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Autora: Aida Alonso de la Torre Rodríguez
Doctoranda en la universidad Pablo De Olavide
Resumen
El objeto de estudio de la actual investigación para el doctorado de Ciencias Sociales
en la Universidad Pablo de Olavide, es el papel que puede desempeñar la profesión de
Trabajo Social dentro de los procesos comunitarios autogestionados en distintos barrios,
y a la vez que nuevos conocimientos, herramientas y técnicas pueden aportar estos a la
profesión. Todo ello para lograr favorecer el desarrollo y la participación de la
ciudadanía.
Palabras Clave: Trabajo Social Comunitario, Autogestión, Participación, Barrios y
Resiliencia Comunitaria.
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Introducción
La comunicación hace referencia al trabajo de tesis que se viene desarrollando este
primer año en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales de la universidad Pablo
Olavide, bajo la dirección del Profesor Dr. Javier Escalera Reyes, del Departamento de
Antropología Social, Psicología Básica y Salud Pública.
El objeto del estudio reside en el análisis de la relación potencial entre los procesos
comunitarios y el Trabajo Social, el papel que puede desempeñar la profesión dentro de
procesos comunitarios en centros sociales y como estos pueden abrir nuevos campos
para la intervención social. Por un lado se quiere explorar las contribuciones que puede
hacer el Trabajo Social a estos procesos colectivos, así como la búsqueda de nuevas vías
de intervención social comunitaria que favorezcan el desarrollo y la participación de la
ciudadanía. Por otra parte, se buscan las herramientas y técnicas que estos procesos
pueden aportar al ejercicio del Trabajo Social Comunitario y a la intervención social.
De este modo se pretende desmontar conceptos e ideas prejuzgadas sobre estos
procesos, visibilizando las aportaciones que los mismos hacen o pueden hacer al
desarrollo de una sociedad más democrática y participativa, así como ampliar las
posibilidades del Trabajo Social como instrumento para contribuir a ello.
Hay que entender que todo lo que aquí se expone forma parte de un espacio aún en
construcción y abierto, esta investigación hace una profundización en un proceso social
complejo y dinámico lo que somete al estudio a contantes variaciones, es decir, el
avanzar te obliga a ir para atrás. En la investigación de las Ciencias Sociales no existen
recetas, fórmulas, ni atajos, son procesos muy complejos ya que incluyen infinidad de
relaciones interconectadas y además se encuentra en construcción constante.
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1. Ciudades, Barrios y Procesos Comunitarios
“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y
también de la locura. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada (…)”
Charles Dickens, Historia de dos ciudades,1859.
Se hace inevitable delimitar el marco del objeto de estudio por eso se ha definido el
planteamiento de las ciudades y los barrios. Al definir y entender los conceptos más
amplios se consigue poder centrarse en las unidades fundamentales del estudio y dar
más protagonismo a los mismos. La justificación de este análisis de planteamientos
urbanos viene dada por la necesidad de encajar los centros sociales en un modelo
urbano, el fin es estudiar los centros sociales como ente y recurso para el barrio dentro
de un contexto urbano diverso, plural y complejo. Si no se entendiera qué papel deben
jugar los centros sociales en el barrio como fuente de resiliencia colectiva no tendría
razón de ser el propio estudio.
El espacio público no es una construcción neutra y un espacio en blanco, sino que el
diseño del espacio público responde siempre a una ideología política y social que busca
plasmar unos valores concretos. Como explica Delgado (2011) los espacios públicos no
son lugares casuales sin ningún tipo de oportunidad, son espacios desde donde se puede
hacer política, donde se generan y desarrollan relaciones sociales y son espacios donde
se puede buscar el beneficio colectivo y el bienestar común. En este sentido el espacio
público tiene su semejanza con el lenguaje ya que es un constructo que responde a un
fin. Los poderes institucionales respondiendo a unas demandas privadas y económicas
durante mucho tiempo han plasmado su propia ideología con un fin y con unos
resultados concretos para dibujar y dar forma a una sociedad cada vez más
individualizada, neutralizada y vulnerable a unos intereses particulares de las élites
económicas. Sevilla es un ejemplo de esa respuesta neoliberal de diseño de la ciudad,
pero también se orquestan alternativas de resistencia.
Díaz Parra (2011) indica que Sevilla ha sufrido una transformación urbana desde
hace mucho tiempo común a las grandes urbes nacionales. Hay una acumulación
sectorial del tercer sector y también se da una tendencia de condensación de capitales en
puntos localizados, esto se traduce a que cuando más sector servicios hay los recursos se
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centran en cada vez menos manos, mientras que hay mas negocios familiares
vulnerables, hay empresas con más facilidades que aglutinan el capital muchas veces
son transnacionales. También es interesante el análisis de Cordero y Antón (2015) sobre
como el espacio público se ha ido convirtiendo en meramente espacios comerciales,
especialmente en el centro , hay que señalar que en los barrios aún se encuentran
espacios de construcción pública, bajo la praxis neoliberal el espacio público da
respuesta a intereses económicos y mercantilistas por ello en las ciudades han ido
ganando mucho peso utilizaciones mercantiles como las luces de colores, saturar las
calles de anuncios, monopolización de los locales del centro por transnacionales y
grande empresas; actualmente no hay mucha diferencia entre pasear por la calle Tetuán
de Sevilla a pasearte por la calle Uría de Oviedo. Estos autores manifiestan el ocio
como parte fundamental del tercer sector, en todas las ciudades de España es parte de la
cultura y costumbres más arraigadas la sociabilización en bares y cuando el tiempo
acompaña en terrazas, esto se ha dado siempre pero en los últimos tiempos en los
centros urbanos se da un proceso de saturación de terrazas primándolas al uso comunal
de la calle, todo destinado especialmente a las elites urbanas y al turismo, no hay que
comparar un pequeño bar familiar que pone unas pocas mesas de terraza en un barrio a
las grandes cadenas y locales de hostelería que ocupan las calles con terrazas enormes
en zonas ya saturadas.
