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    LA FENOMENOLOGA DEL ESPRITU

    DE QU TRATA LAFENOMENOLOGA DEL

    ESPRITUDE HEGEL?Jos Antonio Pardo*

    El concepto de ciencia pura y su deduccin [...], laFenomenologa del Espritu no es otra cosa que

    la deduccin de ese mismo concepto.

    G.W.F. Hegel1

    He comenzado la redaccin de estetexto poco despus de que se han cumplido doscientos aos de lapublicacin de laFenomenologa del Espritu de Hegel. Las recientes

    conmemoraciones de este acontecimiento han abundado. Con ocasinde aquellas, incluso una nueva traduccin al espaol estupenda dedicha obra se ha dado a conocer estos das. Alrededor de este librose han ido tejiendo buena cantidad de leyendas, unas a propsito de suredaccin, otras a propsito de su contenido. Entre aqullas, quiz lams conocida sea la que cuenta cmo el an joven filsofo redactabalos ltimos folios de su manuscrito al tiempo que Napolen condu-ca los ejrcitos franceses a la entrada de la ciudad de Jena, ciudad

    en donde resida Hegel durante aquel tiempo. De esta leyenda, porlo dems, es testigo su mismo protagonista. Conocemos una carta deHegel dirigida a Schelling en la cual cuenta que puso punto final a sutexto la medianoche previa a la batalla de Jena,2es decir, la noche

    * Departamento de Filosofa de la Universidad Iberoamericana.1Wissenschaft der Logik I, 1986, Frankfurt, Suhrkamp, p. 43.2Briefe von und an Hegel I, 1952, Hamburg, Felix Meiner, p. 161.

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    del 13 de octubre de 1806. Pocos meses despus de esto, cuando elmanuscrito estaba ya en la imprenta, envi al editor, el 10 de enerode 1807, un prlogo en que aclaraba el sentido y propsito de la obra.

    Otra leyenda, sta a propsito de los contenidos, es la que tiene quever con la fama de que laFenomenologa del Espritu es un libroparticularmente difcil de leer.

    Dificultades de lectura existen, sin ninguna duda, y en buenamedida estn motivadas por la premura con que se escribi la obra.Esta premura no tiene que ver slo con la invasin napolenica,sino tambin con que Hegel haba prometido al editor de la obra elmanuscrito entero desde haca varios aos, sin lograr satisfacer en

    todo ese tiempo su promesa, aunque no por indolencia, sino porqueel asunto de la obra exiga mayor demora. No obstante, la pacienciadel editor no estaba para tanto. Prontamente la impaciencia se tradujoen presin hacia el escritor, la presin en redaccin apresurada y laredaccin apresurada en feos descuidos estilsticos. A estos descuidosen la exposicin, notables sobre todo en los ltimos dos captulos,hay que aadir la dificultad del tema mismo y la singular abundanciade referencias extra-textuales, aunque soterradas, con que Hegel seocupa de l. No tengo la referencia a la mano, pero recuerdo un textode Ramn Xirau en que ste expresaba con buen ropaje esta leyendaacerca del dificultoso estilo de la primera3granobra de Hegel. Decams o menos que, en efecto, la obra de Hegel era la ms difcil deleer entre todos las obras de filosofa habidas y que esa dificultad se

    3 Previamente a la Fenomenologa, en septiembre de 1801, public Differenz des

    Fichteschen und Schellingschen Systems der Philosophie. Ms adelante public tambinvarios artculos en una revista que fund junto con Schelling y cuyo ttulo fueKritische Journalder Philosophie; de dichos artculos, el ms conocido es el que lleva por nombre Glauben undWissen. En todos esos escritos, sin embargo, lo que hace Hegel es exponer el punto de vistade Schelling ms que el propio, aunque tambin abundan las referencias a Kant, a Jacobi y aFichte.Los textos que despus de la muerte de Hegel se publicaran comoEscritos teolgicosde juventud son textos notablemente inmaduros que nunca se atrevi a publicar. No creo queesos textos imberbes sean tan importantes como para interpretar laFenomenologa desde ellos,sobre todo porque esta obra marco un viraje definitivo en la trayectoria intelectual de Hegel,viraje que le condujo, inclusive, a romper relaciones con sus amigos juveniles.

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    deba, en parte, a la complejidad del asunto, pero tambin a la simpley llana falta de claridad.

    En relacin con el tema del estilo no hay por qu hacer aspavien-

    tos. Con un poco de dedicacin es posible resolver las dificultadesgeneradas.4Adems, el buen talante literario no es algo que suelancuidar los filsofos en general, aunque haya notables excepciones.Ms graves y ms serias que stas son las dificultades que genera alintrprete el contenido mismo de la obra. Tales dificultades se echande ver en seguida como se caiga en la cuenta de que el argumento dela filosofa es una sinuosa y caudalosa corriente en que se entreveranpor lo menos cinco enormes riachuelos. LaFenomenologa del Espritu

    es un libro en que se habla de teora del conocimiento o epistemologa(relacin sujeto-objeto; relacin certeza-verdad), de historia (cruzadas,reforma, revolucin francesa), de ciencia (emprica, Newton, psico-loga emprica), de religin y de ontologa. No es necesario discurriracerca de la dificultad que supone encontrar slida atadura a todosestos temas.

    Lo fcil ha sido pensar que Hegel se empe simplemente en unaobra faranica e imposible en que quiso incluir y dar razn de todo.Desde luego que un empeo como este puede resultar admirable ams de uno, sin embargo, esa admiracin puede opacar la verdaderaimportancia del texto hegeliano, precisamente porque puede obnubilarla atencin ante el tema principal que est tratando Hegel en su obra,que nada tiene que ver con la exposicin de sinuosas, extravagantesy geniales cosmogonas y cosmovisiones (Weltanschauungen, lasllamaba Dilthey, uno de los autores que ms ha contribuido a dibujar

    una falsa imagen de la filosofa de Hegel).Comienzo sosteniendo que, para entender bien laFenomenologadel Espritu,hay que evitar el prejuicio de que se trata de una obra

    4En este punto quiero insistir en algo. Es verdad que el estilo de laFenomenologa esbastante desaliado, tal como he sealado ya. Pero no es justo decir lo mismo de las demsobras de Hegel. Desde luego que el alemn de Hegel no es el de Lutero ni el de Goethe,

    peroLa Ciencia de la Lgica, laEnciclopedia y lasLneas fundamentales de la Filosofa delDerecho no ofrecen mayores dificultades en lo relativo al estilo.

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    en que se habla de todo. Casi al final de este artculo se aclarar estepunto. Tambin evitar ese tipo de reconstrucciones panormicas, se-gn las cuales, la obra tratara de la historia de las desgarraduras de la

    conciencia (divina) y de cmo dicha conciencia desgarrada persiguerestaar sus desgarraduras hasta lograrlo felizmente dentro de la esferadel saber absoluto, como en una especie de reconciliacin escatol-gica. Evitarlas no porque sean inexactas o porque no tengan que vercon Hegel, sino porque expuestas as, descontextualizadas, son unafranca invitacin al malentendido: debido a este tipo de expresionesmuchos han pensado que la filosofa de Hegel es una especie de racio-nalizacin de cosmovisiones gnsticas. Cosmovisiones ciertamente

    fascinantes, pero que no tienen que ver con Hegel y que adems, porlo delirantes que son, obligan a no tomar en serio dado que esto esfilosofa y no literatura fantstica a quien las suscriba, aunque sea conun lenguaje racionalizante.A Hegel hay que tomarlo en serio, peroesas expresiones apresuradas generan malentendidos que lo impidendesde el comienzo.

