MANUEL MURILLO TORO O:BRAS SELECTAS · cantil", afio I, número 32, Santa Marta, ... El Cabildo del...

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JORGE MARIO EASTMAN Compilación y Presentación MANUEL MURILLO TORO O:BRAS SELECTAS COLECCION "PENSADORES POLITICOS COLOMBIANOS" CAMARA· DE REPRESENTANTES BOGOTA, D. "E. IMPRENTA NACIONAL 1979

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JORGE MARIO EASTMANCompilación y Presentación

MANUEL MURILLO TOROO:BRAS SELECTAS

COLECCION

"PENSADORES POLITICOS COLOMBIANOS"CAMARA· DE REPRESENTANTES

BOGOTA, D. "E. IMPRENTA NACIONAL 1979

INDICEPir.

Presentación, por Jorge Mario Eastman ... '" ... '" 9

Nota bibliogrifica .. ... ... .., ... ... '" ... '" .,. 25

1- ARTICULOS y COMUNICACIONES

Independencia del Poder Legislativo (1848). (Publicado en "La Gaceta Mer-cantil", afio I, número 32, Santa Marta, 17 de marzo de 1848, pág. 1) ... 29

Agonías de la AdministracIón Mosquera. Por qué nos hemos decidido por elGeneral López para la próxima elección de Presidente (1848). (Publica-do en "La Gaceta Mercantil", afio I, número 41, S'allta Marta, 20 de juliode 1848,págs. 1 - 2) ••• ••• '" ••• ••• ••• ••. ••• '" ••• ••• '" '" ••• 33

La Protesta de Flores (1848). (Publicado en "La Gaceta Mercantil", afio I,número 46, Santa Marta, 23 de agosto de 1848,págs. 1 - 2) ..• .•• .•• •.• 37

Nuestras opiniones sobre candidato a la Presidencia. Qué debe entenderse porcapacidad. Quién puede decidir que la tiene o no (1848). (Publicado en"La Gaceta Mercantil", afio I, número 49, Santa Marta, 13 de septiembrede 1848,pág. 1) ... ... ... ... '" ... ... ... ... ... ... ... '" ... ... 45

La Pastoral del Obispo de Santa Marta contra la tolerancia religiosa (1848).(Publicado en "La Gaceta Mercantil", afio I, número 55, Santa Marta,octubre 25 de 1848, pág. 1) ... .., ... ... '" ... .., ... ... ... ... ... 51

La Reforma Const'tuclonal (1848). (Publicado en "La Gaceta Mercantil", afio I,número 57, Santa Marta, noviembre 8 de 1848, págs. 1 - 2) ... ... ... .•. 55

Respuesta a unos cargos (1850). (Publicado en "El Neogranadino", julio 12de 1850) '" '" '" '" 61

A mis amigos políticos (1850). (Publicado en "El Neogranllidino", septiembre20 de 1850) ... ... ... ... ... .., ... '" '" '" ... ... ... ... ... ... 65

A mis compatriotas (1852). (Publicado en "El Neogranadino", número 222, no-viembre 5 de 1852) ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... '" 67

Dejad hacer (1853). (Publicado en "El Neogranadino", octubre 15 de 1853 69

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Pág.

Economías (1853). (Publicado en "El Constitucional", año I, número 23, di-ciembre 9 de 1853) ...•..•........•.. '" '" ..••. , ... '" '" ... 81

El sufrago universal (1855). (Publicado en "El Tiempo", número 39, 25 de sep-tiembre de 1855) .......•................ '" '" '" 89

Candidatura presidencial (1856). (Publicado en "El Tribuno", de Cartagena yreproducido en "El Tiempo", año II, número 85, agosto 12 de 1856, pág. 2) 97

Por la reforma fiscal y el impuesto único (1857). (Presentado a la AsambleaConstituyente del Estado de Santander, en noviembre de 1857. Publicadoen "El Tiempo", año III, número 152, noviembre 24 de 1857, págs. 1- 2) 105

El Cabildo del Socorro (1857). (Publicado en "El Tiempo", diciembre 29 de 1857) 115

Una aclaración (1858). (Publicado en "El Tiempo", febrero 9 de 1858) '" ... 119

El Convenio Herrán-Cass (1858). (Publicado en "El Tiempo", número 168,marzo16 de 1858) .. , ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... '" '" .. , ... 125

Estado de Santander (1858). (Publicado en "El Tiempo", abril 27 de 1858) ... 137

Nuestro origen español (1859). (Respuesta a José Maria Vergara y Vergara."El Tiempo", abril 28 de 1859, pág. 2) ... •.• ..• "... ... ..• ... •.. ... 139

El Gobierno Federal (1859). (Publicado en "El Tiempo", número 261, diciembre27 de 1859) ... •.. .., ..• ... •.. '" '" ... .•. ... ... ... ... 145

La antítesis (1860). (Publicado en "El Tiempo", número 263, enero 1800) ... .•• 149

Respuesta a un llamamiento del Secretario de Gobierno (1861). (Febrero 3 de1861> ' '" ••.......... '" '" '" '" 157

Denuncia de un atentado ante la Cámara (1867). (Marzo 21 de 1867) ... .•. 161

11- INFORMES Y MENSAJES

Informe del Secretario de Hacienda (1850) ..• •.. ... ... •.. ..• ... 165

Informe del Secretario de Hacienda (1851) 191

Informe del Secretario de Hacienda (1852) 227

Trabajos de las Cámaras provinciales sobre impuestos (1852). (Apéndice delinforme del Secretario de Hacienda - 1852) ". '" ... ... '" '" 275

Respuesta del Presidente de la Cámara al mensaje del Presidente del Senado(1854). (Marzo 2 de 1854) ... '" '" .•. ..• •.. •.. ..• ... ... ... ... ... 281

Informe sobre proyecto de la Constitución Federal (1855). (Presentado a la Cá-mara de Representantes en marzo 5 de 1856) ... '" ..... ' ... ... ... 291

Proyecto de Constitución para la Confederación Colombiana (1855). (Presentadoa la Cámara en marzo 5 de 1855) '" 299

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Discurso de posesión ante el Congreso como Presidente de los Estados Unidosde Colombia (1864). (Bogotä, abril 10 de 1864. "Registro Oficial" número158,abril 13 de 1864,pägs. 417- 18) ... ... ... '" ... ... .., .. , '" ... 309

Reconocimiento del Gobierno del Estado de Antioqula (1864). (Abril 19 de 1864) 315

Mensaje a las Cámaras sobre la Hacienda Nacional (1864). ("Registro Oficial",número 159,abril 19 de 1864,pág. 420) .. , .. , , '" 317

Mensaje sobre la tentativa de asesinato contra el General Mosquera (1864).("Registro Oficial", número 160, abril 27 de 1864,pág. 422) .. , '" ... •.. 321

