Alexander, Lloyd - P4, Taran El Vagabundo

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  • 8/3/2019 Alexander, Lloyd - P4, Taran El Vagabundo

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    TARAN EL

    VAGABUNDO

    Crnicas de Prydain/4

    Lloyd Alexander

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    Ttulo original: Taran WandererTraduccin: Albert Sol 1967 by Lloyd Alexander

    1987 Ediciones Martnez Roca S. A.Gran va 774 - BarcelonaISBN 84-270-1599-2Edicin digital: ElfowarRevisin: UmbrielR6 11/02

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    Para los viajeros que an estn en el camino,para los vagabundos que han encontrado el reposo.

    Nota del autor

    Esta cuarta crnica de Prydain se inicia con una empresa que requiere un coraznvaleroso y alegre. No tarda en irse volviendo ms sombra y quiz sea ms esencialmenteheroica que las aventuras precedentes, pues en ella Taran debe enfrentarse a unoponente implacable: la verdad acerca de s mismo. Taran aprender a cambiar su vidamediante sus propios recursos internos, ya no como Taran Aprendiz de Porquerizo, sinocomo Taran el Vagabundo, pues no basta con que haya un fin de la infancia sino quetambin se requiere un comienzo de la edad viril. He intentado que fuera una crnica msseria que las anteriores en el sentido en que todo el humor es serio y toda la fantasareal, y aunque no hay un final feliz convencional en trminos de cuento de hacas, shay un final lleno de esperanza en trminos humanos.

    Eso no quiere decir que la historia tenga menos humor o variedad que suspredecesoras. De hecho, es posible que haya ms, pues los viajes de Taran le llevan deun extremo a otro de Prydain, desde los Pantanos de Morva hasta los Commots Libres.Pero en vez de con un enfrentamiento entre huestes enemigas, el conflicto subyacenteentre el bien y el mal se expresa mediante encuentros individuales: el rey Smoit y suruidosa alegra por el mero hecho de estar vivo; el mortfero Morda, que odia todo lo quees humano; Dorath, el amoral; Annlaw el Moldeador de la Arcilla, el creador; Craddoc, encuyo desolado valle Taran conocer la angustia de la vergenza... Ay, la princesa Eilonwyslo est presente en el recuerdo, aunque tengo la esperanza de que los lectores laecharn de menos tanto como Taran..., y, si ha de ser sincero, tanto como el mismo autor.

    Algunos habitantes de Prydain nacieron de la leyenda galesa, pero en Taran elVagabundo han adquirido caractersticas ms universales que particulares. Por ejemplo,el secreto con que Morda protege su vida est presente en muchas mitologas. Orddu,Orwen y Orgoch han aparecido con otros aspectos y nombres (como era lgico esperarsede ellas), pues han sido las Tres Nornas, las Moiras, la Triple Diosa y, muyprobablemente, otras transformaciones que se niegan a admitir. Prydain, naturalmente, esen parte recuerdo y en parte sueo, con el equilibrio entre los dos inclinndose a favor deeste ltimo.

    Los compaeros se han ganado muchos ms amigos de los que jams pude esperar;personas que estn dispuestas a seguir estas historias tanto en forma de crnicasindependientes como en la de partes de un conjunto ms amplio. Les prometo que todas

    las preguntas sern contestadas y todos los secretos quedarn revelados a su debidotiempo. Debo suplicar clemencia a algunos amigos de los compaeros (especialmente aGypsy Reeves); a otros, mi ms sincero agradecimiento por su duro e inapreciableesfuerzo, su lucidez y su capacidad de dar nimos cuando el autor se enfrent asituaciones que le parecieron ms apuradas que ninguna de las que amenazaron jams aun Ayudante de Porquerizo; a todos ellos mi ms clido y sincero afecto.

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    1 - Quin soy?

    La primavera se hallaba en su apogeo y traa consigo la promesa del verano ms frtilque la granja haba visto en toda su existencia. El huerto estaba cubierto por la blancurade las flores que perfumaban los rboles, y los campos recin sembrados parecan flotar

    como una neblina verde. Pero ni los colores ni los perfumes eran capaces de alegrar aTaran, pues para l Caer Dallben se encontraba vaco. Ayudaba a Coll en las tareas dequitar las malas hierbas y cultivar los campos y cuidaba de Hen Wen, la cerda blanca, contanta diligencia como siempre, pero ni su mente ni su corazn estaban en lo que haca.Slo poda pensar en una cosa.

    Vamos, vamos, muchacho... dijo Coll con afabilidad mientras terminaban el ordeomatinal. Desde que volviste de la Isla de Mona ests ms nervioso que un lobo atado auna correa. Te doy permiso para que languidezcas por la princesa Eilonwy, ya quepareces decidido a ello, pero no vuelques el cubo de la leche. El anciano pero anrobusto guerrero le dio una palmadita en el hombro. Venga, anmate. Te ensear lossecretos msticos del plantar nabos, del cultivo de las coles o de lo que ms te apetezca

    saber.Taran mene la cabeza.Lo que me gustara saber es algo que slo Dallben puede revelarme.Bueno, entonces acepta mi consejo y no importunes a Dallben con tus preguntas

    dijo Coll. Su mente est ocupada con asuntos mucho ms importantes. Ten paciencia yespera a que llegue el momento adecuado.

    Taran se puso en pie.No puedo esperar ms. Lo he decidido... Hablar con l ahora mismo.Ten cuidado! le advirti Coll mientras Taran iba hacia la puerta del cobertizo,

    Dallben tambin est bastante irritable ltimamente!Taran avanz por entre el grupo de pequeos edificios y cobertizos que formaban la

    granja. Entr en la casita y vio a una mujer vestida de negro acuclillada delante del hogarvigilando el fuego. La mujer no alz la cabeza y no dijo nada. Era Achren. Despus deque los planes que haba trazado para recobrar su antiguo poder se vieran frustrados enlas ruinas del Castillo de Llyr, la en tiempos altiva reina acept el refugio que Dallben lehaba ofrecido; aunque por eleccin propia la que en tiempos haba sido gobernante detodo Prydain se ocupaba de las tareas que haban sido incumbencia de Eilonwy antes deque partiera hacia Mona, y cuando llegaba el final del da se esfumaba en silencio paratumbarse sobre su lecho de paja en el granero.

    Taran se detuvo unos momentos ante la estancia de Dallben sin saber qu hacer yacab golpeando la puerta rpidamente con los nudillos. Oy la voz del hechicero dndole

    permiso para entrar y as lo hizo. Dallben estaba inclinado sobre El Libro de los Tres, quese encontraba abierto sobre la mesa repleta de objetos. Taran anhelabadesesperadamente echar aunque slo fuera un vistazo a una pgina de aquel volumenlleno de secretos, pero se mantuvo lejos de l. Cuando era nio se haba atrevido a tocaraquel viejo tomo encuadernado en cuero, y recordarlo hizo que volviera a sentir un levecosquilleo en los dedos.

    Nunca dejar de asombrarme gru Dallben cerrando El Libro de los Tres yalzando los ojos hacia Taran. Los jvenes estn llenos de orgullo y fuerza, y aun assus preocupaciones les parecen una carga tan pesada que deben compartirlas con losviejos, mientras que los viejos... Agit una mano frgil y huesuda. Pero no importa, noimporta. Bien, espero que tengas una buena razn para interrumpirme. Enfadarse es una

    prdida de tiempo y no me sienta nada bien.En primer lugar, y antes de que me lo preguntes sigui diciendo Dallben, teaseguro que la princesa Eilonwy se encuentra bien y no es ms infeliz que cualquier otra

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    doncella hermosa y alocada que se haya visto obligada a abandonar el manejo de laespada para concentrarse en el aprendizaje de la costura. En segundo lugar, sabes tanbien como yo que Kaw an no ha vuelto. Me atrevera a decir que ya debe de haberllevado mi pocin a la caverna de Glew y que el gigante-por-accidente que tantosproblemas os dio en Mona no tardar en empequeecerse hasta recuperar su estaturanormal. Pero tambin sabes que tu cuervo es un tanto travieso y que tiene propensin a

    perder el tiempo all donde encuentra algn entretenimiento, verdad? Por ltimo, unAyudante de Porquerizo debera tener tareas ms que suficientes para mantenerleocupado durante todo el da. Qu te ha trado hasta aqu?

    Slo una cosa dijo Taran. Todo lo que tengo lo debo a tu bondad. Me has dadoun hogar y un nombre, y me has permitido vivir en tu casa como si fuera hijo tuyo. Pero...quin soy realmente? Quines son mis padres? Me has enseado muchas cosas, peronunca has querido decrmelo.

    Cierto, nunca he querido decrtelo replic Dallben. Y ya que siempre ha sido as,cul es la razn de que el enigma haya empezado a preocuparte tan de repentedespus de haber vivido tanto tiempo con l?

    Taran inclin la cabeza y no respondi, y el viejo hechicero le sonri con un brillo de

    astuta sabidura en los ojos.Habla, muchacho. Si quieres conocer la verdad deberas empezar siendo sincero.

    Creo ver oculta tras tu pregunta la sombra de cierta princesa de cabellos dorados... Noes as?

    Taran se ruboriz.As es murmur. Alz la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Dallben.

    Cuando Eilonwy regrese... mi corazn anhela pedirle que se case conmigo. Pero nopuedo hacerlo exclam, y las palabras surgieron de sus labios como si tuvieranvoluntad propia. No lo har hasta no saber quin soy. Un hurfano con un nombreprestado no puede pedir la mano de una princesa. Cul es mi linaje? No podr vivir enpaz hasta haberlo averiguado. Soy de cuna humilde o noble?

    Tengo la impresin de que te complacera mucho ms ser de cuna noble dijoDallben en voz baja.

    S, sa es mi gran esperanza admiti Taran, un poco avergonzado. Pero noimporta. Si hay honor... S, deja que lo comparta. Si hay ignominia, deja que me enfrentea ella.

    Cierto, compartir el honor requiere un corazn tan fuerte como enfrentarse a laignominia replic Dallben con voz afable, y volvi su rostro curtido por laspreocupaciones y el tiempo hacia Taran. Pero... ay, no puedo responder a tu pregunta.En cuanto al prncipe Gwydion, sabe tan poco como yo se apresur a decir, pues habacomprendido lo que pasaba por la mente de Taran. Y el Gran Rey Math tampoco puede

    ayudarte.Entonces permite que lo averige por m mismo exclam Taran. Dame tupermiso y deja que vaya en busca de la respuesta.

    Dallben le observ con mucha atencin. Los ojos del hechicero se posaron sobre ElLibro de los Tres y lo contemplaron durante un tiempo como si su mirada estuvieraatravesando las tapas de cuero para perderse en las profundidades de aquel gastadovolumen.

    Cuando la manzana ha madurado ningn hombre puede hacer que vuelva a estarverde murmur como si hablara consigo mismo. Mir a Taran, y cuando volvi a hablarsu voz estaba impregnada de pena. Es eso lo que deseas?

    El corazn de Taran empez a latir ms deprisa.

    No pido nada ms.Dallben asinti.

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    Que as sea. Puedes marcharte a donde quieras. Descubre aquello que el destino tepermita averiguar.

    Nunca podr agradecrtelo lo suficiente exclam Taran con alegra haciendo unagran reverencia. Deja que parta sin ms tardanza. Estoy preparado y...

    La puerta se abri antes de que pudiera terminar la frase. Una silueta velluda cruz atoda prisa la estancia y se arroj a los pies de Taran.

