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D E L G L O R I O S O ' A Ì ’ Ó S a ' O L
SAN JAIME:L E D I X O
EN LA SANTA IGLESIA METROPOLITANA
D E LA C I U D A D
B-i- V A L E N C I A
2 5 DE J U L IO D E L A ÑO DE I 7 8 4
D O N P A S Q U A L V IC E N T E L A N S O L A ,PR ESBÍT E R O , D O C T O R EN S A G R A D A T H E O L O G Í A , C A T H E D R Á -
T I C O QUE F U E DE F IL O S O F I A , Y L E N G U A S A N T A E N L A
U N IV E R S I D A D DE V A L E N C I A , S U B S A C R IS T A , Y M A G IS T E R
D E L A S A N T A I G L E S I A M E T R O P O L I T A N A , Y PROMOTOR F I S
C A L DE L A R E A L , Y E C L E S I Á S T I C A C U R I A C A ST R E N SE
DE D I C H A C I U D A D .
EN MADRID MDCCLXXXV.PO R D , J Q A C H ÎN I B A R R A , IMPRESÇR DE C Á M A R A D ÿ S. M.
C O N L A S L I C E N C I A S N E C E S A R IA S . •
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blar de la dicha de España , logrando en
la Tierra por Maestro en la Religión
Christiana , y por Patrono en el Cielo à
este insigne Apóstol. \ Asunto grande \
Digno por cierto de habilidad superior
á la mia. Pero corno la virtud de los
Santos , eternamente hermosa , aparece
siempre admirable , se tendrá mi argu
mento por digno de aprecio. Esto me ani
ma á ofrecer á V, E. estos rudos cona
tos 5 enderezados á celebrar un Apóstol^
de quien los Reyes de España se glorian
ser Alféreces , cuyas cenizas depositadas
en nuestra misma España honráron á los
Arzobispos de Sant-Iago por Capellanes
mayores de nuestros gloriosos Monarcas^
y este cargo se halla V. E . exerdendo
hoy en su Corte , acompañándole con el
de Vicario General de las Tropas de Mar^
y Tierra , y debaxo de su jurisdicción
tengo la honra de ser Promotor Fiscal
de la Curia Castrense de Valencia , y
añadida esta obligación , para profesar
me súbdito agradecido á V, E. Muchas^
y muy singulares noticias pudieran decir~
se de la grande antigüedad singular no
bleza 5 y famosas hazañas de sus escla
recidos Progenitores J pero séame de al
guna disculpa e l señalar con mi pluma á
V . E. para que lo que yo no puedo en
cerrar en pocas lineas lo publique mejor
e l buen exemplo que V. E . ha dado en
sus Prebendas , Dignidades , Judicaturas,
Preladas , y Cargos , que en todo el cur
so de su vida ha desempeñado con tan
universal aplauso en Barcelona , Capital
de su Provincia , y en las dos Cortes de
Roma , y de Madrid , imitando á su gran
de Abuelo el Excelentísimo Señor M ar
ques de Castel-Dosrius , que fu é el pri
mer Español que besó la mano al animo
so , y magnánimo Señor Don Felipe V.
como á su Rey , y Señor natural en el
Palacio de Versalles , en presencia del
Grande Luis X I V , Rey Christianisimo de
Francia , y de Jacobo I I , Rey Católico
de Inglaterra. T dignándose V. E . de
confirmarme en su poderosa protección,
sírvase de admitir en señal de mi reve
rente obsequio esta Oración. S i yo consi
go este favor , entre las muchas honras
que he recibido de V. E. apreciaré esta,
como la mayor.
Dios guarde á V. E. muchos años pa
ra continuar dichosamente su fe liz carre
ra. Valencia á i de Noviembre del año
1 ^ 8 4 .
E x c T Señor.
Pasqual Vicente Lansola.
(?)
Accessit ad Jesum mater filìorum
Zehedceì. m a tth . c . 2 0 .
