Fromm, Erich - Anatomia De La Destructivilidad Humana.doc

8/17/2019 Fromm, Erich - Anatomia De La Destructivilidad Humana.doc

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Anatomía De La Destructividad Anatomía De La Destructividad

HumanHuman

Erich Fromm

A medida que pasan las generaciones se vuelven peores. Vendrá un tiempo en queserán tan malvadas que adorarán el poder; la potencia tendrá razón para ellas, ydejarán de reverenciar el bien. Finalmente, cuando nadie se indigne ante el mal ni seavergüence en presencia de un miserable, eus los destruirá tambi!n. "ero aunentonces podr#a $acerse algo si la gente del com%n se alzara y debelara a los

gobernantes que la oprimen. Mito griego sobre la Edad del Hierro

&uando veo la $istoria, me vuelvo pesimista ... pero cuando veo la pre$istoria, soyoptimista,

'. &. ()*+(

"or una parte, el $ombre es semejante a muc$as especies de animales en que pelea contra su propia especie. "ero por otra parte, entre los millares de especiesque pelean, es la %nica en que la luc$a es de st ru ct or a. .. l $ombre es la %nicaespecie que asesina en masa, el %nico que no se adapta a su propia sociedad.

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Anatomía De La Destructividad Humana Erich Fromm

"0FA&2

ste estudio es el primer volumen de una amplia obra sobre teor#a psicoanal#tica.mpec! por el estudio de la agresión y la agresividad porque, aparte de ser uno de los

problemas teóricos 3undamentales del psicoanálisis, la oleada de destructividad que estáanegando el mundo lo convierte tambi!n prácticamente en uno de los más importantes.A empezar esta obra, $ace más de seis a4os, subestim! las di3icultades con que

tropezar#a. "ronto comprend# que no podr#a escribir adecuadamente de la destructividad$umana si me encerraba dentro de los l#mites del principal campo de mis conocimientos5 el

psicoanálisis. Aunque esta investigación tiene la intención de ser ante todo psicoanal#tica,necesitaba tambi!n alg%n peque4o conocimiento de otras materias, en particular laneuro3isiolog#a, la psicolog#a animal, la paleontolog#a y la antropolog#a para no trabajar dentro de un marco de re3erencia demasiado angosto y por ende de3ormador. +en#a queestar en condiciones al menos de comparar mis conclusiones con los datos más importantesde otros campos para cerciorarme de que mis $ipótesis no los contradec#an y determinar si,

como esperaba, ellos con3irmaban mis $ipótesis.&omo no $ab#a obra que comunicara e integrara los descubrimientos sobre la agresiónen todos esos campos, ni siquiera que los resumiera en alg%n campo espec#3ico, tuvetambi!n que realizar el intento yo mismo. ste intento, pensaba, servir#a tambi!n a mislectores al o3recerles la posibilidad de compartir conmigo un modo de ver globalmente el

problema de la destructividad, y no una opinión partiendo del punto de vista de una soladisciplina. &laro está que en tal empresa puede $aber muc$as trampas. ra evidente que yono pod#a adquirir la competencia en todos esos campos, y menos en aquel en que meaventuraba con pocos conocimientos5 las ciencias de los nervios. "ude adquirir alg%nconocimiento en este campo no sólo estudiándolo directamente sino tambi!n gracias a laamabilidad de los neurocient#3icos, algunos de los cuales me orientaron y me resolvieron

muc$as cuestiones, y otros de ellos que leyeron la parte del manuscrito relacionada con suespecialidad. Aunque los especialistas comprendan que no tengo nada nuevo que o3recerlesen su campo particular, tal vez les parezca bienvenida la oportunidad de tener mejor conocimiento de datos procedentes de otros campos sobre un asunto de tan centralimportancia.*n problema insoluble es el de las repeticiones y traslapes respecto de otras obras m#as.6levo más de treinta a4os de trabajar en los problemas del $ombre y en el proceso $een3ocado nuevos territorios al mismo tiempo que a$ondaba y ensanc$aba mi visión de losantiguos. -o podr#a escribir de la destructividad $umana sin presentar ideas que ya $ee7presado anteriormente pero que siguen siendo necesarias para entender los nuevosconceptos de que trata este libro. 8e tratado de reducir las repeticiones lo más posible, y $ecitado cuanto $e podido los estudios más amplios de publicaciones anteriores; pero detodos modos las repeticiones 3ueron inevitables. *n problema especial al respecto es Theheart of man, que contiene en 3orma principal algunos de mis %ltimos descubrimientos denecro3ilia y bio3ilia. )i presentación de estos descubrimientos está muy ampliada en la

presente obra, tanto en la teor#a como en lo tocante a ilustración cl#nica. -o trat! algunasdi3erencias entre las opiniones que e7preso aqu# y las de escritos anteriores porque eso$ubiera requerido muc$o espacio y por otra parte no es de gran inter!s para la mayor#a delos lectores.

(ólo me queda la agradable tarea de dar las gracias a quienes me ayudaron a $acer este libro.

9eseo darlas al doctor 'erome /rams, a quien debo muc$o por su ayuda en laaclaración teórica de problemas de conductismo, as# como por su in3atigable b%squeda deliteratura relevante al respecto.

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+engo una deuda de gratitud para con el doctor 'uan de 9ios 8ernández por su ayudaen mi estudio de la neuro3isiolog#a. n $oras de discusión aclaró muc$os problemas, meorientó en la vasta literatura y comentó conmigo aquellas partes de mi original relativas al

problema de la neuro3isiolog#a.stoy agradecido a los siguientes neurólogos que me ayudaron mediante

conversaciones personales y cartas, a veces bastante prolongadas; al di3unto doctor 0a%l8ernández "eón, a los doctores 0obert /. 6ivingston, 0obert 1. 8eat$, 8einz vonFoerster y +$eodore )elnecliuc>, que tambi!n leyeron las secciones de neuro3isiolog#adel manuscrito. stoy tambi!n en deuda de gratitud con el doctor Francis 2. (c$mitt por concertar para m# una entrevista con miembros del -eurosciences 0esearc$ "rogram delnstituto +ecnológico de )assac$ussets, en que los miembros discutieron las cuestionesque yo les $ab#a planteado. Agradezco asimismo a Albert (peer, que en conversaciones ycorrespondencia me ayudó muc$o a per3eccionar mi semblanza de 8itler. +ambi!nagradezco a 0obert ). ?. @empner por la in3ormación que $ab#a recogido en calidad deuno de los 3iscales del juicio de -uremberg.

Agradezco igualmente al doctor 9avid (c$ecter, al doctor )ic$ael )accoby y a

1ertrud 8unzi>erFromm su lectura del manuscrito y sus valiosas indicaciones cr#ticas yconstructivas; al doctor ván llic$ y al doctor 0amón Birau por sus valiosas sugerenciasen materia 3ilosó3ica; al doctor ?.A. )ason por sus comentarios acerca de la psicolog#aanimal; al doctor 8elmut$ de +erra por sus %tiles comentarios sobre paleontolog#a; a )a78unzi>er por sus valiosas sugerencias en relación con el surrealismo y a 8einz /randt por su aclaradora in3ormación y sus sugerencias en relación con las prácticas del terror nazi.Agradezco tambi!n al doctor @alin>oCitz por el inter!s activo y alentador que mani3estóen este trabajo. Agradezco igualmente al doctor llic$ y la se4orita Valentina /oresman suayuda en la utilización de los medios bibliográ3icos del &entro ntercultural de 9ocumentación de &uernavaca, )!7ico.

Duiero aprovec$ar esta ocasión para e7presar mi calurosa gratitud a la se4ora /eatrice8. )ayer, que en los %ltimos veinte a4os no sólo $a mecanogra3iado y remecanogra3iadolas muc$as versiones de cada uno de mis originales, incluso el presente, sino que tambi!nlos $a preparado para la imprenta con gran sensibilidad, entendimiento y conciencia enmateria de lenguaje y me $a $ec$o muc$as y valiosas indicaciones.

n los meses que estuve 3uera, la se4ora 'oan 8ug$es cuidó mi original con grancompetencia y constructividad, que reconozco 6leno de agradecimiento.

(ostuvo en parte esta investigación el "ublic 8ealt$ (ervice 1rant -o. )8 EEGE,)8 EEG: del -ational nstitute o3 )ental 8ealt$. 0econozco asimismo unacontribución de la Albert and )ary 6as>er Foundation, que me permitió tomar unayudante para mi labor.

. F. Nueva Yor, ma!o de "#$%

+0)-2621HA

l equ#voco empleo que se $a venido $aciendo de la palabra IagresiónI $a ocasionadogran con3usión en la abundante literatura sobre este tema. (e $a aplicado alcomportamiento combativo del $ombre que de3iende su vida 3rente a un ataque, alasaltante que mata a su v#ctima para conseguir dinero, al sádico que tortura a un

prisionero. 6a con3usión a%n va más allá5 se $a empleado la palabra para el impetuosoacercamiento se7ual del varón a la $embra, para los dinámicos impulsos $acia delante deun alpinista o un agente vendedor y para el campesino que labra briosamente su tierra.

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sta con3usión se debe tal vez a la in3luencia del pensamiento be$aviorista o conductistaen la psicolog#a y la psiquiatr#a. (i uno cali3ica de agresión todos los actos InocivosI Josea todos los que tienen por e3ecto el da4o o la destrucción de un objeto inanimado, una

planta, un animal o una persona $umanaJ, entonces, naturalmente, la cualidad delimpulso que mueve al acto nocivo importa muy poco. (i los actos destinados a destruir,

los actos destinados a proteger y los actos destinados a construir se designan con lamisma palabra, ciertamente no $ay esperanza de entender su IcausaI; no tienen causacom%n porque son 3enómenos enteramente di3erentes y nos $allamos en una posiciónteóricamente desesperada si queremos $allar la causa de la IagresiónIE.

+omemos por ejemplo a 6orenz; su concepto de agresión es originalmente el de unimpulso biológicamente adaptativo, desarrollado por evolución, que sirve para lasupervivencia del individuo y de la especie. "ero como $a aplicado tambi!n el nombre deIagresiónI al ve$emente an$elo de derramar sangre y la crueldad, la conclusión es quetodas esas pasiones irracionales son tambi&n innatas, y dado que se entiende que causalas guerras el placer de matar, la conclusión ulterior es que las guerras se deben a unatendencia destructiva innata de la naturaleza $umana. 6a palabra IagresiónI sirve de

cómodo puente para comunicar biológicamente la agresión adaptativa Kque no es malaLcon la destructividad $umana, que ciertamente lo es. l meollo de este tipo deIrazonamientoI es5

Agresión biológicamente adaptativa M innata.