Mensaje sobre las reclamaciones originadas en el motín de Panamá de 1856(1864). ("Registro Oficial", número 160, abril 27 de 1864,pág. 422) 323

Mensaje sobre convocación del Congreso a sesiones extraordinarias (1864).("Diario Oficial", número 4, mayo 4 de 1864,päg. 13) '" ... ... ... ... 325

Respuesta a un memorial sobre Ia libertad religiosa (1864). ("Diario Oficial",número 35, Junio 9 de 1864,päg. 119) ... ... ... ... ... .., ... ... ... 327

Alocución del 20 de julio de 1864. ("Diario Oficial", número 70, julio 20 de 1864,pág. 249) ... ... '" '" '" '" '" ... .., .,. '" '" ... .,. ... ... ... 331

Mensaje del Presidente de la Unión al Congreso de 1865. ("Diario Oficial",número 239, febrero 2 de 1865, pägs. 913- 14) ... ... ... .., ... ... ... 333

Mensaje de instalación de las Cámaras de 1866. ("Diario Oficial", número 551,febrero 19 de 1866, págs. 105- 06) ... ... '" '" ... ... .., ... ... ... 343

Alocución conmemorativa del 20 de julio de 1810 (1866). ("Diario Oficial",número 563, febrero 15 de 1866,pág. 691) ... ... ... .., 353

Mensaje del Presidente de la Unión al Congreso de 1872 '" ..' ... ... ... 357

Respuesta al mensaje dd General Mosquera, Presidente del Cauca, sobre unas.Pastorales de los Obispos de Popayán y Pasto (1872). ("Diario Oficial",número 2711,noviembre 29 de 1872,pág. 1143) ... '" '" ... ... ... ... 363

Mensaje al Congreso de 1873. ("Diario Oficial", número 2766,febrero 19 de 1873,pägs. 109- 10) ... ... ... ... '" ... ... .., ... ... ... ... ... '" ... 367

Proclama del Presidente de la Unión (1873). ("Diario Oficial", número 2868,junio 2 de 1873,pág. 517) '" '" , '" 375

Mensaje del Presidente de la Unión al Congreso de 1874. ("Diario Oficial", nú-mero 3(}76,febrero 19 de 1874,págs. 1349- 50) '" .. , 379

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PRESE'NTACION

por JORGE MARJO EASTMAN

No ha rayado albor algu"o tle libertadque "0 se haya e"ce"dido o se hayareflejado e" ese cerebro.

SANTIAGO PÉRBZ, sobre Murillo.

En su condición de reconocido paladín del radicalismo, ManuelMurillo Toro descuella como uno de nuestros máximos "caracteres"decimonónicos.

Hombre de acción, pero en el ámbito propiamente civil, pues nofue en sentido estricto hombre de armas como su amigo ¡JIosauera,por ejemplo; ya que la suya fue, prioritariamente, la actividad delreformador típico. Esta cualidad, que presidió la estructura enterade su comportamiento poUtico, le fue reconocida desde cuando formabaparte del gabinete de José Hilario López. El Secretario Reformador,le llamaron sus contemboréneos, apelativo que muy posteriormen-te recordaría Marco Fidel Suárez, en un acto oficial celebrado ensu memoria. Quizá sin su energía, tan lúcidamente aplicada a losmejores proyectos de aquel régimen, la proscripción de la esclavitudno se hubiese producido entonces (pese a que desde 1821, en plena erabolivariana, se tuviesen normas declarando la "libertad de vientres").

eamo era tan habitual entre los radicales, cuyo libertarismo sesofocaba a veces bajo el romanticismo y la utopía, él hablaba siempreen términos de "humanidad". Esta palabra, que implicaba cierta mo-dalidad del internacionalismo, vihró en su t'OZ con la exaltación másverdadera. N o hubo allí la menor huella de artificio, de anodina gran-dilocuencia. Pues Murillo no fue lírico, a la manera de los oradoresde su tiempo. Aunque supiese expresarse como es debido, era antesque todo un espíritu reflexivo en altísimo grado. Por ello cuandoescribía no se extraviaba en el arabesco retórico, sino que buscaba

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la senda más directa de la prosa expositiva para penetrar dialéctica-mente en el espíritu del lector. Quería cambiar la sociedad, no com-petir en el estilo declamatorio de sus contemporáneos. Y es justamentedesde el espejismo purista desde donde ciertos glosadores hablaronde la prosa desmañada de Murillo Toro. Hasta en el Congreso huboquien le contabilizara sus descortesías con la gramática. Etoagerabanun tanto, desde luego. Leyéndolo ahora en muchos de sus documentosoficiales y en sus artículos de prensa, más bien le hallaremos la muyplausible tendencia a la economía verbal. Su pluma obedecía a un ob-jetivo absoluto: persuadir con presteza. También resulta de ello suandadura de escritor "rápido", junto a la mayoría de los publicistas desu época 1.

En síntesis, su figura posee el aplomo, la complejidad y el sobrioverbo de los dirigentes civilizadores de otras latitudes, En tal sentidopodría afirmarse que fue una personalidad universal.

• * •

El hombre Politico -quien escribe para convencer, no por la pa-labra misma- es, desde luego, el que se expresa así en toda ocasión.y en primer lugar aquel político eficaz que fue 111urilloToro, cuyasprofundas connotaciones resultan hoy fácilmente comprobables. Loshistoriadores han elaborado la copiosa lista de reformas en las que demanera más o menos determinante él intervino entre 1850 y el finalde su segunda presidencia (1872 - 74):

"La abolición de la esclavitud y del cadalso; la secularización del Estado y de lavida civil; la libertad de im.fJrenta, de palabra, de conciencia y de cultos: la descen·tralización de las rentas y los gastos: el establecimiento de la Federación: la reden.ción de los censos; la extinción de los monopolios; la rebaja de los dereckos aduaneros;la supresión de los quintos de oro y de los diezmos como recurso fiscal; la abolició"de los fueros; la fundación del 'Diario Oficial'; el impulso de la instrucción pofJular;la introducción del telégrafo; la i"iciación de los [errocarriles de Bolívar, el Norte yel del Pacífico; la eliminación de la prisión por delldas ; el establecimiento del juiciopor jurados en las causas criminales; la expedición de los códigos pe"al, civil, judicialy fiscal de la Unión; la conversión de la deuda pública sobre la base de su cotizacióne" el mercado, o lo que se llamó 'la verdad de la deuda'; y otros muchos actos de

1La actividad periodística, de contenido polémico y doctrinario, fue constante departe de Murillo: apoyado por amigos de la Costa Atlántica, fundó en Santa Marta la"Gaceta Mercantil", cuyo primer número salió el 22 de septiembre de 1847. Alcanzóhasta el número 64, del 24 de diciembre de 1848. Publicó luego en "El Granadino", "ElConstitucionalista", "El Tiempo", "El Neogranadino", que fundó en compañía deldoctor Manuel Ancízar, y "El Pasatiempo".

