La Pregunta Por La Cosa Heidegger

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    DOCTRINA KANTIANA DELOS PRINCIPIOS TRASCENDENTALES

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    LOS DISTINTOS MODOSPREGUNTAR POR COSA1. EL PREGUNTAR FILOSFICO Y CIENTFICO

    En est s lecciones pl nte mos una pregunt de l sque pertenecenalmbito de l s pregunt s fundamentales de la metafsica. Reza as:{ ues un cosa? La pregunt ya es vieja. Lo nico permanente-mente nuevo en ella es que debe ser renovadarnente preguntada.Acercade est pregunt Ques un cosa? se podra iniciarpor depronto un amplia conversacin un ntes de que est realmenteplan-teada. Estara justificadoen qerto sentido ya que la filosofa est en situacin desfavorable c d vez que comienza. Noas las ciencias; ellassiempre poseen a partir del representar del opinar y del pens r cotidia-nos un acceso y un trnsitoinmediatos. Si se toma como nic medidade tod s las cosas el represent r cotidiano entonces la filosofa sersiempre un desvaro. La comprensin de este desvaro de laactitudpen-sante slo se puede lograrpor un desplazamiento repentino. Por elcon-trario l s exposiciones cientficas pueden comenzar inmediatamentecon la presentacin de su objeto. En este caso el plano elegido no se b ndon ms un cu ndo las pregunt s lleguen a ser c d vez mscomplejas y difciles.La filosofa al contrario varia const ntemente sus puntos de vista ysus planos. En ella por eso no s be uno con frecuencia en qu se est.Para que est confusin inevitable y a menudo saludable no se acentedemasiado es necesaria un reflexin preliminar sobre aquello quedebe ser preguntado. Por otro lado esto tr e consigo elpeligrode que seh ble extens mente de la filosofa sin pens r conforme a su manera.Emplearemos est primer leccin y slo sta en reflexionar sobrenuestro propsito.La pregunt reza: Qu es un cosa? Se present en seguid unduda. Se siente uno tent do a decir: us r y gozar las cosas disponibles

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    apartar las cosas que obstaculizan, proveerse de las cosas necesarias,todo eso tiene sen tido ; pero no se puede hacer nada con la pregunta(Qu es una cosa? As es. Con ella no se puede hacer nada. Entenderamos muy mal la pregunta si quisiramos demostrar que con ella sepuede hacer algo. No; con ella no se puede hacer nada. Esta afirmacinacerca de nuestra pregunta es tan verdadera, que la debemos entenderhasta como una determinacin de su esencia. (Qu es una cosa? Esuna pregunta con la que nose puede hacer nada. En verdad no es necesario decir ms acerca de esta pregunta.Dado que estapregunta es ya muy vieja, tan vieja como el comienzo dela filosofia occidental en laGrecia del siglo VIl a.C ' o ser til caracterizarbrevemente la pregunta tambin en su aspecto histrico. la tradicinnos ofrece una pequea historia acerca de esta pregunta. Platn la haconservado en su dilogo Teeteto (174 a sq. : wcrm:p KCd. 8a.t... v crpo-vouovrc xcl dvw pMn:ov-ra,necvta epcp, 8pa.T't. S l l T ~xci xapwcra t } E p a i c a l v ~ u n O C K w ~ m kwcmx; tu l8V v o0pa.vwn:POODllOtto eiSvat, tu Mj.J.n:pocrBev aU toi3 xni n:apa n UC AuvBv01urv.8.e cuenta de Tales. que mientras se ocupaba de la bveda celeste ymirabahacia arriba, cay en un pozo. A raz de eso, una ingeniosa y bo-ita criada de Tracia se burl de l , y dijo que pretenda apasionada-rr:ente llegar a conocer lascosas del clelo, mlentras se le ocultaba aque,lo que tena ante sus pies y sus naricestPlatn agrega al relato de est a historia la frase:rcrv UPKBi C KWJlJlU ni nv,ac; 0001 v pv..ocrb

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    Sin embargo, tan pronto como nos disponemos a determinar estas cosas, nos sentimos perplejos. Pues todas estas cosas estn determinadasde hecho ya hace mucho y si no lo estn hay mtodos seguros (ciencias) y modos de proceder por los cuales se l le ga a eso. Lo que es unapiedra nos lodicen con la mayor facilidad y exactitud la mineraloga y 12qumica, loque es una rosa y un arbusto nos loinformacon seguridad labotnica, lo que esuna rana y un halcn nos lodice la zoologa; sobre 10que esun zapatoo una herradura o un reloj nos dan la mejor informacinespecializada el zapatero, e l herrero y el relojero.Nos percatamos deque con nuestra pregunta siempre llegamos tardey que nos vemos remitidos en seguida a informantes que tienen prepa-rada una respuestamucho mejor, o que por lomenos tienen experienciasy mtodos para darnos rpidamente tales respuestas. Esto no es msque una confirmacin de lo que ya habamos concedido, es decir, quecon la pregunta ((Ques una cosa? no se puede hacer nada. Pero comonos proponemos explicar esta pregunta sobre todo en relacin a las co-

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    2. Cosa en el sentido de lo antedicho pero adems planes decso-reflexiones, mentalidad hechos lo histrico3. To0do esto, y adems todo lo otro que es un algo cualquiera y nc Los l mites en los que fijamos el significado de la palabra cosa, SOlsiempre arbitrarios. Conforme a ellos cambia el mbito y la direccin denuestro preguntar.

    Entender la palabra cosa en su primer significado ms restringido),est ms cerca de nuestro uso actual del lenguaje. De acuerdo a stecada una de esas cosas (piedra, reloj, manzana rosa) es siempre algo,pero no todo 'algo nmero 5, la suerte la valenta) es una cosa.En la pregunta Qu es una cosa?, nos atenemos al primer significado. No slo por cierto para quedamos en la proximidad del uso lingstico, sino tambin porque la pregunta por la cosa, aun cuando se entienda en sentido amplio y en eernas amplio, apunta generalmente aeste mbito ms est recho y parte de l. Preguntando: Qu es unacosa? nos referimos ahora a las cosas a nuestro alrededor. Dirigimosnuestramiradaa loms prximo, a loasible. Alhacerlo, se vequehemosaprendidoevidentemente algo de la burla de la criada. Ella quiere decirque ante todo hay que tener los ojos bien abiertos a lo que nos rodea.

    3. EL CAR CTER DISTINTO DE LA PREGUNTA POR LA COSID,D,FRENTE A LOS MTODOS CIENTFICOS Y TCNICOS

    Cosa en el sentido de 10 objetivamente DIeS8nte des voi en e-Hiedra, trozo de madera tenaza, reloj, manzana, pedazo de pan ;las cosas animadas y las inanimadas rosa, arbusto, haya pino, lagarto,avispa ...

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    U m p I O , o cuando el dicho dice: No hay que apurar las cosas. Todo,aun lo que no es madera piedra, sino tarea y empresa necesita sutiempo. a quien las cosas van es aquel que tiene en orden susasuntos, y trabajos.Ya est claro: comprendemos la oalabra ~ c o s ~ en dos significadQuno ms restringido y otro ms amplio. Cosa en el sentido ms restrngi:;to es lo tangible visible, etc., lo presente fctico Vorhandene clien sentido ms mplioes todo asunto dispuesto de una u otra manea,.,las cosas que ocurren en elllMundoll, acontecimientos, sucesoiPor ltimo, hay todava un uso de la palabra en el sentido m s amplio posi-

    sentido se hace ya mucho tiempo y se hizo usual so-bre todo en la filosofa del XVITI. De acuerdo a l, habla por ejemplo$ant de cosa en si, distinguindola de cosa para nosotros)), es decir,de la cosa como {

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    sas ms prximas, es necesario aclararqu es lo qu e an queremos saber a diferencia de las ciencias.Con nuestra pregunta Qu esuna cos no queremos saber aparen

    temente qu es un granito, un slex, una piedra calcrea, o una arenisca,sino qu es la piedra comocosa. No queremos saber cmo se diferencianmusgo, helechos, hierbas, arbustos y rboles, y lo que cada uno es, sinolo que es la planta como cosa, y lo mismo nos ocurre con los animales.Tampoco queremos saber lo qu e es una tenaza a diferencia de un martil lo, un reloj a diferencia d e una llave, sino lo qu e son estos utensilios einstrumentos como cosas. Por cierto, no es de por s c la ro lo qu e queremos decir con esto, pero un a vez qu e concedemos qu e se puede preguntar de este modo, entonces subsiste evidentementeuna exigencia: qu eJ Qra saber lo quelas cosas son tenemos que atenemos a los hechos

    exacta observacin. Lo qu e la s cosas son no se puede inventar en elescritorio, ni prefijarpor afirmaciones generales. Slo se decide en los lab.9ratonos de investigacin de la ciencia y en los talleres. Si no nosatenemos a eso quedamos expuestosa la burla de las criadas. Preguntamospor las cosas, pero pasamos poral to los datos y las ocasiones que segnla opinin general nos proporcionan la informacin adecuada sobre todas estas cosas.

    En efecto parece as. Con nuestra pregunta {Ques una cos no pasamos por alto slo las piedras y los minerales individuales, las plantasindividuales y sus especies, los animales individuales y sus especies,los utensilios e instrumentos individuales. Hasta pasamos por alto losmbitos de lo inanimado, lo animado y 10 instrumental, y slo queremossaber: ,Qu es una cosa? En tanto preguntamos de este modo, buscamos aquello que hace qu e la cosa como cosa, no como piedra ni como

    m a C : 2 ~ 3 sea taL loque cosifica y condiciona be-dnifl l la cosa. No preguntamos por unacosa de especiedeterminada, sino por la cosidad de lacosa Aquello que cosifica y condiciona la cosa como cosa, no puedeser asu vez una cosa. es decir. algo cosificado, condicionado Bedingtes . Lacasidad debe ser a lgo no cosificado, incondicionado Un-bedingtes .Con la pregunta Qu es un a cos preguntamos por lo no cosificado,incondicionado. Preguntamos por lo asible qu e nos rodea, y al hacerlo -nos distanciamos todavamucho ms de lascosasms prximas qu e Tales, quien slo miraba las estrellas. quisiramos llegar,ms all de es tascosas.de toda cosa.a lono cosificado, incondicionado. all donde no haycosas que sirvan de fundamento y sostn.