I intento es hablar del esforzado
guerrero, y defensor magnánimo
de la F e : del zeloso infatigable
obrero del establecimiento de la
Santa Iglesia : del varon prudente, y alentado,
que mejoró las pretensiones, y deseos del tro
no , por el cáliz amargo de las angustias , y
del martirio : del Caudillo valeroso, que en
caminó para el C ielo á los nacidos entre las
espesas malezas de la idolatría, y de los v i
cios : del irresistible hijo del trueno , á cuyo
eco se estremecían los montes del error , y su
perstición : del Carro , y Trono portátil del
Espíritu Santo , que hizo feliz á E sp a ñ a , tra-
yéndole la luz de la F e , y el fuego de la ca-
B
ridad : del Discípulo escogido por Jesu Christo
para ser testigo honroso de sus glorias en el
Tabor , y compañero fiel de sus agonías en el
H uerto ; y que reservado en el secreto de los
juicios del S eñ o r, estava destinado para ser el
primero que anunciase su nombre entre las N a
ciones , y el primer mártir entre los Apósto
les : del segundo esclarecido Jaco b , que en el
suelo dichoso de nuestra España levantó la pie
dra para título de la escala mística de la glo
ria j quiero d e c ir , la Cám ara A ngelical de Za
ragoza , templo primero de esta N ación : del
P a d re , Patrono , y P ro te cto r, gozo , alegria,
g lo r ia , y corona de los Españoles : del Após
tol 5 digo 5 SAN JAIME , cuyo solo nombre bas
ta para formar el mas cumplido elogio ; 'este
es el sugeto cuyas glorias vengo á publicar es
ta mañana.
Empresa d la verdad d ifíc il, si he de sa
tisfacer á vuestros deseos : asunto superior á
( i 3)
tribulación ; y quanto esta llama es mas ardien
te 5 y mas v iv a , tanto mas fa c ilita , y asegura
el desempeño del Apostolado.
Bien puedo pues d e cir, y afirm ar, que fué
singularmente e x a cto , y glorioso el de nuestro
Apóstol JAIME. Observad vosotros sus primeras
llamaradas , y al oir , que preguntándole Jesu
Christo 5 si podia bever su cáliz : Potestis bibe-
re calicem quem ego biblturus sum' ? ¿Podéis
bever el vaso que yo tengo de bever ? L e
responde sin detención con aquella voz de tan
to esfuerzo : possumus , podemos , ánimo tengo
de tomarle y de agotarle : admirad las primi
cias de su z e lo , mientras que yo para descu
brir de algún modo sus quilates le pregunto:
¿qué es esto, esclarecido Apóstol? ¿No sois vos
el mismo que por medio de vuestra madre
Salomé pretendíades poco antes las primeras si
llas , y los puestos mas distinguidos en el R ey-
no de vuestro Prim o? ¿C óm o es que ahora os
(m)
determináis con tanta valentia a bever su cá
liz? M ir a d ,Santo A p ó s to l, que es muy amar
go , y penoso : que es cáliz de trabajos, y as
perezas ; y finalmente , que en el último sor
bo bevereís la muerte.
E n e fe cto , Señores, el cáliz de Jesu Chris-
to es cáliz de tales amarguras , y pen as, que
no se hallará entre los hombres , quien ten
ga esfuerzo para b e v e rie , y agotarle y aun
por esto le reparte con tal medida la Provi
dencia D iv in a , que si da á provarle á los mas
animosos, al mismo tiempo endulza su amar
gura con algún consuelo : ¿cóm o es p u e s , es
clarecido JAYME , que bastando unas pocas go
tas para satisfacer la sed de padecer por Jesu
C h ris to , os ofrecels á bever todo el cáliz?