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trascendencia politica y social, 'ueron obras que, si no todas se debieron a la acció.inmediata y directa de Murillo, tuvieron su apoyo decidido, o su decisiva colaboración" '.

A pesar de todo lo ocurrido desde la Lndependencia, se estabaentonces más cerca de la Colonia que de la sociedad contemporánea.Digno representante de su generación, fue consciente de tales condi«ciones desde el inicio mismo de su carrera pública, o sea, cuandoocupó la Secretaria de Hacienda en el gobierno de José Hilario López(1849 -1853), luego de haberse desembeñado sólo unas semanas comoSecretario de Relaciones Exteriores al inaugurarse dicha administra-ción 3.

López llegaba al poder en un clima de crisis social y económicamuy aguda, en cuya base estuvo la frustración de la industrio arte-sanal, arrasada por el libre cambio (defendido por Florentino Gon-sáles ), a cuyo amparo las mercancías masivamente importadas deInglaterra saturaron el incipiente mercado nacional. Liéoano Aguirredescribe así la coyuntura:

"La competencia de los productos ingleses, al suprimirse el sistema proteccio.ista,fue devastadora para la incipiente indllStria nacional, Al tiempo que en el agro se pri-vaba de sus tierras a los campesillos ante el estímulo o la illdiferencia de la politicaoficial, en las ciudades se sometía a los obreros y artesanos a un tratamiento paraleloy 110 menos desPiadado. Permitida la entrada -prácticamente libre de derechos- a lasmercancías extranjeras competidoras de los prodttctos naciona/es, en pocos a;,os searrui"arOIl las manufacturas artesana/es y el desempleo en las cittdades, por el cierrede los talleres, tuvo tan magnas proporciones, que las [amosas 'Sociedades Demacré-tlcas' perdieron pronto su carácter de ligas educativas o culturales de los artesanospara convertirse en clubes revolucionarios que bajo la dirección de Lorenzo María Lleras,Ambrosio López y Miguel Leá«, desencadenaron las graves perturbacione« del orde«público ocurridas en 1853 y 1851 ... "~.

Hasta entonces, Murillo había sostenido tesis que, si no eran enun todo las del laissez-faire, guardaban con ellas serias aproximacio-nes. Ya vendrá la hora en que mude de opinión respecto de algunas

• Cf. MILTON PUENTES,Historia del partido liberal colombiallo. Bogotá, Tollere.Gráficos Mundo al Día, 1942. Págs. 313·14.

• A la cual se llamó la "administración del 7 de marzo", porque fue el 7 de marzode 1849 cuando, en visto de que en los comicios populares para Presidente ninguno delos candidatos había obtenido la mitad más uno de la totalidad de los votos, en sesiónplena el Congreso eligió finalmente a José Hilario López. Uno de los escrutadores allífue Murillo. A los comicios populares se habían presentado 2 candidatos liberales, JoséH. López y Florentino González; y 5 conservadores: Gori, Rufino Cuervo, OspinaRodrí¡tuez, Barriga y Borrero.

• Cf. INDALECIoLIÉVANOAGUIRRE,El proceso de Mosquera allte el Senado, Bogotá,Edit. Revista Colombiana Ltda., 1966. Págs. 28·29.

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cuestiones de gobierno. Pero en 1848, a los 32 años, defendiendo elproyecto de reforma constitucional presentado ante el Congreso porFlorentino Gonsále« -acérrimo enemigo de la intervención estatal-«;Murillo había escrito en la Gaceta Mercantil, de Santa Marta, el8 denoviembre:

" . .. eua.do fJosotros abogamos CO" ."tusiasmo lor la reforma co"stit.cio"al .0

Irete"demos si"o que el Poder Ejecutivo se redu6ca a las facultades .,,¡camefJte fJe-eeserias lara la cumplida ejecuciófJ de las leyes , para la COfJserflaci6. del ord." I ••bltco y la defefJsa del pais ... ".

y otra consigna sflya:

"UfJ mi"imo de gobier"o CO" UfJmáódmo de libertades i"dividuales".

Realmente, ahí sigue estando todavía el punto de inflexión delgran problema humano consistente en la relación entre el individuoy el Estado. A mbos términos de la relación tienden, hasta el momento,hacia extremos igualmente corruptores de la sociabilidad: totalita-rismo, o anarquía. c{Mínimo de gobierno? Depende, segtín lo que seentienda ahí por "mínimo". ¿Libertades individuales? También de-penderá de hasta dónde el individuo quiera ir, Se trata, una vez más,de cualificar la necesidad y la noción de la libertad personal, en elpunto de partida de la formación del ciudadano. En todo CflSO, locierto es que, por lo pronto, ni en las sociedades llamadas "abiertas",ni en las denominadas contrariamente, se ha llegado aún a una verda-dera dialéctica humanista en la relación de aquellos dos términos.

Que el Ejecutivo sólo tenga que ver con "la cumplida ejecuciónde las leyes", afirmaba pues e/ joven politico de 1848. ¿De cuáles leyesse trataría? Posiblemente de las pena/es tan sólo, porque se entiendeque a un gobierno al que le esté vedado actuar como regulador de laactividad privada, no le quedarán sino la prevención y la sanción delos delitos y, como escribe Murillo, "la conservación del orden públicos la defensa del país".

En este punto de su teórica generosidad acechaba a los radicales-intelectuales casi "puros"- su calvario para cuando llegaran al po-der y, de modo dramático inclusive, su fetichismo federalista habríade convertírseles en su trampa mortal. Como bien lo ha comentadoGerardo Molina:

"Su reflejo i"dividualista los lleoab« al pu,do parodojal de descollfiar del poderp.bUco, aUllque luera" ellos los que acciollarafJ las palollcas del mOlido... Escritores,catedráticos, juristas, su obsesióII era delellder la illtallgibilidod de los principios. Dtl

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.1I0s, sólo Murillo Toro fu. UII ,olilico ti. ,ura salltr e, A los tI.mDs I., fallaba .1sentitlo ti. la trallsaccióII y tlel r.,Ii.gu. o,ortu"o. Su a"gelismo les im,.tlia ,actarCO" la ,art. im,ura que hay e" la criatura huma"a. A su oer« ,asaro" gra.tI.s homobres co. los qu. hubiera sitio ,ro'D'choso ."te"derse. Aquellos tloctri"a.tes, ." cada."0 tle los cuales habia u. educador y U" moralista, .rall II.ratlos ,or .1 rigor tlel cretloa tra"sitar por calles de u"a sola 'Dia.A .tes que tra.sigir CO" Mosqu.ra .1 atrabiliario,o co. Nú;;u el i"escrupuloso, era preferibl. qu. el imperio se d.rrumbartl' '.

