Libro Juan Fidel Zorrila Tamaulipas Historia

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    Tamaulipas y la guerra de Independencia:acontecimientos, actores y escenarios

    Homenaje aJuan Fidel Zorrilla

    GOBIERNO DEL ESTADO DE TAMAULIPAS

    Comisin Organizadora para la Conmemoracin enTamaulipas del Bicentenario de la Independencia

    Centenario de la Revolucin Mexicana

    volucin Mexicana

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    Directorio

    Ing. Eugenio Hernndez Flores

    Gobernador Constitucional del Estado de TamaulipasLic. Alejandro Etienne LlanoMagistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del EstadoLic. Ricardo Gamundi RosasPresidente de la Junta de Coordinacin Poltica del H. Congreso delEstadoIng. Jos Mara Leal GutirrezRector de la Universidad Autnoma de Tamaulipas

    Consejo ConsultivoLic. Antonio Martnez TorresSecretario General de GobiernoLic. Oscar Almaraz SmerSecretario de FinanzasLic. Manuel Muoz CanoSecretario de Desarrollo Social, Cultura y DeporteLic. Jos Manuel Assad MontelongoSecretario de EducacinLic. Fernando Mier Tern GarzaDirector del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las ArtesLic. Laura Hernndez MontemaorDirectora del Instituto de Investigaciones Histricas UAT

    Representantes de Organizaciones sociales en el EstadoDra. Mara del Carmen Olivares Arriaga, Lic. AscencinMaldonado, Ing. Clemente Rendn de la Garza, Arq. Juana

    Adela Tmez, Lic. Federico Schafer, Lic. Eduardo Melhem,Miguel ngel Manzur, Lic. Ramn Martnez, Lic. AntonioMaldonado Guzmn, Lic. Mara del Pilar Snchez, Lic. VctorManuel Olvera, Lic. Fidel Rodrguez Hinojosa.

    Mtra. Libertad Garca CabrialesPresidenta del Consejo Consultivo

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    Tamaulipas y la guerra de Independencia:acontecimientos, actores y escenarios

    Homenaje aJuan Fidel Zorrilla

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    Tamaulipas la guerra de Independencia: acontecimientos, actores escenarios. Homenaje a Juan Fidel Zorrilla.

    2008

    D. R. Gobierno del Estado de Tamaulipas. 15 16 Hidalgo Jurez S/N.

    Palacio de Gobierno del Estado de Tamaulipas. Ciudad Victoria, Centro.

    C. P. 87000.

    Comisin Organizadora para la Conmemoracin en Tamaulipas del

    Bicentenario de la Independencia Centenario de la Revolucin Mexicana.

    16 Jurez Zaragoza, nm. 261. Ciudad Victoria, Tamaulipas, Centro, C. P.

    87000. Telfono (834) 31 81 831.

    Correo electrnico: [email protected]

    Impreso en Mxico 2008

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    5Los tamaulipecos hemos salido al mundo con el orgullo denuestra identidad, centrando la mirada en lo nuestro en todoaquello que nos distingue como una sociedad de avanzada,

    que intercambia convive intensamente con otras culturas atravs de sus fronteras su litoral.Quienes han dedicado su vida lo mejor de ellos mis-

    mos para reconstruir nuestro pasado y reejar la esencia de lostiempos idos, merecen todo nuestro reconocimiento admira-cin por esta excepcional labor.

    Tal es el caso del maestro Juan Fidel Zorrilla, destacadohistoriador tamaulipeco que con su obra Tamaulipas y la guerrade independencia, nos lleva cerca de los escenarios al encuen-

    tro con los protagonistas que participaron activamente en tanimportante suceso que marcara un parteaguas en la vida na-cional, como lo fue nuestra independencia.

    En Tamaulipas recordamos esta gesta gloriosa que en-grandeci el espritu patritico de los tamaulipecos.

    Sumarnos a la conmemoracin nacional de este granacontecimiento social recordar con aprecio orgullo al maes-tro Juan Fidel Zorrilla, es la mejor manera de mantener vigentenuestra memoria histrica honrar a aquellas generaciones de

    tamaulipecos que con amor a esta tierra, dieron forma a lo queho es Tamaulipas; un estado ms justo, ms humano, compe-titivo en franco crecimiento.

    Ing. Eugenio Hernndez Flores

    Gobernador Constitucional del estado de Tamaulipas

    PRESENTACIN

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    Juan Fidel Zorrilla

    (1920-1994)

    Juan Fidel Zorrilla, renombrado intelectual tamaulipeco, esconsiderado uno de los historiadores ms prestigiados que hadado nuestro estado. Naci en Ciudad Victoria, Tamaulipasel ao de 1920, donde muri setenta cuatro aos despus.Profesionista de amplia cultura, labrada inicialmente en unaslida carrera universitaria en el estudio del derecho, incursio-n como escritor con importantes libros sobre temas jurdicos.Durante esta etapa formativa en la Ciudad de Mxico, fue dis-

    cpulo de maestros de la talla de don Alfonso Caso, emritocatedrtico de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico,quien comparta con sus alumnos el inters por la historia denuestro pas.

    Despus de ejercer un brillante trabajo en la prcti-ca de la abogaca, Juan Fidel Zorrilla se aplic a los estudiossobre historia regional, dando principio de esta forma, a unafructfera traectoria acadmica. Su extensa produccin, ma-gistralmente redactada, sienta las bases para el conocimiento

    sobre el pasado de Tamaulipas. Los atributos innegables de suescritura, que abarc una pluralidad de procesos histricos,van desde la temprana poca colonial mexicana pasando porel anlisis minucioso agudo del tiempo de las fundacionesescandonianas, durante la segunda mitad del siglo XVIII, hastadesarrollar con especial cuidado los captulos relativos al mo-vimiento independentista al surgimiento desenvolvimien-to de los primeros gobiernos locales de Tamaulipas.

    No escaparon de su atencin los convulsos sucesosocurridos a lo largo del siglo XIX ni tampoco el advenimiento difcil proceso social que represent la lucha armada de laRevolucin Mexicana durante las primeras dcadas de la si-guiente centuria. Con este nutrido bagaje de conocimientos einters maniesto sobre el pasado histrico mexicano, Zorrillase convierte en protagonista de los acontecimientos mismos desu siglo en su tierra natal, actuacin que le conri autoridad claridad para referirse a ellos con precisin objetividad. De

    tal suerte que al mediar el siglo XX, participa tambin comohistoriador de lo inmediato, como relator involucrado en supropio entorno.

    Su apasionada vocacin como investigador ensa-ista de la historia de su estado natal, podramos referirnosa ella como una seria acin erudita, se consolida ms tardeen una signicativa labor profesional al tiempo que es nom-

    JUAN FIDEL ZORRILLA

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    8brado director del Instituto de Investigaciones Histricas dela Universidad Autnoma de Tamaulipas el ao de 1974. Suocio acadmico como funcionario universitario, prolongado

    por espacio de veinte aos consecutivos hasta el tiempo mismode su deceso, se recuerda por el notable apoo que otorg ala realizacin divulgacin de estudios histricos regionales,que vinieron a cubrir importantes lagunas de conocimientoque existan sobre el pasado tamaulipeco.

    Nunca escap de su ejercicio el razonamiento crticoque requirieron las labores de investigacin los dilogos discusiones que enriquecieron estos trabajos. Se resume su ges-tin como director del Instituto de Investigaciones Histricas

    en tres apartados fundamentales para comprender el desarro-llo de dicha dependencia. Primero se menciona la puesta enmarcha de un programa editorial conformado por una nutridaproduccin de crnicas ensaos acerca del acontecer regio-nal. Se hace alusin en segundo trmino, a los slidos vnculosque se estrecharon con prestigiadas instituciones acadmicas con personalidades de la vida intelectual mexicana que deforma personal estableci que fueron la pauta para insertarel trabajo universitario que impulsaba en nuestro estado, en el

    foro nacional.Algunas de las instituciones acadmicas con las que

    se mantuvieron nexos a nivel nacional en el extranjero, gra-cias a la promocin entusiasta que Zorrilla otorg a la labor delInstituto, fueron entre otras: El Colegio de Mxico, la Univer-sidad de Princeton, la Secretara de Educacin Pblica, la Uni-versidad Iberoamericana, la Universidad Autnoma de NuevoLen, el Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora,el Consejo Nacional para la Cultura las Artes la Universi-dad de Texas en la ciudad de Austin, por mencionar las msdestacadas.

    Su carisma personal su don de gentes, ejercieronfuerte inuencia en el medio acadmico e intelectual de supoca. Esto se reeja en la plyade de guras con las que con-vivi, entre las que podemos enumerar a Candelario Rees Gabriel Saldivar, cuo trato consider, como l lo dira ms tar-de, ama inspiradora de trabajos realizados y por realizarse,

    armando que estas relaciones haban inuido decididamen-te en su vida intelectual. Manuel Porra, Mara del CarmenVelzquez, Silvio Zavala, Luis Gonzlez y Gonzlez, JosenaZoraida Vzquez Ernesto de la Torre Villar, fueron algunosde los personajes que mantuvieron una prolongada comunica-cin con don Juan Fidel Zorrilla. Otro grupo representativo deamistades que propici una continua colaboracin acadmica

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    9recproca, lo integran Mara Teresa Franco, David Piera Ram-rez, Ernesto Lemoine Villicaa, Carlos Gonzlez Salas, IsraelCavazos Garza Rafael Montejano Aguiaga.

    Por ltimo, cabe sealar la atencin que dedic a pre-parar motivar nuevas generaciones que dieran seguimientoa la tradicin que signicaba el proyecto iniciado en 1963, conla fundacin del Instituto de Investigaciones Histricas. Supoaquilatar difundir los conocimientos aprehendidos por per-sonajes que lo haban antecedido en este quehacer de histo-riar, sirviendo de puente generacional entre pasado futuro,transmitiendo sin recelo este cmulo de sabidura, aunndolesu propia experiencia, a los aprendices interesados en la inves-

    tigacin histrica sobre la entidad.Durante su notable carrera al servicio de la Universi-dad Autnoma de Tamaulipas de la comunidad que lo vionacer, recibi un sinnmero de estmulos, alicientes preseasotorgadas por diversas instituciones, sin embargo, la distin-cin ms importante a la que se hizo merecedor, sin lugar adudas, fue su ingreso a la Academia Mexicana de la Historia,correspondiente a la de Real de Madrid, como miembro denmero. Zorrilla apunt en 1991 con motivo de su incorpora-

    cin a la Academia: lo considero un gran honor constitueel sealamiento reiterado de un claro destino que acato conentusiasmo.

    De inestimable valor son sus aportaciones individua-les que se materializan en ms de una docena de trabajos sobrehistoria regional, dos sobre legislacin de Tamaulipas mlti-ples prlogos artculos de divulgacin histrica publicadosen peridicos, en revistas locales nacionales. Su legado inte-lectual, contenido en sus libros e ideas, representa grandes lo-gros prestigio para nuestra Universidad una valiosa contri-bucin que conere proyeccin e identidad para Tamaulipas.