Otro rasgo fundamental de esta utilización del espacio público lo indica Delgado
(2011) y es la eliminación de elementos de uso común y que facilitan las relaciones
sociales y la unión colectiva, cada vez hay menos bancos, los parques no son los
espacios vecinales de antaño, no se construyen nuevas plazas. Por lo tanto la
construcción del espacio público responde a una ideología y a unos intereses por eso se
hace necesario luchar para conseguir poco a poco espacios públicos donde no se haga
desde un interés capitalista sino que responda a las necesidades y cotidianidad de las
comunidades y personas.
Esta investigación se realiza en varias ciudades desde los barrios, en Oviedo la
okupación de la Madreña como centro social es un ejemplo, en Sevilla han existido y
existen muchos ejemplos de estas conquistas sociales como pueden ser la okupación de
las corralas, el centro social de Casas Viejas, el Pumarejo, Trasmallol, el Pelicano, o el
Huerto del Rey Moro. Desde estas iniciativas se imprime un modo alternativo de
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entender el espacio público, que no va ligado a nivel consumo puesto que se busca la
participación y el mantenimiento por parte de toda persona que quiera entrar. Por
supuesto reconocer el valor social y cultural que tiene en todos los barrios los parques
donde por las tardes acuden las familias a que jueguen los niños, las personas de mayor
edad que se juntan y conversan cada día en las plazas, cada iniciativa vecinal que surge
en los centros cívicos y asociaciones, es un modo de transformar la sociedad. Mediante
todas esas grandes conquistas que se hacen en el día a día de manera inconsciente y que
se hace necesario mantenerla y general para convertir las ciudades en espacios
compartidos de bienestar social.
Siguiendo con el tema, Marchioni (1999) remarca que es en el barrio donde se
establecen las relaciones cotidianas más básicas que se desarrollan en la ciudad, si se
estudia el barrio se puede entender el desarrollo diario y estilo de vida característico de
esa ciudad. Sin embargo, se debe tener en cuenta la aportación de Delgado (2007) sobre
que los barrios han sido totalmente transformados con un fin de doble sentido, por un
lado las propias relaciones vecinales y sus espacios han quedado condicionadas a las
formas de vida particulares, pero del mismo modo el urbanismo planificado, ha
conseguido un mayor recorte de nuestros modos de relacionarnos a favor de un mayor
individualismo, como ejemplos característicos la eliminación de bancos, espacios
comunitarios, o los propios modos de construir viviendas.
Ello lleva a una pregunta sin respuesta única ¿es la construcción del espacio el qué
nos ha cambiado o somos nosotros y nuestro modo de relacionarnos el qué ha cambiado
el entorno?, la respuesta que esta investigación puede dar es que son ambos factores
unidos los que establecen una relación de condicionamiento que afecta en las dos
direcciones.
Las ciudades y el barrio son parte de la crisis sociocultural en la que se encuentra la
sociedad, no obstante Cadenas (2015) declara que se convierten en un gran banco de
recursos para dar salida a esta crisis debido a la gran diversidad y mezcla que componen
la ciudad. Por ello el modo de vida urbano se convierte en un problema que induce a
esta crisis pero también si se retoma el modo de vida comunitario y vecinal unido a la
diversidad urbana que existe, aparece que la ciudad se puede transformar en un recurso
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para obtener mejores modos de vida para todas las personas, por lo tanto la ciudad
supone del mismo modo un problema y un recurso.
Hay dos modelos de ciudades que dan ejemplo a lo antes argumentado, las ciudades
en transición es un modelo que plantea la ciudad como solución y las smart cities es un
modelo de desarrollo urbano que vuelve a caer en los clásicos problemas de desarrollo.
Comenzando con las smart cities, Noveck (2015) plantea que este modelo de
desarrollo no es una alternativa real al modo de vida de desarrollo consumista de las
ciudades actuales, es un modelo que se forma en una lógica neoliberal. Este modelo de
ciudad se contextualiza en un momento postindustrial donde el eje vertebrador de la
economía y la sociedad son las tecnologías de la información, mantiene la lógica de que
las ciudades tienen que crecer de forma permanente y que este crecimiento sin control
generará un mayor bienestar para todas las personas, el papel fundamental lo ocuparían
las nuevas tecnologías como herramienta de diseño urbano y participativo. El trasfondo
de este planteamiento es generar un diseño de las ciudades dado desde arriba hacia
abajo en una lógica neoliberal. Dicho de otro modo sus modelos de desarrollo se
fundamentan en la exclusión de una parte de la sociedad para la mejora de las
condiciones de vida de una élite, al trasladar esto a las smart cities Ortíz (2005) explica
que se puede observar que la exclusión vendría dada a los sectores alejados de las
tecnologías de la información como la tercera edad, los grupos más desfavorecidos o
grupos rurales entre otros. En este marco las ciudades inteligentes tienen ciertas
similitudes con las antiguas ciudades estados donde se da la unificación de la misma y
su entorno cercano y una competitividad permanente entre las ciudades. La traducción
que tiene este modo organizativo supone someter la diversidad, olvidar la complejidad
urbana y una uniformización de identidades. La sostenibilidad queda sometida también
al propio crecimiento de las ciudades, supone también la perdida de la soberanía
popular ya que el diseño social y urbano se forja en las nubes tecnológicas donde el
control está muy alejado de la ciudadanía y las estructuras colectivas.