¿A caso pensareis, oyentes m io s, que fal
tan á JAIME alientos para esta grande empre
sa? ¿N o sabéis, que ofreciéndole su cáliz , el
Maestro Soberano le animó , y esforzó para que
fuese su imitador fiel , y participante de las
amarguras de su P asió n , con los méritos de su
A postolad o, y M artirio? ¿N o sabéis, que Je
su Christo 5 con la misma pregunta , alumbró
maravillosamente su entendim iento, y encen
dió , y abrasó su corazon de tal m anera, que
inflamando su voluntad le hizo trocar las pre
tensiones de las glorias terrenales por el cáliz
de las amarguras , y penas?
Possutnus pues , le respondió animosamen
te , comprehendiendo en esta sola expresión los
esfuerzos del mas fino am o r, y del mas varo
nil , y alentado zelo ; como si d ix era , según lo
declara el gran Basilio ^: Y a conozco , Dios
mió 5 las obligaciones de mi llamamiento , y
acepto con gusto las temibles cargas del Apos
tolado. Si para desempeñarle es preciso seguir
una vida humilde , pobre , y penosa, possutnus'.
la emprendo desde ahora , y para ello he en
trado en vuestra escuela, y compañía. Si es me-
c
nester desprenderse de todos los a veres, y co
modidades del mundo , possumus : V os sabéis,
que á la primera insinuación de la dulce , y
amorosa voz con que me llamastes , dexando
las redes , y á mi p a d re , al punto fui en vues
tro seguimiento. ¿E s menester acometer em
presas d ifíciles, y andar pisando espinas , y
abrojos ? possumus : aliento tengo para ello.
¿E s necesario tolerar furiosas contradicciones,
y acabar la vida á los filos del cuchillo? pos
sumus : resuelto estoy á hacerlo Ipor v o s , y
por la gloria de vuestro santo nombtt.Laudandus
certé animi generosi ímpetus, exclam ava al consi
derar esto Santo Thomas de Villanueva % y el
Á n g e l de las Escuelas Santo Thomas de Aquino,
para hacer mas c re ib le , y grandioso este raro
prodigio de fervoroso z e lo , que parece no ca
be en la estrecha esfera del corazon humano,
nos d ic e , y afirm a, que traia su n o b le , y es
clarecido origen del intensísimo amor con que
( l ? )
JAIME amava ^ J^su Christo. Possumus : ex
amore ad Christum , quìa ita adhi^rebam Chrìs^
to quod mors eos ab ipso separare non posset ^.
¿ Y no veis también vo so tros, que con aquel
possumus tan enfático manifestó los fondos de
su espíritu , y la hoguera de caridad, y zelo,
que ocultava en su corazo n , y que no cabien
do en su pecho necesitava de m ayor extensión,
y anchura?
N o podria , aunque todo y o fuese lenguas,
no podria aclarar devidamente el extraordina
rio crecimiento que tuvieron , y el raro esfuer
zo 5 y valor que avian de tener en adelante.
Bastará deciros , que uvo de contener el mis
mo Jesu Christo el zelo del Apóstol j a i m e ,
quando indignado contra los te rco s , y obstina
dos hijos de Sam aria, p e d ia , que baxase fue
go de los Cíelos que los abrasase, y consumie
se ¡Ah! que estos fogosos m ovim ientos, y no
tables hechos de j a i m e moviéron al gran P a-
c a
( i 8 )dre de la Iglesia San Juan Chrisóstomo para
estimarle como uno de los mas excelentes Dis
cípulos de Jesu Christo ^.
Pero si en el principio de su Apostolado,
ántes de aver recibido la plenitud de dones
del Espíritu Santo , centelleava, y echava fue
go ; ¿qual seria , dice el Venerable Beda, quan
do ya fico de e llo s , nuevamente encendido, y
caldeado en el horno , y fragua de la caridad,
y del zelo , emprendió las arduas tareas del
ministerio Apostólico?
