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    JOS KOZER

    Seleccin y nota introductoria deJACOBO SEFAM

    UNIVERSIDADNACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    COORDINACIN DE DIFUSIN CULTURALDIRECCIN DE LITERATURA

    MXICO,2013

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    NDICE

    NOTA INTRODUCTORIA,JACOBO SEFAM 3NOTA BIOBIBLIOGRFICA 6

    ESTE JUDO DE NMEROS Y LETRASTE ACUERDAS,SYLVIA 8LA RUECA DE LOS SEMBLANTES

    AMOR PARA UNA JOVEN ASPIRANTE A POETA 9ROMANTICISMO (I) 10

    BAJO ESTE CIENTOUR DE FORCE 11REBROTE DE FRANZ KAFKA 12

    LA GARZA SIN SOMBRASAPEGO DE LO NOSOTROS 14JERUSALN CELESTE 15

    COMUNIN 17Y AS TOMARON POSESIN EN LAS CIUDADESINTERLUDIO

    (LOS RASGOS Y LA SOMBRA...) 18(EN SU PEQUEA DESVERGENZA...) 18(ES CUMPLIDOR, JAPONS Y ELABORADO...) 19(EL FILSOFO MO TSE ENSEA...) 19

    EL CARILLN DE LOS MUERTOSHOME SWEET HOME 21

    CARECE DE CAUSAINDICIOS, DEL INSCRITO 24RETRATO DE DKA LOS 76 AOS DE EDAD 27

    POEMAS INDITOSJACOB BHME 32KLEIST 33FIGURA 34

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    NOTA INTRODUCTORIA

    In memoriam, maestra Lilia Osorio

    Jos Kozer es un escritor en el sentido absoluto de lapalabra. Escribir es la actividad principal de su vida.Ese afn obsesivo est dado por la conciencia delregistro como constancia fundamental del ser. Si nose escribe, no hay testimonio de existencia: no sevive. Para l, la literatura es una profesin que hayque llevar con rigor: cada libro (y cada cosa) tiene susitio y su tiempo; sus diarios, poemas, correspondenciay dems estn meticulosamente organizados en car-petas. Todo dispuesto con un sentido de obligacinprimordial con el lenguaje. El requisito indispensablees el de llenar los blancos que van dejando las fechas.De este modo, la poesa de Kozer est basada en lapalabra como instrumento total para percibir yaprehender el mundo. Una cosa similar ocurre conAlejandra Pizarnik. La gran diferencia entre estos dosescritores es que mientras la argentina va en buscadel silencio, el despojamiento de la palabra comonico refugio alternativo (que, en los trminos de suvida, significa suicidio), en el cubano la palabra esprofusin, prolijidad, la aventura del lenguaje portodas las vas posibles-imposibles de expresin.

    Jos Kozer es de esos poetas que nunca estn con-formes con su trabajo. Su literatura emerge a partir dela obstinacin del idioma. A pesar de hablar y escribircon fluidez en ingls, eligi el espaol como modo deexpresin (hay que recordar que en 1960 o 1965, elespaol no abundaba, como hoy, en Nueva York).Curiosamente, Kozer se ha convertido, con el tiempo,en uno de los mejores exploradores de la lengua: supoesa es invencin, descubrimiento. Cada da, latarea literaria consiste en reinventarse, imponer unnuevo orden al trabajo potico. A partir de 1983, elproceso de innovacin, sobre todo a nivel de la cons-truccin gramatical, se acelera notablemente. La poe-

    sa de Kozer junto con la de algunos otros enHispanoamrica experimenta con el lenguaje a

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    grados sumamente asombrosos: el verso largusimoque, en Carece de causa, alcanza dos pginas; el pa-rntesis que adquiere nuevas funciones sintcticas; laindeterminacin del sentido en favor de una predilec-cin por la contigidad asignificante, que favorece la

    sincdoque; etctera. Y todo esto en combinacin conun examen riguroso de lo singular del momento ac-tual, expresado en la multiplicidad de los temas desa-rrollados en su poesa, desde la crnica diaria de losquehaceres ms banales, hasta la reflexin de fen-menos devastadores como el Holocausto.

    En esta breve seleccin, el lector encontrar losmodos en que Kozer ha ido descubriendo su(s) pro-pia(s) voz(voces). Aunque no se conserva estricta-mente el orden cronolgico, s se respeta la frecuenciade ciertas obsesiones que han ido permeando la obra.

    Pero, sobre todo, esta seleccin quiere ser un mnimomuestrario de las variantes expresivas de Kozer. Vistade esa manera,Bajo este cien sera el parteaguas de laobra del cubano; por un lado, los primeros libros, quedesembocan en la antologa; y, por el otro, los vol-menes posteriores. Es decir, en su modo inicial Kozerrecurre a la irona, a la automofa y a la agudeza lin-gstica (a partir de cierta influencia de Nicanor Pa-rra) como recursos de una literatura que se origina enel dinamitaje de los modelos de la tradicin. En unsegundo modo, el cubano es aun ms explosivo, pueshace que la virtud lingstica se formule a partir de ladestruccin de la metfora global y equilibrada delmundo. En Te acuerdas, Sylvia (Este judo de n-meros y letras, 1975), por ejemplo, se hace uso dellenguaje directo para hablar del padre. Comprese esepoema con Retrato de DK a los 76 aos de edad(Carece de causa, 1988). Inmediatamente, uno puedevisualizar la diferencia; los versos del segundo seextienden, mucho ms largos, en la pgina; la inven-cin sintctica radica en asignar a cada verso una solaoracin que se diversifica, sin signos de puntuacin,y que no emplea el orden tradicional de sus partes.Kozer usa la metonimia (y, sobre todo, la sincdoque)para referirse a las ansiedades derivadas del conoci-

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    miento del padre; por ejemplo, acude a la profesinde sastre de su progenitor, pero de modo marginal,parcial: Se agota absorto en el botn que le cuelgade un hilo en la bata azul celeste de casa una salivillaazul celeste le cuelga del labio inferior (ir) a des-

    prenderse del cielo sobre la tarde... El mal que abateal padre es transferido por contigidad. La realidadinmediata de ese hombre est dada a travs de aque-llos datos que lo identifican: los hilos, las agujas, losdiferentes tipos de telas, los sacos a medio hacer,etctera. Lo mismo ocurre si revisamos el ltimo tex-to de esta seleccin, Figura. All, el cubano esta-blece su relacin con el lenguaje; la figura seempalma metonmicamente con muchas superficies,aunque siempre se duda de esas filiaciones. Los ele-mentos marginales (en parntesis) pueden llegar a

    constituir la materia que asedia toda pretensin lgicay uniforme. El primer verso termina con la asociacindel rbol con la figura, pero slo para concluir en laarbitrariedad con que esos significantes se renen enla periferia.