    He mencionado la seriedad y me he querido referir a laseriedadcientfica. En cambio, esas visiones panormicas y apresuradas de laFenomenologa ms bien favorecen la existencia de ocurrencias talescomo que Hegel, antes que un filsofo, haya sido un (iluminado) inven-tor de mitologas en el mejor de los casos, pero tambin un (mal)novelista en el peor. Ocurrencias que no estoy inventando, porqueaunque no estoy en posicin de exhibir a nadie, la verdad es que circulaun libro a cuyo autor se le ocurri tal cosa, que Hegel es un mal poetay laFenomenologa una novelita sentimental de baja estofa.5

    Comienzo sosteniendo, pues, que hay que evitar lo anterior y que,en cambio, debe tomarse en serio a Hegel. Esta ltima afirmacin

    5Dice Luis Xavier Lpez, por ejemplo, que los libros de Hegel hay que leerlos filosficay literariamente. Pero la lectura que llama filosfica apenas y atiende a lo demostrativo yms bien se inclina a entresacar las grandes tesis filosficas, es decir, a averiguar si Hegeles idealista, realista o algo parecido. En cuanto a la lectura literaria concluye con que Hegel

    podra ser Flaubert o Laurence Stern, eso s, con un estilo muy inferior,El desencanto de laspalabras. Seis ensayos frente a Hegel, 2005, Mxico, Publicaciones Cruz, p. 14.

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    pareciera perogrullesca, por eso es necesaria una aadidura: tomaren serio a Hegel desde el punto de vista cientfico. Quiero decir quelaFenomenologa trata de un tema cientfico, pero no de cualquier

    tema cientfico, sino del tema cientfico por antonomasia, a saber, ladefinicin misma de ciencia, y ademsdesde un punto de vista cient-fico. Todo lo dems que aparece en laFenomenologa: las referenciashistricas, bblicas, literarias, la famosa dialctica del seor y del siervo(o del amo y el esclavo); todas ellas, pues, no son ms que recursosargumentativos, el verdadero tema, el que le interesa a Hegel, es laaveriguacin del concepto de ciencia y nada ms. Esto mismo nos lohace saber en el texto que he colocado como epgrafe de este artculo.

    Hay que dar cuenta de esos recursos, pero a partir de haber aclaradopreviamente el asunto del libro.

    Una interesante polmica se ha trabado dentro del mbito delhegelianismo en torno a la cuestin de qu lugar ocupa laFenomeno-loga del Espritu dentro del sistema. Quien est familiarizado con elsistema hegeliano, aunque sea en un nivel elemental y por referenciasde manual de historia de la filosofa, sabr que tal sistema est estruc-turado en tres partes. Sabr tambin que el nmero tres no es casualy que de algn modo, tan obvio como explcito, intenta ser expresinde la idea cristiana del Dios trinitario. Esas tres partes corresponden ala lgica, a la filosofa de la naturaleza y a la filosofa del Espritu.En cul de esas tres se incluye a laFenomenologa? Pareciera que enninguna. Es verdad que en laEnciclopedia est incluida unaFenome-nologa del Espritucomo parte de la seccin dedicada al Espritusubjetivo. Pero la polmica ha tenido lugar con ocasin o por causa

    del primer subttulo que Hegel puso a laFenomenologa, a saber,pri-mera parte del sistema. El problema consiste, as, en definir qu lugarocupa laFenomenologa en cuanto queprimera parte del sistema, cosaque no resuelve el hecho de que aqulla ocupe un preciso lugar en laEnciclopedia, pues en esta obra no aparece laFenomenologacomoprimera parte del sistema.

    Por qu el sistema deba tener una primera parte? Una pizca deancdotas aclarar el punto. Hegel, en efecto, cuando empez a escri-

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    bir las primeras lneas de lo que fue la obra que comentamos, no seimagin que esas lneas seran las primeras de unaFenomenologa delEspritu (he ah una razn de la demora en la redaccin a la que alud

    arriba). Hegel haba planeado escribir una especie de enciclopediafilosfica, semejante a la que escribi casi diez aos despus, en lacual estuviera expuesta la totalidad de su sistema.

    El sistema de la ciencia que Hegel tena en mente consista en lastres partes que mencion apenas. Quiso escribir para ellas, sin embargo,una introduccin. Las dificultades comenzaron cuando esa introduc-cin se le alarg y devinoFenomenologa del Espritu. Hegel pensabaque el comienzo objetivoque deba tener la exposicin del sistema de

    la ciencia era la lgica, porque ciencia tiene que ver con conceptos ydemostraciones, y la lgica es justo la disciplina encargada de definiren qu consisten conceptos y demostraciones. Empero, de algn modobarruntaba que la mente del lector deba ser educada previamente a lalectura de la lgica. Por eso dice en la Ciencia de la Lgica que stapresupone laFenomenologa.6No cualquier conciencia est dispues-ta naturalmente hacia la ciencia (en realidad ninguna lo est); por elcontrario, la ciencia supone el esfuerzo por salir de la inmediatez dela vida sustancial,7esfuerzo que debe ser mediado por la cultura, laeducacin, la lectura. Por esto ltimo estim necesaria una introduc-cin por medio de la cual se formara una subjetividad bien dispuestaa la objetividad de la ciencia; sin embargo, tambin entendi queuna introduccin a una obra filosfica puede resultar tan innecesariacomo contraproducente: Una explicacin de un escrito tal y comose la suele dar en un prlogo (Vorrede), acerca del fin que el autor se

    ha propuesto en aqul, as como acerca de los motivos y la relacinque el autor cree que guarda su escrito con otras formas anterioreso contempornea de tratar el mismo objeto, no slo parece superflua

    6G.W.F. Hegel, Wissenschaft der Logik I, 1986, Frankfurt, Suhrkamp, p. 42.7G.W.F. Hegel,Phnomenologie des Geistes, enHauptwerke in sechs Bnden 2, 1999,

    Hamburg, Felix Meiner, p. 13.

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    si se trata de un escrito de filosofa, sino inclusive inconveniente ycontraproducente debido a la naturaleza del asunto.8

    En una introduccin, debido a las dimensiones que debe tener,

    no hay ms lugar que para aseveraciones bajo categoras adoptadasdogmticamente y sin concepto. Pero la filosofa no es eso. La filosofaes lo demostrativo. Aseverar no es el modo en que se debe exponer laverdad filosfica, dice Hegel inmediatamente despus del lugar que hecitado. Adems, una introduccin a la ciencia, y ciencia es lo quepersigue ser la filosofa, debe ser ella misma cientfica. Encararemosel problema ms adelante, aunque adelantamos que la solucin vapor el hecho de que la conciencia estar bien dispuesta a la objetividad

    de la ciencia en la medida en que exista como subjetividad efectiva:la disposicin hacia la objetividad no es ms que el desarrollo de lasubjetividad como tal, pues aqulla, al cabo, no es ms que la reali-zacin efectiva de sta. La postura de Hegel es que la objetividad dela ciencia se resuelve en la subjetividad, como es posible advertir enel esquema mismo de la Ciencia de la Lgica. Advirtamos, con todo,que esto ltimo anticipa la solucin, pero tal y como se ha expresado, enrealidad solamente aguza las aristas del problema.

