas o localidades de circunstancias muy semejantesde clima y suela al medio en que ellos realizaron sus experien-cias, o que se tomase la parte aplicáble de los mismos en cadacasa. ^

Rospecto a la separación de líneas que preconizan los distin-

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tos autores citados en la conclusión primera, pero característi-cas de los nuevos métodos de cultivo, se debe reconocer que lateoría a la que han obedecido los Sres. Benaiges y Arana, que si.no la han expresado, se entrevé en todos sus trabajos, es la quepuede y debe recomendarse para los casos generales.

Esta teoría es que la separación de líneas debe ser la mínímanecesaria para poder dar todas las labores a las fajas que exijanun buen cultivo cereal. Es decir, que si con 40 cm. se pudieranlabrar bien las fajas, no deben darse 60, y esta distancia debedepender de la calidad del suelo y de su fertilidad en general.

Interpretando en este sentido la obra de los experimentado-res o autores citados, es tan loable y tan beneficiosa para la eco-nomía de los pafses que se hallan en circunstancias análogas alas en que ellos se encontraban, que debe proclamarse la efica-cia de sus trabajos en favor de la Humanidad.

Tercera. La propaganda en favor de los nuevos cultivos enEspaña debe iniciarse en el sentido de recomendarlos una vezdemostrado por la experimentación que sean convenientes, ysólo para los casos de semejanza de medios a aquel en que sehaya operado. Es, pues, indispensable que experiencias repeti-das precedan a la adopción por los agricultores de una formaen sus cultivos, y en todos los casos deberán introducirla concircunspección, experimentándola en una parte de sus tierrasantes de aventurarse a cambiar radicalmente un procedimientoque estuvieran siguiendo, aunque a éste le reconocieran ciertosdefectos. Hay, sin embargo, principios cuya propaganda debeser general, condicionándola y variándola según las modalida-des en que se aconseja.

De estos principios podemos citar como ejemplos la siembraen líneas «sencillas», «pareadasu, en fajas y otros sistemas, den-tro de los nuevos rnétodos, que han dado resultado en algunossitios, el aumento de las materias orgánicas en los suelos, me-nos en los terrenos ácidbs o en aquellos en que exista ya enabundancia, dando procedimientos para que los agricultorespuedan llegar a realizar estos aumen.tos, pues de nada serviríarecomendarles que efectuaran una operacibn si no se les diesenlos medios de llevarla a cabo.

Para este fin particular habría casos en que debería recomen-darse el aumento de la ganaderfa, enseñando los medios (alter-nativas, cultivos de forrajera, etc.) para hacerlo posible. En

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otros casos podría recomendarse el abonado en verde; en otros,el cultivo gideral o de la doble anticipación, muy ventajoso enrnuchas ocasiones, y demasiado elevado por los experirnentado-res. En otras ocasiones, las alternativas, dejando las pajas cn elsuelo. En muchas, el estiéreol arhi&eial, etc., ete.

De los abonos mineraies puede decirse que también debe sergeneral su recoméndaeidn, previo el indispensable eonocimientodel sueto y del clima en• clue se opera.

Las razones de emplearse y recomendar el abo^tado, en re-lacidn siempre cón las características del clima y suelo, no sontlas que quizds todos ven con los ojos de la cara, como son larestitución- al suelo de las subatancias levantadas por las cose-chas y el mejoramiento y aumento de la fertilidad del suelo,eonsiderada ésta de un modo simplista. La razón fundamentaiestriba en la formación en el suelo de disoluciones concentrá-das, hasta un cierto grado, de las substancias necesarias paraia ^síntesis orgánica, especialmente en ciertos periodos de la vidadel vegetal.

La cantidad de líquido que ha de pasar por los tubos del or<ganismo vegetal para la formación de la unidad de materia secaserá menor euanto las disoluciones en el suelo sean más concen-tradas, dentro de ciertos lím'xtes determínados por su tonicidadeomparada con 1a de los jugos celulares de las plantas.