    De este modo, uno puede leer muchos de los lti-mos poemas de Jos Kozer y encontrar que en cadainstancia hay una transgresin (incluso, y justo en esamedida, en los de ndole oriental; ver el Interludiode esta seleccin). El hallazgo mstico, por ejemplo,se da en la inmediatez y no como una bsqueda pro-funda y teolgica en los vericuetos de la divinidad. Elregistro de la mltiple cotidianidad se convierte, as,en un instrumento bsico de conocimiento. Llevar acabo ese proceso con parsimonia y minuciosidad eslabor que Jos Kozer ha tomado con absoluta serie-dad. Slo en esa medida podr concebir la compleji-dad histrica de nuestro momento.

    JACOBO SEFAM

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    NOTA BIOBIBLIOGRFICA

    Jos Kozer (La Habana, Cuba, 1940) es hijo de emi-grantes judos de Polonia y Checoslovaquia. Reside

    en la ciudad de Nueva York desde 1960, y desde1965 ensea lengua y literatura en Queens College. Apesar de haber tomado algunas clases en la Universi-dad de La Habana, inicia su actividad como escritorpropiamente en Estados Unidos, al margen de suscoetneos en Cuba o en la Amrica Latina.

    Kozer ha incursionado en diferentes gneros litera-rios: la traduccin, en especial autores japoneses apartir de ediciones en ingls; el ensayo, sobre todo encuanto digresin y reflexin, ms que como discipli-na acadmica; los diarios, en grandes carpetas, que

    viene escribiendo desde 1964; la profusa actividadepistolar que, muy bien, podra ser otro de sus gne-ros predilectos; y, sobre todo, la poesa. Ha escritocerca de tres mil poemas, de los cuales slo una m-nima porcin ha sido publicada. Sus libros son: Pa-dres y otras profesiones (Nueva York: EdicionesVillamiseria, 1972), De Chepn a La Habana (encolaboracin con Isaac Goldemberg, Nueva York:Bay Menorah, 1973),Este judo de nmeros y letras(Tenerife, Islas Canarias: Nuestro Arte, 1975), Y astomaron posesin en las ciudades (Barcelona: mbi-to Literario, 1978; Mxico: UNAM, 1979), La ruecade los semblantes (Len, Espaa: Provincia, 1980),Jarrn de las abreviaturas (Mxico: Premia, 1980),Antologa breve (Santo Domingo, Repblica Domini-cana: Luna Cabeza Caliente, 1981), Bajo este cien(antologa, Mxico: Fondo de Cultura Econmica,1983), La garza sin sombras (Barcelona: Llibres delMall, 1985), El carilln de los muertos (Buenos Ai-res: ltimo Reino, 1988), De donde oscilan los seresen sus proporciones (La Laguna, Tenerife, Islas Ca-narias: H.A. Editor, 1990) y Trazas del lirondo (M-xico: UAM, 1993).* Tambin ha publicado varias

    * Otros libros de Jos Kozer son Et mutabile, 1995; Rplicas,1997; yRosa cbica, 2002, entre varios ms. (N. del E.)

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    plaquettes. La ltima, Prjimos. Intimates (Barcelo-na: Carrer Ausias, 1990), en edicin bilinge, fuetraducida al ingls por Ammiel Alcalay. Adems,Kozer es colaborador asiduo en un sinnmero de re-vistas de Espaa, Estados Unidos y Latinoamrica.

    Fue director deEnlace (1984-1985) y es miembro delconsejo editorial de otras publicaciones peridicas.La recepcin crtica de esta obra ha ido aumentan-

    do en inters. Desde las reseas de Eduardo Miln(en Vuelta) y las de Jorge Rodrguez Padrn (enCuadernos Hispanoamericanos), hasta las entrevistasy estudios ms extensos (hay dos tesis doctorales),Kozer ya es sealado como uno de los principalescreadores del momento.

    JACOBO SEFAM

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    ESTE JUDO DE NMEROS Y LETRAS

    TE ACUERDAS, SYLVIA

    Te acuerdas, Sylvia, cmo trabajaban las mujeres encasa.

    Pareca que pap no haca nada.Llevaba las manos a la espalda inclinndose como un

    rabino fumando una cachimba corta de abedul, lasvolutas de humo le daban un aire misterioso,

    comienzo a sospechar que pap tendra algo de asitico.Quizs fuera un seor de Besarabia que redimi a sus

    siervos en pocas del Zar,o quizs acostumbrara a reposar en los campos de

    avena y somnoliento a la hora de la criba se

    sentara encorvado bondadosamente en un sitiohmedo entre los helechos con su antigua casacaalgo deshilachada.

    Es probable que quedara absorto al descubrir en laestepa una manzana.

    Nada saba del mar.Seguro se afanaba con la imagen de la espuma y

    confunda las anmonas y el cielo.Creo que la llorosa muchedumbre de las hojas de los

    eucaliptos lo asustaba.Figrate qu sinti cuando Rosa Luxemburgo se

    present con un opsculo entre las manos ante losjueces del Zar.Tendra que emigrar pobre pap de Odesa a Viena,

    Roma, Estambul, Quebec, Ottawa, Nueva York.Llegara a La Habana como un documento y cinco

    pasaportes, me lo imagino algo maltrecho delviaje.

    Recuerdas, Sylvia, cuando pap llegaba de losalmacenes de la calle Muralla y todas las mujeresde la casa Uds. se alborotaban.

    Juro que entraba por la puerta de la sala, zapatos de

    dos tonos, el traje azul a rayas, la corbata devalos finitay pareca que pap no haca nunca nada.

