Antony.A Hoekema - La Biblia Y El Futuro

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    Hay tres principales posiciones escatolgicas que difieren en su perspectivarespecto al advenimiento del reino de Dios. El punto de vista utilizado para elpresente estudio es aquel que reconoce una distincin entre el "ya" -el estadopresente del reino ya inaugurado por Cristo- y el "todava no" -el establecimiento finaldel reino que tendr lugar en la segunda venida de Cristo.

    En consonancia con la tesis que la escatologa es una realidad que abarca tanto elpresente como el futuro, se divide el estudio en dos secciones: escatologainaugurada y escatologa futura.

    Quiera el Seor utilizar esta obra para ayudamos a que nos regocijemos en sudecisiva victoria sobre el pecado y la muerte, y para que anticipemos con anhelo-laconsumacin final de dicha victoria en la vida venidera.

    -Anthony A. Hoekema

    LIBROS DESAFO

    2850 Kalamazoo Ave. SE Grand Rapids,

    Michigan 49560 EE.UU.

    ISBN 1-55883-070-7

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    INDICE

    INDICE __________________________________________________________________3PREFACIO ______________________________________________________________4CAPITULO 1: LA PERSPECTIVA ESCATOLGICA DEL ANTIGUO TESTAMENTO _ 5CAPITULO 2: EL CARCTER DE LA ESCATOLOGA NEOTESTAMENTARIA ____13CAPITULO 3: EL SIGNIFICADO DE LA HISTORIA ______________________ 21CAPITULO 4: EL REINO DE DIOS ______________________________________ 36CAPITULO 5: EL ESPRITU SANTO Y LA ESCATOLOGA_______________ 47CAPITULO 6: LA TENSIN ENTRE EL YA Y EL TODAVA NO______________ 57CAPITULO 7: LA MUERTE FSICA ______________________________________ 64CAPITULO 8: LA INMORTALIDAD ______________________________________ 70CAPITULO 9: EL ESTADO INTERMEDIO_______________________________75CAPITULO 10: LA EXPECTATIVA DE LA SEGUNDA VENIDIDA ___________ 97CAPITULO 11: LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS__________________________ 106CAPITULO 12: LOS SIGNOS EN PARTICULAR

    _________________________ 112CAPITULO 13: EL CARCTER DE LA SEGUNDA VENIDA ____________136CAPITULO 14: PRINCIPALES PUNTOS DE VISTA RESPECTO AL MILENIO _____ 143CAPITULO 15: UN ANLISIS CRTICO DEL PREMILENIALISMODISPENSACIONALISTA __________________________________________________ 158CAPITULO 16: EL MILENIO DE APOCALIPSIS 20 ______________________181CAPITULO 17: LA RESURRECCIN DEL CUERPO ______________________194CAPITULO 18: EL JUICIO FINAL_______________________________________ 207CAPITULO 19: EL CASTIGO ETERNO__________________________________ 216CAPITULO 20: LA NUEVA TIERRA ______________________________________ 223

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    PREFACIO

    Esta obra es un intento de exponer la escatologa bblica, es decir, lo que laBiblia ensea respecto al futuro. Como lo expresa el Apndice, existen tresposiciones escatolgicas principales, cada una de las cuales tiene una

    perspectiva diferente respecto al advenimiento del reino de Dios, a saber: (1)que el reino ya est presente, (2) que el reino es futuro y (3) que el reino es unarealidad a la vez presente y futura. El punto de vista utilizado para el presenteestudio es el tercero de los mencionados: aquel que reconoce una distincinentre el "ya" el estado presente del reino ya inaugurado y el "todava no"-elestablecimiento final del reino que tendr lugar en la Segunda Venida deCristo.

    En consonancia con la tesis que la escatologa es una realidad que abarcatanto el presente como el futuro, este libro est dividido en dos secciones. Laprimera, intitulada Escatologa Inaugurada, tiene que ver con la realizacinpresente del reino y con las bendiciones que ya disfruta la comunidad redimida.La segunda, cuyo ttulo es Escatologa Futura, se ocupa de temas tales comoel estado del creyente entre la muerte y la resurreccin, los signos de lostiempos, la segunda venida de Cristo, el milenio, la resurreccin del cuerpo, eljuicio final, y la nueva tierra.

    Quisiera reconocer aqu la deuda que tengo para con mis colegas del CalvinTheological Seminary, y para con mis alumnos a lo largo de muchos aos,quienes, con sus observaciones hechas durante los dilogos en el aula,contribuyeron a profundizar mi pensamiento respecto a estos temas.

    Asimismo hago propicia la ocasin para expresar mi agradecimiento al cuerpode regentes del Calvin Theological Seminary por concederme el ao sabticodurante el cual di comienzo a este libro, como tambin al personal de lasbibliotecas de la Universidad de Cambridge y del Calvin College and Seminarypor el uso de sus recursos.

    Tengo, finalmente, una deuda de gratitud para con mi esposa, Ruth, por suapoyo y ayuda invalorables durante la redaccin de este libro.

    Quiera el Seor utilizar esta obra para ayudamos a que nos regocijemos en su

    decisiva victoria sobre el pecado la muerte, y para qua anticipemos con anhelola consumacin final de dicha victoria en la vida venidera.

    -ANTONIO A. HOEKEMA

    Grand Rapids, Michigan, EE. UU

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    CAPITULO 1: LA PERSPECTIVA ESCATOLGICA DELANTIGUO TESTAMENTO

    El trmino escatologa proviene de dos palabras griegas, eschatos y lagos, y

    significa "doctrina de las ltimas cosas". Tradicionalmente este trmino ha sidousado para referirse a hechos que todava han de suceder, tanto, en lo quetiene que ver con el Individuo como con el mundo. En el mbito de lo Individualse estimaba que la escatologa tena que ver con asuntos tales como la muertefsica, la Inmortalidad y el as llamado "estado Intermedio" aquel estado entre lamuerte y la resurreccin general. Respecto a lo csmico se pensaba que laescatologa deba considerar el regreso de Cristo, la resurreccin general, el

    juicio final y el estado final de todas las cosas. Ahora bien, aunque estamos deacuerdo en que la escatologa bblica Incluye los temas recin mencionados,debemos Insistir en que el mensaje de la escatologa bblica se ver seriamenteempobrecido s no Incorporamos al mismo el estado presente del creyente y la

    fase presente y actual del reino de Dos. En otras palabras, una escatologabblica de alcance total debe Incluir tanto lo que podramos llamar "escatologaInaugurada" como la "escatologa futura"

    En esta primera parte desarrollar varas Ideas bsicas que tienen que ver conel estado presente del reino. Los captulos 1 y 2 consideran en detalle laperspectiva escatolgica del Antiguo y Nuevo Testamentos. El AntiguoTestamento abunda en profecas respecto a bendiciones futuras de Israel. En elNuevo Testamento muchas de esas profecas se cumplen en la persona deCristo, pero no todas. Llega a ser obvio, entonces, que algunas de ellas hallarnsu cumplimiento solamente en la Segunda Venida. El captulo 3 analiza el

    propsito de la historia y la meta haca la cual sta se mueve, teniendo a Cristoen su centro y a Dos en control. Los captulos restantes de esta parte, seocupan de la naturaleza y del significado del reino de Dos, el fundn que elEspritu Santo desempea en la escatologa, y la tensin entre las realidadespresentes y futuras

    Para comprender adecuadamente la escatologa bblica, es necesario que laveamos como un aspecto integral de la totalidad de la revelacin bblica. A laescatologa no se la debe considerar como algo que se encuentra solamente enciertos libros de la Biblia, tales como Daniel y Apocalipsis, sino ms bien comoalgo que domina y entra en la totalidad del mensaje bblico. Con respecto a estepunto, no cabe duda que Jurgen Moltmann tiene toda la razn cuando afirmaque: "Desde principio a fin, y no slo en el eplogo, el cristianismo esescatologa, es esperanza, mirando y movindose hacia adelante y por ellotambin cambiando y transformando el presente. Lo escatolgico no es un soloelemento del cristianismo, sino que es el centro de la misma fe cristiana, laclave en que se armoniza todo en ella... Por eso, la escatologa no puede ser,en realidad, slo una parte de la doctrina cristiana. Por el contrario, el carcterde toda proclamacin cristiana, de toda existencia cristiana y de la iglesia enteratiene una orientacin escatolgica".

    Para captar mejor este punto, contemplemos ms detenidamente el carcterescatolgico del mensaje bblico en su totalidad. En el presente captuloconsideraremos la perspectiva escatolgica del Antiguo Testamento; en el

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    prximo captulo nos ocuparemos de la perspectiva escatolgica del NuevoTestamento.

    Los peritos bblicos que se encuadran dentro de la tradicin liberal a menudohan dicho que hay muy poco de escatologa en el Antiguo Testamento. Sin

    duda hay que reconocer que los escritores del Antiguo Testamento no nosaportan claras enseanzas sobre la mayora de las principales doctrinas de loque hemos llamado "escatologa futura": la vida despus de la muerte, lasegunda venida de Cristo, el juicio final, etc. Hay, sin embargo, otro sentido enel que el Antiguo Testamento tiene una orientacin escatolgica que va desde elprincipio al fin. George Ladd la expresa de este modo:

    Resulta que la esperanza de Israel respecto al Reino de Dios es una esperanzaescatolgica y que la escatologa es un corolario necesario del concepto de Dios quetena Israel. La antigua crtica welhausiana afirmaba que la escatologa era unatendencia tarda que surgi slo en el perodo posexlico... ltimamente el pndulo

    ha oscilado en direccin opuesta y el carcter fundamentalmente israelita de laescatologa va siendo reconocido. Se puede mencionar un creciente nmero deestudiosos que reconocen que fue el concepto de Dios que se haba ocupado deIsrael en la historia redentora que dio pie a la esperanza escatolgica.

    Uno de los estudiosos a que Ladd hace referencia es T. C. Vriezen, profesor deEstudios del Antiguo Testamento en la Universidad de Utrecht, Holanda. Vriezenafirma que la visin escatolgica que uno encuentra en el Antiguo Testamentoes un "fenmeno israelita que realmente no ha sido detectado fuera de Israel".Pasa a afirmar que:

    La escatologa no surgi cuando el pueblo comenz a dudar la realidad del reinadode Dios en el mbito cltico, sino cuando en medio de la mayor afliccin le tocaprender a confiar, solamente por fe en Dios como el nico fundamento slido de lavida; y tambin surgi cuando este carcter realista de la fe fue aplicadocrticamente para analizar la vida del pueblo, de modo tal que la catstrofe esperadalleg a ser considerada como intervencin divina llena de justicia, mientras que almismo tiempo se confesaba que el Santo Dios permaneca inamovible en sufidelidad y amor a Israel. Fue as que la vida de Israel en la historia lleg a tener unaspecto doble: por una parte el juicio era visto como algo que estaba a punto deacontecer y por la otra la recreacin de la comunidad de Dios se acercaba... La

    escatologa es una certidumbre religiosa que surge directamente de la fe israelita enDios, fe que est enraizada en la historia de su salvacin.

