1  

MATERIA Y ESPÍRITU ~ In Memoriam ~ Nicolás Gutiérrez-Cantin ~

¿Será posible que la personalidad completa de un individuo, o algunas de sus ideas/pensamientos/emociones/fobias/preferencias/sentimientos/aptitudes/temores/deseos pudiesen estar no solamente en su mente sino también en sus células/tejidos/órganos? Quizás lo que llamamos Chi, Fuerza Vital, Alma, Aliento Vital, Espíritu se encuentre distribuido en todas y cada una de nuestras células, en paquetes o ‘quantas’ de energía. ¿Será posible que un trasplante biológico tenga también un componente de ‘traspaso’ de personalidad?

En las últimas décadas este concepto encuentra un menor rechazo en el pensamiento occidental con médicos y psicólogos reportando múltiples casos en que los pacientes receptores de trasplante de órganos, después de recibirlos, adquieren ciertas características biológicas/mentales/psicológicas/intelectuales propias de la personalidad y carácter y de la conducta del donador; un proceso que los conocedores han llamado ‘memoria celular’. Científicamente se ha sugerido que estos cambios en el receptor son tan solo efectos secundarios a los medicamentos utilizados para prevenir el rechazo del órgano implantado; o debidos quizás al vaivén de stress del paciente que, esperando morir, recibe el trasplante y sobrevive. Acaso sean condiciones, normales o psicopatológicas, preexistentes en el trasplantado; pudiese ser que no eran reconocidas antes de la cirugía por ser sutiles o por que no eran repetitivas. Pero también es posible que dichos reportes y observaciones sean tan solo coincidencias. Como sabemos, en el mundo occidental - en la gran mayoría de casos - la identidad del donador se mantenía en el anonimato. Pero en las últimas dos décadas este proceso ha cambiado ya que, a petición de profesionales de la salud a cargo de los trasplantados, se solicita y obtiene información confidencial sobre el donante; además el donador mismo antes de fallecer, o sus familiares, estuvieron de acuerdo en liberar dicha información. En los casos como los que quiero compartir en este ensayo, la identificación del donante se hizo con el objeto de tratar de encontrar una conexión ulterior entre donador y paciente, ya que los receptores del trasplante - o sus familiares o amigos observaron cambios drásticos en la actitud/personalidad del receptor. A continuación, una serie de casos revisados ampliamente en la literatura mundial, publicaciones donde se reportan datos y evaluaciones sobre los dramáticos e inexplicables cambios médicos, intelectuales y psicológicos en los trasplantados de todo tipo de órganos; sobre todo en los casos de trasplante de corazón.

  2  

En todos los siguientes reportes, los datos del donador del órgano no eran conocidos, ni por los receptores ni por sus familiares, antes de que se observaran los cambios. Dichos sucesos fue lo que llevó a los médicos, a cargo de los trasplantados, a solicitar y recabar más información sobre el donante. Esos eventos observados fueron reportados por los pacientes mismos, sus familiares o amigos; habiendo sido escritos y diseminados en varios libros y publicaciones médicas junto con la posterior información obtenida acerca de los donadores. Los receptores no eran ni son pacientes psiquiátricos ni tienen diagnóstico de ansiedad o depresión. Se estima que estos cambios quizás se encuentren en miles de trasplantados pero no son reportados por la gran mayoría de ellos. No se trata de ‘pseudo-ciencia’ como algunos escépticos lo llaman, son tan solo reportes de algunos eventos misteriosos. Aquí, quisiera recordarles la expresión de Albert Einstein: “La más bella experiencia que podemos tener es lo misterioso. Esa emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y la verdadera ciencia.” Debido a la verdad implícita, la trascendencia de estos conceptos va en contra del sentido común; así que muchos de nosotros los consideramos charlatanerías, sucesos imposibles, mentiras o novelas. Pero el hecho de que algo nos parezca increíble o ilusorio o que el evento aparente ser algo sin sentido, no significa que así lo sea. La verdad viene vestida en diferentes telas y colores. Existen tres verdades: la nuestra, la de ellos y …. La Verdad. En el transcurso de la historia humana encontramos miles de ejemplos de cambios de opinión, debiendo aceptarse conceptos de algo que en aquel momento se creía que fuese imposible, o tan solo ciencia ficción. Tal como las ideas de que la tierra es redonda, o de que no es el centro del universo; o la convicción de que algunas enfermedades eran causadas por posesiones diabólicas y el absoluto rechazo inicial a los reportes iniciales de que eran en realidad problemas mentales o debidas a infecciones por microorganismos hasta ese momento desconocidos. Pasaron quizás muchas decenas de años antes de que se aceptara el hecho de que el viento no era el aliento de Eolo o que las olas del mar no tenían nada que ver con Poseidón. En esta época nuestros conceptos sobre el cáncer están cambiando al aparecer reportes científicos explicando sus conexiones con procesos infecciosos, tal como el virus de la hepatitis B, el virus del papiloma humano; y se añadirán más a la lista. Nociones que hace solo algunos años se consideraba que estaban en el dominio del charlatán.

