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Tepetl uan tlachiyanij, tlatlakualtili tlen kichiuaj maseualmej tlen Kuextekapan Pan ni amanechikoli monextia kenijki maseualemej tlen Huazalingo tekichiuaj pan tepetl uan miak tlaixmatilistli tlen mochiua pan ni tepemej kemaj kipiaj kokolistli uan tlapajtilistli, kenijki kiitaj tlatomonianij, tlaltokistli, kenijki yolij xiuitinij, uan mopanoltiaj maseualemej pan chinanko. Kipanextia nopa tepetl tlen itoka Burrotepetl tlen eltok pan San Juan. Ni tepetl kinexkayotia kenijki itstokej maseualmej pan ni chinanko. Ni tepetl tlauel kitlepanitaj ni maseualmej tlen itstokej inechka uan sekij tlen panoj iijtiko, ni tepetl kiitaj kej se neskayotl tlen kintlapejpenijtok. Ni tepetl nojkia kinmaka panoltili, kinmakak xitlauak ojtli kenijki mopanol- tisej ni maseualmej. Monextia nojkia miak uajkapa tlachiualistlitlamantli tlen ni chinanko kichiuaj pan ni tepetl tlen kinextia inintlajlamikilis. LENGUA Y CULTURA NAHUA DE LA HUASTECA Zofia Aneta Piotrowska-Kretkiewics Universidad de Varsovia – CIESAS [email protected] Entre los cerros y curanderos. Culto a montañas sagradas entre los nahuas de la Huasteca

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Tepetl uan tlachiyanij,tlatlakualtili tlen kichiuaj

maseualmej tlen KuextekapanPan ni amanechikoli monextia kenijkimaseualemej tlen Huazalingo tekichiuajpan tepetl uan miak tlaixmatilistli tlenmochiua pan ni tepemej kemaj kipiajkokolistli uan tlapajtilistli, kenijki kiitajtlatomonianij, tlaltokistli, kenijki yolijxiuitinij, uan mopanoltiaj maseualemejpan chinanko. Kipanextia nopa tepetltlen itoka Burrotepetl tlen eltok panSan Juan. Ni tepetl kinexkayotia kenijkiitstokej maseualmej pan ni chinanko.Ni tepetl tlauel kitlepanitaj nimaseualmej tlen itstokej inechka uansekij tlen panoj iijtiko, ni tepetl kiitajkej se neskayotl tlen kintlapejpenijtok.Ni tepetl nojkia kinmaka panoltili,kinmakak xitlauak ojtli kenijki mopanol-tisej ni maseualmej. Monextia nojkiamiak uajkapa tlachiualistlitlamantli tlenni chinanko kichiuaj pan ni tepetl tlenkinextia inintlajlamikilis.

LENGUA Y

CULTURANAHUA DE LA

HUASTECA

Zofia Aneta Piotrowska-KretkiewicsUniversidad de Varsovia – CIESAS

[email protected]

Entre los cerros y curanderos.Culto a montañas sagradas

entre los nahuas de laHuasteca

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ResumenEn este trabajo se expone el cultoa los cerros y los secretos queguardan para los nahuas deHuazalingo sobre cuestionesde salud y enfermedad, el controlde los fenómenos atmosféricos, laproducción agrícola, la fertilidad delas plantas y, por consiguiente,sobre la vida de la comunidad. Enespecial se hace referencia al cerroBurrotepetl que domina lacomunidad de San Juan. Este cerroconstituye un elemento importantedel paisaje domesticado y-al mismo tiempo- una base paraformar la identidad local. Lapresencia de esta elevación y la feen los señores o dueños que moranen sus cuevas proporciona unsentido de orgullo peculiar, comopueblo escogido que tiene a lamisma como su axis mundi. Almismo tiempo, el cerro constituyeuna base para la subsistencia. Através de un análisis del culto localy aparentemente marginal en unacomunidad alejada de los centrosculturales, se presenta un panoramade los símbolos, costumbres ytradiciones en torno al culto a loscerros en su plena diversidady complejidad.