    Vriezen llega, por tanto, a la conclusin que la escatologa es parte intrnseca delmensaje del Antiguo y del Nuevo Testamento: "La expectativa de la llegada delreino de Dios est en la mdula misma del mensaje del Antiguo Testamento, yes el cumplimiento inicial de esta expectativa en Jess de Nazaret... quefunciona como trasfondo del mensaje del Nuevo Testamento. El verdaderocorazn del Antiguo y del Nuevo Testamento es, por tanto, la perspectivaescatolgica".

    Examinemos ahora en mayor detalle la perspectiva escatolgica del AntiguoTestamento, observando algunos conceptos especficos de la revelacin en que

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    esa perspectiva se encarna. Comenzaremos con la expectivapor el redentor queha de venir. El relato de la cada que se encuentra en los primeros versculo s deGnesis 3 es seguido inmediatamente por la promesa de un redentor futuro en elversculo 15: "Y pondr enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y lasimiente suya; sta te herir en la cabeza, y t le herirs en el calcaal". Este

    pasaje, frecuentemente llamado la "promesa madre", ahora define el tono de todo elAntiguo Testamento. Estas palabras estn dirigidas a la serpiente, la cual esidentificada ms adelante como agente de Satans (Ap. 12:9; 20:2). La enemistadintroducida entre la humanidad y la serpiente implica que Dios, que es tambinenemigo de la serpiente, ser amigo del hombre. En la prediccin de que al fin lasimiente de la mujer acabar aplastando la cabeza de la serpiente tenemos lapromesa del redentor venidero. Podemos decir que en este pasaje Dios revela, ensntesis, la totalidad de su propsito salvfico para con su pueblo. La posteriorhistoria de la redencin ser el desarrollo del contenido de esta promesa madre. Apartir de este momento, toda la revelacin del Antiguo Testamento mira y sealahacia adelante, ansiosamente anticipa al redentor prometido.

    Este redentor por venir, identificado simplemente en Gnesis 3:15 como simiente dela mujer, es llamado ms adelante en Gnesis 22:18, simiente de Abraham (cf.26:4; 28:14). Gnesis 49:10 especifica adems que el redentor ser descendientede la tribu de Jud. Y ms adelante en el curso de la revelacin veterotestamentariase nos informa que el redentor venidero ser descendiente de David (2 S. 7:12-13).

    Despus del establecimiento de la monarqua, el pueblo de Dios del AntiguoTestamento reconoca tres oficios especiales: los de profeta, sacerdote y rey. Seesperaba que el redentor que haba de venir fuera la culminacin y el cumplimientode estos tres oficios especiales. El iba a ser un gran profeta: "Un profeta de lostuyos, de tus hermanos, como yo [Moiss], te suscitar el Seor, tu Dios; a l leescucharn" (Dt. 18:15 NBE). Sera tambin un sacerdote eterno: "El Seor lo ha jurado y no se arrepiente: 'Tu eres sacerdote segn el rito de Melquisedec' "(Sal.110:4 NBE). Sera adems el gran rey de su pueblo: "Algrate mucho, hija de Sion;da voces de jbilo, hija de Jerusaln: he aqu tu rey vendr a ti... (Zac. 9:9).

    Con referencia al reinado del futuro redentor, se predice especialmente que sesentar sobre el trono de David. Natn el profeta le dijo a David, "Y cuando tus dassean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantar despus de ti a uno de tulinaje, el cual proceder de tus entraas, y afirmar tu reino. El edificar casa a mi

    nombre, y yo afirmar para siempre el trono de su reino" (2 S. 7:12-13; cf. Is. 9:7).Tambin cabe notar que a veces se identifica la venida del futuro Redentor-Rey conla venida de Dios a su pueblo. En Isaas 7:14, por ejemplo, el redentor por venir esllamado especficamente Emmanuel, que quiere decir "Dios con nosotros". EnIsaas 9:6 uno de los nombres que se le da al redentor prometido es el de "Diosfuerte". A.B. Davidson se refiere a esta identificacin en los siguientes trminos:"A veces, la venida [de Jehov] se cumple en el marco de la esperanzamesinica. Jehov desciende a su pueblo en la persona del Mesas; supresencia se manifiesta y se cumple en l... Dios est totalmente presente, aefectos de la redencin, en el rey mesinico. Este es el ms excelso de los

    conceptos mesinicos".

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    Sin embargo, junto a esta concepcin del futuro redentor como aquel que ser ala vez profeta, sacerdote y rey, aparece tambin en Isaas la idea de que elredentor ser el siervo sufridor de Dios. El concepto de "siervo de Dios" aparececon frecuencia en Isaas, a veces designando a la nacin de Israel mientras queotras veces describe al futuro redentor. Entre los pasajes de Isaas que

    describen de modo especfico al futuro redentor como el siervo del Seor estn42:1--4; 49:5-7; 52:13-15 y todo el captulo 53. Es especialmente este captulo53 el que describe al futuro redentor como siervo sufridor de Yahv: "Mas lherido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo denuestra paz fue sobre l, y por su llaga fuimos nosotros curados" (v. 5). Es enbase a pasajes como ste que llegamos a saber que el redentor cuya venidaesperaba el creyente del Antiguo Testamento era visto, al menos durante elperodo de los ltimos profetas, como uno que sufrira por su pueblo pararedimirlo.

    Otro modo en el cual el Antiguo Testamento describe al redentor por venir es

    como el hijo del hombre. Es particularmente en Daniel 7:13-14 dondeencontramos este tipo de expectacin. Miraba yo en lavisin de la noche, y heaqu con las nubes delcielo vena uno comoun hijo de hombre, que vino hasta elAnciano de das, y le hicieron acercarse delantede l.

    Y le fue dado dominio, gloria y reino, ara que todos los pueblos, naciones ylenguas lesirvieran; su dominio es dominio eterno, que nuncapasar, y su reinoser unoque no ser destruido. En el Nuevo Testamento, el Hijo del Hombre esidentificado de modo especial con el Mesas.

    Para resumir, podemos decir que el creyente del Antiguo Testamento, de modosdiversos y por medio de diferentes imgenes, esperaba la llegada de un redentoren algn momento futuro (o en "los das postreros", que es la metfora mscomn que utiliza el Antiguo Testamento) para redimir a su pueblo y ser tambinuna luz para los gentiles. En su primera epstola Pedro da una vvida imagendel modo en que los profetas del Antiguo Testamento anticipaban la llegada deeste redentor mesinico: "Los profetas que profetizaron de la gracia destinada avosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvacin,escudriando qu persona y qu tiempo indicaba el Espritu de Cristo queestaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y lasglorias que vendran con ellos" (1 P. 1:10-11).

    Otro concepto revelatorio en que se encarna la perspectiva escatolgica delAntiguo Testamento es el del reino de Das. Aunque la frase "reino de Dios" noaparece en el Antiguo Testamento, s aparece el concepto de que Dios es rey,particularmente en los salmos y los profetas. Frecuentemente se habla de Dioscomo rey tanto de Israel (Dt. 33:5; Sal. 84:3, 145:1; Is. 43:15) como de toda latierra (Sal. 29:10, 47:2, 96:10, 97:1, 103:19, 145:11-13; Is. 6:5; Jer. 46:18). Sinembargo, debido al carcter pecador y rebelde de los hombres, el gobierno deDios sera experimentado en su plenitud, no solamente por Israel sino por todoel mundo.

    Es el profeta Daniel quien desarrolla de modo especial la idea del reino porvenir. En el captulo dos de su profeca, l habla del reino que Dios instituir

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    algn da, el cual no ser jams destruido y que a la vez har pedazos a losotros reinos y permanecer para siempre (vv. 44-45). Adems, como ya hemosvisto en 7:13,14, a aquel que es como hijo de hombre le es dado un dominioeterno y un reino que no ser destruido. Daniel vaticina, por ende, no solamenteun reino futuro, sino que relaciona dicho reino con el advenimiento del redentor,

    descrito por l como "el hijo del hombre".

    Existe adems otro concepto veterotestamentario que tiene maticesescatolgicos y es el del nuevo pacto. Muchos estudiosos del AntiguoTestamento han demostrado que la idea del pacto es clave para la comprensinde la revelacin del Antiguo Testamento.En tiempos de Jeremas, sin embargo,el pueblo de Jud, por sus idolatras y transgresiones, haba violado el pactoque Dios haba hecho con l. Si bien el mensaje central de las profecas deJeremas es de juicio y condena, con todo, l s predice que Dios har un nuevopacto con su pueblo: "He aqu que das vienen-orculo de Yahv-en que yopactar con la casa de Israel (y con la casa de Jud) una nueva alianza; no

    como la alianza que pact con sus padres, cuando les tome de la mano parasacados de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice escarmiento enellos-orculo de Yahv" (Jer. 31:31, 32, BJer; vanse tambin vv. 33, 34). ElNuevo Testamento da claras evidencias (cf. Heb. 8:8-13); 1 Cor. 11:25) que lanueva alianza profetizada por Jeremas fue introducida por nuestro SeorJesucristo.

    De entre los conceptos escatolgicos del Antiguo Testamento, uno que sedestaca es el de la restauracin de Israel. Despus de la divisin del reino unido,tanto Israel como Jud se fueron hundiendo progresivamente en ladesobediencia, la idolatra y la apostasa. En consecuencia, los profetasanunciaron que, debido a tal desobediencia, el pueblo de ambos reinos serallevado a la cautividad por naciones hostiles y sera dispersado. Pero en mediode estas predicciones sombras tambin hay profecas de liberacin. Muchosprofetas pronostican la restauracin futura de Israel de su cautiverio.

    Ntese, por ejemplo, el siguiente vaticinio del profeta Jeremas: "Y yo mismorecoger el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las ech, y lashar volver a sus moradas; y crecern y se multiplicarn" (23:3).

    Tambin vienen a la mente las palabras de Isaas 11:11: "Asimismo acontecer

    en aquel tiempo, que Jehov alzar otra vez su mano para recobrar elremanente de su pueblo que an quede en Asira, Egipto, Patros, Etiopa, Elam,Sinar y Hamat, y en las costas del mar". Vale la pena notar aqu las palabras"otra vez" que insinan que la futura restauracin de Israel ser algo as comoun segundo xodo.

    Tambin es importante observar que la restauracin de Israel que se anunciaen los profetas tiene alusiones ticas. Tanto Ezequiel (36:24-28) como Isaas(caps. 24-27) enfatizan que esta restauracin no suceder aparte delarrepentimiento y la rededicacin de Israel al servicio de Dios. Segn apuntaGeorge Ladd:

    Ellos [los profetas del Antiguo Testamento] prevn una restauracin, pero es una

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    restauracin que abarca solamente al pueblo que ha sido purificado y justificado.Su mensaje, ora de calamidad, ora de bienaventuranza, est dirigido a Israelpara que el pueblo quede advertido de su pecado y vuelva a Dios. Laescatologa tiene un condicionamiento tico y religioso.