  3  

Existen múltiples conceptos y opciones de practicar la medicina, la alopática (medicina occidental) y lo llamado medicina alternativa: tal como la Acupuntura, la Homeopatía, Reiki; las correcciones de Auras y Chacras o los poderes paranormales de los chamanes. El hecho de que algunos de nosotros no creamos en eso o rechacemos esas nociones, no significa por eso que no tengan valor práctico o científico. Lo que nosotros llamamos “Medicina Alternativa” es en realidad la medicina practicada para miles de millones de seres humanos y lo que se conoce como “medicina alopática” occidental ~ la manera en que nosotros practicamos la medicina ~ eso es en realidad lo que debería llamarse Medicina Alternativa. La medicina alopática no siempre es acertada o científica, lo cual es la misma razón por la que desdeñamos las otras opciones médicas. Recordemos por ejemplo la historia de la enfermedad péptica gastro-duodenal. La causa de ésta enfermedad iba desde la influencia de los astros y el eclipse lunar hasta la brujería o la posesión satánica; después se consideró que fuese debida a algunas otras influencias psicoemocionales en pacientes con ciertos tipos sanguíneos y ciertas comidas. Después, los dedos apuntaron a otros responsables como el estrés y la comida picante provocando aumento en la producción de ácido gástrico que se convirtió en el culpable principal, la causa absoluta; practicándose en cientos de miles de personas cirugías para remover partes del estómago y seccionar conexiones nerviosas y producir menos ácido. Esa idea, grabada en los libros de la medicina por décadas, terminó con el abucheo a dos jóvenes que proponen que el malestar en esos pacientes se debe a la presencia de un tipo de microorganismo, al que llaman H. Pylori, el cual pudiera ser el comienzo del problema y proponen que la enfermedad se podría tratar con antibióticos. La saga termina veinte años después con el premio Nobel de medicina galardonando a los dos científicos. En la medicina alopática muy poco se practica con base en la evidencia, con todo y sus estudios estadísticos aleatorios, cruzados, doble ciego y demás; hay miles de ejemplos de que en nuestra forma de practicar la medicina, por más prepotentes que nos creamos, lo que hoy es dogma, mañana puede ser falacia. La idea que quiero dejar con los párrafos anteriores es que debemos de mantener una actitud y mente abiertas a otros conceptos, por extraños y misteriosos que parezcan. Quizás estas historias que a continuación compartiré con ustedes sean tan solo meras coincidencias, casualidades; o simplemente cambios de suerte, como dicen en mi pueblo. A continuación una serie de reportes, sin mantener ningún orden específico. Caso A. Diabética por muchos años, trasplante renal. Cambio drástico al convertirse en fanática deportiva, sobre todo del futbol americano; igual que el donador, un joven de 17 años.

  4  

Caso B. El trasplantado de corazón se convierte en amante de la música y aprende a tocar la batería; al igual que su donador. Caso C. Trasplantado de corazón. Adquiere súbitamente talento para pintar y diseñar; a lo que se dedicaba su donador. Caso D. Hombre maduro recibe el corazón de una mujer. Después del alta hospitalaria le gusta vestirse con ropa de color rosa - que anteriormente detestaba - y ahora utiliza todos los días perfume de mujer, lo que antes de la cirugía le causaba gran enojo contra su esposa e hijas cuando ellas se ponían perfume. Caso E. Señora de edad media, trasplantada de corazón y pulmones. La paciente adquiere deseos intensos de beber cerveza, comer pollo y comida picante. Cambia el color de sus vestidos a colores fuertes - preferidos por el donador, según se supo después. Cuando salió del hospital después de su cirugía, pidió ir a comer chicken nuggets, lo que previamente nunca le había gustado; y siguió comiéndolos regularmente. Después se supo que al joven donador le encantaba beber cerveza y comer en ese estilo y al fallecer traía consigo una dotación de trozos de pollo que acababa de comprar. Caso F. Niña de 8 años, recipiente del corazón de una niña de 8 años que había sido asesinada. Poco tiempo después de salir del hospital le acontecen una serie de sueños y pesadillas. Se llevan a cabo varias evaluaciones por los psicólogos y psiquiatras; la policía recibe los datos de los sueños y así se logró encontrar y detener al asesino. (Les incluyo la referencia, porque yo sospecho que muchos no podrán creer lo que están leyendo: Paul Pearsall; The Heart’s Code: Tapping the Wisdom and Power of Our Heart Energy - New York: Broadway Books, 1999). Caso G. Donador, joven de 18 años, muere en accidente automovilístico. Tocaba guitarra. Sus padres no quisieron entrar a su cuarto por casi un año después de su muerte. Cuando entraron al cuarto encontraron muchos poemas escritos por su hijo y una grabación con una canción que él había titulado: ‘Danny, mi corazón es tuyo’.