    Sin embargo, slo planteamos esa pregunta para saber lo que e s un a1 Hemo s traducido be-dingt como cosc y condiciona. para que resuenen sus dos

    senudcs, el usual Bedingung, condicin; bedingen, condicionar) y el que extrae Heideggerde la cornposicn be-dinq, aprovechando la raz ding y el prefijo be- carcter de tr nst-vid d

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    piedra, lo que es un lagarto que se escurre sobre e lla, lo q ue e s unahierbaque crece a su lado, loqu e es un cuchillo qu e tenemos en la mano,sentados en la h ie rba. Queremos saber eso, algo qu e ta lvez ni losminerlogos y botnicos, ni los ni l os c uchillerosren saber, aunque crean que quieren mientras en el fondoquieren otra cosa: favorecerel progreso de la ciencia, o satisfacer el ansiade descubrimientos, o mostrar la utilidad tcnica de la s cosas, o ganarsu sustento. Eso queremos saber, lo que no slo no sa-ber, sinoque tal vez nunca saber, a pesar de todabilidad a ~ t ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ f f ~ ~ ~ ~ ~ ~ = U ~ ~or cierto nocomo tampoco nuestra duda acerca del poder el querer saber de laciencia no se dirige contra la actitud o mentalidad de personas individuales, ni mucho menos contra la utilidad y la necesidad de la ciencia.

    La pretensin de saber qu encierra nuestra pregunta es modode arrogancia que est en toda decisin esencial. Ya conocemosesta decisin, lo que no quiere decir que ya la hayamos asumido plenamente. Se trata de decidirse si queremos saber aquellocon lo cual no sepuede hacer nada. Si renunciamos a este saber y no la pregunta, todo quedar como est. Sin esta pregunta aprobaremos igualnuestros exmenes, y ta l vez mejor . Por otra parte, si planteamos estapregunta, no nos convertiremos de la noche a la maana en mejores bo-tnicos, zologos. historiadores, o mdicos. tal vez nosconvertiremos en mejores o -hablando con cautela-en todocaso en diferentes maestros, mdicos y jueces, aun cuando -e n lano se puede hacer nada con la pregunta.

    No queremos ni sustituir ni las ciencias con nuestra p reguI lta.Sin embargo, quisiramos colaborar en la de una decisin.Esta decisinreza: Ser la ciencia una medida para el saber, o unsaber en el que se determinar el fundamento y el limite de la ciencia ycon ello su verdadera eficiencia? autntico saber ser necesario,para un pueblo histrico, o se de l y conotro?

    Pero las decisiones no se elaboran hablando sobre ellas, sinocreandosituaciones y asumiendo posiciones en lasque la decisin se vuelve ineludible Situaciones y decisiones en las que el no tomar decisin, sinoeludirla. es una de las decisiones ms esenciales.Locaracterstico de estas decisiones e s que ellas se preparan por unpreguntar, con el que no se puede hacer nada el juicio corriente yla perspec tiva de las criadas. Este preguntar parece siempre ser unquerer saber mejor.frente a las ciencias. unadiferencia de gradodentrodel mismombito. Pero con nuestra preguntaestamos fuera de las ciencias, el saber al que t iende nuest ra pre-

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    gunta no es ni mejor ni peor, sino completamente diferente. Distinto dela ciencia, pero tambin de aquello se llama concepcin delmundo

    ~ ~ ~ ~ = jLa pregunta;Ques una cosa? parece ahora aclarada. Por lomenos re

    suelta en sus grandes rasgos: L 10u fue puesto en cuestin; 2.aque 10lo que se pregunta con respecto a 1 cuestionado. Locuestionado e.la { cosa en su significado estrecho que nos remite a lopresente fctico Vorhandene lAquelloque preguntarnose inquirimos acerca de la cosila cosdad, que determina a la cosa como tal a ser una cosa.A pesar del ordenamiento de la pregunta volveremos a encontramosperplejos si intentamos determinar esta cosidad de la cosa. Dnde))captamos, pues, la cosa? Adems, no encontramos en lado la

    cosa , sino siempre la cosa individual. sta o a qulla. Por es as?Ser porque nosotros chocamoscasi siempre y en forma inmediata conloindividual, extrayendo y abstrayendo luego logeneral, en este casolacosdad de lo i ndividual? es que esto, encontrar siempre slo cosasindividuales, proviene de las cosas mismas? Ysi este salirnos al encuentro proviene de las cosas, se basar en algo razonableo en un capricho ccasional? nos salen al encuentro como individuales, porqueellas en si. como cosas que son, son individuales?

    Nuestra experiencia y nuestra opinincotidiana de las cosas se inclinan sin duda hacia esto ltimo. Antesde proseguirla marcha de nuestropreguntar, es necesario intercalar una consideracin sobre nuestra experiencia cotidiana. Ni mediata ni inmediatamente hay una razn consistente paraponer en duda nuestra experienciacotidiana. Por cierto, nobasta afirmar simplemente que lo que la experiencia cotidiana nosmuestra de las cosas es lo verdadero . Tampoco basta afirmar de unmodo aparentemente ms crtico y cauteloso que como hombres individuales somos propiamente y yoes individuales, y que lo que representamos son slo imgenes subjetivas que llevamos en nosotros, yque nunca salir hacia las c osas mismas. A su vez, esta concep-en caso de ser no se supera con decir como se dice ahora ende yo, nosotros, la comunidad en lugar del individuo.Aun as queda todava la de que slo intercambiemos im-genes subjetivasde las cosas,que no sern ms verdaderas por ser intercambiadas colectivamente.18

    Descartemos ahora estas distintas concepciones sobre nuestras relacionescon las cosas y sobre la verdad de estas relaciones. Pero por otraparte no debemos olvidar que de ningn modo es suficiente invocar laverdad y la seguridad de la experiencia cotidiana. Precisamente, si laexperiencia cotidiana lleva en s una verdad, y aun una verdad de primer orden, sta debe ser fundamentada, es decir, su fundamento debeser puesto como tal, concedidoy asumido. Loqueser tanto msnecesario cuando se ponga de manifiesto que las cosas cotidianas muestran todava otro aspecto. Lo muestran desde hace mucho, y nos lo muestranhoy en una amplitud y un modo que apenas hemos comprendido y menos asumido.Un ejemplo corriente: el Solse pone detrs de la montaa, un discoresplandeciente con un dimetro que tiene como mximo de medio metro a un metro. No es necesario describir ahora todo lo que este Sol espara el pastor que retoma consu rebao desde el campo; es el 8 real,ese que el pastor espera ver la maana siguiente. Pero el Sol real ya desapareci pocos minutosantes; loque vemos es slo una apariencia causada por determinados procesos pticos. Pero esta apariencia es tambin slo apariencia, pues en realidad -as decimos- el Sol-dose pone;no se mueve sobre la Tierra y a su alrededor , s ino que , a la inversa , laTierrase mueve alrededordel Sol.Asu vezesteSol noes el ltimocentrodel cosmos. Pertenece a sistemas ms amplios, que hoy conocemoscomo sistemasde la Via Lctea y galaxias, que son de un orden de magnitud frente al cual la extensin del sistema solar debe considerarsecomo algo diminuto. Yel Solque diariamente sale y se pone se enfracada vez ms; para conservar el mismo calor nuestra Tierra deba aproximrsele cada vez ms; pero loque hace es alejarse. Esto nos arrastrahacia una catstrofe, por cierto que en lapsos en comparacin con loscuales los pocos milenios de la historia humana sobre laTierra no representan ni un segundo.

    u ~ l es elSolreal? Cul esel verdadero. elSol del pastoro elSolde lastrnomo? O es que la pregu.nta est mal planteada y s es as. porqu? Cmo se puede resolver esto? Evidentemente es necesario saberqu es una cosa, qu significa ser-cosa, y cmo se determina la verdadde una cosa. Ni el pastor ni el astrnomo pueden informar sobre estaspreguntas; ellos no pueden ni necesitan plaI1tear las preguntas para ser8 hecho lb que son.Otro ejemplo: El fsico y astrnomo ingls nqton habla de sumesa y dice que todacosa de esta especie, mesa, silla, etc., tiene un doble. La mesa nmero 1 es la mesa conocida desde la infancia, la mesanmero 2 e s la mesa cientfca.Esta mesa cientifca, es decir, la mesaque la ciencia determina en su cosdad. no consiste, segn la actual f-sica atmica, de madera, sino en su mayor parte de espacio vaco; en

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    lagarto, la hierba y el cuchil lo son ero cada caso concreto cosas aisladas.Adems: la piedra es una piedra completamente individualizada precisamente sta; el lagarto no es el en sino precisamenteste, y as tambin la hierba y el cuchillo. No hay una cosa en generalsino slo cosas particulares y las particulares son adems en cada casoconcreto st s Toda cosa es un est o concre to y no otro.Imprevistamente tropezamos con algo que pertenece a una cosa comocosa. Es una distincin que las ciencias dejan de lado. aunque parezcanse r aquello que ms se aproxima a las cosas con su afn por los hechos.Un botnico al examinar las flores labiadas no se ocupa nunca de unaplanta particular en cuanto st ella es s iempre slo un ejemplar. Lomismo ocurrecon los animales. por ejemplo las innumerables ranas y lagartijas que son sacrificadas en un instituto. La ciencia pasa poralto el esto concreto que distingue cada cosa. Tendremos, pues queconsiderar las cosas en es te aspecto? Debido a la innumerable cantidad

    de cosas no llegaremos nunca a un trmino. y repetiremos continuamente afirmaciones si n importancia Sin embargo. no nos enforma sucesiva y exclusivamente a las cosas part iculares, a estas cosasconcretas, sino a la determinacin general de cada cosa de ser un estoconcreto: a la estidad concreta Jediesheir , si se nos permite esta expresin.

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    dura; la puerta est cerrada. Pero tales cornprobacons no nos l levan anuestra meta. Quisiramos considerar las cosas en 11;::ntQ a $11 cosjda des decir, en cuanto aquello que mesumiblemente conyjene a todas las

    cosas y a cada cosa como t l. , Si las consideramos asi encontraremos: lasson particulares, una puerta una tiza, un pizarrn, etc. Ser, pues,

    particular es evidentemente un rasgo general y permanente de las cosas . Si miramos con ms detencin encontramos adems: Estas cosasparticulares son estas concretas esta puerta esta tiza, estas cosas aqu yahora, no aquellas del aula 6, ni las del semestre anterior.