    Quizs el resultado ms significativo de esta preocupacin tica de los profetassea la conviccin de que no ser Israel como tal que entrar al reinoescatolgico de Dios, sino solamente un remanente creyente y purificado.9

    Encontramos tambin, particularmente en Joel, el anuncio de un futuroderramamiento delEspritu sobre toda carne. Las bien conocidas palabras de laprofeca de Joel son:

    Y despus de esto derramar mi espritu sobre toda carne, y profetizarnvuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soarn sueos, y vuestrosjvenes vern visiones. Ytambin sobre los siervosy sobre las siervasderramar

    mi Espritu en aquellosdas (2:28, 29)

    Este derramamiento del Espritu fue, pues, otro de los sucesos escatolgicosque aparecan en el horizonte del futuro que el creyente del Antiguo Testamentoesperaba con anhelante anticipacin. Sin embargo, llama la atencin que losversculos que siguen a la profeca recin citada mencionen portentos en loscielos y en la tierra: "Y dar prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, ycolumnas de humo. El sol se convertir en tinieblas, y la luna en sangre, antesque venga el da grande y espantoso de Jehov" (2:30-31).

    Algunos pasajes del Nuevo Testamento (por ejemplo, Lc. 21:25; Mt. 24:29)relacionan las seales mencionadas con la segunda venida de Jesucristo. Sinembargo, Joel parece predecirlas como si fuesen a suceder inmediatamenteantes del derramamiento del Espritu. A menos que uno interprete estas sealesde un modo figurativo (en cuyo caso se podra pensar que el oscurecimiento delsol se cumpli en las tres horas de oscuridad que hubo cuando Jess estaba enla cruz), parecera que Joel en su profeca ve confluir, en una misma visin,sucesos que estn en realidad separados por miles de aos. Este fenmeno,que podemos llamar perspectiva proftica, ocurre con bastante frecuencia en losprofetas del Antiguo Testamento. Ocurre tambin, como veremos ms adelante,en algunos de los pasajes apocalpticos del Nuevo Testamento.

    El pasaje de Joel que hemos citado nos lleva a considerar otro conceptoescatolgico prominente durante el perodo del Antiguo Testamento, el del dadelSeor. A veces en los escritos profticos s el da del Seor es visto como unda en el futuro cercano, en el cual Dios traer una destruccin repentina sobrelos enemigos de Israel. Abdas, por ejemplo, vaticina la destruccin de Edomcomo el da del Seor (vv. 15-16). Pero el da del Seor puede tambin ser unareferencia a un da escatolgico final de juicio y redencin. A veces-y esta esotra ilustracin de la perspectiva proftica-se ven juntos en una misma visin unda cercano del Seor y uno lejano. Isaas 13, por ejemplo, habla de un da delSeor en un futuro no muy distante, en el cual Babilonia ser destruida (vv. 6-8,

    17-22). No obstante, en el mismo captulo, entremezcladas con lasdescripciones de la destruccin de Babilonia aparecen referencias a un da

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    escatolgico del Seor, que est en un futuro muy distante:

    Miren, llegaimplacable el da del Seor, su clera y el estallidode su ira, paradejar la tierra desolada, exterminando de ellaa lospecadores. Las estrellas delcieloy las constelacionesno destellansu luz, se entenebrece el sol al salir, la luna

    no irradia su luz. Tomar cuenta al orbe de su maldad, a los perversos de suscrmenes; terminar con lasoberbia de los insolentesy el orgullode lostiranos 10humillar (vv. 9-11 NBE).

    Pareciera que Isaas estuviese viendo ambos, la destruccin de Babilonia y el ltimoda escatolgico del Seor, como si fuesen a suceder en un mismo da, en una nicavisitacin divina.

    Sin embargo, es frecuente en los profetas el usar la expresin "da del Seor" paradesignar el da de la ltima visitacin escatolgica. A veces el da del Seor significajuicio contra Israel. En los das de Ams era cosa comn pensar que el da del Seor

    no traera ms que bendicin y prosperidad a Israel. Ams, empero, perturba estacomplacencia general al decir:

    Ay de los que ansan el da delSeor! De qu les servir elda del Seorsi estenebrosoy sin luz?(5:18 NBE). Dentro del mismo tenor, Isaas describe el da delSeor como da de juicio para el pueblo apstata de Jud: Elda delSeor de losejrcitos (viene) contra todo 10 orgullosoy arrogante, contra todo 10empinado yengredo... Ser doblegado el orgullo del mortal, ser humillada laarrogancia delhombre; slo el Seor ser ensalzado en aquel da (2:12, 17 NBEJ. Sofonastambin habla del da del Seor como un da de ira: Cercano est elda grande deJehov, cercano y muy prximo; es amarga la voz delda de Jehov, gritar all elvaliente. Da de ira aquelda, da de angustiay de aprieto, da de alborotoy deasolamiento, da de tinieblay de oscuridad, da de nubladoy de entenebrecimiento(1:14-15).

    El resto del libro deja claro que el da de ira de Sofonas se refiere tanto al da de juicio para Jud en el futuro inmediato como a una catstrofe mundial, final yescatolgica.

    Con todo, el da del Seor no slo trae juicio y desastre. A veces se dice que el datrae salvacin. Es as que Joe12:32, por ejemplo, promete salvacin a todos

    aquellos que invocan el nombre del Seor antes de la llegada del da del Seor.Encontramos, adems, que en Malaquas 4 no slo se pronuncia juicio sobrelos malvados en relacin con la llegada del "da del Seor, grande y terrible" (v.5), sino que se promete sanidad y gozo a todos aquellos que temen el nombredel Seor (v. 2). Podemos entonces resumir lo dicho destacando que el da delSeor predicho por los profetas del Antiguo Testamento ser un da de juicio eira para algunos, pero de bendicin y salvacin para otros.

    Aunque el concepto del da del Seor muchas veces tiene resonancias delobreguez y oscuridad, hay otro concepto escatolgico, uno que tiene un aurams luminosa: el de cielosnuevos y tierra nueva. La esperanza escatolgica del

    Antiguo Testamento siempre abarc la tierra:

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    La idea bblica de la redencin siempre incluye a la tierra. El pensamientohebreo vio una unidad esencial entre el hombre y la naturaleza. Los profetas noconsideran la tierra como un mero teatro indiferente en el cual el hombre lleva acabo su tarea normal, sino como expresin de la gloria divina. El Antiguo Testa-mento en ningn lugar propone la esperanza de una redencin incorprea,

    inmaterial, puramente "espiritual", tal como lo hizo el pensamiento griego. Latierra es, por decreto divino, el escenario de la existencia humana. La tierra hasido, adems, involucrada en los males que el pecado ha ocasionado. Existeuna interrelacin entre la naturaleza y la vida moral del hombre; por tanto, latierra ha de compartir tambin la redencin final de Dios.

    Esta esperanza futura respecto a la tierra se refleja tambin en Isaas 65:17:Porque he aqu que yo crear nuevos cielos y nueva tierra, y de 10 primero nohabr memoria, ni msvendr al pensamiento (cf. 66:22).

    Otros pasajes de Isaas indican lo que est implicado en esta renovacin de la

    tierra: el desierto se convertir en tierra frtil (32:15), el yermo florecer (35:1), elsequedal se convertir en manaderos de agua (35:7), volver la paz al mundoanimal (11:6-8), y la tierra estar llena del conocimiento del Seor, como lasaguas cubren el mar (11:9).

    Resumamos ahora lo que hemos aprendido respecto a la perspectivaescatolgica del Antiguo Testamento. Muy al comienzo, hubo una expectacinde un redentor venidero que herira o aplastara la cabeza de la serpiente. Conel pasar del tiempo hubo un creciente enriquecimiento de la expectativaescatolgica. Los diferentes rubros de esta expectativa no fueron, por cierto,utilizados todos al mismo tiempo, y tomaron diferentes formas en diferentespocas. Pero si pensamos en estos conceptos en trminos acumulativos,podemos decir sin duda alguna que en diferentes momentos de su historia elcreyente del Antiguo Testamento esperaba el cumplimiento futuro de lassiguientes realidades escatolgicas:

    (1) El redentor venidero(2) El reino de Dios(3) El nuevo pacto(4) La restauracin de Israel(5) El derramamiento del Espritu

    (6) El da del Seor(7) Los cielos nuevos y la tierra nueva

    Todas esas cosas se vislumbraban en el horizonte de la expectativaescatolgica. Como es lgico, el creyente del Antiguo Testamento no tenaninguna idea clara respecto a cmo y cundo dichas expectativas secumpliran. A su entender, en algn momento futuro, llamado diversamente "dadel Seor", o "los das postreros", o "los das que vienen", o "aquel da", estosacontecimientos escatolgicos tomaran lugar juntos.

    Con la perspectiva proftica caracterstica, los profetas del Antiguo Testamento

    mezclaron elementos que tenan que ver con la primera venida de Cristo conelementos que tenan que ver con su segunda venida. Recin en el perodo

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    neotestamentario se revelara que lo que en los das del Antiguo Testamento seconsideraba como una sola venida del Mesas, se cumplira en dos etapas: laprimera y la segunda venida. Lo que los profetas del Antiguo Testamento nohaban tenido en claro, fue aclarado en la era del Nuevo Testamento.

    Pero lo que hemos de afirmar nuevamente es que la fe del creyente del AntiguoTestamento era escatolgica completamente. El esperaba la intervencin deDios en la historia, tanto en el futuro cercano como en el lejano. De hecho, fueeste carcter anticipatorio de su fe que le dio al santo del Antiguo Testamento elvalor para correr la carrera que le estaba puesta por delante. El captulo 11 deHebreos, al mirar hacia atrs y contemplar a los hroes de la fe del AntiguoTestamento, enfatiza especialmente este punto. Dice de Abraham que"esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor esDios" (v. 10). De los patriarcas juntos se dice: "Conforme a la fe murieron todosstos sin haber recibido lo prometido, sino mirndolo de lejos, y creyndolo ysaludndolo... (v. 13). Y de todos stos, aunque alcanzaron buen testimonio

    mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejorpara nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros" (vv.39, 40).

    CAPITULO 2: EL CARCTER DE LA ESCATOLOGANEOTESTAMENTARIA

    La fe del creyente del Antiguo Testamento tena una orientacin escatolgica. Segnhemos visto, ste anticipaba el cumplimiento de una serie de acontecimientos quese asomaban por sobre el horizonte escatolgico. En el centro mismo de su

    esperanza escatolgica estaba a la expectacin respecto a la venida del futuroredentor. Vemos esta esperanza escatolgica ejemplificada en Simen, de quien sedice que "esperaba la consolacin de Israel" (Le. 2:25), y en Ana la profetisa, quien,despus de ver al nio Jess "daba gracias a Dios, y hablaba del nio a todos losque esperaban redencin en Jerusaln" (Lc. 2:38).