Y a es pues por demas buscar otros apo
yos : V os y esclarecido j a i m e ; V os mismo
aveis de dar el testimonio , y prueva indubita**
ble de vuestra caridad , z e lo , y gloriosas fa
tigas del Apostolado. Salid p u e s, Capitan in
vencible de la f e , salid á pelear las batallas del
Señor , salid á acaudillar sus soldados con las
armas de su divina palabra. Revestido estáis de
fortaleza , y ceñido con el valor de las virtudes:
( ip )
embrazad el escu d o, y rechazad las saetas que
disparan de su arco los enemigos de la F e : cor
red por la Judea, y Sam aria, y sembrada la se
milla de la palabra de D io s , venid á España á
propagarla, y alumbrar este suelo tenebroso con
las celestiales luces de la verdad christiana.
¡Ó que vista tan hermosa van á formar la
caridad, y zelo ardiente de j a i m e en este afor
tunado , y anchuroso suelo! E n e fe c to , ¿que
lengua podrá declarar la presteza con que
principió , adelantó , cumplió , y desempeñó
las muchas obligaciones de su trabajoso A pos
tolado? Porque j a i m e , llamado hijo del true
no por el fervoroso zelo con que propagava
el Evangelio , y porque sus palabras eran ra
yos de luz ce lestia l, que alumbravan á los
hombres ; y tru en os, que llenándolos de san
to temor , y espanto, los aterravan, y reduelan
al arrepentim iento, y mejoría de v id a , no sa
tisfecho con aver predicado en Ju d ea , y Sa-
(2 o)
maría , y estimulado del incansable zelo de
acrecentar el número de los fieles , pasa los
m ares, y llegando hasta los fines de la tierra,
toma puerto en España para cultivarla con el
arado de la cruz , fertilizarla con el rocío de
su doctrina, enriquecerla con los dones del E s
píritu S a n to , y fixar en ella el estandarte de
la F e de Jesu C h ris to , que siempre ha perma
necido , que siempre ha ven cid o, y ha triunfado
siempre por su intercesión , y amparo.
N o puedo ménos de exclamar , ¡ó España
feliz! ¡ó España gloriosa! bien puedes regoci
jarte 5 y gloriarte entre el resto de las gentes:
bien puedes levantar la voz entre las N acio
nes del O r b e ; porque Dios destinó para Após
tol tuyo un varon tan am an te, y cuidadoso de
tu salvación, que v iv o , y muerto fuese tu es
cudo , y defensa. O lvida los nombres de tus
antiguos dueños, que te enseñorearon para des-*
frutar tus riquezas, y hacerse con ellas céle
b re s , y famosos. Celebra únicamente al que
vino á ganarte, no con la espada, sino con la
evangélica doctrina, para enriquecerte con ce
lestiales tesoros , y ennoblecerte con el precio
so esmalte de la Pasión de Jesu Christo.
¿ Y que otra cosa manifiesta la Iglesia quan-
do canta para consuelo, y alabanza t u y a : O
gloriosum Hispanice Regnum , talí pignore , ac
Patrono munitum , per quem fe c it illi magna
qui potens est^^ sino que á mas de dever á tu
ínclito Patrón la libertad , y aver sacudido el
pesado yu go de los M oros , logras por su in
tercesión la mayor grandeza , extendiendo tus
dominios en las quatro partes del O r b e , para
que como vid frondosa dilates en ellas la F e de
Jesu Christo , aviando logrado la Iglesia por la
constancia de tu z e lo , que se puedan repetir las
palabras de Isaías : D ilata locum tentorii t u l , et
pelles tabernaculorum tuorum extende , ne parcas^
longos fa c funículos tuos , et clavos tuos consoli-'
(a s)
¡Ó Iglesia Santa! ensancha a leg re , y go
zosa el sitio de tu cabaña , y las cortinas de tus
tiendas sean extendidas , no seas escasa j alar^
ga tus cuerdas y fortifica tus estacas j pues por
la fe animosa de los E spañoles, logras tu
yor dilatación. A d dexteram , et Uvam pene^
trabis. Penetrarás por uno , y otro polo , por--
que á la tYiano derecha y a la tyiano izquierda,
has de crecer , y no solo España sera tu he
rencia , sino que por ella se te allegarán las
Naciones mas bárbaras, y remotas del Orbe.