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Portada. Vista de la Huasteca hidalguense. Foto: Zofia Piotrowska

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La vida cotidiana de la mujerFotos: Zofia Piotrowska

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El cerro es algo maravilloso,milagroso.

Allá nacen las nubes, la neblina.Los “dueños del cerro” dan agua

para que crezcanel fríjol, el maíz, y nos curan.

Introducción En el artículo se explora el culto alos cerros en una de las pequeñascomunidades en la Huastecahidalguense, San Juan, en elmunicipio de Huazalingo. Su análisises relevante porque, a diferencia deotros cerros en la región, éste notiene significado suprarregional:no acuden peregrinaciones ni seorganizan ceremonias grandes quecongreguen a habitantes de variascomunidades. El culto y las ofrendaspara este cerro y sus dueños tienenmás bien un carácter privado yoculto, en especial cuando seconectan con la secreta y peligrosaesfera de las malas influencias comolas enfermedades y la brujería y suscontrapartes, las terapias y elcuranderismo. A pesar de que lapopularidad de esta elevación nosobrepasa los límites del municipioy en su culto no se empleanespectaculares ceremonias niofrendas, resulta de interés analizar

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Mapa. El municipio de HuazalingoFuente: Gobierno del Estado de Hidalgo

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cómo se expresa este símbolo, estatradición con sus raíces antiguas,para observar cuál es el significadode los cerros en la vida cotidiana yreligiosa de las comunidades. Sepresenta un análisis de este cultoen un municipio poco estudiado,dado que los hechos que ocurrenen las comunidades pequeñas ymarginadas con frecuencia tienen unaimportancia decisiva en la historiamundial. Los acontecimientos,símbolos, costumbres y tradicionesde los grupos que se encuentranaparentemente al margen de lossucesos globales son esenciales paracompletar el panorama de la escenaen su plena diversidad y complejidad.

El culto a las montañas en latradición prehispánica A diferencia de la mayoría de lasculturas en el mundo, entre lospueblos mesoamericanos se otorgóun significado particular a los cerros,ya que su civilización dependíaen gran medida de la agricultura,tanto de temporal como de riego.En este tipo de civilizaciones, lasprecipitaciones son el principiofundamental de su existencia. Loscerros y las deidades que los habitanse transforman en donadores del

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Localización del área de investigaciónEl municipio de Huazalingo se localiza en la parte alta de la Huastecahidalguense, al pie de la Sierra Madre Oriental, a una altitud de 900msnm. La región abunda en elevaciones, lomas y cerros, los cualesjuegan un papel muy importante en la vida cotidiana y ritual de loshabitantes. La mayoría de los datos de investigación se recolectaron enla comunidad de San Juan, que se encuentra a una distancia de unkilómetro de la cabecera municipal.

Dibujos de la comunidad, en los cuales los niños indican a los cerros comoelemento central en su concepción de la localidad.

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principal elemento vivificador, el agua.Estas deidades también controlan lafertilidad de tierra; dan salud y vidagracias al poder que tienen sobre losfenómenos atmosféricos.

Las cimas misteriosas de lasmontañas que dominan el paisajemesoamericano y sobre las cuales sejuntaban nubes cargadas de lluvia oneblina se asociaban con grandesdepósitos de agua y con dueños otutelares de todas las fuerzasnaturales. Como escribe Sahagún, losantiguos mexicanos creían “que losmontes […] están llenos de agua, ypor de fuera son de tierra, como sifueren vasos grandes de agua, ocomo casas llenas de agua” (1956:700; lib. XI, cap. XII, §1). Según las

creencias de los aztecas, debajo delos cerros se encontraban almacenesdel agua subterránea. Los cerrostambién albergaban la entrada alinframundo, el paraíso de Tlaloc, o elTlalocan: “Cuevas y cerros eran laentrada al Tlalocan, a este reinosubterráneo sumergido en el aguay repleto de riquezas” (Broda yEshelman 2004:280). Por consiguiente,para los mesoamericanos -como losigue siendo para sus descendientescontemporáneos- los diosesacuáticos jugaban un papelimportante en su panteón, enespecial en cuanto a la fertilidad dela tierra y la salud de las personas.