    En la era neotestamentaria, las bendiciones espirituales que se disfrutan son msabundantes que en los das del Antiguo Testamento: el conocimiento del plan deredencin de Dios se enriquece grandemente, la fe del creyente del NuevoTestamento se profundiza mucho ms, y la captacin de las dimensiones del amorde Dios revelado en Cristo queda fortalecida de un modo incomparable. Al mismotiempo, la expectativa del creyente respecto a bendiciones mayores an porcumplirse en el futuro es tambin intensificada. Como el Antiguo Testamento,tambin el Nuevo tiene un marcado carcter anticipatorio. Hay en l una profundaconviccin de que la obra redentora del Espritu Santo que experimentamos ahorano es ms que el preludio de una redencin mucho ms rica y ms completa que sedar en el futuro, y que la era introducida por la primera venida de Jesucristo serpor otra que ser mucho ms gloriosa de lo que esta presente podra llegar a ser. Enotras palabras, el creyente del Nuevo Testamento tiene conciencia, por un lado, delhecho de que el gran acontecimiento escatolgico anticipado en el AntiguoTestamento ya se ha cumplido, mientras que por el otro lado se da cuenta que hay

    otra serie trascendental de sucesos escatolgicos que todava deben cumplirse.

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    Ni bien abrimos las pginas del Nuevo Testamento, nos damos cuenta de que ya seha cumplido lo que los escritores del Antiguo Testamento haban vaticinado. Lavenida de Jesucristo al mundo es, en realidad, el cumplimiento de la ms importanteexpectacin escatolgica del Antiguo Testamento. William Manson se expresa alrespecto en los siguientes trminos:

    Cuando vamos al Nuevo Testamento, pasamos de un clima de prediccin a uno decumplimiento. Aquello que Dios haba anticipado a travs de los labios de sus santosprofetas ya ha sido cumplido por El, al menos en parte. El eschaton, descrito desdelejos, ha registrado su advenimiento en Jess... La seal suprema del es chato n esla resurreccin de Jess y el derramamiento del Espritu Santo sobre la iglesia. Laresurreccin de Jess no es simplemente una seal que Dios ha hecho a favor de suHijo, sino que es la inauguracin, la entrada a la historia, de los tiempos del fin.

    Los cristianos, por tanto, han ingresado a travs de Cristo en la Nueva Era. Laiglesia, el Espritu, la vida en Cristo, son magnitudes escatolgicas. Aquellos que se

    renen en Jerusaln durante los primeros misteriosos das de la Iglesia saben quees as; ya se dan cuenta de que saborean los poderes del Mundo Venidero. Lo quese haba predicho en las Sagradas Escrituras que le sucedera a Israel o al hombreen el eschaton ya le ha acaecido a Jess y se ha cumplido en l. La piedrafundamental de la Nueva Creacin ha sido colocada.

    Si bien esto es cierto, tambin estamos conscientes de que muchas de laspredicciones de los profetas del Antiguo Testamento no se han cumplido an, y quehay una cierta cantidad de cosas que Jess mismo anunci que no han llegado a surealizacin. No hablaron los profetas acaso de un juicio del mundo y de unaresurreccin de los muertos'?; y no habl Jess del regreso del Hijo del Hombresobre las nubes del cielo con poder y gran gloria? Llegamos a la conclusinentonces de que se debe hablar de la escatologa del Nuevo Testamento tanto entrminos de lo que ya se ha cumplido como en trminos de lo que resta porcumplirse. Una vez ms Manson expresa con justeza:

    Existe una escatologa realizada. Existe tambin una escatologa de lo no realizado.No puede haber, bajo ningn tipo de condicin imaginable, una escatologatotalmente realizada en el sentido estricto del trmino. El impulso escatolgico sedespierta y hace valer sus derechos nuevamente en el cristianismo, porque laescatologa, como el amor, es de Dios...

    De all que el cristianismo exhibe, desde su incepcin misma, una bipolaridadesencial. El fin ha llegado! El fin no ha llegado! Y ni la gracia ni la gloria, ni elpresente goce prolptico ni la futura perfeccin de la vida en Dios pueden seromitidos del cuadro sin que se destruya la realidad.

    Debemos notar, por consiguiente, que lo que caracteriza especficamente a laescatologa del Nuevo Testamento es una tensin subyacente entre el "ya" y el"todava no "-entre lo que el creyente ya disfruta y lo que todava no posee. OscarCullmann dice lo siguiente al respecto: "Lo nuevo del Nuevo Testamento no es laescatologa, sino lo que yo llamo la tensin entre el definitivo 'ya cumplido' y el

    'todava no cumplido', entre presente y futuro. Toda la teologa del NuevoTestamento... est determinada por esa tensin".

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    En un captulo posterior hemos de volver a esta tensin y exploraremos susimplicaciones para nuestra comprensin del mensaje bblico y para nuestra vida enel mundo de hoy. A esta altura de la discusin ser suficiente reconocer esta tensinentre el "ya" y el "todava no" como un aspecto esencial de la escatologa del Nuevo

    Testamento. Si bien se podra decir que el creyente del Antiguo Testamento sentaesta tensin, la misma es intensificada para el creyente del Nuevo Testamento,porque l tiene una experiencia ms rica de las bendiciones presentes y unacomprensin ms clara de las esperanzas futuras de las que tena su contraparte delAntiguo Testamento.

    Veamos ahora cmo indica el Nuevo Testamento tanto el hecho de que el granacontecimiento escatolgico predicho por los profetas del Antiguo Testamento se hacumplido, como que la consumacin final de la historia es algo todava futuro.

    (1) En el Nuevo Testamento encontramos el hecho que el gran acontecimiento

    escatolgico predicho en el Antiguo Testamento ha ocurrido. La venida de Jesucristoal mundo es interpretada de un modo especfico en el Nuevo Testamento como elcumplimiento de la profeca veterotestamentaria. Por ejemplo, en el Evangelio segnMateo el nacimiento de Jess de la virgen Mara es presentado como cumplimientode una prediccin que se encuentra en la profeca de Isaas:

    Y pensando l en esto, he aqu un ngel del Seor le apareci en sueos y le dijo:"Jos, hijo de David, no temas recibir a Mara tu mujer, porque lo que en ella esengendrado, del Espritu Santo es ... " Todo esto aconteci para que se cumpliese lodicho por el Seor por medio del profeta, cuando dijo: "He aqu, una virgen concebiry dar a luz un hijo, y llamars su nombre Emmanuel, que traducido es: Dios connosotros". (Mt. 1:20-23).

    Hay muchos otros detalles de la vida, muerte y resurreccin de Jess que se dicenque son cumplimiento de las profecas del Antiguo Testamento: su nacimiento enBeln (Mt. 2:5-6; comprese con Mi. 5:2); su huida a Egipto (Mt. 2:14,15; Os. 11:1);su rechazo por parte de su pueblo Un. 1:11; Is. 53:3); su entrada triunfal enJerusaln (Mt. 21:4, 5; Zac. 9:9); su venta por treinta monedas de plata (Mt. 26:15;Zac. 11:12); su lanceamiento en la cruz Jn. 19:34; Zac. 12:10); el hecho que lossoldados echaron suertes por sus ropas (Mr. 15:24; Sal. 22:18); el hecho de queninguno de sus huesos fueran quebrantados Un. 19:33; Sal. 34:20); su entierro entre

    los ricos (Mt. 27:27-60; Is. 53:9); su resurreccin (Hch. 2:24-32; Sal. 16:10); y suascensin (Hch. 1:9; Sal. 68:18).

    Con relacin a este aspecto, es de gran importancia la aplicacin a la obra de Cristode palabras tales como hapax (una sola vez) y ephapax (una vez para siempre). As,por ejemplo, leemos en 1 Pedro 3:18, "Porque tambin Cristo padeci una sola vez(hapax) por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios". El escritorde Hebreos, por su parte, utiliza la palabra ephapax para expresar el mismopensamiento:

    Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el

    ms amplio y ms perfecto tabernculo, no hecho de manos, es decir, no de estacreacin, y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia

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    sangre, entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eternaredencin. (Heb. 9:11-12).

    En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristohecha una vez y para siempre. (Heb. 10:10).

    El uso de la expresin eis to dieenekes (para siempre) en Hebreos 10:12 apunta enla misma direccin: "Este [Cristo], en cambio, despus de ofrecer un sacrificio nicopor los pecados, se sent para siempre a la derecha de Dios" (NBE).

    Pasajes de este tipo nos ensean que el sacrificio de Cristo tuvo un carcterdefinitorio y final, y que en la obra de Cristo se haba cumplido indudablemente loque Dios haba prometido a travs de los profetas del Antiguo Testamento. EnCristo haba llegado el redentor prometido!

    Consideremos otra evidencia respecto a este punto. Se dice que tanto Juan el

    Bautista como Jess proclaman que en la venida de este ltimo el reino de Dios, ode los cielos, se ha acercado (M. 3:2; Mr. 1:15; la palabra griega que se traduce conla expresin se ha acercado es eggizoo). Jess tambin dijo a los fariseos que elhecho de que l echaba fuera a los demonios por medio del Espritu de Dios eraprueba de que el reino de Dios "ha llegado a vosotros" (Mt. 12:28, donde el verbogriego utilizado es phthanoo). Si tenemos en cuenta que el advenimiento del reinode Dios, como hemos visto antes, era uno de los aspectos de la expectativaescatolgica del Antiguo Testamento, vemos que esta prediccin tambin se hacumplido en Cristo. En la persona de Cristo haba llegado el reino prometido-aunquehubiese que esperar una consumacin final de ese reino en el futuro.

    Los escritores del Nuevo Testamento se dan cuenta de que ellos ya estn viviendoen los das postreros. Esto es afirmado de modo definitorio por Pedro en su gransermn del da de Pentecosts, en que cita la profeca de Joel como sigue: "Porquestos no estn ebrios, como vosotros suponis, puesto que es la hora tercera delda. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 'Y en los postreros das, dice Dios,derramar mi Espritu sobre toda carne... (Hch. 2:16-17). Las palabras "en lospostreros das" (en tais eschatais hemerais) son una traduccin de las palabrashebreas 'acharey khen, que literalmente quiere decir despus. Al citar Pedro estaspalabras y aplicadas al acontecimiento que acababa de tomar lugar, lo que l enrealidad est diciendo es: "Ahora ya estamos en los das postreros".

    Encontramos un concepto similar en Pablo. En una de sus primeras epstolas (G.4:4) indica que Cristo vino al mundo en "el cumplimiento del tiempo" (VRV) o "alllegar la plenitud de los tiempos" (la formulacin griega es to pleroma tou chronou).La palabra pleroma denota la idea de plenitud, de llevar algo a su cumplimiento.Cuando Pablo dice que Cristo apareci en la plenitud de los tiempos, l quiere dar aentender que se ha llegado al punto axial de la historia, que la profeca del AntiguoTestamento ha llegado al tiempo de su cumplimiento. Si bien estas palabras noexcluyen de por s una consumacin futura de la historia al fin de los tiempos, nocabe duda de que las mismas quieren sealar en primer lugar que desde laperspectiva del Antiguo Testamento, la era neotestamentaria es tiempo de

    cumplimiento. En una carta escrita unos aos despus, 1 Corintios, Pablo formulaesta- verdad en un lenguaje sorprendente: ... estas cosas les acontecieron [a los

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    israelitas que vagaban por el desierto] como ejemplos, y estn escritas paraamonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos"(literalmente, "los fines de las edades", ta tele ton aiunon, 10:11). Nuevamente sehace patente aqu el lenguaje de cumplimiento.