  5  

Receptora del corazón, una joven de 18 años con endocarditis e insuficiencia cardíaca. Después del trasplante ella desea y aprende a tocar guitarra. Su nombre: Danielle. Caso H. El donador de 16 meses tenía parálisis cerebral moderada, sobre todo lado izquierdo; fallece por ahogamiento. A siete meses posteriores a la cirugía, el receptor de su corazón desarrolla problemas de tono y movimiento en el lado izquierdo, al igual que el donador. Tiempo después se juntan varias familias en una reunión de pacientes trasplantados y de familias de los donadores; ante varios testigos presenciales el paciente fue directamente a abrazar a la madre y al padre del donador, sin que supiera de antemano quienes eran. Caso I. El receptor de corazón – que tan solo sabe que viene de un joven de raza negra – adquiere un nuevo gusto por la música clásica con violín, confirmado por su esposa. No creen que ese cambio tenga nada que ver con el trasplante ni con el donador al que, piensan ellos, probablemente solo le gustaba la música de ‘rap’. Sorpresa cuando se les notifica que el joven donador era violinista de música clásica; iba a su clase de violín cuando le dieron un tiro. Murió abrazando la caja de su violín. Caso J. Donadora: 19 años. Según su familia, cambiaba constantemente de novio y creía firmemente en el amor libre heterosexual. Su madre reporta que cuando ella llegó al hospital donde llevaron a su hija después del accidente, en un momento de lucidez su hija le escribió una nota diciéndole que sentía como si el carro que la atropelló la siguiera golpeando en el pecho. Aunque jovencita, ella era la propietaria de un restaurante vegetariano. Recipiente del corazón, 29 años. La llamaban en su casa ‘la reina de McDonald’s’ pues siempre comía hamburguesas; era lesbiana. Después del trasplante reporta que frecuentemente sentía como si la golpeara un carro en el pecho; se convirtió en vegetariana. Dejó de ser lesbiana; se hizo de novio y tiene relaciones con él; su familia sorprendida de que ya no es lesbiana y de que abandonó las hamburguesas. Caso K. Recipiente de corazón: hombre de 47 años. Después del trasplante, él se siente realmente joven y energético, siempre buscando otro tipo de ejercicios que pudiese hacer. Se da cuenta de que ahora frecuentemente tiene una risita juvenil que vuelve loca a su esposa y sus hermanos, los cuales le dicen que se ríe como una niña y reportan que frecuentemente

  6  

vomita y varias veces lo han llevado al hospital creyendo que era una reacción a medicamentos. Ha perdido peso pero se siente bien; reporta que tiene hambre y que come muy bien pero habitualmente, después de comer, le dan náuseas y a menudo vomita. Donadora: jovencita gimnasta, murió en accidente. Pequeña de cuerpo pero vivaz, siempre activa. Tenía que mantenerse con peso bajo para poder seguir participando en su equipo de gimnasia. Su madre reporta que era anoréxica y frecuentemente se provocaba el vómito ella sola. Tenía una risita muy curiosa, ‘se reía como pajarito’. Caso L. Donadora: Niña de 6 años. Padres divorciados, muchos pleitos en casa; madre trabajando mucho fuera de casa. La niña muere ahogada en piscina. Receptor de su corazón es un niño de 9 años que reporta que a veces habla con “una niña que está adentro”, que le dice que ella está muy triste y que tiene miedo. La madre del receptor reporta que viven cerca de un lago pero que desde la operación, el niño tiene miedo ir al agua y que no quiere ni siquiera hablar de eso; ya no va al lago y siempre está cerrando la puerta de atrás de la casa, la que lleva al lago. Caso M. Receptora de corazón; jovencita de 19 años - solo sabe que la donadora es una joven - reporta que frecuentemente ‘habla con ella’ y cree que quizás hubiera sido enfermera, pero que le “dice’ que preferiría irse a Broadway. Y que ella, antes de recibir el corazón, quería ser enfermera, pero que ahora decidió ser doctora. Su madre de ella reporta que ya hasta cambió sus clases para poder inscribirse en la facultad de medicina. Donadora: 19 años, muerte accidental en clase de baile; artista nata según su madre, la que reporta que su hija quería ser actriz en Broadway; pero sabía que su padre (que es médico) preferiría mejor que estudiara la carrera de medicina Caso N. Donador: niño de 3 años, muerte accidental. Receptor: niño de 5 años, (que no sabe nada del donador) dice que frecuentemente platica con el niño de su nuevo corazón que le dice que tiene 3 años. Que le dice que se cayó y que le gustan mucho los muñequitos de ‘Power Ranger’ al igual que a él. Dice que desde que recibió el corazón ya no le gustan los ‘Power Ranger’ como antes; que ahora solo le gusta Tim Allen de la serie Tool Time, por eso le llamó al niño en su corazón: ‘Tim’.

