Kraus, hans joachim. los salmos 1 - 59

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Transcript of Kraus, hans joachim. los salmos 1 - 59

1993
Tradujo Constantmo RUlz-Garndo sobre el ongmal alemán Psalmen 1 Psalmen 1-59 © Neuktrchener Verlag, Neuktrchen-Vluyn 61989 © E<hclOnes Sígueme, S A , 1993
Apartado 332 - 37080 Salamanca (España) ISBN 84-301-1170-0 (obra completa) ISBN 84-301-1171-9 (tomo 1) Depósito legal S 118-1993 Pnnted m Spam Impnme Gráficas Ortega, S A Polígono «El Montalvo» - Salamanca 1993
A la memoria de mi esposa Ingrid Kossmann
que nació el 7 de abril de 1921 y falleció el 11 de enero de 1978
CONTENIDO
Introducción 13
§ 1. El nombre del libro y su lugar en el canon 13 § 2. El texto masorético y las traducciones antiguas 15 § 3. El Salterio como colección 21 § 4. Los títulos de los salmos 28 § 5. La forma poética de los salmos 47 § 6. Las categorías y su «Sitz im Leben» 55
1. Cánticos de alabanza (;'7;,n) 63 2. Cánticos de oración (;'70n) 70 3. Cánticos del rey ('707 '\nm, Sal 45,2) 84 4. Cánticos de Sión (1'1~ ,'-ei) 87 5. Poemas didácticos . .. .. .. .. .. ... ... .. .. .. ... .. .. .. .. .. . 88 6. Salmos de festividades y liturgias 91
§ 7. La relación de los salmos con la historia de Israel 94 § 8. Sobre el origen y la historia de las tradiciones de
los salmos ... .. ... ... . ... .. .. .. .. .. .... . .. .. .. .. .. .. .. .. .. 100 § 9. Sobre la teología de los salmos 105 § 10. Excursus 125
1. Las tradiciones cultuales de Jerusalén 125 a) Los nombres de Yahvé 126 b) ¿Se celebra en Jerusalén una «fiesta de en-
tronización de Yahvé»? 132 2. La glorificación de la ciudad de Dios 137 3. Los pobres 143 4. Los enemigos 146
§ 11. Bibliografía 153
COMENTARIO
Salmo 1: La persona verdaderamente feliz 179 Salmo 2: El rey de Yahvé y las naciones 195 Salmo 3: Rodeado de enemigos 215 Salmo 4: A pesar de todas las acusaciones, seguro y protegido
por Dios . .. .. ... .. ... . ... .. .. .. .. .. ... .. .. ... . .. . ... .. .. .. .. .. . 227 Salmo 5: Súplica para que se manifieste la justicia de Dios ... 239
Salmo 13:
Salmo 14:
Salmo 15: Salmo 16: Salmo 17: Salmo 18:
Salmo 6: Oración para que Dios aleje su ira 251 Salmo 7: Apelación al justo juicio de Dios 263 Salmo 8: La gloria del creador y la dignidad del hombre 281 Salmo 9/10: Yahvé como el Salvador de los pobres y los opri-
midos 297 Salmo 11 8: Yahvé es mi refugio 315 Salmo 12: La palabra salvadora de Yahvé en un mundo de
maldad 323 Preguntas y lamentaciones junto al abismo de la muerte 331 La ayuda de Dios en un mundo dominado por la co- rrupción ... .. .. . . .... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. . . ... .. . .. .. .. .. .. .. . 339 Las condiciones para la entrada en el santuario .,. 349 La suerte dichosa ante la faz de la tierra 361 Clamor de auxilio de un inocente perseguido 377 Cántico de acción de gracias del rey después de una batalla victoriosa 391
Salmo 19: La revelación de Yahvé en el cielo y en la tierra 413 Salmo 20: Oración por el rey 427 Salmo 21: La salvación del rey elegido 437 Salmo 22: Salvado del abandono de Dios 447 Salmo 23: Protegido por la bondad y la misericordia de Yahvé 467 Salmo 24: La entrada de Yahvé, rey del mundo 477 Salmo 25: Oración pidiendo perdón y guía clemente 487 Salmo 26: Plegaria y confesión del inocente perseguido 497 Salmo 27: Confianza y lamentación de un inocente perseguido 507 Salmo 28: Clamot pidiendo auxilio y acción de gracias de una