    No, no, no! aull Gurgi con toda la fuerza de sus pulmones, mecindose haciaatrs y hacia adelante mientras agitaba sus peludos brazos. Los agudos odos deGurgi lo han odo todo! Oh, s, ellos han escuchado detrs de la puerta y no se les haescapado nada! Su rostro se arrug en una mueca de desesperacin y mene suhirsuta cabeza tan violentamente que estuvo a punto de caerse al suelo, El pobreGurgi se quedar triste y solo con sus gemidos y quejidos! gimote, Oh, Gurgi tieneque ir con su amo, s, s y s!

    Taran puso una mano sobre el hombro de Gurgi.Viejo amigo, confieso que me entristecera mucho dejarte aqu, pero me temo que el

    viaje que me espera puede ser muy largo.El fiel Gurgi seguir a su amo! grit Gurgi con voz suplicante. Gurgi es fuerte,

    osado y listo! l salvar a su bondadoso amo de todo dao!Gurgi empez a resoplar ruidosamente y sus gemidos y quejas se hicieron an ms

    desesperados que antes. Taran no se senta con fuerzas para negarle su deseo a aquellapobre criatura, por lo que se volvi hacia Dallben y le lanz una mirada de interrogacin.

    Y vio una extraa compasin en los rasgos del hechicero.No pongo en duda la fortaleza de nimo y el buen sentido de Gurgi dijo Dallben.

    Es muy posible que el consuelo de su amable corazn te sirva de mucho antes de que tuviaje haya terminado. S aadi lentamente, si Gurgi as lo desea... deja que vayacontigo.

    Gurgi lanz un grito de alegra y Taran, agradecido, se inclin ante el hechicero.Que as sea dijo Dallben. El camino que vas a recorrer no ser fcil, pero has

    escogido seguirlo y no tienes otra eleccin. Puede que no encuentres lo que buscas, peroestoy seguro de que volvers siendo un poco ms sabio que ahora... Y hasta puede queregreses convertido en un hombre por tus propios mritos.

    Taran estaba tan nervioso que pas toda la noche en vela. Dallben haba dado supermiso para que los dos compaeros partieran por la maana, pero las horas quefaltaban para la salida del sol le parecieron tan pesadas como los eslabones de unacadena muy gruesa. Su mente ya haba formado un plan, pero no habl de l conDallben, Coll o Gurgi, pues la decisin que haba tomado an le daba cierto miedo. Sucorazn lamentaba tener que abandonar Caer Dallben, pero la impaciencia por iniciar elviaje era mucho ms fuerte. Haba momentos en que tena la impresin de que su

    aoranza de Eilonwy y el amor que tantas veces haba ocultado o incluso negado estabancreciendo en su interior como las aguas de un torrente montaoso alimentado por laslluvias y se disponan a arrastrarle con su corriente incontenible.

    Taran se levant mucho antes del amanecer y se ocup de Melynlas, el corcel gris decrines plateadas. Dej a un Gurgi parpadeante que luchaba para contener los bostezospreparando su montura un pony bajito y corpulento casi tan peludo como l, y fue alaprisco de Hen Wen. Se arrodill junto a ella y la rode con un brazo. La cerda blancalanz un gemido apesadumbrado, como si ya estuviese enterada de la decisin que habatomado.

    Adis, Hen dijo Taran rascndole la barbilla. Recurdame con cario. Collcuidar de ti hasta que... Oh, Hen murmur, conseguir lo que me he propuesto?

    Puedes decrmelo? Puedes darme alguna seal que me consuele y me permitaalbergar esperanzas?

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    Pero la cerda orculo se limit a resoplar y lanz un gruido de preocupacin. Taransuspir y le dio una ltima palmadita afectuosa. Dallben acababa de entrar cojeando en elpatio acompaado por Coll. El viejo guerrero llevaba una antorcha, pues la luz delamanecer an no era muy intensa. La claridad parpadeante de la antorcha revelaba lahonda preocupacin que se haba adueado de su rostro y del de Dallben. Taran lesabraz, y le pareci que el amor que senta hacia los dos nunca haba sido tan grande

    como en este triste momento de la despedida.Gurgi estaba encorvado sobre su pony, y colgando del hombro se hallaba la bolsa decuero capaz de proporcionar un suministro inagotable de comida. Taran mont sobre elimpaciente Melynlas llevando tan slo la espada en el cinto y el cuerno de batalla conincrustaciones de plata que Eilonwy le haba regalado. Tuvo que contener el impulso demirar hacia atrs, pues saba que, de hacerlo, el adis le resultara an ms doloroso.

    Los dos viajeros se pusieron en marcha mientras el sol iba trepando sobre las colinasribeteadas de rboles. Taran apenas si abri la boca y Gurgi trotaba en silencio detrs del, metiendo la mano de vez en cuando dentro de la bolsa de cuero para coger un puadode comida que masticaba con expresin satisfecha. Cuando se detuvieron para abrevarsus monturas en un arroyo Gurgi baj del pony y fue hacia Taran.

    Bondadoso amo exclam, el fiel Gurgi te sigue y te gua, oh, s! Adonde lelleva el camino? Al noble seor Gwydion en Caer Dathyl? Gurgi tiene muchas ganas dever grandes torres doradas y grandes salones para opulentos banquetes.

    Yo tambin respondi Taran. Pero sera un viaje intil. Dallben me ha dicho queel prncipe Gwydion y el Rey Math no saben nada acerca de mi linaje.

    Entonces, al reino de Fflewddur Fflam? S, s! El osado bardo nos dar labienvenida con fiestas y agasajos, y nos deleitar con alegres taidos y zumbidos!

    Taran no pudo por menos que sonrer ante el entusiasmo de Gurgi, pero mene lacabeza.

    No, amigo mo, no vamos a Caer Dathyl y tampoco vamos al reino de Fflewddur, Volvi la mirada en direccin oeste. He pensado cuidadosamente en el camino quedebo seguir, y creo que slo hay un sitio en el que pueda encontrar lo que busco dijohablando muy despacio. Iremos a los Pantanos de Morva.

    Apenas hubo pronunciado estas palabras vio como el rostro de Gurgi se volva de uncolor gris ceniza. La mandbula de la pobre criatura se afloj bruscamente; se llev lasmanos a su peluda cabeza y empez a resoplar y atragantarse de puro miedo. No, oh,no! aull Gurgi. Los peligros acechan en los Pantanos malignos! El bravo perocauteloso Gurgi teme por su pobre y tierna cabeza! Gurgi no quiere volver nunca all. Lastemibles hechiceras queran convertirle en un sapo saltarn! Oh, terrible Orddu! TerribleOrwen! Y Orgoch... Oh, Orgoch, la peor de todas!

    Lo son, pero tengo intencin de volver a verlas dijo Taran. Orddu, Orwen y

    Orgoch... Ella, o ellas, o lo que sean en realidad, tienen un poder tan grande como el deDallben, quiz incluso ms grande que el suyo. Nada queda oculto a su mirada; conocentodos los secretos. Tienen que saber la verdad. Quiz... sigui diciendo, y la esperanzale hizo hablar ms deprisa. Puede que mis padres fueran de noble linaje, y quiz existaalguna razn secreta que les impuls a dejarme en Caer Dallben para que Dallbencuidara de m...

    Pero si el bondadoso amo es noble! grit Gurgi. El humilde Gurgi no podratener amo ms noble, generoso y bueno! No hace falta que se lo pregunte a lashechiceras!

    Me refiero a la sangre noble replic Taran, sonriendo ante las protestas de Gurgi. Si Dallben no puede darme la respuesta, es posible que Orddu pueda. En cuanto a si

    querr hacerlo... No lo s aadi. Pero debo intentarlo.

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    No quiero que tu pobre cabeza corra ningn peligro sigui diciendo Taran.Cuando lleguemos a los Pantanos buscars un sitio donde esconderte y me esperarsall.

    No, no gimi Gurgi. Parpade con cara de terror y baj la voz hasta tal punto queTaran apenas si pudo or su tembloroso murmullo. El fiel Gurgi seguir a su amo tal ycomo lo prometi.

    Siguieron adelante. Vadearon el Gran Avren y avanzaron rpidamente durante variosdas en direccin oeste, siguiendo las verdes laderas ce la orilla hasta acabarabandonndola de mala gana para ir hacia el norte a travs de una llanura donde apenassi haba vegetacin. El rostro de Gurgi estaba contorsionado en una continua mueca depreocupacin, y Taran captaba la inquietud de la pobre criatura con tanta claridad como lasuya propia. Cuanto ms cerca estaban de los Pantanos ms dudaba de que hubieratomado la decisin correcta. El plan que le haba parecido tan perfecto en la seguridad deCaer Dallben empezaba a cobrar el aspecto de una locura temeraria. Haba momentos enlos que Taran no tena ms remedio que admitir que si Gurgi hubiera hecho volver grupasa su pony para galopar hacia el hogar le habra seguido de buena gana.

    Otro da de viaje y las tierras pantanosas se extendieron ante ellos, feas,

    amenazadoras y sin el menor rastro de la primavera alegrando su desnudez. La visin y elolor de los pantanos y los charcos de aguas opacas e inmviles hicieron que Taransintiera una terrible repugnancia. La mezcla putrefacta de tierra y agua tirabacodiciosamente de los cascos de Melynlas. El pony lanzaba bufidos de temor. Taranadvirti a Gurgi de que deba mantenerse lo ms pegado posible a l sin desviarse aderecha o a izquierda, y gui cautelosamente su montura por entre los caizos que lellegaban hasta el hombro, mantenindose sobre el suelo algo ms firme que bordeaba lospantanos.

    El angosto paso que haba en el extremo ms alejado de los Pantanos poda cruzarsecon muy poco peligro, y el camino a seguir haba quedado grabado para siempre en susrecuerdos. Aqu era donde les haban atacado los Cazadores de Annuvin cuando l,Eilonwy, Gurgi y Fflewddur andaban buscando el Caldero Negro, y Taran haba revividoaquel momento una y otra vez en sus pesadillas. Dej colgar entre sus dedos las riendasde Melynlas para que su montura pudiese avanzar con ms libertad, hizo una sea aGurgi y se adentr en los Pantanos. El corcel vacil durante un instante, pero sus patasno tardaron en hallar tierra firme donde apoyarse y los dos compaeros fueron dejandoatrs la cadena de islitas que haba bajo las aguas fangosas. Cuando llegaron al otro ladoMelynlas se lanz al galope sin que Taran se lo hubiese ordenado, y el pony le siguicomo si de ello dependiera su vida. Taran detuvo su montura ms all de los rboles detroncos nudosos y deformes que haba al final de una caada bastante larga. La choza deOrddu ya era visible.

    Estaba pegada a un montculo de gran altura y medio escondida por el barro y lasramas. Pareca an ms precaria e incmoda de como la recordaba Taran. El techo decaizo que le daba el aspecto de un nido inmenso bajaba haciendo pendiente hastaocultar las angostas ventanas, y los muros que parecan dispuestos a derrumbarse encualquier momento estaban cubiertos por una telaraa de moho. Y en el umbral inclinadode contornos irregulares se recortaba la silueta de la mismsima Orddu.

    Taran desmont con el corazn latindole a toda velocidad. Fue lentamente hacia elumbral manteniendo la cabeza bien alta en un silencio roto slo por el castaeteo de losdientes de Gurgi. Los negros y brillantes ojos de Orddu no se apartaban de l. Taran nosaba si su aparicin la haba sorprendido, pero si lo estaba la nica seal que dio fueinclinarse un poco ms hacia adelante y observarle con ms atencin. Su holgada tnica

    aleteaba alrededor de sus rodillas. Orddu asinti rpidamente con la cabeza,evidentemente satisfecha, y los alfileres y broches enjoyados que adornaban su revueltacabellera brillaron dbilmente.