Ese instinto de político práctico que se le ha abonado a Murillo,aun desde la orilla opuesta de sus contradictores, le permitió ser elexcelente Secretario de Hacienda de López, 3', más tarde, en susdos periodos presidenciales, desempeñarse como adminlstrador rea-lista 3' positivo. Este rasgo capital de su personalidad extdic« el quea lo largo de su travectoria de polemista, .:v aun apelando a veces alas provocaciones tácticas 6, hiciera verdaderos aportes a la soluciónde los problemas públicos que con él se debatian,

Esgrimla pues los "principios" del radicalismo con la flexibilidadnecesaria para aplicar una politica de signo rejormista 3' esencialmenteajustada a las resistencias 3' precariedades estructurales de una socie-dad periférica que se moola en el horixonte del capitalismo mercantil(exportación de materias primas 3' compra de manufacturas en el ex-terior J, politica que le valió su prestigio desde el comienzo 3' que hizode él, en primer lugar, un radical "Góleota" antes que "Draconiano",3' que luego lo consagró como jefe indiscutible del radicalismo 7.

11 Cf. GERARDOMOLINA,Las ideas liberales en Colombia, tomo I, capitulo tercero.Bogotá, Edit. Tercer Mundo, 1978, quinta edición.

• En su breve libro sobre Murillo Toro, relata Alfredo Bateman: lO... en algunaocasión en que necesitaba distraer a los periodistas conservadores, escribió cuatro líneasdiciendo Que San Pedro no había estado nunca en Roma. Ante semejante afirmación,que desquiciaba todo el edificio de la Iglesia Católica, no pudieron contenerse losObispos laicos (sic) y emprendieron la tarea de refutarlo en largos artículos que 11e·naban todas las páginas de los periódicos conservadores. Cuando creyó llegado el mo-mento oportuno, por haber logrado su objetivo, escribió que efectivamente 10 habíanconvencido de que San Pedro sí había estado en Roma".

Cf. ALFREDOBATEMAN,Manuel Murillo Toro, BollotlÍ, Academia Colombiana deHistoria, 1978. Págs. 20·21.

• Gólgotas y Draaonianos: al sector liberal partidario de la pena de muerte se lellamó "Draconiano" (O sea, sostenedor de la extremosidad punitiva). El otro sector,adverso a la pena capital, que predicaba el respeto • la vida por encima y a pesar detodo -y tras esto la reeducación del delincuente y la mejora de la sociedad-, luegofue llamado "Gólgota". Eran estos últimos los liberales Que se consideraban "modernos"y "avanzados", y entre ellos militaba gran parte de la juventud estudiantil. Como re-cuerda Salvador Camacho Roldán en su prólogo a "Manueltl', de Eugenio Díaz (1889),la filiación ideológica de esa juventud Ia hizo remontar uno de sus miembros, en algúndiscurso pronunciado en el local de la escuela Republicana, "a las promesas del mártirdel Gólgota". y de ahí su nombre. Los "draconianos" son los defensores, en economía,del proteccionismo a favor de 111 industria nacional y del comercio exterior. Por esolos artesanos los siguen. Al revés, los "gólgotas" son librecambistas a ultranza. Suprincipal doctrinante fue Florentino González, Secretario de Hacienda en la primeradministración de MosQuera (1845.1849).

13 -

Pero, en general, más radicales solian serlo en la práctica quienesno figuraban como tales,

"Por UIM de esas situado.,s curiosas e. que abu.da la historla -dice GerardoMoli.a-, los radical,s .0 fu,ro. los que se co.sideraba. como tales... si.o los otros.Mosquera, por ejemplo, co. sus desafia.'" decretos sobre d,samortillaciö. d, bie.eso sobre i.specció. de cultos, , el mismo Núñu e. algu.os d, sus ploteamie.tos eco-.ómicos , políticos. De la co.stelac;ó. radical, ap,.as Mllrillo Toro , u.os cua.tossostu"iero. tesis que los hace. acreedores a esa calificació. comprometedora" '.

Había que construir una nación, y este propósito exaltaba la vo-luntad de servicio de la generación a la que pertenecía Murillo Toro.Pero según resaltaría más adelante, ese proyecto quedaba determinadoen su punto de partida por los imperativos del mercado mundial,dominado entonces por Inglaterra, y luego por los Estados Unidos.N o era fácil anticiparse desde acá, o sea desde el interior de la propiaaventura republicana, en la previsión de las limitaciones objetivas, ode estructura, que aquellas exigencias maoroeconémioas implicaban. Dehecho, tal anticipación teórica no se dio entre nosotros. Los obstáculosque habta que allanar para el logro de una unidad poUtica, por pre-caria o inestable que ella fuese, eran tremendos. Piénsese en el tenazembeleco federalista y su rosario de guerras civiles catastróficamentecostosas para el fisco nacional y para las economías regionales, y enlas suboersiones de opereta (o guerras de mitaca, como las nombró elingenio popular J.

El balance de esta hora evidenciaba ruina inminente: escasa po-blación, secular aislamiento de ciudades y provincias entre sí, olas decomunicación que hacia 1850 eran oirtualmente las mismas de que sesirvieron los virreyes, y una economía vacilante, que laboriosamentese iba sacudiendo uno a uno los eslabones del tosco sistema impositivocolonial. Esta situación la agravaba el idealismo abstracto de uno ju-ventud imbuida en ensueños contradictorios acerca de lo que deberíanser el nuevo Estado y el ciudadano libre; Cualquier matiz doctrinarioen la controversia del pequeño periódico bogotano bien podio encenderla sublevación o el golpe cuartelario en Santander, o en el Cauca, o enel T'olima, o en Antioquia. De 184., en adelante i"gresamos en lo queNieto Arteta denominó "absolutlsmo ideológico". Este autor afirma,inclusive, que aquellos hombres, "escribían poemas mientras la na-ción se hundía en la pobreza y en el desorden poUtico" 9. Esta gene-

8 Cf. GERAROO MOLI NA. op. cit., tomo I, página 120.9 Cf. LUIs E. NIETO ARTETA. El café ", la sociedad colombia.a. Breviarios de

orientación colombiana, Bogotá, 1968. Págs. 31·32.