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    LA RUECA DE LOS SEMBLANTES

    AMOR PARA UNA JOVEN ASPIRANTE A POETA

    En Fontainebleau vida matomaremos unas jarras de cervezabajo un parasol (Cinzano) una copitade curaao, picaremos niaunos saladitos (psame el huesode la aceituna). Luegoa trabajar en firme, que se titule el poemaFusilamientos de un caballero color sienadonde haya una dama y su amor que mueraen las guerras napolenicas. Para

    un da de trabajo es suficiente: subamosen Fontainebleau a la habitacin, echmonosa bosquejar arbolillos pelados a principiosde la primavera, despedidasbajo palio de los amantes de Teruel, Veronay con suma grandilocuencia (Vigny) Jaimela majest des souffrances humaines. Con estareferencia culta nos llega para seguirmaana: de momentolas persianas para que haya sombra (igualque en un buen poema es requisito indispensableel frescor de la penumbra) y tirade la campanilla para que la doncella traigauna copa, alertania que el poeta a tu lado es unaeminencia, colocaen el flamante carmes de tu mejillaun sculoy se desata, marchams de una legua la infantera por doquier yNapolon pouse Marie-Louise, se ejecutancomo racimos en un abrazo.

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    ROMANTICISMO (I)

    Cario amava la sua donna in gelosia. Io amo, ioamo!

    Bestialidad.No son hojas, polvo los amores: tuercas, bielas.Puso la retranca el muy farsante y envi a su amada

    a los Alpes Suizos a hacer la cura.Ella regres el cutis rozagante, las piernas

    temblorosas.Su busto y su sombrilla por los bulevares.Cario am: su anterior gallarda de sales para el

    desmayo y cigarrillos cay en desgracia.En su lugar, ramilletes de margaritas.Cosa seria: bcaros, el mes de octubre, la primera

    migracin de las aves y una tos persistenteempaando de rojo las cristaleras.Bochornoso.Cario cela a Leticia: por los sagrarios, por los

    deambulatorios, al salir de la iglesia por la puertalateral.

    Por el futuro.Mario, mal agero, pas por su reja: ptalos, clavel,

    pauelos.Lo de siempre.Oh! si se aman! Oh! si se aman! si se aman!

    (retorcimiento de manos)Cario amava la sua donna in gelosia.Ahora s que perdi prenda: su chaleco un botn

    que cuelga desprendido, la gomina y el t detrs deuna ventana.

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    BAJO ESTE CIEN

    TOUR DE FORC

    La Srta. Milady Crab, toda la maana de compras(ajetreadsima) con que si el pan iba a ser un pande trenzas o un pan redondo de centeno

    o quesi fish or meat (todo penda de un hilo) coliflores a la

    crema o papitas nuevas a la crema o que si elconsom

    con una yemao dos y el jerez portugus o espaol (indecisa)

    permaneci bajo el aldabonazo doce en el Big Ben

    y si eran doce los comensales (seis parejas) odoceparejas los comensales (Mr. & Mrs., Barn y

    Baronesa, el Marqus y la Marquesa de X. bah!el ujier se har cargo, pidamos

    al cieloque no traspapele las tarjetas de presentacin, ya

    sucedi varias veces: la edad, la edad que noperdona) si hacer

    un flande leche condensada o con coco rallado o si echarles

    alguna pirotecnia flamb (suele animar los postres)raro

    seraque no estallaran los aplausos, chascaran las lenguas

    si en la flanera aparece un tocino de cieloa veinticuatro yemas: hacialas cinco realmente mucho estaba resuelto y sobre el

    viejo arcn (pino liso) en la saleta inmediatamenteal entrar al apartamentico

    Milady Crabhaba colocado el mantel de algodn a cuadros, dos

    tipos diferentes de queso, un plato de aceitunasgriegas (un pan) (pan de molde o una hogazarecin horneada por Cakes n Spice) cuatro

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    o seisvasos (cuatro o seis copas, talladas o sin tallar)

    (cuatro o seis copas, por dos: puede que seancuatro o seis parejas las que invit) y aunque

    son tiempos duros

    mejor pasarse que quedarse corto y bajar (sobratiempo) a comprar un galn de tinto (o blanco) lacosecha italiana este ao result abundante

    ases que vengan que vengan los seis (o a las seis) o

    como fuere que curs o que no curs o que est apunto de cursar las invitaciones (en letra gtica,dorada, please y ponga el RSVP encima a laizquierda)

    para la semana que viene.

    REBROTE DE FRANZ KAFKA

    Es una casa pequea a dos niveles no muy lejos delro en un callejn de Praga. En la madrugadadel once al doce noviembre tuvo un sobresalto, baj

    a la cocinilla con la mesa redonda y la silla de tilo,el anafe y la llama azul de metileno. Prendi

    la hornillay el fuego verdeci a la vez (tres) llamas en los tres

    cristales de la ventana: ola a azufre. Quisopasara la salita comedor a beber una tisana de boldo y

    miel, corri la silla y se acomod delante de unataza de barro siena que haba colocado no se sabehace cunto sobre el portavasos de mimbre a seiscolores, obsequio

    de Felicia: y una vez msapareci Felicia con la raya al medio, las dos trenzas

    y un resplandor de velas en el valo blanco deaquel rostro vido de harinas y panes de laconsagracin, rostro

    tres veces

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    una llamarada en el cristal de la ventana: apareci. Yera una vez ms la nia tres veces de sus muertos,acudan

    al golpedel tringulo unos msicos de cmara y al golpe de la

    esquila (las tres) en el alto campanario no muylejos del ro: se arrellanaron, dieztazas, diezsillas en la inmensa casona de las mansardas, la casa

    en que los miradores y las cristaleras (establos ygalpones) se abran da y noche, el agua

    y las esponjasrelucan. Pues, s: era otra poca y un coro de

    muchachas vigilaba las teteras (bullir) loseucaliptos (bullir) la mejorana y un agua digestiva(mentas) aguas

    de la respiracin: todotranquilo (por fin) todo tranquilo, subi los escalonesy vio que se tenda en el cristal de la ventana (porfin) sin una aglomeracin de pjaros

    en la ventana.

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    LA GARZA SIN SOMBRAS

    APEGO DE LO NOSOTROS

    Para Guadalupe

    Di, di t: para qu tantos amaneceres.Qu ao es, era.Te previne: podra aparecer una pera de agua en el

    albaricoquero cargado de frutos, hacerseescarlatala savia del rosal; sonreas. Y ahora remos,

    rompemos a rer a carcajadas, blusnde lino, fajasepia con un emblema geomtrico, tambin te

    previne: y ves, un arpa en el peral del patio,arpa? Tres aos

    que no lluevey debajo del albaricoquero hiede a humedad: a

    gusaneras fortsimas que devoran cuanto cae,devoraran la propia lluvia

    si cayera. Sicayera, recordaramos aquel tren de vida metdico

    que tanto nos gustaba: mojarlas galletasde ans en el caf retinto (yo te ense a decir, caf

    retinto y carretero; sonreas): mojar. Qu serestranquilos. Ytoda tu admiracin volcada en aquella frase que nos

    resuma: es que sabemos administrarnos bien.No digas

    que note previne, haba tantas seales: el varaseto que

    apareci roto inexplicablemente el peldao quefalt

    de prontoa la escalera de coger los frutos del peral, del

    albaricoquero? Cmo: yo lo supe, yo lo supe.