Por el otro lado se encontrarían lo que se ha denominado ciudades en transición muy
ligadas a conceptos como la ecología urbana, planteamientos alternativos, culturales y
sociales de las ciudades y a surgimiento de comportamientos resilientes en la ciudades
frente a situaciones de necesidad. Este planteamiento siguiendo a Costa y Martínez
(2013) parte de que las ciudades se encuentran en una realidad cada vez más compleja
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sin que la sociedad le haya dado tiempo a generar herramientas de protección y
desarrollo, también va unido el modo de consumo y el coste energético que ello
conlleva, lo que produce una degradación muy feroz del medio ambiente. En ese
contexto este movimiento plantea que el desarrollo de las ciudades tiene que ir
acompañado de unas herramientas de resiliencia comunitaria que permitan mecanismos
de fuerza colectiva que proteja a las comunidades de situaciones adversas, que prevean
y preparen a las personas para afrontar momentos de crisis y también salgan reforzadas
para el futuro, del mismo modo Gudynas (2011) entiende que el factor humano va unido
al factor ambiental y ecológico ya que es parte de un todo por lo que el funcionamiento
urbano tiene que estar en convivencia con el medio ambiente. De estos planteamientos,
los autores anteriores obtienen cuatro premisas que inician todas las iniciativas bajo el
paraguas de este movimiento:
El cambio climático es un hecho, por ello hay que prepararse e intentar
revertir y mitigas los efectos.
La población y las comunidades no tienen herramientas para afrontar las
crisis.
Se tiene que actuar desde ya y de forma colectiva.
Mediante la diversidad comunitaria y la creatividad se pueden diseñar
modelos vecinales para integrar las comunidades en el medio ambiente
respetando al planeta.
Traduciendo todo esto en apuestas prácticas en los barrios Costa y Martínez (2013)
remarcan dos ejes principales: por un lado la resiliencia comunitaria se traduce en una
resiliencia local donde se fortalezcan los lazos vecinales que permitan un
empoderamiento de las personas apoyándose entre ellas y generando herramientas de
lucha colectiva, es decir, volver a lo local como espacio de diversidad y peculiaridad
mediante la autogestión y auto-organización, por otro lado las tecnologías deben ocupar
un espacio de construcción entre nuevos modos de vida y los conocimientos
tradicionales, también de unir lo macro con lo micro, las tecnologías en este caso tienen
un papel de comunicación, coordinación y facilitador de espacios alternativos frente al
modelo tecnológico capitalista que responden a un modelo de consumo.
Esto en la práctica se concluye en que cada comunidad debe llevar su modelo que
responda a sus necesidades, recursos y realidades pese a que haya unos problemas
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globales comunes que sean solucionados mediante esta diversidad, en este escenario
aparecen monedas alternativas locales, espacios de intercambio y segundas
oportunidades, cooperativas, economías sociales y huertos ecológicos. Alternativas
múltiples y en constante construcción que cada comunidad deberá ver que puede
generar y adaptar. Este movimiento plantea un modo de vida comunitario en las
ciudades que responda a un desarrollo humano dentro del respeto del planeta y que
fortalezca a las personas y comunidades para mejorar, con el reto de unir lo macro y lo
micro, lo local y lo global aprovechando la creciente diversidad cultural y con las
tecnologías de la información transformadas en herramienta de desarrollo ecológico-
social.
En los párrafos anteriores se puede hacer una comparativa entre dos modelos
distintos de diseño urbano con planteamientos de factores comunes pero que difieren en
su desarrollo. El medio ambiente y la ecología social son vistos desde las ciudades en
transición como recurso y como tronco vertebrador para general bienestar sometiendo
todo desarrollo a una convivencia plena con el planeta mientras que para las ciudades
inteligentes el aspecto ambiental queda sometido al desarrollo productivo y urbano.
Otro factor donde se diferencian es en la diversidad, en las ciudades inteligentes se
busca una uniformización urbana con pérdida de identidades y olvido de la cultura
tradicional, en las ciudades en transición la diversidad es un banco de recursos donde
encontrar respuesta a los problemas comunes y donde la cultura tradicional confluye
con la modernidad para generar alternativas practicas. Para las ciudades inteligentes las
tecnologías suponen un fin absoluto mientras que en las ciudades en transición las
tecnologías son una herramienta que no queda justificado por el fin. Para finalizar la
otra gran diferencia la encontramos en la posición humana que juega cada ciudad, en las
ciudades inteligentes el desarrollo y el crecimiento necesita someter y excluir a una
parte de la población para mantener una minoría y generar una riqueza cuestionable
mientras que en las ciudades en transición todas las personas tienen unas capacidades
que aportar que generan unas redes de resiliencia colectiva que sirve para protegerlas de
situaciones adversas y empoderarlas.
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2. Plantando acción comunitaria
En este estudio se analizarán varias experiencias comunitarias en distintas partes del
territorio español donde se ha podido establecer contacto personal, como es el caso del
Centro Social Autogestionado La Madreña o el Huerto del Rey Moro.
El centro social autogestionado “La Madreña” en la ciudad de Oviedo, proporcionó
durante tres años dinamización cultural y artística, redes de solidaridad, participación y
denuncia política, ocio alternativo y combativo hasta que se produjo su desalojamiento
y posterior demolición en el 2014. La Huerta del Rey Moro es la experiencia central de
esta exposición debido a que se está participando en ella actualmente. La investigación
muestra interés por aquellas okupaciones con fin social y que plantee propuestas
alternativas, críticas y comunitarias a problemas sociales, especialmente aquellas
okupaciones que busquen el arraigo social para formar tejido de la propia vida del
barrio. Otro valor interesante para el estudio son las estructuras democráticas y
participativas del movimiento, cómo se organizan y su salud democrática así como las
dificultades y obstáculos que puedan surgir en su desarrollo.1
Como se plantea en las ciudades alternativas, se deben conquistar espacios vivos
integrados dentro del ecosistema urbano englobado en un respeto del planeta, en la
ciudad de Sevilla se encuentra un buen ejemplo de esto, este espacio es el Huerto del
Rey Moro. Todo lo que se expone a continuación se ha recogido a través de la propia
participación en el Huerto.