  7  

El padre del receptor: “Nosotros solo sabíamos que el donador se había accidentado. Mi hijo no sabía nada de él; acertó a la edad de tres años y al nombre; el donador se llamaba Thomas pero en su familia lo llamaban ‘Tim’.” (Como bien sabemos, normalmente los llamados Thomas los apodan Tom, no Tim) La madre del receptor: “Lo curioso es que antes le gustaban mucho los ‘Power Rangers’ pero ahora ya ni los toca.” La madre del donador: “Tim se cayó de la ventana del departamento. Estaba tratando de atrapar un muñequito de ‘Power Ranger’ que se le había caído.” Caso O. Donador de corazón: policía de 34 años. Receptor: “Lo único que sé es que el corazón es de un hombre de 34 años, en buenas condiciones físicas. Me siento muy fuerte, todo ha mejorado. No puedo explicarme por qué yo veo destellos de luz intensa, y luego siento como si me quemaran en la cara y veo una imagen de la cara de Jesucristo.” Esposa del donador: “Mi esposo fue balaceado tratando de hacer un arresto. Le dieron dos balazos en la cara. Ojala atrapen al que le disparó. Los policías que lo acompañaban ya ayudaron a hacer retratos hablados del sospechoso y se parece mucho a las pinturas que hay por ahí de Jesucristo.” ~ MIS REFLEXIONES ~ Al paso del tiempo he acumulado, leído y anotado muchos datos relacionados con éste tópico; los he encontrado en varios artículos y libros con reportes de casos similares. Todos ellos son eventos extraños, sucesos sin explicación lógica; algunos parecen salidos de novelas de ciencia ficción. Pero son, por lo menos, acontecimientos fuera de lo común. Quizás todos esos hechos sean coincidencias, pero la idea que quiero compartirles es que debemos pensar en la posible sincronía, conexión, comunicación a nivel cuántico; atómico o molecular ~ energético ~ entre las células y los órganos del individuo y entre diversos individuos. Tal vez, en realidad, el receptor recibe del donante algo más que el órgano trasplantado; acaso sea energía o memorias que no podemos medir ni analizar; algo más allá de nuestro conocimiento y de las técnicas de detección actuales. Como dato curioso, no se ha reportado nada por el estilo en los muchos millones de casos de transfusiones de productos sanguíneos ni tampoco en los quizás millones de casos de trasplante de córnea.

  8  

Aunque hay descripciones de estos procesos en donaciones con diversos órganos, los eventos son más intensos cuando se ha trasplantado el corazón. Hace unos meses uno de mis amigos, nativo de Maui, me comentó que en la cultura Hawaiana se considera al corazón como un órgano espiritual que es capaz de sentir y de pensar; de comunicarse. Recientemente se ha desarrollado el concepto de concordancia corazón-cerebro, donde la información entre órganos pudiese ser ‘transmitida’ a través de electromagnetismo. Algo similar está evolucionando en las corrientes científicas con un concepto afín que apunta a la sincronía o comunicación entre el sistema inmune y el sistema nervioso central; con observaciones y datos que sugieren que estos dos sistemas intercambian información. La posible comunicación de memorias o vivencias entre células, tejidos y órganos a través de electromagnetismo me lleva a pensar en el obvio enigma de la luz. La luz, base de la energía y supervivencia en ésta dimensión, es en realidad nuestro dador de vida; nuestro dios físico-químico-biológico. Recordemos que la luz es tan solo una pequeñísima fracción de lo que se conoce como espectro electromagnético. El electromagnetismo, lo mismo que la gravedad, conjuntamente con la fuerza nuclear fuerte y fuerza nuclear débil que actúan a nivel del átomo, son las cuatro fuerzas fundamentales del universo, tal como lo conocemos. La luz, es una fuerza misteriosa ya que es al mismo tiempo una onda y una partícula sin masa, llamada fotón, la unidad de luz. La luz se origina a nivel del átomo. Los átomos son muy pequeños. La palabra átomo se inició como un concepto puramente filosófico; viene del griego "ἄτοµος" y significa ‘indivisible’ o ‘inseparable’. Se le consideraba como la unidad más pequeña y fundamental de toda materia. Esa idea se atribuye a Demócrito, filósofo griego en el V siglo AEC; pero se encuentra también en una época simultánea, aun un poco antes, en escritos de la escuela filosófica Vaisheshika, fundada por el filósofo hindú Kanada. Más de dos mil años después de esos conceptos primordiales, se demuestra que el átomo es en realidad divisible, ya que está compuesto de un núcleo central constituido por protones y neutrones y ambos a su vez están formados de partículas más pequeñas y por fuera del núcleo se encuentran los electrones que son dos mil veces más pequeños que los protones, y muy ligeros. El núcleo es el 99.95 % de la masa total del átomo.