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    S, y as es! exclam Orddu con voz afable Ay, s, mi querido pajarito y el...,bueno, el como-le-llames. Pero qu alto ests, patito. Oh, si alguna vez quieres meterteen una madriguera de conejo debe de resultarte muy incmodo, verdad? Entra, entra se apresur a decir hacindole seas. Qu plido ests, pobre cosita. No habrs estadoenfermo, eh?

    Taran la sigui con cierto resquemor mientras Gurgi se aferraba a l temblando

    inconteniblemente.Cuidado, cuidado gimote Gurgi. Las clidas bienvenidas hacen que al pobreGurgi se le hielen las espinillas.

    Taran entr en la choza y tuvo la impresin de que las tres hechiceras haban estadomuy atareadas con las faenas domsticas. Orgoch estaba sentada en un taburete con lacapucha negra ocultndole los rasgos e intentaba alisar los enredados vellones de lanaque sostena sobre su regazo, aunque no pareca tener mucho xito. Orwen si es quede ella se trataba haca girar la considerablemente torcida rueda de un torno para hilar.Las hebras de un blanco lechoso que colgaban de su cuello parecan correr un seriopeligro de quedar atrapadas en los radios de la rueda. Taran supuso que Orddu deba dehaber estado ocupndose del bastidor que se alzaba entre montones de viejas armas

    oxidadas en un rincn de la choza. El tapiz del bastidor mostraba cierta cantidad detrabajo invertida en l, pero an le faltaba mucho para estar terminado. Las hebras seretorcan y se anudaban sobresaliendo de l en todas direcciones, y lo que parecanenredos como los que Orgoch intentaba alisar eran claramente visibles en el tramado.Taran no logr distinguir ningn dibujo, aunque haba momentos en que le pareca verborrosas siluetas tanto humanas como animales que se retorcan y serpenteaban a lolargo y ancho de todo el tapiz, y acab pensando que quiz fueran algn engao de susojos.

    Pero no tuvo mucho tiempo para estudiar aquel curioso tapiz. Orwen abandon el tornode hilar y fue rpidamente hacia l mientras daba palmadas con expresin de placer.

    El polluelo errante y el gurgi! exclam. Y qu tal est nuestro querido ypequeo Dallben? Sigue teniendo El Libro de los Tres? Y su barba? Cmo debe depesarle! Me refiero al libro, no a la barba aadi. No ha venido con vosotros?Lstima, lstima... Pero no importa. Oh, es tan agradable tener visitas...

    Odio las visitas murmur Orgoch, arrojando el montn de lana al suelo con unamueca de irritacin. Nunca estn de acuerdo conmigo.

    Pues claro que estn de acuerdo contigo, codiciosilla! replic secamente Orwen. Lo que me asombra es que sigamos teniendo alguna visita de vez en cuando...

    Orgoch lanz un bufido y farfull algo ininteligible. Taran logr atisbar una muecasombra casi oculta por la negrura de su capucha.

    Orddu alz la mano.

    No hagas ningn caso de Orgoch dijo volvindose hacia Taran. Hoy la pobrecitatiene un mal da... Orwen tena que ser Orgoch y Orgoch tena muchas ganas de serOrwen, comprendes? Est muy desilusionada porque Orwen se neg en el ltimomomento..., y no es que la culpe por ello, claro murmur Orddu. A m tampoco megusta ser Orgoch, pero ya se nos ocurrir algo para compensarla y hacer que se le paseel enfado.

    Y t sigui diciendo Orddu mientras una sonrisa llenaba de arrugas sus toscosrasgos, t eres el ms osado de todos los polluelos osados. Muy pocos habitantes dePrydain se han atrevido a cruzar los Pantanos de Morva; y de esos pocos ni uno solo hatenido el valor necesario para regresar. Puede que Orgoch les desanime. T eres el nicoque ha venido hasta aqu dos veces, polluelo mo.

    Oh, Orddu, es un hroe tan bravo y osado... dijo Orwen, contemplando a Tarancon la ruborosa admiracin que se habra podido esperar en una doncella.

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    Vamos, Orwen, no digas tonteras replic Orddu. Hay hroes y hroes. No niegoque ha actuado valerosamente en algunas ocasiones. Luch junto al seor Gwydion yestuvo tan orgulloso de s mismo como un polluelo envuelto en plumas de guila, perohay ms clases de bravura que sa. Me pregunto si nuestro encantador petirrojo hacavado alguna vez en el suelo para encontrar sus propios gusanos... sa es otra clase debravura. Y entre nosotras dos, mi querida Orwen, quiz acabe descubriendo que es la

    ms difcil y ardua. La hechicera se volvi hacia Taran. Pero habla, habla, polluelomo. Por qu has vuelto a visitarnos?No nos lo digas exclam Orwen. Deja que lo adivinemos. Oh, adoro los juegos,

    aunque Orgoch siempre se las arregla para estropear la diversin... Lanz una risita.Nos propondrs mil y tres acertijos y yo ser la primera en probar suerte.

    Muy bien, Orwen. Si eso te complace... dijo Orddu con indulgencia. Pero estssegura de que bastar con mil y tres? Un corderito puede tener tantos deseos...

    S que os ocupis de las cosas tal y como son y de las cosas como deben ser dijoTaran, obligndose a clavar la mirada en los ojos de la hechicera. Creo que sabis qume ha trado hasta aqu, y que quiero averiguar la identidad de mis padres y cul es milinaje.

    Tu linaje? exclam Orddu. Oh, pero si eso es sencillsimo... Escoge a lospadres que ms gracia te hagan. T no les conoces y ellos no te conocen, as que...Bueno, en qu puede cambiar eso las cosas para ti o para ellos? Cree lo que ms teplazca. Te sorprender descubrir lo consolador que resulta.

    No pido consuelo replic Taran. Quiero la verdad, ya sea buena o difcil deafrontar.

    Ah, mi dulce petirrojo dijo Orddu. No existe nada ms difcil de encontrar que laverdad... Hay quienes se han pasado la vida entera buscndola, y hay muchos que seencuentran en situaciones bastante peores que la tuya.

    Hace algn tiempo haba una rana sigui diciendo Orddu con voz jovial. Larecuerdo muy bien. Pobrecita... Nunca estuvo segura de si era una criatura terrestre a laque le gustaba nadar por debajo del agua o una criatura acutica a la que le gustabatomar el sol encima de un tronco. La convertimos en una cigea que nunca se hartabade comer ranas, y desde entonces no ha vuelto a tener ni la ms mnima duela sobre loque es... Y ahora que lo pienso las otras ranas tampoco. Si lo deseas nos encantarahacerte el mismo favor.

    A los dos dijo Orgoch.No! chill Gurgi escondindose detrs de Taran, Oh, amo bondadoso, Gurgi ya

    te advirti de estos temibles apaos y engaos!No olvides a la serpiente dijo Orwen volvindose hacia Orddu. No saba si era

    verde con manchas marrones o marrn con manchas verdes, y eso haca que siempre se

    sintiera perpleja e inquieta. La convertimos en una serpiente invisible con manchas verdesy marrones para que se la viera con toda claridad y no la pisaran aadi. Se mostrmuy agradecida, y a partir de entonces result mucho ms fcil de tratar.

    Y recuerdo que tambin haba... grazn Orgoch, carraspeando roncamente paraaclararse la garganta.

    Calla, Orgoch la interrumpi Orwen. Tus historias siempre tienen finales muy...,bueno, muy finales.

    Vers, gorrioncito dijo Orddu, podemos ayudarte de muchas maneras y todasellas son ms rpidas y menos complicadas que cualquiera de las que se te puedanhaber ocurrido. Qu te gustara ser? Si quieres mi opinin, yo sugerira un puercoespnporque su existencia es una de las ms cmodas y seguras que puede llevar un animal.

    Pero no permitas que influya en tu eleccin. La decisin debe ser totalmente tuya.Oh, nada de eso! Sorprendmosles exclam Orwen con nerviosa alegra. Lodecidiremos entre nosotras y les ahorraremos la molestia de tomar una decisin. Estarn

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    mucho ms contentos, ya lo veris. Qu encantador ser ver la expresin de suscaritas..., o de sus piquitos, o de lo que acaben teniendo.

    Nada de aves gru Orgoch. No, las aves quedan totalmente descartadas. Nolas aguanto. Las plumas me hacen toser.

    Gurgi estaba tan aterrorizado que slo pudo mover los labios en un balbuceo carentede palabras. Taran sinti como se le helaba la sangre. Orddu ya haba dado un paso

    hacia adelante y Taran alarg la mano hacia su espada disponindose a defenderse.Vamos, vamos, polluelo mo observ Orddu con voz jovial. No pierdas losestribos o quiz acabes perdiendo mucho ms que eso. Ya sabes que aqu tu arma nosirve de nada, y agitar espadas no es forma de conseguir que los dems estn deacuerdo contigo, verdad? Despus de todo, fuiste t quien decidi ponerse en nuestrasmanos.

    Manos? gru Orgoch.Los ojos ocultos en las profundidades de su capucha emitieron un destello rojizo y las

    comisuras de sus labios empezaron a temblar espasmdicamente.Taran hizo cuanto pudo para no dejarse intimidar.Orddu, quieres responder a mi pregunta? dijo, esforzndose para que su voz

    sonara lo ms tranquila y firme posible. Si no es as, seguiremos nuestro camino.Slo intentbamos facilitarte las cosas dijo Orwen, haciendo un mohn y

    acaricindose el collar de cuentas. No tienes por qu ofenderte.Pues claro que responderemos a tu pregunta, mi valeroso renacuajo dijo Orddu.

    Sabrs todo cuanto deseas saber en cuanto nos hayamos ocupado de otro asunto: elprecio a pagar. Lo que quieres averiguar es de tal importancia, al menos para ti, que elprecio puede ser considerablemente elevado. Pero estoy segura de que ya habaspensado en eso antes de venir, verdad?

    Cuando intentbamos encontrar el Caldero Negro os quedasteis con el brocheencantado de Adaon, y ese broche era lo que ms valoraba en el mundo dijo Taran.Desde entonces no he encontrado nada que tenga ms valor para m del que tena esebroche.

    Pero de ese trato ya hace mucho tiempo, polluelo dijo Orddu. Lo pasado pasadoest, no te parece? Intentas decirnos que no has trado nada que ofrecernos? Vaya,pues considrate afortunado si acabas convertido en puercoespn... Me parece que nopuedes permitirte nada mejor.

    La ltima vez estabais dispuestas a conformaros con un da de verano del corderitomurmur Orgoch con voz ronca junto a la oreja de Orddu. Ah, habra sido un bocadotan sabroso...

    Siempre ests pensando en tus placeres, Orgoch replic Orddu. Podras hacerun pequeo esfuerzo y pensar en algo que nos gustara a todas, no te parece?

    Por aquel entonces le acompaaba una jovencita de cabellos dorados dijoOrwen. Era una criaturita tan linda... Estoy segura de que debe de acordarse de ella. Ysi nos quedamos con sus recuerdos? Qu delicioso sera desplegarlos ante nosotras paracontemplarlos durante las largas noches de invierno... sigui diciendo, cada vez msentusiasmada. Ay. l perdera hasta el ltimo recuerdo de la jovencita, pero creo quenosotras habramos hecho un negocio magnfico.

    Taran contuvo el aliento.Ni tan siquiera vosotras podrais ser tan implacables y malvadas.Ah, no? respondi Orddu sonriendo. Querido polluelo, en lo que a nosotras

    concierne, la compasin o, al menos, la compasin tal y como t la conoces no tiene nadaque ver con el asunto del que estamos hablando. De todas formas sigui diciendo

    mientras se volva hacia Orwen, eso tampoco sirve. Ya tenemos recuerdos ms quesuficientes.