En el panteón azteca, el diosprincipal de las lluvias era Tlaloc, el

que hace germinar (Pimentel 2005:8),llamado también Tlalocantecuhtli (elseñor de Tlalocan), cuya moradapreferida eran las cuevas y montañas.Los historiadores señalan queTlaloc pertenece a los diosesmesoamericanos más antiguos, cuyainfluencia y presencia en todoMesoamérica era casi omnipotente(Alcina Franch 1999:144). Comopatrón de la lluvia, de los rayos y deotros fenómenos atmosféricos, Tlalocse transforma también en una deidadimportante para los cultivos; es decirpara el mantenimiento de la vidamisma que, como ya se señaló, sebasaba en la agricultura.

Tlaloc estaba rodeado por unacohorte de dioses menores llamadosTlaloque, que vivían junto con él enlas cumbres de las montañas y loayudaban a gobernar -a veces demanera un tanto descontrolada-los fenómenos atmosféricos. Laobservación de la acumulación denubes sobre las cumbres de lassierras que precede la lluvia originóla correlación indisoluble entrela veneración de este dios, laspeticiones de lluvia, y el culto alas montañas. En este sentido,Jacques Soustelle confirma que elacto de identificar las aguas

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El culto a las montañas en la historia universal La idea de otorgar un significado especial o atribuir un carácter sagradoa los cerros y montañas no es nueva ni original de los pueblosmesoamericanos. En realidad, en casi todas las culturas las elevacionesnaturales del terreno características del paisaje, visibles a gran distanciay con frecuencia no accesibles con facilidad a los seres humanos, setransformaron en un punto esencial de orientación y también en unelemento importante de la cosmología y de la religión. De hecho, por sucercanía al cielo, para los pueblos montañeses los cerros o las montañasse transformaron en lugares sagrados, en la morada de los dioses.

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celestiales y las inaccesibles cimas delas montañas con las propiasdeidades que las habitan y, porlo tanto, con los poderes quecontrolaban los cambios del tiempo,resultaba algo lógico para quienesobservan con frecuencia estosfenómenos atmosféricos. En sus

palabras, “era natural atribuir a laspropias cumbres, o a los seresque, supuestamente, vivían allí, laformación de esas nubes” (1996:135).Al mismo tiempo, este culto combinados elementos al parecer contrarios:la tierra y el agua. La contradicciónaparente se puede superar con

facilidad si se observa el fenómenode penetración de las aguas pluvialesa través de las grietas de las grutasy cuevas de los cerros donde sealmacenan para luego sumergir de latierra en forma de manantiales.Asimismo, vale la pena recordar quelos nahuas designaban los puebloscomo Altepetl, es decir, “agua ycerro”, como entre muchos otrosseñala van ́t Hooft (2007:152), lo quetambién es un testimonio de larelación íntima entre estos doselementos.

Si se visitan las grutas puede no-tarse que son lugares fríos y húme-dos, por lo que se puede argumentarque el culto a “lo que está arriba”en los cerros se transformó al mismotiempo en el culto a “lo que estáadentro”, en el interior de la tierra,puesto que son las cuevas las querecolectan el agua vivificadora.Johanna Broda recalca el carácterespecial y el origen antiguo del cultoa los cerros y cuevas entre lospueblos de Mesoamérica. Tambiénsubraya que estos dos símbolos,“lo de arriba” y “lo de adentro”, serelacionaban entre sí de maneraíntima (Broda 1997:177). Los cerroscomo almacenes del agua, “vasosgrandes que contenían las aguas

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Actividades religiosasFotos: Zofia Piotrowska

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subterráneas que llenaban el espaciodebajo de la tierra” (Broda 1997:191),se convierten también en almacenesde la vida. Sus cuevas, comoentradas a este reino de agua, setransforman a su vez en umbralesentre la vida y la muerte o, en pocaspalabras, en el lugar que guarda lossecretos de la transformación.