    Ya tenemos as una respuesta a nuestra pregunta el Qu es una cosa?.Una cosa es siembre un esto concreto. Tratemos de comprender conmB.S exactitud en qu consiste el carcter esencial de la cosa que hemos

    ~ n c o n t r d o Resulta que la mencionada caracteristica de las cosas , se restas concretas un ((esto concreto;>, est en conexin con el espacio y eltiempo4Cada cosa es nconfundiblernentsesta concreta y no otra, por sumomentnea posicin espacial y temporal. Sin embargo surgen dudassial relacionar las cosas a una momentnea posicin espacial y temporalse dice algo sobre ellas mismas. Tales indicaciones de s it io e instanteconciernen slo. i fin, a l marco en el que las cosas estn y al cmo, esdecir, al dnde y al cundo de su estar . Se podra sealar que cada cosa ta lcomo la conccemos tiene siempre su posicin espacial y temporal yque por lo tanto esta relacin de lacosa al espacio y al tiempo no puedeser arbitraria. Estarn las cosas necesariamente en esta relacin espa-cio-tiempo, y cul ser el fundamento de esta necesidad? Estar estefundamento en las cosas mismas? SI ste fuera el caso la mencionada ca- racterstica tendra que decirnos algo sobre las cosas mismas sobre lacosidad.

    Sin embargo urca primera imnresin nos dice que espacio v tiemQoson algo exterior, a las cosas. Nos engaar esta impresin? Veamospejor. Este trozo ce tiza: El espacio mejor dicho el esoacio de esta aula-rodea esta cosa, s ise nos permite hablar, a falta deuna expresin mejor,de un rodear. Decimos que este trozo de tiza ocupa un espacio; el espa-cio ocupado est delimitado por el plano superior del trozo de tiza.Plano? mismo trozo de t iza es extenso; no slo a su alrededor ha y espacio, sino tambin sobre L y aun en l: slo que este esparioest ocupado, lleno; misma tiza consiste de esoacio en su interior por esoSimas quejo zncluve. lo.encierra r SU plano superior (s l lperf i t ie) dentroqe scomo su interior. Por tanto el espacio no es para la tiza un marco puramente exterior. Pero qu significa aqu interior? Cmo es este interior de la tiza? Veamos. Rompamos este trozo. Estamos ahora en su interior? Estamos igual que antes otra z fuera; nada ha cambiado. Lostrozos de t iza son ms pequeos; pero ahora no nos interesa si son msgrandes o m s pequeos. Las superficies quebradas no son tan lisas

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    gen de una raz comn de un tercero, o msbien de algo primero qu e noes ni espacio ni porser ms originariamenteambos? Nosocupa-rn estas y similares prequntas es decir, que no nos daremos por satisfechos de que espacio y y de que a ambos se los un a con el to-lerante y espacc y como a per ro y gato. Para fijar estaspreguntas un t i tulo las llamaremos (a pregunta espacio temporal.Usualmente entendemos espacio temporal una determinada extensin de y decimos: en el espacio temporal de cien aos; sloaludimos con ello a Junto a este uso corriente del len-

    fructfero para la usaremos la expresin espacio temporal en un sentido que apunta a la ntima unin de tiempo y espacio. Lapregunta dicha se drcr al y. El hecho d e q ue ponga-mos como trmino determinante el tiempo diciendo espacio temporal yno tiempo-espacial, indica que en esta pregunta el tiempo desempea

    especial. Esto no de nncuna manera que el espacio sederivar del ni que se a f rente a l algo de rango secun

    dario.Le meaunta .Qu es una cosa? incluve en s la pregunta acerca deues el espacio temporal la enigmtica unidad de espacio y tiempo en

    la que aparentemente se determina aquel carcter fundamentar de lacosa, ser solo un esto concreto. ,.. Puesto que la caracterizacin dada de la cosidad de la cosa tambinprovoca dudas no podemos por eso mismo eludir la pregunta por laesencia del espacio y de l Decamos: localizacin e instante convjerten tambin a las cosas absolutamente iguales en estos concretoses decir , concretamente distintosjPero en general son espacio tiemoo determinaciones de la cosa misma? Se dice que las cosas estne.,n verdad en el espacio y en el tiempo. Espacio y t iempo son un marco,un n1bito de ordenacin con cuya ayuda fijamos e indicamos la Iocallacin y el instante de las cosas particularesAPodr ocurrir qu e todacosa, si es determinada con respecto a su sitio y a su tiempo sea es taconcreta, inconfundible con otra. Pero stas slo son determi-naciones que se agregan y se aaden a la c os a desde fuera , por la relacin espacio-temporal. Con esto no se ha dicho todava nada sobre lacosa misma y sobre que la convierte en un esto concreto. Pode-mos ver fcilmente qu e detrs de esta dificultad se oculta la r l n lT I n1

    slo un marco para las cosas un sistema de coordenadas qu e como medio para poderhacer indicaciones suficientemente exactas sobre las cosas o espacio y

    distinto? LLarelacin de las cosas con ellos no sermsel habitual modo cotidiano paseamos nuestra mirada sobrelo

    que nos rodea. Podemos esta tiza es blanca; es ta madera es

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    como la superficie restante; tampoco interesa esto. En el momento enque queremos abrir la tiza, al quebrarla y destrozarla, para captar su interior, yase ha encerrado ella, y podemos continuar as hasta que todalatiza se convierta en un mantoncito de granitos. Bajo una lupa y un microscopio podemos continuar dividiendo los diminutos granitos. Nuncase puede establecer unvocamente dnde est, de hecho , el l mite de

    r esta particin llamada mecnica; en todo caso este desmenuzamiento.,;7\ no llega fundamentalmente a algo di fe rente de lo que parti. Que elt {trozotenga 4 cmo slo 41 0,004mm), ser siempreuna mera diferenciaen el unto y no en el qu Esencial.

    Al desmenuzamiento mecnico poda seguir ahora la descomposicinmolecular qumica; luego de sta, podramos remontarnos a la estructura atmica de la molcula. Pero de acuerdo al punto de partida denuestra pregunta queremos permaneceren el mbito ms inmediato delas cosas qu e nos rodean. Aunque sigamos el camino de la qumica y dela fsica, ste no nos conducir nunca ms all de un mbito mecnico,es decir, ms all de una reginen lacual algo material se desplaza deun sitio a otro, oreposa en un sitio. Sobre el fondo de los resultados de laactual fsica atmica desde que Niels Bohr construy en 1913 su modelo del tomo Tes relaciones entremateria y espacio, aunque ya no sontan simples, noson en principiodiferentes. Loque ocupa un lugar, loquellenaun espacio, debe serextenso. Nuestra pregunta era acerca del interior del cuerpoextenso, m s exactamente, qu ocurre allcon el espacio. Resulta que este interior es siempre un exterior para los corpsculoscada vez ms pequeos.Mientras tanto nuestra t iza se ha convertido en un montn de polvo.Aun si suponemos que no se ha perdido nada de la masa y qu e todava

    todo est al l, ya no es m s nuestra t iza, es decir, no podemos escribircon ella sobre el pizarrn como acostumbrbamos. Para esto hay consuelo. Pero no podemos consolarnos de no haber encontrado el espaciobuscadoen el interior de la tiza que pertenece a ella misma. Pero tal veznohemos actuado bastante rpido. Rompamos otra vez el trozo de tiza.Lasuperficie de ruptura y sus trozos correspondientes estn ahora fuera;pero la misma superficie que hace un momento era interna es justamente aquella en la cual las partculas estn ordenadas, y que siemprefue externa para esas particulas. Dnde empieza el interior de la tiza ydnde termina loexterior? Consistir la tiza de espacio? es el espacio slo un continente, es decir, lo que rodea aquello en que consiste latiza, aquello qu e la tiza esen si misma? La tiza slo ocupa el espacio; decimos que a lacosa se le concede un lugar. La concesindel espaciodicejustamente que el espacio queda fuera. Lo que ocupa el espacio formamomentneamente el lmite entre algo exterior y algo interior. Pero lointer io r es en lt imo trmino solamente algo exter io r anter io r.24

    blandocon riqor, en el espaciono hay niexterior niinterior.habr exterior e interior si no e s en el Tal vez el espacio es solamente la posibilidad de lo exter io ry inter io r, s in ser el mismo un exte-ror o un interior. La afirmacin: Elespacio es la de lo exte-rior y lo interior podr ser verdadera; sin ernbargo, lo que llamarnosposbldad est an indeterminado. Posibilidad puede si\nifi

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    Sin en relacin estn las cosas con el tiempo? En todointento de determinar esa relacin se refuerza la impresinde que espacio y son nicamente mbitos que recogen las cosas y son neutrales frente a ellas. Pero son tiles para indicaren cada caso concreto laposicin de las cosas. Dejemos por ahora en suspensola cuestin acerca de cmo son y dnde estn esos mbitos. Loque escierto es que las cosas particulares se convierten en estas concretas envirtud de esta Hay sin embargo, por lo menos como posibles,muchas cosas Precisamente si se c ontempla la pregunta a partirde las cosasmismas y no a par ti rde su marco, se ve que cada cosa noesnecesariamente un esto concreto insustituible; slo lo es con respectoa es pac io tiempo.Es cierto que uno de los ms grandes pensadoresalemanes ebnz

    que existir jams dos cosas iguales. A este respecto, Leib-niz estableci un especial que domina toda su filosofa, de laque apenas tenemos nocin. Es el pr incipium identit tis indiscemibilium, el de identidad de las cosas indscernibles. ste dice:dos cosas es dos cosas iguales, no pueden ser doscosas, deben ser la misma esto es, un cosa. Por qu?, preguntaremos.La fundamentacin que da Leibniz es tan esencial para el principiocomo para la fundamental de toda su filosofa. Las dos cosasiguales no ser dos, es decir, cada cosa es insustituiblementeesta concreta, porque no pueden existir en general dos cosas iguales.Por no? El ser de las cosas es un ser creadopor Dios, entendido estetrmino en el sentido de la teologa cristiana. Si existieran alguna vezdos cosas iguales, Dios habra creado dos veces lo mismo, repitiendosimplemente algoeterno. Pero tal accin exterior y mecnica contradicela perfeccindel creadorabsoluto, la perfectio Dei As pues, en razn delaesencia del ser, en el sentido de ser creado, nunca puede haber dos cosas iguales. tiene como fundamento principios y concepciones del ente en general y de su ser, ms o menos expresas, y adems determinadas representaciones de la perfeccin de la creacin y dela en gene:raI.Ahora no estamos suficientemente preparados para poder tomar unaposicin frente al enunciado por Leibniz y su fundamentacin.Lo que importa es ver de nuevo a qu mbitos remotos nos conduce lapregunta es una cosa? apenas se la plantea. Podra ser que aquella fundamentacin teolgica del principio fuera para nosotros rnpos-dejando de lado la cuest inde la verdad de fe de l cristianismo. Sinembarco queda ms an,ahora sale a luz que la pregunta por el carcter de las cosas, ser y estos concretos, depende completamente de la pregunta por el ser. Ser significa todava para nosotrosser c readopor Dios? Si no, signifi ca? Ser que el ser ya nonos sig-26

    nifica nada, de modo que slo vacilamos en el desconcierto? Quindecidir qu pasa con el ser y su determmabilidad?Porahora preguntamosnada ms que por las cosas ms prximas quenos rodean. Ellas se muestran comoparticulares y concretamente stas.Dela referencia a Leibniz result que aquel carcterde las cosas, ser estas concretas, puedeestar fundamentado no slo en la relacin a la posicin espacio-temporal, sino tambin de otro modo, en elser de las cosasmismas.