    Por todos estos antecedentes La Comisin OrganizadoraEstatal para la Conmemoracin en Tamaulipas del Bicentenario delinicio de la Independencia y el Centenario de la Revolucin Mexica-na, se congratula en brindar un merecido homenaje a tan dis-tinguido historiador tamaulipeco, reeditando dos de sus obrasms representativas concernientes a los sucesos histricos que

    todos los mexicanos estamos recordando ho. Tamaulipas en laGuerra de Independencia, editado en el ao de 1972, es quizsla obra ms relevante que se haa escrito acerca de este tras-cendente pasaje histrico, dentro de la escasa historiografatamaulipeca que existe sobre el tema. Aunque Zorrilla deneel propsito del libro como fundamentalmente de compila-cin con algunos ensaos interpretativos, su anlisis permite

    JUAN FIDEL ZORRILLA

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    10adentrarse con claridad en los acontecimientos ms destacados,ocurridos en el tiempo de la lucha por la Independencia en lacolonia de Nuevo Santander conocer los tintes particulares

    que present la guerra de Independencia en el mbito local.Por otra parte, el libro Mina y fray Servando en NuevoSantander hoy Tamaulipas, que fue asimismo una publicacinconmemorativa publicada por la Universidad Autnoma deTamaulipas en el 175 aniversario de la Independencia nacio-nal (1810-1985), es un texto que cobra nuevo inters en la ac-tualidad debido a la importancia que signic el desembarcode la expedicin armada a cargo del general Mina del pa-dre Mier en la desembocadura del ro Soto La Marina, el 15 de

    abril de 1817 en el Nuevo Santander. La actuacin de Mina de fra Servando para apoar la independencia de Mxico, sevio reforzada con la participacin popular de los tamaulipecosen dicha expedicin, siendo ste un suceso que reviste espe-cial relieve para la historia local. Este movimiento forjador denuestra nacionalidad, se constitue como un hecho histricoque convierte al territorio tamaulipeco de hace 200 aos, en unescenario de inters nacional.

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    NDICE

    Tamaulipas en la guerra de independencia

    Introduccin1 ParteA principios del siglo XIX

    I La PoblacinII EducacinIII ComunicacionesIV La Jurisdiccin de Nuevo SantanderV La Comandancia la Organizacin Militar

    VI La Intendencia de San LuisVII Organizacin EclesisticaVIII Ataques de Apaches ComanchesIX El drama del Gobernador Ixart

    2 ParteLos acontecimientos

    I AntecedentesII Rebelin en Nuevo Santander

    III El Comandante ArredondoIV Muerte de Herrera BlancasV VillerasVI Revolucin en TulaVII Los hermanos Gutirrez de LaraVIII Diversos hechosIX Mina Fra ServandoX Consumacin de la Independencia

    Mina y Fray Servando en Nuevo Santander hoy Tamaulipas

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    1523283540

    44485256

    5864

    727880838995

    103122

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    Tamaulipas en la Guerra de Independencia1

    Juan Fidel Zorrilla

    Introduccin

    El pasado de Tamaulipas no se ha analizado en forma cientca la divulgacin de los hechos que lo determinaron es mu de-ciente. Esta falta de conocimiento de la historia particular delestado es tambin expresin del subdesarrollo que padecemosen los distintos rdenes de nuestra vida social, encontrndoseel tamaulipeco dentro de una difcil atmsfera que obstaculiza

    el desarrollo econmico cultural e impide un sano desenvol-vimiento poltico.Seguramente son diversos los factores que propician la

    situacin que se seala sobre el ambiente presente en Tamauli-pas, pero considero que concurre entre ellos el desconocimien-to de nuestra historia local nacional la indiferencia antelos sucesos que las informan. Ni la enseanza en las escuelasni la fra mecnica de los actos cvicos conmemorativos hancontribuido con ecacia a revelar a las nuevas generaciones la

    verdad de los hechos histricos.La labor de divulgacin aludida debe constituir una

    actuacin del estado de la universidad puesto que forma par-te de las funciones y las nalidades de estas instituciones, peroapenas si ha sido hasta ahora un esfuerzo de algunos cronistase investigadores particulares, salvo durante el gobierno del in-geniero Marte R. Gmez que se auspiciaron trabajos serios enel campo histrico. La divulgacin tendr que ser coordinada

    con la apertura de bibliotecas pblicas que permitan el accesoal estudio la informacin, pues sabido es que en este renglnde bibliotecas, Tamaulipas ocupa un desairado ltimo lugaren la repblica. Tambin se requerir el apoo de la prensa in-dependiente revisar la enseanza en el aspecto histrico, ascomo imprimir a los actos cvicos una tnica de autenticidad frescura que les borre esa sonoma ocialista de aburrimientoque les caracteriza.

    Una labor de divulgacin bien conducida ser el ci-

    miento para llevar a cabo trabajos serios de investigacin querevelen la magnitud de los hechos pasados permitan su en-tendimiento a travs de una correcta interpretacin. No es f-cil captar la verdad que est tras los sucesos que acaecen a los

    1 Este texto fue publicado originalmente por la Librera de ManuelPorra, S. A., en 1972.

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    13grupos humanos ni lo es tampoco entender las fuerzas que losimpulsan. Por lo mismo, es siempre de gran importancia que seediten propaguen obras histricas de fondo que persigan la

    comprensin de los fenmenos que afectan a las comunidades.Contribuir a divulgar la historia local forma el pro-psito de esta obra que es fundamentalmente de compilacinenriquecida con algunos ensayos interpretativos. La nalidades relatar los hechos que se vericaron en Tamaulipas duranteel periodo que comprende la guerra de independencia. Estaguerra de once aos fue una cruenta revolucin apoada enlas masas de la poblacin humilde de la Nueva Espaa parael autor es el ms grande esfuerzo de los mexicanos para lle-

    var acabo un cambio esencial. Desafortunadamente, el cambiose logr nicamente en el campo poltico, pues se necesitaronotros movimientos luchas posteriores para introducir refor-mas maores en la vida nacional. Por otra parte, un cambiosocial a fondo todava no se realiza, pues no hemos logradoliberarnos de una pesada herencia de formas costumbres queocultan las realidades sociales polticas del pas obstaculi-zan toda innovacin.

    La guerra de independencia de Mxico presenta inte-

    resantes enseanzas histricas que permiten comprender loshechos que la condicionaron los acontecimientos que se su-cedieron despus de 1821 hasta encumbrar primero a Iturbi-de luego a Santa Anna, quienes capitalizaron la unin quepropici el Plan de Iguala. A partir de la alianza de Guerreroe Iturbide que condujo a la proclamacin de la independencia,se abrieron las puertas del poder pblico a lo ms enconadosenemigos de la insurgencia. El acceso al poder de los realistasconstitue un hecho singular en nuestra historia que nos per-mite entender por qu se impidieron los cambios reformasque requera la naciente repblica.

    Los acontecimientos ms importantes en el tiempo dela lucha por la independencia en la colonia de Nuevo Santan-der fueron la insurreccin en Aguao Padilla, la revolucinde Tula el desembarco de la expedicin de Mina en la desem-bocadura del ro Soto La Marina, correspondiendo los dos pri-meros hechos a la etapa inicial de la cruenta guerra teniendo

    el aludido desembarco que se llev a cabo en 1817 de relievehistrico nacional.La escasa poblacin del territorio Tamaulipeco plante

    dicultades a las guerrillas insurgentes y la necesidad comnde unirse en la defensa frente a los ataques de apaches co-manches en la regin del norte fue un factor contrario al desa-rrollo de la insurreccin. Las autoridades coloniales prestaron

    INTRODUCCIN

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    14atencin vigilancia a la frontera el litoral en previsin de in-ltraciones del exterior habiendo sido primero Altamira, luegoAguao por ltimo San Carlos las sedes de la organizacin

    militar realista que siempre tuvo carcter ofensivo persecu-torio. Los eventos fueron interesantes presentando los hechoscaractersticas regionales mu particulares nexos estrechoscon los movimientos insurgentes en las provincias vecinas deSan Luis Potos, Nuevo Len Texas.

    Al consumarse la independencia en Tamaulipas se en-treg el poder del gobierno del estado a Felipe de la Garza,quien mantuvo fuerte inuencia poltica y militar en la enti-dad hasta su muerte en Soto La Marina en 1833, salvo durante

    parte del periodo del imperio de Agustn de Iturbide que fueprivado del mando militar que tena debido a su tentativa desublevacin. De la Garza fue el ms destacado realista tamauli-peco durante la guerra de independencia habiendo sido enton-ces el brazo derecho del comandante Joaqun de Arredondo.

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    PRIMERA PARTE

    A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX

    Captulo I

    La poblacin

    La poblacin de los estados del norte de la repblica en parti-cular la de los estados de Coahuila, Nuevo Len Tamaulipaspresenta ciertas caractersticas similares derivadas de su geo-grafa, atendiendo la naturaleza extensin de los territorios

    su situacin fronteriza. Une a estas entidades un pasado his-trico comn que se maniesta desde los tiempos colonialespor la necesidad de defensa frente a los ataques de apachesy comanches; pero esencialmente se identican por su colo-nizacin que se hizo en su maor parte con gentes nacidas bien arraigadas en el pas. Ral Rangel Fras en un interesanteensayo llamado Cosas Nuestras, rerindose al origen y des-envolvimiento del pueblo de Nuevo Len dice: El fenmenode formacin de la entidad jurdico-poltica de Nuevo Len, seefectu a nes del siglo XIX. Sus antecedentes del siglo XVII ydel siglo XVI son prembulos, pero la conguracin histricaslida positiva es la del siglo XIX. Se form de una especiede acarreo histrico de otras provincias; de fenmenos demo-grcos secundarios a la integracin de Mxico a travs de laColonia de otros posteriores particularmente primarios enla poblacin en la economa despus de la Independencia deMxico. Fuimos una segunda etapa en el fenmeno de la con-

    quista poblacin de la Nueva Espaa; en la que participaroncriollos mestizos con los indgenas, ms que los peninsula-res1. La opinin de Rangel constitue una interpretacinmu afortunada sobre la forja de nuestros pueblos norteos es aplicable a Tamaulipas, cua colonizacin tarda se inicia fondo a mediados del siglo XVIII con el plan de Escandn.Si Nuevo Len fue una segunda etapa en el fenmeno demo-grco de la colonizacin, Tamaulipas integra una tercera fase

    dentro del mismo fenmeno, bastando repasar las listas de lospobladores que fundaron las villas de Nuevo Santander, parapercatarse de que los primeros colonizadores eran en su maorparte nacidos en la Nueva Espaa.

    1 Ral Rangel Fras, Cosas Nuestras, Monterre, Fondo EditorialNuevo Len, 1971, p. 87.

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    16 Enseguida proporcionaremos datos de diversas fuen-tes sobre la poblacin de Nuevo Santander, revelando el an-lisis estadstico reducido por Alejandro de Humboldt para el

    ao de 1803 que contaba con 38,000 habitantes, en tanto queNuevo Len tena 29,000, Coahuila 16,900 Texas slo 10,948,integrando estas cuatro entidades las llamadas Provincias In-ternas de Oriente. Como el territorio de Nuevo Santander seextenda en una supercie de 5,193 leguas cuadradas, la densi-dad de poblacin de la colonia era en ese tiempo de 7 habitan-tes por legua cuadrada. La intendencia de San Luis Potos, dentro de la que seinclua Nuevo Santander, tena 334,000 habitantes, siendo la de

    territorio ms extenso de Nuevas Espaa, pues su supercieera de 27,821 leguas cuadradas con una densidad de poblacinde 12 habitantes por legua cuadrada. Las Provincias Internasde Oriente eran las menos pobladas de la intendencia, habien-do sido el factor de poblacin antecedente mu importante delos hechos histricos que afectaron el destino de Texas, des-pus de la consumacin de la independencia.