La idea anterior sigue vigente hoy:los nahuas de Huazalingo habitan alpie de varios cerros y creen confirmeza que éstos controlan el aguade doble manera: mandan las nubesy truenos desde el mundo que seencuentra por encima y la pasan enforma de manantiales al interior delmundo que se encuentra por debajo.Los cerros como un elemento distintoe invariable del paisaje natural,eterno e inmemorial, parecenfuncionar fuera del tiempo y delespacio, ya que sobresalen del medioambiente, controlan las lluvias y,por lo tanto, la vida humana y lafertilidad de la naturaleza.

Los cerros de Huazalingo El culto a los cerros sagrados noterminó con la conquista y, en formamodificada, permanece hasta laépoca contemporánea (Broda 1997:

192). Es el caso que ocupa nuestroanálisis, que se refiere sobre todoa los cerros del municipio deHuazalingo, en especial al cerroBurrotepetl (o Burotepetl, cuyonombre los habitantes relacionan consu silueta que refleja a un animalyaciente), llamado también el cerrode San Juan, ya que domina lacomunidad que lleva el mismonombre. El cerro no es tan alto nitan visible desde lejos: en su partealta, la Mesa Burrotepetl llega a unos1300 metros. No obstante, la famade sus cuevas se extiende fuera delmunicipio o incluso del estado,ya que muchas personas vienen deMéxico y Tampico a poner ofrendas.Por otro lado, son varios loscuranderos de otras comunidadesquienes cada año visitan el cerropara colocar sus ofrendas en lascuevas y “visitar a sus patrones”, queson los señores del cerro que cadacurandero reconoce como suprincipal divinidad protectora. Segúnla opinión de los nahuas, no es laaltura ni el tamaño del cerro lo queconstituye el poder y la popularidadde los seres sobrenaturales que lohabitan. Más bien son las cuevas quedeterminan su potencia.

Para el caso del cerro Burrotepetlse reconocen tres cuevas principales,de las cuales la más importante esla que se encuentra en el lugarllamado Tzoncuey o Tzoncuello(probablemente del tzontle, cabeza) yque cuenta con la entrada a travésde un corredor muy ancho, dondeuno tiene que caminar agachado oincluso arrastrarse. Tampoco en lacámara principal hay espacio paraestar parado. La estrechez puedeprovocar un sentimiento declaustrofobia, pero la dificultaddel acceso confirma todavía más elaura de secrecía: la inaccesibilidadde la cueva aumenta su importanciaritual. Johanna Broda recalca que“se escogían las cuevas por su difícilacceso y en ocasiones tenían murosartificiales bloqueando la entrada,o especie de laberintos en las

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Los cerros como almacenesdel agua se conviertentambién en almacenes

de la vida.

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recámaras interiores” (Broda1997:192).

Los cerros, al igual que otroselementos del paisaje naturales ycultivos favoritos de los nahuas, confrecuencia aparecen en los sueños delos campesinos. En un sueño muy

poético, contado por uno de loshabitantes de San Juan de másedad, alguien le dijo que el cerro esuno de “los pasados”, que según laterminología utilizada en la región esel hombre que ya ha cumplido contodos los cargos religiosos y políticosobligatorios para un miembro adulto

de la comunidad. El grupo de lospasados conforma el consejode ancianos, es decir, personasexperimentadas que dan consejos alas autoridades comunitarias en losasuntos más importantes. Cuando elnarrador miró a la dirección del cerrose dio cuenta que éste tiene caracomo “los enmascarados” o; es decir,de los danzantes durante la fiesta demuertos o Xantolo, que simbolizanlos antepasados. Este sueño subrayala relación del cerro con la memoriacolectiva de las comunidades.El cerro como inmortal constituye unrecipiente de memoria, historia eidentidad, ya que regir los fenómenosatmosféricos necesarios para laagricultura conecta los cerros conel ciclo agrícola, con el pasado,con los antepasados y la tradición,y los relaciona con el ciclo de vida ymuerte.