Este espacio cuenta con unos 5.500m2 de superficie, tiene su localización en el
barrio de la Macarena entre la calle Enladrillada y la calle Sol, esta ubicación entre un
muro y edificaciones ha hecho que durante muchos años pasara desapercibida y
olvidada, consta también de un palacete mudéjar llamado la Casa del Rey Moro. Su
historia se remonta al S.XV como huerta del palacio quedando en un estado de
1 Cabe destacar que en el distrito Sur de Sevilla junto a las 3000 viviendas hay un ejemplo de
empoderamiento colectivo autoganizativo. En 2008 se forma la asociación Cocina Solidaria Polígono Sur,
esta asociación formada por mujeres del barrio comienza con talleres de cocina y comedor solidario. Sin
embargo, tras varios intentos fallidos de que el Ayuntamiento les cediese un local decidieron ocupar un
edificio público abandonado que estaba destinado a un centro de orientación laboral que nunca se abrió.
Tras mantener las reivindicaciones el Ayuntamiento decide concederles el contrato de un alquiler para un
local, pero este se encuentra en unas condiciones precarias. En abril del 2016 deciden volver a ocupar el
centro, se decide organizarse de forma asamblearia y dotar al proyecto de más cuerpo aumentando las
actividades, con la intención de convertirlo en un centro de referencia para el barrio e incluyendo a mas
colectivos. Actualmente está en proceso.
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"fosilización", a lo largo de los siglos el espacio se mantuvo debido a estar encajado
entre edificaciones y quedando escondido. En el 2003 se organiza un movimiento contra
el aparcamiento de la plaza de la Alameda siendo una de sus activistas la que descubre,
desde su casa, este espacio por casualidad. En ese momento se comienza un proceso de
okupación del espacio y a dar forma como lugar colectivo y comunitario, que poco a
poco toma cuerpo y se vuelve más vivo y complejo. Hay que reconocer que este espacio
no habría llegado a alcanzar esta fuerza sin la resistencia de la casa del Pumarejo, donde
se estaba produciendo al mismo tiempo una organización vecinal para evitar el desalojo
de las habitantes de la casa. Por aquellos años se manifiesta el tejido social y vecinal
que crece en este barrio.
Muy importante para la Huerta del Rey Moro es que en todo ese proceso de
formación se forja la conciencia colectiva del espacio para su defensa y apropiación.
Junto con el Pumarejo se desarrolla una dinámica vecinal que circula por el barrio que
se va fortaleciendo y evolucionando. En estos primeros años de andadura toda
organización es espontánea y experimental, más adelante los dos espacios son
declarados como BIC y se acercan a las instituciones públicas, durante todo este tiempo
la Administración Pública no tiene una implicación real en la construcción de este
espacio a diferencia de los distintos vecinos que impulsan la Huerta con distintas
acciones sociales, culturales y de mantenimiento del lugar, esto da una legitimidad y
credibilidad superior a los vecinos antes que a la propia Administración Pública en
cuanto a la gestión de ambiente. Ese activismo permanente y su institucionalización
mediante el registro como asociación permiten consolidar este espacio con distintos
canales de participación activa y plena. La técnica que permite al Huerto protegerse de
la apropiación institucional es compaginar distintas acciones de lucha, por un lado si se
asume cierta exigencia institucional al registrarse como asociación y se cumplen ciertos
requisitos exigidos, pero esto no hace que se pierda la esencia, por otro lado se fortalece
y se incentiva la participación vecinal con vida social y cultural, por todo ello se
establece una especie de organismo vivo en constante transformación que responde a las
necesidades sociales y no a intereses privados ni económicos.
La propia vida diaria del Huerto es muy variada y dinámica puede participar
cualquier persona en el grado de implicación que decida, la gestión junto con la
creación del espacio se desarrolla en las asambleas que se convocan los domingos para
decidir de forma asamblearia abierta , participativa y democrática donde toda persona
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tiene la misma voz y voto, no existe ningún grado de control sobre la participación
individual, no hay tampoco unas normas preestablecidas más allá de las propias que el
sentido común marca para el respeto y convivencia, todo se mantiene con el trabajo y
aportación (físico o material) que cada uno considere y quiera dar sin haber ni cuotas, ni
carnets y sobre todo ningún tipo de privilegio personal por encima de otros. Todo este
grado de informalidad permite alcanzar cotas reales de participación e igualdad entre
todas las personas y mantener el espacio abierto con total libertad a quien sea. Hay
actividades que constituyen la propia vida del Huerto, todos los domingos se cuida el
bancal comunal donde todo el que quiera acercarse puede mantener y cuidar una parte
del huerto para el uso colectivo, también se hace taller de pan los lunes, comidas
populares y talleres abiertos. El espacio tiene dos partes una como parque donde
familias y vecinos hacen un uso diario, también se celebran cumpleaños y otras
celebraciones que se proponga, la otra parte del espacio es la del huerto propiamente
dicho manteniendo diariamente por un grupo de personas con dedicación plena y
aplicando los principios de la permacultura. Cabe destacar que esta separación no
formal de espacio también distingue a dos grupos definidos que conviven en el Huerto:
familias y vecinos que usan el parque implicándose también en la vida del Huerto y por
otro lado el grupo que mantiene el huerto que tienen una dedicación plena para este
espacio, ambos grupos no son grupos estancos e independientes sino que forman parte
de un mismo todo y conviven con los mismos objetivos, sí es verdad que las
características de cada uno hace que puedan aparecer en distintos momentos conflictos
entre ambos pero el modelo de participación asamblearia permite solucionar cualquier
conflicto.