  9  

Si analizamos el tamaño del átomo de hidrógeno, se estima que el diámetro del átomo es 145,000 más grande que el núcleo. Si ese núcleo fuese del tamaño de una uva, el borde exterior de la nube de electrones estaría a unos dos kilómetros de distancia. Visto de otra manera, si protón y neutrón midieran 10 cm, el electrón mediría menos de 0.1 mm y el diámetro del átomo mediría 10 kilómetros; lo que significa que el 99.999% del átomo es realmente un espacio vacío. Continuando con el hidrógeno, que es el átomo más abundante en el universo, los científicos calculan que en un gramo de hidrógeno hay 600,000,000,000,000,000,000,000 átomos; y se necesitaría alinear lado a lado más de un millón de átomos de hidrógeno para cubrir el espesor, la anchura de un cabello. En los últimos años la aventura científica avanza, con la búsqueda continua de unidades aún más pequeñas que son las que conforman a los protones y neutrones, ya que sabemos están constituidos por pequeñísimas partículas aún más elementales. Ahora tenemos una nueva perspectiva del ya obsoleto modelo atómico clásico del 1913 descrito por Bohr, en que se ideaba al átomo como una estructura similar a planetas orbitando alrededor del sol; el núcleo siendo el sol y los electrones en orbitas planetarias. Recientemente se discute el concepto de que el electrón no está dando vueltas en revoluciones en orbitas sino que gira en diversas altitudes alrededor del núcleo atómico en diferentes niveles de energía, o nubes orbitales. Desde hace más de un siglo nació la intuición de que el electrón no es una partícula con masa, sino un paquete de energía, una quanta. Cuando los electrones brincan en su nube orbital al girar alrededor del núcleo, pasan a diferentes niveles de energía y así el átomo genera fotones emitiendo y absorbiendo electromagnetismo – luz; liberando energía tan característica que se puede identificar de que átomo específico viene esa luz al examinar las llamadas ‘líneas de emisión’. Todos los elementos atómicos generan fotones, creando diferentes espectros de electromagnetismo, razón por la cual analizando la señal electromagnética (luz) con espectrometría los científicos son capaces de identificar la composición de la materia de donde emana esa luz. Todos y cada uno de los átomos tienen su propia identidad espectroscópica; emiten energía electromagnética específica. La identidad está en su Luz. Es una ciencia exacta. Sabemos que cada átomo tiene un perfil único y tan preciso que con espectrofotometría se puede identificar la composición de astros en el espacio lejano, estudiando la luz proveniente de ellos ya que es en realidad un registro de las huellas digitales de los átomos de donde emanaron los fotones. La identidad está en su Luz.

  10  

Así se puede asegurar científicamente de que material están hechos dichos cuerpos celestiales, detectando con precisión tanto la composición como los porcentajes de los elementos atómicos que conforman todos esos objetos, sean planetas, estrellas o galaxias; aunque se encuentren a enormes distancias de nosotros. La identidad está en su Luz. Recordemos que en 1868, analizando el espectro de la cromo-esfera solar durante un eclipse solar, se detectó una línea de emisión previamente nunca vista y se estableció que era causada por un elemento desconocido hasta ese tiempo, siendo bautizado como Helio. Veintisiete años después, el mismo elemento fue aislado en el laboratorio y ahora sabemos que se encuentra en nuestro planeta, en nuestro aire; aunque el volumen de helio es minúsculo, tan solo el 0.00052 % de la atmosfera terrestre. Increíblemente, tres décadas antes de tenerlo cara-a-cara, se obtuvo con espectroscopia una ‘imagen’ del helio, una especie de fotografía de algo que no sabíamos que existía. La identidad está en su Luz. El espectro electromagnético es misterioso, enigmático; deben de existir en nuestro planeta y en otras regiones del universo, muchas y variadas manifestaciones de ésta energía, que nosotros no conocemos. Es lo que nos mantiene vivos, biológica y espiritualmente. La energía del universo. Esa energía no-visible llamada electromagnetismo tiene una manifestación visible, luminosa, lo que llamamos luz. Nosotros somos estatuas de luz; creaturas hechas de luz, rodeadas de luz, sustentadas y nutridas por luz. Somos una manifestación biológica de luz. Nuestras emociones y sentimientos son manifestaciones de luz. Nuestra conciencia es una expresión de luz. Somos espíritus de luz. La identidad está en nuestra Luz. Quizás lo que conocemos como alma y espíritu sean solo la revelación humana de luz. Aquí quisiera insertar el texto, puño y letra de Nico, que encontré en una tarjeta dentro de uno de sus libros; quizás lo escribió unos meses antes de fallecer:

Fui creado por Luz Divina Soy sostenido por Luz Divina Estoy protegido por Luz Divina Estoy rodeado de Luz Divina Me convierto en Luz Divina.