El tema del culto a los cerros y surelación con el “ciclo agrícola, losmuertos y los ancestros” se analizade manera detallada en el artículo deBroda (1997:68), en el que la autorarecalca que el culto a los dioses dela lluvia o tlaloque se relaciona conel comienzo de la época de lluvias afines de noviembre cuando en la

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OfrendasFotos: Zofia Piotrowska

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Cuenca de México se festejabatepeilhuitl, literalmente “la fiesta delos cerros”. En esta celebración “lagente del pueblo hacía imágenes enminiatura de los principales cerros dela cuenca, en agradecimiento y enmemoria de los muertos”. De estamanera, el ciclo agrícola se relacionacon el ciclo de vida y muerteuniversal, cuyo regreso eterno seasegura por las ceremonias de fiestade muertos, Xantolo (es decir,regreso de los muertos y de losvivos). Esta relación se confirma aúnmás al tomar en cuenta que enXantolo los muertos comienzan otrociclo anual y regresan a la nuevavida, de la misma forma que aprincipios del ciclo agrícola, despuésde las lluvias, las plantas despiertana una nueva vida.

Los cerros y el control del tiempo La preocupación por la abundanciadel agua y los intentos de controlarel tiempo eran típicos de todas lassociedades agrarias. El culto a loscerros se relacionaba en gran medidacon la necesidad de obtener lasabiduría para descifrar lo queconstituye la base de la actividad

agrícola: los fenómenos meteorológi-cos. Los especialistas buscaban,como lo hacen todavía, un controlefectivo sobre ellos a través de laobservación detallada e interpretaciónde los fenómenos naturales o delcomportamiento de los animales,entre otros elementos.

Casi desde los primeros días de miestancia en la comunidad meplaticaron de los patrones o Señoresdel cerro (o Tepenseñores, de tepetl,cerro) que habitan las cuevas deBurrotepetl y de su poder mágicoque utilizan para mandar la lluviay curar las enfermedades. Los

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PaisajesFotos: Zofia Piotrowska

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Tepenseñores son invisibles; sinembargo, se dice que las personasque antes de partir hacia las cuevasayunan durante siete días, pueden oírlos ruidos cuando los Señoresmueven sus sillas o agarran sustrastes cuando comen. No se conoceel número de los Señores del Cerro,aunque se puede afirmar que losvenerados en la actualidad sonparientes directos de Tlaloc y lostlaloque prehispánicos. Comoherederos de la tradición, los tlaloqueson muy numerosos; según elconcepto de los aztecas los tlaloqueconstituían al parecer la multiplicidaddel dios Tlaloc, como si fueran ungrupo o familia de dioses con lamisma función (Broda 1971).

Con todo, los señores del Cerroconstituyen al mismo tiempo una

amenaza y una protección paralos seres humanos. Simbolizan loselementos, tales como los vientos,aires o agua y, según lascondiciones, a voluntad y acorde conel comportamiento de los sereshumanos, se pueden transformar enentes benignos o en seres malévolosy espantosos. Tal como registróMorayta (1999), cerros y cuevas serelacionan con el culto a los "aires",las invisibles deidades responsablespor los cambios del tiempo y lospatrones de la agricultura y al mismotiempo peligrosos entes que puedenprovocar la enfermedad o la muerte.

En San Juan y sus alrededores porlo regular no hay quejas por falta deprecipitaciones. No obstante, la típicaépoca de lluvias comprende de junioa septiembre, mientras que el maízde temporal se siembra en el ciclode tonalmil, entre abril y junio, quees en opinión de la mayoría elperiodo más seguro para su cultivo.Las matas de maíz que germinan oya crecen en las milpas necesitan lalluvia, lo mismo que las demásplantas sembradas en este ciclo, paraasegurar que se cosecharán buenasmazorcas en mayo o junio. Sidurante este periodo no llegan laslluvias, la falta de agua amenaza la