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    Entonces escuchadme exclam Taran, irguindose cuan alto era. Tens los puospara impedir que le temblaran. Es cierto que poseo muy pocos tesoros... De hecho, soytan pobre que ni tan siquiera tengo un nombre. No hay naca mo que puedasatisfaceros? Voy a haceros una oferta.

    Sinti que la frente se le cubra de sudor. Haba tomado aquella decisin en CaerDallben y la haba sopesado cuidadosamente, pero ahora que haba llegado el momento

    de llevarla a la prctica su nimo flaqueaba y falt poco para que se volviera atrs.Os ofrezco cualquier cosa de valor que pueda depararme el destino en lo que mequede de existencia, sea lo que sea dijo Taran. El mayor tesoro que pueda caer enmis manos... Os lo entrego a vosotras, aqu y ahora. Ser vuestro, y podris reclamarlocuando queris.

    Orddu no respondi y se limit a contemplarle con cara de curiosidad. Las otras doshechiceras guardaron silencio. Incluso Gurgi haba dejado de gimotear. Las siluetas delbastidor parecieron retorcerse ante los ojos de Taran mientras esperaba la respuesta deOrddu.

    La hechicera sonri.Esa verdad que andas buscando... significa tanto para ti que ests dispuesto a

    desprenderte de aquello que an no has conseguido?O que quiz nunca llegues a conseguir grazn Orgoch.No puedo ofreceros nada ms replic Taran. Tenis que aceptarlo.La clase de trato que propones resulta arriesgada incluso en el mejor de los casos, y

    la verdad es que no satisface a ninguna de las partes dijo Orddu con afabledespreocupacin, como si estuviera hablando de un asunto sin importancia. No haynada seguro salvo la nada, y ms de una vez hemos acabado encontrndonos con que elpobre gorrioncillo que hace semejante promesa no vive lo suficiente para cumplirla. Y aunsuponiendo que acabe estando en condiciones de cumplirla, siempre existe el riesgo deque se ponga... Cmo te lo explicara yo? Un poquito tozudo? Ah, s, normalmente lacosa termina con todo el mundo de muy mal humor. Hubo un tiempo en el que quizhubiramos aceptado tu oferta, pero las tristes experiencias que hemos tenido desdeaquel entonces acabaron convencindonos de que debamos rechazar esa clase deofrecimientos. No, polluelo, no sirve. Lo lamentamos... Es decir, lo lamentamos todo loque somos capaces de lamentar algo.

    Taran quiso hablar, pero se le haba formado un nudo en la garganta. Durante unmomento los rasgos de las encantadoras se volvieron borrosos. No estaba seguro de sitena delante a Orddu, a Orwen o a Orgoch. Era como si acabara de tropezar con un muroce hielo surgido de la nada que no poda ser atravesado por la fuerza ni derretidomediante las splicas. La desesperacin le haba dejado sin aliento. Inclin la cabeza y sedio la vuelta, disponindose a salir de la choza.

    Vamos, polluelo, vamos... dijo Orddu con jovialidad. Eso no significa que nohaya otros que puedan responder a tu pregunta.Oh, claro que no dijo Orwen, y el encontrar slo requiere el mirar.A quin os refers? pregunt Taran con voz apremiante, aferrndose

    desesperadamente a aquella nueva esperanza.Recuerdo que... S, hay un mirlo marrn anaranjado que se afila el pico una vez al

    ao en el monte Kilgwyry dijo Orwen. Conoce todo lo que ha ocurrido. Basta con quete armes de paciencia hasta que llegue y se lo preguntes.

    Oh, Orwen la interrumpi Orddu con cierta impaciencia, A veces creo que vivesen el pasado... El mirlo acab con el monte Kilgwyry hace mucho tiempo de tanto afilarseel pico y el pobrecito se march volando no s dnde en busca de otra montaa.

    Ay, queridsima Orddu, tienes toda la razn del mundo replic Orwen. Se mehaba olvidado. Pero... Y el salmn del lago Llew? No he conocido a un pez ms sabio.

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    Desapareci murmur Orgoch chupndose un diente. Hace mucho tiempo queya no est all.

    Bah, en cualquier caso los mirlos y los peces son voltiles y escurridizos dijoOrddu. Creo que deberas acudir a una fuente ce informacin ms digna de confianza.Por ejemplo... S, podras probar con el Espejo de Llunet.

    El Espejo de Llunet? repiti Taran. Nunca haba odo hablar de l. Qu es?

    Dnde...?Tengo una idea mucho mejor le interrumpi Orgoch. Podra quedarse connosotras. Y el gurgi tambin.

    Querida Orgoch, hazme un favor, quieres? Intenta controlarte, al menos cuandoestoy explicando algo observ Orddu. Le lanz una mirada de reproche y se volvinuevamente hacia Taran. S, quiz deberas echar un vistazo en l... Es posible que elEspejo de Llunet pueda mostrarte algo interesante.

    Pero dnde...? empez a preguntar una vez ms Taran.Demasiado lejos gru Orgoch. Te aseguro que haras mucho mejor

    quedndote con nosotras.En las montaas de Llawgadarn replic Orddu, cogiendo a Taran del brazo. Si

    no lo han cambiado de sitio, claro est... Pero ven conmigo, polluelo. Orgoch estempezando a ponerse nerviosa. S que le encantara que te quedaras aqu, y con dosdesilusiones en el mismo da no me gustara nada acabar teniendo que disculparme porsu conducta.

    Pero... cmo puedo encontrarlo?Taran apenas si tuvo el tiempo necesario para tartamudear su pregunta antes de

    hallarse fuera de la choza con Gurgi temblando a su lado.Procura no entretenerte en los Pantanos grit Orddu. Taran pudo or sonidos muy

    potentes y considerablemente irritados procedentes del interior de la choza. Si lo hacesquiz lamentes tu tonta osada..., o tu osada tontera, lo que sea. Adis, petirrojo mo.

    La puerta de tablones deformes se cerr, encajando firmemente en el marco decontornos irregulares, justo cuando Taran le gritaba a Orddu que esperase un poco.

    Huir! chill Gurgi. Huyamos, bondadoso amo, y huyamos mientras la pobre ytierna cabeza de Gurgi sigue encima de sus hombros!

    La criatura empez a tirar frenticamente de su brazo, pero Taran sigui inmvil ante lapuerta. Su mente era un torbellino de confusin y senta como si una extraa pesadez sehubiese adueado de su cuerpo.

    Por qu se burl de mi valor? exclam con el ceo fruncido, Coraje parahurgar en el suelo buscando gusanos? Esa tarea resultara mucho ms sencilla quebuscar el Espejo de Llunet.

    Premura y rapidez! suplic Gurgi. Gurgi ya est harto de misiones y viajes.

    Est dispuesto a volver a la alegre seguridad de Caer Dallben, oh, s, s! Oh, basta detanto intil fisgar y mirar!Taran sigui inmvil unos momentos ms ante la puerta. Lo nico que saba sobre las

    montaas ce Llawgadarn era que se encontraban en direccin este, y sin nada ms quele guiara, el viaje hasta all bien poda resultar intil. Gurgi le contempl con expresinimplorante. Taran le dio un par de palmaditas en el hombro, gir sobre s mismo y fuehacia Melynlas.

    Orddu slo me ha dado una esperanza, y es el Espejo de Llunet dijo Taran.Debo encontrarlo.

    Gurgi se apresur a montar en su pony y Taran subi de un salto a la grupa deMelynlas. Se volvi una vez ms hacia la choza, sintindose repentinamente inquieto.

    Me ha dado una esperanza murmur, Y desde cundo da Orddu algo sinrecibir nada a cambio?

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    2 - Cantrev Cadiffor

    Los dos compaeros dejaron atrs los Pantanos de Morva y siguieron en direccinsureste a lo largo del ro Ystrad con los Cantrevs del Valle como objetivo, pues Taranhaba decidido interrumpir el viaje en Caer Cadarn, la fortaleza del rey Smoit. Tenaintencin de pedir al rey de la barba pelirroja que les proporcionara arreos y un equipo

    ms resistente que aquel con el que haban salido de Caer Dallben.A partir de ah tendremos que guiarnos por la inspiracin del momento dijo Taranvolvindose hacia Gurgi, Mi pobre cabeza est llena de preguntas suspir,acompaando sus palabras con una sonrisa melanclica, pero en cuanto a planes... Ay,me temo que no tengo ninguno.

    Los Pantanos ya haban quedado muchos das de viaje atrs cuando los doscompaeros cruzaron las fronteras de Cadiffor, el reino de Smoit y el ms grande de losCantrevs del Valle. El paisaje haba cambiado haca ya bastante tiempo de los pramosgrises al verdor de las praderas y las agradables y frondosas arboledas con granjas queparecan haber anidado en los claros. Gurgi contemplaba cada casa con expresinanhelante y olisqueaba el humo de los fuegos del hogar que emerga por sus chimeneas

    trayendo consigo olores de comida, pero Taran no se desvi del camino que habaescogido. Si seguan avanzando a la velocidad actual, tres das ms de viaje les llevarana Caer Cadarn. Taran se detuvo un poco antes de la puesta del sol y decidi buscarrefugio en un bosquecillo de pinos, pues haba visto que el cielo empezaba a cubrirse congruesos nubarrones oscuros.

    Acababa de desmontar y Gurgi slo haba empezado a desceir las correas de lasalforjas cuando un grupo de jinetes entr en el bosquecillo. Taran gir sobre s mismo ydesenvain su espada. Gurgi lanz un chillido de alarma y fue corriendo a refugiarse juntoa su amo.

    Haba cinco jinetes, bien armados y con buenos caballos. Sus rostros barbudosestaban ennegrecidos por el sol y su porte era el de hombres acostumbrados a la silla demontar. Los colores que lucan no eran los de la Casa de Smoit, y Taran supuso que losjinetes deban de ser guerreros al servicio de uno de los vasallos de Smoit.

    Guarda tu espada orden el que pareca ser el lder de los jinetes, perodesenvain la suya y tir de las riendas, deteniendo su caballo ante los dos compaerosmientras les lanzaba una mirada despectiva. Quines sois? A quin servs?

    Son forajidos exclam otro jinete. Acabemos con ellos.Tienen ms aspecto de espantapjaros que de forajidos replic el lder de los

    jinetes. Sospecho que deben de ser un par de bribones que han escapado de su amo.Taran baj la espada, pero no la envain.Soy Taran, Ayudante de Porquerizo...

    Bueno, y dnde estn tus cerdos? pregunt el primer jinete acompaando suspalabras con una ronca carcajada, Y por qu no ests ocupndote de ellos? Moviuna mano sealando a Gurgi con el pulgar. O acaso pretendes hacerme creer queesta..., esta criatura lamentable es uno de los animales que debes cuidar?

    l no cerdito! replic Gurgi, muy indignado. No tiene nada de cerdito! l esGurgi, osado e inteligente, y sirve a su bondadoso amo!

    Las protestas de Gurgi slo sirvieron para provocar ms carcajadas entre los jinetes.Pero un instante despus los ojos de su lder se posaron en Melynlas.

    Tu montura se encuentra muy por encima de la que podra esperarse en alguien detu posicin, porquerizo dijo. Cmo la has conseguido?

    Melynlas me pertenece replic secamente Taran. Es un regalo que me hizo

    Gwydion, prncipe de Don.

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    Te refieres al seor Gwydion? exclam el guerrero. Y afirmas que te laregal? Querrs decir que se la robaste, no? dijo con voz burlona. Ten cuidado. Tusmentiras pueden acabar costndote una buena paliza.

    No miento y no ando buscando pelea con nadie replic Taran. Vamos al castillodel rey Smoit y somos gente de paz.

    Smoit no necesita ningn porquerizo dijo uno de los guerreros.