Todos los seres vivientes emanamos luz - energía electromagnética. Somos fuentes de energía como los puntos Chakra, el Prana que fluye por los canales nadis, QI o Chee, el Aura o campo energético que emanamos y que nos rodea.

  11  

Esa energía nos vivifica en cuerpo y alma, electromagnetismo físico y espiritual. Esa es precisamente la energía que no se escucha con estetoscopio ni la palpa la mano del alópata; no la detectan las pruebas de laboratorio ni los monitores; no la manipulan ni nuestras medicinas ni nuestra cirugía. Esa energía es de la que se habla en Homeopatía y en la Acupuntura, en la manipulación quántica y las correcciones de auras; esa es la vibración que los curanderos “ven” y que se “siente” en la práctica de Reiki y del “Healing Touch”. Esa es la energía del placebo, del pensar positivamente, de las Mantras, del optimismo, del querer y del cariño, del amor y de la oración. Esa es la energía de la cual escriben los sabios y los poetas de la antigüedad; esa es la energía del halo flotando sobre las cabezas de personajes en cientos de pinturas. Esa es la energía que los Brujos y Chamanes de todas las culturas son capaces de ver, de sentir y manipular. Aunque esa energía es la savia de vida humana, esa energía está más allá del conocimiento y de la comprensión humana. Esa energía es nuestra fuente de vida biológica. Continuamente, hasta la muerte física. Cuando esa energía etérea se desvanece y se va, no hay ningún poder en cualquier rama de la medicina, sea cual fuere la técnica aplicada, que pueda retenerla o regresarla. Esa energía es alma, fuerza vital, aliento, espíritu. La unidad de la luz, el fotón, es una partícula sin masa; es solo una quanta de energía y proviene del átomo, se origina en los electrones; el fotón - la luz - es energía pura. Recientemente las teorías explican que el fotón se forma cuando el electrón sube y baja en los niveles de energía al estar girando en su nube alrededor del núcleo. Ahora bien, revisemos los conceptos sobre el creador del fotón, el humilde electrón. Supongamos que eres uno de los científicos en la Estación Espacial Internacional, paseando a unos 300 kilómetros de altitud, admirando Madre Tierra. Al pasar sobre el Caribe se observa un ciclón tropical que se aproxima al golfo de México. Majestuoso, enorme, de unos 400 kilómetros de diámetro. Tu estas sobrevolando a varios kilómetros sobre el evento y estas tomando formidables fotografías del evento, impresionantes.

  12  

Tan solo pensar en el tremendo poder del ciclón es bastante para sentirse pequeño y humilde. Miles o millones de toneladas de agua son levantadas del océano en una espiral imponente, que arrasa con todo, en mar y en tierra: agua, peces, hierba, árboles, casas, carros, animales, todo gira dentro del vórtice energético al ser succionado por la tremenda fuerza de la naturaleza. Ahora imagínate ese mismo evento. Pero en lugar de cámara fotográfica imagina que utilizas una tecnología en la cual no se observa la materia, solo se detecta la energía, la fuerza del ciclón. Así, al borrar la visión del agua, la hierba, los carros, las casas, en las fotografías no se vería ningún objeto; tan solo se observaría el tremendo vórtice de energía que está detrás de los eventos que se habían visualizado en la fotografía con la cámara normal. Así me imagino al electrón, un pequeño huracán sin masa, formado tan solo por energía. El electrón es, en realidad, una quanta de energía, energía pura. Ahora bien, se estima que, en el átomo de hidrógeno, el electrón realiza 43 mil millones de millones de giros en nubes en que rodea al núcleo, durante cada segundo. Y en cada ocasión que el electrón cambia de nube orbital, se genera un fotón, la ‘partícula’ de luz. Nuestros cuerpos están constituidos por elementos atómicos formando moléculas que se unen para conformar substancias de diferentes tipos y características, todas ellas envueltas en una membrana para formar una célula; al unirse varias células afines se integran tejidos, los cuales se unen para crear órganos que trabajando al unísono con otros órganos y tejidos integran varios sistemas y todos juntos conforman al cuerpo humano. Recordemos que todo organismo, planta, insecto, animales, humano - tú y yo, estamos cambiando constantemente al desechar nuestras células por nuevas células. Somos completamente nuevos, corporalmente, cada instante de nuestras vidas. Los científicos estiman que el 99% de todos nuestros átomos son intercambiados cada año. La piedra fundamental de nuestro cuerpo biológico es el átomo, al igual que toda materia. Y todos los átomos tienen electrones en sus nubes orbitales. Y todos los átomos liberan energía. La identidad está en su Luz. A través de cálculos generales, se estima que el cuerpo de un adulto humano de 70 Kg. de peso tiene 7 x 1027 átomos (7 seguido de 27 ceros) o sea 7 billones de billones de billones de átomos. Así, es obvio comprender que nuestro organismo continuamente produce y emite un enorme flujo de electromagnetismo, energía con un poder inimaginable.