cosecha y el nacimiento o desarrolloinicial de la nuevas plantitas. En esecaso, los campesinos de San Juanorganizan una ceremonia para pedirla lluvia, la cual se dirige al mismotiempo al santo patrón de lacomunidad, San Juan Bautista, comoa los señores del cerro. Los vecinossacan de la iglesia la imagen de SanJuan y la llevan en procesión alpotrero cerca del arroyo. Durante laprocesión, siete niñas cargan cubetasen sus cabezas, las llenan con aguadel arroyo y riegan la tierra en unaimitación obvia de la lluvia; comodicen en San Juan, “juegan el agua”.Si se recuerda el papel de lostlaloque descrito por Sahagún,es evidente la importancia de laparticipación de los infantes. Al finalde la ceremonia se ponen lasofrendas en las cuevas paralos señores del cerro.

San Juan Bautista, socio de losseñores del cerro en otra dimensión San Juan Bautista se consideratambién como dueño potente ypeligroso que domina los fenómenosatmosféricos. Al bautizar a Cristo setransformó en el patrón de las aguassuperficiales, las lluvias, tempestadesy fenómenos naturales relacionados

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El cerro como inmortalconstituye un recipientede memoria, historia

e identidad.

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con ellos. La figura de San JuanBautista se adjuntó también a lasconcepciones religioso-filosóficas delos nahuas como patrón de laslluvias y, de esta manera, seincorporó a las deidades acuáticas(van ‘t Hooft, 2007:150-151). El día24 de junio, fiesta de San Juan,marca a un tiempo el solsticio deverano y el principio de la épocade lluvias que relaciona este santocon el ciclo agrícola y el culto a lafertilidad. Es interesante notar queentre todos los santos católicos lacomunidad escogió a San Juancomo su patrón, a sabiendas quees el patrón de la lluvia. No sesabe si esto fue por casualidad ocomo un acto intencional de losevangelizadores para reemplazar unculto mesoamericano más antiguocon otro católico. De haber sido elúltimo caso, se puede decir queel intento falló porque ambos cultosse realizan en forma paralela ycomplementaria.

Los señores del cerro como patronesde los curanderos Aparte del poder sobre losfenómenos atmosféricos, de controlarel tiempo, emitir la lluvia o niebla, los

dueños del cerro tienen también undominio amplio sobre la salud ylas enfermedades; por ende, sonlos patrones de los curanderos. Sise toma en cuenta que desdelos tiempos prehispánicos las dosmayores esferas de actividad mágicafueron la cura de enfermedades y el

control sobre los fenómenos de lanaturaleza, no es extraño que losseñores manden tanto las lluviasy las tempestades como el quesean patrones de los curanderos.En el pasado, cada una de estasatribuciones requería de unespecialista, intermediario entre el

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Tenantsitsij, abuelitasFotos: Zofia Piotrowska

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mundo de los seres sobrenaturalesy el de los seres humanos. Erajustamente el “tiempero” quien a lavez adivinaba o ayudaba a controlarel tiempo y como curandero luchabacontra las enfermedades.

Los habitantes de San Juandeclaran de manera inequívoca quepara desempeñar el cargo decurandero se necesita “el don”, esdecir, una predestinación en formade obsequio a la persona escogidapor los señores del cerro. Laaceptación del don es una obligación;so pena de enfermedad o incluso lamuerte, uno no lo debe rechazarla llamada a este oficio. De estamanera, el escogido se transforma enuna persona extraordinaria, diferentede los otros mortales. No obstante,al mismo tiempo se convierte en unsirviente, casi en esclavo de losseñores, que al aceptar el donles tiene que obsequiar una parte desí mismo.