    Mira,dormas

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    an y me qued de pronto (tan temprano) en la aristaen altas celosas en la revuelta de un arco hacia

    arriba, quizsan dormitas: dos lustros, o dos dcadas, pasaron?

    Qu hubo. Qu

    del segundomovimiento andante sostenuto, recuerdas que poraquella poca descubrimos los poemas del amadoSugawara No Michizane, amantsima? Amantsima,del arpa

    desciendas, delos instrumentos de cuerda desciendan tus dedos

    numerossimos que me toquen al hombro, que meprevengan: la mesa, est servida. El plato decermica

    granadina

    con las galletas de ans y frente por frente los dostazones de caf tinto. Servidala mesae imitbamos como si hubiera un mayordomo yo fui

    tu mayordomo y mayordoma (la mesa estservida, Seora), te acuerdas? Qu

    miedole cogimos al plato cmo pudo resbalrsete de la

    mano el plato el nmero siete la luz crecer de laluna al entrar por el enrejado de la ventana, irisar

    bajola campana de cristal las flores del albaricoquero las

    flores del peral, flor de tul flor de cera toda estahabitacin esta mesa

    servida.

    JERUSALN CELESTE

    La mariposa blanca roz mis prados, un domingo:prados en que estoy implicado, llenos

    de amargn. A la derechala laguna que an me convoca y yo me niego; he de

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    vivir: engordar y rer, enrojecercomoun burgomaestre cachetudo, Hals. Qu vi a la

    izquierda: trfico. La automotriz irrealidad de lasciudades, yo

    por mme cambi y vi plumones: qu felices que fuimoscuando descubr el domingo de los amargones

    y cocinasteal aire libre un pernil grande que tena la forma de

    un huso, lo adornastea basede clavo y maz, papas hermosas de Idaho; jugaron

    al salto de la suiza nuestras hijas: erandoslas mariposas celestiales y si fueran tres hubiera dado

    igual que fueran cuatro, trenzas y cabellos alcaracolillo hilvanadosde azuly amarillo en toda la brotacin de mis prados: a la

    comba, nuestras hijas subieronaltsimamentea nuestra primera gran convocatoria que fue en el

    cielo, amada: de la cintura te agarr y me provocsubircontigo al rbol de cuatro troncos aosos, no hubo

    manera: qu lindo, fracasamos. Restede la cinturapara abajo y me dej llevar por tus anchas pasarelas

    japonesas, tu viejo puente espaolde argamasay piedra, nos pic una hormiga: sonremos; la

    hinchazn y aquel timbre a msicas lejanasnos amedrentcomo si hubieran caminado las nias sobre las aguas

    de la laguna a la derechay por la izquierdade pronto hubiera rezongado el destructor de la

    ciudadtachonada.

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    COMUNIN

    He de entrar en las trojes: he de ver el incendio.Un pan de agua cocinar en esas trojes, una pizca desal apagar el incendio.

    La lnea viva, la vi.No vacil la llama: aire. En los trigales.Mi hermano, por fin lo tomar del brazo al salir de

    las trojes: en el umbral de los trigales.Vino del incendio, vino conmigo.La ampolla en los callos rezuma a benju a hermosas

    naftas rosceas como llamaradas en el iris de mihermano.

    Ambos, de pana y corbata.Los dos con buenas botas de tafilete y buenoscinturones de cuero.

    Los dos, con ojales.Hemos salido de las trojes, mi hermano: y tal parece

    esta vejez que acabramos de entrar.Tan barbados.En nombre de estas barbas la encarnacin del agua.

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    Y AS TOMARON POSESIN EN LAS CIUDADES

    INTERLUDIO

    LOS RASGOS Y LA SOMBRA de la mujer milenaria deCheng Ho acusan tanto la reserva como eldesaliento mismo de la paciencia.

    Todas las tardes regresa de la inspeccin y al llegar alpuente de bamb que la separa del casero donderige en nombre de su marido el almirante Ho

    la vieja princesa Ming no se atrevera a apoyar laimaginacin hace aos exenta de palabras.

    Incluso en 1307 am al primer arzobispo Juan deMonte Corvino hurao y animoso bajo la posicin

    del sauce y las estrellas cuando los tibetanos sinlmites al cielo se amurallaban al pie de las estatuasde la soberbia asitica.

    Incluso su marido de saberlo callara: mutuo es elrespeto cual acequias paralelas

    que vivifican por una parte frutas del mes de agostoy al otro lado de aquel camino sin orlas ni despidoun horizonte al marpara Cheng Ho recaudar las tributaciones que no son

    pauelos.Fueron demasiados aos para ella cuesta arriba,

    doctrinaria.Demasiados aos la piedad y la obediencia para

    Cheng Ho, el almirante eunuco, conquistador delOcano ndico, de Ceyln y Sumatra.

    EN SU PEQUEA DESVERGENZAborda cuatro letrasazules y rememora.

    La penumbra de la habitacin se presta al menudoapogeo de los ruiseores capaces de dislocar lamaana.

    Sobre el mantel el alba confunde la llama delquinqu,

    los gorriones dejan sobre la nieve la insistente

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    repeticin de un ideograma.Y el alba la seduce a despertar orientando el fragor

    de una tetera,las quietas porcelanas de un agua de jazmn,la intensa caligrafa rumorosa de unos pasos.

    Cuando entre su madre apoyada en un bamblos sampanes habrn navegado hacia lasdesembocaduras de una sombra.

    Guiada por el ro pasar una doble bandada deazulejos girando

    cuando entre su madre a regaarla en el insomnio.Sobre la chimenea los objetos simularn una ltima

    vivacidad indeterminadacuando la muchacha busca su dedal revolviendo entre

    los hilos de su costurero.

    Es CUMPLIDOR, JAPONS Y ELABORADO, amanuense.Es breve, adems, para los oficios, los banquetes, la

    diplomacia.Acata, con sus disimulos, por el Emperador y la

    Emperatriz.La nacin, para los libros y el futuro desenrolla y

    venera sus manuscritos.Se reconoce en sus versos con alondras y duraznos.Todo el pas lo representa con sus tonos naranja.Aunque ninguno considere su ternura mayor que

    parasoles.La somnolencia y la delicadeza en sus ojos de sapo.