¿ Y esto no lo ven nuestros o jo s , y tocan
nuestras manos? En verdad , ¿quan dilatado,
y floreciente govierno logra ya la Iglesia en
Pueblos , y Naciones ántes desconocidas? ¿Que
navegaciones tan venturosas ha hecho la pobre
nave de la Ig le s ia , surcando con los brazos de
los Españoles embravecidos , y tempestuosos
mares ? ¿ Q ué muchedumbre de Misioneros
Apostólicos ha embiado España ai N u evo M un
do , para enarbolar, y plantar el estandarte de
la santa Fe , donde no se oía , ni aun el eco de
su nombre? ¿Q u é otra M onarquía, sino la de
España , ha descubierto tantos R e y n o s , y Pro
vincias ignoradas? ¿Q u e otros que los Españo
les han llevado el nombre , y F e de Jesu Chris-«
to á ambas Indias? ¿Quienes sino los Españo
les han derramado los primeros su sangre en
testimonio de la Fe de Jesu Christo en los R e y -
nos del Jap ó n , y en el Imperio de la China? /
¿ A que otros que á los Españoles ha devido
la Iglesia el homenage de tantos P rín cip es, y
R eyes? ¡O si hablaran en este p u lp ito , y en
este dia los Sumos Pontífices G regorio XIII. y
Sixto V ! Estos nos manifestarían el gozo , y jú
bilo con que recibiéron á los Embaxadores em-
biados desde seis mil legu a s, para protestar la
F e de Jesu C h risto , y besar el pie á su V ica
rio , m ovidos, y estimulados de la predicación
de los Ministros Apostólicos Españoles.
(m )
¿M as á quien se deve todo esto sino al
ardiente z e lo , y laborioso Apostolado del es
clarecido , y valeroso j a i m e , que sembró en
España estas sagradas semillas? Confesémoslo,
Señores, confesémoslo con lágrimas de ternu
ra. En nuestra España derramó el A póstol j a i *»
ME el celestial bálsamo de su doctrina para
ablandar los empedernidos corazones de sus
habitadores: á España comunicó todo su espí
ritu , y en ella esparció tan abundante, y co-<
piosamente la preciosa semilla de la f e , que á
pesar de la dureza del suelo naciéron fecundas
p lan tas, que bastáron para comunicarse á otras
Provincias , y Naciones las mas áridas , incul
tas , y desiertas, pudiéndose decir en elogio
del Apóstol JAIM E , que por su predicación se
ve cumplido el oráculo de Isaías : E t semen
tm m gentes hareditabit, et civitates desertas
inhabitabit “ : y tu simiente heredará g e n te s , y
habitarán las Ciudades asoladas.
¿ Y no descubrís vosotros el celestial es
píritu que le dirigía , y alentava , avíendo oí
do JAIM E de los labios de m a r í a s a n t í s i m a el
alegre , y anticipado anuncio de que España
estaría siempre baxo de su amoroso patrocinio,
como N ación que entre todas seria la mas de
vota hasta la fin de los siglos? M as aunque el
infatigable j a i m e iva cultivando á E sp añ a, y
recogiendo la costosa mies de su predicación
apostólica, sin em bargo, ni pudo por sí mismo
cuhivarla toda , ni recoger por sus propias ma
nos todos los frutos, porque á mas de la vasta
extensión de este continente , las ansias de be-
ver el cáliz de Jesu C h ris to , y el empeño de
cumplirle la palabra de aquel possumus , las an
sias , digo , de padecer martirio le apremiavan
á dar buelta á Jerusalen, donde este celestial
M aestro avia bevido el cáliz de amargura.
