Estrategizacion Karl Tom

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ESTRATEGIZACIÓN Autor: Karl Tom M.D Traducción: Ps. Oscar Arce Cadiú, correo: [email protected] Ps. Brenda Pavez Entrevista Interventiva parte 1: Estrategización como una cuarta línea guía o directriz para el terapeuta. Una entrevista clínica ofrece muchas más oportunidades para actuar terapéuticamente de las que el mismo terapeuta piensa. Ya que muchas de estas oportunidades permanecen fuera de la conciencia del terapeuta es útil elaborar una guía línea que oriente su actividad general en direcciones que son viables para ser terapéuticas. La asociación de Milan definen tres líneas guía base: Hipotetización, neutralidad y circularidad. La hipotetización es fácilmente entendida. Las nociones de neutralidad y circularidad han despertado gran interés, pero no están listas para ser entendidas. Estas tres líneas guías deben ser clarificadas y operacionalizadas cuando se reformulen como posturas conceptuales. Este proceso mejora con una cuarta línea guía: LA ESTRATEGIZACIÓN. La que implica la elaboración de decisión por parte del terapeuta, incluyendo decisiones sobre como emplear estas posturas.

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Estrategizacion, Family Therapy

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ESTRATEGIZACIÓN

Autor: Karl Tom M.D

Traducción:

Ps. Oscar Arce Cadiú, correo: [email protected]

Ps. Brenda Pavez

Entrevista Interventiva parte 1: Estrategización como una cuarta línea guía

o directriz para el terapeuta.

Una entrevista clínica ofrece muchas más oportunidades para actuar

terapéuticamente de las que el mismo terapeuta piensa. Ya que muchas

de estas oportunidades permanecen fuera de la conciencia del terapeuta

es útil elaborar una guía línea que oriente su actividad general en

direcciones que son viables para ser terapéuticas.

La asociación de Milan definen tres líneas guía base: Hipotetización,

neutralidad y circularidad.

La hipotetización es fácilmente entendida.

Las nociones de neutralidad y circularidad han despertado gran interés,

pero no están listas para ser entendidas. Estas tres líneas guías deben ser

clarificadas y operacionalizadas cuando se reformulen como posturas

conceptuales. Este proceso mejora con una cuarta línea guía: LA

ESTRATEGIZACIÓN. La que implica la elaboración de decisión por parte del

terapeuta, incluyendo decisiones sobre como emplear estas posturas.

INTRODUCCIÓN

Karl Tom reflexiona sobre el efecto que puede tener un terapeuta en el

curso de la entrevista clínica. En una entrevista personal la mayoría de las

preguntas del terapeuta le ayudan a generar un Jucio, la mayoría de las

preguntas no están enfocadas en crear un cambio en las familias, aunque

la mayoría tiene un efecto terapéutico en las familias (Directamente: a

través de las implicaciones de las preguntas o indirectamente: a través de

las respuestas verbales y no verbales de los miembros de la familia hacia

ellos). Al mismo tiempo algunas de las preguntas del terapeuta pueden ser

contra terapéuticas. Estas preguntas se volvieron dolorosamente obvias

para mí unos cuantos años atrás, cuando revisaba material de una sesión

(video). Una de mis inocentes preguntas parecía haber simulado la

remergencia de un conflicto marital, de un serio conflicto marital. Sucedió

que durante una sesión (no la primera) en la cual una pareja estaban

hablando sobre el hecho de que ellos no habían tenido ninguna discusión

por varias semanas, ellos habían estado en un mayor mejoramiento en el

matrimonio. Después de una discusión amena sobre estos cambios yo

pregunté: ¿qué problemas les gustaría a ustedes hablar hoy? Lo que vino

después de esta pregunta inocente la pareja gradualmente empezó a

cambiar el tono a uno más amargo sobre cuál de los dos era el que

necesitaba más terapia. Yo privadamente interprete la mejora como

transitoria e inestable y resumí mi tratamiento en: dificultades

matrimoniales crónicas. Yo permanecí completamiento ciego al hecho de

que había provocado un deterioro hasta que un colega me lo señalo en el

video. En retrospectiva la suposición tras la pregunta que los problemas

debían ser identificados o clarificados antes de que yo pueda actuar

terapéuticamente resulto ser limitante y patogénico. Limito la discusión

hacia áreas de insatisfacción y sirvió para traer próximas interacciones

patológicas. En vez de eso yo podría haber colonizado en nuevos

desarrollos y haber realizado preguntas que fueran diseñadas para

fortalecer los cambios recientes. Desafortunadamente yo no vi esa opción

claramente en ese momento. Esta metida de pata y otras experiencias de

aprendizaje me llevaron a darme cuenta que un terapeuta influencia

mucho más en lo que emerge en una sesión de lo que antes había

imaginado. Comencé a examinar los procesos de entrevista y llegue a la

conclusión de que podía ser más coherente y heurístico para reconocer

toda la entrevista como una serie de continuas intervenciones. Así

comencé a pensar en términos de entrevista interventiva, una perspectiva

en el cual el rango del terapeuta es extendido por la consideración de que

todo lo que el terapeuta hace durante una entrevista es una intervención.