    Y nosotros tampoco dijo el lder de los jinetes. Gir sobre la silla de montar paraobservar a sus compaeros, Qu decs? Le quitamos el caballo o la cabeza? Oquiz las dos cosas?

    El seor Goryon estar encantado de tener otro caballo y si le traemos uno tanhermoso como ste nos ciar una buena recompensa respondi uno de los jinetes.Pero la cabeza de un porquerizo no tiene ninguna utilidad..., ni tan siquiera para l mismo.

    Bien dicho, y que as sea! exclam el guerrero. Adems, yendo a pie podrcuidar mejor de sus cerdos aadi, alargando una mano hacia las riendas del corcel.

    Taran salt hacia adelante interponindose entre Melynlas y el jinete. Gurgi le imit yse agarr a la pierna del jinete lanzando un gruido feroz. El resto de los jinetesespolearon a sus monturas, y Taran se encontr envuelto en un torbellino de caballos

    encabritados que acabaron alejndole de Melynlas. Intent alzar su espada. Uno de los jinetes hizo girar a su montura y el flanco de sta choc contra Taran, quien perdi elequilibrio. Otro de sus atacantes escogi aquel momento para asestarle un golpe que deno haber sido propinado con la parte plana de la espada le habra costado la cabeza. Elimpacto fue lo bastante fuerte para dejarle aturdido, y Taran cay al suelo sintiendo que lezumbaban los odos. Los pensamientos giraron locamente en su cabeza y los jinetesparecieron convertirse en cometas que chispeaban delante de sus ojos. Fue vagamenteconsciente de que Gurgi gritaba como si se hubiera vuelto loco y de los relinchos deMelynlas, y le pareci que otra silueta acababa de entrar en la contienda. Cuando se huborecuperado lo suficiente para ponerse en pie, los jinetes ya se haban esfumadollevndose a Melynlas con ellos.

    Taran lanz un grito de ira y abatimiento y dio unos cuantos pasos tambaleantes en ladireccin que haban tomado. Una mano muy robusta le agarr por el hombro. Taran girsobre s mismo y vio a un hombre que vesta un jubn sin mangas hecho de lana cadaceido con una cuerda trenzada. Sus brazos desnudos eran nudosos y de tendonesabultados, y su espalda estaba encorvada, aunque ms por el trabajo que por los aos.Un mechn de cabellos grises se cerna sobre un rostro de rasgos austeros y firmes, perono carente de bondad.

    Calma, calma dijo el hombre. No podrs alcanzarles. Tu montura no sufrir daoalguno. Los esbirros del seor Goryon tratan mucho mejor a los caballos que a losdesconocidos. Dio unas palmaditas en el cayado de roble que llevaba. Dos de los

    salteadores de Goryon tendrn cabezas muy doloridas de las que ocuparse, te loaseguro... Pero a juzgar por tu aspecto creo que t tambin vas a tener problemas con latuya. Cogi un saco que haba en el suelo y se lo colg del hombro. Me llamoAeddan, hijo de Aedd dijo. Venid conmigo. Mi granja est muy cerca de aqu.

    Sin Melynlas jams podr llevar a cabo lo que me haba propuesto exclamTaran. Tengo que descubrir...

    No lleg a completar la frase. El tono burln y despectivo del guerrero an resonaba ensu mente y no quera revelar ms de lo estrictamente necesario, ni tan siquiera a aquelhombre que tan bien se haba portado con l.

    Pero el granjero no pareca tener el ms mnimo inters en interrogarle.Lo que buscas es ms asunto tuyo que mo, no te parece? replic Aeddan. Vi a

    cinco hombres luchando contra dos y me limit a hacer que el combate resultara un pocoms justo. Quieres que tu herida reciba los cuidados necesarios? Entonces sgueme.

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    Y con estas palabras el granjero empez a bajar por la pendiente seguido por Taran yGurgi. Gurgi se volva con frecuencia para blandir el puo hacia la direccin en que sehaban alejado los jinetes, mientras que Taran caminaba por el sendero que ibaoscurecindose sin decir ni una palabra, abrumado por la desesperacin de haber perdidoa Melynlas y pensando con amargura que de momento slo haba conseguido que lerobaran su caballo y que estuvieran a punto ce romperle la cabeza. Le dolan los huesos

    y senta un molesto palpitar en los msculos, y para empeorar an ms las cosas losnubarrones se haban espesado. La noche trajo consigo un autntico diluvio, y cuandollegaron a la granja de Aeddan, Taran estaba ms empapado y se senta ms miserableque en ningn otro momento de su vida.

    La morada en la que les hizo entrar Aeddan no era ms que una choza de caizo ybarro, pero Taran se sorprendi ante lo cmoda que resultaba y la sencilla belleza delmobiliario. Sus aventuras anteriores jams le haban dado ocasin de compartir lahospitalidad de los granjeros ce Prydain, y Taran mir a su alrededor con ojos tan llenosde asombro como los de un forastero que acaba de llegar a una tierra desconocida. Ahorapoda observar ms de cerca el curtido rostro de Aeddan, y vio que sus rasgos estabanimpregnados de una noble honradez y que eran tan afables como bondadosos. El

    granjero le obsequi con una clida sonrisa y Taran olvid por un momento el dolor cesus heridas para devolvrsela, pues tena la sensacin de que el destino le haba hechotropezar con un amigo.

    La esposa del granjero una mujer alta y endurecida por el trabajo, con el rostro tanlleno de arrugas como el de su marido se llev las manos a la cabeza apenas vio aGurgi, quien haba acumulado toda una manta ce ramitas y agujas de pino en sugoteante y enredada cabellera, y la sangre que manchaba el rostro de Taran le hizolanzar un grito ce alarma. Aeddan le explic lo ocurrido y Alarca, su esposa, abri uncofre de madera y sac de l un resistente chaquetn de tela gruesa desgastado por eluso pero amorosamente remendado, que Taran acept con gratitud para cambiarlo porsus empapadas ropas.

    Alarca empez a preparar una pocin de hierbas curativas mientras Aeddan esparca elcontenido de su saco sobre la mesa: hogazas ce pan, queso y unas cuantas frutas secas.

    Lamento no poderos ofrecer muchas comodidades dijo. Mi tierra produce poco,por lo que trabajo una parte del da en los campos de mis vecinos para ganarme lo que nopuedo cultivar.

    Pero... dijo Taran, entristecido al enterarse de la penosa situacin de Aeddan.Yo haba odo contar que en los Cantrevs del Valle haba tierras muy frtiles.

    Cierto, las haba replic Aeddan riendo con cierta amargura. Pero eso era en lapoca de mis antepasados, no en la ma. Los Cantrevs de la Colina eran famosos por susovejas de abundantes vellones, y los Cantrevs del Valle de Ystrad eran conocidos en toda

    Prydain por dar la mejor cebada y el mejor mijo, y Cantrev Cadiffor por las pesadasgavillas de trigo tan amarillas como el sol. Ah, s, aquellos tiempos debieron de ser unaautntica edad de oro para todo Prydain... sigui diciendo Aeddan, cortando el pan y elqueso en porciones y entregndoles un par a Taran y Gurgi. El padre de mi padrecontaba una historia, que ya era vieja cuando se la contaron a l, en la que se hablaba dearados que abran los surcos por s solos y de guadaas que recogan la cosecha sinnecesidad de ser tocadas por la mano del hombre.

    Yo tambin he odo contar la historia de que hablas dijo Taran. Pero Arawn, elSeor de la Muerte, rob esos tesoros y ahora estn ocultos en Annuvin, all donde nadiepuede llegar hasta ellos para utilizarlos.

    El granjero asinti con la cabeza.

    La mano de Arawn se ha cerrado sobre el cuello de Prydain y lo despoja ce su vida.Su sombra hace enfermar la tierra. Nuestra labor se vuelve ms dura a cada da quepasa, y nuestra ignorancia hace que resulte an ms penosa. As que Arawn rob esas

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    herramientas encantadas, eh? Pero por aquel entonces haba muchos secretos parahacer que la tierra diese cosechas abundantes, y el Seor de Annuvin tambin nos losarrebat.

    Perd la cosecha del ao pasado, y tambin he perdido la de ste sigui diciendoAeddan, y Taran le escuch compartiendo sinceramente su preocupacin. Mi graneroest vaco, y cuanto ms trabajo para los dems menos tiempo tengo para ocuparme de

    mis campos. Pero aunque tuviera tiempo para ellos... S muy poco. Lo que ms necesitoest guardado para toda la eternidad en el cofre de los tesoros de Annuvin.Las cosechas no se perdieron porque supieras demasiado poco o no estuvieras

    dispuesto a trabajar dijo Alarca poniendo una mano sobre el nudoso hombro de sumarido. El buey que tiraba del arado y la vaca enfermaron antes de la primera siembray murieron. Y en la segunda... Su voz se convirti en un murmullo. En la segunda nopudimos contar con la ayuda de Amren.

    Los ojos de la mujer se haban nublado, y Taran le lanz una mirada interrogativa.Amren, nuestro hijo dijo ella. Tena tu misma edad, y ahora llevas puesto su

    chaquetn. l ya no lo necesita. El invierno y el verano son iguales para l. Duerme bajoun tmulo funerario rodeado de otros guerreros que cayeron en la batalla. S, ha muerto

    aadi la mujer. Parti con los que fueron a luchar contra los incursores quedeseaban robarnos todo cuanto poseamos.

    Comparto vuestra pena dijo Taran y, para consolarla, aadi: Pero muri conhonor. Vuestro hijo es un hroe...

    Mi hijo est muerto replic secamente la mujer. Los incursores luchaban porquese moran de hambre; nosotros luchbamos porque apenas si tenamos un mendrugoms que ellos. Y al final todos tuvieron menos que cuando empezaron a luchar. Laslabores del campo son demasiado pesadas para un solo par de manos e incluso para dos.Los secretos robados por Arawn, el Seor de la Muerte, podran sernos muy tiles pero...no podemos recobrarlos.

    No importa dijo Aeddan, Este ao recoger una buena cosecha incluso sin lossecretos para ayudarme. He dejado en barbecho todos mis campos salvo uno, pero heinvertido todos mis esfuerzos en l. Mir a Taran y en sus ojos arda la llama delorgullo. Cuando mi esposa y yo no pudimos seguir tirando del arado abr surcos en latierra con mis propias manos y fui sembrando la semilla grano por grano. El granjero seri. S, y arranqu las malas hierbas hoja por hoja tan delicadamente como una abuelaque cuida su pedazo de huerto favorito... La cosecha ser buena. Tiene que serlo aadi frunciendo el ceo. Nuestras mismas vidas dependen de ello.

    La conversacin lleg a su fin y cuando hubieron terminado con la parca cena Taran sealegr de poder estirar sus doloridos huesos junto al hogar mientras Gurgi se enroscaba asu lado. El cansancio venci incluso a la desesperacin de haber perdido a Melynlas, y el

    golpeteo de las gotas de lluvia que caan sobre el caizo y el siseo de las ascuasagonizantes hicieron que Taran no tardara en quedarse dormido.Los compaeros despertaron antes de la primera luz del amanecer, pero Taran

    descubri que Aeddan ya se haba levantado para trabajar en su campo. Haba dejado dellover y la tierra estaba fresca y hmeda a causa del aguacero. Taran se arrodill y cogiun puado de tierra con los dedos. Aeddan haba dicho la verdad. El suelo haba sidoarado y limpiado con el mayor cuidado imaginable, y mientras observaba al granjeroTaran sinti un creciente respeto y admiracin hacia l. Aquella granja poda darcosechas magnficas, y Taran se qued inmvil durante unos momentos con los ojosclavados en los campos que Aeddan haba dejado en barbecho, contemplando todaaquella tierra donde no crecera nada por falta de manos que la trabajaran. Lanz un

    suspiro y apart rpidamente la mirada de los campos mientras su mente volva acentrarse en Melynlas.