    La poblacin total de Nueva Espaa en 1803, de acuerdocon el citado autor, era de 5, 837,000 habitantes la densidad

    de 49 habitantes por legua cuadrada.Los datos que compil Fernando Navarro indican para

    Nuevo Santander en 1810 una poblacin de 56,937 habitantesde los que 14,639 eran espaoles, 28,825 formaban parte de lascastas 13,251 eran indios.

    Al consumarse la independencia de 1821, segn estads-tica de Toribio de la Torre, la poblacin total de Tamaulipasascenda a 67,434 habitantes (sesenta siete mil cuatrocientostreinta cuatro). La entidad se dividi en seis partidos polti-cos que fueron los siguientes: Santander (Jimnez) con 8,185habitantes, Mier con 13,956, Tula con 12,664, San Carlos con10,150, Aguao con 11,759 Altamira con 10,504)2. La jurisdic-cin de cada partido, la fecha de fundacin de las cabeceras el nmero de habitantes de cada una de las 37 comarcas muni-cipales que los integraban, se transcriben a continuacin:

    2 Toribio de la Torre et al, Historia General de Tamaulipas, Mxico,indito, pp. (este texto fue publicado por el Instituto de Investigaciones Hist-ricas de la Universidad Autnoma de Tamaulipas en 1975, tres aos despusde publicado el presente texto, reeditado en 1986. N. del E.) Alejandro deHumboldt, Ensayo Poltico sobre el Reino de la Nueva Espaa, Mxico, EditorialPorra, p. 105.Mxico a travs de los siglos , t. II, Mxico, Editorial Cumbre, 1956,p. 890.

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    17Partido de Santander

    Santander (Jimnez). Febrero 17 de 1749.. 1516Padilla. Enero 6 de 1749... 996

    Croix (Casa). Junio 3 de 1770.. 1017Marina. Septiembre 3 de 1750. 1323Santillana (Abasolo). Octubre 26 de 1752.. 758Cruillas. Junio 16 de 1765. 940San Fernando. Marzo 19 de 1749. 1635

    Partido de MierMier. Marzo 6 de 1753.. 2228Refugio (Matamoros). 1749.. 2461

    Renosa. Marzo 14 de 1749.. 3201Camargo. Marzo 5 de 1749.. 2956Revilla (Guerrero). Octubre 10 de 1750.. 1693Laredo. Mao 15 de 1755. 1471

    Partido de TulaTula. Julio 22 de 1617. 7039Santa Brbara (Ocampo). Mao 19 de 1749 4650Infantes (Bustamante). Mao de 26 de 1749 975

    Partido de San CarlosSan Carlos. Junio 6 de 1766. 2235Hoos. Mao 19 de 1752. 2580Cerro (Villagrn). Mao de 1752 3123Real de San Nicols. Abril 10 de 1768 803Burgos. Febrero 20 de 1749. 1409

    Partido de AguaoAguao (Ciudad Victoria). Octubre 6 de 1750... 4008Gemez. Enero 1 de 1749 1240Palmillas. Octubre 3 de 1745. 1952

    Jaumave. Mao 19 de 1744 3243Llera. Diciembre 25 de 1748.. 1532

    Partido de AltamiraAltamira. Mao 2 de 1749 3066

    Presas (Aldama). Abril 15 de 1790.. 1923Horcasitas (Magiscatzin). Mao 11 de 1749. 2252Escandn (Xicotncatl) Marzo 15 de 1751 2063Baltasar (Antiguo Morelos) 1200

    Esta divisin de municipalidades subsisti despus deconsumada la independencia, fue base de la divisin de los

    LA POBLACIN

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    18cuatro primeros distritos judiciales constitu el cimientode la actual organizacin territorial. Al promulgarse la prime-ra constitucin de Tamaulipas en 1825 se dispuso que hubie-

    ra auntamiento en los pueblos que con su comarca tengandos mil almas de poblacin, pero se determin que podranconstituirse auntamientos en los lugares que tuviesen menospoblacin mediante acuerdo del Congreso del Estado. Respec-to a los pueblos que no tuviesen auntamiento se orden queeligieran mediante comicios populares un alcalde un sndicoprocurador, institucin que se conoca con el nombre de mediocabildo.

    De las villas que fund repobl Escandn, al iniciar

    la guerra de independencia haban cambiado de ubicacin lassiguientes: Renosa, Santander (Jimnez), Escandn (Xicotn-catl), Burgos, Croix (Casas) Soto la Marina, Aguao (Victoria)mud su asiento, primeramente establecido en la hacienda deTamaulipas, dos kilmetros hacia el noreste, el mismo ao desu fundacin, cambio que se origin en conveniencias de segu-ridad militar debidas a la proximidad de la sierra que abrigabancleos indgenas rebeldes. Congregacin del Refugio modi-c su localizacin en 1823 ligeramente hacia el sur de su primi-

    tiva sede, apuntndose que el 28 de enero de 1826 se le dio elnombre de Matamoros, otorgando la categora de villa. Laredotambin cambi su ubicacin, posteriormente, en marzo de1848, mudndose sus habitantes a la orilla derecha del ro Bra-vo con motivo de la injusta delimitacin de territorios obligadapor el resultado de la guerra de intervencin americana.

    Los ms acentuados dramticos cambios de ubicacinfueron el referido de Laredo los de Renosa Soto La Ma-rina. Renosa se traslad veinticuatro kilmetros ro abajo enla misma margen derecha del ro Bravo con motivo de la graninundacin de 1802, Soto La Marina se mud veintiocho ki-lmetros ro arriba en 1810 debido a que la poblacin fue diez-mada por la ebre amarilla que azot la regin por los aos de1802 1803.

    Gabriel Saldvar en su estudio sobre los indios de Ta-maulipas clasica las tribus que poblaban el territorio de laentidad antes de la colonizacin por sus hbitat grado de

    cultura en cuatro agregados que denomina el grupo del norte,grupo de la Sierra Madre, grupo de la Tamaulipas Oriental grupo Huasteca, siendo este ltimo el que se encontraba msadelantado en todos los rdenes dispona de posesin territo-rial sobre la cuenca sur del Ro Guaalejo o Tamesn. El grupodel norte habitaba en las cuencas de los ros Puricacin, Con-chas Bravo a partir de Mier dedicndose sus integrantes a la

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    19caza recoleccin de frutas silvestres races, siendo en ge-neral de carcter dcil pero siempre decididos a defender susposesiones. El grupo de indios de la Sierra Madre, belicosos

    rebeldes habitaba desde el cerro del Jabal hasta la Huaste-ca, valles comprendidos entre el sur de la Sierra TamaulipecaOriental el norte del Ro Pnuco. Las naciones de Janambres Pisones eran las ms importantes integrantes de este grupoque se caracteriz por su hostilidad a los colonizadores, siendosu ocupacin principal la caza la recoleccin. Al grupo de laSierra Tamaulipeca Oriental la considera Saldvar en un gradomaor de civilizacin que a los de la Sierra Madre del Nor-te, puesto que se dedicaban al cultivo agrcola de calabazas,

    maz, frijol, camotes otras plantaciones por lo mismo eransedentarios, inuenciados por la cultura de los huastecos, sien-do sus naciones ms importantes las Pasitas, Mariguanes Si-mariguanes. El hbitat de este grupo de la sierra TamaulipecaOriental segn el autor citado era la propia serrana la costadel golfo entre la desembocadura el Ro Panuco la del Ro Pu-ricacin3. Otros historiadores, entre ellos Meade, consideranque la Huasteca se extenda por el norte hasta el ro de SotoLa Marina an ms all hacia el Chamal Tangumba4,

    por lo que con este criterio el grupo de la Tamaulipa quedaraincluido dentro de la cultura huasteca.

    La poblacin indgena de Tamaulipas era mu nume-rosa al iniciarse el proceso de colonizacin, particularmente laque se concentraba en la cuenca del ro Tamesn dentro de lacultura huasteca, pues como dijo el padre de Witte: esta tierraera la ms poblada que cubre el sol, por los edicios antiguosque hallamos en ella5.

    Los indios que habitaban Tamaulipas presentan una ca-racterstica comn que era su actividad guerrera, actividad queunicaba a las distintas tribus o naciones en el criterio paradesignar a sus jefes. Expresa Isabel Eguilaz que partiendo delcarcter eminentemente guerrero de la maora de las tribus dela colonia, el modo que tenan de gobernarse era mediante elreconocimiento de un jefe en cada una de ellas, que era el msvalerosos entre todos; a l le rendan obediencia su autoridad

    3 Gabriel Saldvar, Los Indios de Tamaulipas, Mxico; Instituto Pana-mericano de Geografa e Historia, 1943, p. 10 ss.

    4 Joaqun Meade, La Huasteca: poca antigua, Mxico, Editorial Coso,1942, p. 23.

    5 Blas Rodrguez, Tampico-Datos para la historia de la Huasteca, Mxico1932, p.16. (El autor no proporciona la editorial no fue posible averiguarla N.del E.)

    LA POBLACIN

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    20la manifestaban especialmente en los asuntos de guerra6.

    Se ha sostenido que los indios de Tamaulipas se extin-guieron frente al proceso de colonizacin, unos grupos porque

    se aglomeraron en las congregas en las misiones pasando s-bitamente de la vida nmada a la sedentaria el cambio devida les acab la energa, el gusto por vivir la resistencia a en-fermedades, reducindolos hasta su desaparicin como grupossociales; otros como los Jonaces, los Pisones los Janambresse extinguieron frente a la persecucin que se organiz en sucontra por los militares espaoles, colonos grupos indgenasasimilados. En los primeros veinte aos de la colonizacin severic en gran parte esta exterminacin, pues en 1757, dice

    Eguilaz se emboscaron los espaoles cogieron por sorpresaa los indios Janambres tras un combate de tres horas, mata-ron a la maora de ellos7. Previamente los haban combati-do derrotado en las inmediaciones de la sierra de San Joscuarenta espaoles al mando del capitn de milicias AntonioPuga.

    Los indios de Tamaulipas lucharon por mantener su vidalibre de cazadores durante los referidos primeros veinte aosde la colonizacin alternaban entre la paz la guerra, pues confrecuencia pactaban con los espaoles el n de las hostilida-des para iniciarlas pocos despus. El asalto a la poblacin deEscandn en 1751 las continuas guerrillas en otros lugaresde la colonia pusieron de relieve la necesidad de forticar laspoblaciones, lo que se hizo en 1769 al establecerse pequeoscantones de milicia donde ho estn Villeras (Altamira), Xico-tncatl (antes Escandn) Gemez Abasolia (antes Santillana)para auxiliar a los pueblos en caso de ser hostilizados: para losdel Distrito del Norte se pusieron 40 hombres en Laredo paracubrir la lnea8.