    EL FILSOFO MO TSE ENSEA: refutarme es comotirar huevos a una roca.

    Se pueden agotar todos los huevos pero la rocapermanece inclume.

    El filsofo Wo agota los huevos del mundo contrauna roca

    y la conquista.Primero, al hacerla memorable.Segundo, porque en lo adelante y dada su amarillez

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    excesivaquienes acuden a la rocaconfunden la luna y los caballos.Y tercero, an ms importante: un veredicto acta

    sobre otro veredicto,

    anula la obsesin de sus palabras.

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    EL CARILLN DE LOS MUERTOS

    HOME SWEET HOME

    Ya pasaron: aquellos das de verdadera agitacin.Hay una gotera en el cuarto de la nia, dej de

    rezumar (pese a que llueve)(llueve) est ah la gotera,no rezuma: el Bendito.

    En casa, hay cinco relojes: detenidos.No obstante el que funciona, espeluzna: son as

    estas cosas estas noches (lapsos)o la luna a franjas por la persianao el respaldo en sombras a travesaos

    de la silla, en la pared (una reja).Son el telfono, no contesta el vecino qu le pasa.Qu habr pasado: la correspondencia se me fue

    acumulando asimismo el trabajoasimismo un catar de vinos nuevoso el sonido de la cigarra que esverano: Mximo acaba de telefonearque lo del mdico el veredictoestas cosas son as (suceden)indescifrables.

    Lo de todos los das: iba a escribir otra cosa, se meolvid.

    Todo tiene su dificultad pese a que el duelo con pan,mejor se sobrelleva: qu extraacarne somos (carne cuaresma decarnestolenda conocedora carnede continuidad) y somos visitadossegn la seal su ndice su antojo.

    Aceptemos?Personalmente, yo me niego (claro, es un lujo que me

    puedo dar yo tengo mi casa) soypropietario de un chalet deladrillos tejado a dos aguasazotea que si no fuera por loschapapotes los cuartos de casa

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    se nos mojaban.Y?Seramos peces sbanas recin blanqueadas seres

    hospitalarios lavados por elagua viva que rezuman las

    mamposteras (y qu otracosa tiene uno sino cuatroparedes): bien que reflejansu sombra en la pared lasmacetas del alfizar labegonia florida sobre laantigua cmoda Shaker deldormitorio con el Cristomexicano la vaca en lasitudde goma

    Esa es tu infancia, verdad?

    Bravo por ti por tus vacas de goma los mugidos delagua en las charcas (bravo) porla quietud del viernes con nuestroscharcos de vino tinto al fondo delpozo los cuatro pasos bovinosescaleras arriba camino de lacama por el recodo veremos estanoche el carilln con doce efigiesen la torre de Praga.

    Viva: y que vivan los olores de casa.Ya par de llover no tiene muertos el campanario slo

    yo y mi deseo (slo yo y mi deseo):el peridico algo revuelto sobre lacama matrimonial (por la ventana laespesura de los sicmoros aunque simal no recuerdo este mes este mesestamos en febrero) un interruptor dao niega la luz no tengo mayor deseoque mi cansancio los libros en lasrepisas la saetilla del reloj haciaatrs en noviembre con el rbol enfrondas (frondas) del rbol.

    Mujer, ma: s somera (huelga decirlo) qu bien tepodaron la cabellera, Juana de Arco.

    Medieval seora: el orden en ausencia o en actualidad

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    es igual a s mismo como lastablas rasas (despus de todoqu inocentes fuimos) de nuestraprimera y segunda procreacinmatrimonial que produjo la

    vasija y (dentro) la gota espesade almizcle y an ms dentro eldiminuto cliz matrimonial de larespuesta.

    Bien que estuvo.Hecho: dos hijas unos cachivaches que sin quererlo se

    fueron amontonando o la lmpara1929 (su tulipa, beso) con formade milenaria seta azul sobredorado (pas la ferocidad)(puedo andar: cruzar dos palabras

    con la Idiota) bonito peldaoque acaba de crujir (supongamosque duermen) (supongamos que lamaternidad las arrull) (entra)(entra) la habitacin (nos ajusta).

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    CARECE DE CAUSA

    INDICIOS, DEL INSCRITO

    Est la yema del dedo corazn de su mano derechaen la extensin del versculo que diceIsaas (5:24) todava est hmedala yema del dedo ndice (hmeda ygrana) se derram (se) (se eraElas, en lo alto) en el rectoapresuramiento de la yema de aqueldedo que recorre en toda su extensinun versculo (se detuvo) derramaron,la copa: David, con el arpa ante la

    silla (Dios, mucho mayor) el orn(traba) las cuerdas del arpa (al menortoque) se desmoronar: se, fue un reyinsaciable; y stas ya son susgeneraciones venideras como aqul quese sentara a la cabecera de la mesa(rapado) (miope) se mece se inclina ahse emociona (y se ladea) es serviciales recto est embriagado de que hayacundido tanta desolacin contraJerusaln reyes inacabables cabalgaronhasta la frontera del limo, sedesmoronaron: (l) seal con aqueldedo ndice las atalayas que parecenlienzo blanco calcinado (seal) lasfronteras en que Adonai var los ganadoshizo incendiar la tnica de los jinetes(embriagados, de s) cabalgaron haciala frontera (l) los seal en elversculo donde dice fuego dicecalcinacin (seo) espectculo el ganadovarado en aquella frontera de s (no hayms rumbo) el esqueleto de la vaca estoxidado (orn) las cuerdas: rey David(yom) la noche.

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    El dedo de mi abuelo Isaac o Ismael o rey ahora sinnombre o de nombre Katz o de nombre Levo corazn de Jud (seala) lapalabra donde se detuvo la rectamaraa de las palabras, rey

    extranjero: el dedo, sobre la bocadel hormiguero.5:24, el fuego: seo.La huella digital es lo que queda la ua tiene voz an

    para algn aleluya en la cuerda delarpa.

    Traigan, su arpa: los batientes de la ventana del reyDavid el alfizar de su ventanahasta todo lo alto de las atalayasson lienzo derramado, endescomposicin: en descomposicin,

    el arpa.Alabmoslo: l entiende sus cosas; l entiende lo vivoen el objeto varado: el agua o elvino de las crecidas, pasada lafrontera: Elas, a la cabeza de labiga de los jinetes que cabalgan.