La responsabilidad del curanderose relaciona con su status especialcomo intermediario entre suspacientes y los seres sobrenaturales.Él se vuelve un garantizador yejecutor de un contrato o pacto

dentro del cual el paciente y sumédico se comprometen a ponerofrendas bien definidas, dedicar rezosu otras prestaciones en favor de losseres sobrenaturales, y esperan acambio la realización de sus súplicas.Si el paciente renuncia a terminar elprocedimiento curativo o no preparala ofrenda, es precisamente elcurandero quien corre el peligro de

castigo por parte de los señoresde la tierra, del cerro, porque los haengañado al prometer y no cumplir.Como señala un testimonio:

Por eso se enferma uno, porque nodan ni un centavo, ni un poquito deaguardiente. Entonces con qué voyyo a entrar [a la presencia de losseñores]. Por ejemplo, yo no pidocomida pero ellos con su voluntad

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Ofrendas para el cerroDurante una ceremonia de curación, cada curandero recurre a suspatrones particulares entre el conjunto de tutelares. Si el estado delpaciente lo demanda, el médico realiza un trabajo más grande y lleva asu paciente a las cuevas para poner allá las ofrendas. También puedeir solo, en nombre del paciente, en cuyo caso tiene que llevar algunaprenda que el paciente use con frecuencia u otras pertenenciaspersonales con las que tenga contacto directo, para que su calor losustituya durante las ceremonias curativas. Por su parte, el curanderotambién debe organizar una ceremonia anual -la cual se realiza, por logeneral, a principios de año, en enero- cuya parte principal consta enponer ofrendas en las cuevas para los señores, para dar gracias por eldon y pedir su apoyo en el futuro. No obstante, por su edad avanzadao por enfermedad, varios curanderos no van de forma directa al cerrosino que realizan la ceremonia en casa y sólo dirigen sus plegariasrumbo al cerro. En ambos casos, la ceremonia es bastante costosa yrequiere de muchas preparaciones. Al subirse al cerro también serequiere de la ayuda de otra persona que, durante la visita del curanderoa la morada de los señores, se dedica a preparar la comida, a la cualel curandero invita también a sus anfitriones de las cuevas.

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me dan, por eso los estoypresentando a ellos [a los señores]y al Dios. Yo también pido para ellos[los pacientes].

El aire oye lo que le van a dar ysi no dan, a mí me va mal. Si yo nodoy de comer, me van a cobrar.¿Qué tal si te invitan a comer yvienes y no te dan nada? Tú no vasa hacer nada, pero ellos son

fuertes... los vientos, los aires, losseñores, ellos son más vivos queuno.

El curandero principiante se guíapor un “patrón”, una persona que leinicia en los arcanos del arte y lepresenta a los patrones divinos, a losseñores del cerro. La iniciación delcurandero constituye un acto

simbólico de muerte y resurrección y,al mismo tiempo, de descenso alinframundo para luego salir denuevo a la luz del día. Durante talceremonia, el principiante y su patróntienen que ir al cerro para poner laofrenda, que consiste en los mássabrosos platillos de la dieta indígenade esta región: tamales, pollo conmole, pan, café, aguardiente, cerveza,refrescos, o incluso dinero. Alhacerlo, se pide a los señores delcerro que doten de fuerza al reciéniniciado.

En caso de enfermedades graves,el curandero puede pedir ayuda a losdueños de otros cerros, en especiala los más potentes. Así, por ejemplo,se implora a los señores de los sietepotentes cerros de Chicontepec(de chicome, siete, y tepetl, cerro)en Veracruz que, como dicen loshabitantes de más edad, seencuentran en rumbo inverso al cerroBurrotepetl. En efecto, al este seperfila una cadena montañosa muypintoresca, resaltada por los rayosdel sol, la cual permite contar lassiete elevaciones cuando hace buentiempo y hay buena visibilidad. Loscuranderos recurren a los señores deestos cerros y a los de otros -los deXochimilco y la ciudad de México-

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CelebracionesFotos: Zofia Piotrowska

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para que los apoyen durante lacuración de los pacientes muyenfermos.