Esta perspectiva toma seriamente la visión de que es imposible para un

terapeuta interactuar con el cliente sin intervenir en la actividad autónoma

del cliente. El terapeuta asume que cada cosa que el hace o dice es

potencialmente significante con respecto a los eventuales resultados

terapéuticas. Por ejemplo: cada pregunta y cada comentario debe ser

evaluado con respecto a lo que este constituye o una afirmación o un

desafío para uno o más de los patrones de conducta del cliente o la

familia. Como fue ilustrado en el caso anterior, preguntar sobre un

problema es invitar su emergencia y afirmar su existencia. En suma

escuchar la descripción de un problema es concederle poder con

respecto a su definición. Dentro de esta perspectiva ningún estado o

conducta verbal es asumida con anterioridad como sin un efecto en la

familia, es decir todo tiene un efecto. Y tampoco la ausencia de ciertas

acciones es considerada trivial (si no vamos a hacer algo, esto también

tiene efectos en la familia o consultante). Al no responder a eventos

particulares el terapeuta con conocimiento o sin conocimiento puede

defraudar o llenar ciertas expectativas en uno o más miembros de la

familia. Por ejemplo: el fracaso de desafiar explícitamente un estado o

posición o conceptualización particular de una situación es algunas veces

experienciado por los miembros de la familia como acuerdo implícito,

como apoyo o como un reforzamiento. (Si yo pretendo desafiar o

cuestionar algo, y lo hago implícitamente puede tener un fracaso, y esto

puede llevar a que la familia crea que estamos de el lado de ellos, que

estamos de acuerdo con ellos siendo que no lo estamos, y esto ellos lo

toman implícitamente).

LA ENTREVISTA INTERVENTIVA: SE REFIERE A UNA ORIENTACIÓNEN LA CUAL

TODO LO QUE UN ENTREVISTADOR HACE Y DICE, O NO HACE Y NO DICE, ES

PENSADO COMO UNA INTERVENCIÓN QUE PODRÍA SER TERAPEUTICA, NO

TERAPEUTICA O CONTRATERAPEUTICA.

Mientras que esta perspectiva diluye el significado convencional del

término “intervención”, se abre la posibilidad de muchas acciones

terapéuticas.

La entrevista interventiva toma seriamente la visión del real efecto que

cualquier intervención particular con un cliente es siempre determinada

por el cliente, no por el terapeuta. Las intenciones y consecuentes

acciones del terapeuta solo provocan una respuesta pero nunca la

determinan. También muchas intervenciones terapéuticas deliberadas

tienen sus efectos deseados, estos efectos nunca pueden ser garantizados.

Los oyentes escuchan y experiencian solo lo que ellos son capaces de

escuchar y experienciar (por medio de la virtud de su historia, de su estado

emocional, de sus presuposiciones, preferencias, etc). Así una cuidadosa

pregunta preparada que es realizada como una intervención terapéutica

pueda no parecer tener ningún impacto terapéutico o lo que sea. A la

inversa algo que el terapeuta no lo pretenda realizar como una

intervención terapéutica puede parecer tener un mayor efecto

terapéutico. Por ejemplo: una ordinaria pregunta exploratoria puede

gatillar la curiosidad del cliente en un área crucial y precipitar un mayor

cambio en patrones de pensamiento. En efecto no es inusual o poco

común para los clientes reportar que ellos fueron significantemente

influenciados por una pregunta en particular que parecía relativamente sin

importancia para el terapeuta.

Adoptar la perspectiva de la entrevista interventiva orienta al terapeuta

para enfocarse más cerca en sus propias conductas dentro de las

vicisitudes del sistema terapéutico, no solo en el sistema del cliente.

Cuando cada acción es reconocida como una intervención los

terapeutas son conducidos ha poner atención en los efectos que van

surgiendo en el transcurso de sus conductas con el fin de distinguir esas

acciones, que fueron de hecho, terapéuticas de aquellas que no. En suma

cuando algo indeseable ocurre entre los miembros de la familia durante la

entrevista, los terapeutas son más viables para examinar sus propias

conductas como una posible provocación. Consecuentemente los

terapeutas se vuelven más inclinados a reflejar cuidadosamente en todas

sus conductas antes de actuar, no solo en aquellas que previamente

deben haber elegido para definirlas como intervención, sin embargo es

imposible monitorear cada respuesta y reflejar concientemente en los

detalles de cada acción antes de actuar. Las complicaciones de esta

respectiva puede rápidamente convertirse totalmente en inmanejable a

menos que el terapeuta desarrolle e implemente alguna de las prioridades

de organización. Un acercamiento a esta complejidad es establecer líneas

guías las cuales, cuando se tienen interiorizadas, pueden ser adoptadas

como posturas terapéuticas inconcientes que facilitan las acciones

deseadas y restringen las no deseadas.