2.1 El Huerto actualmente: Primeros Resultados
El Huerto del Rey Moro lleva ya 13 años en funcionamiento no sin ello que haya
sido un camino complejo donde el movimiento ha tenido dificultades orgánicas y haya
evolucionado. Una característica muy primordial para entenderlo es el grado de apertura
que ofrece a cualquier persona ya que no hay ningún tipo de restricción participativa,
hasta la persona que decide simplemente ir a leer en el huerto tiene el mismo derecho
que la que acude a todas las asambleas y participa en talleres. Lo que más define al
huerto es la asamblea, siendo el eje vertebrador donde se toman todas las decisiones, no
se cierra a nadie sin restricción de permanencia, antigüedad o implicación, eso es uno de
sus mayores recursos pero también es natural que en ciertos momentos surja en la
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propia dinámica dificultades, estos conflictos surgen principalmente por los distintos
grados de actividad de las personas, por ello surgen dos ritmos de vida para el Huerto,
uno el de aquellas personas que se dedican a su cuidado casi de forma plena y otro el de
aquellas personas que sus horarios son más ajustados (trabajo, compromisos...) y no
pueden pasar tanto tiempo.
Todo esto se traduce a que en el primer ritmo surgen cuestiones que se experimentan
como de resolución inmediata y puede entrar en conflicto con las percepciones del otro
grupo, también hay que entender que esta diferencia de ritmos pueda dificultar la
comunicación ya que en numerosas ocasiones se realizan actividades que sólo se
comunican verbalmente, a través de participación diaria, internamente también se
trabaja para mejorar esa comunicación de cara al exterior, la comunicación se hace
mediante el boca a boca perdiendo efectividad al espaciarla en el tiempo y
restringiéndose así para aquellas personas que puedan ser parte de la vida plena y
permanente del huerto. Otro hecho significativo es que actualmente en la asamblea no
existe ninguna de las personas promotoras iniciales del proyecto, ya sea por cambio de
vivienda, desconexión, falta de tiempo, o cualquier otra cuestión, actualmente todas las
personas de la asamblea no fueron del núcleo promotor inicial.
Otro conflicto es la percepción del espacio por un lado un grupo lo ve como un
parque donde participar la familia y los niños y otro como un espacio de cultivo, la
mayor diferencia entra a la hora de la participación de los niños que en ciertos
momentos puede entrar en conflicto con las acciones de permacultura.
Con el tiempo se consiguió el reconocimiento del espacio por parte del
Ayuntamiento, esto ha ocasionado que dentro del Huerto se piense que toda relación
con la institución ya no sea necesaria puesto que ya está ganado ese espacio, hay que
entender que la institución también es un entre dinámico que en distintas etapas pueden
cambiar su forma de relacionarse.
3. Trabajo Social
Después de la explicación general sobre la relación entre los actores y el medio
urbano y la forma de relacionarse entre ambos, se debe indicar que con la mirada que se
analiza y realiza la investigación es desde el Trabajo Social.
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Durante el S. XX las Ciencias Sociales sufren un gran desarrollo y en ellas se
encuentra el Trabajo Social, esto lleva a que “El Trabajo Social, se plantea tres
dificultades: No siempre se sabe quiénes somos exactamente; se sabe pero no se sabe
cómo explicarlo a los demás; o se sabe, pero no siempre se quiere que los otros lo
sepan”. (RUFUTS 1998:9)
Ponce de León (2012) explica que la propia disciplina forjó su cuerpo de estudio en
la intervención social dejando así para otras disciplinas la investigación, esto tiene dos
problemas principales, por un lado se ha frenado la teorización de la profesión, lo que
no siempre ha generado una comprensión completa de la disciplina y por otro lado es
que la intervención social no ha ido de la mano con la parte teórica propia, teniendo que
acudir a otros cuerpos teóricos de otras disciplinas; la profesión no ha llegado a madurar
plenamente ya que para hacer la intervención social en la que está especializada debe
acudir a la teoría externa, actualmente esto ha ido cambiando con su entrada en la
universidad y hay que esperar las oportunidades que se presentan.
“¿En qué realidad conceptual y contextual se desarrolla el Trabajo Social de hoy?
¿Los llamados marcos reflexivos de la práctica pueden dar cuenta de las posibilidades
de un trabajo social crítico, reflexivo y transformador?” (Rodríguez, 2007: 126).
Debido a la situación actual de la profesión esta investigación se sitúa explicada de
forma general en el marco de una Teoría Crítica del Trabajo Social que tiene su
aparición en los años sesenta en Latino América. Esta teoría incide sobre el discurso
buscando su desarrollo por un camino de transformación y emancipación para las
personas, comunidades y de la propia profesión, para Rodríguez (2007) esta teoría es
un modelo de trabajo que necesita explicar lo que ocurre, analizar las normas y valores
de pensamiento social, entender lo que pasa al mundo desde múltiples perspectivas y
utilizar el conocimiento obtenido para incidir y transformar la realidad social. Se hace
necesario generar un discurso científico que no responda a unos parámetros prefijados o
dogmas, sino que se haga desde la emancipación adaptándose a cada realidad de las
múltiples existentes. Esta autora resume que en esta corriente se interviene en la raíz de
la situación, en aquellas estructuras sociales que generan la desigualdad, con esta
transformación el Trabajo Social lo inserta en su ADN y se busca el cambio social.
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Según Healy (2001), las posturas posestructuralistas permiten superar visiones
utópicas que veían al Trabajador Social como una especie de superhéroe que cambiaba
el mundo. Hay que retornar el lenguaje y el diálogo como máquina de construcción
permanente y de mejora de las relaciones como profesionales llevando el lenguaje más
allá del diseño de las políticas públicas.
En esa construcción del diálogo según De la Red Vega y Expósito (2014) se debe
construir un lenguaje que reconozca múltiples identidades para evitar marginalidades.