9estructividad y crueldad M agresión.

rgo5 9estructividad y crueldad M innata. Due es lo que se trataba dedemostrar.

n esta obra $e empleado la palabra Iagresión I para la agresión de3ensiva, reactiva,

que $e incluido en la Iagresión benignaI

, pero llamo IdestructividadI

y IcrueldadI

a la propensión espec#3icamente $umana a destruir y al ansia de poder absoluto KIagresiónmalignaIL. (iempre que $e empleado IagresiónI por parecerme %til dentro de determinadoconte7to distinto del sentido de agresión de3ensiva, la $e modi3icado de alguna manera

para evitar malos entendimientos.2tro problema de semántica plantea la palabra I!lI cuando me re3iero a los seres

$umanos, porque decir a cada paso I!E o ella I resultar#a pesado. &reo que las palabrasson muy importantes, pero que no se debe convertirlas en 3etic$e e interesarse más enellas que en lo que e7presan.

n bene3icio de la cuidadosa documentación, las citas dentro de esta obra vanacompa4adas de la mención del autor y el ano de publicación, con el 3in de permitir al

lector $allar la re3erencia completa en la bibliogra3#a. "or eso no siempre se dan las3ec$as, en relación con los datos como enla cita de (pinoza KEN:OL.

-+029*&&P-5 62( -(+-+2( Q 6A( "A(2-( 8*)A-A(

E 9eber#a observarse sin embargo que Freud no dejaba de darse cuenta de esas di3erencias. K&3. el ap!ndice.LAdemás, en el caso de Freud, el motivo subyacente para su terminolog#a es di3#cil de $allar en una orientación

conductista; es más probable que se contentara con seguir el uso establecido y además pre3iriera emplear losvocablos más generales con el 3in de acomodarlos a sus propias categor#as generales, como la del instinto demuerte.

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l aumento de la violencia y la destructividad en escala nacional y mundial $allamado la atención de los pro3esionales y del p%blico en general $ada la averiguaciónteórica de la naturaleza y las causas de la agresión. ste inter!s no es sorprendente; losorprendente es el $ec$o de que la preocupación $aya sido tan reciente, sobre tododadRL que un investigador de la imponente talla de Freud, revisando su teor#a anterior,

que giraba en torno al impulso se7ual, $ab#a ya en los veintes 3ormulado una nuevateor#a en que la pasión de destruir KIinstinto de muerteIL era considerada de 3uerzaigual a la pasión de amar KIinstinto de vidaI, Ise7ualidadIL. "ero el p%blico siguióconsiderando el 3reudismo principalmente la presentación de la libido como pasióncentral del $ombre, contrarrestada tan sólo por el instinto de la autoconservación.

(olamente mediados los sesentas cambió esta situación. *na de las razones probables del cambio 3ue el $ec$o de $aber pasado de cierto l#mite el nivel deviolencia y el temor a la guerra en todo el mundo. "ero un 3actor que contribuyó aello 3ue la publicación de varios libros que trataban de la agresión $umana, en

particular 'obre la agresi(n) el *retendido mal, de @onrad 6orenz KEN==L. 6orenz,conocedor descollante del campo del comportamiento animal : y en particular del de

peces y aves, decidió aventurarse en un campo en que ten#a poca e7periencia ocompetencia5 el del comportamiento humano+ Aunque $a sido rec$azado por muc$os

psicólogos y neurólogos. 'obre la agresi(n resultó un !7ito de librer#a e $izo pro3undaimpresión en la mente de un vasto sector de la comunidad culta, muc$os de cuyoscomponentes aceptaron la opinión de 6orenz como la solución de3initiva del

problema.l !7ito popular de las ideas de 6orenz 3ue re3orzado grandemente por la obra

anterior de un autor de g!nero muy di3erente5 0obert Ardrey African genesis, EN=E !The territorial im*erative, EN=OL. -o cient#3ico sino dramaturgo talentoso, Ardreyentretejió muc$os datos acerca de los comienzos del $ombre para 3ormar un resumenelocuente pero altamente tendencioso destinado a demostrar que la agresividad esinnata en el $ombre. (iguieron a estos libros los de otros estudiosos delcomportamiento $umano, como El mono desnudo KEN=OL por 9esmond )orris ! Amor yodio KENO:L por el disc#pulo de 6orenz, . iblibes3eldt.

+odas estas obras contienen enR lo 3undamental la misma tesis5 el comportamientoagresivo del $ombre, mani3estado en la guerra, el crimen, los c$oques personales ytodo g!nero de comportamiento destructivo y sádico se debe a un instinto innato,

programado 3ilogen!ticamente, que busca su descarga y espera la ocasión apropiada para mani3estarse.

+al vez el gran !7ito del neoinstintivismo de 6orenz se debiera no a la robustez desus argumentos sino a que la gente es muy susceptible a ellos. SDu! pod#a ser más

admisible para gente asustada y que se siente incapaz de modi3icar el rumbo alaniquilamiento que una teor#a que nos asegura que la violencia arranca de nuestra#ndole animal, de un impulso ingobernable $acia la agresión y que lo mejor que

podemos $acer es, como a3irma 6orenz, comprender la ley de la evolución que e7plicael poder de ese impulsoT sta teoría de la agresividad innata 3ácilmente se convierteen ideología que contribuye a calmar el temor de lo que sucederá y a racionalizar lasensación de impotencia.

: 6orenz dio el nombre de Ietolog#aI al estudio del comportamiento animal, y es una terminolog#a peculiar, ya queetolog#a signi3ica literalmente Ila ciencia del comportamientoI Kdel griego, ethos, IconductaI, InormaIL. "ara re3erirseal estudio del comportamiento animal 6orenz $ubiera debido llamarlo Uetolog#a animalI. l que dijera etolog#a sinmás implica, naturalmente, su idea de que el comportamiento $umano se $a de comprender dentro del comportamiento

animal s un $ec$o interesante el de que 'o$n (tuart )ill, muc$o antes que 6orenz, acu4ara el vocabloI

etolog#aI paradesignar la ciencia del car-cter+ 9e querer yo resumir el punto esencial de este libro en pocas palabras dir#a que trata deIetolog#aI en el sentido de )ills, no en el de 6orenz.

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8ay otras razones para pre3erir esta solución simplista de una teor#a instintivista alestudio serio de las causas de la destructividad, estudio que requiere poner en dudalas premisas básicas de la ideolog#a actual; nos vemos as# llevados a analizar lairracionalidad de nuestro sistema social y a violar los tab%es que se ocultan detrás de

palabras graves, como Ide3ensa I, I$onor I y IpatriotismoI. -ada que no sea un análisis

en pro3undidad de nuestro sistema social puede revelar las razones de ese incrementode destructividad o sugerir modos y medios de reducirlo. 6a teor#a instintivista seo3rece a a$orrarnos la pesada labor de realizar ese análisis. mplica que, aunque tododeba perecer, podemos al menos $acerlo con la convicción de que nuestra Inaturaleza I

nos impuso ese destino 3atal y que comprendamos por qu! todo ten#a que ocurrir como ocurrió.

9ado el actual alineamiento en el pensamiento psicológico, es de esperar que lascr#ticas a la teor#a lorenziana de la agresión $umana encajen dentro de esa otra teor#adominante en psicolog#a5 la del conductismo, A di3erencia del instintivismo, la teor#aconductista no se interesa en las 3uerzas subjetivas que impulsan al $ombre a obrar dedeterminado modo; no le preocupa lo que !l siente, sino sólo el modo que tiene de

conducirse y el condicionamiento social que con3igura su comportamiento.Fue sólo en los veintes cuando cambió radicalmente el en3oque en la psicolog#a y

pasó del sentimiento al com*ortamiento. en adelante, las pasiones y emocionesquedaban 3uera del campo de visión de muc$os psicólogos, en calidad de datos queno $ac#an al caso, por lo menos desde un punto de vista cient#3ico. l objeto de estudiode la escuela predominante en psicolog#a 3ue entonces el com*ortamiento, no el hombre/ue se com*ortaba) la Iciencia de la psiqueI se trans3ormaba en ciencia de la ingenier#ade la conducta animal y $umana. ste 3enómeno alcanzó su punto culminante en elneoconductismo de (>inner, que es $oy la teor#a psicológica más ampliamente aceptadaen las universidades de stados *nidos.

s 3ácil $allar la razón de esta trans3ormación de la psicolog#a. )ás que ning%n otrocient#3ico, el que estudia el $ombre su3re la in3luencia de la atmós3era de su sociedad.sto es as# no sólo en sus modos de pensar, sus intereses, las cuestiones que plantea, todoello en parte determinado socialmente como en las ciencias naturales, pero en su caso lamateria misma objeto de estudio es determinada as#. (iempre que un psicólogo $abla del$ombre, su modelo es el de las personas que lo rodean .. y sobre todo !l mismo. n lasociedad industrial contemporánea, las personas son de orientación cerebral, sienten

poco, y consideran un lastre in%til las emociones, tanto las de los psicólogos como las desus sujetos. 6a teor#a conductista parece muy apropiada para ellas.

6a alternativa actual entre instintivismo y conductismo no es 3avorable al progresoteórico. Ambas posiciones son Imonoe7plicativasI, dependen de preconcepciones

dogmáticas, y se requiere de los investigadores que $agan encajar los datos dentro de unau otra e7plicación. "ero Sestamos realmente ante la alternativa de aceptar sea la teor#ainstintivista, sea la conductistaT Sstamos obligados a escoger entre 6orenz y (>innerTS-o $ay otras opcionesT n este libro se a3irma que $ay otra, y se estudia cuál es.

9ebemos distinguir en el $ombre dos ti*os de agresi(n enteramente diferentes+ l primero, que comparte con todos los animales, es un impulso 3ilogen!ticamente programado para atacar Ko $uirL cuando están amenazados intereses vitales. sta agresiónI benignaI, defensiva, está al servicio de la supervivencia del individuo y de la especie, es

biológicamente adaptativa y cesa cuando cesa la amenaza. l otro tipo, la agresiónImalignaI, o sea la crueldad y destructividad, es espec#3ico de la especie $umana y se$alla virtualmente ausente en la mayor#a de los mam#3eros; no está programada

3ilogen!ticamente y no es biológicamente adaptativa; no tiene ninguna 3inalidad y susatis3acción es placentera. /uena parte de la discusión anterior de este asunto estaba

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viciada por el $ec$o de no distinguir entre estos dos g!neros de agresión, cada uno de loscuales tiene di3erente origen y di3erentes propiedades.