Hay que aplaudtr los planes de labores ideados de la tierradebidos a los Ingenieros Agrdnornos espatíoles Sres. Cascón,Arana, Benaiges y Ridruejo, y otros experimentadores científi-cos y práetieos, por ellos ideados y experimentados con el de-signio de hacer espacio para almacenar el agua de lluvia caídaen xfu^stras climas secos y de conservarlas todo lo posible en latierra a disposición del vegetal, así eomo las labores del cultivoen la siembra para evitar que se evapore el agua que se habíaconseguido retener. Son estas labores perfeccionadas, y en tie-rras de fondo y de buenas condiciones físico-químicas, se llegaa poder utilizar el máximo de la cantidad de agua, perdiéndosesiempre una parte importante por la evaporación e infiltracióna las capas inferiores del suelo adonde no tengan acceso las raí-ces de las plantas.

Caarta. Generalmente, los nuevos procedimientos del culti-vo recomendados se han especializado en dar importancia ex-clusiva o predominante a las labores del suelo, a la forrna de

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efectuar las siembras, no entrando en las consideraciones defertilidad, que no consiste solamente en la cantidad de princi-pios nutrítivos que contiene el suelo, sino que estriba en otraseualidades, principalmente en la constitución física y profundi-daá de la eapa homogénea y en la constitución o naturaleza delsubsuelo, en el clima, por la cantidad de agua que llueve y sudistribución, por los vientos reinantes y por las temperaturaseríticas; es decir, por lo que actualmente se denomina Ecologíavegetal. Escogiendo algunas modalidades de las preconizadasen los nuevos procedimientos enumerados en la anteconclusiónprimera, el de la pequeña cantidad de semilla, por ejemplo, esteextremo se funda en el ahijamiento, que tratan de obtener sim-plernente por las operaciones que recomiendan, como el apor-cado, etc., etc., cuando en realidad este fenómeno es funciónprincipalmente de la fertilidad definída como antes se ha hecho,y lo prueba así la diferente cantidad de semilla que en los cul-tivos tradicionales se emplea, aun efectuando las lábores de latnisma manera, según las diversas circunstancias de clima ysuelo.

El asurado de los cereales se produce más generalmentecuando se emplean semillas en poca cantidad y la planta noahija convenientemente, o bien cuando lo hace de un modo des-igual, si debido a la constitución del suelo y a la época de lasiembra no se expanden las raíces de un modo conveniente.

En general, puede decirse que para poder i^utrir una espigade doble número de granos que otra, se necesita doble cantidadde líquido portador de substancias minerales del suelo; y unaeaña que puede dejar pasar cierta cantidad de líquido por susvasos no permite pasar doble cantidad, constituyendo este he-cho una sencilla cuestión de liidráulica. Esto se puede corregir,por consiguiente, con más semillas que produzcan más catias yespigas más pequeñas; con substancias fertilizantes que encuen-tren los jugos, o con ambas cosas bien combinadas, y tambiéncon una distribución adecuada de las plantas en e1 suelo.

Debe experimentarse muy cuidadosamente el uso de semillasde variedades de ciclo corto antes de recomendarlas, pues ob-servando el modo de producirse este fenómeno del asurado, seve que en la cebada se presenta más frecuentemente que en eltrigo, siendo la primera de cicla más corto que el segundo.

Los agricultores se precaven del asurado en la cebada abo-

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nando con estiércol y sembrándola sobre el barbecho, pues sa-bido es que a esta planta se le da preferencia en estas opera-ciones.

En cuanto al desarrollo de la puccinia (roya) observada enlas siembras ralas o en las distancias excesivas, puede obedecera que no pudiendo pasar (como se ha dicho al tratar del asura•do) toda el agua que el suelo retiene a disposición de la planta,debido a las buenas labores de preparación y de cultivo, propiasde los nuevos sistemas, se evapora por la tierra en cantidad ex-cesiva y pravoca un aumento de la humedad de la atmósfera,formándose así un medio muy apropiado para el desarrollo deeste hongo, pues sabido es que sé pt^oduce con demasiada fre-euencia en los cereateá que se cultivan en los climas húmedos.

También son causas del desarrollo de las «Puccinias^ el re-traso en la vegetación, la abundancia de alimentación nitroge-nada y la abundancia de agua en los tejidos vegetales.