La conversación tiene un gran poder de cambio, mediante el diálogo se puede facilitar la
construcción y reconstrucción de experiencias vitales y de la realidad social que rodea,
este proceso tiene que ser de empoderamiento. El diálogo convierte en protagonistas a
las personas motivando la participación, las relaciones activas de ciudadanía y
fortaleciendo la interconexión de las redes. El diseño participativo y dialogado permite
la interiorización de las acciones como propias y da una estabilidad a largo plazo,
también supone una prevención a futuro de problemas de implementación de las
acciones. Actualmente esto cuesta arrancarlo ya que existe una vinculación grande con
la Administración Pública y esta a su vez tiene una alta desconexión con la ciudadanía,
esto se puede observar en la falta de apoyos que la administración ofrece a las
intervenciones sociales. Por ello el Trabajo Social debe de ser integrador como dicen
Fernández y López (2008: 286) servirá para “dar poder, dar capacidad, dar libertad
tanto a cada persona, a través de la interacción social comunitaria, como a la comunidad
que actúa como sujeto colectivo para abordar problemas que sólo mediante la acción
colectiva pueden resolverse”.
3.1 Trabajo Social Comunitario
Es necesario definir en qué nivel de intervención se quiere enmarcar, Pastor Seller
(2004) explica que el Trabajo Social Comunitario no es un trabajo claramente definido,
sino que es una ruta de intervención enfocada al empoderamiento de las comunidades
para que desde ellas mismas se alcance una transformación social. De este modo, como
dice Marchioni (1999), el Trabajo Social Comunitario tiene que enfocarse en los
territorios, en el caso de las ciudades en los barrios, siendo estos una unidad básica de
comunidad y desde ellos, enmarcándose en las ciudades, se estructura la mayor parte de
la vida comunitaria estableciéndose una serie de redes y relaciones propias de la
comunidad que permite el empoderamiento social. Generar nuevos agentes colectivos y
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nuevas formas de relación entre todos ellos, para ello se debe entender el Trabajo Social
Comunitario como un proceso en que todas sus fases están relacionadas unas con otras
y pueden realizarse conjuntamente, y de igual modo se debe comprender que lo
importante es el proceso donde se construye todo ello. En todo momento el
protagonismo del proceso de transformación social es de la comunidad, Pastor Seller
(2004) explica que para ello se aprovechan sus recursos y capacidades, dando salida a la
problemática desde dentro y siendo un proceso dinámico y participativo.
El papel de la persona profesional señalan Barbero y Cortés (2005) es importante
pero se tiene que hacer desde una consciencia de todo lo anterior, por ello la
intervención es distinta. La persona profesional tiene que ir apartándose
progresivamente, de forma que cuando esta se retire el proceso de transformación y la
dinámica comunitaria pueda seguir y aumentándose por sí sola.
De este modo el Trabajo Social Comunitario aporta apoyo en la gestión, en la
coordinación de grupos, orientación y conexión con otras estructuras u organismos,
además de mediador de conflictos. Las tareas son diversas debe ser dinamizador del
grupo, informador y facilitador para la construcción del proyecto colectivo, incitar al
proceso, guía, formador y dotarles de herramientas.
Resumiendo, la disciplina tiene que formar profesionales que sepan canalizar el
potencial propio de cada comunidad. Todo ello se consigue mediante el
empoderamiento, Ander-Egg (2011) pone de manifiesto que es un deber hacer capaces a
las personas de cada comunidad de auto organizarse para plantear alternativas que
puedan dar salida a una problemática concreta, se creen redes de apoyo y de bienestar
social y crear un lucha colectiva para ejercer presión y modificar las estructuras de
opresión, estas estructuras de opresión que se plantean desde la perspectiva estructural.
Además que la persona profesional debe estar sumergida en esta realidad,
comprometida, “ya no se actúa para el pueblo, se está en, se existe con el pueblo”
(Ander-Egg, 2011: 61).
3.2 Conflictos en la profesión
Pero ante esto, Salcedo (2011) muestra las complicaciones, ya que el Trabajo Social
tiene como gran reto el posicionarse en un papel complementario entre el control social
y la transformación social. El control social hay que entenderlo como la búsqueda de
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una cohesión social que permita una estabilidad y paz social para el desarrollo adecuado
de las personas, y la transformación social como una búsqueda de la eliminación de
estructuras sociales que impidan la igualdad entre las personas, por ello habrá
momentos que esta transformación social se pueda alcanzar mediante acciones cercanas
y de no ruptura y en otras ocasiones será necesario buscar la ruptura mediante la
movilización y reivindicación. Aquí aparece un problema ético de la profesión si se
ejercen estos planteamientos ¿Por qué lado debe optar el Trabajo Social? Por un lado se
encuentra la Administración Pública u organismos para los que se trabaja y con los que
se deben cumplir una serie de normas y valores establecidos al pertenecer a ella, si se
quiere continuar manteniendo el empleo. Por otro está el grupo oprimido por estas
instituciones que quiere lograr su empoderamiento, fin y valor de la profesión con la
que también se ha comprometido.
Aunque lo anterior es un tema que debería desarrollarse profundamente se quiere dar
un apunte general desde la perspectiva de Ahmed Mohamed (2011) que argumenta que
este dilema se encuentra resuelto en la práctica debido a que las directrices que las
distintas administraciones dan para el Trabajo Social Comunitario se encuentra
perfectamente limitado, para no llegar a producir estos dilemas.
Más centrado en el desempeño profesional, las condiciones en que el Trabajador
Social desempeña su trabajo no son causales sino que responden a una política social
diseñada con un interés. Para Pelegrí (2004) este modelo de desarrollo de la práctica
profesional es importante porque “cambia totalmente la relación de poder del
profesional, que pasa de ser el sujeto a estar sujeto por las disposiciones normativas o
estratégicas que rigen los recursos. El trabajador social sólo tiene sobre los recursos una
potestad «vicaria», de intermediario entre el cliente y la organización o el sistema
político-social, que son quienes dominan fundamentalmente las normas de distribución”
(Pelegrí, 2004: 40).