LA NECESIDAD DE UNA CUARTA LÍNEA GUÍA.

En el “paper” original de como conducir una entrevista sistémica, el equipo

de Milan describió tres principios para guiar al terapeuta. Estos principios o

líneas guías son ahora son muy conocidas, y “entrevista circular” es el

termino que por lo general se utiliza para referirse al estilo de indagación

asociado con su aplicación. Muchos autores han comenzado

describiendo y elaborando varios aspectos de este método de inquisición.

Al final del documento original el equipo de Milán elaboro una pregunta

intrigante: “¿puede la terapia familiar producir cambios solamente a través

del efecto negetropico de nuestros actuales métodos para conducir la

entrevista sin necesidad de hacer una intervención final? Me gustaría

proponer una respuesta afirmativa: “Sí, la entrevista circular por si sola

puede, y lo hace, provocando un cambio terapéutico”. Esta respuesta

afirmativa es clarificada si uno distingue una cuarta línea guía de entrevista

llamada “Estrategización”, y reconoce el cuestionamiento circular como

un tipo de entrevista interventiva.

Cualquiera que ha observado a los miembros del equipo de Milán

conducir una terapia sabrá que ellos planean cada uno y todo

movimiento con mucho cuidado. El proceso de generar planes de

acciones, evaluarlos y decidir cual es el curso a seguir no es limitado por las

discusiones entre la sesiones cuando ellos preparan la intervención final.

Ocurre a través de de la sesión (en el desarrollo de la misma sesión). En

efecto los entrevistadores están continuamente tomando decisiones de

momento a momento basado en como la entrevista se desarrolla. En

efecto, ellos están haciéndose preguntas y las están respondiendo, ya sea

conciente o inconcientemente. Algunas de estas preguntas podrían ser:

¿Qué hipótesis debiese explorar ahora? ¿Cómo la pregunta debiese ser

formulada? ¿A quién la dirijo? ¿Debiese ir más allá en este tema o explorar

otro? ¿Debiese tomar en cuenta la pena del niño ahora o ignorarla? ¿Me

debiese inclinar y ofrecer un pañuelo desechable o debiera hacer una

pregunta que provoque que otro miembro de la familia responda? Y así.

Las respuestas a estas preguntas nacen de la historia de socialización del

terapeuta como un ser humano en general y su específico desarrollo como

terapeuta. El equipo detrás del espejo también esta activamente

evaluando la actividad del terapeuta y si tienen sugerencias para un

cambio significante en el curso de la entrevista, ellos interrumpen la sesión

y llaman al terapeuta afuera para darle sugerencias. Entonces fácilmente

estarían de acuerdo con que todo el esfuerzo terapéutico gira alrededor

de los juicios sobre que debiese hacer o no el terapeuta cuando

interactúa con el cliente o la familia.

El proceso de tomar decisiones esta implícito pero no se toma en cuenta

adecuadamente por las tres líneas guías de entrevista que el equipo de

Milán describió originalmente. Por lo tanto lo es apropiado delinear una

cuarta línea guía para conducir al terapeuta en tomar estas decisiones.

Estrategización debe ser definida como la actividad cognitiva del

terapeuta(o del equipo) de evaluar los efectos de las acciones pasadas,

construir nuevos planes de acción, anticipar las posibles consecuencias de

las diversas alternativas y decidir como proceder ante cualquier momento

en particular con el fin de maximizar la efectividad terapéutica. Como una

línea guía de entrevista, esta implica las elecciones intencionales del

terapeuta sobre qué es lo que debieran hacer o no hacer con el fin de

guiar la totalidad del sistema terapéutico para alcanzar el objetivo del

cambio terapéutico. Al denominar esta línea guía, yo prefiero en términos

crudos “estrategia” para enfatizar que el terapeuta adopta una postura

con un compromiso definitivo para lograr algún objetivo terapéutico. Su

forma en gerundio, estrategizando fue elegida para enfatizar su naturaleza

activa lo que se refiere a que es un proceso activo de mantener una red

de operaciones cognitivas que resultan en decisiones para actuar.

Es posible distinguir varios niveles de estrategización. En estos documentos

me enfocaré principalmente en dos:

1. Estrategización sobre posturas conceptuales generales para ser

adoptadas por el terapeuta (te planteas la entrevista desde la

estrategización, es decir vas a usarla como una forma de entrevista)

2. Estrategización sobre acciones verbales específicas para que el

terapeuta lleve a cabo (es como se lleva a cabo la estrategización,

aplicada por medio de preguntas).

Estos niveles están entrelazados en aquellas acciones que son más fáciles

de llevar a cabo o de realizar cuando el terapeuta a asumido una postura

en vez de otra. Por ejemplo: Es más fácil realizar una pregunta de

exploración genuina desde una postura de neutralidad, y es más fácil

realizar una pregunta confrontativa desde una postura de estrategización.