    Hans Friedrich Fulda plantea que la relacin entre el sistemaobjetivo de la ciencia y laFenomenologa es la misma relacin traba-da entre la ciencia y la disposicin de la conciencia hacia la ciencia,disposicin que slo es posible ganar histricamente, aunque bajo elsupuesto de que la historia no es otra cosa que el despliegue y desarro-llo del pensamiento en cuanto que estructurasobre-natural, es decir,imposible para la naturaleza, pero necesaria para el espritu.9LaFeno-

    menologa intenta cultivar la mente del lector hasta hacer de ella unaconciencia apta para la ciencia, aunque ese cultivo no puede ser bajootra razn que la ciencia ni ser otra cosa que la generacin de la ciencia

    8Ibid., p. 9.9H. F. Fulda,Das Problem einer Einleitung in Hegels Wissenschaft der Logik, 1975,

    Frankfurt, Klostermann Verlag, p. 217 s. Imposible y necesario, es sta la definicin cristianade sobre-natural, Gaston Fessard,Hegel, le Christianisme et lhistoire, 1990, Paris, PressesUnversitaires de France, p. 32.

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    misma. Introduccin a la ciencia y ciencia, entonces, conforman unaespecie de duplicidad originaria en la que consiste la subjetividadganada por la lectura seria de laFenomenologa del Espritu cuya

    resolucin depende de que una y otra se reconozcan mutuamente comomomentos necesariamente especulativos o momentos cuya duplicidado referencia exterior les es intrnseca. Habremos de volver sobre elpunto, pues lo hemos dejado con algo de asperezas. Digamos por lopronto que esa duplicidad originaria en que consiste el sujeto, y segnla cual la ndole del objeto es enteramente subjetiva, es el ncleo de latesis que se defiende en la primera parte del sistema.

    Prosigamos, pero antes ser pertinente ir atajando algunas posibles

    objeciones que pudieron haber surgido con ocasin de lo dicho hastaahora.

    No es una pretensin intil estar reivindicando para la filosofaun estatuto, el de ciencia, que ni le pertenece ni le conviene? Acos-tumbradsimos estamos a or y a repetir declaraciones categricassegn las cuales la filosofa no es ciencia y que todos los esfuerzosemprendidos para lograr que la filosofa se convirtiese en ciencia hanconcluido en tristes fracasos. Pues bien, esas categricas declaracio-nes, las de que la filosofa no es ciencia, si hemos de otorgarles algncrdito, es porque suponemos que quienes las hacen saben qu cosaes la ciencia y que conforme a ese saber juzgan si la filosofa lo es ono. Pero es fcil advertir de inmediato que quienes las hacenno sabenqu es la ciencia.

    Quiz se imaginen a un seor con bata llenando y calentando tubosde vidrio. Pero es posible que tal seor imaginado en realidad est

    preparando alguna infusin o algn t sobre su mechero, y es el casoque para el imaginador preparar infusiones no es lo mismo que hacerciencia. Quiz no se est imaginando eso, quiz ni siquiera est imagi-nando nada, sino que ms bien crea estarpensando en que la ciencia escierta actividad que se realiza conforme al mtodo cientfico (esa cosaque se ensea en las secundarias y que se llama mtodo hipottico-deductivo-experimental-emprico). No obstante, como ha mostradoThomas Kuhn en su famoso libroLa estructura de las revoluciones

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    cientficas, ninguno de los que reputamos como grandes descubrimien-tos cientficos se ha llevado a cabo siguiendo tal mtodo. Reconozco,sin embargo, que tiene razn Popper cuando advierte que el hecho

    de que los cientficos no sigan el mtodo cientfico no lo invalida.Pero ese no es el punto, lo decisivo es que si el mtodo emprico noest justificado porque es el que siguen los cientficos no se encuentraqu otra justificacin pudiese tener. Por lo dems, no hacan falta lasinvestigaciones histricas de Kuhn en relacin con la ciencia, pues conun poco de reflexin bastaba para saber que la legitimidad del mtodocientfico no poda descansar en lo que los cientficos hicieran, porquepara saber qu hacen los cientficos es necesario saber previamente

    quines lo son y quines no; si se respondiese que cientficos son losque siguen el mtodo cientfico nos veramos envueltos en un ridculocrculo vicioso.Primero es el concepto.

    En este caso la pregunta clave es la siguiente: sobre qu descansala legitimidad del mtodo cientfico si no es en lo que hacen de hechoa quienes llamamos sin ningn concepto ni reflexin los cientficos?Desde luego que dicha legitimidad debe ser de ndole cientfica. Pero siyo declaro desde el comienzo que slo hay ciencia o legitimidad cien-tfica si los enunciados son empricos y que mtodo cientfico existeslo en la medida en que ste prescriba empiricidad, por ello mismohabra que concluir que la misma declaracin que ha dicho aquellocarece de legitimidad cientfica. Decir que la filosofa no es cienciaes una mera aseveracin arbitraria, que se repite a tontas y a locasporque es lugar comn y no porque est acreditada cientficamente.Reparemos en que no es una cuestin de nombres, sino de conceptos.

    Recientemente, al comentar esto que aqu expongo con un colega, mecontest con la especie de que mi hiptesis interpretativa sera correctadependiendo de qu entendisemos por ciencia. Pero as como estarafuera de lugar que en ciencia alguien quisiera enmendar la plana a PaulDirac con el cuento de que la tesis de ste acerca de la existencia delpositrn depende de qu cosa entendamos por positrnporque uno nosimplemente decide qu cosa va a entender por positrn, tambin loest la cantaleta de que todo depende de qu entendamos por ciencia.

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    Lo de Hegel consiste precisamente en demostrar qu es lo nico quese debe entender por ciencia. No atender esto equivale a banalizar elpensamiento hegeliano, reducirlo a puras frusleras. Adems, si uno

    cree saber previamente qu es la ciencia, no tiene sentido que se pongaa leer a Hegel ni a ninguno de los filsofos de la ciencia. Pero ocurreque en realidad no sabemos qu cosa es la ciencia, porque saber esdemostrar, pero demostrar qu cosa es la ciencia supone inevitable-mente entender lo que Hegel entiende por ciencia. Cualquier otradefinicin de ciencia diferente es una distincin que cuelga en el aire:cualquier otra definicin es una definicin adquirida sin ciencia. Paraempezar a entender a Hegel hay que tener muy en cuenta la siguiente

    observacin de Porfirio Miranda: Ha sido un truco transparente delescapismo el confundir la filosofa con la literatura y el pensar quela cientificidad reivindicada por Hegel es de un gnero extrao sinrelacin con la de las disciplinas llamadas ciencias.10

    Insisto de nuevo en el punto, pero con alguna aadidura: LaFeno-menologa del Espritu, antes que cualquier otra cosa, es una obra quese propone definir cientficamente qu es la ciencia. Subray definircientficamenteporque podra pensarse que en su libro Hegel quiereexponer el concepto hegeliano de ciencia, el cual, en cuanto quehegeliano, sera tan slo relevante para los hegelianos o para quienesquisieran interpretar a Hegel. No es as: cuando Hegel reivindica cienti-ficidad, est persiguiendo lo mismo que persiguieron Galileo, Newton,Planck o Bohr. Aunque quiz Hegel mismo fue ms atinado en su per-secucin que los anteriores. Desde luego que esto ltimo es polmico,pero en medio de esta polmica debe entenderse a Hegel, de lo contra-

    rio, la interpretacin se descarra y aleja del espritu hegeliano mismo.Nuestro filsofo no deja ningn resquicio a la vacilacin de losintrpretes, pues dice sin ninguna ambigedad que en su filosofa hacealgo ms que slo aseverar, lo que hace es demostrar (bewiesen).11

    10Hegel tena razn, 1989, Mxico, UAM, p. 7.11G.W.F. Hegel, Recensin al libro ber die Hegelsche Lehre oder absolutes Wissen und

    moderner Pantheismus, enBerliner Schriften 1818-1831, 1986, Frankfurt, Suhrkamp, p. 413.