  13  

De allí los conceptos de Bio-energía tales como el Aura, puntos Chacra, práctica de Reiki y Medicina Quántica, Homeopatía, Acupuntura, Chamanismo. Aquí quisiera hacer un paréntesis para explicar que me refiero a los verdaderos profesionales de esa “medicina alternativa”, a los muchos Brujos y Chamanes, que he conocido en México, Canadá y en Estados Unidos; a los que he observado y he sido testigo de sus curaciones o ‘sanaciones’ a las que no encontré explicación científica. Hablo acerca de Acupunturistas y Homeópatas preparados y decentes y de los serios y honrados practicantes de Reiki y Healing Touch con los que he pasado tiempo estudiando. No me refiero a los merolicos ni a los truhanes, no incluyo ni los bribones ni los malandrines, esos que existen en todos los lugares y en todos los ámbitos, incluyendo el campo de medicina alternativa y medicina alopática. Regresando a nuestra energía, sabemos que la luz, esa pequeñísima manifestación de electromagnetismo, es el inicio de y el dador de la vida biológica. El ciclo biológico vital es: energía solar (luz) más la clorofila en cianobacterias, algas y plantas que, utilizan el dióxido de carbono y agua transformándolos en oxígeno, agua y carbohidratos. Esos tres compuestos: agua, oxígeno y carbohidratos, son las bases de la vida biológica en este planeta; pero en realidad, nuestro organismo y la mayoría de los seres vivientes en nuestra Tierra, están formados por células cuyas estructuras atómicas elementales son muy pocas. De todos los 118 elementos conocidos, solamente los primeros 94 ocurren naturalmente y de ellos, biológicamente, los más importantes son realmente pocos: oxígeno, carbono, nitrógeno, hidrógeno que son los elementos que conforman la mayoría de nuestras moléculas; el fósforo que participa en compuestos para almacenamiento y traspaso de energía y el azufre que es la liga fundamental, el ‘amigo’ experto en promover y mantener uniones químicas entre los elementos moleculares. Esos elementos, con algunos otros en menores proporciones, se integran en moléculas y sustancias constituyendo las células que nos dan forma, función y vida corporal; siempre y cuando la energía etérea conocida como alma o espíritu, lo esté animando. Todos los elementos son esenciales, algunos son muy importantes y otros son primordiales para nuestro funcionamiento corporal. De todos ellos hay uno que es el más abundante en nuestro cuerpo y que necesitamos obtener continuamente; nuestro elemento cardinal, básico, vital, es el oxígeno. El oxígeno es indispensable. Sin él, no podemos sobrevivir; lo obtenemos en cada respiro, en cada suspiro, en cada aliento.

  14  

El oxígeno es nuestro fuego de vida. Esa energía la llamo nuestro “espíritu biológico”. Las palabras Atman (Sánscrito), Psique (Griego) y Anima (Latin), al igual que Ruab (Hebreo), Pneuma (Griego) y Spiritus (Latin), se refieren al mismo concepto que podríamos agrupar en: mi yo verdadero, mi alma, mi espíritu. Todas esas palabras significan lo mismo: mi aliento vital. Esa energía la llamo nuestro “oxígeno espiritual”. Mientras que nuestro cuerpo tenga oxígeno es capaz de sobrevivir; pero nuestro cuerpo, aun con todo el oxígeno necesario para la combustión biológica, al no tener ‘alma’, se extingue. Para nuestra sobrevida biológica, el oxígeno es vital; pero el espíritu es esencial. ¿Qué es lo que realmente somos nosotros? Somos una estructura conformada por Cuerpo, Cerebro, Vivencias (memorias), Mente y Espíritu. Nuestro cuerpo puede ser pequeño o gordo, deforme o esbelto, mutilado o agraciado; alto o lento, inmaduro o viejo, perfecto o cicatrizado, pero es bellísimo. Se estima que el Universo conocido es enorme; se habla de miles de millones de años luz de extensión y quizás contenga 300 mil millones de galaxias, cada una de ellas con miles de millones de estrellas como nuestro sol; o sea que existen millones de millones de millones de “sistemas solares” parecidos al nuestro; con un número increíblemente enorme de planetas y muchísimos de ellos, por lógica, parecidos a nuestra Madre Tierra. Por si fuera poco, los científicos debaten la opinión de que pudiese ser que nuestro universo conocido sea tan solo uno de miles de millones de universos, conformando todos juntos un ‘multiverso’. En relación a la edad de ese universo, los cálculos llegan ya a 13,900,000,000 años de su existencia. Estos tres párrafos anteriores los escribo para recalcarte el hecho de que debes de aceptar, apreciar, querer tu cuerpo y de que tu cuerpo es bellísimo. Tú que lees esto, no puedes vivir en los miles de millones de años que han pasado ni en los millones de millones de años que están por llegar. Tú que lees esto, no puedes vivir en los millones de millones de millones de sistemas solares que han existido ni en los millones de millones de millones de sistemas solares que existirán.