    Jos de Escandn en su informe de 1764 hizo ver que lavilla capital del Nuevo Santander, la de Santillana, la de SotoLa Marina, las de Padilla, Gemez, Aguao, Llera Escan-

    6 Isabel Eguilaz, Los Indios del Nordeste de Mxico en el Siglo XVIII,Sevilla, Universidad de Sevilla, 1965, p.91.

    7 Eguilaz, op. cit. p. 114. Sostiene esta autora que en las fundaciones

    de Cruillas en 1765, San Carlos en 1766 Croix en 1770 se destru el msrecndito escondrijo de los indios, que no tuvieron ms alternativas que con-gregarse en las misiones ms cercanas, o algunos, los ms rebeldes, alejarsehacia el norte, hasta llegar a confundirse con las tribus que an por esta pocarecorran las fronteras de Coahuila mrgenes del Ro Grande del Norte.Agreg que en 1770 se hallaba la Colonia del Nuevo Santander completamen-te libre del peligro de asaltos indgenas, no quedando apenas resto alguno,de los grupos indgenas de los primeros tiempos de la colonia.

    8 Torre, op. cit., p. 27.

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    21dn estn frecuentemente hostilizadas de los indios rebeldesque en cortas cuadrillas roban sus ganados dan muerte a losque en su guarda encuentran solo o en sementeras Agreg

    Escandn en el mismo informe que el golpe de los indios essiempre tan violento, que slo los que estn a caballo puedensalir a repararle en el nterin los siguen pueden habilitarse, sinque se d el caso en que los de una poblacin puedan ocurrir,an a la ms inmediata, en tiempo de ser tiles a remediar eldao, pues con bueno o mal suceso ganan como pjaros lasinmediatas sierras as es preciso que cada poblacin se man-tenga en estado de defensa, sin atenerse a que le den socorrode las otras, habiendo enseado la experiencia que se logr

    siempre mayor benecio por medio de seis hombres que pron-tamente avancen, que por doscientos que en formal campaasigan despus a los rebeldes9. Hemos trascrito estas opinionesporque revelan el estado de intranquilidad que priv en las vi-llas tamaulipecas durante la etapa de colonizacin muestranconocimientos pericia de Escandn en materia militar.

    Los nativos caeron en la lucha, se les atac en las bo-cas de la sierra en sus propios refugios fueron exterminadoscomo grupos o unidades sociales, salvo pequeos ncleos de

    la zona de Tula algunos del norte en las inmediaciones deRevilla Camargo. Despus de consumarse la independencia,de la Torre opin Ho tiene el Departamento una poblacinde 106,748 (censo de 1840) habitantes puede asegurarse quel, ms que ningn de los de la repblica, cuenta menos restosde la raza que pobl antiguamente lo que form en la actuali-dad la masa total de la nacin por que 771 que se hallan en suterritorio es insignicante10. El dato demogrco del ao de1840 es dramtico y denitivo en tanto que prueba la extincinde las razas aborgenes de Tamaulipas.

    Es necesario apuntar que algunas de las tribus tamau-lipecas reconocen uno de los ms remotos orgenes de la ci-vilizacin referido al trnsito del nomadismo al sedentarismo a la iniciacin de la actividad agrcola, a que durante lasfases culturales llamadas Ocampo temprano Nogales quecomprenden entre tres mil cinco mil aos antes de Cristolos habitantes de las cuevas de Tamaulipas dejaron evidencia

    denida del cultivo de plantas respecto a la variedad de ca-labaza conocida como cucrbita pepo el frijol rojo identi-cado tcnicamente comophaesolus vulgaris, estimndose que

    9 Estado General de las Fundaciones hechas por Jos de Escandn en lacolonia del Nuevo Santander, Mxico, Talleres Grcos de la Nacin, t. II, 1929, p.193.

    10 Torre, op. cit. p. 31.

    LA POBLACIN

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    22en ese periodo, de clima predominantemente caliente seco,los nativos de Tamaulipas se alimentaban en 80% de plantasdel monte, en 12% a15% de la cacera en 5% a 8% de plantas

    cultivadas, correspondiendo este rgimen de nutricin a ind-genas que habitaban la zona sur de la sierra de Tamaulipas laparte suroeste de la Sierra Madre Oriental.11

    El territorio colonial de Nuevo Santander tena por l-mite al norte la provincia de Texas, ro de las Nueces de pormedio, al oriente el Golfo de Mxico, lindado al sur con lasprovincias de Veracruz San Luis Potos al poniente con elNuevo Reno de Len. Al promulgarse la primera Constitu-cin Poltica del Estado Libre de Tamaulipas el seis de mao

    de 1825, se estableci en el artculo 5 que el territorio del es-tado comprende lo que contena la antes llamada Provincia deNuevo Santander. La franja que se extiende entre el ro Bravo el de las Nueces la perdimos al celebrarse el Tratado de Gua-dalupe-Hidalgo despus de la guerra de intervencin america-na. Esta franja nunca haba formado parte de Texas por lo queconstitu su prdida un acto evidentemente injusto. Salvoesta porcin la supercie actual de Tamaulipas es la que an-tes correspondi a Nuevo Santander. Durante el gobierno del

    ingeniero Alejandro Prieto Quintero (1888-1896) se precisaronlos lmites de Tamaulipas con Nuevo Len San Luis Potos.

    11 Gordon R. Wille, An Hypothesis on The process of Mesoamericanagricultural developments, homenaje a Fernando Mrquez Miranda, Madrid1964, p. 380.

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    Captulo II

    Educacin

    El importante ramo de la educacin fue descuidado en formalamentable por las autoridades coloniales de Nueva Espaa enNuevo Santander debido a la tarda colonizacin. Las conse-cuencias de la deciente educacin revelaban un atraso mayoraun que el existente en el interior del pas.

    Dos factores determinaron el nivel educativo de las pri-meras generaciones que habitaron en Nuevo Santander a partirde la colonizacin, uno referido al grado social de instruccin

    de los colonos otro relativo a la adaptacin de los indgenasconquistados. Los primeros colonos, procedentes en su maorparte de Nuevo Len San Luis Potos, eran gente de escasorecursos poca educacin, labriegos pequeos ganaderos;de suerte que estos pobladores modestos constituen el puntode partida de la comunidad tamaulipeca que ha sido predomi-nantemente rural en su conformacin.

    Por lo que se reere al factor relacionado con la pacica-cin de los indios es de apuntarse que la administracin de las

    primeras misiones se encomend a regulares de los Colegiosde San Francisco de Mxico nuestra Seora de Guadalupe deZacatecas, segn providencia tomada por la Junta de Guerra aldisponerse la colonizacin de Nuevo Santander1. Las misionesse establecieron con muchas dicultades y limitaciones econ-micas en algunas villas no fue posible congregar a los ind-genas ni fundar la misin, lo que origin el conocido conictoentre los colegios citados y Jos de Escandn. Este conicto dio

    lugar a la retirada de los misioneros su sustitucin por otrosde las provincias de la Regular Observancia, sujetndose al nde la controversia unas misiones a las provincias de Zacatecas,algunas a las de Michoacn otras a la Custodia de Tampico.La pacicacin de indios y su incorporacin se logr parcial-mente, puesto que no pudo evitarse la exterminacin de algu-nos grupos que se mantuvieron en rebelda constante, comolos Janambres que asaltaron al pueblo de Escandn. Por estasdicultades se retras la pacicacin y la conversin de los

    nativos. Por otra parte, los conictos que se originaron cons-tantemente entre los pobladores de espaoles los frailes sedeban a las costumbres de esos primeros colonos, que segnFra Diego Ximenez eran cuasi todos gente perdida, huda

    1 Fidel de Lejarza, Conquista Espiritual del Nuevo Santander, Madrid,Consejo Superior de Investigaciones Cientcas, Instituto San Toribio de Ma-grovejo, 1947, p. 311.

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    24de sus tierras por no pagar; que all viven sin conciencia, hastadecir algunos que no obliga la confesin anual. Dice Lejarzaque los amancebamientos estaban a la orden del da que no

    haba respeto a los sacerdotes.2

    Las exageradas opiniones delfraile Ximenez el criterio de Lejarza revelan que en NuevoSantander, desde su fundacin, se ncaron discrepancias entreel clero y la poblacin civil y maniestan con claridad que elconicto entre Escandn y los colegios referidos se complichasta que se logr resolverlo en la forma apuntada.

    La situacin referida los problemas propios de todoestablecimiento colonial que se inicia impidieron el desarro-llo educativo en Nuevo Santander, a grado de que al iniciar

    el movimiento de independencia apenas si se prestaba algunaatencin a la educacin pblica. Alessio Robles dijo que conpequeas variantes, determinadas por la situacin geogrca por su oro-hidrografa, las condiciones econmicas socialesdel Nuevo Reino de Len de la provincia del Nuevo San-tander eran mu semejantes a las de las provincias de Texas Coahuila, por tener al frente los mismos problemas, de los cua-les el principal era la guerra continua con los indios brbaros,que en realidad nunca llegaron a someterse en forma estable,

    que en vez de cooperar con su esfuerzo con su trabajo alengrandecimiento de aquellas provincias las asolaban a sangre fuego en sus caceras devastadoras.3 Agrega Alessio Roblesque la educacin pblica en las Provincias Internas de Orien-te se hallaba en completo abandono, salvo las escuelas de al-gunas villas haciendas. La educacin no estaba diferenciadade la enseanza de la doctrina cristiana, pues la contribucineducativa ms importante se encontraba en los misioneros prrocos.4

    Por otra parte, esta deciente atencin de las autorida-des espaolas a la educacin pblica era patente en generalen las provincias. Velzquez, rerindose a San Luis, dice que:Haba escuelas privadas, para los que podan pagar. Pero lamaora de los indigentes sigui olvidada, cuando no por faltade maestros, por la de fondos5. Prez Verda, en relacin con

    2

    Ibid. p. 341.3 Vito Alessio Robles, Coahuila y Texas en la poca colonial, EditorialCultura, Mxico 1938, p. 605.

    4 La falta de diferenciacin en las funciones de la instruccin laausencia de libertades religiosas polticas impidieron que la educacin pene-trara en grandes sectores de la poblacin, creando un monopolio del conoci-miento para benecio de las clases opresoras.

    5 Primo Feliciano Velsquez, Historia de San Luis Potos, t. II, Mxico,Sociedad Mexicana de Geografa Estadstica, 1947, p.642.

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    25la educacin pblica en Guadalajara a principios del siglo XIXdice: En toda la ciudad no haba ms que una escuela pblicade primeras letras, sostenida por el consulado los particulares

    apenas podan conar la enseanza de sus hijos a algn peda-gogo... siendo los ramos de enseanzas el silabario, el catecis-mo, el Catn censorino, las cuatro reglas fundamentales de laaritmtica la escrituras en planas. Respecto al tratamiento delos nios, era duro porque imperaba la regla de que la letra consangre entera6. En Monterre, dice el historiador SantiagoRoel: Al obispo Marn se debe al establecimiento de las pri-meras dos escuelas primarias que hubo en el Nuevo Reno, lascuales abrieron sus clases en Monterre el 4 de julio de 1803

    La instruccin impartida en ambas era gratuita obligatoria a los educandos pobres se les ministraban, adems, todos loslibros tiles que haba menester7.