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    Desde luego que no porque Hegel diga que su filosofa demuestrasignifica que en verdad lo haga, ni porque diga que su filosofa esciencia lo ser realmente; sin embargo, la anterior declaracin muestra

    inequvocamente por dnde debe ir la interpretacin, aparte de queconfirma que, si su obra no demuestra, entonces no tiene ningn valor.Conforme a esto, no queda ms que desconfiar desde el comienzo deuna interpretacin como la de Findlay, pues ste sostiene que: lastransiciones de Hegel slo son necesarias e inevitables en el sentidoindefinido en que son necesarias e inevitables las transiciones en unaobra de arte.12Lo menos que puede pedirse al intrprete de cualquierobra es que respete el espritu con que el autor escribi la tal obra.

    Puede ser que Hegel se haya equivocado, pero sus transiciones nuncalas pens como transiciones poticas, sino como demostraciones enel ms estricto sentido.

    Porfirio Miranda resuelve con enorme tino cul es la clave herme-nutica con que se debe leer la obra de Hegel, aunque tambin la decualquier filsofo: la nica manera de interpretar a Hegel es dar msimportancia a la demostracin que a la interpretacin; de lo contrariono se hace filosofa sino crtica literaria [...] Es la cosa misma la que nosnorma, y slo as es posible dar interpretacin fiel del pensamiento deHegel.13Tambin me parece que el principal obstculo interpuestoentre nosotros y el pensamiento expuesto en laFenomenologa, demucho ms calibre que el mal estilo o lo que fuere, es que el lector nose suele acercar a dicha obra esperando demostraciones cientficas, sinoprobablemente cultura, gimnasia mental, una cosmovisin intrincada einteresante, o inclusive, edificacin, con todo y que Hegel aclar que

    la filosofa debe guardarse de querer ser edificante.

    14

    No vamos a decir que con esto se ahorren las dificultades. Sdiremos, en cambio, que slo con esto en mientes el camino queda

    12John Niemeyer Findlay,Hegel. A Re-examination, 1976, Oxford, Oxford UniversityPress, p. 74.

    13Porfirio Miranda, op. cit.,p. 37.14G.W.F. Hegel,Phnomenologie, en op. cit.,p. 12.

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    despejado para que se abran paso las verdaderas dificultades. He dichohasta ahora dos cosas que vale la pena recordar: 1. Que el propsitode laFenomenologa es definir qu cosa sea la ciencia; y, 2. Que ese

    propsito se pretende cumplir cientficamente y que por lo mismo elintrprete debe asumir la perspectiva de cientificidad adoptadapor el mismo Hegel. En esto mismo ya se advierten algunos aprietos.Cmo exponer cientficamente qu cosa es la ciencia si previamenteno se conoce la respuesta o el resultado de la exposicin? Es decir, sisoy capaz de exponer cientficamente es porque ya se qu es la ciencia.Pero si ya s qu es la ciencia para qu empearme en averiguar qucosa sea? Adems, se pide al lector interesado en interpretar correc-

    tamente, que adopte en su lectura el punto de vista cientfico, peroese punto de vista es justo el que se quiere ganar al cabo de la lecturade la obra entera. No est implicada desde la mera formulacin delproyecto de unaciencia de la experiencia de la conciencia como prime-ra parte del sistema de la ciencia, en cuanto que introduccin a ste,una peticin de principio? La cuestin es, sin embargo, si este aparenteparalogismo desacredita desde la mera formulacin el proyecto mismode laFenomenologa.

    En el primer pargrafo de laEnciclopedia encontramos las pala-bras que dicen: la filosofa carece de la ventaja, que favorece a lasdems ciencias, de podersuponer sus objetos como inmediatamenteofrecidos a la representacin, lo mismo que poder suponer el mtodode conocimiento como algo ya aceptado y listo para empezar y pro-seguir.15Ni la filosofa ni el llamado pensamiento cientfico, una yotro en cuanto que ambos son ciencia, pueden dar por supuesto nada,

    no pueden aceptar nada sin previa y adecuada acreditacin. Pero esosupone que tampoco el criterio mismo con que se ha de llevar a cabola acreditacin se puede aceptar sin ms. Pareciera que habra quepartir de cero.

    15G.W.F. Hegel,Enzyklopdie der philophischen Wissenschaften 1, 1986, Frankfurt,Suhrkamp, p. 41.

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    Contra esta pretensin de partir de cero se han elevado voces. Dicenque partir de nada equivale a quedarse en nada. Escribe Gadamer,por ejemplo, no slo que es imposible liberarse completamente de

    prejuicios, sino que dicha liberacin, aunque fuese posible, resultaracontraproducente. Imposible resulta partir sin una perspectiva previa,sin la asuncin de un horizonte desde el cual ir catando las cosas. Elargumento de Gadamer est fundado sobre la conviccin segn la cualentender es lo mismo que fusionar horizontes de sentido, o por lo menosincorporar el nuevo objeto, perteneciente a un horizonte ajeno, al propiohorizonte a la historia efectual del intrprete, no sin modificar esteltimo horizonte para el caso y por lo tanto no sin proseguir dando

    forma y curso a la tal historia efectual. Por eso, sin horizonte previosin historia efectual no habra entendimiento o comprensin de nada.A su vez, esa conviccin est fundada en el hecho de que sin lenguajeno es posible entender nada, lo cual es cierto, y que el lenguaje en smismo es ya un monumental prejuicio, todo un horizonte.

    Ahora bien, esa conviccin de Gadamer slo es aceptable si porlenguaje se entiende pensamiento. Desde luego que la asuncin dehistoria efectual es condicin previa para la ciencia (la necesidadde hacer consciente la historia efectual la impone la propia concienciacientfica),16pero slo si por historia efectual se entiende pensamientoo disposicin para el pensamiento, la cual es ya pensamiento. Ningunaotra cosa, sino slo el pensamiento merece llamarse historia, ningunacosa, sino slo el pensamiento merece llamarse lenguaje el lenguajeno es realidad emprica.

    Por esto, inmediatamente despus de haber escrito que la filoso-

    fa no debe suponer nada, Hegel dice que, sin embargo, sta puedesuponer cierta familiaridad con sus objetos; es ms, debe suponer esafamiliaridad, as como un cierto inters en aquellos objetos.17Aquellosobjetos se reducen a uno, a saber, la verdad. Pero contamos con que ese

    16Georg Gadamer, Verdad y Mtodo, 1996, Salamanca, Sgueme, trad. de RafaelAgapito, p. 371.

    17Hegel, ibidem.