    6. LACOSA COMO ESTA CONCRETADejemos en suspenso la pregunta acerca del modo en que se determina el carcter de las cosas, ser un esto concreto, y planteemos una

    pregunta mucho ms preliminar, que est envuelta en las anteriores.Decamos: las cosas particulares a nuestro alrededor son estas concretas. Sidecimosde algo que encontramos que es esto decimos algo sobre lacosa misma? Esto, es decir, loqueest aqu,es decir, aquello queahora sealamos. En el estohay un mostrar, un sealar. As damos aotros queestn con nosotrosy con los que estamos, una indicacin haciaalgo. Precisamente una indicacin en el mbito del aqu, este aqu. Eleste significa con mayor exactitud: aqu en la proximidad inmediatamientras que con el aquel significamos algo ms alejado, pero an enel mbito del aqu y el all -este aqu, aquel all. La lengua latina tienediferencias todava ms netas: significa este aqu iste ((eseall, eilleaquel muy lejos:el griego h:Et -con el que los poetas nombran tambin quelloque est del otro lado. 10que nosotros llamamos elMs all.Palabras como esto, aquel, se llaman en la gramticademostrativas; las palabras demuestran sealan hacia algo... Elcarcter generalde estaspalabrasindicativas se expresa en la denominacinpronombre,nombre-para (Fr-Wort); los griegos, es decir. los gramticosque dieronla pauta de toda la gramtica occidental, decan vtlWlliu. Avreevo-

    oeu nlCut En esta denominacin de palabras como estey aquelhay una interpretacin Yconcepcin muy determinada de su esencia.Aunque esta concepcin se a caracterstica de la gramtica occidental-que a pesar de todo todava hoy nos domina- nos lleva al error. La denominacin pro-nombre -e s decir, nombre como nombre propio y comn- indica que palabras tales comoeste vienena reemplazarlos sustantivos. Tienen esa funcin, aunque no exclusivamente. Hablamos dela tiza y nodecimos siempre el nombre sinoque usamos en su reemplazola expresin esta: pero sin embargo. el papel reemplazante no es la

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    verdad del estoes algo impenetrable en su esencia.tendemos decir algo sobre la cosa, sin estar suficientemente enteradosacerca de la verdad que le corresponde? Al mismo ? c ~ ~ ~plantear la contrapregunta: cmo saber algo acercade laverdad propiade la cosa, si no conocemosla cosa misma para decir qu verdad puede y debe corresponderle?Deese modo se pone de manifiesto que no se acceder directa-mente a las cosas. Noporque seamos detenidos en el camino, sino porque aquellas determinaciones a las que llegamos y que referimos a lascosas mismas -espacio, el estoll- se dan como determinaciones que no per tenecen a las cosas mismas.Por otra part e, tampoco podemos a la in fo rmac in super fic ialque dice que si las determinaciones no son entonces sonsubjetivas)). Podra ocurrir que no fueran ni una cosa ni la otra, que ladiferenciacin de sujeto y objeto, con ella la misma relacinobjetono fuera otra cosa que un refucio usual, aunque muy cuestionable, de la filosofa.Parece que estamos ante una situacin poco reconfortante. Sin un saber acerca de la clase de verdad en la que est la cosa, noconocimiento sobre la cosidad de la cosa. Pero sin un saber acercade lacosidad de la cosa, cuya verdad est en cuestin, no hav conocimientosobre esta verdad de la cosa.Dnde haremos pie? Nos quedamos sin base. Tal vez ya estamosprximos a caer en el pozo; ya se ren las criadas ; a lo mejor nosot rosmismos somos esas criadas, es decir, nos hemos confesado en lo ntimoque tcdo este hablar del estoy de cosas semejantes,es en ltimo tr-mino fantstico Y vaCUOPorcierto que lo peor no para nuestra marcha cotidiana pero si parala losofa- sera que nos quisiramos escapar por camino sub-repticio de la emergencia sealada. Podramos decir: a pesar de todo laexperiencia cotidiana es digna de confianza; esta t iza es esta tiza, latomo si la necesito y la dejo si no la necesi to . Esto es claro como elagua. As es, cuando se t rata del uso cotidiano. Pero ahora pregunta-mos en qu consiste la cosdad de la cosa, si el esto e s una verdadera determinacin de la cosa misma. Tal vez no hemos comiJImclid otodava con suficiente claridad del esto. otra vez.Cmo y desde dnde se determina la verdad acerca de la cosa comoun esto concreto ? Llegamos as a una que ya realizHegel en su enomenologa del l. si bien elde partida, el plano, y la intencinde la reflexin en Heael eran de otrandole.Puesto que la determinacin de la cosa como un esto concretan depende del punto de vista del axoerimentador V del instante en que el

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    Con la afirmacin de que el esto es slo una determinacin subjeuvade lacosa, nohemos adelantado mucho. Con el mismo derecho podemos decirque ella es objetiva; pues o je tum significa loarrojado alencuentro. El esto se refiere a lacosa en tanto ella se nos contrapone,es decir, es objetiva Lo que es un esto no depende de nuestro humor nide nuestro capricho: si depende ser tanto de nosotroscomo de lacosa.Lo que se pone de manif iesto es esto: determinaciones tales como elesto, que usamos en la experiencia cotidiana de las cosas, noson comprensibles, en si, aunque lo parezcan. Sigue siendo cuestionable quclase de verdadsobre la cosa est contenida en la determinacin de serun esto.Se vuelve cuestionable qu clasede verdades la que tenemosen la experiencia cotidiana de las cosas; objetiva o subjetiva, ambasmezcladas, o ninguna de ellas.Hastaahora vimos slo que las cosas, ms all del mbito de la verdadcotidiana, se encuentran adems en el mbito de otras verdades Soldel pastor y del astrnomo, la mesa comn y la cientfica). Ahora vemosque tambin la verdaddel Sol para elpastor, laverdad acerca de lamesacotidiana por ejemplo,la determinacinde este 80b y esta mesa-: la

    7 Sl. BETIVO-OBJETIVO: LA PREGUNTA POR LA VERD D

    esencia original del pro-nombre. Su funcin nominativa es ms originaria. Lacomprendemos en seguidacuando nos percatamosque los artculos, el, la, lo se han originado en los demostrativos.Elartculolo ponemos antes del sustantivo. La nominacin indicativadel artculo apunta ms all que elsustantivo. Elnombrar del sustantivose cumple siempre sobre el fondo de un sealar. Esto es un demostrar,un dejar ver aquello que est presente y nos saleal encuentro. Laaccinnominativa que se cumple en el demostrativo pertenece a las accionesms originarias del decir en general; no es una mera accin sustitutiva,es decir , de segundo rango y subordinada.Para una justa apreciacin del esto es importante considerar lo dicho. De algn modo est presente en toda nominacin como tal. Las o-sas en cuanto nos salen al encuentro, tienen el carcter del esto. Perocon estodecimos sin embargo que el esto no es un carc terde la cosamisma. El estoafecta a las cosas solamente en u nto stas son objetode una indicacin. Los hombres, que al hablar y al mentarusan tales palabras demostrativas, siempre son sujetos particulares. En lugar de serun carc ter de la cosa misma el esto es slo un agregado subjetivonuestro.

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    sujetotiene en cada caso concreto laexperiencia de la cosa, surgi laob- de que esta determinacin es slo subjetiva.es lo que hace que esta tiza sea esta concreta y no otra? Slo laCircunstancia que ella est justamente aqu. adems ahora aqu. Elel ahora la convierten en st Con la deterrrinacn indicativa

    sta establecemos una relacin al aqu. es decir, a un sitio, esdecir, alespacio, y del mismomodo al ahora, al tiempo. Esto yalo sabemos, por lomenos en general. Pero ahora prestamos atencin a la verdad de la tizaen est la tiza . Esto es una verdad; el qu y el ahoradeterminan l tiza de tal modo que acentuamos: l tiza, loque quieredecir: sta. Pero todos stos son lugares comunes casi ofensivos. Pero queremos dar otro paso, y exprimir an ms la verdad vulgar acerca de lacosa. Hasta vamos a anotar la verdad sobre la tiza para que esta perla nose nos escape.

    Para esto tomamos un papelito y anotamos la verdad: u est latza Colocamos esta verdad escrita junto a la cosa cuya verdad es. Terminada la clase se abren las dos puertas, se ventila el aula, hay corrientes de aire y suponcarnos el papelitose vuela alpasillo. Un estudianteloencuentra en su camino al comedor, y lee la frase: aqu est la tiza , yconstata que eso es completamente falso. Por lacorriente de aire la verdad se ha transformado en falsedad. Es notable que una verdad .dependa de una corrientede aire. Nocuentan acaso los filsofos que la verdad esalgo que vale en que es supratemporal y eterna; y ay de quien

    que la verdad no es eterna Esto significa relativismo, que ensenaque todo es slo relativamente verdadero; en parte si y en parte no; nadaqueda firme. Sellama a esas doctrinas, nihilismo. Nihilismo, nada, filo-so.a de la antheroco, filosofa de la cura y deldesconsuelo el de estos ttulos banales es inagotable. Elhom-bre de lacalle se siente aterrado al or estos nombres, y con ayuda de esepavor se refuta la filosofa en cuestin. [Esplndidos tiempos, en que nisiquiera en la filosofa se necesita ya la reflexin, tiempos en los quecualquiera se encarga, por orden superior. de provocar tales pavoresdespus de todo estose pretende todava que la verdad dependa de unacorriente de aire pretende? Me pregunto si no ser as.En ltimo esto ocurre tal vez slo porque hemos anotado me-dia verdad, c onfindola a un fugaz. Aqu est la tiza, y est de- s hor Determinaremos el ahora con mayor exactitud. Para que laverdad anotada no librada a un golpe de viento, escribiremos laverdadsobre el ahora con ello sobre la tiza, sobre este slido pizarrn.Ahora ahora? Escribimos en el pizarrn: Ahora es de tarde.Bueno, precisamente esta tarde. Despus de la leccin, supone-mos, se cerrar el para que nadie pueda acercarse a la verdadano-tada, a lterar la secretamente. Maana temprano entrar el bedel para30