El resultado es que el Trabajador Social se encuentra entre los dos agentes: apoyar un
movimiento social que reivindica hechos que van contra los intereses de la institución
donde desarrolla su profesión. En esta situación se pude plantear un dilema ético
profesional, para ello es necesario que el Trabajo Social genere acciones y pensamientos
alternativos que acerquen ambos agentes, no se trata de elegir entre uno u otro sino de
17
ser nexo conector entre ambos y trabajar y luchar siempre por el bien social y el
desarrollo de un sentimiento de ciudadanía universal.
4. Metodología
"Podemos imaginar el triste aprieto en que se vería el científico natural si los objetos
de la investigación tuvieran la costumbre de reaccionar ante lo que se dice acerca de
ellos: Si las sustancias pudieran leer u oír lo que el químico escribe o dice acerca de
ellas y pudieran saltar de sus recipientes y quemarlo cuando les desagradara lo que ven
en la pizarra o en el cuaderno de notas" (Andreski 1973: 22)
Sierra Bravo (1998) explica que la investigación social tiene su naturaleza en la
singularidad de los seres humanos por conocer todo lo que les rodea, especialmente se
intenta dar respuesta a fenómenos poco tratados que emergen en la sociedad y poder
teorizarlos en el ámbito del conocimiento del campo de lo social.
Esta investigación parte de la convicción, derivada de la experiencia personal y
académica, de que efectivamente existen alternativas para lograr una ciudadanía activa
de las que dota el Estado, el objetivo principal de la investigación se centrará en
visibilizar esas fortalezas del movimiento y el papel que puede ejercer el Trabajo Social
en todo ello, de forma más específica, conocer en qué ámbitos la profesión puede ser de
más utilidad así como este movimiento.
Para ello, las técnicas de recogida de datos que se emplean tienen un carácter
principalmente cualitativo, a través de entrevistas en profundidad a una serie de
personas integrantes del movimiento, así como de la profesión incluyendo futuros
grupos de discusión. Desde una perspectiva cualitativa, enfocada en las vivencias
personales dentro del movimiento así como sus fines, objetivos y dificultades, para
sacar a la luz manifestaciones de protesta como posibles nuevas formas de
empoderamiento.
18
Cabría señalar la importancia del lenguaje con sus distintos niveles según se va
complejizando en su desarrollo, por eso en el nivel social adquiere mayores
connotaciones pasando a formar los discursos que componen esa realidad. Esto se
traduce, según Alonso (1998), en que los discursos no pueden describir una realidad
social externa de forma objetiva, ya que dentro del lenguaje hay que tener en cuenta una
multitud de significados, añadir el simbolismo y los significados que se da a los hechos.
Por todos estos factores Santamaria (2002) señala el discurso es algo complejo y
dinámico, desde su cuerpo se está dando forma a la sociedad, la realidad es un
conglomerado de sucesos que por una parte son palpables y reales y por otro
interpretados y formados. Al ser un eslabón más de la realidad, los discursos también
influyen tanto por la capacidad que tienen de ser un agente dentro de la propia sociedad.
El interés de esta investigación por los discursos viene dado por esa capacidad de
influencia que tienen, por ello un futuro análisis de discursos puede servir para
confrontar ideas y así desmontar prejuicios y estereotipos que durante mucho tiempo se
han forjado en torno a los procesos comunitarios.
Por otra parte, estaría la observación participante, Sierra Bravo (1998) aclara que en
esta técnica la investigadora se mezcla con el grupo observado y participa en sus
actividades durante un periodo de tiempo, si convive durante largo tiempo, puede
establecerse en años incluso, entraría dentro de la categoría etnográfica o antropológica.
Esta técnica lleva tiempo y esfuerzo ya que primero el grupo observado debe aceptar
a la otra persona, para al final integrarla y que participe en todas las actividades y pueda
llegar a tener un rol y unas funciones, para que así todos los actos sean naturales y se
puedan comprender desde la perspectiva del propio grupo que la enseña. Como resume
Callejo (2002: 418) “Ver lo que se sale de la norma, o no se entiende, otras culturas,
otros grupos, y que la norma imperante no entra dentro de ellos”.
19
5. Conclusiones
Hay millones de personas afectadas por la crisis económica que pertenecen a
diferentes colectivos, al tiempo que hay una atomización de grupos con intereses
diferentes que no encuentran un cauce común de manifestación. La solución a la crisis
es buscada de una forma muy particular, básicamente en el entorno familiar. El
constatar que el tiempo pasa, que las políticas aplicadas no son acertadas, que no se
encuentran alternativas con soluciones, la conciencia de imposibilidad de conseguir
algún cambio favorable; todo ello lleva a las personas a un comportamiento pasivo ante
la situación actual de crisis económica.
Las pocas pero importantes movilizaciones colectivas habidas en este tiempo de
crisis, con marcado carácter pacífico, igualmente parecen tender a sufrir esta pasividad
ante el sentimiento de su poca utilidad.
A fin de cuentas, se puede entender la pasividad como una forma de reacción, la
mayor parte de la gente se adapta a las circunstancias y, por tanto, no reacciona
colectivamente, la reacción es individual, “buscándose la vida”, por la creencia de que
los cauces de reivindicación están manipulados o son manipulables, no sólo los
institucionales (políticos, sindicatos, asociaciones) se ha extendido. Esta situación puede
ser superada únicamente mediante la participación de la mayoría de los ciudadanos.
Las profesiones del ámbito social en su conjunto deben dejar de lado las rivalidades
academicistas o de marco profesional y buscar cauces de unión dentro del contexto de
crisis, para dar alternativas y soluciones de protección y participación a esta situación,
participando de esta manera en el cambio social del país. Es posible alcanzar una
sociedad más igualitaria e inclusiva si nos mantenemos conscientes de que es
imprescindible trabajar para y con todos sus componentes.