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    mismo objeto, la verdad, tambin lo es de la religin, en cuanto quepara la religin, en su versin absoluta que de acuerdo con Hegel esel cristianismo,Dios es la verdad. El inters prximo de la filosofa

    es colocar al absoluto Dios (Gottabsolut) antes del frontispicio de lafilosofa como el solo (alleinigen) fundamento de todo, como el nico(enzige)principium essendi y cognoscendi.18

    Puede fcilmente levantar sospechas esta referencia a la religine inclusive llegar a opacar la pretensin de cientificidad sostenida porHegel, pues muy arraigada est la costumbre de creer que apelar a lareligin es hacer incursiones al terreno de lo irracional. Conviene, porlo tanto, pulir este punto hasta dejarlo sin obscuridades ni asperezas.

    Primero que nada, tomemos el salto desde ms atrs. La va religio-sa tiene como trmino el absoluto. En relacin con el tema del absoluto,Hegel se enfrenta, porque eran tpicas de su tiempo (aunque de algnmodo prevalecen hasta ahora), con dos posturas fundamentales, lascuales, empero, se resuelven en una sola. Son las que siguen: 1.Nohay absoluto; y, 2.Hay absoluto pero no es dable a la inteligenciahumana conocerlo. Entre una postura y otra existe una radical coinci-dencia, a saber, las incursiones hacia los dominios del absoluto sonescapadas hacia la irracionalidad: lo absoluto no debe ser entendido[Das Absolute soll nicht begreifen] sino ser sentido y visto. No sera elconcepto (Begriff),19sino el sentimiento y la intuicin, las que deberanllevar la palabra y ser adems lo expresado.20

    18G.W.F. Hegel, Wie der gemeine Meschenverstand die Philosophie nehme, - Darges-

    tellt an den Werken des Herrn Krugs, enHauptwerke in sechs Bnden I. Jaener kritischeSchriften, 1999, Hamburg, Felix Meiner,p. 179.

    19Aado algo importante: Begriff significa concepto, de donde begreifen significaraconcebir. Sin embargo, lo ms exacto es traducir begreifenpor entender y no por concebir,y es que la palabra que en alemn se usa para concepto (Begriff) subraya fuertemente unaspecto o una relacin inmediata que no se le escapa a Hegel: concebir es entender, el con-cepto tiene que ver con lo entendido. Para nosotros, en cambio, la relacin entre entender yconcebir no es tan obvia, pues nuestro concepto se deriva de concebir (como a los hijos) yno de entender.

    20Hegel,Phnomenologie..., en op. cit.,p. 12.

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    LA FENOMENOLOGA DEL ESPRITU

    Pero con qu derecho o justificacin se afirma tal cosa? Se tratade una afirmacin que se reputa escptica, pero de hecho presuponemuchas cosas como verdaderas [...] que previamente habra que probar

    si son verdad o no. Presupone que cabe representarse el conocimientocomo un instrumento o un medio, tambin supone una diferencia entrenosotros mismos y ese conocimiento, pero sobre todo presupone que loabsoluto queda de un lado y el conocimiento del otro lado, y que de pors y separado del absoluto, el conocimiento fuese, empero, algo realy consecuentemente, verdadero aunque al quedar fuera del absolutoquede por lo mismo fuera de la verdad.21

    Ante la rplica que sostuviera que en realidad quedar fuera del

    absoluto no implicara quedar fuera de la verdad porque habra, sinembargo, verdades relativas. Ante esta rplica, Hegel contesta losiguiente: Pero vemos precisamente que este ir y venir termina en unaturbia distincin entre un verdadero absoluto y un verdadero diversoa ste y [es que] el absoluto, el conocimiento, etc., son palabras cuyosignificado se da por supuesto, el cual significado, empero, antes deandar suponindolo, primero habra que procurar obtener.22

    Lo que Hegel indica aqu es que la ciencia no debe dar nada porsupuesto, aunque puede y debe, sin embargo, suponer cierta exigen-cia derivada del hecho de que su objeto y propsito son la verdad, asaber, la exigencia de saber de qu se est hablando, de conocer elsignificado de las palabras que se estn usando. Porfirio Miranda apre-cia muy bien esto: Lo menos, y al mismo tiempo lo ms, que se ledebe exigir a un cientfico es que l mismo sepa de qu est hablando.Que se le entienda. Esa es la exigencia de Hegel.23La clave de esta

    exigencia de no dar nada por supuesto es capaz de auto-justificacin,como veremos.Estar familiarizado con la verdad no significa estar familiarizado

    con una doctrina que se estime verdadera, significa estar familiarizado con

    21Ibid., p. 54.22Idem.23Porfirio Miranda, op. cit.,p. 67.

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    lo que el cuarto evangelio llama El Espritu de la verdad (pnematV lhqeaV), el cual es interpretado por Hegel como el resultadopero tambin la causa de haber desesperado de narraciones y modos

    externos24, es decir, como la conciencia de la prdida de toda esen-cialidad25o como conciencia de que los significados no nos estndados y que es necesario ganarlos para la conciencia, siendo dichaconciencia en realidad nica verdadera conciencia, la nica concienciacuya realizacin coincide con su concepto. Podramos decir que estarfamiliarizado con el cristianismo es condicin de posibilidad para laciencia porque la misma ortodoxia cristiana de la cual, segn Hegel,la filosofa es custodia dispone la conciencia hacia el escepticismo.

    Esto ltimo puede resultar tremendamente desconcertante e inclusivesuscitar algn malentendido, pero para evitarlo es necesario no perderde vista lo que dice Chesterton quien, por lo dems, es un autor queresulta, segn Ernst Bloch, una inesperada escuela preparatoria paralos lectores de Hegel.26Dice Chesterton, pues, que en la historiaaterradora de la Pasin, se descubre claramente la idea de que, poralgn extraordinario modo, el autor de todas las cosas no slo conocila agona, sino tambin la duda.27

    No se trata, empero, de un escepticismo medianejo, sino de unescepticismo que va hasta el fondo, como que esescepticismo divino.

    24La certificacin de la fe puede aparecer de modo externo y formal, pero esta forma-lidad externa debe ser desechada. Puede ser que la fe en una religin determinada comience

    por informes de milagros entonces la aparicin de lo divino se manifestar en un contenidofinito. Pero Cristo mismo ha hablado contra los milagros y vituper a los judos porqueellos exigan de l milagros, y dijo a sus discpulos: El Espritu de la verdad les conducir a

    la verdad. Por tanto, en relacin con la credibilidad de tales modos externos a partir de loscuales comienza lo que deviene fe, existen narraciones externas. A una fe de tal ndole se lellama tambin fe, pero tal fe es slo una formalidad; y esa fe puede ser ms bien el comienzode la fe, pero esa instancia debe despus ser conculcada por la verdadera Fe la Fe que estestimonio del Espritu acerca del Espritu, G.W.F. Hegel, Vorlesungen ber die Philosophieder Religin I, 1983, Hamburg, Felix Meiner, p. 238-9.

    25G.W.F. Hegel,Phnomenologie..., en op. cit.,p. 401.26Ernst Bloch, Sujeto-Objeto. El pensamiento de Hegel, 1983, Mxico, FCE, trad. de

    Wenceslao Roses,p. 29.27Gilbert Keith Chesterton, Ortodoxia, 1987, Mxico, FCE, trad. de Alfonso Reyes, p. 268.

