TEMA

I ev.ocad, orde h stor as

El regreso de Manuel Rivas a la novela con El 61timo dla de Terranova(Alfaguara) supone un canto al poder liberador de la palabra y homenaje al mundo de los libros y a las librerias. Rivas recorre la

historia de censura y expolios que estos lugares sufrieron durante afiospara ejemplificar la lucha del hombre contra los abusos del poder.

JAVIER PINTOR

E I autor sitfla esta novela en una librerla de A Corufia, Terranova, un lugar que representarfa la historia azarosa que atra-vesaron infinidad de librerlas en nuestro pals en 6poca de

represi6n de la cultura libresca que era vista como amenaza subver-siva al orden establecido. En la novela de Rivas, Terranova adquiere

rango de personaje principal y encarna la defensa de los valores humanistas en contra de la barbarie representada al principio pot loscensores de la cultura y m;is adelante por los especuladores del suelo.La novela es un sentido homenaje al oficio de librero y al espacio dela librerla como lugar de encuentro social y cultural de car&ter ig~

1 Enero, 2016

litario donde no caben las diferencias tan presentes en nuestra socie-dad actual.

Terranova tiene tma geografla que la identifica con un espacio desalvaci6n alejado de la degradaci6n en la que est~ sumida la sociedadpor causa de los depravados sin escrflpulos que reinan a costa delsufrimiento de los d6biles. Terranova esconde tesoros que ban liegado de fuera de Espafia en equipaies secretos que los libreros custo-dian jug~indose la propia vida. Y esos tesoros no son otros que loscuadernos del Ruedo Ib6rico, las obras de Le6n Felipe, Max Auk LuisCemuda, Antonio Machado, San Iuan de la Cruz, William Blake oWalt Whitman, entre muchos otros. La historia de Terranova es lahistoria de la resistencia ante los totalitarismos que ban asolado elmundo a 1o largo de su historia.

La novela comienza de manera apocaliptica con una frase que anuncia el final del suefio del protagonista: "Liquidaci6nfinal de existenciospot cierre inminente". Vicenzo se enfrenta aal al cierre pot desahuciode su emblemfitica librefia, acuciado pot la ambici6n desmesurada delos despiadados, los especuladores inmobiliarios. Estamos en el aflo2ol4 y este espacio mitico puede desaparecer despu6s de m~is de 6oafios de finme resistencia ante los embates inmisericordes de los hUevos tiempos. Un territorio de la memoria con una geograffa personal,un sitio donde el exilio se vivi6 fuera de sus muros.

El espacio desempefia un papel muy relevame en toda la obra deManuel Rivas y no s61o en su narrativa. El paisaje y la naturaleza sonel humus que alimenta la geografia vital de este escritor. En su poemario m~is reciente, A boca da terra (Xerais, 20]5) el autor confiereal lenguaje el don de la autenticidad y el poder de salvar alas palabrasde la banalidad de Io eflmero. Rivas recurre en este poemario al len-guaje figurado para que el lector pueda percibir su mundo interior.En sus anteriores narraciones el autor tambi6n visit6 escenarios fntimos o cercanos que configuraron su itinerario particular. Si en Lasvoces bajas (Alfaguara, 2o1~) es el paisaie de la infancia y adolescen-cia en un barrio de A Corufia el que el autor recupera de su memoriapersonal, en Todo es silencio (Alfaguara, ~om), Rivas nos bahia delnarcotr~ifico en Galicia en un lugar que sitfia en Br6tema, especioimaginario aunque bastante real que ilust ra de forma clara la corral>ci6n en el que se mueve el hombre contemporfineo en una sociedaddirigida intencionadamente por los poderes f~icticos orientados al"tanto riches, tanto vales". Dentro del valor referencial que el autorconfiere aJ espacio en sus obras, Rivas traslada al lector de los contrabandistas de la droga a los contrabandistas de la culmra y de los [ibros prohibidos, del refugio para delincuentes al refugio paradisidentes y libros prohibidos, en un cambio de escenario de grancarga simb61ica.