    En 1782, en la poca de Carlos III, se expidi una realorden disponiendo que hubiera en cada pueblo una escuelapagada por la caja de la comunidad con sueldo suciente parael profesor de acuerdo con el nmero de alumnos. Estas escue-las de primeras letras solamente se establecieron en algunaspoblaciones, estando por lo general la primera educacin re-

    servada en Nuevo Santander a unas cuantas familias que po-dan pagar maestros particulares, limitndose la enseanzaa conocimientos elementales de aritmtica, lengua castellana doctrina cristiana, pues la educacin pblica la instruccinreligiosa no constituan actividades diferenciadas, sino al con-trario, se ejercan como una sola funcin. La doctrina se ense-aba por los prrocos los misioneros no haba en NuevoSantander seminarios ni colegios religiosos al iniciar la inde-pendencia.

    El profesor Ral Garca, en sus Apuntes para la Historiade la Educacin en Tamaulipas expresa que cuarenta aos antesdel Grito de Dolores en la provincia del Nuevo Santander nohaba expresiones culturales de valor; el analfabetismo la ig-norancia eran comunes entre los blancos, mestizos e indios. Laeducacin estaba limitada a un reducido nmero de escuelasrudimentarias particulares para la enseanza del catecismocristiano, de la lectura, la escritura elementos de clculo8.

    Cita el mismo autor un bando publicado en San Carlos el 6 de

    6 Luis Prez Verda, Historia particular del Estado de Jalisco, t. II, Gua-dalajara, Grca Editorial, 1952, p. 6.

    7 Santiago Roel, Nuevo Len. Apuntes histricos, Monterre, Imprentade Monterre, 1948, p. 66.

    8 Ral Garca Garca, Apuntes para la Historia de la Educacin en Ta-maulipas, Mxico, Editorial Jus, 1964.

    LA EDUCACION

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    26octubre de 1811 expedido por el teniente de justicia en el queordena a los padres de familia enviar a sus hijos a la escuelapblica (nios comprendidos desde la edad de siete aos hasta

    la de quince), advirtiendo a los que no cumplieran que se to-maran provisiones para su excarmiento.Al promulgarse la Constitucin de Cdiz en 1812 se em-

    pezaron a preocupar las autoridades coloniales por el estable-cimiento de escuelas pblicas en atencin a lo dispuesto por elartculo 366 de dicha carta fundamental que dice lo siguiente:En todos los pueblos de la monarqua se establecern escue-las de primeras letras, en las que se ensearan a los nios aleer, escribir contar, el catecismo de la religin catlica, que

    comprender tambin una breve exposicin de las obligacio-nes civiles. Se advierte en esta disposicin que continuabanindiferenciadas la educacin pblica la instruccin religio-sa, pero resulta evidente el inters del Estado en extender elbenecio de la instruccin religiosa, pero resulta evidente elinters del Estado en extender el benecio de la instruccin atodo el reino al darle categora constitucional al mandato sobreeducacin. Con motivo de la promulgacin de la citada cartade Cdiz, las propias cortes expidieron el 23 de junio de 1813

    instruccin general para el gobierno econmico poltico delas provincias, disponiendo en el artculo 14 del primer cap-tulo que los auntamientos cuidaran de todas las escuelasde primeras letras dems establecimientos de educacinvelando el buen desempeo de los maestros en el artculo12 del segundo captulo conri facultades a las diputacionesprovinciales para velar el cumplimiento de lo que est preve-nido a los auntamientos acerca del establecimiento de escue-las de primeras letras e instrucciones de la juventud conformea los planes aprobados por el gobierno.

    Santander, ho Jimnez, el 15 de abril de 1814, segncopia del acta que obra en el archivo municipal, se acord enel auntamiento designar maestro de la escuela local al seorJuan Bustamante, nativo de Caracas residente de la villa deSantillana por ser persona de sobrada instruccin honradoproceder Esta escuela, segn la misma acta, se reabri des-pus de seis aos en que la importante villa estuvo sin atender

    la cuestin educativa, siendo su propsito la enseanza deprimeras letras, educacin de los nios trato civil para conDios los Hombres. El auntamiento intervino en el casode acuerdo con los artculos 366 325, prrafo V de la Cons-titucin de las Cortes de Cdiz. Las clusulas bajo las que seoblig al profesor a impartir clases fueronPrimera. Que sele ha de dar casa para la enseanza; Segunda. Que todos los

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    27nios se han de obligar a que vengan a dicha escuela; Tercera.Que no se le ha de faltar a su paga Cuarta. Que se facilite unpie de altar para su preciosa subsistencia.

    Es revelador del estado el abandono de la educacin enNuevo Santander en el ocio del cuatro de octubre de 1814 queremiti el gobernador interino Francisco Lpez al alcalde deSantander, Jos Antonio de la Cueva, ocio en el que disponese exija a los vecinos que liquiden al maestro de la escuela loque adeuden los alumnos a que indispensablemente le pa-guen en numerario por mesadas, o semanas, o del modo queles fuese menos sensibles; sin permitir jams que queden de-biendo a dicho maestros.9

    En Nuevo Santander no se conoca la imprenta comotampoco exista en las otras Provincias Internas de Oriente,siendo la imprenta que trajo el general Mina que oper el im-presor Bangs, la primera que funcion en las cuatro provinciasmencionadas en virtud de una serie de azarosas circunstancias son los boletines de Mina de 1817 los primeros impresos enTamaulipas. Unos aos antes, en Armadillo, San Luis Potos,Alejo Infante instal en 1810 la primera imprenta de esa impor-tante provincia, limtrofe de Nuevo Santander.

    El 24 de septiembre de 1810 el auntamiento de la ciu-dad de Saltillo, capital de Coahuila, expidi a Miguel RamosArizpe credencial que lo acredit como diputado de las Cor-tes que se reunieron en Cdiz, cumpliendo con la convocato-ria que formul la Junta Central de Sevilla el 29 de enero de1810. El auntamiento citado hizo entrega al diputado RamosArizpe de un instructivo en el que se le recomend pedir elestablecimiento de un colegio de instruccin superior para laenseanza de la gramtica y la losofa con el propsito de ins-truir a la Juventud de Coahuila, Nuevo Len, Texas NuevoSantander.10

    9 Archivo Municipal de Jimnez, Tamaulipas (copia).10 Alessio Robles, op. cit, p. 628.

    LA EDUCACIN

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    Captulo III

    Comunicaciones

    En 1810, Tamaulipas tena una red de comunicaciones que secompona de caminos reales caminos de travesa, conocidoscomo caminos de herradura, siendo stos de segundo ordenpues solamente podan ser transitados a pie. El cuidado con-servacin de los caminos estaba a cargo de los auntamientos.

    Las comunicaciones permitan el funcionamiento delservicio de correos que en 1810 se prestaba de Monterre aAltamira dando atencin a Linares, Real de Borbn, Hoos,

    Aguao Horcasitas. Sala de Aguao otra valija para SanCarlos, dice el documento consultado, pasando por Gemez Padilla la estafeta de San Carlos, se relata en el mismo pa-pel, hace aos esta en giro con Linares. Renosa, Camargo,la Congregacin del Refugio, Laredo Revilla tenan valija decorreos. Haba correo entre Tula Aguao pasando por Pal-millas Jaumave, pues esta ruta comunicaba con la capital deNueva Espaa tambin se prestaba el servicio entre Altamira,Presas del Re, Santillana Santander. Los dems pueblos de

    la colonia recurran a las mencionadas villas para comunicarsepor correo. El servicio se prestaba en algunas rutas cada quincedas en otras semanalmente.1

    En la Nueva Espaa el ocio del correo mayor se esta-bleci desde el siglo XVI, concedindose la merced el 27 deagosto de 1580 a Martn de Olivares. Este ocio se transmita apersonas particulares por venta en subasta pblica como unaespecie de concesin, pero en el ao de 1765 se incorpor a las

    funciones del estado en virtud de la cdula del 21 de diciem-bre. San Luis Potos fue una de las capitales de provincia queconcentraba correspondencia, pues una ruta o carrera cubra elservicio de correos a la ciudad de Mxico desde principios delsiglo XVII, de suerte que al ser colonizado Nuevo Santanderconstitu la citada ciudad de San Luis el ms importante ob-

    jetivo de comunicacin terrestre de la colonia, siendo las rutasde San Luis a Tula de Tula a Aguao las de maores interspoltico, militar comercial.

    En las provincias del norte se estableci el correo comoservicio mediante bando expedido en Chihuahua el 1 de ene-ro de 1779 por el caballero Teodoro de Croix, primer coman-dante de las Provincias Internas. Por virtud de dicho bando

    1 Ocio dirigido por Juan Bautista Arizpe el 24 de mayo de 1814 alAuntamiento Constitucional de la Villa de Santander. Archivo Municipal de

    Jimnez, Tamaulipas (copia).

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    29se comunicaron regularmente las provincias de Sonora, NuevaVizcaa, Coahuila Texas mediante correos quincenales seestableci servicio hasta el presidio de San Eleazario en Nue-

    vo Mxico de Arizpe, Sonora a la Baha de Espritu Santo,en Texas, servicio ste que era mensual que comunicaba unaamplsima zona. Se establecieron administraciones principales subalternas, franquicias para los pliegos del real serviciodestinndose soldados de cuera de las compaas volantespara conducir la correspondencia con seguridad. El estable-cimiento del correo fue una de las inteligentes medidas queadopt el caballero de Croix para consolidar el podero poltico militar de las provincias internas a las que despus se incor-

    poraron el Nuevo Reno Nuevo Santander.2

    Al consumarse la independencia, segn constancia r-mada por Felipe de la Garza en Soto la Marina el 7 de febrerode 1822, las nicas villas de la entidad que tenan estafeta eranSan Carlos, Jaumave, Palmillas, Tula, Santa Brbara, Escan-dn, Horcasitas, Altamira, Borbn, Hoos, Aguao, Padilla Laredo.

    Atendiendo que Santander (Jimnez) fue la capital de laprovincia durante el inicio del periodo colonial, se comunicaba

    con cinco caminos reales: siendo el primero que sale de stavilla al sur para la villa de Altamira Huasteca; el segundopara la villa de Aguao la tierra fuera; el tercero rumbo porel noreste para la villa de San Carlos provincias del NuevoReno de Len Coahuila; el cuarto rumbo al nordeste parala villa de San Fernando provincia de los Tejas el quintoal oriente para las salinas3 Estos caminos reales tenan unaanchura de doce varas (diez metros).

    Los caminos reales que servan a la organizacin colo-nial en Nuevo Santander eran los siguientes:

    1. El camino de la Congregacin del Refugio (actual-mente Matamoros) a Monterrey, que se identica como unaantigua ruta de diligencias, pasaba por Magueitos, Caeta-no, Santo Domingo, Torrecillas, Norias, Comas Aguao delLobo, penetrando en Nuevo Len despus de este lugar; 2. Ca-mino de Monterre a Tampico a travs de Linares Aguao(despus ciudad Victoria) que al internarse en Tamaulipas

    pasaba por Sabino Mocho, la Patria, El Cerro o Real de Borbn(despus Villagrn), Hoos (Hidalgo), Santa Mara, Santa En-gracia, Aguao, El Portn, El Forln, La Panocha, Alamitos, El

    2 Fernando, Sandoval B., El correo en las Provincias Internas, 1779, s. e.1948, pp. 8, 85 86.

    3 Acta del Auntamiento de la Villa de Santander del primero demarzo de 1914, Archivo Municipal de Jimnez, Tamaulipas (copia).