Quinta. Las orientaciones que deben seguirse para la expe-rimentacián y divulgación de laŬ reformas del cultivo cereal,con objeto de alcanzar una producción capaz de que la agricul-tura dedicada a este ramo tan importante en EspaBa mejore susituación, obteniendo mayores productos y recomendando todaclase de precauciones en los ensayos que deben efectuarse antesde introducirlas en el cultivo, son las siguientes:

A) Barbecho de año y vez en una situación de excepción, ymás generalmente alternativa de 4 a 6 hojas, haciendo notarque las alternativas deben ser, en general, de hojas pares.

B) Labores progresivas, y tratándose de climas secos, usarla vertedera con la debida precaución, para no desecar la partesemiŬuperficial, matando las bacterias que han de preparar laalimentación de la joven planta; y en todo caso, sólo deberáusarse para una sola labor en las épocas en que la evaporaciónsea pequefía, porque no haga excesivo calor y no reinen vien-tos fuertes.

Para lograr lo expuesto en los climas secos, en que no esfácil usar íntegramente el sistema Jean, deben usarse sin ver-tedera.

C) Sembrar con variada cantidad de semilla, dependientedel sistema del cultivo, de la época de siembra, de la fertilidaddel suelo, definida en la conclusión cuarta, y del tamaño delgrano de que se trata, puesto que de nada sirve decir, por ejem•

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plo, 100 kilos de semilla, si en esos 100 kilos entran el doble nú-mero de simientes que en otra variedad de granos más grue Ŭos.

D) En la época más conveniente, que por experiencias repe-tidas se sabe es de 1.° de octubre a 15 noviembre, según los.cli-inas, se deberá sembrar, a ser posible, con sembradora, enlíneas generalmente pareadas y con fajas mínimas suficiéntespara dar labores que tengan por objeto mantener la superficiepulverizada, para evitar la evaporación del agua del suelo e im•pedir el nacimiento de malas hierbas, matando la vegetaciónespontánea incipiente, para no verse obligados a dar labores se-miprofundas en las entrecalles, que son las tínicas que matanlas malas hierbas una vez nacidas.

E) Labores supqrficiales y semiprofundas (éstas cuando semuestra su conveniencia y posibilidad) en el período de vegeta-ción, utilizando para ello, incluso para poder llegar hasta elfinal de las mismas, los aparatos inventados por los ingenierosSres. Benaiges y Arana.

F) Fertilización de los suelos cuando sea necesario, princi-palmente con materias orgánicas, de las que está desprovista demanera asaz pronunciada la mayoría de los terrenos españolesdedicados al cultivo cereal, con objeto de favorecer la retenciónde la humedad y la multiplicación de la flora microbiana, a cuyofavor se han de efectuar transformaciones de elementos mine-rales dei suelo, siempre y cuando este suelo ya se halle perjudi-cado por labores inoportunas de vertedera, que matan esa floramicrobiana.

Para conseguir esto se debe fomentar la ganadería, estudian-do las causas por las que no puede subsistir en muchas regionesde cultivo cereal, para corregirlas, buscando los medios ade-cuados para que subsista.

G^ Impulso indispensable de las experimentaciones en loscentros oficiales de carácter agrícola, que se dotarán de todos

1os medios para que puedan llevarlas a cabo preferentemente y

con toda la minuciosidad debida, relacionándolos con el Institu-to, creado recientemente, de Investigaciones y Experiencias

Agronómicas y Forestales, para orientar, contrastar, dilttcidar,

generalizar y publicar todo cuanto tengan de útil dichas expe-

riencias. El Servicio de cátedra ambulante, creado por Real de-

creto de 24 de marzo último, deberá instalar campos de experi-

mentación en el mayor número de localidades posibles, a fin de

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que el agricuitor conozca del modo zt^ás exacto posible cuál esel sistema de cultivo más apropiado al predio en que ejerce suindu5tria.

Las observaciones recogidas por el Servicio de cátedra am-bulante y ezperieneia las pondría en conocimiento del InstitutoI^Tacioz^al de Investigaciopes AgronómiCas y Forestales, a fin deque éste pueda pronunciarse integrando el mayor número deejemplos. Los agriCUltores deberán dar todo género de facili-dades para que puedan ser convenientemente establecidos losmencionados campos experimentales.

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