persona amenazada por la muerte 519 Salmo 29: Poderosa manifestación de Yahvé en medio de la
tormenta .... .. .. ... .. .. . . ... .. .. . . .. .. . .. .. .. . .. .. .. ... .. . ... . 527 Salmo 30: Cántico de acción de gracias por haber sido librado
de la muerte 539 Salmo 31: Súplica, confianza y gratitud de una persona mortal-
mente amenazada 547 Salmo 32: De la dicha por el perdón de los pecados 559 Salmo 33: Alabanza del Creador y Señor del universo 571 Salmo 34: El que ha sido salvado da gracias e instruye 583 Salmo 35: Súplica de la asistencia de Yahvé contra los testigos
falsos y hostiles .. .. .. .. . .. .. .. .. .. ... .. .. .. ... .. .. .. .. ... .. .. 595 Salmo 36: La vida del impío y la felicidad de la vida en comu-
nión con Dios .... .. .. .. . .. ... . .. .. .. ... .. ... .. .. ... .. .. .. .. . . 605 Salmo 37: Instrucción sobre el gobierno justo de Yahvé ...... 613 Salmo 38: Plegaria que se eleva desde la enfermedad, la culpa
y la hostilidad ... ... .. .. . .. .. .. .. .. .. ... .. .. . .. .. .. . .. .. . ... . . 625
Salmo 39: Luchando por la esperanza y por la ayuda en medio de una vida transitoria .. .. ... . ... .. ... .. .. ... .. ... . ... .. . . 633
Salmo 40: Cántico de acción de gracias de quien ha sido sal- vado y clamor de angustia de un perseguido ... .. .. . 641
Salmo 41: Perseguido traidoramente por amigos 653 Salmo 42/43: Nostalgia del lugar en que Yahvé está presente 661 Salmo 44: Cántico de oración del pueblo consciente de su ino-
cencia 673 Salmo 45: Cántico para la boda del rey .. ... .. ... .. .. ... .. . ... .. .. . 683 Salmo 46: Castillo fuerte es Yahvé 697 Salmo 47: Regocijo por la triunfante ascensión de Yahvé 709 Salmo 48: La gloria de la ciudad de Dios 719 Salmo 49: De la vanidad de la riqueza humana 729 Salmo 50: La manifestación de Yahvé para celebrar juicio 741 Salmo 51: Oración pidiendo el perdón de la culpa y la renova-
ción del corazón 759 Salmo 52: Castigo del rico que ejerce la violencia 775 Salmo 54: Súplica en medio de la opresión por los enemigos... 783 Salmo 55: Oración de quien se haya rodeado y desamparado y
ha sido traicionado por su amigo .. ... .. .. ... . ... . .. .. .. 789 Salmo 56: Un perseguido y su confianza sin temores 799 Salmo 57: La gloria de la protección de Dios llena el universo 805 Salmo 58: «Hay un Dios que juzga en la tierra» 813 Salmo 59: «¡Sálvame de mis enemigos, Dios mío!» 821
INTRODUCCION
§ 1. El nombre del libro y su lugar en el canon
1. Entre los judíos que hablan hebreo o arameo, el «salte­ rio», que cuenta con 150 salmos, se conoce con el título de D'7i111 (fhillfm) = «cánticos de alabanza», «cánticos de adora­ ción», «himnos». Además de esta designación, hallamos los títu­ los de D'7i111 1!:lt' (sefer fhillfm), D'711 (tillfm) , 1'711 (tillfn) o 1'711 1!:lt' (sefer tillfn). Estos nombres se hallan también atesti­ guados en los Padres de la Iglesia (C. Steuernagel, Einleitung in das Alte Testament, § 152, 1). El título preferido, D'7i111, es una formación especial característica de i17i111 (fhilliih) , que es el término técnico para los salmos de tipo de hímnico (cf. § 4, n.O 7 y § 6). Para la forma plural masculina, cf. Ges-K § 87n, o. «En comparación con la otra forma usual, T117i111 (fhillot)>>, esta for­ ma (fhillfm) «expresará muy probablemente un significado espe­ cial del término que debe reservarse para el título del libro» (R. Kittel). En consecuencia, D'7i111 es un nombre exclusivo para la «colección de cánticos», para el «himnario» de los 150 salmos.