¿Pero que es lo que vais á h a c e r ,C a u d i
llo ilustre? ¿ E s sazón esta para dexar á Espa-
D 2
ña? E s verdad , que la aveis esclarecido con
vuestra predicación, y exem plos, pero con la
velocidad de trueno , y de relámpago 5 y por
esto mismo echarán ménos los Españoles vues
tra presencia : es todavía tiernecito el trigo , fru
to de vuestra sem entera, y expuesto á que le
marchiten los cierzos , y broten otra vez las
m alezas, y abrojos del Gentilismo.
Bien pudiera y o ah ora, S eñ ores, continuar
la sú p lica , y aumentar esta amorosa q u eja , si
no estuviera cierto , de que el Apóstol j a i m e ,
alumbrado del C ielo avia hallado el medio de
alejarse en persona de E sp añ a, y quedarse al
mismo tiempo en ella por el ministerio de sus
am ad o s Discípulos. Y en verdad ¿que otra co
sa fueron Torquato , C te s ifo n , Segundo , In
dalecio , C ecilio , Hesichio , y E u frasio , sino
siete infatigables operarios, que continuaron la
obra principiada por nuestro A p ó sto l, y la per-
ficionáron con trabajos indecibles? ¿Q u e otra
cosa fueron sino siete lucientes A s tro s , que res
plandecieron disipando las tinieblas en la ausen
cia de la brillante lumbrera de j a i m e ? Estas son
las sem illas, y estas son las plantas que dexó ar
raigadas en España nuestro insigne A p ó sto l, que/
diéron fruto abundantísimo. A estos Astros , de
ve sin duda nuestra España aver triunfado de la
Idolatría, y Mahometismo : á estos Discípulos
se deve la ruina, y exterminio de los vicios : á es
tas semillas, y á estas plantas se deve atribuir el
crecimiento de las virtudes, y la propagación de
la Fe en nuestro continente : por ministerio de es
tos zelosísimos D iscípulos, primeros Obispos de
España , continuava el Apóstol j a i m e las empre
sas de su Apostolado, j a i m e era el que por su me
dio dilatava la creencia en Jesu Christo : j a i
m e era el que por sus manos ord en ava, y dis
ponía la Gerarquía E clesiástica , y con su san
gre dedicava las Ig lesias, como lo escrive San
G regorio V IL á D on Alonso , y á D on Sancho,
( . 8)/
R eyes de C a stilla , y de Aragon. A j a i m e , y
á estos se deve la succesion continuada de los
O bispos, y la Fe no alterada, que tanto ha flo**
recido, y florecerá por su intercesión en nues^
tra España hasta la fin del mundo./
A JAIM E deve Toledo los E u gen io s, Ilde
fonsos , y Julianos : Tarragona los Fructuosos,
y Oldegarios : Sevilla los L ean dros, é Isidoros:
Zaragoza los Valeros , y Braulios : Valencia
los Eutropios ,vy Thomases de Villanueva ; y to
da España tantos Prelados, que la han ilustra
do en virtud , y letras : en fin , como succeso-
res , y depositarios de la Fe predicada por j a i
m e , y sus Discípulos. ¡Ó ! y con quanta razón
puede decirse del insigne j a i m e lo que de sí
decia el A póstol de las Gentes escriviendo á los
de Corintho : Nam si decem millia pcsdagogo-*
rum habeatis in Christo , sed non multas patres:
que aunque tengamos diez mil ayos en Chris
to , que se empleen en nuestra instrucción j p e-
ro JAIME es el Padre que nos ha engendrado
en Jesu Christo por el Evangelio : Nam in
Christo J e s u , per Evangelhm ego vos genuu
Sí 5 Señores, todo e s to , y mucho mas de
ve nuestra España al Santo Apóstol j a i m e :
quanto bueno hay en ella es fruto , y co
secha de su infatigable z e lo , y trabajoso A pos
tolado.