    1lltfif

    limpiar el pizarrn; leerla verdad ahora es de tarden, y encontrar queesta proposicin es falsa y que este profesor se ha equivocado. Por la noche la verdad se ha vuelto falsedad.Notable verdad Tanto ms notable, cuanto que cada vez que busca-mes una informacin segura sobrela tiza, ella misma estaqu y en cadamomento concreto ahora aqu, es una cosa que est aqu y ahora . Lonico que cambia es siempre la determinacin delaqu y el ahora, y porconsiguiente, de la cosa; sin embargo la tiza permanece como un esto.As pues, esta determinacin pertenece a la cosamisma. El esto es, enconsecuencia, una determinacin universal de la cosa, pertenece a sucasidad. Pero la universalidad del estoexige que se la determine encada caso como momentnea. La tiza no podra ser para nosotros lo quees, es decir, un tiza, es decir, sta y nootra, si no tuviera el carcterdelaqu y del ahora. Cierto, diremos. la tiza para nosotros es siempre unesto;pero al finnosotros queremossaberqu es la tiza por s Con estepropsito, hemos independizado de nosotros la verdad sobrela tiza, y lahemos confiadoal papel y al pizarrn. Yhenos aqu: mientras que en laverdad se pretenda conservar algo sobre la misma tiza, la verdad setransform en falsedad.Esto nos da'un indiciopara buscar la verdad sobre la cosa por otro camino, es decir, buscarla de modo que en lugar de confiarlas verdades alpapelito y al pizarrn, las retengamos en nosotros, las guardemos, mu-cho ms que hasta ahora, en nosotros, eliminando o aun soportando eseextrao miedo ante el subjetivismo. Podra ocurrirque cuanto ms comprendamos la verdad de la tiza como una verdad nuestra, ms nos aproximamos a loque es latiza pors. Se ha mostrado repetidamenteque laverdad sobre la cosa est en conexin con espacio y tiempo. De acuerdoa eso se puede suponer que al penetrar profundamente en la esencia deespacio y tiempo nos aproximamos ms a la cosa misma, si bien an seconserva la apariencia de que espacio y tiempo son solamente marcospara la cosa.Por ltimo surgir la pregunta si la verdad de la co sa no es ms quealgo que sele agrega a lacosa y se le aade con ayuda de un papelito osi a la inversa ser la cosa misma la que est suspendida en la verdad,como lo est en elespacioy enel tiempo; sila verdad es tal que ni pendede la cosa, ni est en nosotros, ni en alguna parte en el cielo.Todas las reflexiones anteriores no han servido probablemente msque para confundirnos acerca de la cosa y provocar un torbellino ennuestra cabeza. Por cierto, ste era el propsito. No para quedarnos enesa confusin. claro est, sino para hacer notar que el trato despreocupado y ligero con las cosas se vuelve otro asunto en el momento en quequerernos saber qu pasa con la cosdad de la cosa.Si recordamos ahoranuestra actitud inicial podemos apreciar enbase

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    concretamente: Como qu se nos muestran las cosas? Dejemos delado que sea rosa. perro, u otra cosa. slolo que las cosas son constantemente: que tiene tales ycuales propiedades. algo u tiene tal o cual conformacin. Estees el soporte de las propiedades; el en cierto modo a lasconformaciones; este algo es lo permanente hacia lo cual retornamos,como hacia lo mismo, al la s propiedades. As son pues las cosas.Qu es por consiguiente una cosa? Un ncleo rodeado por muchaspropiedades cambiantes, un soporte que sustenta estas propiedades,algo que posee. que tiene en si lo otro. Por ms que le demos vueltasla estructura de las cosas se nos muestra de esta manera; y alrededorde ellas est el espacio y el como su marco. Todo esto es ta nevidente Y natural que casi da vergenza exponer tales lugares comunes. Todo esto e s ta n patente que no se ve pordamos tantos rodeos, y hablamos del esto, demetafsicos cuestionables, de de verdad y cosas por el est ilo.Decamos que la consideracin deba mantenerse en el mbito de laexperiencia cotidiana. Qu est ms cerca, que el tomar las cosascomo son? Podramos continuar con la descr ipcin de las cosas y decir: si una cosa cambia sus esto puede tener sus efectossobre otra. Las cosas actan y ofrecen resistencias entre de talesrelaciones entre las cosas surgen entonces otras propiedades, quecosas tambin tienen.

    Esta caracterizacin de las cosas su conexin coincide con lo quel lamamos la concepcin natural del mundo. Natural porque enella seguimos siendo enteramente naturales . y descartamos todametafsica vacladora y todas las teoras intiles y raras sobre el conocimiento. Seguimos siendo naturales y deiamos a las mismas cosassu propia naturaleza .

    y si dejamos intervenir la filosofa buscamos informacin en ella,se ve que tampoco la filosofa otra cosa desde sus comienzos. Loque dijimos sobre la cosa -que es un soporte de muchas propiedadeslo dijeron ya Platn, y sobre todo Aristteles. Ms tarde se lo ha expresado ta l vez con otras palabras y conceptos; pero en el fondo siempre se quiere decir lo mismo, aun cuando los puntos de vista filos-ficos son tan distintos como por los de Kant.Kant en la rtica de la razn pura lo enuncia como prncpoTodos los fenmenos [es decir, todas las cosas para contienen lo permanente sustancia como mismo. y lo mutable comosu mera determinacin, es deci r, un modo en que existe el objeto.Qu es, pues, un a cosa? Una cosa es el exis-tente de muchas propiedades que estn presentes en l y cambian.Esta respuesta es tan natural que domina tambin el pansa-

    8. LACOSA COMO SOPORTE DE PROPIEDADES

    al ir Yvenir particular e intencionado del preguntar. por qu nos hemosaproximadotan poco a lacosamisma. Comenzamos con la afirmacin deque las cosas a nuestro alrededor son particulares. y estas cosas particulares son estas concretas. Con esta ltima caracterizacin nos hemos introducido en el mbito de la indicacin de las cosas. Visto a la inversa,en el mbito del modo en que las cosas nos salen al encuentro. Indicacin y salir al encuentro significan en general el mbito en que tambinnos hallamos nosotros, los pretendidos sujetos. Si queremos captareste mbito. nos encontramossiempre con el espacio y el t iempo; lohemos llamado el mbito espacio-temporal que posibilita la indicacin y elsalir al encuentro; el mbito que rodea las cosas, que se manifest encada caso por la forzosa remisin al espacio y l tiempo.

    l vez l nicamanera en que podemos averiguar y saber l o de lascosas es mantenindonos en el mbito en que ellas nos salen al encuentro..Mientras tanto no nos libramos de estaduda: ser que por lomenosdentro de este mbitoaccedemos a lascosas mismas. y que dentro de lnos encontramos junto a ellas Sies as, entonces a partir de aqupodremos averiguar lgo sobre las cosas mismas, es decir, obtener una representacin d e s u misma estructura. Por eso es aconsejable dejar de unavez de lado. decididamente. el marco que rodea las cosas, y fijarse exclusivamente ensu estructura. apretensin de recorrer este caminoes tanjustificable como la anterior.Preguntamos otra vez: Qu es una cosa? Cmo es su aspecto>, Si

    bienhemos apuntado a la cosidad de la cosa, procedemos ahoracon cautela, nos detendremos por lo pronto en las cosas particulares, las observaremos y retendremos lo observado. Una piedra: es dura, gris, de superficie rugosa, tiene una figura desigual, es pesada, y consistede talesy cuales materias. Unaplanta: tieneuna raz, tallo, y hojas; stasson verdes. dentadas, el tallo de la hoja es corto, etc. Un animal tiene ojos yodos; puede moverse de un lado a otro, tiene adems de los sentidos,aparatos digestivo y reproductor, rganos que usa, produce, ye n ciertomodo renueva. Llamamosa esta cosa cu lque a la planta que tambintiene rganos- un organsmo. Un reloj tiene un juego de ruedas, un resorte. y un cuadrante, etctera.

    Podamos proseguir indefinidamente. Lo que observamos de esemodo es correcto. Los datos que recogemos son tomados fielmente deaquello que las cosas mismas nos muestran. Preguntemos ahora ms32

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    proposicininformacincomunicacinexpresin

    enunciados de ...enunciados sobre...enunciados a ..expresarse...

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    Alquien que es llamado al tribunal como testigo rehsa declarar. Estosignifica por de pronto que lno dice nada, se guarda para s lo que sabe.Declaracin est tomado aqu en el sentido de comunicacin enunciat iva. como opuesto a ccultarnient. Cuando se hace una declaracin,sta noconsiste por lo general en palabras particulares aisladas, es unrelato. Eltestigo que se decide a declarar cuenta. En este relatose hacendeclaraciones sobre hechos. Las declaraciones presentan el caso, porejemplo el proceso y las circunstancias de un intento de robo presenciado. Eltestigo declara: la casa estaba oscura, las celosas estaban cerradas. etctera.La declaracin el sentido amplio de comunicacin consiste ellamisma en enunciados en sentidoms estricto, es decir, en proposiciones. Enunciar aussagen en el sentido ms estricto no significa pronunciar heraussagen , s ino el dec ir sagen que da informacin sobre lacasa, su estado, y toda lasituacin de las cosas. Enunciar significa ahoradecir algo sobre.. ..en vista a lasituacin y circunstancias, desde ellas ya partir de ellas; enunciado, es decir, informacin sobre ... Esta informacinse da haciendo enunciado de aquello sobre lo cual se habla, sobre lo

    laestructura de la esencia de la cosa a partir de la esencia de la mismaverdadVerdad es adecuacin a las cosas. coincidencia con las cosas. Pero,qucarctertiene aquello que se adecua? Qu es lo coincidente? Quesaquello de locual se dice que es verdadero o falso? La comprobacinde aquello que es verdadero o falso, resulta tan natural como la comprensin de la verdad en cuanto coincidencia con las cosas. Lo verdadero. lo que encontramos. establecemos. difundimos y defendemos. loformulamos con palabras. Pero una palabra particular -puerta, tiza,grande, pero, no es ni verdadera ni falsa. Sloes verdadera o falsa unaunin de palabras: la puerta est cerrada; la t iza es blanca. A esta uninde palabras la l lamamos un enunciado simple. ste es o verdadero ofalso. Por lo tanto el enunciado es el sitio y la sede de la verdad. Por esodecimos simplemente: talo cual enunciado es una verdad. Verdades yfalsedades son enunciados.Cmo est constituida una verdad en cuantoenunciado? Qu es unenunciado? El nombre enunciado es multvoco. Distinguimos cuatrosignificados estrechamente unidos, y que nicamente en esa unidadofrecen el cuadro completo de la estructura de un enunciado:

    DE LA COSA

    - lo que desde siempre est ya con, lo que tambinse ha presentado con- accidenssustrato

    9. ESTRUCTURA ESENCIAL DE LAY DE LA PRi Pi S][Cl N

    2. substanra3. soporte

    La pregunta HUu es una cosa? est decidida desde hace muchocon aprobacin general, es la pregunta, evidentemente, ya noes ms una pregunt a.Adems la respuesta a la pregunta, esto es, la determinacin de lacosa como sopor te existente de las propiedades presentes en ella,est fundamentada en una manera que no puede se r superada, alque la de su verdad. Pues tambin la funda-mentacin es tan natural, y por eso tan corriente, que se la debe expresamente destacar para que sea notada.

    qu reposa esa fundamentacin de determinacin corriente dela esencia de la cosa? En nada menos que en la esencia dela misma verdad. Verdad -qu s igni fica eso? Verdadero es lo quevale. Vale que coincide con los hechos. Coincide cuando seorienta segn los es decir. se adecua al modo en que la s mis-mas cosas son. En consecuencia. verdad es adecuacin a las cosas, Esevidente que no slo las verdades particulares deben adecuarse a la scosas sino tambin la esencia de la misma verdad. Siverdad es exactitud. a. .. , entonces, evidentemente, estodebe valer con ms razn para la determinacin de la esencia de laverdad: ella debe adecuarse a la esencia de las cosas a la cos idad). Apar ti r de la esencia de la verdad como adecuacin se hace necesarioque la estructura de la cosa se refleje en la estructura de la verdad.Si en la estructura de la esencia de la verdad encontramos lamisma ordenacin que en la estructura de la esencia de la cosa, entonces se codr comnmh:n la verdad de la determinacin corriente de

    miento cientfico, y no slo el pensamiento teorti o sino todo tratocon las cosas, su cl culo y valoracin.La tradicional de la esencia de la cos idad de la cosala cedemos Iiiar en los siguientes trminos, conocidos y corrientes:

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    l J : fUYU \ l r vlur DELA COSA

    Yase mostr que la contestacin a la pregunta es una cosa?reza: Una cosa es el soporte de y la verdad que le corres-ponde tiene su sede en elenunciado, en la que es una uninde sujeto y predicado. Esta respuesta, as 10dijimos, es completamentenatura1, lo mismo que su fundamentacin. Ahora slo preguntaremos:Qu significa qu natural?Llamamos natural lo que se entiende sin ms en el mbito del entendimiento cotidiano por si mismo. Para un ingeniero italiano, porejemplo, la construccin de un gran bombardero se s. Peropara un abisinio de una aldeamontaesa, tal cosa noes para nada natural; no se entiende por s, es decir , nose entiende sin ms a de loque es evidente para ese hombre y su por c omparacin con lo conocido cotidianamente. Para la poca de la Ilustracin, natural era 10que se poda comprobar y a de d eterminadospios de la razn fundada en s mi sma, y que por eso perteneca a todohombreen si y a la humanidad en general. Para el Medievo fue naturaltodo loque recibe su esencia, su natura, de Dios,pero que luegose configura a smismo y en ciertomodose puede sustentar en virtudde ese origen sin posteriorintervencin de Dios.Loque era naturalparael hombredel siglo xvm.lo racional de una razn universal en l iberada de todaotra atadura, le hubiera parecido completamenteantinatural al hombremedieval. Pero tambin ocurri le contrario como lo muestra la Revolucin Francesa. De todo esto resulta que loque es natural, no es nnatural, es decir, autocomprensible para existajams. Lo natural es siempre histricoInadvertidamente nos invade una sospecha: y si esta determinacin

    de la esencia de la cosa que nos parece tan natural, no fuera demodo evidente, ni natural? En ese caso debi existir una poca en lacuaHa esencia de la cosa no estaba todava determinada de esta manera. Adems de acuerdo a esto, debi existir una poca en la queestadeterminacin esencial de la cosafue elaborada. As pues, el establecimiento de esta determinacin de la esencia de la cosa no habra cadodel cielo ya hecho en algn momento, sino que se fundara en supuestosbien determinados.As es en efecto. Todava en Platn y Aristteles podemos segun ensus rasgos principales el devenir de esta determinacin de laesencia delacosa. Noslo esto. En la misma yen el mismo contexto con eldescubrimiento de la cosa, se descubretambinla proposiciny tambin que la verdad como adecuacin a la cosa tiene su s it io en laProposicin. Esta determinacin de la esencia de la verdad, l lamada

    l

    10. HISTOmCIDAD DELA

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    que recae la informacin. Enunciarsignifica en tercer trm no tomar deloque se habla,por ejemplo, de lacasa, algo que le conviene, y esto, conferirselo y adjudicrselo expresamente como lo que le con-viene. Loenunciado en este sentido, lo llamamos predicado. El enunciado en eltercer sentido es predicativo: es la proposicin.Elenunciado es por lo tanto esa triplicidad: una proposicin que informa, convirtindose esa informacin, cumplida expresamente con respecto a otros, en comunicacin. La comunicacin es acorde, cuando lainformacin es correcta, es decir, cuando la proposicines verdadera. Elenunciado como proposicin, como enunciar a, de es la sede de laverdad. En la estructura de la proposicin, es decir, de una verdad simple, distinguimos sujetoy predicado y cpula. Laverdad consiste en queel predicado conviene al sujeto, y est puesto y dicho como convenienteen la proposicin.La estructura y los componentesde laestructura de laverdad, es decir, de la proposicin verdadera sujeto y predicado), estnexactamente adecuados a la cosa como soporte y a sus propiedades, enla cual se orienta la verdad como tal.

    Laesencia de la verdad, es decir , la estructura de la proposicin verdadera, nos proporciona una prueba inequvoca para laverdad de la determinacin que se a tr ibuye a la estructura de la cosa.S revisamos una vez ms todo loque caracteriza la respuesta a nuestra pregunta Qu es una cosa?, podemos sealar tres determinaciones.1. La determinacin de la cosa como sopor te de propiedades se dacon toda naturalidad desde la experiencia cotidiana.2. Estadeterminacinde lacosidad se formul en lafilosofaya desdela antigedad, porque ella misma se ofrece evidentemente como natural.3. Lavalidez de esta determinacinde la esencia de lacosa est finalmente comprobada y fundamentada en la esencia de la misma verdad.esenciade la verdadque es, de igual modo, evidentepors,es decir, natural.Una pregunta que se puede contestar de una manera tan natural y quepuede fundamentarse en todo momento con la misma naturalidad, noesya en serio una pregunta. Querer mantener en pie la pregunta sera unaobstinacin ciega o una especie de locura que se empecina en est rellarse contra lo natural, y contra lo incuestionable. Haremos bien enabandonar la pregunta de por s yadecidida Ques una cosa? . Antesde abandonar expresamente esta pregunta liquidada, intercalaremosotra pregunta.

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    natural, qu e nos una prueba para la certeza de la determinacin de la esencia de la cosa, este concepto natural de la verdad tampoco es natural sin ms.Por eso la visin natural del mundo a la qu e nos referamos perrnanenternente no es evidente por s. Sigue siendo cuestionable. Lo naturain, ta n es en un sentido primordial algo histrico. Podra serqu e en nuestra visin naturaldel mundoestemos dominados por un a interoretacin secular de la cosidad de la cosa, y qu e entre tanto las cosasnos al encuentro de un modo completamente distinto. La pregunta que hemos intercalado sobre lo qu e significa natural,nos rnpe-

    despus de la respuesta anterior, considerar irreflexivamentecomoresuelta la pregunta es un a cosa?. Parece qu e slo ahora la pre-

    se determina con mayor concrecin. La misma pregunta se havueltohistrica. En la medida en qu e nos driqmos hacia las cosas, aparentemente libres desprejucados, y decimos q u e s o n soportes de propiedades no somos nosotros quienes observamos y hablamos sino unaanticua tradicin histrica. por qu no querernos dejaren paz estahistoria? Ella no nos Con aquella concepcin de lacosa nos en-contramos cmodos. au n en el caso de que aceptemos la historia deldescubrimiento la de la cosidad de la cosa, no cambia

    eso las cosas. El tranva seguir marchando igual que antes. latiza ser t iza, la rosa rosa, y el gato gato.Ya en la clase: la f ilosofa es aquel pensar con elcual no se hacer nada inmediatamente. Pero tal vez s mediata-mente es decir, ciertas condiciones y por caminos que no parezcans in m s abiertos y por la filosofa.Bajo determinadas condiciones: si nos sometemos por ejemplo l esfuerzo de pensar a fondo la situacin interna de la ciencia actual, tantode lo inanimado como de animado y si pensamos a fondo la relacinde la tcnica industrial y nuestra existencia se nos aclarar esto: el sabe r y el preguntar ha n llegado a lmites qu e muestran que falta unarelacin a l a s c o sa s qu e por el progreso de los descubrimientos y los xitos tcnicos, slo se produce la ilusin de' esa relacin.Sentimos que ser cierto lo qu e la zoologa y la botnica investigansobre los animales y las y la forma e n q u e lo hacen. Pero, sonsos todava animales sern mquinas arregladas de an-temano a las qu e se le s concede a lo sumo que son ms listasquenosotros?Podramos ahorrarnos por cierto el esfuerzo de pensar hasta el fondoestos caminos. Podramos seguir atenindonos a lo qu e encontramosnatural, es decir, a con respecto a lo cual no se p i en s a m snada. Podramos qu e la irreflexin se convierta en la medida de lascosas. El tranva seour corriendo cual. Pues las decisiones se tomen o38

    III\\;1(

    no, noocurrenjunto al tranva y la motocicleta, sino en otra parte -e n elmbito de la libertad histrica, es decir, all donde una existencia histrica se decide por su razn fundamental y all donde decide qu gradode libertad de saber elegir, y lo qu e podr como libertad.Estas decisiones son diferentes en diferentes pocas y en diferentespueblos Nopueden ser forzadas. Con el grado de la libertad momentnea de saber , libremente escogido, es decir , con la inexorabilidad de l

    preguntar un pueblo siempre crea su propio rango de existencia. Losgriegos vieron en el poder preguntar toda la nobleza de su existencia; supoder preguntar fue. para ellos la medida de la delimitacin f rente aaquellos qu e no pueden ni quieren preguntar. A stos los llamaron brbaros.Podemos dejar en paz la pregunta de nuestro saber acerca de la s co

    sas, y creer q ue u n d a se arreglar por s mismo. Podemos admirar losxitosde las ciencias y la tcnica actuales sin saber cmo se llega ellas.Sin saber por ejemplo, qu e la ciencia moderna fue posible slo por un adisputa con la sabidura antigua su s conceptos y principios, realizadadesde aquella primigenia pasin por el preguntar. No necesitamos saber nada de eso, y podemos creer qu e somos ta n magnficos qu e todo esotiene que venir como regalo del cielo.