El autor cede la palabra a Vicenzo Fontana, representante de unasegunda generacidn de libreros, para que 6ste cuente su vida en pri-mera persona desde el presente temporal de su veiez. El narrador deesta historia se enfrenta a una "tempestad" que va a dausurar su libreria y piensa que sdlo a trav6s de la palabra conseguir~i salvarla. Yasu padre gozaba del mismo privilegio tal como se nos dice en la n~vela: "Como Ulises tenla el vicio de hablar. Le gustaba md~s que ol vino.Mientras los dem(~s beb[an, dl disJrutaba narrando" (p~ig. 46). Hay esta obra de Rivas un eco del relato hom6rico entendido como aven-tura en el que uno busca el sentido de su existencia.

AI relatar su vida, Vicenzo evoca tambi6n la de sus padres, Amaroy Comba, fundadores de la librerfa en 1947, la del abuelo AntdnPonte que alumbra el sueflo del protagonista y |a escritura de estelibro, la del tlo Eliseo, excelente narrador oral que anima las horas del

pequefio Vicenzo durante su enfermedad, la de la misteriosa Garfia,militante polhica argentina que durante el otoflo de 1975 seduce aVicenzo con una edicidn de El cazador oculto de Salinger trafda desu pais, sin olvidarnos las fabulosas historias de Croto, Dombod~n, elseflor Estrada, etc. La historia de estas vidas est~i relatada con unlenguaie pleno de poesia en el que no faha el humor y un tono dedolorosa ironla provocado pot los tristes recuerdos de un tiempopasado que perdura en el presente.

E1 narrador principal intercala todas estas historias en la narraci6nprincipal como si fueran retazos de un discurso real que se presentaen ocasiones como maravilloso pero que es tan veridico como la vidamisma. La habilidad de[ autor consiste en enhebrar estos relatos a 1olargo de todo el discurso narrativo sin la necesidad de que encajen enuna estructura superior. Los relatos funcionan como piezas indepen-dientes que adquieren pleno sentido al final de la historia y permitenal lector reconstmir la historia narrada con todos sus matices. Se tratade una t6cnica que este autor domina con solvencia y que utiliza enmuchas de sus obras ya que encaja con la concepci6n que Rivas tienede la propia literatura.

Rivas afirma que escribe en clrculos conc6ntricos que se expandeny adquieren sentido en la totalidad de una obra que est~i en permanente construcci6n y en la que la memoria es el hilo de[ que va tirando el autor para referir sus historias. Si en Los libros arden real{Alfaguara, aoo6) partid de la quema de libros realizada pot los falan-gistas el ~9 de agosto de 1936 en la D~irsena de A Comfla para pene-trar en los recuerdos de las personas que asistieron a un hecho atrozque marcd sus vidas, en El filtimo dia de Terranova recurre a la me~moria personal de Vicenzo para reconstruir una historia de expolioy atropeIlo que tambi6n tiene a los libros como protagonislas. Hayuna parte de esta nueva historia que nace de aquella otra y que tienemucho que ver con la idea manifestada por el escritor de que sus li-bros nunca se acaban ya que las historias siempre permanecen. Ensus obras continuamente quedan hilos colgando que el autor ensartapara urdir nuevos relatos.

Rivas comenta que llevaba tiempo merodeando por los rinconesde su memoria en esa zona que segnln 61 se parece a una c~imara oscura, estenopeica. Que podrla ser la misma cfimara en la que Vicenzoestfi refugiado durante su infancia para tratar una enfermedad que lepermite ver el mundo con una mirada diferente desde ~ingulos inv~rosfmiles que te permiten intuir m~s certeramente la realidad. Unarealidad que se intent6 silenciar y que el autor recupera para deiarconstancia de un tiempo que es necesario no olvidar.

La historia tambi6n se encuentra en la literatura, una literaturaconcebida como formade resistencia, de intervencidn contra la reali-dad. Y como los librosarden real y ninguna ti-ranla ha conseguido eliminarlos aprovechemosel conocimiento que nosproporcionan para dignificar nuestra miradasobre el mundo y para rullel~l~l rullel~n~ll~

F.I ,’,lUre dia de 0 ,’,~m d~a de]ograr que |a palabra se Tmanova Terranovaconvierta en el instru l~nuelRivas Manu~Rhrasmento de difilogo de Alfaguara Xerais

1 Enero, 2016