Habiendo elegido adoptar una postura en particular, el terapeuta puede

enfocar su atención en otros detalles y mantenerse seguro que la postura

por si misma lo guiará en las acciones realizadas durante la sesión.

UNA PEQUEÑA REFORMULACIÓN DE HIPOTETIZACIÓN, CIRCULARIDAD Y

NEUTRALIDAD.

Al describir estas tres líneas guías como posturas conceptuales intento

traerlas desde el mundo abstracto de principios trascendentes, hacia lo

concreto del mundo clínico, y fomentar, que el terapeuta acepte una

mayor responsabilidad personal por adoptarlas. Una postura conceptual

puede ser definida como una constelación duradera de operaciones

cognitivas que mantienen un punto estable de referencia, el cual apoya

un patrón en particular de pensamientos y acciones, e implícitamente

inhibe o elude otros. Como una postura física, puede ser adoptada sin

conciencia durante el flujo de actividad durante la entrevista.

Alternativamente puede ser elegida deliberadamente para preparar

ciertas acciones o evadir otras. Asumir una postura específica

concientemente puede ser de gran ayuda cuando el terapeuta esta

aprendiendo a desarrollar nuevos patrones de comportamiento, pero una

vez dominado, la postura tiende a convertirse en el flujo de actividad

inconciente del terapeuta (algo así como la postura física de un actor, un

músico o un atleta).

La elección de adoptar una postura de Hipotetización significa aplicar

deliberadamente los recursos cognitivos de uno, con el fin de generar

hipótesis. Uno activa esas operaciones cognitivas que buscan conexiones

a través de observaciones, la información adquirida, la experiencia

personal y el conocimiento previo, con el fin de formular un mecanismo

generativo que puede explicar un fenómeno que uno desea comprender.

La postura del equipo de Milán sobre hipotetización incluye una excelente

descripción del asunto en cuestión. Yo ánimo a cualquier lector que no

este familiarizado con sus documentos a estudiarlos cuidadosamente. El

único tema que deseo enfatizar aquí es la diferencia entre hipotetización

circular y las hipótesis lineales-causales. Si nuestra postura conceptual esta

orientada a generar explicaciones circulares y sistémicas, nos inclinaremos

por realizar preguntar circulares. Si nuestra postura esta orientada a

generar explicaciones lineales, realizaremos preguntas lineales. Al mismo

tiempo, sin embargo, preguntas circulares y lineales como intervenciones,

son responsables de que tengamos ciertos efectos diferentes en la

entrevista. Las preguntas circulares usualmente tienen un mayor potencial

terapéutico que las lineales. Así, para optimizar nuestro impacto

terapéutico durante el proceso de entrevista interventiva, es útil desarrollar

una experticia al adoptar una postura de hipotetización circular.

Para describir la circularidad como una postura conceptual se requieren

algunos comentarios preliminares. Este principio, como lo describe

originalmente el equipo de Milán, ha llevado a una confusión considerable

con diversas interpretaciones respecto de lo que esto implica. La confusión

parece haber resultado de un error al delinear una clara distinción entre el

aspecto circular del sistema observado (la familia) y la circularidad de

quien observa el sistema (la unidad terapeuta – familia). Esta distinción

separa el primer orden cibernético (la cibernética de sistemas observados)

de la cibernética de segundo orden (la cibernética de la observación de

sistemas) y delinea dominios muy diferentes (aún cuando el primero es

incorporado como un componente del segundo). En esta discusión me

limitaré a la noción de circularidad como una línea guía de entrevista para

el segundo dominio, y aplicarla a la retroalimentación recursiva en el

sistema terapéutico. Otros aspectos de la definición original son asignados

a otras líneas guías. Por ejemplo: la descripción del primer orden

cibernético con respecto a la reciprocidad en “diferencias” y patrones

circulares entre los miembros de la familia son considerados como parte de

la hipotetización circular. Las decisiones sobre que tipo de preguntas

realizar, tales como preguntas tríadicas para revelar patrones circulares de

la familia, son tomados en cuenta por la nueva línea guía de

estrategización.

Presentando esta reformulación la circularidad se refiere a la dinámica de

acoplamiento estructural entre el terapeuta y la familia que hace posible

para el terapeuta “dibujar” diferencias acerca de la familia. Como una

postura conceptual ocasiona una aguda sensibilidad en los terapeutas

con matices en su propia respuesta sensorial durante su recurrente

interacción con los clientes. Esto incluye un reconocimiento de la

disconformidad entre intentos y efectos y orienta al terapeuta a asistir a lo

que el percibe como el curso de la conducta de los clientes en el

desarrollo del sistema terapéutico.

Más astuto en la observación, las respuestas terapéuticas pueden ser

refinadas para ajustarse a las respuestas de la familia, así el terapeuta se

vuelve mas cercano y la familia se acopla. Los terapeutas no son de

ningún modo pasivos en este proceso de observación, afinan el ojo a fin

de ver, necesitan avanzar y retroceder con una continua “micro

nystagmus” en orden para distinguir las diferencias en los patrones de luz

que le cae sobre la retina, por lo tanto el terapeuta sondea a las familias

haciendo preguntas y parafraseando sus respuestas, observando sus

respuestas verbales y no verbales a fin de establecer diferencias acerca de

sus experiencias.