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    Taran no tena ni idea ce cmo poda recuperar al corcel de las crines de plata, perohaba tomado la decisin de seguir camino hasta la fortaleza del seor Goryon, el lugardonde Aeddan opinaba que los guerreros habran llevado al animal. La preocupacin quele inspiraba el destino de su amada montura era mayor que nunca, pero Taran trabajtoda la maana junto a Aeddan. La pareja ce granjeros apenas haba tomado unasmigajas de la cena, y Taran no vea ninguna otra forma de devolverles el favor que les

    haban hecho. Pero cuando lleg el medioda decidi que no poda correr el riesgo deperder ms tiempo y se dispuso a marcharse de la granja.Alarca estaba inmvil en la puerta de la choza. La mujer no le haba hecho ninguna

    pregunta y, al igual que su esposo, se haba conformado con lo poco que Taran habaquerido revelarles sobre su empresa, pero ahora habl.

    Sigues decidido a continuar por el camino que has escogido? Has dado la espaldaa tu hogar y a tu familia? Qu corazn de madre echa de menos a su hijo como yo echode menos al mo?

    Ay, ninguno que yo conozca respondi Taran, doblando el jubn de Amren ycolocndolo delicadamente en sus manos. Y ninguno que me conozca a m.

    Sabes cmo trabajar la tierra y cuidar de una granja dijo Aeddan. Si andas

    buscando un lugar donde seas bienvenido, ya lo has encontrado.No s quin puede llegar a darme la bienvenida en el futuro, pero ojal lo haga tan

    de corazn como vosotros replic Taran, y tanto l como Gurgi lamentaron despedirsedel matrimonio de granjeros.

    3 - Goryon y Gast

    Aeddan les haba indicado el camino ms corto para llegar a la fortaleza del seorGoryon, y los dos viajeros pudieron divisarla hacia mediados de la tarde. Taran se diocuenta de que no era un autntico castillo, sino un numeroso conjunto de edificiospegados los unos a los otros y rodeados por una barricada de estacas sujetas con lianasy recubiertas por una dura capa de tierra apisonada. La puerta, hecha con gruesosmaderos, estaba abierta y haba un considerable ir y venir de jinetes, guerreros a pie ypastores que regresaban con sus vacas de los pastos donde haban pasado el da.

    Gurgi estaba muy nervioso y asustado, pero Taran sigui adelante intentando que surostro pareciera lo ms tranquilo y seguro de s mismo posible, y el gento que circulabapor la puerta permiti que los dos lograran entrar en la fortaleza sin ser vistos y sin quenadie les preguntara qu les haba trado hasta all. Taran encontr los establos sinninguna dificultad. Eran ms espaciosos y estaban ms limpios y mejor conservados queel resto de los edificios, y Taran fue rpidamente hacia un joven que estaba removiendo elheno con una horquilla.

    Escucha, amigo dijo con voz firme, sabes si han trado aqu un corcel gris quefue capturado por los guerreros del seor Goryon? Dicen que es una montura magnfica yque se ven muy pocas como ella.

    Un corcel gris? exclam el mozo de establo. Ms bien parece un dragn gris!Ese animal casi logr derribar a coces su aprisco y me propin un mordisco que noolvidar en mucho tiempo. El seor Goryon tendr algunos huesos rotos antes de queacabe el da.

    Cmo es eso? se apresur a preguntarle Taran. Qu ha hecho con elcaballo?

    Di ms bien lo que el caballo ha hecho con l! respondi el muchachosonriendo. Ya debe de haberle arrojado al suelo una docena de veces! Ni el mismsimo

    encargado de los establos consigui mantenerse sentado ms de un momento sobre lagrupa de ese diablo, pero Goryon sigue intentando montarlo. Le llaman Goryon elValeroso, sabes? dijo el muchacho con una risita. Se tap la boca con una mano y

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    aadi: Claro que si quieres saber mi opinin, creo que la tarea le resulta bastantedesagradable, pero sus hombres siguen animndole a que lo intente y Goryon estdecidido a quebrar el orgullo de ese animal aunque antes tenga que quebrarle la espalda.

    Amo, amo murmur Gurgi con voz aterrada, corramos en busca del rey Smoitpara que nos ayude!

    El rostro de Taran haba palidecido al or las palabras del muchacho. Caer Cadarn

    estaba demasiado lejos y la ayuda de Smoit llegara demasiado tarde.Dnde est ese caballo? pregunt intentando ocultar su preocupacin. Creoque debe de ser un espectculo digno de verse.

    El mozo de establo seal con su horquilla hacia un edificio bastante largo y de pocaaltura.

    En el campo de adiestramiento que hay detrs del Gran Saln. Pero ten cuidado aadi frotndose el hombro. Mantente lo ms alejado posible de l o esa malditabestia te tratar todava peor de lo que me trat a m.

    Taran fue hacia all sin perder ni un momento y apenas haba dejado atrs el GranSaln pudo or gritos y los furiosos relinchos de Melynlas. Apret el paso hasta convertirloen una carrera. Ante l se extenda un pedazo de tierra desprovista de hierba y batida por

    los cascos de los caballos. Vio a varios guerreros movindose en crculos alrededor delcorcel gris, que se encabritaba, daba coces y giraba sobre s mismo alzando los cascospor el aire. Un instante despus la corpulenta silueta montada sobre Melynlas salidespedida de la grupa y el seor Goryon se precipit al suelo agitando frenticamente losbrazos y las piernas, para quedarse tan inmvil como si fuese un saco lleno de plomo.

    Melynlas galop desesperadamente intentando escapar del crculo de guerreros que lerodeaba, y uno de ellos se apresur a extender la mano hacia las riendas del caballo.Taran olvid toda cautela, lanz un grito y corri hacia su corcel. Logr agarrar la riendaantes de que el sorprendido guerrero pudiera pensar en sacar su espada de la vaina yrode el cuello de Melynlas con ambos brazos mientras el caballo le saludaba piafandoalegremente. El resto de los espectadores corrieron hacia Taran mientras ste intentabamontar y subir a Gurgi a la grupa detrs de l. Una mano le agarr por el jubn. Taran sedebati tratando de liberarse y apoy la espalda en el flanco de Melynlas. El seor Goryonhaba logrado incorporarse y se abri paso por entre los guerreros.

    Insolencia e impudicia! rugi Goryon.Su negra barba salpicada de canas estaba tan erizada como las pas de un

    puercoespn enfurecido. Taran vio que su tosco rostro estaba cubierto de manchaspurpreas y pens que podan ser resultado de los golpes, la falta de aliento o la ira, oquiz de las tres cosas a la vez.

    As que este bribonzuelo osa poner sus manos sobre mi caballo, eh? Llevoslo!Dadle la paliza que merece este insulto!

    No he hecho ms que reclamar mi montura exclam Taran. Melynlas, hijo deMelyngar...Un hombre alto y flaco que llevaba un brazo en cabestrillo y que Taran supuso que

    deba de ser el encargado de los establos estaba mirndole fijamente.Hijo de Melyngar, el corcel de guerra del prncipe Gwydion? Ests hablando de un

    linaje muy noble. Cmo lo sabes?Lo s tan bien como s que Melynlas me fue robado por la fuerza declar Taran,

    Ocurri cerca de la granja de Aeddan, en las fronteras de vuestro cantrev, y los ladronestambin despojaron a mi camarada de su pony.

    Intent explicar quin era y el propsito de su viaje, pero el seor del cantrev no leprest ninguna atencin y le interrumpi con voz enfurecida.

    Qu insolencia! exclam Goryon, y su barba pareci erizarse todava ms queantes. Cmo osas insultarme con ese amasijo de mentiras que sale de tu boca de

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    porquerizo? Mi grupo de vigilantes fronterizos consigui estas monturas con muchasdificultades, y casi al precio de sus vidas.

    Falt muy poco para que el precio fuera nuestras vicias replic Taran mientras susojos recorran velozmente el crculo de caras que le rodeaba. Dnde estn los jinetes?Os ruego que les llamis para que confirmen cuanto os he contado.

    Ms insolencia! dijo secamente el seor del cantrev. Mis jinetes recorren las

    fronteras tal y como se les ha ordenado. Acaso pretendes decirme que tengo a miservicio un montn de ladrones y gandules que no saben cumplir con su deber?Y no cabe duda de que os han prestado un gran servicio dijo uno de los guerreros

    volvindose hacia Goryon, Son unos autnticos hroes. Supieron plantar cara a nadamenos que seis gigantes y...

    Gigantes? repiti Taran, que apenas crea lo que estaba oyendo.S, gigantes! grit Goryon. Ah, Prydain tardar mucho tiempo en olvidar lo que

    ocurri cuando los bravos jinetes de Goryon el Valeroso fueron atacados por enemigosque les superaban en nmero. Dos contra uno! Gigantes? Peor an, pues uno de ellosera un monstruo terrible con garras y colmillos muy afilados! Otro blanda un tronco deroble en su puo y lo haca girar a su alrededor como si fuese una ramita. Pero los jinetes

    de Goryon lograron vencerles a todos en gloriosa y noble batalla!Y el corcel tambin estaba embrujado aadi otro de los hombres de Goryon, y

    luch con tanta ferocidad como los gigantes. Ese animal es un asesino nato y pelea con elsalvajismo de un lobo hambriento.

    Pero Goryon el Valeroso domar a la bestia aadi otro hombre volvindose haciael seor del cantrev. Volveris a montar en ella, verdad, Goryon?

    Eh? exclam Goryon. Sus rasgos se contorsionaron en una mueca de miedo ypreocupacin. Cierto, cierto, lo har gru, y la ira volvi a apoderarse de l.Acaso crees que no soy capaz de ello? Si lo crees ests insultando mi honor.

    Taran se qued inmvil rodeado por aquel endurecido grupo de guerreros y empez apensar que no lograra dar con ningn medio de convencer al quisquilloso e irascibleseor del cantrev, y durante un momento incluso pens en desenvainar la espada y salirde all luchando. Pero otro vistazo a los rostros adustos de los hombres que le rodeabanle disuadi de ello e hizo que se sintiera an ms abatido.

    Mi seor, os juro que no miento dijo Taran con voz firme. No haba gigantes.Slo mi compaero y yo mismo, y un granjero que luch junto a nosotros.

    Que no haba gigantes? grit Goryon, Ah, ms insultos! Pate el suelo comosi ste acabara de ofenderle con alguna impertinencia. Acaso llamas mentirosos a mishombres? Te advierto que es como si me lo llamaras a m!

    Mi seor... empez a decir Taran, pero no complet la frase.Hizo una gran reverencia, pues estaba empezando a comprender que el delicado

    sentido del honor de Goryon jams permitira que el seor del cantrev creyera un relatotan prosaico como el de un robo de caballos; y Taran se dio cuenta de que hasta losmiembros del grupo que les haba asaltado consideraran mucho ms honroso vencer agigantes que robar a un Ayudante de Porquerizo y su acompaante.

    No llamo mentiroso a nadie y vuestros hombres han dicho la verdad. Y aadi:La verdad tal y como la vieron ellos, naturalmente...

    Insolencia! grit Goryon. Vieron la verdad tal y como fue! Haba gigantes,monstruos y robles arrancados de cuajo. Mis hombres fueron esplndidamenterecompensados por su valor, pero t recibirs una paliza por tu impudicia!