Sin embargo, el concepto D'7i111 no es adecuado ni mucho me­ nos para servir de título general: de título exhaustivo y absoluta­ mente idóneo para designar el contenido de los 150 salmos. El título se originó probablemente en una época en que el salterio se utilizaba y se entendía primordialmente como el «himnario de la comunidad judía». Ahora bien, es interesante observar que en tiempos anteriores se prefirió el título de T117!:l11 (ffillot) = «oracio­ nes» (cf. Sal 72,20). En lo que respecta a i17!:l11 (ffilliih), cf. § 4, 8. Este título tiene en cuenta especialmente los cánticos y oraciones de lamento que constituyen la verdadera base del salterio. Por eso, en tiempos anteriores el salterio se concibió primordialmente como colección de oraciones. Pero aun en este caso, aunque adoptemos los dos nombres D'7i111 y T117!:l11 como títulos conjuntos, no logra­ remos abarcar con ellos los complejos contenidos del salterio. Re­ cordemos tan sólo las secciones didácticas que no quedarán repre­ sentadas, ni mucho menos, por ninguno de esos dos títulos.
Finalmente, al examinar las principales designaciones que puedan constituir un título, no debemos pasar por alto el término 10m (mizmor). Se halla atestiguado 57 veces en los epígrafes de los salmos, y evidentemente debió ser un título preferido para el salmo considerado en particular (cf. § 4, 2).
2. La tradición textual griega en los códices de la versión de los Setenta (G) ofrece la siguiente imagen en lo que respecta a los títulos. La designación más antigua que se halla documentada es la de '\jJUA!!O( en el códice B yen Lc 24,44. Al mismo tiempo, tanto en el códice B como en Lc 20,42 y en Hech 1,20 encontra­ mos el título de ~(~AO¡; '\jJUA!!WV (<<libro de los salmos»). ¿Qué palabra hebrea fue traducida por '\jJUA!!Ó¡;? Esta cuestión se viene suscitando una y otra vez. Un examen de las correspondencias muestra que 10m (= '\jJUA!!Ó¡;) es la que se halla documentada más frecuentemente. Síguese de ahí que G tomó el término 10m -que en el texto hebreo aparece 57 veces como título de diver­ sos salmos- como una posibilidad característica para designar a la colección entera.
Otro título es preferido por GA. La colección de los 150 sal­ mos es denominada '\jJUA't1íQLOV (1:ep ~U1J(O GR). Pero '\jJUA't'IÍQLOV corresponde evidentemente al término hebreo 7:1) (nebel) que designa un instrumento musical. Podríamos entender que '\jJUA­ 't'IÍQLOV es el nombre de una colección de cánticos que se interpre­ tan con acompañamiento de instrumentos de cuerda. El término corriente «salterio» tiene su origen en los títulos de GA.
3. La situación del salterio en el canon hebreo ofrece una sorprendente imagen en las diversas esferas de la tradición tex­ tual. Las ediciones impresas que nos son familiares colocan casi siempre el salterio al principio de los ketubim (la sección tercera y final de la Biblia hebrea) y siguen así en la tradición de los judíos de Europa central. El orden de sucesión varía, apareciendo unas veces la secuencia Salmos-Job-Proverbios, y otras, Salmos­ Proverbios-Job. Pero, si nos remontamos a los primeros tiempos de la tradición del canon, vemos entonces que el orden varía ex­ traordinariamente. En la tradición textual palestinense, parece que las Crónicas estuvieron al principio de los ketubim. Testimo­ nios de ello son el códice L, Mishael ben-'Uzziel, y los manuscri­ tos de la Masora de Palestina. Los judíos españoles siguen esta tradición, es decir, la tradición en que el salterio aparece en se­ gundo lugar entre los ketubim. Los judíos de la diáspora oriental siguieron otros principios en la ordenación de los libros bíblicos. Por el Talmud (Baba bathra 14b) nos enteramos también de que
el libro de Rut, entre otros, se colocaba directamente antes del salterio. Evidentemente, se quería subrayar de manera especial la ascendencia del salmista David.