6a agresión de3ensiva es, ciertamente, parte de la naturaleza $umana, aunque no seaun instinto IinnatoI, como suele llamársele. n tanto $abla de la agresión de de3ensa,6orenz tiene razón al suponer un instinto agresivo Kaunque es cient#3icamente

inde3endible la teor#a acerca de su espontaneidad y de su propiedad autorrenovadoraL."ero 6orenz va más allá. )ediante cierto n%mero de ingeniosos razonamientos consideratoda la agresión $umana, incluso la pasión de matar y torturar, resultado de una agresión

biológicamente dada, trans3ormada de 3uerza ben!3ica en destruc tora debido a cierton%mero de 3actores. "ero son tantos los datos emp#ricos en contra de su $ipótesis que la$acen virtualmente inde3endible. l estudio de los animales muestra que tos mam#3eros, yen especial los primates Jsi bien poseen bastante agresión de3ensivaJ no son asesinosni torturadores. 6a paleontolog#a, la antropolog#a y la $istoria presentan abundantes

pruebas contra la tesis instintivista5 E los grupos $umanos di3ieren de modo tan3undamental en el grado de destructividad que los $ec$os di3#cilmente podr#an e7plicarsesuponiendo que la destructividad y la crueldad son innatas; : diversos grados de

destructividad pueden tener correlación con otros 3actores ps#quicos y con di3erencias enlas estructuras sociales respectivas, y el grado de destructividad aumenta a medida queaumenta el desarrollo de la civilización, no lo contrario. "or cierto que el cuadro de ladestructividad innata encaja muc$o mejor en la $istoria que en la pre$istoria. (i el$ombre sólo estuviera dotado de la agresión biológicamente adaptativa que comparte consus antepasados animales, ser#a un ente relativamente pac#3ico; si los c$impanc!stuvieran psicólogos, !stos di3#cilmente considerar#an la agresión un problema inquietanteque ameritara escribir libros en torno suyo.

"ero el $ombre di3iere del animal por el $ec$o de ser el %nico primate que mata ytortura a miembros de su propia especie sin razón ninguna, biológica ni económica, ysiente satis3acción al $acerlo. s esta agresión ImalignaI, biológicamente no adaptativa yno programada 3ilogen!ticamente, la que constituye el verdadero problema y el peligro

para la e7istencia del $ombre como especie, y el 3in principal de este libro es analizar lanaturaleza y las condiciones de esta agresión destructiva.

6a distinción entre agresión benigna de3ensiva y agresión maligna destructiva requiereuna distinción ulterior, más 3undamental, entre instinto0 ! car-cter, o dic$o con más

precisión, entre los impulsos arraigados en las necesidades 3isiológicas KimpulsosorgánicosL y las pasiones espec#3icamente $umanas arraigadas en su carácter KIpasionesradicadas en el carácter o $umanas IL. 6a distinción entre instinto y carácter se estudiaráampliamente más adelante en el te7to. +ratar! de demostrar que el carácter es la segundanaturaleza o #ndole segunda seconde nature1 del $ombre, que remplaza a sus instintos,

poco desarrollados; y que las pasiones $umanas Kcomo el an$elo de amor, ternura ylibertad, as# como el placer de destruir, el sadismo, el masoquismo, el ansia de poder y poseerL son respuestas a las Inecesidades e7istencialesI, radicadas a su vez en lascondiciones mismas de la e7istencia $umana. "ara decirlo brevemente, los instintos sonsoluciones a las necesidades fisiol(gicas del $ombre, y las *asiones condicionadas por elcarácter, soluciones a sus necesidades e2istenciales, , son espec#3icamente $umanas. stasnecesidades e7istenciales son las mismas para todos los $ombres, pero los $ombresdi3ieren en lo relativo a sus pasiones dominantes. *n ejemplo5 el $ombre puede ser impulsado por e amor o por la pasión de destruir; en uno u otro caso satis3ace una de sus,necesidades e7istenciales5 la de Iponer por obraI o a3ectar algo, de I producir un e3ectoI o Wltimamente, 6orenz $a modi3icado el concepto de IinnatoI r econociendo la presencia simultánea del 3actoraprendizaje. K@. 6orenz, EN=


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$acer mella en algo. l que la pasión dominante del $ombre sea el amor o la destructividaddepende en gran parte de las circunstancias sociales; pero estas circunstancias operan enrelación con la situación e7istencial biológicamente dada y las necesidades que en ellatienen su origen, y no con una psique indi3erenciada, in3initamente maleable, como suponela teor#a ambientalista.

)as cuando queremos saber cuáles son las condiciones de la e7istencia $umana, nosvemos conducidos a otras cuestiones5 Scuál es la naturaleza del $ombreT ; Sen virtud de qu!es $ombreT nnecesario es decir que el clima actual de las ciencias sociales no resulta muy3avorable para la discusión de estos problemas. n general se considera que su estudio

pertenece a la 3iloso3#a y la religión; en el pensamiento positivista se las trata comoespeculaciones puramente subjetivas sin ning%n derec$o a pretender validez objetiva. &omoser#a inoportuno anticipar aqu# la compleja argumentación que más adelante o3rezco basadaen datos, me con3ormar! por a$ora con unas cuantas observaciones. n nuestro intento dede3inir la esencia del $ombre no nos re3erimos a una abstracción conseguida por medio deespeculaciones meta3#sicas como las de 8eidegger y (artre. -os re3erimos a las condicionesreales de la e7istencia com%n al $ombre /ua $ombre, de modo que la esencia de cada

individuo es id!ntica a la e7istencia de la especie. 6legamos a este concepto por el análisisemp#rico de la estructura anatómica y neuro3isiológica y sus correlaciones ps#quicas quecaracterizan la especie horno+ 8acemos pasar as# el principio de e7plicación $umana del

principio fisiol(gico de Freud a un principio $istórico sociobiol(gico+ l punto de vista desdeel cual serán tratados estos problemas aqu# es sociobiológico. "uesto que la especie Homo

sa*iens puede de3inirse en t!rminos anatómicos, neurológicos y 3isiológicos, debemostambi!n poderla de3inir como especie en t!rminos ps#quicos. l punto de vista adoptadoaqu# para tratar estos problemas puede llamarse e7istencialista, aunque no en el sentido dela 3iloso3#a e7istencialista.

sta base teórica nos abre la posibilidad de discutir detalladamente las diversas 3ormasde agresión maligna arraigadas en el carácter, en especial el sadismo Jpasión de poder irrestricto sobre otro ser dotado de sentimientoJ y la necrofilia Jpasión de aniquilar lavida y atracción $acia todo lo muerto, decadente y puramente mecánico. l entendimientode estas estructuras de carácter se 3acilitará, espero, mediante el análisis del carácter decierto n%mero de sádicos y aniquiladores bien conocidos del pasado reciente5 (talin,8immler y 8itler.

8abiendo se4alado los pasos que seguirá este estudio ser#a %til indicar, siquiera brevemente, algunas de las premisas y conclusiones generales que el lector $allará en loscap#tulos subsiguientes5 E no nos interesaremos en el comportamiento separado del$ombre que lo tiene; trataremos de las pulsiones $umanas, independientemente de .quesean o no mani3iestas en un comportamiento directamente observable; signi3ica esto, en

relación con el 3enómeno de la agresión, que estudiaremos el origen y la intensidad de losimpulsos agresivos y no el comportamiento agresivo independiente de su motivación. :stos impulsos pueden ser conscientes, pero con mayor 3recuencia son inconscientes. 6a mayor parte de las veces están integrados en una estructura de carácter relativamenteestable. n una 3ormulación más general, este estudio se basa en la teor#a del

psicoanálisis. 9e a$# se deduce que el m!todo que emplearemos es el m!todo psicoanal#tico de descubrir la realidad interna inconsciente mediante la interpretación de los datosobservables, con 3recuencia aparentemente insigni3icantes. "ero la palabra Ipsicoanálisis I

no se emplea aqu# en relación con la teor#a clásica sino con cierta revisión de ella. )ásadelante e7aminaremos los aspectos clave de esta revisión; a$ora quisiera decir solamenteque no se trata de un psicoanálisis basado en la teor#a de la libido, para evitar losconceptos instintivistas que generalmente se entiende son la verdadera esencia de la teor#ade Freud.

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sta identi3icación de la teor#a de Freud con el instintivismo queda emperograndemente abierta a la duda. Freud 3ue en realidad el primer psicólogo moderno que, encontraste con la tendencia dominante, estudió el reino de las pasiones $umanas5 amor,odio, ambición, codicia, celos, envidia, pasiones que anteriormente sólo $ab#an tratado losdramaturgos y novelistas y que con Freud 3ueron materia de estudio de la e7ploración

cient#3ica<

.

sto podr#a e7plicar por qu! tuvo una acogida muc$o más calurosa ycomprensiva entre los artistas que entre los psiquiatras y psicólogos, por lo menos $asta eltiempo en que su m!todo devino instrumento para satis3acer la creciente demanda de

psicoterapia. 6os artistas comprend#an que era aquel el primer cient#3ico que manejaba su propia materia, el IalmaI del $ombre, en sus mani3estaciones más secretas y sutiles. l surrealismo mostró con suma claridad este impacto de Freud en el pensamiento art#stico. ncontraste con 3ormas de arte más antiguas, rec$azaba la IrealidadI por intrascendente y nole interesaba el comportamiento5 lo que importaba era la e7periencia subjetiva; era lógicoque la interpretación3reudiana de los sue4os se convirtiera en una de las in3luencias más importantes para sudesarrollo.

Freud no pod#a sino concebir sus descubrimientos con os conceptos la terminolog#a desu tiempo. -o $abi!ndose liberado nunca del materialismo de sus maestros ten#a, y tuvo,que $allar el modo de dis3razar las pasiones $umanas, presentándolas como producto deun instinto. Q lo realizó a maravilla mediante una $aza4a tour de force1 teórica5 ensanc$óel concepto de se7ualidad KlibidoL a tal grado que todas las pasiones $umanas Kaparte de la

propia conservaciónL pod#an entenderse como resultado de un instinto. l amor, el odio, lacodicia, la vanidad, la ambición, laavaricia, los celos, la crueldad, la ternura . . . todo $ubode entrar por 3uerza en el cors! de $ierro de este esquema y 3ue tratado teóricamente comosublimaciones o 3ormaciones de reacción contra las diversas mani3estaciones de libido oral,anal y genital.

"ero en el segundo per#odo de su obra, Freud quiso librarse de este esquema presentando una nueva teor#a, que 3ue un paso decisivo $acia delante en la comprensiónde la destructividad. 0econoc#a que la vida no está regida por dos impulsos ego#stas, el dela alimentación y el del se7o, sino por dos pasiones Jamor y destrucciónJ que no sirven ala supervivencia 3isiológica del mismo modo que el $ambre y la se7ualidad. 6imitadotodav#a empero por sus premisas teóricas los denominó Yinstinto de vidaZ e Yinstinto demuerteZ y con ello dio a la destructividad $umana la categor#a de una de las dos pasiones3undamentales del $ombre.

ste estudio libera pasiones como los a3anes de amar, de ser libre, as# como el impulsode destruir, de torturar, de mandar y someter de su maridaje 3orzoso con los instintos. (on!stos una categor#a puramente natural, mientras que las pasiones arraigadas en el carácter

son una categor#a sociobiológica e $istórica.