20
La Madreña y el El Huerto del Rey Moro también proponen una alternativa al
modelo de organización en los barrios, desde la creación de espacios vecinales con
capacidad de dar respuesta a las necesidades de las personas y con capacidad de
autogestionarse con la participación de la vecindad. El mayor problema que han tenido
estos procesos han sido que no han llegado a conectar con la sociedad en su conjunto y
esta no le ha llegado a ver como una alternativa al modelo capitalista, esto ha sido
causado por la fuerte presión al que se ha visto sometido por parte de los mass medias y
a problemas de organización interna que ha ocasionado que el movimiento no se
terminara de abrir. El Trabajo Social puede aportar mucho a los procesos comunitarios
convirtiéndose en el nexo conector entre la ciudadanía y el movimiento, ayudando en
los procesos internos de organización y coordinando con otros movimientos u
organizaciones.
Desde el Trabajo Social el aporte que se da a los centros sociales es desde una
intervención comunitaria, donde la persona profesional es facilitadora de herramientas
para la gestión y organización de la población, así como mediadora en los conflictos
internos y externos, logrando una cohesión comunitaria entre el centro social y la
ciudadanía consiguiendo el empoderamiento común de toda la sociedad.
Sin embargo, vislumbrar esta meta sin ver las limitaciones que tiene extrapolar esta
idea a la práctica. La primera resistencia viene dada en que la mayoría de profesionales
trabajan en los Servicios Sociales, y estos son una rama de la Administración Pública,
agente que con la práctica que se propone debe ceder su poder a la ciudadanía, por lo
tanto está claro el conflicto de interés y que en medio queda el Trabajo Social.
Lo que se propone para intentar cambiar esta situación es que desde el Trabajo Social
se de la unión de distintos profesionales para irrumpir en la agenda política y
transformar los propios Servicios Sociales para dar mayor libertad de acción a la
profesión en su día a día, de este modo se conseguiría una mejor gestión de los servicios
comunitarios sin poner a los profesionales en la coyuntura de mantenerse fiel a la
Administración Pública que le contratara o a la comunidad para la que trabaja.
Con respecto a la visión que se puede tener del trabajo social y a su posible rechazo
suele venir dado por el alto grado de institucionalización con el que se percibe a la
profesión, desde esa mirada se ve al Trabajo Social como un problema más que como
21
un facilitador. El Trabajo Social tiene que ganar ese espacio y revertir esa mirada,
también hay que plantear que son los propio movimientos los que también pueden
reivindicar la figura del trabajador social haciendo llamamiento y atrayéndolos de
alguna forma, de ese modo de forma conjunta ambos saldrían beneficiados, de este
modo se podría llegar a la situación casi utópica de mantener a un trabajador social que
se integre como facilitador dentro del movimiento ya sea como figura contratada o
mediante la economía social que le permita mantenerse.
Aparte de esta libertad que debe tener el Trabajo Social, también se debe favorecer
una mayor interconexión entre los distintos agentes sociales entre los cuales se
enmarcan los propios profesionales, la población civil, el tercer sector, organizaciones y
movimientos sociales. Una mayor interconexión facilitaría una serie de relaciones de
sinergias y mayor empoderamiento de la ciudadanía.
Con esto también se pretende una mejora del trabajo comunitario, esto se consigue
desde el Trabajo Social siendo consciente de que el papel participante no lo tiene la
persona profesional sino la propia comunidad inmersa en sus propios procesos de
cambio. El Trabajador Social debe localizar a las personas referentes para esa
comunidad, como pueden ser líderes vecinales, personas clave en asociaciones y
trabajar con ellas para que sea la comunidad la que formule y genere su propio análisis y
auto investigación para definir sus necesidades y cómo generar recursos y alternativas.
Para eso la persona profesional tiene que ser consciente de la limitación temporal
necesaria de su trabajo evitando la dependencia de su figura, por ello una buena
intervención comunitaria tiene que fundamentarse en ir apartándose de forma progresiva
y que el proceso de transformación siga su curso de forma independiente. La figura del
Trabajador Social también es clave en cuanto a ser un nexo conector entre la comunidad
con la Administración Pública, pudiendo mediar en distintos momentos en situaciones
de conflictividad entre ambas.
Además de ser conveniente un seguimiento de los resultados de las acciones de las
personas que trabajan en los planes comunitarios, así como de los mismos, de cuál es su
situación actual, qué necesidades se detectan, qué aportaciones hacen a sus
posibilidades de evolución, etc. Pero también en relación al impacto social: las
repercusiones sobre las relaciones entre la sociedad mayoritaria y las minorías, la
influencia de la política pública sobre diferentes ámbitos de desarrollo de las
comunidades. En suma, diferentes aspectos que permitan ir obteniendo información
22
acerca de sus resultados reales, del impacto de la política en la población objeto de la
misma y en el entorno social en que se ubican. La ciudadanía es, en última instancia, la
que ha visto modificada en mayor medida su estructura vital y, por tanto, debe ser
escuchada y tenida en cuenta en lo referente a evaluaciones y estudios acerca de las
políticas a planificar. De tal forma, podría conocerse la posible necesidad de desarrollar
algún tipo de estrategia o actividad sostenida en el tiempo para intentar que aquellos
efectos indeseados se vayan diluyendo con el paso del tiempo.
Así, donde hay desconocimiento pongamos saber, pero saber válido y contrastado,
saber participante.
No hay que olvidar bajo ningún concepto que en un mundo equilibrado, en el que la
justicia social fuese una máxima completamente válida y respetada, la acción
reformadora del Trabajo Social como de otras disciplinas no existiría y desaparecer es el
fin último de la profesión.
23
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