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ralización un poco amarga tampoco es muy justa. En realidad, notodos los publicistas del período ahí aludido se desentendieron tantode las inquietudes sociales que predominaban a su alrededor. Ni si-quiera los literatos puros dejaron de meterse en lios con la poUtica, ocon la economía intensamente politizada del momento. El mismo NietoArteta precisa la situación de conjunto:

"La politica g06a de epidote hegemo.'a. A la .egatipidad de la eco.om'a -limi-tada producció., poco comercio- correspo.de •• a primocia de las preoc.pacio.es po-liticas. La polémica ideológica es ardorosa , fre.ética. Se pipe disc.tie.do estérilme.te.Las ge.tes Iee« co. pasió. los periódicos )' pasqui.cs q.e se p.blica. e. las ci.dades.U. editorial de aq.ellos s.mi.istra ocasió. para polémicas que se prolo.ga. deses-peradame.te" •

Sin embarga, reconoce que:

"Esa realidad politica oc.lta •• a I.cha .. tr« los artesa.os o ma•• fact.reros ,J;omercia.tes, por •• a parte, , los propietarios territoriales por la otra O.e1.,e.do ..éstos a las comu.idades religiosas que pose'a. hacie.das , latif •• dios}. Las diperge.ciasde i.tereses eco.ómicos entr« esos grupos sociales se expresa. e. las pug"as políticase.tre liberales , co.servadores. Se crea. as; los supuestos para •• a I.da ideológica dealto estilo , de egregio co.te.ido, se difu.de. , se co.trapo.e. op.estas co.cepcio.esdel m•• do , de la vida'''·.

o sea, que las discusiones no eran tan estériles, después de todo.Justamente, no sobra que lo subrayemos una vez más, en esto con-sistia la razón histórica de tanta agitación en las ideas: lo que a lapostre se ventilaba alli era nada menos que la futura forma juridicadel Estado y, por ende, el marco dentro del que irían a definirse unasdeterminadas instituciones politicas, económicas, educativas. Por ejem-plo, la cruzada de Florentino González a favor del libre cambio y dellibre comercio inspiró la poUtica económica inmediata: supresión delestanco, apertura a las manufacturas inglesas, desprotección y deca-dencia de las manufacturas del oriente colombiano, etc.

¡8i todavía en 1911 Uribe Uribe se dolia de que la República noestaba organizada!

•••Eran tiempos de osadía, cuando cada congresista de alguna pre.-

tancia redactaba su proyecto completo de Constitución para la repú-blica ideal. También Murillo entregó el StIYO, en marzo de 18SS, siendo

10 Cf. NIETO ARTETA, op. cit., página 33.

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Representante a la Cámara por la circunscripción de Véles, El con-siderando liminar no podio ser más tajante: "Que la práctica de laactual Constitución de la República ba demostrado su ineficienciapara el efecto de que eJ Poder Público satisfaga cumplidamente a lasexigencias crecientes del progreso material y moral de la sociedad ... ".

En el Capítulo Primero se dispone la creación de diez (lO) Esta-dos, los cuales serían -"libres e independientes para su régimeninterior, pero unidos o federados para el régimen exterior".

Tal asociación conformaría la "Confederación Colombiana", y lasocho condiciones que ésta imponía a todos y cada uno de Jos Estadosmiembros se contenian en el Capítulo Segundo. Los Estados serían:Antioqu;a, Bosacé, Santander, Cundinamarca, T'olima, Popayán, ElCauca, Cartagena, T'enerife y Panamá.

Murillo pensaba que su iniciativa resolvería el impasse creado porlas das tendencias que se querían irreconciliables: centralismo férreoversus federalismo intransigente. Al nivel del concepto genérico queparecía admitido por unas mayorías fatigadas del desorden, su pro-puesta surgía como el dictado de la sensatez genuinamente democrá-tica. Pero en la politica diaria, atada a los intereses más concretosde las personalidades y los grupos, los antaeonismos estaban bienlejos de ceder. Proseguirían, pues, las guerras por el resto delsiglo, aunque, como se sabe, no todas responderían a la alternatioafederalismo-centralismo, sino que algunas nacerían de otras causas:en la del 76, por ejemplo, prevaleció, en la forma agitacional de lasconsignas, el sectarismo religioso, mientras que en el fondo se apun-taba a la reconqeista de las tierras y los ffleros por parte de la Iglesiay de la antigua casta terrateniente; en la del 85, el descontento de losradicales centra Núñez y su coalición derechista; en la del 99, la pro-testa centra la atmósfera sofocante creada por la Regeneración yla cual, pasando luego por Caro, Sanelemente y Marroquín, sólo ven-dria a suavizarse bajo Concha y Reyes.

Luego de la creación del Estado de Santander por la Ley 13 demayo de 1857, expedida con base en la reforma constitucional de 1855,y convocada por el gobierno general, una Asamblea Constitu3'ente con35 diputados, sus sesiones se iniciaron en Pamplona a partir del 16de octubre de 1857. Los constituyentes eligieron a Murillo Presidentedel nuevo Estado, y decidieron el traslado de su capital a la ciudad deBucaramanga, El estadista, en pleno ascenso, tomó posesión del cargoel día 27 de octubre.

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Durante los dos años de su mandato, Murillo fue escrupulosa-mente leal con sus ideas acerca de la libertad de oposición y crítica,y del respeto a la paz ciudadana. Se le presentó una ocasión exces-cional para probar tales principios. Apenas inaugurada su presidencia,el gobierno central, atropellando las normas constitucionales y legales,comenzó a conspirar contra el gobierno santandereano, Llegó hastainfiltrar esbirros en Bucaramanga, suministrándoles armas y dineroa discreción. Conociendo de algún modo toles maniobras, supo hacergala de paciencia y firmeza. Frenó a sus partidarios, quienes habíanempezado a movilizarse por iniciativa del cabildo del Socorro, dis-puestos a recurrir a la violencia. Desautorizó públicamente talesamagos, e hizo que su Secretario General enviara una circular a todoslos alcaldes y fiscales del Estado en donde, entre otras cosas, seafirmaba:

"La Constitución del Estado, reconociendo la soberanía inma"ente , absoluta del¡"dividuo para trabajar, aprender, enseñar, viajar, escribir, ha removido todos los obs-táculos que pudieran presentarse a su instrucción y bienestar, y dejado al esfuer1toindividual y espontáneo, el progreso moral )' material de la sociedad, pues en ge"eral,la doctrina constitucional es ésta: el individuo proveerá a SIlS intereses e" la formaque más lo creyere conveniente: la sociedad (por mano del gobierno), no interve"drásino para estorbar que el uno viole el derech« del otro, ya afectando la perso"a o yala propiedad, que es la materia de la administración de justicia, en la que tienen partedirecta o indirectamente todos los funcionarios públicos".

Durante este ejercicio gubernamental defendió, también, la tesis=ooansadisima en su época y su medio- de que ni los códigospenales, ni las cárceles, ni las penas más drásticas que tradicional.mente se aplicaban, serían los medios adecuados para erradicar elcrimen. La sociedad tenia que prevenir el delito y reeducar al delin-cuente. El origen del mal no estaba pues en el individuo desviado, sinoen la organización material y moral de lo sociedad. Y aunque su re·chozo global de la pena de muerte se presentase envuelto en conside-raciones piadosas, no por ello disminuye el oalor personal e históricode su actitud.