=

Aunque no sirvan directamente para lasupervivencia 3#sica, son tan 3uertes como los instintos, y a veces más. Forman la base delinter!s del $ombre por la vida, de su entusiasmo, su apasionamiento; son la materia de queestán $ec$os no sólo sus sue4os sino, además el arte, la religión, el mito, el teatro . . . todocuanto $ace la vida digna de vivirse. l $ombre no puede vivir como un mero objeto,como dados arrojados de un cubilete; su3re gravemente cuando se ve reducido al nivel deuna máquina de alimentar o engendrar, aunque tenga todas las seguridades que quiera l


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$ombre ans#a lo dramático y emocionante cuando no puede $allar satis3acción en un nivelsuperior, cree para s# el drama de la destrucción.

l clima mental contemporáneo alienta el a7ioma de que un motivo puede ser intensosolamente si sirve a una necesidad orgánica Jes decir5 sólo los instintos tienen un intenso

poder de motivación. (i uno rec$aza este punto de vista mecanicista y reduccionista y

parte de una premisa $olista empieza a comprender que las pasiones del $ombre debenverse en relación con sus 3unciones para el proceso vital del organismo entero. (uintensidad no se debe a necesidades 3isiológicas especiales sino a la necesidad que todo elorganismo tiene de sobrevivir ... de desarrollarse 3#sica y mentalmente.

stas pasiones no se $acen poderosas solamente despu!s de $aber sido satis3ec$as lasnecesidades 3isiológicas. (e $allan en la ra#z misma de la e7istencia $umana y no son unaespecie de lujo que pueda permitirse uno despu!s de $aber satis3ec$o las necesidadesnormales, Iin3erioresI. 6a gente se suicida a veces por no poder $acer realidad su pasión deamor, de poder, de 3ama o de desquite. 6os casos de suicidio por 3alta de satis3acciónse7ual son virtualmente ine7istentes. sas pasiones no instintivas e7citan al $ombre, loin3laman, le $acen la vida digna de ser vivida. &omo dijo una vez 8olbac$, el 3ilóso3o de

la lustración 3rancesa, Iun $omme sans passions et d!sirs cesserait dR!tre un $omme I Kun$ombre sin pasiones ni deseos dejar#a de ser $ombreL. K". 8. 9. d R 8olbac$, EX::.L (on tanintensas precisamente porque el $ombre no ser#a $ombre sin ellas.O

6as pasiones $umanas trans3orman al $ombre de mero objeto en protagonista, ,en unser que a pesar de enormes di3icultades trata de $acer que la vida tenga sentido. -ecesitaser su propio creador, trans3ormar su estado de ente inacabado en alguien con 3inalidadesy propósitos que le permitan cierto grado de integración. 6as pasiones del $ombre no soncomplejos psicológicos triviales que puedan e7plicarse debidamente como ocasionados por los traumas de la in3ancia. (olamente pueden entenderse si uno va más allá de la es3era dela psicolog#a reduccionista y las reconoce por lo que son5 el intento del hombre de hacer /ue la vida tenga significado ! de sentir el m-2imo de intensidad ! fuer3a /ue *ueda o crea

*oder1 lograr en las circunstancias dadas+ (on su religión, su culto, su ritual, que !l $a deocultar Kincluso a s# mismoL en tanto las desaprueba su grupo. &laro está que por mediodel soborno y el c$antaje, o sea por el condicionamiento e7perto, puede persuad#rsele aque renuncie a su IreligiónI y a que se convierta al culto general del noindividuo, delautómata. "ero la cura ps#quica le priva de lo mejor que tiene, de ser $ombre y no cosa.

6a verdad es que todas las pasiones $umanas, tanto las I buenasI como las ImalasI

pueden entenderse solamente como el intento por una persona de que la vida tenga sentido,y de trascender la e7istencia trivial, mera sustentadora de la vida. (ólo es posible el cambiode personalidad si es capaz el individuo de IconvertirseI a un nuevo modo de dar sentido ala vida movilizando sus pasiones 3avorecedoras de la vida y sintiendo as# una vitalidad e

integración superiores a las que ten#a antes. (i no es as#, podrá ser domesticado, pero nocurado. "ero si bien las pasiones 3omentadoras de la vida conducen a una mayor sensaciónde 3uerza, alegr#a, integración y vitalidad que la destructividad y crueldad, !stas son nomenos que aqu!llas una solución al problema de la e7istencia $umana. l $ombre mássádico y, destructor es $umano, tan $umano como el santo. "odrá decirse de !l que es un

O sta a3irmación de 8olbac$, naturalmente, $ay que entenderla en el conte7to del pensamiento 3ilosó3ico de su!poca. 6a 3iloso3#a budista o la spinozista tienen una concepción enteramente di3erente de las pasiones; desdesu punto de vista, la descripción de 8olbac$ ser#a emp#ricamente cierta para la mayor#a de las personas, pero la pos ición de 8olbac$ es e7actamente lo contrario de lo que ellos consideran ser la 3inalidad del desarrollo$umano. &on el 3in de $acer apreciar la di3erencia citar! la distinción entre Ipasiones irracionalesI, como laambición o la codicia, y las I pas iones racionalesI, como el amor y la solicitud por todos los seres animados Kque

e7aminaremos más adelanteL. 6o que $ace al caso en el te7to no es empero esta di3erencia sino la idea de que lavida dedicada principalmente a su propia conservación es in$umana.

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$ombre en3ermo y torcido que no $a podido $allar una solución mejor al problema de$aber nacido $umano, y as# es; tambi!n podr#a decirse que es un $ombre que tomó uncamino equivocado en busca de su salvación.X

stas consideraciones no implican de ninguna manera que la destructividad y lacrueldad no sean vicios; lo %nico que signi3ican es que el vicio es $umano. &iertamente,

destruyen la vida, el cuerpo y el esp#ritu; no sólo destruyen a la v#ctima sino tambi!n almismo destructor. &onstituyen una paradoja5 e7presan la vida volvi&ndose contra sí misma en el af-n de buscar su sentido+ ' on la %nica perversión de verdad. ntenderlasno signi3ica condonarlas. "ero si no las entendemos, no tenemos modo de llegar a conocer cómo reducirlas ni los 3actores que tienden a incrementarlas.

ste entendimiento es de particular importancia actualmente, en que la sensibilidad alo destructivo y cruel está disminuyendo rápidamente, y la necro3ilia, la atracción $acia lomuerto, decadente, sin vida y puramente mecánico va en aumento por todas partes ennuestra sociedad industrial y cibern!tica. l esp#ritu de necro3ilia lo mani3estó por primeravez en 3orma literaria F. +. )arinetti en su Manifiesto futurista de ENGN. 6a mismatendencia puede observarse en buena parte del arte y la literatura de las %ltimas d!cadas,

donde se $ace gala de particular 3ascinación por todo lo corrupto, inánime, destructor ymecánico. l grito 3alangista de Y[Viva la muerte\Z amenaza convertirse en principiosecreto de una sociedad en que la conquista de la naturaleza por la máquina 3orma elverdadero signi3icado del progreso y en que la persona viviente se convierte en ap!ndicede] la máquina.

n este estudio se intenta aclarar la #ndole de esta pasión necró3ila y de las condicionessociales que tienden a 3omentarla. 6a conclusión será que la ayuda en sentido lato sólo

podrá venir por cambios radicales en nuestra estructura social y pol#tica que repondr#an al$ombre en su papel supremo en la sociedad. l deseo de Ijusticia y orden I Kno de vida yestructuraL y de un castigo más estricto de los criminales, as# como la obsesión por laviolencia y la destrucción entre algunos IrevolucionariosI son sólo otros ejemplos de la

poderosa atracción que ejerce la necro3ilia en el mundo contemporáneo. +enemos quecrear las condiciones que $ar#an del desarrollo del $ombre, ser imper3ecto e incompleto J %nico en la naturalezaJ el objetivo supremo de todos los contratos sociales. 6a verdaderalibertad y la independencia y el 3in de todas las 3ormas de poder e7plotador son lascondiciones para la movilización del amor a la vida, %nica 3uerza capaz de vencer al amor a la muerte.

"0)0A "A0+

-(+-+V()2, &2-9*&+()2 Q "(&2A-^6((

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62( -(+-+V(+A( A-+1*2(

X I(alvaciónI viene del radical latino sal, la sal Ken espa4ol $a dado salud1 + l signi3icado se debe al $ec$o deque la sal protege la carne de la descomposición; IsalvaciónI es as# lo que protege al $ombre de sudescomposición. n este sentido, todo $ombre necesita IsalvaciónI o salud Ken un sentido no teológicoL.

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-o presentar! aqu# una $istoria de la teor#a del instinto, que el lector puede $allar enmuc$os te7tos.N sta $istoria empezó $ace muc$o en el pensamiento 3ilosó3ico, pero en loconcerniente al pensamiento moderno data de la obra de &$arles 9arCin. +oda lainvestigación posdarCiniana de los instintos se $a basado en la teor#a de la evolucióne7puesta por 9arCin.

?illiam 'ames KEXNGL, ?illiam )c9ougall KENE, EN:L y otros $an redactado largaslistas en que cada instinto se entend#a motivar tipos correspondientes de comportamiento,como los instintos de imitación, rivalidad, belicosidad, simpat#a, caza, temor,adquisitividad, cleptoman#a, constructividad, juego, curiosidad, sociabilidad, secreto,limpieza, pudor, amor y celos Je7tra4a mezcla de cualidades $umanas universales y rasgosespec#3icos de carácter socialmente condicionados. K'. '. )c9ermott, ed., EN=O.L Aunqueesta lista de instintos parece $oy algo ingenua, la labor de estos instintivistas es muycompleja, abunda en ideas teóricas e impresiona por la altura de su pensamiento teórico,que todav#a tiene cierta validez. As#, por ejemplo, 'ames ten#a per3ecto conocimiento del$ec$o de que pod#a $aber un elemento de aprendizaje incluso en el primer desempe4o deun instinto, y )c9ougall no dejaba de comprender la in3luencia modeladora de las

di3erentes e7periencias y antecedentes culturales. l instintivismo de este %ltimo 3orma un puente a la teor#a 3reudiana. &omo $a subrayado Fletc$er, )c9ougall no identi3icaba elinstinto con un Imecanismo motorI y una respuesta motriz r#gidamente 3ija. "ara !l elmeollo de un instinto era una 4*ro*ensi(nI , un IansiaI, y este n%cleo a3ectivo innato decada instinto Iparece capaz de 3uncionar en 3orma relativamente independiente tanto de la

parte cognitiva como de la motriz de la disposición instintiva totalI. K?. )c9ougall,EN:.L

Antes de pasar a estudiar los dos representantes modernos más conocidos de la teor#ainstintivista, los IneoinstintivistasI (igmund Freud y @onrad 6orenz, veamos un aspectocom%n a ambos, y además a los instintivistas antiguos5 la concepción del modeloinstintivista en t!rminos de mecánica e $idráulica. )c9ougall se representaba la energ#acontenida por IcompuertasI y IrebosandoI en determinadas condiciones K?. )c9ougall,ENEL. "osteriormente utilizó una analog#a en que cada instinto estaba presentado comouna Icámara en que constantemente se está liberando gasI. K?. )c9ougall, EN:.L Freud,en su concepto de la teor#a de la libido siguió tambi!n un esquema $idráulico. 6a libidoaumenta J la tensión se eleva el desplacer aumenta; el acto se7ual $ace bajar la tensión,y el desplacer, y despu!s la tensión empieza a subir nuevamente. 9e modo semejante,6orenz consideraba la energ#a espec#3ica de reacción como Iun gas que continuamente seestá metiendo con bomba en un recipiente I o como un l#quido en un depósito que puedesalir mediante una válvula con resorte situada en el 3ondo. K@. 6orenz, EN