    LAS COMUNICACIONES

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    30Choco Altamira; 3. Camino de Aguao a Congregacin delRefugio pasando por Gemez, Padilla, Marquesotes, Santan-der (Jimnez), El Encinal, Chorreras, San Fernando, Llano del

    Tejn, Santa Teresa, Quijano el Moquete; 4. Camino de Agua-o a San Luis Potos que en territorios de Tamaulipas pasabapor Tamatn, Las Minas, Jaumave, Palmillas, Tula la Borregapara internarse en la Provincia de San Luis conducir a sucapital. 5. Camino de Revilla (Guerrero) a la Congregacin delRefugio, pasando por Mier, Camargo Renosa, conectandoesta ruta con camino de Revilla a Laredo que transitaba porla margen izquierda del ro Bravo; camino de Altamira a SotoLa Marina la nueva, pasando por Paso del Estero, Lomas de

    la Cruz, Cuestecitas, Presas (Aldama), El Realito las Cruces,unindose con camino de Soto La Marina a Santander (Jim-nez) que pasaba por Palo Alto Santillana (Abasolo).

    Entre los ms importantes transitados caminos de tra-vesa o de herraduras se encuentra el camino de Tula a Horca-sitas (Magiscatzin) que pasaba por las Boquillas, la Laja, SantaBrbara (Ocampo) Limn, para entroncar con el camino realque conduca a Horcasitas, Altamira la Huasteca, adems dela va uvial que se utilizaba precisamente por el Ro Tamesn.

    Tambin eran importantes caminos de travesa los que iban deAguao a Forln de Aguao a Llera, pasando el primero porel Petaqueo, Croix, El Rosario San Francisco transitandoel segundo por Santa Rosa Cruces. Otro camino de travesaconduca de Linares, Nuevo Len a Santander pasando porBurgos, Cruillas los Encinitos uno ms de Cruillas a SanCarlos, pasando por San Nicols, conectando con camino realde San Carlos a Linares por Burgos con camino de travesa deSan Carlos a Padilla pasando por la Tuna Mansa. Tambin ha-ba camino de Laredo a Monterre que se transitaba a caballo que pasaba por Cerralvo Marn.

    Las comunicaciones terrestres a que hemos hecho re-ferencia permanecieron en las condiciones que presentabancuando la colonia, hasta que se introdujo el ferrocarril en 1883con la ruta de Laredo a Monterre. Las rutas de caminos colo-niales, constitueron los cimientos de la actual red de carrete-ras que sirve a nuestro estado.

    El camino de Aguao a Tula constitu a la principalpreocupacin de las autoridades coloniales, pues el paso de lasierra presentaba seria dicultades, lo que origin que siendocomandante de la Dcima Brigada el coronel Calleja, segn in-forme del 29 de agosto de 1895, se propusiera el cambio del tra-zo del pasaje, a que la ruta conocida como Camino del Cuervo,que se haba marcado por Escandn al iniciarse la colonizacin

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    31de Nuevo Santander, era la ms corta pero intransitable paracarruajes. Por virtud de dicho informe de Calleja el paso de lasierra se hizo por el camino de las Minas an as sigui sien-

    do una peligrosa defectuosa va de comunicacin por raznque haca la erosin de las aguas la utilizacin continua delcamino exigan continuas maores inversiones. En 1890 se lehicieron otras modicaciones al trazo del paso de la sierra conla cooperacin de los vecinos de Aguao Jaumave.

    El traecto de San Luis Potos a Tula en carruaje se hacaen tres das con buen tiempo cuatro das tomaba el viaje deTula a Aguao. Todos los caminos estaban sujetos para su uso alas condiciones de tiempo, sufrindose prolongadas interrup-

    ciones en temporadas de lluvias ciclones.Horcasitas (Magiscatzin) tuvo el privilegio de ser duran-te la colonizacin la primera poblacin con categora de ciu-dad en Nuevo Santander. Localizada en la margen norte delro Guaalejo, un poco antes de tomar el nombre de Tamesn,constitua un centro comercial por ser el paso a la Huastecatanto por el camino real que la comunicaba con Altamira comopor va uvial que se utilizaba con canoas y piraguas.

    Altamira era el puente de comunicacin entre Nuevo

    Santander la Huasteca. Tienda de Cuervo en su informe de1775 rerindose a Altamira dijo que me informaron que deTampico, Huasteca otras partes entran con frecuencia a hacercon maces cambios a aquellos gneros por cuo medio estnprovistos; es a tal el concurso de dichos tratantes de fuera,que me asegur el capitn pensaba en fabricar un mesn4.Escandn en su informe de agosto 8 de 1775 que contiene unresumen de poblaciones, pobladores, escuadras, misiones eindios congregados expone sobre Altamira lo siguiente: LasEmbarcaciones entrando por la Barra de Tampico distante cua-tro leguas, conducen sus efectos a desembarcar en lanchas has-ta la orilla de las casas. Agreg el conde en el resumen quedispona para ese verano la iniciacin de comunicacin entreAltamira el Puerto de Santander, cuarenta cinco leguas alnorte en la desembocadura de ro Soto La Marina, por mediode piraguas para que comerciando entre s los pobladores ten-gan logro dispendio de sus frutos5.

    De Soto La Marina la vieja a la desembocadura del rodel mismo nombre que se llamaba puerto de Santander se lle-vaba a cabo un escaso movimiento de comunicacin por el ro;

    4Estado General de las fundaciones hechas por Jos de Escandn; op. cit. t.II, p. 82.

    5Estado General de las fundaciones hachas por Jos de Escandn; op. cit. t.I, p. 13.

    LAS COMUNICACIONES

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    32habiendo puesto Escandn en servicio la goleta La Conquis-tadora que hacia viaje a Veracruz. Las diferencias del puerto,su poco fondo, difcil entrada salida al mar otros inconve-

    nientes que hicieron ver Tienda de Cuervo el ingeniero dela Cmara Alta en sus respectivos informes descripcin en denitiva la determinacin de Carlos III del 29 de marzode 1773 puso n a la habilitacin del mencionado puerto y asu movimiento, al ordenar lo siguiente: No solo he resueltoigualmente mandar se suspenda toda obra que se haa dirigi-do a mejorarle, sino que antes bien destruendo las que puedanhaberse practicado, se aude, si fuese dable, a aumentar losdefectos embarazos que tiene su propia constitucin, que

    se prohba todo trato de embarcaciones por l, an las menoresde la expresada costa6. As se desvanecieron los deseos deEscandn de comunicar a Soto La Marina con Veracruz Alta-mira. Segn el mismo informe de Escandn, la goleta cargadase pona en tres o cuatro horas de la desembocadura del roal amarradero de la villa de Soto La Marina, armando que aVeracruz tomaba el viaje de la goleta menos de cuatro das aAltamira dieron fondo antes de veinticuatro horas.

    Como en Espaa el absurdo monopolio portuario so-

    bre el comercio con las colonias lo tuvieron en Sevilla C-diz hasta el ao de 1778, monopolio que impidi el desarrollonaval obstaculiz las comunicaciones el comercio entre lametrpoli sus posesiones, el nico puerto habilitado en elGolfo de Mxico para comerciar con la pennsula ibrica lo fueVeracruz hasta 1810, ao en que se ratic orden real que pre-vino admitieran en los puertos de Veracruz Campeche losbuques espaoles que salieran de la isla de Cuba, no solo confrutos propios de dicha isla, como antes se permita nicamen-te, sino tambin con gneros efectos espaoles extranjerosvenidos de la pennsula77. Es hasta 1820, a para extinguirseel rgimen colonial en Mxico, cuando las cortes de Espaa,el nueve de noviembre, habilitaban para el comercio exterioren la costa de la Nueva Espaa sobre el golfo de Mxico, los

    6 La orden real de Carlos III revela el fuerte inters poltico econ-mico de la Corona Espaola de mantener el monopolio portuario de Veracruz,

    considerndose en la misma como una mala pensada la idea de abrir al co-mercio martimo la costa del Seno Mexicano en Nuevo Santander.7 La apertura del comercio de gneros efectos espaoles se exten-

    di al puerto de Campeche, permitindose la entrada de mercancas extran-jeras, pero condicionada a que viniesen por conducto de comerciantes de lapennsula espaola. Esta apertura se vio obstaculizada por los ataques de lapiratera que merodeaba en el golfo que se nutra en Nueva Orleans Gal-veston, sealndose la decadencia de Espaa en los mares de Amrica elinters norteamericano por la independencia de los pases iberoamericanos.

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    33puertos de Tlacotalpan, Matagorda, Matamoros, Soto la Mari-na y Pueblo Viejo de Tampico, y en las costas del Pacco losde Acapulco, San Blas Mazatln cua medida fue el primer

    golpe que se dio al monopolio mercantil que por tres siglos ha-ba disfrutado Veracruz8. La tarda habilitacin de los puertostamaulipecos, la ausencia de facilidades portuarias la agonadel imperio espaol dejaron sin efecto el mencionado decretode las cortes.

    La desembocadura del ro Bravo a once leguas de laCongregacin del Refugio (Matamoros), aos despus deconsumada la independencia, en 1842, la describe el escritorManuel Pano como sigue: Llegamos a la boca del ro. La po-

    blacin se compone de unas veinte o treinta casitas de maderacolocadas sobre los mdanos. El ro turbio, a robustecido conlas aguas de muchos ros que le rinden tributo en su larga tra-vesa, empuja choca con violencia con el mar formando unimponente prolongado ruido. El aspecto de la costa imprimeal nimo las ideas ms melancolas En la plaa negruzca arenosa, sin rocas, sin campias, sin ciudades en sus orillas,solo se escucha el chillido de las alondras las gaviotas. Elpuerto sin una vela, sin un mstil, el ro turbulento agitado

    socavando con su oleaje sus tristes orillas, apenas sostiene lasquillas de dos o tres pequeos botes. Aquellos sitios con cortadiferencia estn ermos, solitarios adustos La barra del rotiene por lo comn de 6 a 9 pies de agua; pero ha veces quelos vientos o las crecientes la descomponen, solo mide tres ocuatro pies.9 Por la descripcin anterior se revela claramen-te que el ro Bravo su embocadura al mar no contaba coninstalaciones ni facilidades portuarias, siendo mnimo el movi-miento de embarcaciones menores nulo el de navos mao-res durante el tiempo de la colonia, pues posteriormente s sedesarroll algn trnsito uvial de Matamoros hasta Reynosa Camargo, esta ltima poblacin localizada a ciento sesentakilmetros ro arriba. El mismo autor Pano dijo: Si hubierabuques de vapor siembras de algodn, comercio poblacin,Camargo seria acaso una de las ciudades mas importancia enla Repblica, pues podran subir desde el mar hasta la ciudaden treinta seis horas, goletas de ciento doscientas toneladas

    doblar por el ro de San Juan10

    .