• • •Al finalizar la década de 18,,0.60, Murillo Toro era, junto con

López, Obando y Mosquero, uno de los dirigentes más acatados porla opinión pública nacional. Sus ejecutorias como parlamentario, ex·Secretario de Hacienda de López -cargo desde el cual, en los tresaños escasos de su gestión, tanta ascendencia tuvo en las grandes re-formas cumplidas por aquel régimen- 3' ex-Presidente del Estado de

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Santander, constituían ya, por su ejemplaridad republicana, patrimoniodel liberalismo : algo suprapersonni . .4 sí, aunque él mismo no se pos-tulara, había que contar con su nombre para las máximas posicionesde gobierno. Era como la encarnación del llamado "hombre público",cuyas iniciativas y decisiones resumen la voluntad colectiva y suelendeterminar el rumbo general en un momento dado. De suerte quecuando el 7 de octubre de 1863, desde el sur -en donde cambatia laefímera invasión ecuatoriana 11_, el Presidente Mosquera lanzó lafamosa carta invitando a sus amigos y cobartidarios en todo el territo-rio de la Unión, a sufragar para el siguiente período presidencial(1864-1866) por Murillo Toro, muchos tuvieron lo impresión de quesimplemente se concretaba en hechos lo que ya "estaba en el aire", osea, en el ánimo de los propios electores. Se hallaba entonces en Wash-ington como Enviado Extraordinario y Embajador Plenipotenciariode Colombia ante el gobierno estadinense, cargo para el cual habíasido nombrado por Mosquera, aconsejado por su Ministro RojasGarrido JI.

Seis de los nueve Estados de la Unión votaron, efectivamente, porMuril/o. Este recibió la noticia en Estados Unidos, cuyo gobierno pusode inmediato a su disPosición, para su viaje a eartagena, uno de susbarcos de guerra. Su mandato debía iniciarse el JI! de abril, pero tansólo pudo posesionarse el día JO (mientras tanto M esquera siguió en elcargo con carácter de designado). En alguno de los apartes de su dis-curso de posesión, manifestaba:

..... lIeparé el respeto por la aulonomía de los Estados hasta donde lo permitala conserpaci6n de la unidad nacional, así como la pa. interior :Y exterior; pero noconsentiré que el pínculo se rompa, ni que la autoridad fed"al se desobedeJlca odesatienda, obrando dentro de su 6rbita constitllcional. Del juego armo"ioso pero inexo-rable de las dos entidades depende, e" mi senti«, la subsiste"cia de la U";6,,, la inte-gridad de est« territorio que acarician dos mares, :Y que ha de ser el hogar de ciudada"oslibres que, estimulados por las inslitucio"es, se consagren a la i"strucci6n :Y al Irabajopara apropechar como com."idad cristiana los do.es que esta Patria nos ofrece".

u Dicha invasión fue dirigida por el General Juan José Flores (1801-1864), bajola dictadura "ilustrada" de Gabriel García Moreno. Mosquera lo derrotó en la batallade Cuaspud.

12 Primeramente, Mosquera había nombrado a Murillo Enviado Extraordinario yMinistro Plenipotenciario ante el gobierno francés de Napoleón 111, el eual le negóel exequátur, por su radicalismo político. Algún enemigo personal de Murillo se habíaanticipado a enviar a la corte francesa ejemplares de la "Gaceta Mercantil" de SantaMarta, con escritos suyos, a fin de "denunciarlo" allí como individuo de ideas nadafavorables a la monarquía. La comunicación oficial de Francia rezaba así: "Ni SuMajestad el Emperador de los franceses ni M. Rouher, su Ministro de RelacionesExteriores, pueden recibir en la corte de Francia a M. Murillo, antiguo redactor de la'Gaceta Mercantil' de Santa Marta".

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En el caso de Murillo, tal como aconteciera con los radicales,asi fuesen los más racionalistas, el distanciamiento de la Iglesia noexcluia la creencia en aquella abscóndita divinidad de los telstas. Comohombre de gobierno quiso siempre asegurar la libertad de concienciaa todos los niveles y en todas las circunstancias. Lo que en la historiade su primera administración (1864.66) han llamado "la cuestión re-ligiosa", se documento básicamente en S1.1 intercambio de mensajescon un grupo de señoras bogotanas, quienes se dirigieron a él con fecha10 de mayo de 1864, en solicitud de una definición presidencial frentea los derechos de los fieles católicos :\' de su clero a expresarse ypracticar su culto libremente. El Presidente les responde el 30 demayo en los términos más positivos .Y más filosóficamente sólidos. Lesmanifiesta que su principio no es otro que "el del estado libre, lascreencias libres y el culto libre". "Pero -i-adoierte-s- la práctica deesta doctrina requiere la reciproca confianza, el hábito de tolerancia,que serán la consecuencia del reconocimiento mutuo de los derechosde la sociedad civil y los de las sociedades religiosas".

Saliéndole al paso a cualquier posible malentendido respecto dela objetividad de su posición oficial, expresa en seguida: "Se ha acu-sado a los representantes del catolicismo de no tener esa tolerancia,y de servirse de la libertad que reclaman cuando están oprimidos,centra la libertad civil y política de sus adoersarios, luego que la ob-tienen. De ahi la necesidad en éstos de tomar precauciones que sonmuchas veces ineficaces e inconvenientes, y que el clero califica detiránicas e impias, aunque en realidad no signifiquen sino desconiian-sa, no una hostilidad real".

Asume ante las escrupulosas memorialistas cierta entonación depredicador laico, muy del gusto de la época, pero sobre todo de suscorreligionarios radicales -pedagogos por vocación-, para soltarlesde un modo, entre sentencioso e irónico: "Que nadie turbe a otro ensu culto ni en su« goces, y que todos defendamos la libertad comúncomo la diosa protectora de las expansiones de nuestra alma, as, comode nuestros goces materiales legitim os",

Son palabras de oro, que Epicuro hubiese suscrito sin titubear.

Después con ocasión de la guerra del 76, en la que el clero inter-vino tan francamente al lado de los conservadores con pretensionesde cruzado, atemperará su optimista afirmación de la libertad a todacosta, que desde su debut en el periodismo y la politica le habia ca-racterizado. Dirá que, al fin y al cabo, la libertad religiosa no debe ser

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absoluta, "porque es un peligro para el partido liberal, como lo fueel sufragio universal en 1856". Y añadirá sin contemplaciones: "elclero abusa de la libertad para atacar al que se la otorgo".

.. .. ..