4. En el canon del TM, los libros de Salmos, Job y Prover­ bios constituyen un grupo característico dentro de los ketubim. En estos libros se utiliza con carácter exclusivo un sistema pecu­ liar de acentos. La característica especial de este sistema consiste en que, además del 'atnal}" encontramos también el 'oleh weyó­ red. Mientras que el 'atnal}, aparece sólo en frases breves como divisor de versículos, vemos que el 'oleh wey6red se utiliza como divisor principal en la estructura de frases más largas.
5. Los 150 salmos del salterio tienen numeración distinta en G y en el TM. En el cuadro siguiente observaremos las diferencias:
TM G Sal 1-8 = Sal 1-8 Sal 9-10 Sal 9 Sal 11-113 Sal 10-112 Sal 114-115 = Sal 113 Sal116,1-9 = Sal 114
TM Sal 116,10-19 Sal 117-146 Sal 147,1-11 Sal 147,12-20 Sal 148-150
G Sal 115 Sal 116-145 Sal 146 Sal 147 Sal 148-150
Vemos, pues, que G fusiona los salmos 9 y 10 y, más tarde, también los salmos 114 y 115, formando con ambos un solo sal­ mo. Además, el texto G conserva al fin del salterio un salmo adicional, el salmo 151, que es una utilización libre de 1 Sam 16, 1-14 Y 1 Sam 17. Pero ya en la tradición más antigua, este pro­ ducto adicional es caracterizado consecuentemente de E~w{h':V
aQL'fr!-toií (<<supernumerario»). El salmo 151 es ejemplo de reto­ ños tardíos en la composición de salmos, como vemos en las colecciones no canónicas de los himnos de acción de gracias de Qumrán, los «Salmos de Salomón» y las «Odas de Salomón».
A propósito de las variaciones en el orden y numeración de los manuscritos de salmos hallados en Qumrán, cf. RB 63 (1956) 59. Cf. también J. A. Sanders, Psalm 151 in 11 QPSS*: ZAW 75 (1963) 73-85.
§ 2. El texto masorético y las traducciones antiguas
1. Por contraste con los comentarios de B. Duhm y H. Gun­ kel, que al estudiar el Texto Masorético (TM), sobrepasaron los límites extremos de la crítica (J. J. Stamm, ThR NF 3 [1955] 16), el presente comentario tiene un buen grado de confianza en el
TM Ytrata de explorar hasta el máximo las posibilidades de críti­ ca textual de la trasmisión de la Biblia hebrea. El estudio del texto se aproxima al del comentario elaborado por H. Schmidt, pero no se siente capaz de seguir el procedimiento conservador que aparece, por ejemplo, en las traducciones de A. Weiser y F. Notscher. Las razones las indicaremos más tarde. Por el momen­ to, un esbozo indicará la posición particular del procedimiento de crítica textual adoptado en el presente comentario. Desde lue­ go, es impresionante ver, en los comentarios del salterio, las dife­ rencias drásticas que hay entre las posiciones básicas y los méto­ dos diversos para tratar el texto. Mientras que B. Duhm y H. Gunkel nos muestran los límites extremos a que puede llegar la investigación crítica del texto, debemos considerar como su ex­ tremo opuesto la postura extremadamente conservadora de B. D. Eerdmans, W. E. Barnes y A. Cohen. Eerdmans concede siempre la primacía al TM -incluso a riesgo de deformaciones ininteligibles-. Rechaza las opiniones modernas sobre la estruc­ tura métrica. A consecuencia de ello, la reconstrucción del texto hebreo original se puede llevar a cabo sin la carga de la presión impuesta por la forma. Cf. B. D. Eerdmans, Essays on Masoretic Psalms: OTS 1 (1942) 105-300; The Hebrew Book of Psalms: OTS 4 (1947). A. Cohen expone este procedimiento en su prólo­ go: «El comentario se basa invariablemente en el textus receptus hebreo. Cuando éste ofrece dificultades, se sugiere la traducción e interpretación más probable, pero sin enmendar el texto» (A. Cohen, The Psalms V).