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se7uales y el instinto de conservación del individuo. 6a teor#a 3reudiana puedeconsiderarse as# el %ltimo paso en el desarrollo de la $istoria de la teor#a de los instintos;como $ar! ver más adelante, esta misma uni3icación de los instintos en uno Ka e7cepcióndel instinto del egoL 3ue tambi!n el primer paso para la superación de todo el conceptoinstintivista, aunque Freud no se dio cuenta de ello. n adelante tratar! sólo del concepto

3reudiano de la agresión, ya que su teor#a de la libido es bien conocida para muc$oslectores y puede $allarse en otras obras, y mejor que en ninguna en sus 6ntroductor!lectures on *s!choanal!sis KENE


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costumbre de emplear esa palabra para los más di3erentes g!neros de agresión, y3acilitó as# su intento de e7plicarlos todos por un solo instinto. &omo es evidente queno ten#a propensiones conductistas, podemos suponer que la razón de ello 3ue sutendencia general a llegar a un concepto dualista en que dos 3uerzas 3undamentales seoponen mutuamente. sta dicotom#a estaba al principio a mitad de camino entre la

autoconservación y la libido, y despu!s entre el instinto de vida y el de muerte. Freud pagó la elegancia de estos conceptos con la pena de subsumir cada pasión en uno delos dos polos y por ende, de juntar tendencias que en realidad no tienen nada que ver unas con otras.

La teoría de la agresi(n de Loren3

Aunque la teor#a de la agresión de Freud 3ue Ky todav#a esL muy prestigiosa, eracompleja y di3#cil, y nunca llegó a ser muy conocida en el sentido de que la leyeramuc$a gente ni impresionara a muc$os. n cambio, la obra de @onrad 6orenz 'obre laagresi(n es un libro de muy agradable lectura, y lo mismo su anterior obra, El anillodel re! 'alom(n KEN


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independientemente de que el est#mulo e7terno sea o no adecuado5 4Es laes*ontaneidad del instinto la /ue lo hace tan *eligroso+4 7+ 6orenz, EN==, subrayado

por m#.L l modelo de agresión de 6orenz, como el modelo de libido de Freud, $a sidoacertadamente cali3icado de modelo hidr-ulico, por analog#a con la presión ejercida

por el agua o el vapor acumulados en un recipiente cerrado.

ste concepto $idráulico de la agresión es, e3ectivamente, uno de los pilares enque se basa la teor#a de 6orenz; se re3iere al mecanismo mediante el cual se produce laagresión. l otro pilar es la idea de que la agresión está al servicio de la vida, de quesirve para la supervivencia del individuo y de la especie. 8ablando en t!rminosgenerales, 6orenz supone que la agresión intraespec#3ica Kagresión entre miembros dela misma especieL tiene la 3unción de 3avorecer la supervivencia de la especie. 6orenz

propone que la agresión cumple esa 3unción espaciando los individuos de una especieen el $ábitat disponible, seleccionando el ImejorI, de importancia en conjunción conla de3ensa de la $embra, y estableciendo un orden jerárquico social. K@. 6orenz,EN=.L 6a agresión puede tener esta 3unción preservativa con e3icacia tanto mayor por cuanto en el proceso de la evolución la agresión mort#3era se $a trans3ormado en un

comportamiento compuesto de amenazas simbólicas y rituales que desempe4an. lamisma 3unción sin da4o para la especie.

"ero, dice 6orenz, el instinto que serv#a para la supervivencia del animal se $aIe7agerado grotescamenteI en el $ombre y se $a Ivuelto locoI. As# la agresión se $a$ec$o una amenaza más que una ayuda para la supervivencia."arece como si el mismo 6orenz no $ubiera quedado satis3ec$o con estas

e7plicaciones de la agresión $umana y sintiera la necesidad de a4adir otra, que de todosmodos lleva 3uera del campo de la etolog#a. 9ice as#5

"or encima de todo es más que probable el que la intensidad destructora del impulsoagresivo, todav#a un mal hereditario de la $umanidad, sea la consecuencia de un procesode selección intraespec#3ica que operó en nuestros antepasados durante unos cuarenta milanos, apro7imadamente, o sea el primer per#odo de la dad de la "iedra. _6orenz

probablemente se re3iere al %ltimo per#odo. &uando el $ombre $ubo llegado a la etapa enque ten#a armas, vestidos y organización social, o sea vencido los peligros de morir de$ambre, de 3r#o o comido por los animales silvestres, y esos peligros cesaron de ser 3actores esenciales que in3luyeran en la selección, debe $aberse iniciado una selecciónintraespec#3ica mala. l 3actor que in3lu#a en la selección era entonces la guerra entretribus vecinas $ostiles. s probable que entonces se produjera la evolución de una 3ormae7tremada de las llamadas Ivirtudes guerrerasI del $ombre, que por desgracia todav#amuc$os consideran ideales deseables. K@. 6orenz, EN==. LE

ste cuadro de la guerra constante entre los cazadores recolectores IsalvajesI desde la

cabal aparición del Horno sa*iens sa*iens, G o 85 mil a4os a. &., es un clic$! muycorriente adoptado por 6orenz sin mencionar las investigaciones que tienden a demostrar que no $ay pruebas de que as# 3ueraE. 6a suposición por 6orenz de cuarenta mil a4os deguerra organizada no es sino el antiguo clic$! $obbesiano de que la guerra es el estadonatural del $ombre, presentado como argumento para probar que la agresividad $umanaes innata. 6a lógica de la idea de 6orenz es que el $ombre es agresivo porque fueagresivo, y que fue agresivo porque es agresivo.

Aunque 6orenz tuviera razón en su tesis del continuo guerrear en el paleol#tico posterior, su razonamiento de gen!tica es discutible. "ara que cierto rasgo $aya de tener

E sta cita corresponde solamente en parte a un párra3o de las pp. :=NOG de 'obre la agresi(n) el *retendido mal, por @onrad 6orenz, (iglo BB ditores, ENOE. &omo se e7plica en la nota al pie de la p. :=G de la misma ed., $ubo cambios

en la ordenación del material, debidos a que el mismo 6orenz lo organizó de modo distinto en sus di3erentes ediciones.Fromm debe $aber tenido presente la edición inglesa. F+.E 6a cuestión de la agresión entre los recolectores y cazadores se estudia ampliamente en el cap#tulo X.

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una ventaja en la selección tendrá que ser sobre la base de la creciente producción dedescendientes 3!rtiles de los que tienen ese rasgo. "ero dada la probabilidad de una gran

p!rdida de individuos agresivos en las guerras, es dudoso que la selección pueda e7plicar el mantenimiento de una alta incidencia de ese rasgo. 9e $ec$o, si consideramos esa

p!rdida una selección negativa, la 3recuencia de los genes deber#a disminuir E


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posteriormente aplicó el mismo principio al instinto de muerte y ense4ó que la represiónde la agresión dirigida $acia 3uera es insana. 6orenz declara que Iel $ombre civilizadoactual padece de una descarga insu3iciente de su impulso agresivoI. Ambos llegan por di3erentes caminos al cuadro de un $ombre en que continuamente se está produciendo laenerg#a agresiva y destructiva que a la larga es muy di3#cil, y aun imposible, de dome4ar.

6o que en los animales se llama maldad se convierte en verdadero mal en el $ombre,aunque seg%n 6orenz su origen no sea malo.4 :rueba4 *or analogía+ stas semejanzas entre la teor#a de Freud y la de 6orenz en

relación con la agresión no deben sin embargo $acernos olvidar su principal di3erencia.Freud estudiaba el $ombre; observaba agudamente su comportamiento mani3iesto y lasdiversas mani3estaciones de su inconsciente. (u teor#a del instinto de muerte podr#a ser errónea o insu3iciente, o apoyarse en escasas pruebas, pero se debe al proceso de observar constantemente al $ombre. 6orenz, por otra parte, es un observador de los animales Kysobre todo de los animales in3erioresL, sin duda muy competente en su campo. "ero suconocimiento del $ombre no va más allá del de una persona com%n y corriente, y no lo$a per3eccionado mediante la observación sistemática ni el conocimiento su3iciente de la

literaturaE=. (upone ingenuamente que las observaciones sobre s# mismo y sus relacionesson aplicables a todas las personas. (u m!todo principal sin embargo no es laobservación de s# mismo sino las analog#as sacadas del comportamiento de ciertosanimales con el del $ombre. 8ablando cient#3icamente, esas analog#as no prueban nada;son sugestivas y agradables para el que quiere a los animales. Van de la mano con unalto grado de antropomor3ización que encanta a 6orenz. "recisamente por procurar a una

persona la agradable ilusión de que IcomprendeI Ilo que sienten I los animales se $an$ec$o muy populares. S-o nos gustar#a acaso tener el anillo de (alomónT

6orenz basa sus teor#as de la #ndole $idráulica de la agresión en e7perimentosrealizados con animales, principalmente peces y aves en condiciones de cautividad. 6oque se trata de saber es esto5 ese impulso agresivo que $ace matar si no es redirigido Jyque 6orenz $a observado en ciertos peces y avesJ Sopera tambi!n en el $ombreT

9ado que no $ay prueba directa en 3avor de esta $ipótesis en relación con el $ombrey los primates no $umanos, 6orenz presenta cierto n%mero de argumentos en apoyo desu tesis. (u modo principal de abordar el problema es la analogía. descubre semejanzasentre el comportamiento $umano y el de los animales que !l $a estudiado y saca laconclusión de que ambos tipos de comportamiento tienen la misma causa. )uc$os

psicólogos $an criticado este m!todo; ya en ENX, el eminente colega de 6orenz, -.+inbergen comprend#a los peligros 4inherentes al *rocedimiento de servirse de las *ruebas

fisiol(gicas de los niveles evolucionarlos ! de organi3aci(n neural inferiores ! de las formasde com*ortamiento m-s sim*les a manera de analogías *ara sustentar teorías fisiol(gicas de

mecanismos com*ortamentales en niveles m-s elevados ! com*le9os

4

+ N+ +inbergen, ENX.(ubrayado m#o.L*nos cuantos ejemplos ilustrarán la Iprueba por analog#aI de 6orenzEO. 8ablando de

los c#clidos y del pez madreperla del /rasil comunica 6orenz la observación de que sicada pez puede desa$ogar su sana cólera con otro del mismo se7o, no ataca a su propiacompa4era KIagresión redirigidaILEX. Q comenta despu!s5

E= 6orenz, por lo menos cuando escrib#a 'obre la agresi(n, no parece $aber tenido un conocimiento directo de laobra de Freud. -o tiene una sola mención directa de sus escritos, y las re3erencias que $ace son relativas a loque alg%n amigo psicoanalista le dijo acerca de la postura de Freud; es una lástima que no siempre sean justas o no$ayan sido entendidas e7actamente.EO 6a tendencia a establecer analog#as totalmente ileg#timas entre los 3enómenos biológicos y los sociales $ab#asido ya patentizada por 6orenz en ENG con un desdic$ado art#culo K@. 6orenz, ENGL en que sosten#a que las

leyes del stado deben remplazar a los principios de la selección natural cuando !stos no atienden debidamentea las necesidades biológicas de la raza.EX +!rmino de -. +inbergen.