    Pero tambin debemos estar convencidos de lo ineluctable de un preguntar que debe superar todo lo anterior en alcance, profundidad y seguridad, porque slo de es e modo dominaremos loque de otra maneraavanza sobre nosotros con su naturalidad cotidiana.Las decisiones no se deciden con frases, s ino slo por el t rabajo. Nosdecidimos por el preguntar por un preguntar circunstanciado y prolon

    gado, que durante decenios ser nicamente un preguntar. Entretantootros podrn difundir tranquilamente sus verdades. Nietzsche escribiuna vez en uno de su s paseos solitarios:

    Terrible reflexin: volverse consciente no como individuo sino comohumanidad. Meditemos sobre nosotros mismos, retornemos con el pensamiento: recorramos los pequeos y los grandes caminos La voluntde dOJl Jnio n. 585 .Aqu recorremos slo u n p eq ue o camino, el pequeo camino de lapequea pregunta (Qu es un a cosa?. Result qu e las determinaciones aparentemente evidentes no so n naturales. Las respuestas quedamos, surgieron ya en pocas antiguas. Cuando en apariencia preguntamos en forma natural y desprejuc d por la cosa, ya hay en la pregunta un pre-juicio sobre la cosidad de la cosa. En la forma de la p re gunta habla ya la historia. Por eso dijimos qu e la pregunta es histrica.Encontraremos all un a indicacin determinada para nuestro proceder,si es que queremos plantear la pregunta con suficiente comprensin.Qu debemos hacer si la pregunta es histrica? Qu significa aqu

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    La quietud del acontecer de los pasados puede tenerdiferentes figuras y fundamentos. Veamos m s de cerca pasa a este respecto con nuestra pregunta. Decamos qu e en la de y Aristteles se form la determinacin de la cosa como soporte de propedades. En la misma po ca se ll eg al decubrrnento de la esenc ia de laproposicin. Contempornea a ellas naci la caracterizacin de la ver-da d como adecuacin del percibir a las cosas verdad qu e tiene su sitioen la proposicin.Todo esto puede mostrarse en forma clara y detalladaen los dilogos y tratados de P la tn Ari sttel es . Tambin podernosmostrar cmo estas doctrinas sobre la cosa la y la V CJl U < U .cambiaron en la Stoa cmo en la escolstica aparecen de nuevo diferen-ciaciones Yotras au n en la poca moderna y en el idealismoale-mn. De este modo contaramos un a historia sobre la pregunta perode ningn modo preguntaramos histricamente es decir que quedarasin tocar la pregunta Ques un a cosa Elmovimientoslo consistiren la contraposicinde teoras por medio de un relato. Perosacaremoslapregunta Ques una cosa de su si introducimos en determi-nadas posibilidades las determinaciones platnico aristotlicas sobre lacosa la proposicin y la verdad y la s sometemosa un a decisin. l- u l l1lntamos: e s por casualidad qu e son contemporneas la pelaesencia de lacosa y la determinacin de la esenciade la proposicin yla determinacin de la esencia de la verdad ose interrelacionan todasellas necesariamente? Sias ocurre o se interrelacionan estas de-:terminaciones? Habremos dado un a respuesta a esta pregunta si nos re-ferimos a aquello qu e mencionamos para la fundamentacin de la cer-teza de la determinacin de la esencia de la cosa. Hemos vis to qu e ladeterminacin de la estructura esencial de la verdad t iene que orien -tarse -sobre la base de la esencia de la verdad como certeza- en la es-t ructura esencial de las cosas . Con ello se ha concretado una determi-nada conexin entre la esencia de la cosa la esenciade la proposicin yla esencia de la verdad. Esto se ve tambin en el aspecto exterior de laordenacin de ladeterminacinde la cosa y de la proposicin en la cualla relacin sujeto predicado est en cuarto pg. No debemos olvidar sin embargo qu e hemos introducido la indicacin sobre laconexin as considerada. como la comn y natural de lapregunta. Pero esta concepcin natural es en absoluto Estosignifica que su supuesta solidez se disuelve en un a seriede precuntasstas rezan: la estructura de la esencia de la verdad de la proposcnfue adecuada a la estructura de la cosa? O a la inver sa se laestructura de la e se nc ia de la c os a como so po rt e de p ro pi ed ad es de

    11 VERDAD PROPOSICIN

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    histrico?En una primeraaproximacinafirmbamos: la respuesta co-rriente a la pregunta por la cosa t iene su origen en un a poca anteriorpasada. Pudimos mostrar que desde entonces el tratamiento de la p re -gunta sufri diversas aunque no decisivas alteraciones; qu e en el correrde los siglos surgieron diversas teoras sobre la cosa sobre la proposi-cin ysobre la verdad relativa a lacosa. Se puede mostrarpor eso qu e lapregunta y la respuesta tienen como se dice un a historia es decir unpasado. Pero cuando decimos que la pregunta Qu es un a cosa eshistrica noes eso precisamente lo qu e queremosdecir. Aquel relato so-br e el pasado en ciertomodo sobrelos pasos previos de la pregunta porla cosa trata de algo qu e yace inmvil; esta forma del relato histrico esun a inmovilizacin expresa de la historia mientras que sta e s u n acon-tecer. Preguntamos histricamente cuando preguntamos por lo qu e to-dava acontece au n cuando en apariencia ya ha pasado. Preguntamospor loque todava acontece y s ies tamos a la altura de este acontecer demodo que l pueda desenvolverse.Poreso no preguntamos por opiniones ni posiciones ni proposicionesanteriores sobre la cosa para ordenarlas sucesivamente como las lanzasde distintos siglosen un a coleccinde armas. No preguntamos en abso-luto por lafrmula yla definicin de laesencia de la cosa. Estas frmulasson el residuo y elprecipitado de posiciones fundamentales qu e asumiy adopt la existencia histrica en medio del ente en su totalidad. Peropreguntamos por estas posiciones fundamentales por el acontecer enellas por los movimientos tUoo3m.entales qu e acontecen en la exis ten-cia movimientos qu e aparentemente ya no lo son porque ha n pasado.Pero si un movimiento no escornprobable no por eso ha desaparecidopuede estar en el estado de quietud.Loque nos parece pasado es decir un acontecer qu e no existe mspuede ser quietud. Y esta quietud puede tener una plenitud de ser y derealidad que al fin supera esencialmente la realidad de loreal en elsen-

    tido de la actualidad.Esta quietud de l acontecer no es ausencia de la his toria s ino un aforma bsicade su presencia. Loque conocemos generalmente como pa-sado y lo que nos representamos en primer trmino como tal es casisiempre slola actualidad de un momento pasado loqu e en aquel mo-mento suscit el inters o hizo mucho ruido lo qu e pertenece siempre ala historiapero no propiamente historia. El mero pasado no agota losido.ste est presente west todava y su formade ser es un a peculiar quie-tu d del acontecer cuya forma se determina a partir de aquello qu e acon-tece. La quietud es slo un movimientoque se detiene en s y es con fre-cuencia ms inquietante que ste

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    1 eL nota 1. pg. 13

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    que se reflejan mutuamente, porque am bas determinan e n comndesde una raz m s profunda? Qu ser y dnde estar este funda-mento comn para la esencia de la cosa yd e la proposicin y para su ori-gen? Lo incondicionado? Dijimos al comienzo: lo que condiciona laesencia de la cosa en su cosidad no puede ser ya una cosa y algo condi-cionado debe se r algo in-condicionado y no cosificado. Pero la esenciadelo incondicionado se determina tambin poraquello que se establececomo cosa y como condicin cosfc nte Be dingungy Sila cosa es con-siderada como en s creatum como ente creado por Dios entonces Dios eslo incondicionado en el sentido del Antiguo Testamento. Si la cosa esconsiderada como aquello qu e est frente al yo corno objeto es decircomo no yo entonces lo incondicionado es el yO. el yo absoluto delidealismo alemn. Que lo incondicionado sebusque ms all o detrs delas cosas o en ellas depender de lo que se entienda como condicin yser condicionado.

    Con esta pregunta penetrarnos en la direccin de un posible funda-mento de la determinacin de la cosa yd e la proposicin ydesu verdad.De este modo se han conmovido los puntos de partida de la pregunta ini-cialpor la cosa. Aquel acontecer de la determinacin anteriormente nor-mativa de la cosa que pareca pertenecer a un lejano pasado, pero enrealidad slo estaba estancado y reposaba desde entonces, ha sido per-turbado en su reposo. La pregunta por la cosa se moviliza de nuevodesde su comienzo.

    Con esta indicacin sobre la cuestionabilidad interna de la preguntapor la cosa quisimos aclarar nicamente en qu sentido retomamos lapregunta, como pregunta histrica. Preguntar histricamente significaliberar y movilizar el acontecer apresado y latente en la pregunta.

    Tal proceder estexpuestosin embargo a una mala interpretacin. Sepodra pensar que se trata de computar a la determinacin inicial de lacosa errores insuficiencias o imperfecciones. Esto sera un juego infan-til de la superioridad vacua y vanidosa que pueden arrogarse en todomomento aquellos que h an llegado despus. slo por llegar despus,f rente a aquellos que llegaron antes.

    En la medida en que en nuestra pregunta se trata de una crtica. no sedirige sta contra el comienzo sino contra nosotros mismos en cuantono asumirnos este principio como ta l sino que lo arrastramos con noso-tros como algo natural, es decir, como algo indiferente y falsificado.La concepcin de la pregunta Ou es una cosa? como pregunta his-trica no t iene nadaque ver con una intencin de relatar en forma mera-mente historiogrfica las doctrinas aparecidas anteriormente. Tampocotiene nada que ver con la mana de criticar aquellas doctrinas para ofre

    Ph I:O :;lClon corno i . ~ r l l d Q d de sujeto pre

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    Extrajo el hombre la estructura de la proposicin de la estruc-introdujo la estructura de la proposicin en las cosas?