Los cerros y su explotacióneconómica El cerro de Burrotepetl es importantepara los nahuas de Huazalingo envarios aspectos, incluido eleconómico. Para empezar, el cerro noes solamente un recipiente simbólicode agua, sino también un recipienteliteral, ya que provee a la cabeceramunicipal y a la comunidad de SanJuan de agua entubada. El agua se

obtiene de un manantial que brotade la profundidad de la tierra. Elcontrol sobre el acueducto construidopara aprovechar esta agua lodesempeña un comité compuesto dedos personas, una de la cabecerade Huazalingo y otra de San Juan.Por otra parte, los avecindados, esdecir, las personas sin parcela, tienenel derecho de leñar en el cerro. Es,además, un lugar en donde sepueden encontrar varias plantascomestibles (por ejemplo, la hojade luna, quequeshuetl, Xanthosomarobustum) o xonacate (Alliumglandulosum), que complementan ladieta diaria. El cerro es también untesoro de hierbas curativas queutilizan no sólo los curanderos sinotoda la gente, ya que suconocimiento es muy amplio. Enrelación con la fauna del cerro, y apesar de que la caza está prohibidade manera oficial, todavía haypersonas que cazan con armas o conayuda de sus perros. La mayoría delos campesinos matan los animalessilvestres que bajan del cerro yperjudican las milpas, como porejemplo tejones, puerco espínes,mapaches, tlacuaches, zorrillos yarmadillos, cuya carne se consumede buen grado por la mayoría

de sanjuaneros. Otros ingredientes,como la grasa de zorrillo -quesegún la gente es buena medicinapara curar enfermedades de las víasrespiratorias- se utilizan en distintasterapias médicas.

En el Burrotepetl se cortan hojasde papatla (Canna indica L.) quese utilizan para envolver tamales-en especial los zacahuiles, que sonlos más grandes cocidos en hornotípicos- y también para empacarotros productos alimenticios. En losúltimos años surgió un conflicto entrelas comunidades de San Juan y SanFrancisco. Aunque el Burrotepetlpertenece a San Juan, susautoridades dan permiso a todospara que corten ahí hierbas, papatlas,etcétera. No obstante, al darsecuenta que algunos habitantes deSan Francisco llevan papatlascolectadas allí para venderlas en laplaza en Huejutla o Tehuetlán,protestaron de manera oficial antelas autoridades de esa comunidad.Aunque aceptan la libre recolecciónde hierbas y otras plantas para lasnecesidades personales no permitenque los habitantes de otrascomunidades realicen actividadeslucrativas con base en sus recursos.

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Aparte del poder sobrelos fenómenos atmosféricos,

de controlar el tiempo, emitirla lluvia o niebla, los dueños

del cerro tienen tambiénun dominio amplio

sobre la saludy las enfermedades.

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Conclusiones Los cerros son elementosimportantes para los nahuas, tantoen el plano físico como en elmetafísico. Se relacionan de maneraindisoluble tanto con la historia delos habitantes como con suactualidad. En el cerro de Burrotepetlse encuentran pirámides deconstrucciones prehispánicas, hechasde piedra pulida de manera precisa,densamente cubiertas con árboles yhundidas en la tierra. Los sanjuanerosplatican con orgullo que son eltestimonio de que la comunidad tieneun origen muy antiguo. Para ellos, elcerro de Burrotepetl es la herenciamanifiesta de los antepasados, unlugar sagrado que no se puedevender. Al mismo tiempo, representael espacio donde dormita el secretodel control sobre el tiempo que setransforma en un depósito grande deagua, literalmente, y, en formametafórica, en el símbolo de la vida.Los nahuas de San Juan intentanprotegerlo contra sí mismos y contrala voracidad de otros vecinos, ya quelo que es su motivo de orgullo,implica a la vez el incremento deexigencias y obligaciones.

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La tierraFotos: Zofia Piotrowska

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Para citar este artículo: PiotrowskaKretkiewics, Zofia Aneta (2012). “Entre los cerros y curanderos. Culto a montañas sagradas

entre los nahuas de la Huasteca”, en Anuschka van ´t Hooft (prod.), Lengua y Cultura Nahua de la Huasteca [DVD Multimedia]. México D.F., CCSYH-UASLP/Linguapax/CIGA-UNAM, 16 pp.