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&osa semejante puede observarse entre los $umanos. n el buen tiempo pasado delmperio austriaco, en que todav#a $ab#a criadas, vi en casa de una t#a m#a que $ab#aenviudado el siguiente comportamiento, regular y predecible5 nunca le duraba una criadamás de X a EG meses. &uando llegaba una nueva, por lo general mi t#a estaba encantada,contaba a quien quer#a o#rla las e7celencias de la IperlaI que $ab#a encontrado al 3in. Al

mes, su entusiasmo $ab#a decrecido y descubr#a en la pobre muc$ac$a imper3eccionesm#nimas; posteriormente se trans3ormaban !stas en grandes de3ectos, que $acia el 3inaldel per#odo mencionado eran ya odiosos; y 3inalmente, con toda regularidad, acababa

por despedirla con un gran escándalo y sin previo aviso. 9espu!s de lo cual estaba laanciana lista para encontrar un ángel de bondad en la nueva criada que se presentase.

-o tengo la menor intención de burlarme de mi anciana t#a, que ya murió $acemuc$o y era por lo demás una e7celente persona. 8e tenido ocasión de observar e7actamente el mismo comportamiento en $ombres muy serios y per3ectamente capacesde dominarse, y claro está que en m# tambi!n, 3orzosamente, en cautividad. 6a llamadaen3ermedad polar, cólera de las e7pediciones o locura del desierto, suele apoderarse de

pre3erencia de grupos peque4os de $ombres que se $allan aislados y dependen

enteramente unos de otros, sin posibilidad de re4ir con personas e7tra4as a su peque4oc#rculo de amigos, como por ejemplo entre prisioneros de guerra. "or lo dic$o secomprenderá que la acumulación de la agresión reprimida resulta tanto más peligrosacuanto más #ntimamente se conocen, entienden y aprecian los miembros del grupo unosa otros. "uedo por e7periencia a3irmar que, en tal situación, todos los est#mulosdesencadenadores de la agresión y del comportamiento combativo intraespec#3ico su3renuna 3uerte depresión de sus valores liminales. (ubjetivamente se e7presa esto por el$ec$o de que cualquier movimiento e7presivo del mejor amigo, como carraspear osonarse la nariz, provoca reacciones que ser#an comprensibles si un animalón tabernariole $ubiera propinado una bo3etada descomunal al o3endido. K@. 6orenz, EN==.L

-o parece ocurr#rsele a 6orenz que las e7periencias personales con su t#a, suscompa4eros prisioneros de guerra o consigo mismo no signi3ican necesariamente queesas reacciones sean universales. +ampoco parece darse cuenta de una interpretación

psicológica más compleja que podr#a darse del comportamiento de su t#a, en lugar deaquella $idráulica en virtud de la cual su potencial agresivo aumentaba cada oc$o o diezmeses $asta tal grado que necesariamente ten#a que dar un estallido.

9esde un punto de vista psicoanal#tico supondr#amos que su t#a era una mujer muynarcisista y aprovec$ada; e7ig#a que la criada le 3uera totalmente Iabnegada I, que notuviera intereses propios y aceptara encantada el papel de criatura 3eliz de servirla.ntonces aborda a cada nueva sirvienta con la 3antas#a de que !sta realizará sus

esperanzas. 9espu!s de una breve Iluna de mielI en que la 3antas#a de la t#a es todav#asu3icientemente e3ectiva para no dejarle ver el $ec$o de que esta criada no es Iuna perlaI Jy tal vez contribuyendo el que la criada al principio $aga todo cuanto pueda por gustar a su nueva patronaJ, la t#a abre los ojos y comprende que la sirvienta no está dispuesta avivir el papel que ella le $a asignado. ste proceso de comprensión dura, naturalmente,cierto tiempo, $asta que se $ace de3initivo. n este momento, la t#a siente gran decepcióny coraje, como toda persona narcisista y aprovec$ada cuando se ve 3rustrada. -ocomprendiendo que la causa de su rabia está en sus imposibles e7igencias, racionaliza susdecepciones acusando a la criada. &omo no puede renunciar a sus deseos, despide a lamuc$ac$a y espera que la nueva sea la buena. l mismo mecanismo se repite $asta sumuerte o $asta que ya nadie va a servirla. ste 3enómeno no se advierte de ninguna

manera solamente en las relaciones entre patronos y empleados. A menudo es id!ntica la$istoria de los con3lictos matrimoniales; pero como es más 3ácil despedir a una criada

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que divorciarse, la consecuencia suele ser un batallar de toda la vida en que cadamiembro de la pareja trata de castigar al otro por agravios que no dejan de acumularse. l

problema que nos encontramos aqu# es el de un carácter espec#3icamente $umanó, que esel narcisista aprovec$ado o e7plotador KabusivoL y no se trata de una energ#a instintivaacumulada.

n un cap#tulo sobre I"autas de comportamiento análogas a la moralI declara 6orenzlo siguiente5 I-o obstante, el que a$onda e3ectivamente en lo que estamos tratando notiene más remedio que maravillarse cada vez que ve cómo esos mecanismos obligan a losanimales a un comportamiento desinteresado y cuyo %nico objetivo es el bien de lacomunidad ... el mismo que a nosotros nos impone la ley moral. I K@. 6orenz, EN==.L

S&ómo se reconoce el comportamiento IdesinteresadoI en los animalesT 6o quedescribe 6orenz es una pauta de acción determinada instintivamente. 6a palabraIdesinteresadoI está tomada de la psicolog#a $umana y se re3iere al $ec$o de que un ser $umano puede olvidar su propia persona Kdigamos más correctamente su yo, o egoL en sudeseo de ayudar a los demás. "ero, Stienen una oca, un pez o un perro una personalidadKyo o egoL que puedan olvidarT S-o depende ese desinter!s, ese olvido de s# mismo del

$ec$o de la conciencia que de s# tiene el ser $umano y de la estructura neuro3isiológicaen que se basaT sta misma cuestión se presenta con tantas otras palabras que emplea6orenz cuando describe el comportamiento de los animales, como Icrueldad I, ItristezaI,Iperplejidad I.

*na de las partes más importantes e interesantes de los datos etológicos de 6orenz esel Iv#nculoI que se 3orma entre los animales Ksu ejemplo principal son los gansosL enreacción a las amenazas e7ternas contra el grupo. "ero las analog#as que establece parae7plicar el comportamiento $umano son a veces sorprendentes, como cuando dice que laagresión discriminatoria contra los e7tra4os y el v#nculo que une a los miembros de ungrupo se re3uerzan mutuamente. 6a oposición del Inosotros I y el IellosI puede unir aentidades a veces terriblemente contrapuestas. IFrente a la &$ina actual, los stados*nidos y la *nión (ovi!tica dan a veces la impresión de sentirse nosotros. l mismo3enómeno, que entre par!ntesis tiene algunas caracter#sticas de la guerra, puedeestudiarse en la ceremonia de redoble ! chachareo del ganso silvestre.I K@. 6orenz,EN==L S9eterminan la actitud norteamericanosovi!tica las pautas instintivas que $emos$eredado del ganso silvestreT S+rata el autor de ser más o menos divertido, o tienerealmente la intención de decirnos algo acerca de la relación que pueda $aber entre losgansos y los dirigentes pol#ticos norteamericanos y sovi!ticosT6orenz va a%n más allá en sus analog#as entre el comportamiento de los animales Ko lasinterpretaciones del mismoL y sus ingenuas nociones acerca del comportamiento $umano,como cuando dice que Iel v#nculo personal, la amistad entre individuos, s(lo aparecen en

los animales de agresión intraespec#3ica muy desarrollada y que de $ec$o, ese v#nculo estanto más 3irme cuanto más agresivos son el animal y su especie. K@. 6orenz, EN==.L8asta a$#, bien está; supongamos que las observaciones de 6orenz son acertadas. "erode a$# da un salto a la es3era de la psicolog#a $umana, y despu!s de a3irmar que laagresión intraespec#3ica es millones de a4os más antigua que la amistad personal y elamor, deduce que 4no ha! amor sin agresi(n4 K@. 6orenz, EN==L. sta a3irmaciónabsoluta, sin ninguna prueba en su apoyo en lo relativo al amor $umano, perocontradic$a por $ec$os más observables, va acompa4ada de otra en que no se tratade la agresión intraespec#3ica sino del 4odio, 3eo $ermano menor del amor entra4able. Al contrario que la agresión $abitual, el odio va dirigido $acia unindividuo determinado, e7actamente igual que el amor, y es lo más probable /ue

*resu*onga la e2istencia de &ste Ksubrayado m#oL5 sólo se puede odiar verdaderamentecuando primero se $a amado y, aun cuando se niegue, se sigue amandoI. K@. 6orenz,

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EN==.L A menudo se $a dic$o que el amor a veces se trans3orma en odio, aunque ser#amás acertado decir que no es el amor el que padece esa trans3ormación, sino elnarcisismo $erido de la persona amante, o sea que es el desamor el que causa elodio. "ero decir que uno odia sólo donde amó, es volver una verdadera absurdidadel elemento de verdad de la declaración. SAcaso el oprimido odia al opresor, la

madre del ni4o a quien lo mató, el torturado al torturador porque una vez lo amó otodav#a lo amaT(aca otra analog#a del 3enómeno del 4entusiasmo militante4, que es una 3orma

especializada de agresión comunal, claramente distinta de las 3ormas más primitivas de vulgar agresión individual, pero sin embargo 3uncionalmenterelacionado con ella. K@. 6orenz, EN==.L s una costumbre IsagradaI que debe su

poder motivante a las pautas de comportamiento desarrolladas 3ilogen!ticamente.6orenz a3irma que no puede caber la menor duda de que el entusiasmo militante$umano nació de la reacción de de3ensa en com%n de nuestros antepasados

pre$umanos. K@. 6orenz, EN==.L s el entusiasmo que comparte el grupo en sude3ensa contra el enemigo com%n.