    Si ocurriese esto ltimo en seguida esta cuestin ms amplia:< , ~ v , , ~ l a el enunciado, llega a ser la medida y el modelose

    cual las cosas sondeterminadas en su casidad? Puesto que la pro-poscion el el poner y el decir son acciones del hombre, re-sultana que no es el hombre se rige por las cosas sino lascosaslasque s e por el hombre, por el sujeto humano, modo en el cual secomprende usualmente el Esta interpretacin de la relacin gentica entre la determinacin de la cosa y de la proposicin parece invero

    por lo menos entre los griegos. Pero no es que ya se sabe que elpunto de vista del yo es moderno y por lo tanto no griego? No es la

    que da la medida entre los griegos? Hoy da todo el mundo hablade la Ahora bien, entre los griegos, pueblo de pensadores,aouien acu la frase: mivttov criv vef xDil:O

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    y la proposcin. Tendramos que incluir ms la totalidad de laexiste:1cia griega. sus dioses su arte. su estado. su saber para experimentar qu significa un descubrimiento como elde lacosa. En el marcode estas lecciones faltan todos los supuestos para recorrer este camino.Pero aun si estos supuestos estuviesen dados no recorrereste camino al comienzo de acuerdo a la tarea propuesta. Ya lo hemosindicado: una mera definicin de la cosa no dice mucho ni cuando la de-senterramos del pasado ni au n en el caso de que tuviramos la ambi-cin de construir una nueva. La respues ta a la pregunta es unacos tiene otro carcter. Esta respuesta no es una uncambio de posicin fundamental o para decir lo mejor con ms cautela elcambio incipiente de la asumida hasta ahoracon respectoa las cosas un cambio de preguntar y del valor. del ver del ensuma: del ser-ah Da-sein en medio de los entes. Determinarel cambiode posicin fundamental dentro de la relacin al ente es la tarea todauna poca. Pero para esto es necesar io que veamos con mirada msclara. precisamente aquello que ms nos aprisiona y nos detad en la experiencia y determinacin de las cosas . Es la moderna ciencia natural . en la medida en que se ha transformado. segn ciertas caractersticas en una forma general de pensar. Tambin en sta dominapor cierto. si bien transformado el comienzo griego. aunque no exclusiva ni preponderantemente. Pero la pregunta acerca de nuestras relaciones como tal acerca de nuestro dominio sobre la naturaleza no esuna pregunta de la ciencia natural . Esta pregunta est cuestionada ellamisma en qu ll que pregunta: Gnoshabla todava el ente como tal ensu totalidad? Ysi nos habla en meco? Tal cuestin no se decide enuna leccin. sino en todo caso en un SIglo y au n as slo si ese siglo noduerme y no nicamente cree estar despierto Sloen la controversiasesomete a decis in la pregunta.

    Una determinada concepcin de la cosa alcanz una preeminencianica en conexin con eldesarrollo de laciencia moderna. De acuerdo aesto lacosa es el punto material movido en la pura ordenacin espaciotemporal. o una composicin correspondiente de tales puntos. La cosaas determinada vale en adelante como fundamento y base de todas lascosas y ce su determinacin e Lo viviente se concibecomo una superestructura y un agregado de lo no viviente aun cuandosecreaque nunca ser explicable a de la materia inerte conde la qumica coloidal. es decir aun cuando se conserve su carcter propio. Dela misma manera se considera al utensilio y al instrumento comocosa material slo que conformada exteriormente de tal modo que adquiera un valor especial. Pero este dominio de la cosa materialcomo ver-dadera infraestructura de todas las cosas ms all del mbito delas cosas en general hasta la de lo para decirlo vul-

    Loque dijimos sobre el carcterhistrico de la pregunta Ques unacosa? es vlido para toda pregunta losofante que planteemos ahora oen el futuro; srsmpre que supongamos que la filosofa es un preguntarque se pone en cuestin a s mismo y que por eso se mueve en todo momento en un crculo.

    Alcomienzo vimos cmo se determin en primer trmino la cosa comoparticular y como un esto. Aristteles lo llama os el esto aqu.Pero la determinacin de la particularidad depende tambin en su contenido del modo en que se conciba la universalidad de lo universal delcual lo part icular es un caso y un ejemplo. Tambin a este respecto encontramos en Platn y Aristteles ciertas decisiones que tiene todavabajo su influencia nuestra lgica y nuestra gramtica. Adems vimosquepara una delimitacin ms exacta del esto recurrimos a la relacinespacial y temporal. Tambin en relacin a la deterrnrracin de la esen-cia de espacio y tiempo Platn y Aristteles sealaron rumbos en losque todava hoy nos movemosPero la verdad. nuestra existencia histrica est en vas de una trans-formacin. En caso que sta se frustre sufrir ese destino slo porque nopuede reencontrar sus propios fundamentos puestos por ella mismapara fundarse nuevamente a partr de ellos.Se ve con facilidad por todo lodicho. cul ser nuestro trabajo si que-remos movilizar la pregunta Qu es una cosa? como pregunta histrica.

    En primer trmino tendramos que movilizar el comienzo de la deter-minacin de la esencia de la cosa y de la proposicin entre los griegosno para saber cmo era antes sino para someter a decisinen qu formato v hoy rige esencialmente aquella determinacin. Por dos razonestenemos que dejar de lado en estas lecciones la explicitacin de esta ta-rea fundamental . Una es aparentemente ms externa. La mencionadatarea no quedara cumplida por elhecho de que reuniramos algunas citas de lo que Platn y Aristteles dijeron en una u otra parte sobre la cosa

    12. HISTORICID D Y DECISIN

    cer una nueva formada por la adicin de lovaledero de cada una de lasanteriores. Antes bien es necesario movilizar el acontecer inicial e interno de esta pregunta conforme a su dinamismo ms elemental aun-que inmovilizado en una quietud un acontecer que no est alejado denosotros en alguna poca pretrita sino que est presente en cada proposicin y en cada opinin cotidiana y en cada acceso a las cosas .

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    misma el ser soporte de propiedades en forma completamente generaly vaca constituir lo uno para una multiplicidad. n segundo lugar se intent caracterizar la pregunta con respecto almodo en que debeser preguntada. Result que la pregunta es histrica.Seaclar lo que esto quiere decir. La reflexin preliminar sobre nuestra

    pregunta aclara que en ella vibran permanentemente dos preguntas directrices que por lo tanto tambin deben ser preguntadas. La primerareza: dnde se encuentra algo como una cosa? Laotra: de dnde tomamos la determinacin de su casidad? Slo de estas preguntas involucradas en la anterior surgiel hilo conductor y la pauta que debemos seguir para que no Se tambalee todoen la pura casualidad y confusin ypara que la pregunta por la cosa no se quede estancada.Pero sera esto una desgracia? Esto es lo mismo que preguntar:plantear tales preguntas tiene al fin y al caboun sentido real? Sabemosque no se puede hacer nada con su discusin. Las consecuencias de noplantear o escuchar la pregunta acaban en lomismo. Sipasamos por altola advertencia de un cable de alta tensin y tocamos los hilos morimos.Sino prestamos odos a la pregunta Qu es una cosa? nopasa nada .

    Si un mdicoda un tratamiento equivocadoa algunos enfermos existeel peligro de que pasen a mejor vida. Si un profesor interpreta ante susalumnos un poema en forma absurda no pasa nadan. Pero tal vez seramejor hablar aqu con m s cautela: si no prestamos odos a la preguntapor la cosa y si interpretamos mal un poema parecera que no pasanada. Undia tal vez dentro de 50 100aos habr pasado algo sin embargo.La pregunta Qu es una cosa? es una pregunta histrica. Es ms

    importante que hablarsobre el carcter histrico de la pregunta actuaral plantear la pregunta de acuerdo a este carcter. Teniendo en Cuentalos fines y las posibilidades de estas lecciones debemos contentarnos aeste respecto con un compromiso.

    No podemos exponer el gran comienzo de la pregunta entre los griegos ni nos es posible presentar en un contexto coherente aquella determinacin de la cosa que l leg a ser predominante por la ciencia moderna. Pero si queremos estar a la altura de la pregunta es imprescindible por otra parte tantoel conocimiento de aquel comienzo comode laspocas decisivas de la ciencia moderna.

    13.

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    a una delimitacin de nuestro prop-sito. comienzo que en la filosofa a diferencia de las cien-cias no es nunca un acceso inmediato a las preguntas. Siemprey necesariamente se una introduccin. Las reflexiones prelimi-nares a nuestra pregunta es una cosa? llegan ahora a su trmino.La pregunta se ha caracterizado dos res pe tos e sencia le s:se pone en cuestin cmo se prequnta?Primerose vio lo u est en cuestin Ia cosa. Hemos iluminado conuna cierto bastante el horizonte en el que se encuentra tra-dicionalmente la cosa la su cosidad. Se asi a undoble por el marco d e l a cosa lo e spacio-temporal yel modo de darse la cosa el esto: por otro la estructura de la sosa

    garrnente por hasta el mbitode la interpretacin del lenguajede la historia de la obra de arte etc. Por por ejemplo es tan ridadesde hace la e interpretacin de los poetas ennuestras escuelas Respuesta: porque los profesores no sa-ben nada acercade la diferenciaentre una cosa y una poesa porque tratan los poemas como cosas esto porque nunca se han preocupado por

    pregunta sobre loqueuna cosa es. Que se lea ms el poema de losNibelunqos y menos Homero tendr sus razones; pero esto no cambiaes la misma antes en griego ahora en alemn. Pero losprofesores no son de esta situacin tampoco los profesoresprofesores sino toda una poca es decir nosotros mismos si node una vez.es una cosa? es una pregunta histrica. En su historia la determinacin de la cosa como lomaterialmente existente tiene

    un rango Si preguntamos realmente la pregunta es decirsi sometemos a decisin las de determinacin de la cosano podemos pasar por alto la respuesta de lapoca moderna as comotampoco debemos olvidar el comienzo de la pregunta. 4al mismo ante teda debemos preguntar esta inocentepregunta de modo que la sintamos como nuestra; de modo que no nos

    suelte ms ni siquiera cuando no tengamos ya ms oportunidad de escuchar conferencias sobre ella. Sobre todo porque stas no tienen la mi-sin de anunciar revelaciones ni aplacar angustias sino queslo sirven para tal vez loque cayen el olvido y quizs paraaclarar lo que se ha confundido.