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    LA FENOMENOLOGA DEL ESPRITU

    Un escepticismo de veras, por lo tanto, y no ese (pseudo) escepticismoque sin ningn prurito se aviene y se confunde con la dogmtica ycontradictoria afirmacin segn la cual no hay nada que sea verdad. Un

    verdadero escepticismo que, de acuerdo con Hegel, puede describirseconforme a los siguientes trminos:

    Aqu el escepticismo es el camino que puede considerarse como elde la duda o igualmente como el de la desesperacin, por el cual no vaa producirse aquello que entendemos habitualmente por dudar es deciruna sacudida de esta o aquella verdad imaginada, a lo cual seguira quevuelva a desparecer la duda y que se estuviese de nuevo en esa verdadimaginada, de modo que al final la cosa se tome como estaba tomadaanteriormente. La duda es ms bien aqu la inteleccin [Einsicht] cons-ciente de que no hay verdad en el saber aparente, porque es el caso que

    para tal saber lo ms real es lo que en verdad ms bien es [el contenidode] un concepto sin realidad.28

    Esta referencia al escepticismo se ir aclarando ms adelante,cuando se haya mostrado de qu modo aqulla astringe la argumen-tacin. Por lo pronto, es necesario advertir, porque es lo que darsentido al esquema mismo de laFenomenologa del Espritu entera,que la conciencia de la prdida de toda esencialidad no es una concien-cia que pudisemos considerar meramente negativa. En realidad laconciencia de esa prdida coincide con la emergencia de la subjetivi-dad en cuanto tal, pues la subjetividad es la reflexin de lo negativoconsigo mismo, tal como expresa Marx en el pasaje en que define lasubjetividad del trabajador o el aspecto subjetivo del trabajo29como

    28G.W.F. Hegel,Phnomenologie, en op. cit.,p. 56.29No est de ms sealar que la distincin de Marx entre aspectos subjetivo y objetivo

    del trabajo, adems del acento puesto en aqul, fue recuperada por un Papa en una encclica de1981: Fontes igitur dignitatis laboris ante omnia in eius ratione non obiectiva sed subiectivasunt exquirendi. Si de hac re ita sentitur, fundamentum ipsum paene evanescit, cui ihaerentesveteres in varios ordines homines secundum genus laboris ab iis patrati dividebant [...] Idsolum est dicendum primarium fundamentum momento laboris esse hominem ipsum, quieius est subiectum (Las fuentes de la dignidad del trabajo, por consiguiente, deben buscarseante todo no segn el aspecto objetivo sino subjetivo. Si consentimos con esto, desaparece el

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    Trabajo no-objetivado, no valor, pero concebido ahora positivamentecomo negatividad que se relaciona consigo misma; existencia no-ob-jetivada, in-objetiva: subjetiva por lo tanto [...] El trabajo no como

    objeto, sino como actividad [...]fuenteviva del valor [...]posibilidaduniversal.30Dice Hegel, a propsito del escepticismo, que la exigenciapor investigar, ganar y nunca dar por supuestos los significados, dealgn modo termina en la nada, en la carencia de ningn significadodado, pero esta nada de hecho es verdaderamente resultado, ella esaqu mismo una nada determinada que tiene un contenido [...] Encuanto se concibe es resultado como l es en verdad, como negacindeterminada, en esa medida ha emergido inmediatamente una nueva

    forma y en la negacin ha ocurrido el trnsito mediante el cual seva dando por s misma la marcha hacia delante de la serie completade las figuras.31Esa negacin determinada es el sujeto, el cual existeslo en la medida en que va demostrando o haciendo emergernuevasfiguraso nuevos conceptos.

    Esto ltimo puede interpretarse pulcramente si se atiende a loque sigue: Si un vocablo no tiene significado emprico, el origen delconcepto en cuestin no pudo ser la sensacin, y por tanto es necesariobuscar en el sujeto mismo tanto el origen como el significado.32Ahorabien, los vocablos de que se ocupa la ciencia y que la constituyen, notienen significado emprico. La ciencia, por tanto, no puede definirseen trminos de empiricidad. He ah la primera conclusin de Hegel.Esto se demuestra si se adopta el principio de no aceptar ningn signi-ficado como contenido dado. Si es el caso, incluso los contenidosempricos debieran buscarse, pero resulta que en esta misma bsqueda

    dichos contenidos desaparecen, se delatan como una mera suposicininjustificada.

    fundamento mismo de la antigua divisin de los hombres en varias clases sociales segnel gnero de su trabajo [...] Con lo cual slo se est diciendo que el primer fundamento de laimportancia del trabajo es el hombre mismo, su sujeto (Dz 4690-591).

    30Karl Marx, Grundrisse der Kritik der politische konomie, 1967, Berlin, EuropischeVerlag, p. 203.

    31Phnomenologie, en op. cit.,p. 57.32Porfirio Miranda, op. cit.,p. 42.

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    LA FENOMENOLOGA DEL ESPRITU

    Sucede que uno creeque por sealar algo con el dedo o por mediode expresiones decticas o indexicales, se estara captando algncontenido emprico, se estara demostrandoun significado. Russell

    defiende la idea, por ejemplo, segn la cual, el significado de unapalabra consiste en, y se reduce a, su referencia emprica33. Reciente-mente, como estela de la postura de Russell, se ha puesto nfasis en elestudio, dentro de la filosofa del lenguaje, de las llamadas partculasdecticas, pues stas parecen ser un fuerte argumento a favor de queel conocimiento cientfico es radicalmente emprico, y que las talespartculas decticas tendran la funcin de sealar, indicar (por esoindexicales) o hacer ostensible empricamente el significado de los

    trminos. No obstante, el acto de sealar con el dedo es inevitable-mente intil si previamente no se tiene el significado. Robert Brandomcomenta con algo de sorna:

    Qu es indicar o demostrar un objeto? La idea que anima la discu-sin de lo demostrativo [de la astringencia semntica] en trminosdel paradigma indexical es que el ncleo del fenmeno est dado: elobjeto demostrado es el objeto dado. Esta idea estimula una imagen de

    indicacin como si se tratara del asunto fsico de distinguir un objetoextendiendo la lnea formada por los nudillos del dedo ndice hasta queaqulla haga interseccin con algo opaco [...] los inexpertos [los que noconocen el significado], sin embargo, pueden ser incapaces de transferirsu atencin ms all del extremo del dedo que apunta, o quiz, perversa-mente, trazar la lnea de indicacin en una direccin equivocada, desdela punta del dedo hasta la base, y as asumir que algo que est detrsde quien seala ha sido identificado.34

    La conclusin es que a quien quiera sealar esto, es decir, esecontenido supuestamente dado, esto mismo se le va a escapar. Se tratade llevar a cabo, segn palabras de Hegel, un simple experimento:

    33Bertrand Russell, The Philosophy of Logical Atomism, en D. Pears (ed.),RussellsLgical Atomism,1972, London, Collins, p. 196.

    34Robert B. Brandom,Making it Explicit. Reasoning, Representing & Discursive Com-mitment, 1998, Cambridge, Harvard University Press, p. 460.