Pero ya es tiempo de que celebremos la
constancia con que nuestro esclarecido A pós
tol dió testimonio de la Fe , que nos avia pre
dicado 5 ofreciendo su garganta á los filos del
cu ch illo , y coronando su Apostolado con la
gloriosa laureola del Martirio. Buelto , pues,
nuestro Apóstol á Jerusalen, con los vivos de
seos de asemejarse en la pasión á su M aestro,
continuava su ministerio fortaleciendo á los fie
les con su e x e m p lo , y doctrina, y arrancando
la mala semilla que avian sembrado F ile to , y
Hermógenes. Y correspondiendo el fruto á sus
(so)
trabajos, Herodes A gripa , como defensor po
lítico del Judaismo , echó mano primero del
Apóstol JAIME, y mandó degollarle para con
graciarse con aquel Pueblo terco , y obstinado,
sediento de la sangre de los P ro fetas, de la de
nuestro Redentor Jesu C h risto , y de la de sus
amados Discípulos.
¡Ó ! que golpe este tan sensible, si por otra
parte no fuera motivo de tanto aprovechamien
to para nosotros! p o rq u e, como dixo Tertu
liano , la sangre de los Mártires es semilla de
Christianos. Así la sangre de j a i m e fue semilla
que se multiplicó en España tan copiosamente,
que no bastando todo su suelo, ocupó también
e l de un mundo nuevo. C on la muerte de j a i
m e , no penseis, amados o y en tes, que se apa
gará la lumbrera de la Fe , que él avia encendí*
do , ántes bien con el precioso aceyte de su
sangre arderán incesantemente nuevas luces,
que añadiendo claridad alegrarán la Iglesia, her*-
(3 omoseando sus mas festivos días, j a i m e , que
como primer M ártir entre los A póstoles,
viviendo guió para el C ielo á los m ortales, es
ahora desde el asiento de su gloria , para el Pue
blo Christiano , como la coluna de fuego que
alumbrava , y encaminava al Pueblo de Dios
en el Desierto. Este grande Apóstol será siem
pre para España otro Caudillo , como lo fué
M o y se s , y otro Capitan , como lo fué el M a-
cabeo para el Pueblo Hebreo. Recorred en
apoyo de esto las Escrituras Santas. ¿Q ue fué
entrar M oyses el primero en el M ar Verm ejo,
sino traer en su seguimiento á todo el Pueblo?
¿Q ue fué presentarse el gran Simón con ánimo
invencible á la frente de los esquadrones ene
migos 5 y pasar el primero el torrente , trans-
freta v it prim us , sino traer en su seguimiento
veinte mil Soldados de su E x é rc ito , alentados
con su v is t a , 'y exem plo? N o fué , pues, otra
cosa pasar j a i m e el torrente de las penas , y
E
entrar el primero en el M arV erm ejo del M artirio,
que animar con su constancia, y exem plo el cre
cido número de los fieles que le siguiéron, ofre
ciéndose á las C atastas, y Eqüleos con la ale
gría , y gusto que pudieran apetecer las blan
das 5 y mullidas camas.
N o hay d u d a , que son m uy gran d es, y
sobresalientes los méritos del Apostolado , y
M artirio de j a i m e adquiridos con su ardiente
carid ad , y constante zelo : ni la hay tam poco,
de que es incomparable merced hecha á Espa
ña averie Jesu Christo destinado por A póstol
suyo á uno de sus mas amados D iscípulos, á un
pariente suyo m uy cercano, y al primer M ártir,
y testigo de su F e , para que entendiésemos los
Españoles, que devemos ser entre todos los hom-<
bres los mas agradecidos.
Seáraoslo , S eñores, imitando sus virtudes,
y exercitando la caridad con el pró xim o, y ze
lando la h on ra, y gloria de D ios para dar el
fruto correspondiente á la predicación de nues
tro A p ó sto l D e otra suerte devemos temer nos
desam pare, y diga de nosotros: Curavimus Ba-
bylonem, et non est sanata, derelinquamus eam
y de P a tró n , y Abogado para con Dios se buel-
va F is c a l, y acusador en el ultimo dia. Y como
de M oyses dixo Jesu Christo hablando con la
Sinagoga : E st qui accusat vos Moyses^ in quo vos
speratis : nos diga á nosotros : j a i m e , en quien
vosotros esperábades , y á cuya intercesión he
deferido tan to , es vuestro F is c a l: E st qui accu
sat vos yacobus , in quo vos speratis. N o sea así.