De hecho, esta actividad por parte de los terapeutas es la principal razón

de que esta directriz esta etiquetada de circularidad en vez de

simplemente “observando”. El movimiento continuo del terapeuta en

relación con los movimientos de la familia o clientes es esencial, el

terapeuta se convertirá en mas refinado en el acoplamiento estructural

con ellos en el sistema terapéutico.

Es la naturaleza de este acoplamiento que provee todas las otras

operaciones cognitivas en el curso de la terapia.

Como con hipotetizacion, existen variaciones en las posturas de

circularidad.

Dos modos contrastados pueden ser denominados “circularidad

cuidadosa” y “circularidad obligatoria”. La primera es basada en el natural

amor humano, el segundo en la coerción. Ellas conducen a diferentes

maneras de ser acoplados estructuralmente en el sistema terapéutico.

Adoptar (o para adoptar) una “postura amorosa” es atender

selectivamente a esas diferencias en las respuestas de los clientes que

ofrecen espacio para que el terapeuta que apoye el crecimiento

autónomo y el desarrollo de los clientes.

Por otro lado, adoptar una postura de circularidad por “necesidad” quizás

porque el terapeuta se da cuenta, que ella o el debe hacerlo para ser un

buen clínico, es atender selectivamente las respuestas de los clientes que

proporciona apertura para los terapeutas para ser terapéuticamente

eficaces. Mientras que estas variaciones en la circularidad no siempre

pueden ser mutuamente exclusivas, cualquiera sea la postura que el

terapeuta adopte como la prioridad influirá significativamente en la

dirección y el tono de la entrevista. Por un lado, los clientes pueden

experimentar como calida y sensible la comprensión, por otro lado como

un escrutinio insensible y penetrante.

La neutralidad es un principio en la entrevista, es un concepto difícil de

entender porque, estrictamente hablando, es física y lógicamente

imposible permanecer absolutamente neutral. En el momento que uno

actúa, uno no es neutral con respecto a esta acción especifica, el

comportamiento se afirma a si mismo. Por lo tanto, podría ser la mas clara

manifestación conductual de neutralidad “el no actuar”. Sin embargo, en

situaciones donde se espera acción, el no actuar puede ser interpretado

como una acción definitiva, además es antitético a la necesidad de

actuar en la circularidad.

En la práctica actual, el terapeuta actúa (guiado por las otras directrices)

pero se esfuerza por equilibrar los movimientos para que el resultado neto

sea mantener una postura general de neutralidad. Por lo tanto, el tiempo

es un componente importante de esta postura. El terapeuta participa en

un curso “danza” con el cliente o familia y mantiene un delicado equilibrio

en relación con los demás miembros de la familia (tanto como los

continuos movimientos de un equilibrista para mantener el equilibrio en

relación con la gravedad). La dificultad lógica se aplica en el nivel de

valores y significados donde un terapeuta o toma una posición

determinada sobre un tema o no. Para no tomar una posición es tomar

una posición de no tomarla, es decir, no comprometerse, a decidir o no

decidir o ser deliberadamente evasivo. Tampoco la síntesis de ambos y

escapar del dilema. La síntesis es el comienzo de una mera dicotomía;

ambos versus otro, el problema en hacer distinciones es inherente en el

lenguaje, que nosotros no podemos escapar. Con respecto a los valores y

significados, la neutralidad es más cercana a adoptar la posición restante

voluntariamente.

A pesar de estas dificultades, la neutralidad es una pauta muy importante

en terapia sistémica. Ser neutral en una entrevista es adoptar una postura

en la que el terapeuta acepta todo como si se estuviera llevando a cabo

en el presente, y evitar cualquier atracción o repulsión de todo lo que el

cliente dice o hace. El terapeuta permanece abierto a lo que sucede y

fluye con la corriente de la actividad espontánea, no contra ella. Al mismo

tiempo, sin embargo, el terapeuta evita ser arrastrado a adoptar una

posición para o en contra de cualquier persona o problema. Además el

terapeuta permanece abierto a reconsiderar todo lo que ella o el mismo

ha interpretado de lo que esta sucediendo. Por la liberación de sus

creencias, percepciones e intenciones, el terapeuta neutral asegura mayor

flexibilidad en su comportamiento interventivo. Hay mas espacio para los

aspectos intuitivos, desconocidos aspectos de la cognición emergen y ser

activo en el proceso terapéutico.

En la neutralidad, el terapeuta no pretende saber lo que es preciso o

cierto, que es útil o no útil, pero en su lugar coloca la objetividad entre

paréntesis. Por ejemplo, cuando un marido se queja que su esposa es poco

razonable con el niño, el terapeuta escucha y acepta que el marido se

queja como acción en el presente, a continuación, escucha y acepta lo

que la mujer tiene que decir.