    El escritor de Hebreos expresa la misma idea al mostrar el contraste entre Cristo ylos sumos sacerdotes del Antiguo Testamento que deban entrar al Lugar Santsimoao tras ao con una sangre que no era la suya. Cristo, indica el escritor, es muysuperior a estos sacerdotes, dado que "ahora, en la consumacin de los siglos(literalmente, "al fin de las edades", epi synteleia ton aionun) se present una vezpara siempre por el sacrificio de s mismo para quitar de en medio el pecado" (Heb.9:26). Al hacer la comparacin con la actuacin provisional de los sacerdotes delAntiguo Testamento, la Epstola a los hebreos ve la aparicin de Cristo en trminosde un cumplimiento escatolgico y final.

    Por lo general se reconoce que las epstolas de Juan estn entre los ltimos escritos

    neotestamentarios. En ellas encontramos tambin una comprensin de que la eraneotestamentaria es una de cumplimiento escatolgico. Sin embargo, en lugar deusar la expresin "los das postreros", Juan usa las palabras eschate hora ("ltimahora" BJ er), que la versin Reina Valera, Revisin 1960, traduce como "ltimotiempo", y la Nueva Biblia Espaola como "momento final".

    Esto lo vemos, por ejemplo, en 1 Juan 2:18: "Hijitos, ya es el ltimo tiempo; y segnvosotros osteis que el anticristo viene, as ahora han surgido muchos anticristos; poresto conocemos que es el ltimo tiempo".

    Expresiones como las que hemos considerado demuestran que el creyente deltiempo del Nuevo Testamento tena bien en claro que estaba viviendo en los ltimosdas, en la ltima hora, y al fin de los tiempos. Se daba cuenta de que el granacontecimiento escatolgico anunciado en el Antiguo Testamento se haba cumplidoen el advenimiento de Jesucristo y en el establecimiento de su reino. Este es elelemento de verdad que hay en la posicin que se relaciona con C. H. Dodd, y a laque comnmente se ha dado en llamar "escatologa realizada". Con todo, visto quemuchos eventos escatolgicos restan por cumplirse, y dado que el NuevoTestamento claramente habla de una escatologa futura a ms de la ya cumplida,prefiero hablar de "escatologa inaugurada" en vez de "escatologa realizada".5 Laconveniencia de este trmino est en que hace plena justicia al hecho de que la gran

    incisin escatolgica en la historia ya se ha efectuado, sin eliminar por ello undesarrollo futuro de la escatologa. "Escatologa inaugurada" implica que laescatologa ciertamente ha comenzado, pero que de ninguna manera ha finalizado.

    (2) En el Nuevo Testamento tambin encontramos (el hecho) que lo que losescritores del Antiguo Testamento parecan describir como un nico acontecimiento,debe ser reconocido ahora como algo que abarca dos etapas: la presente eramesinica y la edad del futuro. En otras palabras, podramos decir que el creyentedel perodo neotestamentario, aun cuando se daba cuenta que ya estaba viviendoen la nueva era predicha por los profetas, entenda tambin que esta nueva era,introducida por la venida de Jesucristo, traa en su seno otra era futura.

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    Uno puede encontrar evidencia a favor de esto en el hecho que los escritores delNuevo Testamento, aunque reconociendo que hay un sentido en que ya estamos enlos das postreros, comienzan tambin a hablar de dos eras: la presente y la porvenir. Se usan tres tipos de expresiones para describir la era por venir: "aquel siglo"(ha aiun ekeinos, Lc. 20:35); "el siglo venidero" (ha aiun erchomenos, Lc. 18:30); y

    "el siglo venidero" (ha aiun mellun, M. 12:32). Estas expresiones no son siemprefciles de traducir. La versin Reina Valera, Revisin 1960, las traduce as: "aquelsiglo" la primera, y "el siglo venidero" las dos restantes. La Nueva Biblia Espaola,por su parte, usa "la vida futura" para la primera formulacin, y "la edad futura" paralas dos restantes. Finalmente, la Biblia de Jerusaln utiliza respectivamente "el otromundo", "el tiempo venidero" y nuevamente "el otro mundo".

    El escritor de Hebreos, por ejemplo, afirma que algunas personas de su tiempohaban saboreado "los poderes del siglo venidero" (mellontos aiunos, Heb. 6:5).Pablo, en Efesios 2:7, llega a hablar de los siglos venideros:... para mostrar en lossiglos venideros (en tois aiusin tois eperchomenois) las abundantes riquezas de su

    gracia en bondad para con nosotros en Cristo Jess'',

    El reconocimiento de que habr una era futura diferente de la presente es tanmarcado que hay varios pasajes en que se llega a hablar conjuntamente de ellas. EnLucas 20:34-35 Jess responde a una pregunta capciosa que le formulan lossaduceos con las siguientes palabras: "Los hijos de este siglo(aiunos toutou) secasan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzaraquel siglo (aiunos ekeinos) y la resurreccin de entre los muertos, ni se casan ni sedan en casamiento". Tambin encontramos una yuxtaposicin similar de las doseras o "siglos" en Mateo 12:32, "A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijodel Hombre, le ser perdonado; pero al que hable contra el Espritu Santo, no le serperdonado ni en este siglo (toutu tu aiuni) ni en el venidero (tu mellonti)". En otropasaje el tiempo presente (kairos) es contrastado con la era por venir:

    "De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padre, o hermanos, omujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho ms en estetiempo (kairo toutu), y en el siglo venidero (tu aiuni tu erchomenu) la vida eterna (Lc.18:29, 30). Pasajes de este tipo dejan bien en claro que los escritores del NuevoTestamento anticipaban una era futura que seguira a la presente.

    Una de las ms interesantes ilustraciones de la yuxtaposicin de las dos edades la

    encontramos en el uso que el Nuevo Testamento hace de las expresiones "lospostreros das" y "el da postrero" (NBE: "los ltimos das" y "el ltimo da"). Como yahemos visto, Pedro en su sermn del da de Pentecosts dijo que el perodo quehaba sido introducido por el derramamiento del Espritu Santo constituye "los daspostreros"; en otras palabras, estamos viviendo ahora en los ltimos das.9 Sinembargo, cuando la expresin aparece en singular ("el da postrero"), la mismanunca se refiere a la era presente sino siempre a la era por venir, comnmente al dadel Juicio o al da de la resurreccin final. As, por ejemplo, omos a Jess decir: "Yesta es la voluntad del Padre, el que me envi: Que de todo lo que me diere, nopierda yo nada, sino que lo resucite en el da postrero (eschate he mera)" Un. 6:39).Se hallan expresiones similares en los versculos 40, 44, Y 54 del mismo captulo.

    En Juan 11:24 Marta aparece dicindole a Jess respecto a su hermano Lzaro: "Yos que resucitar en la resurreccin, en el da postrero". Y en Juan 12:48 Jess dice,

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    "El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra quehe hablado, ella le juzgar en el da postrero". Comprobamos as que segn losescritores del Nuevo Testamento ya estamos en "los das postreros", pero que "elda postrero" est an en el futuro.

    Es interesante notar tambin el uso del sustantivo synteleia (fin, consumacin). En lanica ocasin en que esta palabra es usada junto con la forma plural de apon (era,siglo), se refiere a la era presente: ... pero ahora, en la consumacin de los siglos(epi synteleia ton ayo non), [Cristo] se present una vez para siempre por elsacrificio de s mismo para quitar de en medio el pecado" (Heb. 9:26). Pero cuandoesta palabra es usada con la forma singular de apon, siempre se refiere a laconsumacin final que est en el futuro: ... y he aqu yo estoy con vosotros todos losdas, hasta el fin del mundo (tes synteleias tou aionos)" (Mt. 28:20). Cuando Jessest explicando el significado de la parbola de la cizaa, dice: "la siega es el fin delsiglo (synteleia aionos)" (Mt. 13:39; d. vv. 40,49); Y cuando los discpulos inquierende Jess respecto al futuro preguntan: "Dinos, cundo sern estas cosas, y qu

    seal habr de tu venida, y del fin del siglo?" (Mt. 24:3).En consecuencia, la escatologa neotestamentaria mira hacia atrs, hacia eladvenimiento de Cristo predicho por los profetas del Antiguo Testamento, y afirma:ya estamos en los ltimos das. Pero esta escatologa mira tambin hacia adelante,hacia la consumacin final que resta por cumplirse, por lo cual tambin dice: el dapostrero todava est por llegar; la era final no ha venido an. Sera posible, enconsecuencia, esbozar la expectativa escatolgica del Nuevo Testamento delsiguiente modo:

    Dado que la escatologa neotestamentaria mira hacia atrs al mismo tiempo queanticipa el futuro, cul es la relacin entre estos dos aspectos de su escatologa?

    (3) La relacin entre estas dos etapas escatolgicas es que las bendiciones de laedad presente son prenda y garanta de mayores bendiciones por venir. En primerlugar nos es posible observar esta relacin al notar que, segn el NuevoTestamento, la primera venida de Cristo es la garanta y prenda de la certeza de lasegunda venida de Cristo. Esto es lo que quisieron decir los ngeles que hablaron alos discpulos al tiempo de la ascensin de Cristo: "Varones galileos, por qu estismirando al cielo? Este mismo Jess, que ha sido tomado de vosotros al cielo, asvendr como lo habis visto ir al cielo" (Hch. 1:11). El escritor de Hebreos afirma quecon la misma seguridad con que el juicio sigue a la muerte, con esa mismaseguridad seguir la segunda venida de Jess a la primera: "Y de la manera que

    est establecido para los hombres que mueran una sola vez, y despus el juicio, astambin Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y

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    aparecer por segunda vez, sin relacin con el pecado, para salvar a los que leesperan (Heb. 9:27-28). Y Pablo, en Tito 2:11-13, indica que el creyente del NuevoTestamento vive entre dos venidas de Cristo: "Porque la gracia de Dios se hamanifestado (epephane) para salvacin a todos los hombres, ensendonos que,renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria,

    justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestacin(epiphaneian) gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". La segundapalabra en griego que aparece entre parntesis es la forma sustantiva del verbousado anteriormente en el texto: ambas palabras denotan una manifestacin actual yvisible. As como Cristo apareci en el pasado, ensea este pasaje, as aparecerde nuevo en el futuro.