&ualquier persona capaz de sentir emociones más o menos 3uertes conoce por e7periencia la reacción de que estamos tratando. n primer lugar se produce esacualidad emocional que llamamos entusiasmo5 un estremecimiento IsagradoIrecorre la espalda y, como se $a comprobado mediante observaciones precisas, la

parte e7terna de los brazos. *no se siente por encima de todas las obligacionescotidianas y está dispuesto a dejarlo todo por acudir al llamado del sagrado deber.+odos los obstáculos que se atraviesen en el camino de su cumplimiento carecen deimportancia y sentido, y las in$ibiciones instintivas que imped#an da4ar y matar asus semejantes pierden desgraciadamente buena parte de su 3uerza. 6as consideraciones de #ndole racional, el sentido cr#tico y las razones que $ablan en contradel comportamiento dictado por el entusiasmo colectivo $an de callar, porque unanotable inversión de valores las $ace aparecer no solamente inde3endibles sinototalmente despreciables y des$onrosas. +otal5 como dice un proverbio ucraniano,I&uando ondea la bandera, la razón está en la trompeta.I K@. 6orenz, EN==.L7presa 6orenz una esperanza razonable de que nuestra responsabilidad moral

pueda sobreponerse a la pulsión primigenia, pero dice que nuestra %nica esperanzade que as# sea se sustenta en el $umilde reconocimiento del $ec$o de que elentusiasmo militante es una reacción instintiva con un mecanismo desencadenador determinado 3ilogen!ticamente, y que el %nico punto en que pueda dominar unavigilancia inteligente y responsable está en el condicionamiento de la reacción a unobjeto que con el escrutinio de la cuestión categórica demuestra ser un valor

genuino. K@. 6orenz, EN==.L6a descripción que $ace 6orenz del comportamiento $umano normal es bastante pasmosa. (in duda muc$os $ombres saborean el sentimiento de estar absolutamenteen lo justo cuando cometen atrocidades Jo, para decirlo de un modo más propio dela psicolog#a, muc$os gozan al cometer atrocidades sin ninguna in$ibición moral yning%n sentimiento de culpa. "ero es un procedimiento cient#3ico inde3endiblea3irmar, sin siquiera intentar la presentación de una prueba, que se trata de unareacción $umana universal, o de que es propio de la Inaturaleza $umanaI cometer atrocidades durante la guerra, y basar esa declaración en un instinto supuestamenteanálogo al de los peces y las aves.

l caso es que los individuos y los grupos di3ieren enormemente en su tendencia

a cometer atrocidades cuando se suscita su odio contra otras gentes. n la primeraguerra mundial, la propaganda inglesa $ubo de inventar relatos en que soldados

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alemanes ensartaban beb!s belgas en sus bayonetas, porque en realidad eran muy pocas las atrocidades cometidas que pudieran alimentar el odio contra el enemigo.9e modo semejante, los alemanes comunicaban pocas atrocidades cometidas por susenemigos, por la sencilla razón de que eran muy pocas. ncluso en la segunda guerramundial, a pesar de la creciente brutalización del g!nero $umano, las atro cidades en

general se limitaron a las 3ormaciones especiales de los nazis. n general, las tropasregulares de ambos bandos no cometieron cr#menes de guerra en la escala que ser#ade esperar a juzgar por lo que dice 6orenz. (us descripciones en cuanto a atrocidadesson el comportamiento sadista o sanguinario; su Ientusiasmo militanteI essencillamente una reacción nacionalista y emocional algo primitiva. A3irmar queuna vez desplegadas las banderas el instinto del g!nero $umano es cometer atrocidades ser#a la de3ensa clásica contra la acusación de violar los principios de la&onvención de 1inebra. Aunque estoy seguro de que 6orenz no intenta de3ender lasatrocidades, su argumento equivale en realidad a $acerlo as#. (u en3oque bloquea elentendimiento de los sistemas de carácter en que están arraigados y las condicionesindividuales y sociales que causan su desarrollo.

6orenz va incluso más allá y aduce que sin el entusiasmo militante Kese Iinstintoautónomo verdaderoIL, Ino $abr#a arte ni ciencia, ni ninguna de las demás grandesempresas de la $umanidadI. K@. 6orenz, EN==.L S&ómo puede ser as# cuando la

primera condición para que se mani3ieste ese instinto es que Ila unidad social con laque se identi3ica el sujeto $a de aparecer amenazada por alg%n peligro e7ternoIT [email protected], EN==.L S8ay alguna prueba de que el arte y la ciencia 3lorezcan solamentecuando se presenta alg%n peligro e7ternoT

6orenz e7plica el amor al prójimo, e7presado en la disposición a arriesgar su vida por !l, como cosa natural si es nuestro mejor amigo y nos $a salvado la vida cierton%mero de veces; uno lo $ace sin pensar. K@. 6orenz, EN==.L &asos de talIcomportamiento decenteI se dan 3ácilmente en ocasiones apuradas siempre que seande un tipo que en el paleol#tico se produjera con 3recuencia su3iciente para producir normas sociales 3ilogen!ticamente adaptadas en relación con esa situación. [email protected], EN==.L

ste modo de ver el amor al prójimo es una mezcla de instintivismo y utilitarismo.*no salva a su amigo porque !l salvó nuestra vida cierto n%mero de veces; Sy si sólolo $izo una vez, o ningunaT Además, sólo lo $ace uno [porque en el paleol#ticosucedió con bastante 3recuencia\

;onclusiones acerca de la guerra+ Al concluir su análisis de la agresión instintiva enel $ombre, 6orenz se $alla en una posición semejante a la de Freud en su carta a

instein sobre El *or/u& de la guerra KENL. -inguno de ellos se siente 3eliz por $aber llegado a conclusiones que parecer#an indicar que la guerra es ine7tirpable por ser consecuencia de un instinto. "ero mientras Freud podr#a a3irmar que eraIpaci3istaI en un sentido muy amplio, 6orenz di3#cilmente entrar#a en esa categor#a,aun comprendiendo bien que la guerra nuclear ser#a una catástro3e sin precedente.+rata de $allar medios que ayudar#an a la sociedad a evitar los trágicos e3ectos delinstinto agresivo; y ciertamente, en la era nuclear se ve casi obligado a buscar

posibilidades de paz con el 3in de $acer aceptable su teor#a de la destructividad innatadel $ombre, Algunas de sus propuestas son semejantes a las de Freud, pero $ay unadi3erencia considerable entre ellas. 6as sugerencias de Freud están $ec$as conescepticismo y modestia, mientras que 6orenz declara no tener inconvenientes en

reconocer que está en condiciones de ense4ar a la $umanidad la manera de cambiar

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por su bien, y que esa convicción no es tan presuntuosa como podr#a parecer . . . [email protected], EN==.L

&iertamente, no ser#a presuntuosa si 6orenz tuviera algo de importancia queense4ar. "or desgracia, sus sugerencias apenas pasan de ser clic$!s manidos.Ipreceptos simplesI contra el peligro de que la sociedad se desintegre del todo por el

mal 3uncionamiento de las pautas de comportamiento social5E. )i primera recomendación . . . es el con(cete a ti mismo, o sea Ia$ondar en elconocimiento de las concatenaciones causales que determinan nuestro propiocomportamientoI. K@. 6orenz, EN==.L (e trata de las leyes de la evolución. *nelemento de este conocimiento al que concede un lugar descollante 6orenz esel estudio etológico objetivo Ide las posibilidades de abreacción de laagresividad en su 3orma original sobre objetos sustitutivosI. K@. 6orenz,EN==.L

:. l estudio psicoanal#tico Ide lo que se llama sublimaciónI.. IFomentar el conocimiento personal y, si es posible, la amistad entre

individuos miembros de 3amilias o grupos de ideolog#a di3erentes.I

. I6a cuarta y más importante medida, que debe ser tomada inmediatamente, escanalizar el entusiasmo militante de un modo inteligente y responsable, o seaayudar a las generaciones más recientes ... a $allar en nuestro mundo modernocausas verdaderamente dignas de ser servidas con entusiasmo.I

Veamos este programa punto por punto.6orenz $ace una aplicación torcida de la noción clásica del con(cete a ti mismo, y

no sólo de ella sino tambi!n de la de Freud, cuya ciencia entera y cuya terapia del psicoanálisis están edi3icadas sobre el conocimiento de s# mismo. "orque elconocimiento de s# mismo 3reudiano signi3ica que el $ombre tenga conciencia de loinconsciente; es !ste un proceso sumamente di3#cil, porque tropieza con la 3uerza deresistencia con que el inconsciente se de3iende ante todo intento de $acerloconsciente. l conocimiento de s# mismo en el sentido 3reudiano no es solamente un

proceso intelectual sino simultáneamente uno a3ectivo tambi!n, como lo era ya para(pinoza. -o es tan sólo conocimiento por el cerebro, sino tambi!n por el corazón.&onocerse a s# mismo signi3ica penetrar más $ondamente, intelectual comoa3ectivamente, en regiones $asta a$ora ocultas de nuestra psique. s un proceso que

puede durar a4os en una persona en3erma que quiere curarse de sus s#ntomas y todauna vida en una persona que de veras quiere ser ella misma. (u e3ecto es el de unaenerg#a incrementada, porque se libera energ#a de la tarea de apoyar las represiones;as# cuanto más está en contacto el $ombre con su realidad interior, tanto más despierto y libre está. "or otra parte, lo que 6orenz da a entender con ese con(cete a ti

mismo es algo muy di3erente; se trata del conocimiento te(rico de la evolución yconcretamente de la #ndole instintiva de la agresión. *na analog#a con la idealorenziana del conocerse as # mismo ser#a el conocimiento teórico de la teor#a3reudiana del instinto de muerte. n realidad, seg%n el razonamiento de 6orenz, el

psicoanálisis como terapia consistir#a sencillamente en la lectura de las obrascompletas de Freud. 0ecordamos una declaración de )ar7 en el sentido de que sialguien se encuentra en alta mar y no sabe nadar no tendrá más remedio que a$ogarse,aunque conozca las leyes de la gravedad; como dice un sabio c$ino5 I6a lectura de las

prescripciones no nos remedia.I6orenz no insiste en el segundo de sus preceptos5 la sublimación; el tercero

KI3omentar el conocimiento personal y, si es posible, la amistad entre individuos

miembros de 3amilias o grupos de ideolog#a di3erentesIL concede 6orenz que es algoIevidenteI ... e3ectivarnente, $asta las l#neas a!reas anuncian los viajes internacionales

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como %tiles para la causa de la paz; lo malo de este concepto de que el conocimiento personal tiene una 3unción reductora de la agresión es que no es cierto. 8ay de ello pruebas abundantes. 6os ingleses y los alemanes se conoc#an muy bien antes de ENE, pero su odio mutuo al estallar la guerra 3ue 3eroz. 8ay pruebas a%n más reveladoras. snotorio que ninguna contienda entre naciones provoca tanto odio y crueldad como la

guerra civil, en que no 3alta el conocimiento mutuo entre los dos bandos beligerantes. Qel $ec$o del mutuo conocimiento #ntimo Sdisminuye la intensidad del odio entre losmiembros de una 3amiliaT

-o puede esperarse que el Iconocimiento mutuoI y la IamistadI reduzcan laagresión porque representan un conocimiento super3icial acerca de otra persona,conocimiento de un IobjetoI que vemos desde 3uera. s totalmente di3erente delconocimiento penetrante, empático, en que se comprenden las e7periencias del otromovilizando las propias, que son iguales o semejantes. l conocimiento de este tiporequiere que la mayor#a de las represiones dentro de uno mismo se reduzcan deintensidad $asta un punto en que $aya poca resistencia al conocimiento de nuevosaspectos de nuestra inconsciente. l logro de un entendimiento no juzgador puede

reducir la agresividad o incluso $acerla desaparecer; depende del grado en que una persona se sobreponga a su propia inseguridad, codicia y narcisis mo y no a la cantidadde in3ormación que tenga acerca de los demásEN.

l %ltimo de los cuatro preceptos de 6orenz es Icanalizar el entusiasmo militanteI;una de sus recomendaciones especiales es el deporte. "ero la verdad es que losdeportes competitivos estimulan muc$a agresión. 8asta qu! punto es as# pudo verse%ltimamente en 6atinoam!rica, donde los $ondos sentimientos despertados por unmatc$ de 3%tbol internacional ocasionaron una peque4a guerra.