El terapeuta no esta en acuerdo o desacuerdo con el marido o con el

punto de vista de la esposa, esto es, evitar aliarse con cualquiera de ellos.

Ni el terapeuta insiste en que la declaración del marido fue de hecho una

“queja”. Liberar toda esa percepción da la posibilidad de que otras

percepciones intuitivas puedan surgir mejoradas.

Por ejemplo, la declaración del marido podría constituir un alegato a la

esposa para que ella acepte más de él. Pero, si el terapeuta cediere a la

interpretación de la queja, la posibilidad de que fuera un motivo no seria

entretenido. En el transcurso de la entrevista el terapeuta puede indicar un

acuerdo o un desacuerdo (por ejemplo con el contenido o la intención de

la declaración del marido) en forma de una pregunta o conexiones, pero

esta eleccion tiene que ver con la estrategización. La neutralidad en sí esta

limitada a una postura conceptual en que el terapeuta esta inmerso en

experimentar el presente como un completo posible y aceptar todo lo que

ocurre como necesario e inevitable, incluyendo la familia y sus propias

construcciones.

Es posible distinguir variaciones en esta postura. Neutralidad indiferente, la

forma más pura, implica una postura en que el terapeuta acepta todo con

igual interés. Al hacerlo, sin embargo, esto puede transmitir una relativa

falta de preocupación para los clientes como seres humanos únicos.

Afirmando la neutralidad es diferenciada, orienta a un terapeuta para

atender a los individuos como personas y aceptarlas como ser humano, de

la manera en que resulten ser. Tiende el comportamiento del terapeuta a

apoyar lo que confirma el otro, es la mínima participación. En este sentido,

cuidar la circularidad y afirmando la neutralidad constituyen posturas de

sinergia y mutuo apoyo. Una neutralidad distante (al margen) surge

cuando un terapeuta tiene dificultades para aceptar a otros sin estar de

acuerdo con ellos.

En consecuencia, el terapeuta toma una metaposición y sigue siendo algo

distante. Neutralidad estratégica implica un desliz hacia la estrategización,

para usar la neutralidad como una estrategia de cambio, una técnica en

lugar de una postura de aceptación. Por ejemplo, permanecer

deliberadamente neutral con respecto a las personas por iguales tiempos

de conversación, cuando el terapeuta percibe a un portavoz único (en su

forma de organización familiar), refleja una elección que surge de la

estrategización.

En esencia, sin embargo, neutralidad contrasta notablemente con

estrategización. Mientras que la neutralidad se basa en la aceptación “de

lo que es”, la estrategización se basa en un compromiso “de lo que

debería ser”. Si se inclina demasiado lejos en cualquiera de estas dos

posiciones puede impedir el potencial del terapeuta. Si un terapeuta

adopta demasiada neutralidad, solo acepta las cosas como son,

finalmente el o ella deja de hacer terapia. Por otro lado, si un terapeuta

adopta demasiada estrategización, se vuelve demasiado selectivo, ella o

el pueden volverse ciegos y violentos. En sus escritos sobre la mente,

Bateson nos advierte acerca de la ceguera inherente y falta de sabiduría

en demasiados propósitos. A menos que sean capaces de adoptar cierta

neutralidad el terapeuta no sería capaz de ver y vivir “el otro lado” de un

problema. Además, los terapeutas que están fuertemente comprometidos

con sus ideas y valores acerca de las soluciones “correctas”, fácilmente

puede convertirse en “violento” en la imposición con un cliente o una

familia “resistente” Cuando esto sucede, los medios estratégicos derrotan a

los fines terapéuticos y la neutralidad debe ir claramente al orden.

Afortunadamente, el compromiso estratégico de neutralidad como una

postura en su propio derecho, es decir, no debe ser tan selectivo, puede

ayudar a reducir la ceguera y la potencial violencia de la excesiva

selectividad.

Un ejemplo clínico breve puede ayudar a ilustrarnos las consecuencias

terapéuticas de neutralidad. Al entrevistas a un hombre que había sido

acusado de haberse involucrado incestuosamente con su hijastra, me

encontré a mi mismo cada vez mas frustrado por su falta de voluntad para

reconocer la responsabilidad por lo que él había hecho. Yo tenía la

intención de conseguir que aceptara la responsabilidad personal como un

primer paso hacia un compromiso con el cambio de sus patrones de

comportamiento, me encontré incapaz de cambiar mi postura. Cuando mi

frustración alcanzó casi el punto de la ira, me excuse y abandone la sala

de terapia. Una vez q ue estaba en el pasillo, pude concentrarme

intentando recuperar una postura neutral. Mediante el desarrollo de

algunas hipótesis circulares sobre ciertas actividades de su esposa e hijastra

(así como algunos recuerdos de su infancia) participaron en un patrón

sistémico que incluían su comportamiento incestuoso, fui capaz de

recuperar una postura conceptual y emocional de neutralidad. Cuando

regresé y retomé la entrevista, comenzó a responder a mi cambio (en la

forma y en el tono) haciéndose progresivamente mas abierto. Solo

entonces pude empezar a ver que él estaba mucho más frustrado con él

que yo. De hecho él estaba furioso consigo mismo al punto de querer

suicidarse (ser suicida) por lo que había hecho. Procedí entonces a

trabajar con estos sentimientos y ayuda a modificar algunas de sus ideas

inapropiadas y comportamientos. Por lo tanto, dando prioritariamente la

postura de neutralidad demostró ser muy terapéutico en este caso.