    La escatologa cristiana incluye, por lo tanto, una expectativa para el futuro que estenraizada en lo que ya ha sucedido en el pasado. G. C. Berkouwer formula esta ideaen las siguientes palabras: ... La promesa del futuro est relacionada de un modoinextricable con sucesos del pasado. La expectativa del cristiano es algo muy

    diferente de una generalizacin tal como "la semilla del futuro se encuentra en elpresente". Es algo que est completamente determinado por la relacin nica queexiste entre lo que vendr y lo que ha ocurrido en el pasado. Toda la certeza denuestra expectativa tiene su fundamento en esta relacin tan peculiar...

    La verdadera escatologa, por lo tanto, siempre tiene que ver con la expectativa delCristo que ya ha sido revelado, y que "aparecer por segunda vez... para salvar a losque le esperan". (Heb. 9:28)

    Por lo tanto, lo que le da su carcter nico y singular a la escatologaneotestamentaria es que espera una consumacin futura de los propsitos de Dios,que se basa en la victoria de Cristo en el pasado. George Ladd subraya este puntoal decir: "Su testimonio [el de la iglesia] a la victoria de Dios en el futuro est basadoen una victoria ya lograda en la historia. La misma proclama no solamente unaesperanza, sino una esperanza basada en lo sucedido en la historia y en su propiaexperiencia".

    Oscar Cullmann usa una comparacin bastante conocida tomada de la SegundaGuerra Mundial: el creyente cristiano vive entre el Da D y el Da V. El Da D fue laprimera venida de Cristo, en que el enemigo fue derrotado decisivamente; el Da Vesla Segunda Venida de Cristo, en que el enemigo se rendir total y finalmente. "La

    esperanza de la victoria final es tanto ms vvida cuando se tiene la conviccininconmoviblemente firme de que la batalla que decide la victoria ya se ha librado".

    El mismo sentido tiene la siguiente afirmacin de Hendrikus Berkhof: "En resumen,en el Nuevo Testamento el futuro es el despliegue y la consumacin de aquello queya existe en Cristo y en el Espritu, y que ser llevado a su trmino triunfalmente apesar del pecado, del sufrimiento y de la muerte".13 Este autor prosigue sealandoque la esperanza cristiana no tiene su origen primordial en la carencia, sino en laposesin. El cristiano espera y anticipa bendiciones mucho ms grandes en elfuturo, no porque ahora tenga tan poco, sino porque ya tiene tanto: "Para nosotros,los seres humanos, la esperanza de un futuro feliz surge generalmente de la

    pobreza y de la incertidumbre; la esperanza cristiana, empero, surge de unaposesin que abre muchas ms vistas del futuro. Es por tal razn que la esperanza

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    aparece por lo regular relacionada con la fe y el amor, los cuales son una posesin.Pero el mismo hecho que poseemos parte hace que sintamos dolorosamente lacarencia de lo que nos falta; lo que poseemos 'tiene gusto a ms'. La esperanza es,por ende, fruto tanto de la posesin como de la carencia".

    Es as que llegamos a la conclusin de que la naturaleza de la escatologa delNuevo Testamento puede ser resumida bajo tres observaciones: (1) el granacontecimiento escatolgico predicho en el Antiguo Testamento se ha cumplido; (2)lo que los escritores del Antiguo Testamento parecan describir como un solomovimiento, se revela ahora como algo que tiene dos etapas: la era presente y laera del futuro; y (3) la relacin entre estas dos etapas escatolgicas reside en quelas bendiciones de la era presente son prenda y garanta de bendiciones mayorespor venir.

    CAPITULO 3: EL SIGNIFICADO DE LA HISTORIA

    Pocas preguntas son tan cruciales en el mundo presente como la que trata elsignificado de la historia. Despus del trauma de dos guerras mundiales en ellapso de una generacin, de la pesadilla de la Alemania de Hitler, y de lafutilidad de Viet Nam, nuestra generacin clama por una respuesta a dichapregunta. Uno de los destacados telogos de nuestro tiempo, HendrikusBerkhof, observa que: "Nuestra generacin se encuentra estrangulada por eltemor: temor por el hombre, por su futuro, y por la direccin hacia la cual somosimpelidos contra nuestra voluntad y deseo. Y de esto surge un clamor pidiendoiluminacin respecto al significado de la existencia de la raza humana y respectoa la meta hacia la cual somos dirigidos. Se trata de un clamor que pide una

    respuesta a la antigua pregunta sobre el significado de la historia".Berkhof dice ms adelante que la iglesia de Jesucristo debera conocer larespuesta a la pregunta sobre el significado de la historia, puesto que la Biblianos da dicha respuesta. Sin embargo, durante muchos siglos la iglesia y sustelogos apenas notaron este material bblicomaterial que podra haberles dadouna teologa de la historia. Muchos cristianos hoy da, en consecuencia, nollegan a vivir a la plena luz de la interpretacin cristiana de la historia. Alrespecto Berkhof dice que:

    "La iglesia de Cristo del siglo veinte es espiritualmente incapaz de hacer frente a

    los rpidos cambios que suceden a su alrededor porque no ha aprendido a ver lahistoria a la luz de la perspectiva del reino de Dios. Por esa razn, ella piensa enlos acontecimientos de la actualidad en base a parmetros puramente seculares.Queda sobrecogida por el temor a la usanza mundana y trata de liberarse dedicho temor del mismo modo mundano. En este proceso Dios funcionameramente como un "tapn" de vacos no solucionables de otro modo".

    Lo que debemos hacer, entonces, es echarles una mirada ms detallada a estapregunta sobre el significado de la historia. Este es un aspecto de la escatologabblica que no slo hemos de comprender, sino a la luz del cual hemos de vivir ytrabajar ms y ms.

    Examinemos primeramente dos interpretaciones de la historia que debemos

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    rechazar. La primera de ellas es la que se encontraba entre los antiguos griegos.Los griegos tenan algo as como una visin "cclica" de la historia: las cosassuceden en ciclos que se repiten sin fin, de modo que lo que sucede hoy volvera repetirse algn da. Tomando este concepto como punto de partida, es obvioque se hace imposible encontrar algn significado real en la historia. Sera

    posible concebir que uno viviese para lograr ciertas metas individuales en estavida, pero no sera posible pensar en la historia como algo que se mueve haciauna meta, ya que la historia siempre se repite a s misma. John Marsh nos hadado un anlisis penetrante del punto de vista griego de la historia:

    Dada la naturaleza de su cosmologa, era quiz imposible para los griegosdesarrollar otra visin de la historia que la cclica. La gran era del mundo volveraalgn da a comenzar otra vez, y el ciclo de sucesos se repetira. Si tal punto de vistaes cierto, entonces la existencia histrica ha sido despojada de todo significado. Loque ahora hago ya lo he hecho en un ciclo previo del mundo, y lo volver a hacer enciclos futuros. La responsabilidad y la decisin desaparecen y con ellos cualquier

    significado real para la vida histrica, la cual en realidad se transforma en algo ascomo un grandioso ciclo natural. As como el maz es sembrado, crece y maduracada ao, del mismo modo volvern a ocurrir una y otra vez los acontecimientos dela historia. Adems, si lo nico que puede suceder es la repeticin constante de unciclo de sucesos, no existe ninguna posibilidad de que haya significado en el ciclomismo. Este no logra nada en s mismo, ni puede tampoco contribuir a nada fuera des mismo. Los sucesos de la historia estn desprovistos de todo significado.

    Los griegos, por lo tanto, no podan imaginar la historia misma como algo quetuviese propsito o que apuntase hacia una meta. Para ellos el tiempo y lahistoria no eran ms que imperfectas encarnaciones de ideales que nuncallegaban a realizarse. El tiempo y la historia representaban el mbito del cualuno anhelaba ser librado. Este modo de entender la historia afecta tambin lacomprensin que uno pueda tener de la redencin, como bien lo apunta OscarCullmann:

    El hecho de que en el pensamiento griego el tiempo no se vea como una lnea queavanza hacia arriba con un principio y un fin, sino como un crculo, hace que lasujecin del hombre al tiempo sea experimentada como un esclavizamiento, unamaldicin. El tiempo se mueve en su rumbo eternamente circular en el cual todosigue recurriendo. Esa es la razn por la cual el pensamiento filosfico del

    mundo griego lucha con el problema del tiempo. Pero esa es tambin la raznpor la cual todo el anhelo de los griegos por la redencin busca como meta serliberado de ese eterno curso circular y ser librado as del tiempo mismo.

    Para los griegos, la idea que la redencin ha de ser llevada a cabo por la accindivina en el curso de sucesos temporales es imposible. En el helenismo, laredencin solamente puede consistir en que seamos transferidos de laexistencia en este mundo, una existencia sujeta al curso circular del tiempo, aaquel Ms All que est apartado del tiempo y que es accesible ahora ysiempre.

    El concepto griego de la historia es incompatible con el concepto cristiano, queve la historia como el cumplimiento del propsito de Dios y como algo que se

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    mueve hacia su meta. Para los escritores de la Biblia la historia no es unainsensata serie de ciclos recurrentes sino un vehculo a travs del cual Dioslleva a cabo su propsito para con el hombre y el cosmos. La idea de que lahistoria se mueve hacia metas establecidas por Dios y que el futuro debe servisto como el cumplimiento de promesas hechas en el pasado, es la singular

    contribucin de los profetas de Israel.

    Otra interpretacin de la historia que debe ser rechazada es la delexistencialismo ateo. Para un existencialismo de ese tipo, la historia carece designificado. No se puede encontrar ningn designio significativo en la historia,ningn movimiento hacia una meta; solamente una sucesin deacontecimientos sin significado. Si tal es el caso, lo nico que a uno le queda esalgo as como un individualismo a ultranza: cada persona debe tratar deencontrar su propio camino entre la existencia no-autntica y la autntica atravs de decisiones significativas. La historia como totalidad, empero, estdesprovista de significado.

    Podemos encontrar una ilustracin de este punto de vista de la historia en lanovela de Alberto Camus La Plaga. La ciudad de Orn ha sido invadida porratas que han trado consigo la temida peste bubnica. El mdico y aquellosasociados a l batallan valientemente contra la plaga; logran al final vencer laepidemia. Sin embargo, al fin del libro el mdico dice: "Es slo cuestin detiempo. Las ratas volvern". Algunos individuos han luchado heroica yabnegadamente para frenar la marea del sufrimiento, pero nada de significadopermanente se ha logrado en la historia-las cosas permanecen ms o menoscomo han sido siempre. El hecho de que comnmente se piense que La Plagasea una descripcin alegrica hecha por Camus del reinado del terror hitlerianosobre Europa slo sirve para subrayar lo que acabamos de decir.

    El concepto existencialista de la historia es tambin incompatible con elconcepto cristiano. El cristianismo no niega la importancia de la decisinindividual pero ve tambin significado en la historia. Dios est desarrollando suplan en la historia. Algunos pueden rebelarse contra Dios y tratar de frustrar suplan. Otros tratarn de hacer su voluntad y vivir para el avance de su reino.Pero en ambos casos Dios permanece en control.