A póstol Santo : mirad , que somos vuestra grey,
y vos P a sto r, y Obispo de nuestras alm as, que
distes vuestra sangre en testimonio de la F e de
vuestro P rim o , y en confirmación de la doc
trina que nos avíades anunciado. Si perecemos
nosotros, perece el fruto de vuestras fatigas
A p o stó licas: si nosotros padecem os, padece la
m ies, que vos avíades sembrado , y recogido
con los sudores de vuestra predicación. N o lo
permita Dios. N os confesamos r e o s , y culpa
dos ante vuestro acatamiento. R e c ib id , A pós
tol S a n to , nuestra humilde confesion , y arre
pentimiento 5 guiando desde el trono de vues
tra gloria á este vuestro rebaño. N o es ai en
el C ielo 5 donde habitais, ménos benigna vues
tra caridad , ni ménos fervoroso vuestro zelo. Y
si á costa de tantos trabajos procuraste hacer
nos felices ; aora que sin ellos puedes alcan
zarnos las bendiciones del Altísim o , pide á es
te que las eche sobre esta viña que plantaste
con tu derecha , que regaste con tu sudor , y
que fertilizaste con tu sa n g re , aunque no der
ramada en nuestro suelo ; para que con bendi
ción tan poderosa, logremos la dicha de ala
bar á D ios en compañía t u y a , por los siglos
de los siglos. Am en.
( 3 s)
* Condone r. a d Equités Commendatarios.
* Isaiæ cap. 6 v. 6 : et 'volavit ad me m us de Seraphim et
in manu ejus calculus , quem forcipe tulerat de a îtari ::: v . 7
et tetigit OS meum et d ix it: Ecce tetigit hoc labia tua et au-
J^efetuy iniquitas tua , et peccatutn tuum fïiutidabitur.
3 M ath. cap. 20 v. 22.
In Constîtutionibus exercitatoriis cap. 22. Indicant hoc
etiam ß l i i Zehed^ i matrem intercedentem , ac otantem pro
ipsis adducsntes , ut sede ex dextvis , ac sînistTÎs honova-“
TentuT ’*•* et cutn fetn sua spe maxime contvatiam audi'vissent
non dîxerunt, ob alias spes te accessimus , et contraria his
qude speravimus nobis pr^ecipis H ^ c itaque omnia pre£ter
spectationem ubi audi'vissent inclinata mentis cervice jugum
subierant s et prompte ad pericula > ad forum et tribunaliUf
a d contumelias , ad lapidationes , ad ignominias , a d cru~
ces , ad 'varias mortes processerunt, et cum tanta alacri-
tate h ec sustinuerunt, ut g a v is i sint , ac splendida fe s ta
celebrarint, quoniam C hristi passionum participes ß e r i digni
fa c t i sunt.
5 Condone i . ad Equités Commendatarios.
Cap. 20 in M a tth .
7 Lucæ cap. 9. v. 54 , et 55. Cum 'vidissent autem disdpn^
H ejus Jacobus, et Joannes dixerunt : Domine v is didmus,
ut ignis descendat de calo et consummat illos? E t con'versus
increpavit illos, dicens : N escitis , cujus spiritus estis.
* Homilía 56. in M a tth . cap. 16. Cur hos accijtit solos?
quia hi aliis pviestantiores erant.
9 Antiphona in secm àis Vesperis.
” Capite 54. 'I’.
“ Capite 54. 'V. 3.
** I . a d (^ in th . cap. 4. w. 15.
*3 Joann. cap. 5. v. 45.
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