Es razonable preguntarse ¿se puede adoptar posturas de estrategización y

neutralidad al mismo tiempo? Después de todo son posiciones

contradictorias en muchos aspectos. Afortunadamente el sistema nervioso

humano es lo suficientemente complejo para que podamos operar en

múltiples niveles conceptuales y dentro de diversos dominios

simultáneamente. Por lo tanto, podemos ser estrategizadores sobre la

necesidad de mantener la neutralidad en un nivel, adoptar la postura

relacional en otro, y al mismo tiempo hacer preguntas alrededor de una

hipotetizacion circular y ajustarnos nosotros a las sensibilidades del cliente

en otros dominios. De hecho, probablemente estamos empleando algunos

aspectos de cada postura conceptual inconscientemente la mayoría del

tiempo mientras realizamos la terapia.

ESTRATEGIZACION SOBRE POSTURAS CONCEPTUALES

Como se señaló anteriormente, la orientación de la estrategización puede

aplicarse a varios niveles.

De hecho, podría coordinar todo el espectro de actividades preceptúales,

conceptuales, y ejecutivas del terapeuta. De esta manera, el compromiso

inherente al cambio terapéutico podría impregnar toda la entrevista,

incluso hasta el nivel de lo no verbal y comportamientos paraverbales

como los movimientos de la mano, de la pierna, orientación corporal,

dirección de la mirada, tono de voz, cadencia del discurso, etc. Sin

embargo, lo que sería sumamente importante para incluir, es

estrategización sobre nuestra propia estrategización. Esto ya ha sido

aludido anteriormente y requiere hipotetizar de los desarrollos actuales en

el sistema terapéutico. Necesitamos mantenernos atentos, si nuestras

decisiones son de un actuar terapéutico o no, de hecho, son terapéuticas

en cualquier momento particular. Por ejemplo, yo necesitaba reconocer

que mi elección anterior para alentar, embaucar empujar e incluso forzar

la propensión al incesto del padre era porque sentía que su

responsabilidad que se me restringieran mis potenciales terapéuticos, si yo

no hubiera abandonado ese curso de acción podría haber perdido

completamente el caso. En otras ocasiones he encontrado útil para

ayudar el no intentar ayudar. Los terapeutas son mas susceptibles a

desarrollar esta capacidad para planear estrategias acerca de la

estrategización y si deciden optar por una postura de estrategización

personal, me refiero que deciden una plena responsabilidad personal x sus

decisiones y acciones. Esta postura puede ser contrastada con la

estrategización proyectiva en la cual se forman las decisiones que el

terapeuta “se vio obligado a” o “no tenía otra opción” como

consecuencia de factores externos (por ejemplo, la situación “real” o las

“correctas” normas de tratamiento).

Personalizando es una opción para mantener cierta flexibilidad y libertad

de movimiento en la estrategización. Es decir, siempre es más fácil cambiar

un constructo propio (u opción) que cambiar una “determinación

externa”.

Otra dimensión importante de la estrategización es el tamaño de la unidad

de actividad sobre la cual el terapeuta desea estrategizar. Obviamente

esto está relacionado con el nivel de enfoque estratégico (eleccion de

movimientos no verbales específicos, tipos de preguntas, técnica

terapéutica general a utilizar, postura conceptual a adoptar, etc.), pero no

está determinado exclusivamente por nivel. Por ejemplo, si el terapeuta

está estrategizando a nivel de técnicas terapéuticas especificas o

estrategias, el o ella podrían formular una pregunta concreta para superar

un aparente callejón sin salida, o podrían estrategizar sobre la secuencia

de preguntas que podrían ocupar una parte importante de la entrevista.

Está más allá del alcance de este documento para discutir la forma en que

se apoya la postura de la estrategización y la aplicación de técnicas de

tratamiento particular. Mi objetivo es introducir la noción de

estrategización como una base para una entrevista interventiva

Sería una tarea en torno a esta perspectiva en entrevista planear

estrategias sobre el desarrollo de competencias en autogestionar una

constelación de posturas conceptuales cuidadosamente refinadas de lo

que es una respuesta espontánea en cualquier momento determinado

podría ser terapéutico. Para hacer esto con deliberada conciencia, un

terapeuta tendría que examinar críticamente sus inclinaciones actuales

(preferentemente con la ayuda de un supervisor o un colega) y decidir

modificar y/o fortalecer áreas específicas. Por ejemplo, si uno decide

reforzar habilidades en hipotetizacion circular, uno podría unirse a un

equipo clínico que esta comprometido con ideas sistémicas. Sin embargo,

si uno quiere desarrollar conocimientos sustantivos en esta área

(especialmente después de una historia de inmersión prolongada de una

cultura dispuesta hacia el pensamiento lineal), uno podría tener que

considerar más estudios técnicos, autoexploración y quizás algunos

“correctivos” de experiencias personales.