    Cules son los rasgos ms salientes de una interpretacin cristiana de la

    historia? Aunque sera posible mencionar algunos ms, veamos cinco de ellos:(1) La historia es el proceso de cumplimiento de los propsitos de Dios. Diosrevela sus propsitos en la historia. Esto es cierto primordialmente en lo quecomnmente se llama "historia sacra" o "historia santa". Por "historia sacra"entendemos la historia de la redencin-la accin de Dios para redimir a supueblo por medio de Cristo Jess. Esta redencin tiene sus races en laspromesas, tipo y ceremonias del Antiguo Testamento; llega a su cumplimientoen la vida, muerte y resurreccin de Jesucristo; y alcanzar su consumacin enlos nuevos cielos y la nueva tierra que estn todava en el futuro. Ladescripcin previa da evidencias de que la redencin tiene una dimensin

    histrica. Abarca la historia de la humanidad, la historia de una nacin (Israel),la historia de una persona (Jess de Nazaret) y la historia de un movimiento (el

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    comienzo y los primeros aos de la iglesia neotestamentaria). Esta historia oestas historias revelan a Dios: revelan o descubren su propsito redentor paracon la humanidad. Los acontecimientos de esta "historia sacra" revelaban aDios antes de que hubiese una Biblia completa. Hasta se podra decir que Diosse revel a los hombres principalmente a travs de sucesos histricos-sucesos

    tales como el xodo, el cruce del Jordn, el regreso del cautiverio, el naci-miento de Jesucristo y el derramamiento del Espritu. Pero como enfatizaGeorge Ladd: "Estos sucesos... no se explican a s mismos sino que requierenla Palabra de Dios para interpretar el carcter revelatorio de los hechos deDios. La Biblia es tanto el registro de dichos hechos como la interpretacininspirada del significado que Dios ha querido dar a dichos sucesos".

    En consecuencia, si bien es cierto que Dios se revela a s mismo en la Biblia,que es su Palabra, no debemos olvidar que l se revela en primer lugar en losacontecimientos histricos que estn registrados en la Biblia. La revelacin selleva a cabo a travs de hechos as como tambin a travs de palabras. Pero

    los hechos requieren ser interpretados antes de que su mensaje revelatoriopueda ser comprendido. Dios se revela a s mismo, pues, tanto a travs dehechos como de palabras-a travs de sus hechos que son interpretados porsus palabras. Es as, por ejemplo, que solamente al ser interpretado elacontecimiento del xodo por los escritores del Antiguo Testamento que sepuede entender que dicho xodo es una revelacin del poder redentor y delamor redentor del Dios de Israel quien, en cumplimiento a sus promesas y enrespuesta a las oraciones de su pueblo, lo libr de la esclavitud egipcia.

    Hasta el momento nos hemos ocupado solamente de la "historia sacra".Hemos visto que la "historia sacra" es ciertamente reveladora de Dios y de suspropsitos. Ahora bien, sobre la base de que la "historia sacra" es la clave delsignificado de toda la historia (puesto que est en el centro mismo de larelacin entre Dios y los hombres), y teniendo en cuenta que toda la historiaest bajo el control y la direccin de Dios, podemos llegar a la conclusin deque toda la historia es una revelacin de Dios. Esto no significa que la historiaes siempre totalmente inteligible en su mensaje. La verdad se hallafrecuentemente en el patbulo, mientras que el mal est muchas veces en eltrono. En el momento en que los acontecimientos histricos estn sucediendoes a veces muy difcil, si no imposible, discernir lo que Dios nos est diciendo atravs de ellos. Se hablar ms sobre este asunto en conexin con el carcter

    provisorio de los juicios histricos. Pero de todos modos, es importantedeclarar que la historia-en especial la historia de la redencin-revela a Dios ysus propsitos.

    (2) Dios es el Seor de la historia. La Escritura ensea esta verdad con todaclaridad. Los escritores del Antiguo Testamento afirmaban que el reino de Diosgobierna todas las cosas (Sal. 103:19), inclusive los reinos de las naciones (2Cr. 20:6), y que Dios inclina el corazn del rey como El quiera (Pr. 21:1). Por suparte, los escritores del Nuevo Testamento nos dicen que Dios lleva a cabotodas las cosas segn el designio de su voluntad (Ef. 1:11), Y que hadeterminado los tiempos establecidos para las naciones de la tierra y los

    lugares precisos en que deben vivir (Hch. 17:26).

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    Esto significa, en las palabras de Ladd, que: "Dios es Rey y que acta en lahistoria para llevarla hacia la meta por l determinada". En otras palabras, Diosse mantiene en control de la historia. Esto no significa que l manipula a loshombres como si fuesen tteres; siempre se mantienen la libertad del hombrede tomar sus propias decisiones y su responsabilidad por las mismas. Lo que

    s significa es que Dios invalida aun los actos malos de los hombres para hacerque ellos sirvan a su propsito. Una destacada ilustracin del AntiguoTestamento de este principio es la historia de Jos. Despus que sushermanos le vendieron a la esclavitud, Jos lleg a ser el principal gobernantede Egipto bajo el faran, lo que le permiti ser instrumento de la preservacinde muchos del hambre, incluyendo su propia familia. Las palabras que l dirigia sus hermanos despus de la muerte de su padre subrayan el total seorosoberano de Dios sobre la historia: "Vosotros pensasteis mal contra m, masDios lo encamin a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vidaa mucho pueblo" (Gn. 50:20). La ilustracin suprema del soberano control deDios sobre la historia la encontramos en el Nuevo Testamento, en la crucifixin

    de Jesucristo. A pesar de ser incuestionablemente el hecho ms malvado de lahistoria, aun este crimen terrible estaba completamente bajo el control de Dios:"Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jess,a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,para hacer cuanto tu mano y tu consejo haban antes determinado quesucediera" (Hch. 4:27-28). Es precisamente debido al control de Dios que elacto ms maldito de la historia se transform en el corazn mismo del planredentor de Dios y en la suprema fuente de bendicin para la humanidad.Como dice el escritor del Salmo 76, "Ciertamente la ira del hombre te alabar"(v. 10).

    El hecho de que Dios sea el Seor de la historia implica que todo lo que ocurresirve de una u otra manera a su propsito. La cada de Samaria ante Asira enel siglo ocho, a.C., estuvo tan completamente bajo el control de Dios que stepudo denominar a Asira "vara y bculo de mi furor" (Is. 10:5). Y sin embargo,despus que Dios haba usado a Asira para cumplir su propsito, la humill yla destruy (Is. 10:12, 24-27). Las naciones extranjeras y sus gobernantesestn en las manos de Dios de tal modo que l puede llamar a Ciro, elgobernante persa a travs de cuyo decreto los israelitas dispersos podrnregresar a su tierra, su "pastor" y su "ungido" (Is. 44:28; 45:1).

    La suma de todo esto es que toda la historia cumple los propsitos soberanosde Dios, tanto para las naciones como para los individuos. Las nacionessurgen y caen de acuerdo a la voluntad de Dios; l las usa como desea y anulasus planes. Lo mismo es cierto de los individuos. Aquellos que se rebelancontra Dios y resisten sus leyes, atesoran para s mismos "ira para el gran dade la ira y de la revelacin del justo juicio de Dios" (Ro. 2:5), en tanto que paraaquellos que aman a Dios y viven para su alabanza, "todas las cosas lesayudan a bien" (Ro. 8:28).

    Dado que Dios es el Seor de la historia, sta tiene significado y direccin.Quiz no siempre podamos discernir el propsito de Dios en la historia, pero

    que tal propsito existe es un aspecto cardinal de nuestra fe. La revelacinsuprema del propsito de Dios en la historia es, lo damos por descontado, la

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    venida de Jesucristo al mundo: "Es el propsito y la voluntad del Creador quedan a la historia sus pautas, y la irrupcin de lo eterno en el cumplimiento deltiempo no fue otra cosaque la afirmacin, en la historia misma, del propsitoeterno de Dios".

    (3) Cristo es elcentro de lahistoria. "El carcter y dinamismo exclusivamentehistricos del cristianismo son resultado del advenimiento de Cristo, queconstituye el hecho central de la historia cristiana. Este hecho es nico y no serepite-algo que es cualidad esencial de todo lo histrico. Y sirve de foco a todala historia universal".9 Estas palabras del escritor ruso Nicols Berdyaev sirvenpara presentamos otro de los rasgos importantes de la interpretacin cristianade la historia: que Cristo es el centro de la historia. Oscar Cullmann ha llamadonuestra atencin al hecho de que aun la manera en que fechamos nuestrocalendario, contando los aos hacia adelante o hacia atrs a partir delnacimiento de Cristo, tiene implicaciones teolgicas: ... El punto de inters yteolgicamente decisivo no es el hecho que se retrotrae a Dionisio Exiguo, de

    que el nacimiento de Cristo fuese tomado como punto inicial de la subsiguienteenumeracin... Lo decisivo es ms bien la prctica que ha estado de modasolamente durante los ltimos dos siglos, de numerar las fechas tanto haciaadelante como hacia atrs a partir del nacimiento de Cristo. Slo cuando sehace esto se considera el advenimiento de Cristo como el punto medio delproceso histrico entero.

    Hablamos del "sistema cristiano de medir el tiempo". Pero este es el sistemacomn del mundo occidental ... Sin embargo, hoy en da casi nadie piensa enel hecho de que esta divisin no es solamente un convencionalismo basado enla tradicin cristiana, sino que en realidad presupone afirmacionesfundamentales de la teologa del Nuevo Testamento respecto al tiempo y a lahistoria.

    Cullmann dice ms adelante que la diferencia ms importante entre lacomprensin de la historia que caracteriza el Antiguo Testamento y aquella quedistingue el Nuevo Testamento reside en que el punto medio de la historia seha cambiado del futuro al pasado. Para el creyente neotestamentario eladvenimiento de Cristo es ese punto central, razn por la cual l estconsciente de estar viviendo entre ese punto medio de la historia y suculminacin, la parusa de Jesucristo.

    Esto quiere decir que el advenimiento de Cristo fue el suceso ms importantede la historia humana. Implica tambin que este suceso tuvo un significadodecisivo para toda la historia subsiguiente y aun para la previa. La analoga deCullmann entre el Da "D" y el Da "V" ya ha sido mencionada: la primeravenida de Cristo fue como el Da "D", en que se libr la batalla decisiva de laguerra, que garantiza la derrota final del enemigo. La segunda venida de Cristoser como el Da "V", en que el enemigo depondr finalmente sus armas y serendir. Y elcreyente neotestamentario vive, digamos, entre el Da "D" y el DaV.