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    Para comprobarla verdad de esta conciencia sensible, bastante es unsimple experimento (eineinfacher Versuch).35Es suficiente intentarsealar algo para advertir de inmediato que el mero acto de sealar trueca

    el intento en su contrario. Sealemos algo, algn contenido emprico,por medio de una partcula dectica, a saber, ahorala astringenciadel empirismo radica en la presuncin que hace ste de ocuparse de larealidad tal y como sta se ofreceaqu y ahora. Ahoraes de noche.Escribamos esta verdad; una verdad no es algo que pudiera desvirtuar-se si se la escribiese; menos an si de lo que se trata es de conservarla(aufbewahren). Veamos [de nuevo] ahora, este medioda, la verdadque escribimos arriba, resulta que debemos decir que la verdad se nos

    ha echado a perder.36Sin embargo, la partcula ahorase conserva,permanece yse entiende, pero en realidad como una referencia uni-versal, no emprica. Claro est que averiguar cul sea la ndole deluniversal no es cosa simple. Postulemos, por lo pronto y recavandolo hasta ahora expuesto, que universal es el sujeto. Al margen de estepostulado, empero, la conclusin es perentoria: los significados nose obtienen por ostensin, las expresiones indexicales nos ponen encontacto cognitivo con el mundo slo en la medida en que aqullaspuedan engancharse con el resto de nuestro aparato conceptual.37

    Pasemos a un segundo punto, que tiene que ver con el sujeto. Porqu si los significados no son empricos habra que buscarlos en elsujeto? La subjetividad misma no es, acaso, una torpe o por lo menosinopinada presuposicin que hace Hegel?

    Sealamos ms arriba la dificultad que ofrece al proyecto hegelianoel hecho de que para definir cientficamente qu sea la ciencia es nece-

    sario saber previamente qu es la ciencia. Se mencion que la meraformulacin del proyecto parece implicar ya una peticin de principioo crculo vicioso argumentativo. A propsito de esto, Hans Albert,discpulo de Popper, hizo chunga de los intentos de fundamentacin

    35Phnomenologie, op. cit.,p. 64.36Idem.37Brandom, op. cit.,p. 698.

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    cientfica de la misma ciencia al hacer la comparacin de tales intentoscon los delirios del Barn de Mnchhausen. El tal barn fue un loquito,que antes de estarlo fue oficial del ejrcito ruso en la lucha que ste

    libr contra el turco en el sigloXVIII. En el fragor de la batalla fue queeste oficial qued deschavetado, y al cabo de aqulla volvi contandocuriosas historias, la ms clebre de las cuales consista en afirmar quehaba sido capaz de sacar su cuerpo de un fangoso lago despus dehaberse jalado los propios cabellos. Piensa Albert, pues, que intentarjustificar cientficamente el concepto mismo de ciencia es equivalentea querer sacarse uno del fango jalndose de los propios cabellos. Msall del pintoresquismo de la comparacin, la prueba de esto ltimo

    sera que el proyecto de fundamentacin cientfica de la ciencia estcondenado a no poder recorrer ningn camino, salvo los tres siguientes:la aseveracin dogmtica del significado de ciencia bajo el seuelode que dicho significado es evidente (significado queevidentementeno lo es), regresin infinita (la cual es impracticable de hecho) o elcrculo vicioso cualquiera de los tres, camino invlido.38

    La conclusin que Albert saca de todo esto es la necesidad derenunciar a proyectos semejantes a los de Hegel y la necesidad, encambio, de adoptar el programa de Popper, ese furioso anti-hegeliano:una fe irracional en la razn.39

    Sin embargo, Karl-Otto Apel ha logrado desmantelar exitosamentelas objeciones de Albert, demostrando que ste mismo supone, porel hecho mismo de rechazar, con sentido, los tres y cada uno de loscuernos del trilema de Mnchhausen, una concepcin rotunda y conpretensin de cientificidadde ciencia: una concepcin de ciencia segn

    la cual no es legtimo aceptar tesis que no estn debidamente justifi-cadas. En efecto, si se rechazan los tres y cada uno de los cuernos deldilema esporque ya se ha aceptado, como algo plenamente justificado,un concepto de ciencia segn el cual se tiene que rechazar lo que no

    38Cfr. Hans Albert, Traktak ber kritische Vernunft, 1969,Tbingen, Mohr, p. 33.39Karl Popper, The Open Society and its Enemies 2: The High Tide of Profecy: Hegel,

    Marx and the Aftermath, 1945, London, Routledge, p. 283.

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    est debidamente justificado. No es posible rechazar, con sentido,un concepto rotundo de ciencia sin suponerlo previamente: Lo msnotable de la fundamentacin ltima filosfica se halla entonces en el

    argumento reflexivo [...] de que no se puede razonar o decidirse prc-ticamente ni a favor ni en contra de las reglas del juego del lenguajesin presuponer ya estas reglas.40

    La conclusin de Apel, empero, deja pendiente el asunto del paralo-gismo presuntamente implicado en el proyecto de definicin cientficade la ciencia. No porque el adversario de tal proyecto se contradigaperformativamente (es decir, no porque la postura del adversario deba serfalsa para tener sentido), no por eso, quedar desfondada la objecin

    de que el proyecto hegeliano implica una peticin de principio.Kant expuso un paralogismo semejante al que seala Albert y

    sobre el cual nos hemos demorado, aunque en su caso en relacincon el concepto delyo, que sin embargo es concepto equivalente al deciencia, tal como lo hemos sugerido y anotado previamente:

    Alrededor del yo nos movemos en un crculo continuo, porque sijuzgamos acerca de l debemos servirnos (bedienen) ya de su represen-

    tacin en todo momento; un problema del cual estamos lejos de podersepararnos, pues la conciencia, en s, no es un representacin que distingaalgn objeto particular, sino que es una forma de la representacin engeneral, en cuanto se la pueda tomar como conocimiento.41

    Contra este carcter supuestamente vicioso que inevitablementedebiera afectar toda investigacin racional acerca del Yo, replicaHegel:

    Es extrao el pensamiento si es que por lo dems se le pudierallamar pensamiento de que yo debaservirme(bedienen) ya del yo,para

    40Karl-Otto Apel, El problema de la fundamentacin ltima filosfica a la luz de unapragmtica trascendental del lenguaje, en Dianoia. Anuario de Filosofa, 1975, Mxico,UNAM, trad. de Bernab Navarro, p. 173.

    41Immanuel Kant,Kritik der reinen Vernunft, B 404.

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    juzgar acerca del yo. El yo, que sesirvede la conciencia de s mismocomo de un medio (Mittels) para juzgar, ste es en verdad unaX, de cuyoservicio y de la cual no se puede tener ni el ms mnimo entendimiento. Sin

    embargo es bien ridculo llamar un inconveniente o un crculo viciosoa esta naturaleza de la autoconciencia segn la cual el yose piensa as mismo y segn la cual el yono pueda ser pensado sin ser el mismoyo el que se piensa.42

    En otras palabras, sera un inconveniente o un paralogismo queel yo tuviera que servirse de s mismo para juzgarse, slo bajo elsupuesto de que el yo fuese distinto o extrao al mismo yo que juzga

    si el yo fuese distinto al mismo acto de juzgarse a s mismo. Pero larealidad es que el yo no es nada distinto del acto mismo de mediacinpor medio del cual deviene juzgado. Esto es hasta tal punto su mismasubstancia [la substancia del yo] que no se puede hablar de l como deun sujeto invariable que hiciese o efectuase esto o lo otro, como si talactividad fuera una casualidad, una especie de situacin fuera del cual[el yo] tuviese consistencia; sino que su actividad es su substanciali-dad, la actuosidad (Aktuositt) es su ser.43No es que el yo exista por

    su cuenta y que apartehaga juicios. Seryoconsiste en hacer juicios.No hay ningn yo previo al acto de hacer juicios acerca del yo, demanera tal que al juzgar el yo sobre s mismo no se est presuponien-do,se est produciendo o dando realidad como yo44. A esto se refieretambin Hegel cuando dice esto que parece una paradoja, a saber, queen el acto de reflexin el sujetopone sus presupuestos. La reflexinencuentra (findet)antes de ella un inmediato que es trascendente y