-o $ay pruebas de que el deporte reduzca la agresión, y al mismo tiempo debemosdecir que no $ay pruebas de que el deporte tenga por motivo la agresión. 6o que suele

producir la agresión en los deportes es el carácter de competencia del suceso, cultivadoen un clima social competitivo incrementado por una comercialización general, en quelos 3ines más atractivos no son ya el orgullo por la proeza sino el dinero y la

publicidad. )uc$os observadores atentos de los mal$adados juegos ol#mpicos de )unic$ en ENO: $an reconocido que en lugar de 3omentar la buena voluntad y la paz,$ab#an 3omentado la agresividad competitiva y el orgullo nacionalista:G.

Algunas otras de las declaraciones de 6orenz sobre la guerra y la paz valen la cita por ser buenos ejemplos de su ambigüedad en este campo5

(upongamos que un $ombre, sean cualesquiera sus obligaciones o compromisosnacionales o pol#ticos, se identi3ique además con otros ideales que no sean nacionales

ni pol#ticos. Aunque patriota Kcomo lo soyL, y aun sintiendo una rotunda $ostilidadcontra otro pa#s Kque no es mi casoL, de todos modos no podr#a desear de todo cora3(nla destrucción de tal pa#s si comprendiera que viv#an en !l personas que como yo

EN s interesante la cuestión de por qu! las guerras civiles son e3ectivamente muc$o más terribles y por qu! despiertanimpulsos muc$o más destructores que las guerras entre naciones. "arece plausible que la razón est! en que por logeneral, al menos en las guerras internacionales modernas, el objetivo no es el aniquilamiento ni la e7tinción delenemigo. (u objetivo es limitado5 obligar al contrario a aceptar condiciones de paz perjudiciales pero de ning%nmodo amenazadoras para la e7istencia de la población en el pa#s derrotado. K-ada podr#a ilustrar esto mejor que el casode Alemania, que perdió dos guerras mundiales pero despu!s de cada derrota 3ue más próspera que antes.L (one7cepciones a esta regla las guerras que tienden a la e7tinción 3#sica o el esclavizamiento de toda la población enemiga,como algunas de las guerras Jpero no todas, ni muc$o menosJ que $icieron los romanos. n la guerra civil los dos bandos contrarios apuntan, si no a acabar con el otro 3#sicamente, s# a destruirlo económica, social y pol#ticamente. 9eser acertada esta $ipótesis, signi3icar#a que el grado de destructividad depende de una manera general de la gravedad de la

amenaza.:G 6a pobreza de lo que dice 6orenz acerca de la canalización del entusiasmo militante resulta particularmenteevidente si uno lee el clásico art#culo de ?illiam 'ames, The moral e/uivalents of


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laboraban con entusiasmo en el campo de las ciencias inductivas, veneradores de&$arles 9arCin y celosos propagandistas de la verdad de sus descubrimientos; y quetambi!n $ab#a all# gente que compart#a mi admiración por )iguel ^ngel, por el Faustode 1oet$e o por la belleza de los bancos de coral o por la protección de los animalessilvestres, y as# sucesivamente, por toda una serie de entusiasmos secundarios. )e

resultar#a imposible odiar sin reservas a un enemigo que compartiera siquiera una demis identi3icaciones con valores culturales y !ticos. K@. 6orenz, EN==. (ubrayadosm#os.L

6orenz $ace ciertas salvedades a la negativa del deseo de destruir a todo un pa#s cuandodice Ide todo corazónI y Isin reservasI. "ero Squ! signi3ica no desear Ide todocorazónI la destrucción, o qu! es un odio Icon reservasIT )ás importante es sucondición para no desear la destrucción de otro pa#s si $ay all# gente que comparte sus

propios gustos y entusiasmos particulares Klos que reverencian a 9arCin sólo parecentener derec$o si además son celosos propagandistas de sus descubrimientosL5 no le

basta que sean seres $umanos, s decir5 sólo es indeseable el aniquilamiento total de un

enemigo si !ste tiene una cultura semejante a la de 6orenz, y precisamente por eso, ya%n más concretamente, si tiene sus propios intereses y valores.

-o cambia el carácter de estas declaraciones el que 6orenz pida una Ieducación$umanistaI, o sea una que o3rezca un óptimo de ideales comunes con que un individuo se

pueda identi3icar. +al era el tipo de educación sólito en las universidades alemanas antes dela primera contienda mundial, pero la mayor#a de los que ense4aban ese $umanismoeran probablemente de mentalidad más belicosa que el alemán com%n y corriente.(olamente un $umanismo muy di3erente y radical, en que la identi3icación

primordial sea con la vida y con el g!nero $umano, puede tener in3luencia contra laguerra.

La idolatría de la evoluci(n+ 6a posición de 6orenz no puede entenderse a cabalidadsi uno no conoce su actitud casi religiosa respecto del darCinismo. -o es rara estaactitud, y merece un estudio más detallado por ser un 3enómeno sociopsicológico dela cultura contemporánea. 6a $onda necesidad que el $ombre tiene de no sentirse

perdido y solo en el mundo se satis3ac#a, claro está, anteriormente, con el conceptode un 9ios que $ab#a creado este mundo y se preocupaba por todas y cada una desus creaturas. &uando la teor#a de la evolución acabó con la idea del 9ios creador supremo, la con3ianza en 9ios como padre todopoderoso del $ombre cayó tambi!n,aunque muc$os lograron combinar la creencia en 9ios con la aceptación de la teor#adarCiniana. "ero para muc$os de aquellos cuyo 9ios $ab#a sido destronado, lanecesidad de una 3igura divina no desapareció. Algunos proclamaron un nuevo dios,

la volución, y adoraron a 9arCin como su pro3eta. "ara 6orenz y otros muc$os, laidea de evolución 3ue el n%cleo de todo un sistema de orientación y devoción.9arCin $a revelado la verdad %ltima en relación con el origen del $ombre; todos los3enómenos $umanos que podr#an estudiarse y e7plicarse mediante consideracionesde orden económico, religioso, !tico o pol#tico $ab#an de entenderse desde el puntode vista de la evolución. sta actitud casi religiosa respecto del darCinismo semani3iesta en el uso que $ace 6orenz de la denominación Ilos grandesconstructoresI o Ilos grandes art#3icesI re3iri!ndose a la selección y la mutación.8abla de los m!todos y objetivos de los Igrandes constructoresI, en 3orma muy

parecida a la que emplear#a un cristiano para $ablar de los actos de 9ios. mpleaincluso el singular, el Igran constructorI, acercándose más as# a la analog#a con

9ios. +al vez nada e7prese el tono idólatra del pensamiento lorenziano másclaramente que los párra3os 3inales de 'obre la agresi(n )

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Qo no creo que los grandes art#3ices de la evolución vayan a resolver este problemade la $umanidad acabando Idel todoI con la agresión intraespec#3ica. sto nocorresponder#a a los m!todos que tienen ya probados. &uando una pulsióncomienza a $acerse peligrosa en una situación biológica nueva y a causar da4os, no

por ello es eliminada totalmente, porque eso signi3icar#a renunciar a sus

indispensables 3unciones. 6o que suele suceder es que se crea un mecanismoin$ibidor especial acomodado a la nueva situación para impedir los e3ectos nocivosde la pulsión. n la 3ilog!nesis de muc$os seres, la agresión 3ue in$ibida para $acer

posible la cooperación pac#3ica de dos o más individuos, y as# surgió el v#nculo delamor y la amistad personales, sobre el cual está edi3icada tambi!n nuestraorganización social. 6a nueva situación biológica de la $umanidad $aceindiscutiblemente necesario un mecanismo in$ibitorio que impida la agresióne3ectiva no sólo contra nuestros amigos personales sino tambi!n contra todos los$umanos, de todos los pa#ses e ideolog#as.

9e a$# se deduce la obligación incontrovertible, que es un secreto descubiertoobservando a la naturaleza, de amar a todos nuestros $ermanos $umanos, sin

distinción de persona. ste mandamiento no es nuevo, nuestra razón comprende bien cuán necesario es y nuestra sensibilidad nos $ace apreciar debidamente su$ermosura. "ero tal ! como estamos hechos, no *odemos obedecerlo+ (ólo podemossentir la plena y cálida emoción del amor y la amistad por algunos individuos, y conla mejor voluntad del mundo, y la más 3uerte, nos es imposible $acer otra cosa. "erolos grandes artífices s# pueden. Q yo creo que lo $arán, como creo en el poder de larazón $umana, y en el de la selección. Y creo que la razón empujará a la selección

por un camino razonable. ;reo asimismo que dará a nuestros descendientes en un3uturo no demasiado lejano la 3acultad de obedecer al más grande y bello de todoslos mandamientos verdaderamente $umanos. K@. 6orenz, EN==. (ubrayados m#os.L

6os grandes art#3ices triun3arán donde 9ios y el $ombre $an 3racasado. lmandamiento del amor 3raterno no puede ser e3ectivo, pero los grandes art#3ices loanimarán. sta %ltima parte de su declaración es una verdadera con3esión de 3e5creo, creo, creo ...

l darCinismo social y moral predicado por 6orenz es un paganismo romántico,nacionalista, que tiende a oscurecer el verdadero entendimiento de los 3actores

biológicos, psicológicos y sociales responsables de la agresión $umana. A$# está ladi3erencia 3undamental de 6orenz con Freud, a pesar de sus semejanzas en lasopiniones sobre la agresión. Freud 3ue uno de los %ltimos representantes de la3iloso3#a de la lustración. &re#a genuinamente en que la razón era la %nica 3uerza

que tiene el $ombre y la %nica que puede salvarle de la con3usión y la decadencia."ostulaba 3irmemente convencido la necesidad de qu

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