Es una experiencia y seguridad en la celebración de una determinada

postura, es un cambio natural del foco de decisiones sobre la postura a sus

comportamientos, es decir, a las preguntas especificas, secuencias y

actividad no verbal que influyen en el.

Una segunda tarea sería organizar una dirección heurística para el flujo de

la conciencia del terapeuta

Por ejemplo, una secuencia lógica de atención consiste en examinar los

productos de la circularidad, luego de hipotetizar, luego estrategizar, luego

la neutralidad y se vuelve así a la circularidad. En otras palabras, el

terapeuta puede empezar por hacer distinciones acerca de la familia en

la interacción recursiva de la circularidad y toma estas observaciones

realizadas en la hipotización. Después de haber desarrollado una hipótesis

de algún tipo (posiblemente incluyendo las hipótesis varias ya que aun no

se tiene la hipótesis correcta acerca de la familia) podría tomar algunas

decisiones estratégicas sobre lo que va a seguir (por ejemplo, el querer

primero recabar mas información) y el como hacerlo (quizás el explorar

como es que decidieron venir a terapia).

Estas decisiones se convierten en la base de acciones intencionales (como

preguntando acerca de la iniciativa de una devolución). Habiendo

intervenido, uno salta hacia atrás (conceptualmente y conductualmente)

a una posición de neutralidad para aceptar lo que suceda. Uno observa la

diferencia de las respuestas de la familia (el padre puede interrumpir a la

madre al señalar que el pediatra los envío) y comienzo un nuevo circuito.

Las nuevas observaciones se toman en el proceso de hipotetizar, sobre la

base de una hipótesis modificada (por ejemplo, el marido minimiza la

iniciativa de la familia para obtener ayuda), el terapeuta comienza de

nuevo a estrategizar sobre que hacer (debo pedir a la esposa quien

primero había pensado y esta mas interesado en la terapia o debo respeto

a la información del marido y a su sensibilidad y le pregunto acerca del

punto de vista del pediatra)

Así, mientras la entrevista está teniendo lugar, el terapeuta puede asistir al

producto de la circularidad, hipotetizar, estrategizar, ser neutral y moverse

en un circuito recursivo paralelo al método científico. Aplicación

disciplinada de este patrón recurrente de pensamiento y acción y

probablemente aumentaría significativamente la eficacia terapéutica de

las entrevistas interventivas.

Otra tarea a desarrollar es una especial sensibilidad a señales en el sistema

terapéutico que sugiere un gran cambio en la postura. Por ejemplo,

cuando el ambiente en la entrevista se ha vuelto limitado o es

oposicionista, es probable que se este apoyando mucho en la dirección

de la estrategización. Los clientes pueden estar experimentando al

terapeuta como altamente critico o exigiendo demasiado cambio. Esto

debería ser una señal para el terapeuta para cambiar de postura a ser

más neutral. Por otra parte, si la sesión parece aburrida, probablemente

hay necesidad de mayor vigorosidad de estrategización o cuando una

entrevista parece carecer de dirección, hipotetizar más (incluidas las

hipótesis acerca del sistema terapéutico) es claramente indicado. Si el

terapeuta parece tener hipótesis claras, sin embargo en la sesión no

parecen ser muy fructíferas, uno puede prestar una atención más refinada

a lo que los clientes están regularmente haciendo y experimentando,

centrándose en los comentarios de circularidad. Nuevas “diferencias” o

distinciones deben extraerse de las experiencias de los miembros de la

familia que pueden intervenir en las hipótesis existentes del terapeuta.

Además de aprender a recoger y responder a todas las señales un

terapeuta debe permanecer abierto a la intermitente re evaluación y

perfeccionamiento de posturas establecidas. Cierto grado de involuntaria

deriva como resultado de las continuas intervenciones a los miembros de

la familia suele ocurrir. Por ejemplo, si un terapeuta no tiene sensibilidad al

engaño, la circularidad cuidadosa podría derivar en la ingenuidad,

cuando los clientes tienen bien establecidas habilidades en la explotación

de la buena voluntad y confianza de los demás. Aquí se evidencian los

cambios en sí (asi como en la familia y en el sistema terapéutico) que se

requieren. Finalmente, las estrategias de movilización, de autogestión de

mantención, y alteración de posturas se hunde en un proceso

inconsciente, junto con las posturas conceptuales propias, por lo que el

terapeuta concientemente puede “flotar” libremente a donde sea mas

necesario para maximizar la efectividad clínica de la entrevista.