    El hecho que la venida de Cristo es el punto medio de la historia significa queen este acontecimiento central, "no slo se cumple todo lo que le precedi, sino

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    que tambin todo lo futuro queda decidido".El advenimiento de Cristo, porende, pone su sello distintivo sobre toda la historia ... Ya que el reino de Diosfue cumplido en Cristo, no puede venir ningn otro reino sino el suyo al final dela historia ... Esta accin [el cumplimiento de las promesas del AntiguoTestamento en el advenimiento de Cristo] cumple tanto lo que ha sucedido

    anteriormente como lo que le sigue en la historia. Constituye anta lgicamente laimposicin del patrn divino de providencia y redencin sobre la historia, yepistemolgicamente el punto en que la revelacin de la voluntad y propsitodivino son plenamente revelados. Significa tambin que el fin del procesohistrico no puede ser otro que la manifestacin final o revelacin final delcumplimiento de la historia que se efectu en su "centro".

    La Biblia, en consecuencia, nos ensea a ver la historia humana como algoque est completamente dominado por Cristo Jess. La historia es la esfera dela redencin de Dios, en la que l triunfa sobre el pecado humano a travs deCristo y vuelve a reconciliar al mundo consigo mismo (2 Co. 5:19). A travs de

    Cristo Dios ha triunfado una vez para siempre sobre la muerte (1 Co. 15:21-22), sobre Satans (Jn. 12:31) y sobre todos los poderes hostiles (Col. 2:15).La centralidad de Cristo en la historia est representada simblicamente enApocalipsis. Slo el Cordero es digno de tomar el rollo del libro y romper sussiete sellos-el romper los sellos no slo significa la interpretacin de la historiasino tambin la ejecucin de los sucesos de la historia (como lo muestran loscaptulos subsiguientes). El cntico de los seres vivientes y de los ancianosque sigue a este pasaje alaba al Cordero como Redentor del Mundo:

    Digno eres de tornar ellibro y de abrir sus sellos; porque t fuiste inmolado y contu sangre nos has redimido para Dios, de todo linajey lenguay puebloy nacin.(Ap. 5:9)

    (4) La nueva era ya ha sido introducida. Como notamos en el captulo 2, elcreyente neotestamentario estaba consciente de que viva en los daspostreros y en la ltima hora. Conviene ahora que notemos alguna evidenciabblica adicional respecto a este punto. Cristo dice respecto a Juan el Bautista:"Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan elBautista; pero el ms pequeo en el reino de Dios es mayor que l" (Lc. 7:28).La implicacin de lo dicho por Jess parecera indicar que Juan, como heraldode Cristo, perteneca todava a la antigua era en lugar de a la nueva era del

    reino que Cristo ahora introduca. Por otra parte, aquellos que llegan a sermiembros del reino de Cristo, al hacerla comienzan a vivir en el nuevo tiempo.

    Entre los escritores bblicos nadie ha puesto ms nfasis que el apstol Pabloen el hecho de que Cristo nos ha introducido en una nueva poca. EnColosenses 1:13 l dice que Dios "nos ha librado de la potestad de lastinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo", significando que hemos sidolibrados del poder de la antigua era de pecado (G. 1:4). En Efesios 2:5 y 6Pablo afirma que Dios: " nos dio vida juntamente con Cristo,... y juntamentecon l nos resucit y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales conCristo Jess", dando a entender que por la fe ya estamos viviendo en una

    nueva era. En Romanos 12:2 l insta muy especficamente a sus lectores: "Noos conformis a este siglo [o era; la palabra griega utilizada es aian], sino

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    transformaos por medio de la renovacin de vuestro entendimiento". El habitualcontraste paulino entre "carne" y "Espritu" no es tanto un contraste psicolgicoentre dos aspectos de nuestro ser como un contraste entre dos estilos de vidaque pertenecen a dos esferas de poder, o dos pocas diferentes, la antigua yla nueva. Puede hacerse un comentario similar respecto al contraste entre el

    "viejo hombre" y el "nuevo hombre" en los escritos de Pablo. El "viejo hombre"hace referencia a la antigua era en la cual el hombre es esclavo del pecado, entanto que el "nuevo hombre" designa a la nueva era en la cual el hombre esliberado de la esclavitud del pecado y es libre de vivir para la alabanza de Dios.El creyente neotestamentario ha sido transferido de la antigua era del pecado ala nueva era de la libertad cristiana.

    Herman Ridderbos ve en este concepto la clave de la predicacin de Pablo: ...Pablo fue, antes que nada, el proclamador de un nuevo tiempo, del gran puntopivotal en la historia de la redencin, la irrupcin de una nueva era en el mundo.Esta era la perspectiva dominante y el fundamento de toda la predicacin de

    Pablo. Slo esto puede iluminar las muchas facetas e interrelaciones que hayen supredicacin, a saber, la justificacin, el estar en Cristo, el sufrir, el morir,el resucitar de nuevo con Cristo, el conflicto entre el espritu y la carne, eldrama csmico, etc.

    La persona de Jesucristo forma el misterio y el punto medio de esta granrevelacin histrica redentora. Porque Cristo ha sido revelado, una nueva eraha sido introducida, el mundo antiguo ha terminado y el mundo nuevo hacomenzado.

    Alguien podra objetar que lo que ha sido desarrollado aqu no es unacaracterstica de la historia en general, ya que solamente aquellos que soncristianos estn viviendo en la nueva era que Cristo ha introducido. Loimportante, sin embargo, es que al haber aparecido Cristo sobre la tierra, alhaber sido crucificado, y al haber resucitado de entre los muertos, la nueva eraha quedado ciertamente inaugurada. El hecho que no todos los hombres estnparticipando por la fe de las bendiciones de la nueva era no anula la existenciade la misma. John Marsh da la siguiente ilustracin, que l mismo oy delabios del Obispo Nygren:

    Hitler haba ocupado Noruega, pero en 1945 esta fue liberada. Supongamos

    que en el casi inaccesible norte alguna pequea aldea dominada por un oficialnazi no alcanzase a or la noticia de la liberacin hasta algunas semanas mstarde. Durante ese tiempo, podramos decir, los habitantes de la aldeaestaban viviendo en el "antiguo" tiempo de la ocupacin nazi en vez del"nuevo" tiempo de la liberacin noruega.

    . . . Toda persona que ahora vive en un mundo que ha sido liberado de latirana de los poderes malignos, debido o a la ignorancia o en indiferencia a loque Cristo ha hecho, est precisamente en la posicin de aquellos noruegos alos cuales las buenas nuevas de la liberacin no haban llegado a alcanzar. Enotras palabras, es bastante fcil para nosotros ver cmo los hombres puedan

    vivir a. de C. en d. de C.

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    Lo cierto es, entonces, que Cristo innegablemente ha trado la nueva era, laera del reino de Dios. Por lo tanto el mundo no es el mismo desde que Cristolleg; un cambio electrizante ha tomado lugar. Uno no ha comprendidorealmente el significado de la historia, a no ser que haya reconocido y tomadonota de este cambio.

    (5) Toda la historia avanza hacia una meta: los nuevoscielos y la nueva tierra.Si bien Cristo ha introducido la nueva era, la consumacin final de la mismaest en el futuro. Es por ello que la Biblia ve a la historia como avanzandohacia una meta ordenada por Dios. La idea que la historia tiene una meta es,como ya hemos visto, la singular contribucin de los profetas hebreos. As loexpresa Karl Lowith: "El horizonte temporal de una meta final es, sin embargo,un futuro escatolgico, y el futuro existe para nosotros slo a travs de laexpectacin y la esperanza. El significado ltimo de un propsito trascendenteencuentra su foco en un futuro que se espera. Tal expectativa estuvo viva conespecial intensidad entre los profetas hebreos; no existi entre los filsofos

    griegos".

    Con todo, no slo los profetas hebreos, sino tambin los escritores del NuevoTestamento perciben que la historia se dirige hacia una meta. En el captuloanterior notamos que lo que los escritores del Antiguo Testamento habandescrito como un solo proceso, haba sido visto por los escritores del NuevoTestamento como un proceso de dos etapas: la presente era mesinica y unaera todava futura. La primera venida de Cristo iba a ser seguida por unasegunda venida. El reino de Dios que ha sido establecido no ha llegado todavaa su consumacin final. Si bien muchas profecas del Antiguo Testamento sehan cumplido, hay muchas otras que restan por cumplirse.

    En consecuencia, el creyente neotestamentario se da cuenta de que la historiaavanza hacia la meta de esta consumacin final. Esta consumacin de lahistoria, segn l ve, incluye sucesos tales como la segunda venida de Cristo,la resurreccin general, el da del juicio final, y los nuevos cielos y la nuevatierra. Y que los nuevos cielos y la nueva tierra sern la culminacin de lahistoria, podemos decir que toda la historia avanza hacia dicha meta.

    Para comprender plenamente el significado de la historia, entonces, esnecesario que veamos la redencin de Dios en sus dimensiones csmicas. Si

    tenemos en cuenta que la expresin "los cielos y la tierra" es una descripcinbblica del cosmos entero, podemos decir que la meta final de la redencin esnada menos que la renovacin del cosmos, lo que los cientficos de hoy en dallaman universo. En vista de que la cada del hombre en pecado afect no sloa su persona, sino tambin al resto de la creacin (vase Gn. 3:17-18), laredencin del pecado debe incluir tambin la totalidad de la creacin de Dios.Herman Ridderbos lo dice de la siguiente manera: "Esta redencin (lograda porCristo]... adquiere el significado de un drama divino global, de una luchacsmica, en que estn comprendidos no solamente el hombre en su pecado ycondicin de perdido, sino tambin los cielos y la tierra, los ngeles y losdemonios, y cuya meta es la de devolver todo el cosmos creado bajo el

    dominio y gobierno de Dios".

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    Esta dimensin csmica de la redencin es claramente enseada en pasajestales como Efesios 1:9-10 y Colosenses 1:19-20. El primero de ellos lee asen la Versin Popular: "[Dios] nos ha hecho conocer su voluntad secreta, o seael plan que l mismo se haba propuesto llevar acabo. Segn este plan, que secumplir fielmente a su debido tiempo, Dios va a unir bajo el mando de Cristo

    todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra". El pasaje de Colosenseses significativo porque vincula la redencin csmica con el hecho de que Cristoes autor tanto de la creacin como de la redencin (vase el v. 16, "Porque enl [Cristo] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las quehay en la tierra... todo fue creado por medio de l y para l"). Cristo estimplicado en la redencin como aquel por medio de quien y para quien fueroncreadas todas las cosas, y como aquel que est por eso profundamentepreocupado por la creacin entera. Nada menos que la liberacin total de lacreacin de la "esclavitud de la corrupcin" (Ro. 8:21) satisfar los propsitosredentores de Dios.

    Para poder ver la historia a la luz de esos propsitos, entonces, necesitamosverla como algo que se mueve hacia la meta de un universo finalmenterestaurado y glorificado. Diremos ms al respecto ms adelante cuandoconsideremos el tema de la nueva tierra. Por ahora ser suficiente paranosotros recordar que para una interpretacin cristiana de la historia esesencial ver que su naturaleza se distingue por su orientacin hacia una metadefinida. Esto no significa que siempre podemos ver exactamente cmo serelaciona cada acontecimiento histrico con la meta de la historia, ya que estoes a menudo algo muy difcil de ver. Quiere deci