    El dulce yugo, del sueo: se cumpli.Cumplido: pasada (yom) la quinta hora de la tarde

    del mes cinco del da veinte (es concreto:mi abuelo) el dedo ndice (suave)posado sobre la rienda de sucabalgadura (suave) el versculoque lo guiara lo gua a la pequeafrontera (concreta) de su hormiguero.

    Entre jinetes: sealado.Todos, igual: el brazo izquierdo marcado por el

    fuego de las filacterias (marcados) los hombrospor la voz del lino en el mantoincendiado que recubre los hombros porigual de uno o ste (otro) o aqul, porigual todos reyes.

    Sus monturas, apestan: el contrito que expi, apesta.Mas es alhea el hedor (bodega olorosa a pasas) la

    muerte sobre el abuelo (su fornicacin) unaplanta aromtica.

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    Est, en la sala: a la cabeza de la grandsima mesa conla gran arpa de su visin a la manoderecha de su postura, delante dellibro.

    Y al pie del arpa, un tibor: para que escupa.

    Su muerte sus cabalgaduras su galope ritual depalabras (extranjeras): compuestas; de semillasde cardamomo (semillas) de crtamo parala uncin nupcial de su manto subaldaquino su bonete ritual (ungido) porla gota (nupcial) de vino que guardabajo la lengua: muerto.

    Todo (ungido) a su alrededor.Y mucho ms all, entre circunferencias: en la

    frontera ulterior, la sala.En la sala, una planta cubana de interior: la areca se

    reprodujo.El alfizar de la ventana es de piedra inmortal.Los batientes de la ventana son de boj inmortal que ni

    galernas ni cicln de hormigas nidescomposicin ninguna, alteran.

    Mi abuelo es de la fila genealgica de David, ante elarpa: jovenzuelo. Entre colgaduras.Entre jaeces. En sus pabellones. Todoel brazo derecho extiende al mximo elarma ritual del arquero (extiende) laballesta al mximo de ballesteros ensus atalayas la flecha que disparares bodegn de palabras un bodegn delquidos que su uncin, derrama: desdeall, toca la casa toca la mesagrandsima de pascuas a que nos sentamos:sta (la silla) ste (el respaldo) stoslos jueces envarados que nos juzguen:ste es el libro de Isaas (abierto)en el versculo correspondiente delda en que corresponda reunimos comohojarasca calcinada del Seor, a bajarla cabeza bajo el peso contemplativo delas palabras extranjeras que al son dearpas al son de ctaras muy interiores

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    elevaran a Elas muy en lo alto guiadopor una biga ungida de caballos (nada)lo ataja: soy libre; de imaginacin soylibre. Columbro las arpas del rey David,sus atalayas: (embadurno) su cuerpo con

    aceites aromticos de cardamomo la yemade mis dedos tocada de eneldo lava laviva cavidad bucal de David: gran reygran estirpe, los muertos.

    ste, desciende de Israel: se llama Isaac (es concreto)est muerto (mi abuelo) a veintede mayo, casi entrada la noche.

    Y ahora es que recorre los versculos inalcanzables dellibro cada palabra que toca layema de uno de sus dedos de lamano derecha, se abre: en la

    frontera (se abre). Pasada la rayade guerras (raya) de la embriaguez(toca) la yema del dedo sobredulcemente sobre casi imperceptiblementeen el libro, palabras: una es sillauna es cuero una pergamino (todas)caballo.

    RETRATO DE DKA LOS 76 AOS DE EDAD

    Huele a marismas un trombo anida en sus ingles(abre la boca: absorto) extiende el brazo(amaga) tocar unas rosas carmeshechas a base de masilla migasde pan (no) se atreve (se podrndesprender) unos cogulos queanidan en su vientre (movi) elvientre a la madrugada (recordque en su pas llaman a evacuar,corregir) olvid que haba ido yluego del segundo desayuno (eslavo)(literario) pidi que lo purgaran.

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    Que mucho le pesaba el bajo vientre.Y la tarde, inmvil (reg las dos arecas la malanguita

    en sus macetas blancas, recubiertas deimitacin bamb) dispuso la cama parala siesta (cunto ha dormido) silb

    (se le cort el silbido) inmvilesmatas de fruta bomba en el jardnde enfrente (si pasara una vaca siescuchara un cencerro: Seor, unavaca un hato de borregos Seor)(una esquila: anunciaban tan bienla cada de la tarde, antes cuandofumaba) (Seor, una terraza) y lashormigas amarillas formando unaelipse paralela (casi) a la grietade la blanca fachada de casa

    (en ascenso, la grieta) sus larvassus capullos su nfimo enredijoanimal del que saldra una granmariposa blanca (inminente, esinminente) cualquier tarde.

    Y las hormigas (clepsidras) amarillas.Se agota absorto en el botn que le cuelga de un hilo

    en la bata azul celeste de casa unasalivilla azul celeste le cuelgadel labio inferior (ir) adesprenderse el cielo sobre latarde el pavimento reflejo al solde las ciudades el iracundo cielodejar sentir su mano una bandadanegra de pjaros sin fondo singraznido surgir de la grieta delcielo (flotarn en lo alto sezambullirn con un tajo en hozesos pjaros negros en el vaco)se abrochar (solapas deshilachadas)su bata de casa (absorto) en elmonograma del bolsillo con sugavilla que separa las letras delnombre qu nombre del apellido:se llama juez y parte rey de huestes

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    y efmero tajo del ave en los cielos(es) ave Dios (es) ave su arcngel(aves) son los tres cogulos que

    anidan junto al ancho aneurismade su vientre (ira de Dios)

    (estallar) en sus mercedes.Lo anegarn.En su vigilia (aument) media pulgada en unos pocos

    meses (se fatiga) el aneurisma (cepo deDios) se va a deshojar la arecaen cuanto la roce un rayo de luzpor entre los cortinajes a laspenumbras de la sala (Seor, Seor:est balando el hato de borregos enesta misma sala) no hay casa no haygabinete de estudio con pulidas

    majaguas que reflejan el t lascestas de pan dulce la bandeja ados tazas la luz del sol un pequeoreguero de migas sobre la mesa (siemprequiso comer a pelo sobre la madera)dieron la hora del segundo desayunosobre las majaguas no hay muebles(una) ventana clausurada por trestablones tres tablas despintadasde verde para el mes de septiembre sutemporada de ciclones (sacaron) a laintemperie una butaca (al pie, de lapradera) se arrellan (dormita)(duerme) (silba, la boca entreabiertade la que pende un hilillo azul desaliva que mojar en su sueo laboca del pantaln del pijama bocaprocreadora sin ascendencia): y porsu sueo en la butaca de la saladescienden las reagrupadas hormigasamarillas de su antiqusimaadolescencia (deposicin) de orugasson (pstulas) son bichos en susbrazos que reposan recamados de pecasmanchas postillas que son labraduras

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    de Dios (deposiciones) de los borregosde Dios que marcan el pequeo espaciode sus brazos abiertos en repososobre el butacn de la sala.