  15  

Tú que lees esto, puedes vivir solamente en un lugar, en tu cuerpo. Tu cuerpo evoluciona, va en decadencia, se arruga, se envejece. Las células y órganos llegaran a deshacerse y desvanecerse. Es la temporalidad. Tu espíritu es esencial para que tu cuerpo viva. El alma se ennoblece, se sublima, es indestructible. Es la eternidad. Las cosas visibles tienen su tiempo, las invisibles son eternas. Nico fue a un restaurante, bebió unas cervezas; decidió no conducir su carro y caminar a casa. En el camino fue golpeado accidentalmente por un vehículo y falleció en forma instantánea el jueves de Acción de Gracias, 22 de noviembre de 2001. En este instante, este humano que camina, es Nico. Accidente. Muerte inmediata. En este instante, es un cuerpo. Nico ya no está ahí. Nico ya se fue. La identidad está en su Luz. Nico se fue y dejo memorias que me incitan a recordarlo y así me motivan a escribir estas líneas. Quizás nuestro electromagnetismo está en las entrañas y los entornos del cuerpo; quizás también se encuentre en todas y cada una de nuestras células. ¿Será posible que los órganos almacenen y compartan memorias, vivencias? ¿Las células tienen memoria? En relación a los trasplantes de órganos, a este posible paso de memoria celular se le ha llamado trasplante de ‘moléculas de emociones’, o también ‘memoria molecular’ o ‘memoria atómica’, ‘memoria quántica, energética’. Regresando al primer párrafo del escrito: ¿Será posible que la personalidad completa de un individuo, o por lo menos algunas de sus ideas/pensamientos/emociones/fobias/ preferencias/aptitudes/miedos/deseos se encuentren no solo en su mente sino en todas y cada una de sus células/tejidos/órganos? ¿O quizás la mente sea una ‘nube’ que está en y rodea todas nuestras células/organismo? ¿Es la mente una manifestación de Espíritu? ¿O es la mente tan solo una acompañante subordinada que efectúa las ordenes de Espíritu?

  16  

En Egipto y en la India existe la creencia de que el ‘alma’ permanece en el cuerpo hasta 7 días después de la muerte, que es cuando finalmente lo abandona. ¿Si los órganos son trasplantados un poco después de la muerte, será posible que también estemos transfiriendo parte de ‘Jiva’ o tal vez el espíritu total del donador? Según la Sabiduría Hindú, ‘Jiva’ es el alma individual de la entidad viviente y ‘Atma’ es el ‘espíritu cósmico’ y en esta dimensión en que vivimos actualmente todas nuestras memorias están en el ‘Prana’ (nuestro principio vital), en nuestro ‘Jiva’. Sabemos a ciencia cierta que, al trasplantar ciertos órganos, el equipo médico introduce en el receptor átomos, moléculas, sustancias, células, tejidos ~ Materia del donador. Pero al mismo tiempo pudiese ser que quizás estamos transfiriendo una porción de su Espíritu. Quisiera pensar que en el trasplante de órganos se lleva a cabo una comunión espiritual. Disertando sobre los seres humanos, para San Agustín, el ‘Alma’ es la energía individual de cada entidad viviente y la compara a una gota de agua y el ‘Espíritu’ es lo que llamamos Dios, y lo compara al océano, lo cual, al llegar la muerte, representa el punto de unión donde Alma se funde en Espíritu. Yo pienso que la gota fundiéndose en el océano es la ‘comunión final’; es la conclusión del peregrinar terrestre en el camino físico, pero representa el inicio del verdadero sendero, el espiritual.

   

In Memoriam Nicolás Gutiérrez-Cantin

13 Agosto 1978 ~ 22 Noviembre 2001 La identidad está en su Luz.

Guillermo A. Gutiérrez Calleros, Phoenix, AZ 22 Noviembre 2011