7/31/2019 Kawabata Para Gabo

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Garca Mrquez, en reciente entrevista, se refiri al texto de Kawabata

traducido al espaol como

La obra se desarrolla en una casa donde los ancianos van a

disfrutar de la compaa de jvenes hermosas. Pero stas, desnudas,

permanecen dormidas bajo el efecto de un somnfero. De tal manera, la

accin se concentra alrededor de las palabras y de lo imaginario, con una

contraparte lejana que solamente revela su figura, pero que es capaz de

dar respuestas en medio de su sueo. Es el efecto de la sombra o la silueta

que permite imaginar (y hacer realidad ntima) el acercamiento a la muerte

en brazos del amor para reafirmar la vida.

Con la realidad presentada como sugerencia que alienta la imaginacin, la

sociedad va tejiendo su esttica particular. Y dentro de la nubosidad querecrea, apenas son visibles los contornos, sin que se pueda poner en duda la

verdad que proyecta. Es en un escenario as donde se crea la tensin

ertica que mantiene Kawabata en esta obra y que conduce a los xtasis

del amor y de la muerte. Por ello puede el autor decir que Eguchi, el

protagonista de setenta y siete aos, "pensaba antes que las muchachas

que no se despertaban eran una perpetua libertad para los ancianos.

Dormidas y mudas, decan lo que los ancianos deseaban."

Dentro de esta suerte de insinuaciones, parece reflejarse el

elemento caracterstico de la vivienda japonesa. Es el bastidor liviano de

madera y paneles de papel de arroz blanco que se usa como cortina, o

ventana, o separador entre las habitaciones. Con un material de tal

fragilidad, es fcil entender que lo primero que se pierde es la intimidad al

quedar expuesta, as lo sea parcialmente, al exterior. Una interrelacin de tal

guisa entre lo privado y lo pblico, conduce a la creacin de unas

coordenadas, distintas a las nuestras, entre la individualidad entendida

como la intimidad misma y lo colectivo. El secreto de la persona,

entonces, llega al mundo externo convertido en silueta o en murmullo. Esta

manifestacin que he denominado la resulta deutilidad para dar algunas luces (y sombras) sobre el pueblo japons y sus

diversas expresiones. Y muy en particular, sirve para ilustrar la ambigedad

en la comunicacin a la que se refiriera Ooe Kenzaburo en su discurso de

aceptacin del Nobel de literatura en 1994.

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La obra tambin, sin abandonar la sugerencia, revela el alma del autor.

Segn lo indica Mishima Yukio en la introduccin al texto, "en una obra

esotrica hacen su aparicin los temas ms secretos y profundamente

ocultos del escritor. Una obra semejante no est dominada por la franqueza

y la claridad, sino por una tensin sofocante. En lugar de diafanidad y

pureza encontramos densidad; en vez de un mundo amplio y abierto

tenemos una habitacin cerrada. El espritu del autor, desechando todas las

inhibiciones, se muestra en su forma ms audaz." Y a ello podra

agregarse, como dato, la discreta distancia de Kawabata frente al sexo

planteada por uno de sus bigrafos Van C. Gessel, sin que esto

signifique que hubiese sido un hombre tmido.

Tampoco debe perderse de vista que uno de los elementos centrales en

toda la obra de Kawabata, es la mujer. Pero no como persona. As llegue al

detalle ms minsculo cuando describe a sus personajes, es a la belleza y ala sensualidad a las que apunta. No es el bulto mismo el que seduce. Es

aquella silueta que a travs del deja conocer esa delicada aureola, sin

necesidad de manipular los primeros planos de la narracin.

Esta corta obra 90 pginas en la traduccin espaola es, en palabras de

Gessel, "la expresin lrica de los sentimientos de Kawabata sobre su vida."

De tal manera, el compromiso de Garca Mrquez de escribir otra vez este

libro que tanta envidia le ha producido, nos deja al borde de un despertar

exultante.