    8 Miguel Lerdo de Tejada, Comercio Exterior de Mxico, Mxico, Rafael Rafael, 1853, p. 20.

    9 Manuel Pano, El Ro Bravo del Norte, reproducido por DoloresAkins C., Boletn Bibliogrfco de la Secretara de Hacienda, nm. 434, 1 de marzode 1970, Mxico.

    10Ibid. nmero 436.

    LAS COMUNICACIONES

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    34Es de mencionar que perteneca a Nuevo Santander la

    costa al norte del ro Bravo hasta el ro de las Nueces, litoralen el que se localizan la abertura de la Boca Chica, la barra del

    Brazo de Santiago que cuenta con un abrigado fondeadero laembocadura del ro de las Nueces, sin que dichos lugares ha-an tenido desarrollo durante la poca colonial. Este territorioentre el Bravo el Nueces llamado la franja de las Nueces tierra Mestea, lo perdi Tamaulipas despus de la guerrade intervencin al jarse arbitraria e injustamente como lmitede Texas al ro Bravo, siendo que no exista ni la menor dudasobre los antiguos lmites entre Texas Nuevo Santander, enti-dades que eran posesin de la Nueva Espaa que formaban

    parte de las Provincias Internas de Oriente.Ramos Arizpe, en su famosa memoria presentada a lasCortes de Cdiz en 1811, critic enrgicamente el sistema mer-cantil espaol que aunque ha enriquecido a pocos, ha empo-brecido tiene envuelto en la misma miseria a todo el restode los espaoles, ha sido el azote ms terrible cruel que hansufrido las Amricas. Para todo el opulento reino de Mxico las vastsimas provincias internas no ha ms puerto libre queel de Veracruz; all se hace el monopolio ms escandaloso de

    todos los efectos de Europa agreg que consideraba deinters general abrir los puertos de las costas de Mxico parahacer efectivo el bien de aquellos habitantes, atraendo el ma-or nmero posible de compradores vendedores. Propusoen la misma memoria que se abrieran libremente al comerciomartimo los puertos de Brazo de Santiago, Soto La Marina, Al-tamira y Tampico en Nuevo Santander. Rerindose al puertode Soto La Marina dijo que su situacin en el medio de la pro-vincia del Nuevo Santander hace que ms de setenta mil habi-tantes de ella clamen por que se abra para libre comercio.

    Fue debido precisamente a la valiosa opinin de MiguelRamos Arizpe que en noviembre de 1820 las Cortes de Espaa,tras el restablecimiento de la vigencia de la llamada Constitu-cin de Cdiz, habilitaron en Nuevo Santander para el comer-cio a los puertos de Matamoros Soto La Marina, como antesse coment.

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    Captulo IV

    La jurisdiccin de Nuevo Santander

    En el ramo de la justicia perteneca Nuevo Santander a la RealAudiencia de Mxico1, tribunal que fue fundado el 29 de no-viembre de 1527 antes de la creacin del virreinato de la NuevaEspaa que se orden hasta el ao de 1535. La fundacin dela audiencia corresponde al periodo de la consolidacin pol-tica administrativa que sigui a la conquista de Mxico. Alcrearse el virreinato el primer virre Antonio de Mendoza fuedesignado presidente de la audiencia real, centralizndose as

    en una persona las ms importantes funciones polticas, ad-ministrativas judiciales mu de acuerdo con la organizacinmonrquica de la poca las ideas imperantes del absolutismodel Estado.

    Los cuatro oidores que integraron la primera audienciadesembarcaron en Veracruz en diciembre de 1528, juntamen-te con el primer obispo electo de Mxico Juan de Zumrraga,quien venia acompaado por el misionero franciscano fra An-drs de Olmos, fundador de la custodia del Salvador de Tam-

    pico primer colonizador de Tamaulipas.Se nombr presidente de la primera Audiencia a Nuo

    de Guzmn, entonces gobernador capitn de la provincia dePnuco de la Victoria Garaana (tierras descubiertas por Ga-ra que comprenden el litoral de Tamaulipas hasta el ro de lasPalmas).

    Aun cuando la audiencia fue establecida para adminis-trar justicia mejorar las condiciones que privaban en Nueva

    Espaa a raz de la conquista, as como par evitar abusos delos conquistadores proteger a los indios, inici sus funcio-nes en triste forma, pues los dos oidores supervivientes delos cuatro primeros el presidente Guzmn se caracterizaronpor sus despilfarros, atropellos, inconsecuencias abusos, se-alando un desafortunado comienzo para la funcin judicialde Mxico, que an gime bajo la incapacidad, la negligencia la corrupcin. Transcribimos en seguida la opinin de VicenteRiva Palacio, presidente de la primera audiencia, respecto a la

    actuacin de los citados oidores: No anduvieron ms rectadosel presidente y los oidores en materia de ocios y empleos, querepartan sin escrpulos entre sus deudos, criados amigos,

    1 Miguel Ramos Arizpe, Memoriapresentada a las Cortes sobre lasituacin de las Provincias Internas de Oriente, en la sesin del 7 de noviembrede 1811, en Mxico en las Cortes de Cdiz. (Documentos), Mxico, EmpresasEditoriales, 1949, p. 143.

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    36sin detenerse en la ineptitud o bajeza de condicin de los favo-recidos. Juez de residencia alcalde maor de Veracruz hicie-ron al arriero Juan Gonzlez, por que llevaba de Mxico al P-

    nuco provisiones a Nuo de Guzmn apropise Guzmn ungran sitio en Tacubaa, en donde hizo fabricar un molino paratrigo, al paso que Matienzo Delgadillo (los oidores) levanta-ban en el pueblo de Tacuba, en terrenos de que por la fuerzase haban apoderado, hermosa casa de campo con huertas

    jardines2. Justo es recordar que los oidores mencionados elpropio Nuo de Guzmn fueron sometidos a juicios de resi-dencia, condenados castigados por sus abusos latrocinios.

    Entre las mltiples facultades de la Real Audiencia de

    Mxico se encuentran las de sealar los lmites de la goberna-cin de las provincias de Guatemala, de Mxico, del Pnuco del ro de las Palmas, lo que revela la primera intencin delgobierno espaol de colonizar las tierras de Nuevo Santander,intencin que no se pudo realizar hasta mediados del sigloXVIII.

    La Audiencia de Guadalajara, que dividi la jurisdiccinde Nueva Espaa, se cre por virtud de real cdula del 13 defebrero de 1558 se organiz mediante cdula del 18 de mao

    de 1572 para el efecto de que en la ciudad e Guadalajara dela Nueva Galicia, resida otra nuestra Audiencia Chancille-ra Real con un Presidente cuatro Oidores, que tambin seanAlcaldes del Crimen: un scal: un alguacil mayor: un tenientede gran chanchiller; y los dems ministros y ociales necesa-rios tenga por distrito la provincia de Nueva Galicia, las deCuliacn, Copala, Colima Zacatula, los pueblos de Avalospartiendo trminos: por el Levante con la audiencia de la Nue-va Espaa; por el medioda con el mar del sur; por el ponientey Septentrin con provincias no descubiertas ni paccas; y elpresidente de dicha audiencia de Guadalajara no los Oidorestengan la gobernacin de su Distrito3.

    La audiencia de Guadalajara era independiente del vi-rreinato de Mxico salvo en el rgimen militar y graticacinde servicio, fue Jernimo de Orozco su primer presidente ha-biendo tomado posesin de su cargo en diciembre de 1574.

    Durante el reinado de Alfonso el Sabio se expidi en Es-

    paa en 1274 el primer reglamento de la Real Audiencia lla-mado tambin Tribunal de la Corte del Re que se integrabacon oidores delegados del monarca, en quienes reposaba la fa-cultad de administrar justicia de acuerdo con el derecho regio

    2Mxico a travs de los Siglos, op. cit., p. 164.3 Prez Verda, op. cit.,T. I, p. 250. Recopilacin de Indias, Madrid, An-

    tonio Balbas, 1756, Le VII, Tit. XV, Lib. II.

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    37espaol hasta el ao de 1812. El nmero de oidores otros fun-cionaros de las audiencias era variable en Espaa Amricasiendo el Tribunal de Segovia el ms numeroso, pues llego a

    tener diecisis miembros.Dentro del confuso mbito de las jurisdicciones colo-niales, las audiencias presentaban los atributos de un tribunalcolegiado para administrar justicia resolvan los recursos deapelacin splica en asuntos civiles causas criminales. Enel presidente de las audiencias reposaban facultades polticas administrativas gobernaba el distrito a su cargo, originn-dose problemas frecuentemente por las atribuciones especialesen materia poltica.

    Las reales audiencias de Mxico Guadalajara tenan elcarcter de chancilleras porque el chanciller sellaba sus acuer-dos providencias con los sellos las armas del re. Dichas au-diencias subsistieron despus de consumada la independenciadurante el imperio de Iturbide, disponindose en el artculo 66del reglamento Provisional Poltico del Imperio Mexicano del18 de diciembre de 1822 que para la pronta fcil administra-cin de la justicia en todos sus ramos, continuaran los alcaldes,los jueces de letras que puedan ser pagados cmodamente las

    audiencias territoriales que estn establecidas. En la mismadisposicin se reconocieron las diferencias derivadas de la am-plia jurisdiccin de las audiencias al establecerse la posibilidadde crear dos o tres audiencias nuevas en aquellos lugares, enque a discrecin del mismo gobierno se estimen oportunas,para evitar a las partes los perjuicios que ho se experimentanpor las enormes distancias en que se hallan las audiencias terri-toriales. Esta disposicin es una prueba ms de que Iturbideno comprendi el alcance de la revolucin de independenciaspor sus ideas realistas conservadoras que determinaban suconducta la orientaban hacia la continuidad de las institucio-nes coloniales, instituciones que el pueblo de Mxico anhelabacambiar destruir.

    El acta constitutiva de 1824 la constitucin del mismoao adoptaron el rgimen federado de estados la divisintripartita de poderes, poniendo n al funesto sistema de lasaudiencias territoriales.

    El ilustre coahuilense Miguel Ramos Arizpe en su bri-llante memoria presentada en la sesin del 7 de noviembre de1811 en las Cortes de Cdiz, en su carcter de diputado comorepresentante de Nueva Espaa, manifest con claridad las in-conveniencias de la monstruosa centralizacin en la adminis-tracin de justicia de las Provincias Internas de Oriente lasgraves complicaciones que gravitaban sobre la funcin judicial.

    LA JURISDICCIN DE NUEVO SANTANDER

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    38Ramos Arizpe seal que las audiencias, a donde debe ape-larse, estn fuera de las provincias, a una distancia enorme quehace imposible los recursos, an a los ciudadanos de medianas

    facultades. Con palabras dramticas dijo haber visto mu-chas veces sufrir por tales causas vejaciones mu escandalosas morirse de pena dolor a ciudadanos honradsimos mutiles al estado, al ver la imposibilidad de vindicar su honoro recobrar sus propiedades de que han sido defraudados coninjusticia escndalo4.

    La torpe administracin de justicia colonial en las pro-vincias aanzaba el predominio de los poderosos y de las cla-ses dominantes que disfrutaban todo gnero de privilegios

    contaban con amplias posibilidades econmicas. Esta des-igualdad fue una de las causas ecientes que determinaron enAmrica las guerras de independencia originaron el colapsodel imperio espaol.