    Mi seor, permitidme que os explique lo que creo que sucedi sigui diciendoTaran, escogiendo sus palabras con el mximo cuidado, pues hasta el momento slo

    haba conseguido que Goryon se tomara lo que deca como un insulto o una ofensa. Elsol estaba ocultndose y nuestras sombras hicieron que pareciramos dos veces ms

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    numerosos de lo que realmente ramos. La verdad es que vuestros hombres vieron eldoble de enemigos de los que haba en realidad.

    En cuanto a los gigantes... se apresur a aadir antes de que el seor del cantrevpudiera protestar ante aquella nueva impertinencia. Bueno, las largas sombras delcrepsculo nos proporcionaron tal estatura que cualquier hombre habra podidoconfundirse en cuanto a nuestro autntico tamao.

    Y el garrote hecho con un tronco de roble... empez a decir Goryon.El granjero llevaba consigo un cayado de roble muy grueso dijo Taran. Su brazoera robusto y sus golpes veloces, como tuvieron ocasin de comprobar dos de vuestroshombres. Golpeaba con tanta fuerza que no me asombra que sintieran como si un rbolhubiera cado encima de ellos.

    El seor Goryon guard silencio durante un momento, pero se chup un diente y sefrot la hirsuta barba con una mano.

    Y qu hay del monstruo? Esa criatura temible y feroz que mis hombres vieron consus propios ojos...

    El monstruo se encuentra delante de vos respondi Taran sealando a Gurgi.Lleva mucho tiempo siendo mi compaero, y puedo aseguraros que es amable y

    bondadoso, pero tambin s que cuando se le provoca puede llegar a ser el peor de losenemigos.

    l es Gurgi! S, s! grit Gurgi. Osado, listo y feroz para defender a subondadoso amo!

    Ense los dientes, agit sus peludos brazos y dej escapar un alarido tan horrsonoque Goryon y sus hombres retrocedieron un par de pasos.

    El rostro del seor del cantrev haba empezado a fruncirse con las arrugas indicadorasde la ms profunda perplejidad. Goryon cambi el peso de su cuerpo de un pie al otro ymir fijamente a Taran.

    Sombras! gru. Pretendes arrojar sombras de sospecha sobre la bravura deaquellos que me sirven. Otro insulto...

    Si vuestros guerreros crean haber visto lo que afirmaron ver y aun as lucharoncontra ello no me parece que eso disminuya su valor dijo Taran. De hecho aadien voz baja, creo que su valor es tan considerable como su respeto a la verdad.

    Todo esto no son ms que palabras le interrumpi el encargado de los establos.Mustrame algunos hechos. No existe ninguna criatura de cuatro patas que yo seaincapaz de montar..., salvo sta. Y bien, bribonzuelo, te atreves a montar en ella?

    Por toda respuesta Taran subi de un salto a la silla. Melynlas dej escapar un breverelincho, ara el suelo con los cascos y se qued inmvil. El seor Goryon estaba tanasombrado que falt poco para que se atragantara, y el encargado de los establospareca no poder creer lo que vean sus ojos. Un murmullo sorprendido brot de los

    hombres de Goryon, pero un instante despus Taran oy una ronca carcajada.Vaya, Goryon! grit uno de los hombres. Un bribonzuelo monta un caballo queun seor de cantrev ha sido incapaz de domar, y parece dispuesto a llevarse tanto tucaballo como tu honor!

    Taran crea haber visto un fugaz alivio en los maltrechos rasgos de Goryon, como si laperspectiva de no tener que montar nuevamente en Melynlas no le resultara del tododesagradable, pero en cuanto oy las palabras de aquel guerrero los rasgos de Goryonempezaron a oscurecerse a causa de la ira.

    Nada de eso! se apresur a gritar Taran recorriendo con los ojos el crculo dehombres. Acaso os gustara ver a vuestro seor montando el jamelgo de unporquerizo? Creis que eso resulta adecuado a su noble posicin? Se volvi hacia

    Goryon, pues acababa de tener una idea tan atrevida como arriesgada, Y aun as, miseor, si estuvierais dispuesto a aceptarlo como regalo.., Cmo? grit Goryon contoda la fuerza de sus pulmones mientras su rostro se pona lvido de rabia. Insultos!

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    Impertinencia! Insolencia! Cmo osas...? No acepto regalos de porquerizos! Ytampoco pienso rebajarme montando nuevamente en esa bestia... Alz un brazo.Fuera de aqu! Sal de mi vista... Y llvate a tu jamelgo, tu monstruo y su pony contigo!

    Goryon cerr las mandbulas con un chasquido claramente audible y no dijo nada ms.Un mozo se encarg ce sacar el pony de Gurgi del establo y los dos compaeroscruzaron la puerta de la fortaleza sin ser molestados bajo las miradas del seor del

    cantrev y sus hombres.Taran hizo que Melynlas avanzara al paso y mantuvo la cabeza alta en la postura msorgullosa de que fue capaz. Pero en cuanto estuvieron lo bastante lejos de la fortalezapara no ser vistos, los dos compaeros hincaron los talones en los flancos de susmonturas y galoparon como si en ello les fuera la vida.

    Oh, sabidura que recupera caballos del orgulloso seor! exclam Gurgi cuandoestuvieron lo bastante lejos para poder considerarse a salvo de cualquier cambio deparecer por parte de Goryon. Ni tan siquiera Gurgi podra haber sido tan listo. Oh,Gurgi deseara ser tan sabio como su bondadoso amo, pero su pobre y tierna cabeza noes capaz de tan hbiles pensamientos!

    Mi sabidura? Taran se ri. A duras penas bast para compensar la estupidezque me hizo perder a Melynlas.

    Observ el valle con expresin preocupada. Estaba anocheciendo y haba albergado laesperanza de encontrar alguna granja donde pudieran cobijarse, pues el encuentro con elgrupo de hombres de Goryon haca que no tuviera ningn deseo de averiguar qu otrospeligros podan estar acechando por las colinas. Pero su examen del valle no le revelninguna casita ni choza, por lo que decidi seguir avanzando a travs de la penumbrapurprea.

    No tardaron en ver luces en un claro delante de ellos y Taran tir de las riendas deMelynlas, deteniendo a su montura cerca de una fortaleza muy parecida a la ce Goryon,pero aqu haba antorchas ardiendo en cada esquina de la empalizada, en soportes queflanqueaban la puerta e incluso sobre el tejado del Gran Saln, como si dentro de ste seestuviese celebrando algn banquete.

    Nos atreveremos a detenernos aqu? dijo Taran. Si este seor de cantrev nostrata con la misma cortesa que Goryon dormiramos mejor en el nido de un gwythaint...

    Aun as la esperanza de un lecho cmodo y el brillo invitador de las antorchas hacanque su cansancio fuera an ms pesado y difcil de soportar. Taran vacil unos momentosy acab dirigiendo a Melynlas hacia la puerta.

    Taran alz la cabeza hacia los hombres de la atalaya y les explic que eran viajerosconocidos del rey Smoit y que iban a Caer Cadarn, y sinti un gran alivio cuando la puertagir sobre sus goznes con un crujido y los centinelas les hicieron seas de que entraran.

    El mayordomo de la fortaleza fue avisado y se encarg de llevar a Taran y a Gurgi hastael Gran Saln.Pedid hospitalidad a mi seor Gast les dijo el mayordomo, y l os conceder

    aquello que le parezca justo y conveniente.Mientras segua al mayordomo Taran haba estado pensando en una comida caliente y

    un lecho cmodo, lo que haba mejorado considerablemente su estado de nimo. DelSaln llegaban voces, risas y las alegres notas de un arpa. Taran cruz el umbral y viomesas atestadas de comensales a cada lado de una estancia de techo no muy alto. Alotro extremo de la estancia estaba sentado un noble ricamente vestido flanqueado porsus hombres y sus damas. Taran vio que sostena un cuerno de bebida en una mano y lamayor parte de una pata de venado en la otra.

    Taran y Gurgi hicieron una gran reverencia. Antes de que hubieran podido acercarsems, el arpista, que estaba de pie en el centro del Saln, se dio la vuelta, lanz un grito desorpresa y fue corriendo hacia ellos. El arpista cogi la mano de Taran y empez a

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    sacudirla con tanto entusiasmo que falt poco para que se la separase del brazo, y Taranse encontr contemplando la larga y puntiaguda nariz y la revuelta cabellera amarilla desu viejo compaero Fflewddur Fflam. El asombro y la alegra que sinti eran tan grandesque no supo qu decir, y se limit a observarle parpadeando en silencio.

    Bien hallados los dos! exclam el bardo llevndolos hacia la mesa del noble. Oshe echado de menos desde que nos separamos. No os quedasteis en Caer Dallben?

    Cuando zarpamos de Mona estaba realmente decidido a abandonar mi vida errante einstalarme para siempre en mi reino se apresur a explicar Fflewddur. Pero me dije:Fflewddur, viejo amigo, la primavera slo llega una vez al ao. Y aqu est. Y aquestoy. Pero y vosotros? Primero comida y bebida y luego me contaris qu ha sido devuestras vidas desde que nos separamos.

    Fflewddur haba llevado a los compaeros hasta la mesa del seor Gast y Taran vio aun corpulento guerrero con una barba de color lino embarrado. Su cuello estaba adornadopor un hermoso collar; los anillos brillaban alrededor de unos dedos lo bastante robustospara cascar nueces y sus brazos estaban rodeados por bandas de plata batida. Losadornos del seor del cantrev eran caros y estaban muy bien confeccionados, pero Taranvio que mostraban las manchas y salpicaduras no slo de este banquete, sino de muchos

    ms celebrados en el pasado.El bardo se volvi hacia el seor Gast y proclam los nombres de los dos compaeros

    acompandolos con un arpegio de su instrumento.Tenis ante vos a quienes arrebataron el Caldero Negro de las garras de Arawn de

    Annuvin y lucharon junto a Gwydion, prncipe de Don. Que vuestra hospitalidad est a laaltura de su valor.

    As ser! grit Gast con voz de trueno. Ningn viajero se ha quejado jams dela hospitalidad de Gast el Generoso!

    Hizo sitio para los compaeros en su mesa, apart con un barrido del brazo loscuencos y platos vacos que tena delante y empez a dar palmadas llamando a gritos almayordomo. En cuanto ste se hubo presentado el seor Gast le orden que trajera talsurtido de viandas y bebidas que Taran fue incapaz de imaginarse a s mismoconsumiendo aunque slo fuese la mitad. Gurgi, que estaba hambriento como siempre,chasque los labios en alegre anticipacin.

    Apenas el mayordomo hubo abandonado el Saln el seor Gast empez a narrar unahistoria que Taran encontr bastante difcil de seguir y cuyo tema central pareca ser laabundancia y lo escogido de sus viandas y la generosidad con que trataba a los viajeros.Taran escuch cortsmente todo el discurso, sorprendido y encantado ante la buenasuerte que les haba llevado hasta la fortaleza de Gast. La presencia de Fflewddur hacaque se sintiera ms cmodo de lo que habra estado en otras circunstancias, y acabreuniendo el valor suficiente para narrar su encuentro con el seor Goryon.

    Goryon! buf Gast. Pesado arrogante! Tosco bribn! Fanfarrn ypresuntuoso! Y de qu puede alardear? Cogi un cuerno para beber. Ves esto? exclam. El nombre de Gast tallado en l con las letras recubiertas de oro! Fjate enesta copa! Observa este cuenco! Son los utensilios que adornan mi mesa de cada da.En mi almacn los hay mucho ms hermosos y delicados. Ya los vers. Goryon! Bah, lslo entiende de carne de caballo, y a duras penas!

    Mientras tanto Fflewddur se haba llevado el arpa al hombro y sus dedos empezaron apulsar las cuerdas creando una meloda.

    Es una cosita insignificante que he compuesto yo mismo explic. Aunque debodecir que ha sido aplaudida y alabada por miles de...