El sufragio universal, que desde 1876 Murillo juzga en retros-pectiva como una experiencia ambigua para el liberalismo -partidoque con él mismo a la vanguardia lo habia sustentado hasta implan-tarlo en la práctica-, fue también una causo por la que él se arriesgófrente a sus enemigos tradicionales, veinte y más años atrás. Justa-mente centra quienes adujeron que no bastaba con que la eonstitució,.hubiese dado el derecho al voto a todos los varones mayores de 21años, sino que además era indispensable contar con su "capacidad"de votar a conciencia, sostuvo en elevado raciocinio, el 25 de septiem-bre de 1855, desde las columnas de "El Tiempo": "Es de esencia delsufragio perfeccionarse a medida de su uso", Apotegma éste que, sinduda, sigue siendo digno de figtlrar como lema de toda legislaciónelectoral en cualquier lugar civilizado de la tierra.

Otros incidentes qf4e por su tipicidad expresan la mentalidad deMurillo y cabria destacar en su primera presidencia, serían: en lointernacional, el relacionado con la proclamación dei "imperio" de Mo-ximiliano de H absburgo en México 13; y, en lo interno, el derroca-miento en 1864 del gobierno liberal en A ntioquia, instaurado porM osquera después de su victoria en la última gtlerra. Pascual Bravo,titular de la presidencia antioqueña, pereció en combate centra los

13En 1861 Benito Juárez entró en la capital mexicana, victorioso de la guerracivil centra los conservadores y, una de las medidas más enérgicas que hubo de tomar,fue la suspe"sió" por dos años de las deudas contraídas con países extranjeros, en vistade la crisis en que recibió el gobierno. Francia, Inglaterra y España eran los acreedoresmayores y hubo que acordar con ellas ciertas seguridades del paJto futuro de la deuda,entre las que figuraba el permiso para acantonar tropas de aquellos tres países enIa ciudad de Córdoba (Veracruz). Los franceses rompieron abruptamente las conver-saciones Que se adelantaban, y marcharon hacia la capital, mientras los españoles ylos ingleses decidieron regresar a sus países. Apoyados por los conservadores mexicanos,los franceses tomaron a ciudad de México y establecieron una Junta de Gobierno, laque a su vez delegó en una "Junta de Notables", la escogencia de la forma de gobiernopara México. Se pronunciaron por una monarquía católica y hereditaria y ofrecieron lacorona a Maximiliano de Habsburgo, hermano del emperador de Austria. Maximilianoaceptó, previos un plebiscito y el compromiso con Napoleón III, mediante el que sellamó "Tratado de Miramar". Su reinado, más ficticio que real, puesto que el país se-guía en rebelión y Juárez mantenía su propio gobierno contra los invasores, terminótrágicamente a mediados de mayo de 1867 cuando, tomada Querétaro -último refugiodel austríaco-- por las tropas juaristas, Maximiliano fue fusilado. Su familia estabaen Europa.

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conservadores, .Y éstos proclamaron como nuevo mandatario a su jovendirigente Pedro Justo Berrlo 14.

Los jefes liberales pidieron de inmediato a JJ.lurillo que enviaratropas a A ntioquia para sofocar a sangre .Y fuego la rebelión conserva-dora, deponer .Y castigar a Berrlo .Y reimplantar el gobierno liberal.Murillo apenas dijo que lo pensaría. Cuarenta .Y ocho horas despuésde tal entrevista, apareció en el "Diario Oficial" el texto de su resolu-ción, que disponía: "Reconácese al nuevo gobierno constituido enAntioquia .Y presidido por el señor Pedro Justo Berrio .Y éntrese enrelaciones con él".

y se dispuso con toda calma Q soportar el chaparrón de la protestaliberal. Su consecuencia con la idea federalista consagrada en la Cons-titución de Rionegro, a la que casi [etichlsticamente se propuso acatar,era inconmovible. Y cuando al fin sus impugnadores habían enronque-cido, Murillo salió a dar sus razones. Después de recordarles su ju-ramento de posesión, en el sentido de que respetaría .Y haria respetarel canon constitucional vigente, .Y de recapitular lo que ese texto esti-pulaba sobre la soberanla de los Estados federados .Y la no interven-ción del gobierno central "en las luchas domésticas .Y en los negociosinternas de estos Estados soberanos", afirmaba:

"Los principios democráticos, republicanos y liberales nos ense;;an, como ca"o.sagrado, que la mayoría de una sociedad orga,,;sada es la que tie"e el derecho agobernar y a dirigir los intereses de la comunidad, y que los pueblos SO" soberano«para darse el gobiern« que a bie« te"ga", y aUff para i"surreccionarse cOfftra los que"0 sea" de su agrado o co"ve"ie"cia".

Recuerda igualmente que en esto consiste la idea liberal de lademocracia, .Y que:

"Si hubiera obrado de otro modo y hubiese declarado la guerra al "uevo gobierffod" A"tioquia, habría violado la Conslilució" desde Sil nacimie,,'o y habría faltado a misjurame",os d" magistrado y a mis pri"ciPios de partidarisla. Lo que vosotros me habéispedido, fue lo mismo que hin el gobierno del doctor Ospi"a e" 1859 cua"do declaróla guerra al gobier"o liberal de Sa"ta"der y exle"dió osi la llama reoolucio"aria ""toda la noció" ... " •

.. El 15 de junio de 1864 se reunió la Asamblea Constituyente del Estado de An.tioquia, popularmente elegida, y ante ella Berrío renunció RU mandato provisorio. Peroen forma unánime, y en la misma fecha, la Asamblea lo eligió Gobernador constitucionaldel Estado. Berrío declinó la designación pero, ante la tenaz insistencia de los consti-tuyentes. tuvo que aceptar. Berrío contaba entonces 37 años de edad.

Cf. DAVID MBJ!A VELILLA, Berrío í"timo. Bogotá, Edit. Impresa Ltda., 1975.

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De este modo supo 31 pudo zanjar brillantemente la cuestión 31sentar doctrina para el liberalismo; de conformidad con sus prístinuprincipios. Nadie, en adelante, osó remover tal cuestión de ningunamanera. Liberales 31 conservadores reconocieron la justeza de su ac-titud.

• • •y en el caso mencionado del gobierno monárquico impuesto a

México desde fuera, 31 con la complicidad de esa especie de "colabo-racionistas" locales, inevitables siempre en análogas circunstancias,Murillo resolvió desconocerlo de plano 31 evitar el establecimiento derelaciones diplomáticas con el aristócrata colonizador.

Al cónsul que Maximiliano aspiraba a situar en Cartagena, elPresidente Murillo le denegó el exequátur. Pero no detuvo ahi $U

acción americanista, sino que además lanzó un llamado a los otrosgobiernos del continente, instándolos a seguir el ejemplo colombiano.