    Est repuesto.

    De toda la filigrana viva de sus menesteres que altoque del alba iniciaba con sus calisteniasen pantaln de pijama y camiseta(once horas siempre me parecieron susejercicios respiratorios) sorba agrandes grumos ruidosos su pan mojadoen el caf con leche prenda suveguero de a medio (1936) su veguerode a veinte repetido ocho veces enun ritual por ocho (1953) fue el aode mi iniciacin escamote un veguero

    de la oscura gaveta del chiforrobe melo fum me puse blanco una mano piadosame subi a la cama, endomingado: ramos(hombres) hechos (por fin) y derechosa la vida diaria de los sacos visiblesde yute al hombro de los cargadoresdel muelle en aquella ciudad de estibasmar pacficos blancos con su harturainsondable de hormigas a un centrovivo de actividades (nos hundamos)el escolar y el mercachifle elpartcipe de los libros y el mayoristaque una vez dijo haber trajeado amedia poblacin endomingada en losparques del interior de Cuba.

    De la bondad, el ojo cierto de sus costuras.La aguja, tembl (azogue) el reloj (son las cuatro)

    viene la noche (se morir): es l,como siempre (esta vez, l)que acude (no tiene nada quehacer) a esperar que lo llamen(taan) alguna sombra pase a supuerta se apiade del interminableda que no acaban por tocar a supuerta un toque de sombras un

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    rasgueo imperceptible de losnudillos a la puerta para queacuda (meado) del vientre haciaabajo (amado) por moscas delcorazn abajo (nadir) el da:

    forjan los pjaros en bandada allen lo exterior un halo grande ala espera por los nimbos del cielose filtra como un ruido de peceso pjaros chapoteando de ala enala (cabrilleantes) escamas, laluz del cielo desciende en unamplio abanico de franjas hacia loslisos techos de brea y arenisca dela ciudad (se derrama) luz lasadelfas luz los papayos (umbrosa)

    luz la cuaresma que se deslizasobre las amplias alas que peinael viento al mecer la hoja de lospltanos que hoy es febrero(se morir) tres toques (las grajasa la puerta) (la lluvia a lapuerta) sobre los hilos del tendidoelctrico (grajas) en todo loexterior (hacia poniente).

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    POEMAS INDITOS

    JACOB BHME

    ste es el nico caso del hombre que encontr a Dios.Era pelirrojo, venda nomenclaturas, pasaba el da

    leyendo: de mal dormir, lo haca de color blanco;no cabe duda de que alrededor de aquellablancura, senta miedo: el negro de la noche mscerrada perdera con la comparacin: y no cabeduda de que titube al principio llamar Dios a lablancura, todo era un centro? Peldao a peldaorecorri lo incomprensible a mayor oscuridad,mayor clarividencia: los ojos, a todo se

    acostumbran.No es necesario contar lo que encontr: clculos ydescripciones fallan a ojos vistas buen cubero nonecesita manos ni romanas, de pronto supo quinqu cmo dnde era (estaba) Dios.

    Fue un zapatero de mal vivir tempranero y astroso,frugal: su nica pedigeera era la avaricia deDios, abolicin propia: lezna y agujero o zapatazosy vigilias rebasaran aquella desproporcionadanecesidad, encontr el Camino: todo llega. Todosaquellos peldaos regastados por sus pies desnudoso los pies calzados en cuero de su numerosaclientela, eran prescindibles.

    Suela pie y peldao, descart: no es nica la Hormacada figura tiene entidad propia (as no lo parezca)cada elemento de la entidad posee sus propiascaractersticas distintivas por el color olor utilidad(tacto) nada es o aparece jams en el Universo,dos veces.

    Dios, es Uno (tambin): segn nuestra historia (staque aqu narramos) el desconsuelo del zapateroante su encuentro encontronazo o Revelacin lodej (con toda su jerga y con todo su silencio)junto a la abertura, una vez ms emboscado.

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    KLEIST

    A ambos lados de la laguna (lugar) la luz transmite elsopor de una leche recin surgida de las ubres.La cofia y el delantal de la camarera estn

    almidonados la punta de una plancha los alis.Una camarera rubia, de revuelos: y un mayordomo

    (ubrrimo) de carrasperas con la servilleta dealgodn almidonada la mirada perdida en lalontananza en la ubrrima horizontal, del espacio:la servilleta cuelga como un retazo pasajero deaves, de su antebrazo.

    Escena, de un suicidio: un pacto til y doble de

    espejos y cajas de sndalo, taraceados: maderasindias olores y fragores (falla) de la materia(alterna) qu habr tras el agujero, al norte: nieva,y el ojo de la aguja regresa a la forma nica (final)de la laguna.

    Una mesa de palisandro cuatro sillas de respaldoovalado, redondas en la silla vaca, la Dama:frente a Ella en la silla vaca, su reflejo: y(tranquilos) (sonrientes) en sus asientos se aprestana recibir el flujo vivo (impacto) de la substancia,comensales.

    La escena: una mesa cuadrada cuatro sillas redondasdos platos con figuras carmelitas dos platos, albos:ellos y en su contrariedad una misma condicin(escueta) duplicada, de vaco: los sirven, un vinoblanco (cigea, reconcentrada) una pasta desalmn (delfines) un pan plcido (mesetas) elmedalln perfecto al escalpelo, de reses (bvedas):ocaso, primera manifestacin del orbe en elmomento anterior de la estrella a un titubeo: ybrindan, el ndice al unsono se llevan a la sien.

    Aleluya, la muerte (aleluya): y el sonido interminabledel agujero en los bosques inmediatos el martnpescador hundiendo la cabeza un sobresalto lalaguna.

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    Los dos forenses rozan las pginas abiertas de unlibro a la orilla (jirones) sus batas.