    El mismo Ramos Arizpe, rerindose concretamente aNuevo Santander, denunci el sistema desptico de justiciaque estableci Calleja a partir de 1749 armando que don Josde Escandn, vecino de Quertaro, autorizado por el gobier-no, desde el ao de 1748 al de 1752, fund las ms villas de

    esta provincia, estableciendo en cada lugar una justicia puestapor su eleccin, dos regidores un procurador que, segn lamisma fundacin, elega anualmente el vecindario. En 1794 delmismo siglo form Flix Calleja las milicias de esta provincia,estableciendo una compaa en cada pueblo, queriendo o sinquerer aanzar el despotismo militar sobre aquellos desgracia-dos pueblos, de acuerdo segn tradicin, o al menos tolerndo-lo el gobernador, qued plantado un nuevo sistema de justicia gobierno, por el que hace juez perpetuo en cada lugar al ca-pitn de milicias, regidores eternos al teniente al subteniente procurador perdurable al primer sargento, sustitundose elejercicio de estos destinos, en caso de cualquier defecto, por elinmediato en el orden militar, segn ordenanzas; de suerte quesuele ser justicia en las ausencias de los ociales un sargento,un cabo o un soldado antes que otros honradsimos vecinos,que privados del derecho de elegir jueces, posteriormente sele priv an del menos apreciable de nombrar dos regidores

    un procurador, quedando absolutamente sujetos los pueblosa un puro mando militar de s propenso al despotismo, dedu-cindose no haber ms mando que el del gobernador quien seavoca, cuando quiere, las causas de toda provincia5.

    4 Ramos Arizpe, op. cit, p. 165.5 Ramos Arizpe, op. cit, p. 144.

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    39La autorizada opinin de Ramos Arizpe nos conduce a

    armar que la administracin de justicia en Nuevo Santanderal iniciar la guerra de independencia, se encontraba supedita-

    da a los intereses polticos econmicos de los gobernadoresen turno sujeta al arbitrio de los militares, originando por lomismo una inconformidad latente en el pueblo. Podemos agre-gar, con vista a la organizacin de las milicias la composicindel ejrcito veterano, que la dominacin espaola reposaba enNuevo Santander en la fuerza econmica de las haciendas ga-naderas, puesto que no haba minera en esta provincia ni sehaba establecido otras actividades o industrias.

    Por ltimo, comentamos que la lnea de demarcacin de

    las jurisdicciones de las reales audiencias de Mxico Gua-dalajara segn Alejandro de Humboldt, comienza en las cos-tas del Golfo de Mxico 10 leguas al norte del ro Pnuco de la ciudad de Altamira, a cinco de Barra Ciega, atraviesala intendencia de San Luis Potos, hasta las minas de Potos Bernalejo; desde all, siguiendo a lo largo del extremo meridio-nal de la intendencia de Zacatecas el lmite occidental de laintendencia de Guanajuato atraviesa la intendencia de Guada-lajara, entre Zapotln Saula, entre Aotitln la ciudad dela Puricacin, sobre Guitln, uno de los puertos del OcanoPacco. Todo lo que est al norte de esta lnea pertenece a laaudiencia de Guadalajara a la de Mxico todo lo que esta alsur6. De acuerdo con el lmite antes trascrito, gran parte delNuevo Santander perteneca a la audiencia de Guadalajara,pero salvo a esta demarcacin sealada por Humboldt no heencontrado ninguna otra fuente o dato que autorice a armarque la jurisdiccin de Nuevo Santander estuviese dividida.

    En cambio no ha duda de que Coahuila Texas pertene-can a la audiencia de Guadalajara, por lo que la lnea limtrofedel extremo oriental que divida el territorio de las audienciasno debe iniciarse diez leguas al norte del ro Pnuco, sino en elro Nueces que sealaba la divisin entre Nuevo Santander Coahuila (Texas).

    6 Humboldt, op. cit, p. 100.

    LA JURISDICCIN DE NUEVO SANTANDER

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    Captulo V

    La comandancia y la organizacin militar

    La primera Comandancia General de las Provincias Internasfue creada en 1776 con amplias facultades en lo poltico mili-tar gran independencia de la autoridad virreinal. Siendo Josde Glvez ministro de Indias, se cre la comandancia atribu-ndosele jurisdiccin territorial inicialmente sobre Sonora, Si-naloa, Nueva Vizcaa California. Teodoro de Croix fue desig-nado primer comandante por el mrito de sus servicios se lenombr despus virre de Per. Glvez cre organiz la pri-

    mera comandancia general para evitar posibles penetracionesrusas o inglesas en las provincias del norte con el propsito deconsolidar el podero espaol que se debilitaba aceleradamen-te en las zonas fronterizas. El comandante general slo estabaobligado a informar al virre sobre el estado de las provincias poda pedir su intervencin en caso de requerirse auxilio. Elterritorio de las provincias dependa en el ramo judicial de laaudiencia de Guadalajara en lo eclesistico de dos obispados,uno con sede en Durango otro en Sonora.

    Poco tiempo despus de la creacin de la comandanciase ampli su jurisdiccin a las provincias de Coahuila, Texas Nuevo Mxico con capital en Arizpe, Sonora. En 1785 se res-taur la autoridad del virre sobre la comandancia general di-vidindose la jurisdiccin en tres comandancias comprendien-do respectivamente la primera a las provincias de Coahuila,Nuevo Len, Texas, la colonia del Nuevo Santander los dis-tritos de Parras Saltillo; la segunda a Nueva Vizcaa Nue-

    vo Mxico la tercera a Sonora, Sinaloa las dos Californias,habindose nombrando titular de la primera al coronel Juande Ugalde1.

    En 1787, siendo virre Manuel Antonio Flores, se limitla competencia de los comandantes estrictamente al ramo mi-litar, correspondiendo a los gobernadores los rdenes poltico,econmico de hacienda real patronato lo de justicia en cuan-to a ejecucin. A partir de ese ao, a la primera comandancia sele llam de las Provincias Internas de Oriente, se agruparon

    la segunda tercera en una sola que se le design Comandan-cia de las Provincias Internas de Occidente, permaneciendo elcoronel Ugalde al mando de las Provincias Internas de Oriente designndose comandante de las de Occidente al brigadier

    1 Navarro Garca Luis, Glvez y la Comandancia en las Provincias Inter-nas, Sevilla, Consejo Superior de Investigacin Cientca, 1964, p. 106.

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    41Jacobo Ugarte Loola.

    En 1792 Nuevo Len Nuevo Santander fueron segre-gadas de las Provincias Internas de Oriente, sometindolas a la

    autoridad directa del virre, supeditndolas en lo militar a lacomandancia subinspeccin de tropas militares veteranasde dichas provincias con sede en San Luis Potos. En cuanto ala comandancia de las Provincias Internas de Oriente que per-manecieron bajo su mando, se les seal a Chihuahua comocapital se inclueron en su competencia las funciones de s-per intendencia de la real Hacienda. El mismo ao de 1792 secrearon en Nuevo Santander seis compaas de milicias pro-vinciales de caballera con 60 plazas cada una.

    A partir de 12 de marzo de 1796, Flix Mara Calleja delRe desempeaba la comandancia subinspeccin de las Tro-pas Milicianas del Nuevo Reno de Len, Nuevo Santander,Primera Divisin del Norte Dcima Brigada de San Luis Po-tos con cuartel en esta ciudad. Al estallar la revolucin de in-dependencia en 1810, permaneca Calleja con estos cargos, porlo que las tropas de Nuevo Santander estaban bajo al mandode uno de los ms caracterizados experimentados militaresespaoles.

    En 1804, el re dispuso readaptar la organizacin de lascomandancias de 1787 incorporndose a las Provincias Inter-nas de Oriente el nuevo Reno de Len Nuevo Santander alas de occidente las dos Californias que haban sido agregadasen 1792. Esta real orden se ejecut hasta el ao de 1813 quese design comandante de las Provincias Internas de Orientea Joaqun de Arredondo. En la Constitucin de las Cortes deCdiz de 1812 se encuentra establecido el rgimen de las doscomandancias coincidente con la real orden de referencia.

    Al establecer Escandn la colonia del Nuevo Santander,el nmero total de efectivos militares era de 144 plazas inclu-yendo la ocialidad, llamndose escuadras a las unidades deservicio. Haba trece escuadras un presidio en Santa Ana deCamargo cua guarnicin la componan once soldados, un ca-pitn un cabo caudillo, segn datos obtenidos de las nminasde pagos. Las escuadras tenan sus cuarteles en San Fernando,San Antonio de Padilla, nuestra seora de Loreto de Burgos,

    Santa Mara de Llera, San Francisco de Gemez, San Juan Bau-tista de Horcasitas, Dulce nombre de Jess de Escandn, SotoLa Marina, Santander, Reinosa Santa Mara de Aguao. Laescuadra ms importante era la de Santander (Jimnez) quetena veintids plazas incluyendo ociales2.

    2Estado general de las fundaciones hechas por Jos de Escandn: op. cit. p.

    LA COMANDANCIA y LA ORGANIZACIN MILITAR

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    42A partir de 1769 se organiz una compaa volante de

    caballera con ciento dieciocho efectivos distribuidos por ter-ceras partes, en Escandn (Xicotncatl), Gemez Santillana

    (Abasolo)3

    .Al iniciarse el movimiento de independencia en 1810, seencontraban en Nuevo Santander tres compaas volantes decaballera de las tropas veteranas de lnea que fueron integra-das desde el ao de 1784 con cuarteles en San Carlos, Padilla Laredo con setenta cinco plazas cada una. En 1784 cada com-paa contaba con cien hombres habiendo sido reducidos a se-tenta cinco por el virre Manuel Antonio Flores en 1789 4.

    Adems de estas compaas volantes de tropas de lnea

    o veteranas, en el ao de 1792 se cre el Cuerpo de Caballerade Frontera de Nuevo Santander que se divida en seis com-paas de sesenta plazas cada una, formando parte todas estastropas, as como las de la milicia, de la famosa Dcima Brigadacon cuartel general en San Luis Potos, cuo comandante eraCalleja en 1810. Ese mismo ao el cuerpo de caballera de Fron-tera de Nuevo Santander estaba al mando del famoso coronel

    Jos Florencio Barragn quien, segn arman algunos cronis-tas, contribua a fomentar ideas insurgentes fue envenenado

    por el propio virre con un tsigo mu malo puesto en unataza de chocolate5. El cuartel general del cuerpo estaba en roVerde una de las seis compaas acampaba en Santa Brbara(Ocampo).

    Las milicias provinciales constituan una fuerza comple-mentaria que se pona sobre las armas cuando las circunstan-cias lo exigan, estando al mando de hacendados dueos dencas, lo que acentuaba el predominio de la clase propietaria.

    Respecto a la composicin del ejrcito de Nueva Espaa,Alamn dice: La Mayor parte de los jefes y muchos ociales,tanto de las tropas veteranas como de las milicias, eran euro-peos; los sargentos, cabos soldados, todos mexicanos sacadosde las castas, pues los indios, como se dijo en su lugar, estabanextensos del servicio militar6.

    La sede de la comandancia de las Provincias Internas deOriente estuvo en Monterre, desde que se reorganiz en 1814

    171.3 Conde de Revillagigedo, Informes sobre las misiones,