Los contenidos efectivos de esta primera administración quedarianresumidos en los siguientes logros:

a) Pacificación, tras la guerra de 3 años.

b) Respetuosas relaciones del Estado con la Iglesia.

c) Restauración de la hacienda pública, trastornada por la guerra.

d) Puntual servicio de la deuda externa.

e) Aplicación de los principios democrático-radicales de la Cons-titución de Rionegro,

f) Restablecimiento de relaciones con los paises amigos, inclusivecon aquellos que se regian por gobiernos ortodoxos. A plicó, osi, loque h031llamariamos "pluralismo ideológico".

e) Defensa de la prensa libre e independiente.

h) Creación del "Diario Oficial", para que fuera el órgano de pu-blicidad de los actos de gobierno, incluido el movimiento de la teso-rerla nacional (Decreto de 28 de abril de 1864).

Los seis años que median entre el fin de su primera presidencia31 el inicio de la segunda, los ocupó en var;adisimas tareas: la política

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(hizo abierta oposición a Mosquero, a quien esta vez llamó "caudilloooluntarioso", y participó en la Asamblea Constituyente que expidióla Constitución del Estado de Cundinamarca); la diplomacia, comoMinistro Plenipotenciario de la Administración Acosta ante el go-bierno oenesolano, cargo en el que desplegó intensa actividad porbreoe lapso (suscribió siete tratados); en fin, como Magistrado de laSuprema Corte Federal, elegido por siete Estados, 31 en donde todavíadespachaba cuando resultó electo Presidente de la República por se-gunda vez.

Su objetivo prioritario al posesionarse el 19 de abril de 1872, fuecorregir la anómala situación que registraba lo deuda pública. En sudiscurso de posesión denunció el hecho aberrante en estos términos:"Nuestra deuda verdadera no pasa de nueve millones 31 pagamosintereses como si debiéramos cuarenta", N ofificación contundente deque llegaba al poder bien informado sobre el particular ~ decidido ainteroenir prontamente. En efecto, el 23 del mismo mes sancionó lale31que autorizaba al gobierno a negociar la conversión de la deudamediante acuerdo con los acreedores extranjeros, en una nueva obli-gación, "hasta de 7 millones de pesos 31 con el interés del cinco porciento anual".

Es lo que se denominó "la verdad de la deuda". El procedimientoconsistía en que los tenedores de obligaciones a cargo del tesoro na-cional venderían sus títulos al gobierno al precio tasado en el mercado,31 no según su oalor nominal. Pero, como la voluntad de los poseedoresdebía ser presionada de algún modo, el Ejecutivo ex(>idió un decretoque forzaba a los acreedores al arreglo esti(>ulado en la le3l, mediantela estricta fijación de la partida presupuestal que el gobierno dedi-caría cada año al pago de intereses. En nuestro actuallengllaje, diríaseque se trataba de una medida de "emergencia económica".

No obstante la opinión negatloa 31 renuente de don Migllel AntonioCaro sobre los alcances de nuestra inde(>endencia de España, (>untode oista que eminentes conservadores compartían con su ideólogo decabecera, el Presidente Murillo estableció a partir de 1872, primerode su mandato, la celehración anual en todaIa re(>ública, 31 en sussedes diplomáticas en el exterior, del 20 de julio de 1810 como fechafundamental 31 originaria de la nacionalidad colombiana, Este actoejecutivo, CU3l0objeto nos parece h031cosa obvia, era otra de aquellasoriginales 31 significativas decisiones que se atrevió a tomar Murilloa lo largo de su vida en dondequiera que ocu(>óalgún cargo oficial:en la Secretaría de Hacienda, con José Hilario López (léanse sus

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tres "memorias" ante el Congreso, las de 1850, 1851, 1852); en la/Jresidencia del Estado de Santander; en su embajada de Washington,ante el Presidente Lincoln, de quien se hi:zo verdadero amigo (his-tórica relación que aún eS/Jera ser investigada a fondo); durante su/Jrimera /Jresidencia de la Re/Jública; como Ministro ante Venesuel«y, des/Jués, en su magistratura de la SU/Jrema Corte Federal (re/Jásese,/Jor ejem/Jlo, su actuación de follador en el caso del Gobernador deCundinamarca, Gutiérre:z V'ergar«, declarado en rebeldla y destituido/Jor el Presidente Santos Gutiérrez). Y ahora, en la fase culminantede su carrera, el estadista cuya sagacidad consistía en lnterpretar ellimite /Josible de su acción en todo instante, sólo /Jermanecía fiel aesa línea de conducta que acabó identificando un estilo: audacia enla concepción del acto y prudencia suma en su ejecución.

Porque el obrar de un mandatario afecta en una u otra forma a lacomunidad en su conjunto, y /Jorque una acción u omisión suya puede,/Jara bien o /Jara mal, desatar antagonismos latentes o crear otros nue-vos: por eso el estadista ha de ser permeable a todas las ideas, peroatinando a escoger en el momento preciso tan sólo la que corres/Jondea la realidad cambiante y sin embargo im/Jerativa.

Murillo encuadra, sobre el inestable /Janorama de nuestro sigloXIX -al que algunos llamaron "iluminado"-, total y admirablementeen esta imagen que bien cabria ser tenida por clásica del hombre degobierno. Entre los años de su nacimiento y su muerte, 1816-1880, trans-curre el vertiginoso curso de nuestras b1ísquedas republicanas, avan-:zando a veces, retrocediendo en apariencia y a menudo exhibiendorasgos de barbarie. Para sorpresa de todos, Murillo no descendió jamásdel máximo nivel alcanzado por la conciencia cívica de su siglo. Lodemás será el juicio global (que en ningún caso puede ser moralizanteen el estrecho y confesional sentido del vocablo) sobre las evidentesrestricciones ideológicas que sus circunstancias de lugar y tiempo, tanespecíficas, le dictaron: toles su noción utopista o precientifica del"socialismo", o su [e sU/Jersticiosa en los "mágicos" diagramas delmodelo federal.

Jorge Morio Eastman,Cámara de Representantes

Presidente.

Bogotá, abril de 1979.

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NOTA BIBLIOGRAFICA

En la primera parte de esta compilación se reúnen losartículos y comunicaciones escritos por MURILLO TORO, comoperiodista y dirigente liberal, entre los años de 1840y 1860.Las fuentes utilizadas en esta parte fueron principalmentelos periódicos "La Gaceta Mercantil", de Santa Marta, "ElNeogranadino", "El Constitucional" y "El Tiempo".

En la segunda parte se recogen los informes y memoriaspresentados por MURILLO TORO en el desempeño de funcio-nes públicas, como Secretario de Hacienda, parlamentario y

Presidente de la República. En esta parte se incluyen espe-cialmente los informes de Hacienda de 1850, 1851 y 1852,años en que tuvo lugar Ia transformación deI orden eco-nómico heredado de la Colonia. Las fuentes utilizadas enesta segunda parte fueron especialmente los "Anales delCongreso" y el "Diario Oficial".

Expreso mi especial reconocimiento por la invaluablecolaboración que me han brindado en esta compleja tareade seleccionar el material compilado, a los eminentes inte-lectuales Jaime Mej ía y Mario Arrubla.

J. M. E.

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