    FIGURA

    En el ngulo superior y derecho del poema vemosuna figura (visible, apenas) entre unas telas o largacapa de yaguas o quizs una urdimbre de malojaso corteza de alcornoque (quizs la figura seacermica) cabe decir con certeza absoluta la nicacerteza (posible) que su ubicacin es ah (ngulosuperior derecho, del poema) (incluso, si ste uotro podra ponerse en tela de juicio) (mas, y con

    el fin de evitar mayores complicaciones, est aqu)hela, figura (sobria) a punto de iniciar una accinverbo o movimiento pendular o recto paraconstituirse o deslindarse o por cierto desaparecerdel todo (pues ya era hora) (nada permanece ni seest quieto todas las horas) (ahora, tal vez, veamosde qu se trata): est (contiguo) el rbol, mirarloms all de la duracin del poema a fin de reunirrbol y figura (en verdad, y slo entonces,deslindarlos) y dar (con) (el) nombre del rbolestamos en zona norte y perifrica (s) (unalcornoque).

    Esto, al menos, se sabe.Yo miro: en el espacio o lmina un alcornoque

    corpulento cuya corteza fuera recin extrada parala confeccin de unas (toscas) ropas (largas) deperegrino que no mueva el viento en ninguna desus numerosas variantes y circunstancias (as, notoy austro dulciformes o brego y tramontanoulululones) esa ropa est firme est quieta (ah)inamovible no hay fuerza motriz que alteredesplace o agite un punto (por mnimo) la figura(mirmosla, a su difcil centro acudamos cualabejos y hormigos y cigarros a mirar) (mirar) estempapada: aguas calostro fiebres ceras serrn

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    salazones faena el venreo apetito la andinahondura del mantillo o las agujas repodridas delpino en las pinedas interminables (todas) (y cadauna de estas cosas) (y ms: hay ms: habra ytendra que haber por supuesto mucho ms) calan

    a fondo todo lo exterior, de la figura (manoderecha, supra, poema) no la rozan ni mucho (la)zarandean, quebrantar (su centro) un (imposible):pupila de la pupila en la cola cerrada del ojo nicodel pavo real y sufijo nico (ltimo) de la luz,ciegos (acudamos) a ver qu certeza ltima (nica)deslindamos.

    Y sin embate (ya) poder decir (decir?) no esquebracho ni guanbano ni alborotado panal deniguas zumbando alrededor de la larga capa delperegrino (capa?) (y peregrino?) (ser de tediosa

    y reseca cermica invulnerable, la figura?): no espalma real no es brezo loe ni altura (olmo, nogal)jams ser otra cosa: un algarrobo, jams. Ytocn de algarrobo, por favor? Tampoco, y jams.Queda (claro) dicho: sea. Esto, ah, as, se llamarbol alcornoque de cuya corteza sacan loshombres el material poroso y funcionaldenominado corcho de utilizacin industrial queconocemos bien desde los llamados tiemposinmemoriales el peregrino o figura en el ngulosuperior derecho de este poema (o cualquier otro)viste largas ropas (curioso, verdad?) (y quverdad?) fabricadas del material que se desprendeen pocas de cosecha del rbol (nuestro)alcornoque: miramos y vimos; est claro.

    Y apena mirar el rbol en su espacio nico (y ltimo)en carne viva y llagado (mojndose) a laintemperie (llueve) (y llueve) quema su cruda carneexpuesta a brumas lluvias vendavales el inclementefro norte y la nevisca: pobre pobre su utilizacin.

    Descortezado, el alcornoque (para vestir o tal vezataviar la figura a su lado, extremo derecho, ah)entre aguas resplandece llamea, rojizo (imberbe)(pber, rbol): bello animal (nuestro).

    Largo, est el ojo en su corpulencia: el mucho mirar,

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    descompone. El alcornoque, est desfigurado. Surazn expresa consiste (ahora) en configuraraquello a su lado que vemos desde aqu a punto dealzar (es movimiento, verbo, figuracionesnuestras?) (pobres pobres, nosotros) un pie

    descalzo o con sandalia de lber golpeado yreblandecido hasta tomar nueva forma denominadasandalia y un pie descalzo o calzado inicia(expreso) un movimiento en la tabla rasa de todocuanto se encuentra a su alrededor, da un paso: yotro. Apoya el cayado de duro boj contra el fondode la lancha calafateada (roble) (y puedenemplearse el pino el cedro la caoba la majagua ahtierra y mundo compuestos e interminables tuscosas y cosas y ms, ah, yo miro, yo estoy vivo,yo soy compuesto y me palpo cun abrumado

    estuve, cierro los ojos (enferm) esta vuelta eraimprescindible, estoy, aqu, me calzo y visto: meseparo).

    Reparado, fui: y cantan los calamones huelen a vivolos mangos que acaban de comprarle al viandero ypuso (ella) ah en el frutero del comedor, tallado.Viva la madera. Viva su configuracin. Viva laforma acogedora. Meto la mano, y vivo.

    No temo el espacio blanco y ojo y pupila de la pupila(cero) (y ninguno) (y pregunta) no temo.

    Ni los ngulos cuatro del papel del espacio astral delrayo perpendicular de los muertos ni el canto bastodel gallinceo ni el desconocimiento, temo: notemblar, ingerir.

    No temblar, inscribir (burilar) con llaga y llamaencima de la corteza, descortezar la noche.

    No s, helo (aqu). Un peregrino se asoma y veo queviste ropas oscuras de peregrino y una calabazagolpea sus flacos muslos al comps: ser yo, yabasta. Es suficiente, ser yo.

    Y este espacio continuo (palimpsesto, tranquilo afnlos das: transcurrieron) sobre la mesa coloco(impuesto) una hoja de papel (transcribo) (cmo?)(qu?) no pregunto (jams) para qu por qu slocmo qu anoto (en la inmensidad) el claro apoyo

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    de una figura precisa que a la orilla de un lago olaguna (Biwa o Ariguanabo) ve alejarse losbosques (amados) (de veras, amantsimos) y sirvede pretexto al canto (oscilacin) palabras (dicen)(redicen) y se hace (esto) con su figura

    contemplativa se desliza un punto (lejano) (cadavez ms lejano) (cobra altura, ah, a manoderecha, ese punto) (rbol?) (cul?) (quin?)(peregrino o figura de yagua o cermica?) vedcmo se ven.

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    Jos Kozer,Material de Lectura,Serie Poesa Moderna, nm. 173, de la

    Coordinacin de Difusin Cultural de la UNAM.Cuidado de la edicin: Adriana Daz Enciso.