Entre los dos extremos representados, por un lado, por B. Duhm y H. Gunkel y, por el otro, por B. D. Eerdmans, W. E. Barnes yA. Cohen, se hallan los comentarios más recientes, entre los cuales A. Weiser y F. Notscher se inclinan hacia la opinión conservadora, aunque existen diversas tendencias. A. Schulz desa­ rrolla un método independiente con su preferencia por la tradición masorética (Kritisches zum Psalter: ATA 1211 [1932]; Psalmen­ Fragen: ATA 14/1 [1940]). Asimismo, Engnell, en su artículo «Psaltaren», Svenskt Bibliskt Uppslagsverk (1952, cols. 787ss), ex­ presa una actitud muy negativa ante todas las empresas de crítica textual relativas al salterio. A propósito de su manera de entender ) la tradición, el autor recomienda extrema reserva.
Pero actualmente la confianza ilimitada en el TM, y por tanto la actitud conservadora en relación con el texto hebreo, viene siendo cuestionada desde diversos puntos. La naturaleza proble­ mática del TM se reconoció en primer lugar en relación con ob- I
servaciones acerca de salmos de trasmisión múltiple. Se trata de las siguientes correspondencias:
Sal 18 Sal 14 Sal 70 SalI08
2 Sam 22 Sal 53 Sal 40,13-17 Sal 57,8-12 y Sal 60,7-14
En las numerosas divergencias y variaciones de estos textos duplicados se reconoció por vez primera lo poco fiable que es la tradición textual hebrea en lo que respecta a los salmos. Ya en el año 1633 J. Morinus, en sus Exercitationes biblicae de hebraei graecique textus sinceritate, desarrolló dos tesis: a) el texto hebreo original se halla tan interpolado y tan lleno de errores, que no puede servir ya de fuente y norma para el estudio bíblico; b) tan sólo la versión de los Setenta trasmite el material fiable para una reconstrucción aproximada del texto original» (Urtext) , el cual es básicamente inaccesible. Es interesante descubrir que H. Herkenne en su Psalmenkommentar (1936) expone casi las mismas tesis. En tiempos más recientes, él aboga porque nos apartemos del TM y demos preferencia al G. Dice: «El Texto Masorético (TM), en la forma que adquirió después de la apari­ ción del cristianismo, está plagado de innumerables adulteracio­ nes malhadadas» (20). «En consecuencia, para enmendar el texto del salterio, dependemos principalmente de las traducciones anti­ guas, que se basan en una forma textual anterior a la masorética. Entre ellas, la primera que hay que tener en cuenta es la versión de los Setenta (G)>> (21). Esta tendencia a preferir el G se obser­ va también en los comentarios de W. O. E. Oesterly, E. Pode­ chard y E. J. Kissane -aunque con mayores limitaciones-o
Indudablemente, es acertado exponer claramente los nume­ rosos daños que ha sufrido el texto hebreo de la Masora. Pero ciertamente debemos estudiar muchas otras maneras de restaurar el hipotético texto original, antes de conceder la primacía a una de las antiguas traducciones o de valernos de la ayuda de esas antiguas traducciones para efectuar violentos ataques contra el texto trasmitido.
2. Son bien conocidos los errores que hay en el TM y que reaparecen una y otra vez (véase la gran colección de materiales recopilada por F. Delitzsch, Die Lese- und Schreibfehler im Alten Testament [1920]). Entre otras cosas hay confusión de letras, trasposición de las mismas, divergencias en la escritura plena, haplografía, ditografía, y errores de copistas que originan impor­ tantes dificultades. Todos estos errores y daños de la trasmisión del texto en el TM se observan también constantemente en el
salterio. Además, hay glosas y suplementos que se añadieron al texto como explicaciones o ampliaciones. Hay también lecturas variantes, encima de la línea o debajo de la línea, que los copis­ tas introdujeron inadvertidamente en el cuerpo del texto. Una completa confusión de la secuencia de los versículos se observa en el salmo 87. No podemos exponer aquí el método para hacer frente a esos errores textuales (véase M. Noth, El mundo del AT [Madrid 1976]; E. Würthwein, Ver Text des Alten Testaments [41973]). Sin embargo, hemos de dilucidar las posibilidades de crítica textual y las posibilidades de interpretación moderna de los salmos. Pero, antes de tratar de estas cuestiones, debemos suscitar una cuestión conexa, replanteada…