    Las palabras apenas haban surgido de sus labios, cuando el arpa se dobl sobre s

    misma como un arco demasiado tenso y una cuerda se parti en dos con un fuertechasquido.

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    Condenado instrumento! murmur el bardo. Es que nunca me dejar gozar deun momento de paz? Juro que cada da est peor. Basta con que aada la ms levepincelada de color a los hechos para que eso me cueste una cuerda. S, como tenaintencin de decir, conozco a media docena de personas que consideraron la cancin...,eh... bueno, opinaron que no estaba mal del todo.

    Fflewddur hizo un nudo en la cuerda rota con la destreza fruto de una larga y triste

    prctica.Taran haba estado recorriendo con la mirada el interior del Saln y se sorprendi al verque los platos y los cuernos para beber de los comensales estaban casi vacos y, dehecho, no daban seal alguna de haber estado llenos en ningn momento. Su perplejidadaument cuando el mayordomo volvi con una bandeja cargada de comida que colocdelante del seor Gast, quien apoy un codo a cada lado de ella.

    Comed hasta saciaros dijo Gast volvindose hacia Taran y Gurgi mientrasempujaba hacia ellos un trocito de pan untado con salsa y se quedaba todo el resto de labandeja para l. Gast el Generoso siempre da a manos llenas! S, admito que es undefecto lamentable que quiz acabe convirtindome en un mendigo, pero mi naturalezame ordena ser magnnimo con todos mis bienes. Es un impulso que no puedo resistir!

    Generoso? murmur Taran volvindose hacia Fflewddur mientras Gurgi, queacababa de engullir su magra racin, miraba abatido a su alrededor buscando algo msque llevarse a la boca. Tengo la impresin de que comparado con l un avaro pareceraun autntico derrochador.

    Y as transcurri la cena, con Gast apremiando continuamente a los compaeros a quese atiborrasen pero sin ofrecerles ms que unos trocitos de carne correosa de la bandejallena de comida. Los compaeros tuvieron que conformarse con disponer de los escasosrestos dejados por Gast cuando ste hubo tragado todo lo que daba de s su estmago.Su cabeza empez a inclinarse debido a la somnolencia y la barba se le meti en elcuerno para beber. Los tres compaeros acabaron abandonando el Saln bastanteabatidos y con los vientres vacos y lograron llegar hasta una habitacin muy malamueblada, pero lo incmodo del alojamiento no impidi que durmieran como troncos.

    Por la maana Taran estaba impaciente por reanudar el viaje hacia Caer Cadarn.Fflewddur accedi a ir con ellos, pero el seor Gast dijo que no les permitira marcharhasta que los compaeros se hubiesen maravillado ante sus almacenes. El seor delcantrev abri cofres repletos de copas, adornos, armas, arreos y muchas cosas ms queTaran juzg que deban de ser de gran valor, pero todo estaba guardado en un desordentan absoluto que apenas si se poda distinguir una cosa de la otra. Los ojos de Taranacabaron posndose en un cuenco para beber vino de formas tan elegantes comohermosas, el ms bello que haba visto en toda su existencia. Por desgracia no tuvomucha ocasin de admirarlo, pues el seor del cantrev se apresur a poner en sus manos

    una brida muy adornada y la sustituy con idntica rapidez por un par de estribos sobrelos que derram un nuevo y entusistico torrente de alabanzas.Ese cuenco para beber vino vale lo que todo lo dems junto murmur Fflewddur

    mirando a Taran mientras el seor Gast guiaba a los tres compaeros de los almacenes aun espacioso aprisco para vacas situado junto a la barricada. He reconocido la mano deAnnlaw el Moldeador de la Arcilla, un maestro entre los artesanos y el alfarero ms dotadode todo Prydain. Juro que su torno est encantado! Pobre Gast! aadi Fflewddur,Se considera rico, y apenas tiene idea de lo que posee!

    Pero cmo ha conseguido tales tesoros? pregunt Taran.Bueno, en cuanto a eso... Creo que es mejor no hacerle preguntas al respecto

    murmur Fflewddur acompaando sus palabras con una sonrisa. Es muy probable que

    los haya conseguido mediante el mismo sistema que us Goryon para apoderarse ce tucaballo.

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    Y sta exclam el seor del cantrev, detenindose junto a una vaca negra quepastaba tranquilamente, rodeada por el resto del rebao, sta es Cornillo, la vaca mshermosa de todo Prydain!

    Taran no tuvo ms remedio que estar de acuerdo con las palabras del seor delcantrev, pues Cornillo brillaba como si acabaran de frotarle el pelaje y sus cortos cuernoscurvados centelleaban reflejando los rayos del sol.

    El seor Gast acarici orgullosamente los lustrosos flancos del animal.Pacfica como una oveja! Fuerte como un buey! Veloz como un caballo y tan sabiacomo una lechuza! sigui diciendo Gast.

    Cornillo continu masticando tranquilamente los tallos de hierba mientras volva susojos cargados de paciencia hacia Taran, como si albergara la esperanza de que ste no latomara por nada que no fuese una vaca.

    Cornillo sabe guiar mi rebao mejor de lo que podra hacerlo cualquier pastor declar el seor Gast. Si es necesario puede tirar de un arado o hacer girar la piedra deun molino harinero. Siempre da a luz gemelos! Y en cuanto a la leche... No la hay mssabrosa que la suya! Nata pura hasta la ltima gota! Es tan espesa y rica que lasmuchachas de la vaquera apenas si pueden removerla!

    Cornillo dej escapar el aire en lo que casi era un suspiro, movi el rabo y siguipastando. El seor Gast llev a los compaeros hasta el cobertizo donde guardaba susgallinas y de all a la cetrera. La maana ya estaba bastante avanzada y Taran habaempezado a pensar que jams conseguiran abandonar la fortaleza, cuando Gast ordenque prepararan sus monturas.

    Taran vio que Fflewddur segua montando a Llyan, la enorme gata de pelaje doradoque haba salvado las vidas de los compaeros en la Isla de Mona.

    S, decid quedrmela... o, mejor dicho, fue ella quien decidi quedarse conmigo explic el bardo. Llyan, que haba reconocido a Taran, fue hacia l y empez a frotarle elhombro con la cabeza. Adora el arpa ms que nunca sigui diciendo Fflewddur.Nunca se cansa de orla.

    Apenas hubo pronunciado aquellas palabras Llyan movi sus enormes bigotes y girsobre s misma para empujar insistentemente al bardo con la cabeza, por lo queFflewddur no tuvo ms remedio que descolgar el instrumento de su hombro y pulsar unoscuantos acordes mientras Llyan le observaba con devocin, entre parpadeo y parpadeode sus inmensos ojos amarillos, ronroneando estrepitosamente.

    Adis dijo el seor del cantrev cuando los compaeros hubieron montado.Volved a la fortaleza de Gast el Generoso siempre que deseis ser recibidos con la msclida de las bienvenidas!

    Esa clase de generosidad podra acabar matndonos de hambre observ Taranriendo mientras reemprendan la marcha en direccin este, Gast se considera

    magnnimo de la misma forma que Goryon se cree valeroso; y por lo que yo puedo juzgarninguno de los dos es lo que opina. Y aun as aadi, parece que ambos viven felicesy muy satisfechos de s mismos. Me pregunto si realmente un hombre no acabar siendolo que ve en s mismo...

    Slo si lo que ve es cierto respondi Fflewddur. Si la diferencia existente entrelos hechos y sus opiniones es demasiado grande, entonces... Ah, entonces, amigo mo,yo dira que ese hombre tiene tan poca sustancia como los gigantes de Goryon!

    Pero no les juzgues con demasiada dureza sigui diciendo Fflewddur. Todosestos nobles de los cantrev se parecen mucho los unos a los otros. Pasan con granfacilidad de pinchar como puercoespines a ser tan amistosos y juguetones comocachorritos. Todos guardan celosamente sus posesiones, pero si se es su capricho

    pueden mostrarse increblemente generosos. En cuanto al valor... Bueno, no son unoscobardes. La muerte cabalga junto a ellos sobre su silla de montar sin que les importe, yles he visto entregar su vida alegremente en una batalla para salvar a un camarada. Al

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    mismo tiempo aadi, las experiencias de mis viajes me han enseado que cuantoms lejano est el hecho, ms grande y asombroso se va volviendo, y la batalla msgloriosa siempre es la que tuvo lugar hace ms tiempo. No debe sorprenderte que hayatantos hroes y que sea tan fcil tropezar con ellos.

    Ah, si tuvieran arpas como la ma... dijo Fflewddur contemplando cautelosamente suinstrumento. Te aseguro que todas las fortalezas de Prydain resonaran con el

    estruendo de las cuerdas al partirse!

    4 - Un asunto de vacas

    Los compaeros divisaron el estandarte carmes de la Casa de Smoit a ltima hora deaquella tarde. El emblema del oso negro flotaba orgullosamente sobre las torres de CaerCadarn. A diferencia de las fortalezas rodeadas por barricadas de los seores de loscantrev el castillo de Smoit tena muros de piedra tallada y puertas recubiertas de hierro lobastante gruesas para rechazar cualquier ataque. Las seales de las piedras y losaraazos visibles en la puerta revelaron a Taran que el castillo haba resistido unoscuantos asaltos, pero las puertas se abrieron rpidamente para acoger a los tres viajeros

    y una guardia de honor compuesta por lanceros se apresur a escoltarles.El rey de la barba pelirroja estaba sentado a la mesa en su Gran Saln, y a juzgar por

    el despliegue de platos, bandejas y cuernos para beber tanto llenos como vacos, Taranpens que Smoit deba de haberse pasado todo el da comiendo. En cuanto vio a loscompaeros el rey salt de su trono hecho con madera de roble. El trono tena la forma deun oso gigante, y se pareca bastante al mismo Smoit.

    Por mi cuerpo y mis huesos! rugi Smoit con tal potencia que su voz hizo vibrarlos platos colocados sobre la mesa, Veros a todos es mucho mejor que un banquete!Su rostro surcado por las cicatrices de la batalla se ilumin con una sonrisa de placer ysus robustos brazos rodearon a los tres compaeros propinndoles un abrazo que hizocrujir sus articulaciones. Venga, rasca ese viejo cacharro tuyo y arrncale una cancingrit volvindose hacia Fflewddur. Una cancin alegre para un alegre encuentro! Yt, muchacho... sigui diciendo mientras posaba sus manazas cubiertas de vello rojizosobre los hombros de Taran, Cuando te vi por ltima vez estabas tan flaco como unagallina desplumada. Y tu peludo amigo... Qu ha hecho? Revolcarse en los arbustostodo el trayecto desde Caer Dallben hasta aqu?

    Smoit dio una palmada, grit pidiendo ms vino y comida y se neg a permitir queTaran abriera la boca hasta que los compaeros hubiesen comido y el rey hubieraengullido otra buena racin de viandas.

    El Espejo de Llunet? exclam Smoit cuando Taran pudo hablarle por fin de lo quele haba trado hasta all. Jams he odo hablar de semejante objeto. Buscar un espejo

    en las montaas de Llawgadarn sera como buscar una aguja en un pajar. La frente delrey se cubri de amigas y mene la cabeza. Las montaas de Llawgadarn seencuentran en la tierra de los Commots Libres, y en cuanto a si sus habitantes estarndispuestos a ayudarte...

    Los Commots Libres? pregunt Taran. He odo hablar alguna vez de esastierras, pero apenas s nada sobre ellas.

    Son un conjunto de pueblecitos y aldeas le explic Fflewddur, Empiezan al estede los Cantrevs de las Colinas y se extienden hasta llegar al Gran Avren. Nunca heviajado por esa comarca. Los Commo