    42G.W.F. Hegel, Wissenschaft der Logik II, 1986, Frankfurt, Suhrkamp, p. 490.43G.W.F. Hegel, Fragment zur Philosophie des Geistes, enBerliner Schriften 1818-

    1831, 1986, Frankfurt, Suhrkamp, p. 528.44And my Hegelian point is here that the i think [...] designates a hole, a gap, in

    it and as such it opens up, within the domain of Things which only truly exist, the spacewhere phenomena can emerge, the space of our phenomenal experience [...] The truly He-gelian problem is not to penetrate from the fenomenal surface into Things in themselves, butto explain how, within Things, something akin to phenomena could have emerged, Slavojiek, Tarrying with the negative, 1993, Durham, Duke University Press, p. 241.

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    desde el cual retorna. Ese retorno es slo la presuposicin de lo que lareflexin encuentra antes de ella. Pero lo que se encuentra antes de ellaslo llega a ser mediante su ser superado, su inmediatez es inmediatez

    superada,45es decir, inmediatezpuesta, inmediatezproducida. Lainmediatez inicial misma est siempre-ya puesta retroactivamente, demodo que su emergencia coincide con su prdida.46

    De este modo, desde el punto de vista de la demostracin, lareflexin del sujeto sobre s mismo no slo no es crculo vicioso oparalogismo, sino efectiva generacin de la realidad en que consiste lasubjetividad, efectiva generacin de conceptos en que la subjetividadconsiste, es decir, demostracin sin ms, y por lo mismo ciencia.

    Expone Hegel que la subjetividad es criterio de s misma, justa-mente porque es un criterio que se va configurando al tiempo que seva ejecutando. Es decir, el concepto de ciencia, criterio supremo delconocimiento, debiera ajustarse a la realidad de la ciencia. Erradoestara el concepto de ciencia en la medida en que nocorrespondiesea la realidad de la ciencia. Quedaramos atorados en el paralogismosi se supusiera que la realidad de la ciencia est dadaa priori, porqueno habra modo de identificarla sin tener tambin el conceptoa priori.Esto s que sera una obvia peticin de principio. Pero es el caso quecuando es el sujeto el que se tiene a s mismo por objeto, como aqulno consiste en otra cosa que en el acto por medio del cual se ajusta aste, resulta que cuando no hay ajuste tampoco hay sujeto. Igualmen-te sucede con la ciencia. No es que la ciencia corra por un lado y suconcepto por otro. En la medida en que el concepto de ciencia no seajusta a la ciencia no hay ni concepto ni ciencia. Ciencia, en cambio,

    habr y se ir generando slo en la medida en que se la est conci-biendo. En cuanto en su objeto la conciencia encuentra que su saberno se corresponde con aqul, resulta que el objeto mismo tampocoresiste; o el criterio de prueba cambia cuando aquello de lo cual ese

    45Wissenschaft der Logik II, p. 27.46Slavoj iek, Porque no saben lo que hacen. El goce como factor poltico, 1998,

    Buenos Aires, Paids, trad. de Jorge Piatigorsky, p. 222.

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    LA FENOMENOLOGA DEL ESPRITU

    criterio viene a ser criterio no permanece en la prueba: y la prueba noes entonces slo prueba del saber, sino prueba del criterio.47

    Examinar cientficamente la ciencia no es crculo vicioso, ni preten-

    sin totalitaria, sino la ndole misma en que consiste la ciencia: saberabsoluto, pero no en el sentido de algo enorme, sino en el sentido deque la ciencia, en cuanto que realidad que consiste en el reflexivoponer sus propios presupuestos, en cuanto que autodeterminacin, eslo mismo que el espritu, a saber, el absoluto en el sentido etimolgicodel trmino.48

    Insisto an a trueque de fatigosas repeticiones: habra crculo vicio-so y paralogismo slo en el caso en que la ciencia subsistiera al margen

    de su concepto, pero esto es imposible, porque si as fuera estaramosfrente a una ciencia definida por decreto. Con qu criterio se examinala ciencia? Pues con el criterio de la ciencia, slo que aqul no es algoque preceda a sta, sino algo que se va ganando en la medida en queel concepto de sta y su realidad no resulten discordantes.

    La ciencia no es nada ms que el acto de demostracin por mediodel cual la propia subjetividad va cobrando consistencia propia. Peroel acto por el que la subjetividad va cobrando consistencia propiaes el acto en el cual ella misma desespera de cualquier contenido dado,

    47G.W.F., Hegel,Phnomenologie, op. cit.,p. 6048Absoluto con la palabra alemana usada por Hegel ocurre lo mismo, pues esta es

    Absolute proviene de los vocablos latinos ab y solvere. ste significa desatado osuelto y aqul indica separacin o estar al lado de algo. En este sentido, absoluto significaestar suelto, libre de sujecin. En este sentido, se llama absoluto al saber por esta faltade sujecin implicada en su carcter reflexivo. Se junta, empero, una etimologa ms, que

    va de solvere a sollus. Sollus significa entero, todo, en el sentido de rotundo. Suequivalente griego es . El saber absoluto se llama as porque es el saber del saber. Eneste sentido, saber absoluto no significa saber todo, pero s significa saber cul es la ndoledel todo o el significado de la palabra todo, de la palabra universo, a saber: el sujeto, puesste consiste en el acto por cuyo extraamiento (por cuya diversificacin, deviene s mismo.Slo el sujeto es universo. La idea del alma humana como microcosmos (mini-universo) esalgo ms que una metfora. Por el contrario, llamar universo o cosmos a lo no-subjetivo, eso ses metfora. Escribe el fsico ingls Arthur S. Eddigton: el mundo puramente objetivo es elespiritual, y el mundo material es subjetivo,La filosofa de la ciencia fsica, 1944, BuenosAires, Sudamericana, trad. de Carlos E. Prelat y Alberto Lelong, p. 102.

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  • 5/25/2018 Jose Antonio Pardo de Que Trata La

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    JOS ANTONIO PARDO

    en el cual y slo en el cual adquiere rango de sujeto, pues es antela nulidad del contenido dado que emerge como subjetividad real alvolver sobre s como efecto de la negacin del falso objeto dado. La

    necesidad del sujeto se demuestra como conclusin del acto de poneren duda lo emprico porque el sujeto es ya este mismo acto de poner enduda lo emprico. Pero no es ste un acto, empero, extrao a lo emp-rico, porque en realidad el sujeto es la misma falta de identidad delo emprico consigo mismo. Es la misma exigencia de no dar nadapor supuesto la que al cabo del proceso termina por justificarse a smisma, de manera cientfica, como ciencia sin ms. Ciencia, pues, yes ese el concepto expuesto por Hegel en suFenomenologa: ese

    movimiento dialctico que la conciencia ejerce en ella misma, tantoen su saber como en su objeto, en cuanto en ese movimiento emergeel nuevo objeto verdadero.49

    49Ibid., p. 60.

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