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    Carl Schmitt Teora del Guerrillero

    Carl SchmittTeora del Guerrillero

    Observaciones al Concepto de lo Poltico

    Traducido de la 1 Edicin de 1963 por Denes Martos

    Dedicado a Erns Forsthoff con motivo de su 60 cumpleaos. 13 de Septiembre de 1962

    Prlogo

    Introduccin

    Una mirada al punto de partida 1808/18132

    El horizonte de nuestra consideracin5

    La palabra y el concepto de Guerrillero7

    Una mirada a la situacin jurdica internacional10

    Desarrollo de la Teora

    La conflictiva relacin prusiana con la guerrilla16

    El guerrillero como ideal prusiano de 1813 y el giro hacia la teora20

    De Clausewitz a Lenin24

    De Lenin a Mao Tse-tung27

    De Mao Tse-tung a Raoul Salan30

    Aspectos y conceptos del ltimo estadio

    El aspecto del espacio33

    Destruccin de estructuras sociales35

    La relacin internacional36

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    consecuencia de ello, tambin se produjo la violacin y el desprecio de estas reglas. Enespecial durante todas las pocas de disolucin, como por ejemplo durante la Guerra delos Treinta Aos sobre suelo alemn (1618-48) y todas las guerras coloniales de laHistoria Universal, han surgido en forma reiterada fenmenos que se pueden designarcomo guerrilleros. Slo hay que tener presente que, para una teora del guerrillero en

    general, la fuerza y el significado de su irregularidad se hallan determinados por lafuerza y el significado del regular que lo cuestiona. Justamente esta regularidad delEstado y del ejrcito recibe, tanto en el Estado francs como en el ejrcito francs, unanueva y exacta precisin a travs de Napolen. Las innumerables guerras contra losindios libradas por los conquistadores blancos del Siglo XVII hasta el XIX, perotambin los mtodos de losRiflemen durante la Guerra de Independencianorteamericana contra el ejrcito regular ingls (1774-83) y la guerra civil en la Vendeentre chouanes y jacobinos (1793-96) pertenecen en su totalidad al estadio pre-napolenico. El nuevo arte de la guerra de los ejrcitos regulares napolenicos habasurgido de la nueva, revolucionaria, forma de lucha. A un oficial prusiano de aqulentonces toda la campaa de Napolen contra Prusia en 1806 le pareci tan slo un

    partidismo en gran escala.

    El guerrillero de la guerra de guerrillas espaola de 1808 fue el primero en atreverse aluchar de modo irregular contra el primer ejrcito regular moderno. En el otoo de 1808Napolen haba derrotado al ejrcito regular espaol; la autntica guerra de guerrilasespaola comenz recin despus de esta derrota del ejrcito regular. Todava no existeuna Historia completa y documentada de la guerra de guerrillas espaola. Como diceFernando Solano Costa (en su ensayoLos Guerrilleros, citado en la nota), esta Historiaes necesaria, aunque tambin muy difcil, porque la totalidad de la guerra de guerrillasespaola se compuso de aproximadamente 200 pequeas guerras regionales en Asturias,Aragn, Catalua, Navarra, Castilla, etc. bajo la conduccin de numerosos combatientescuyos nombres se hallan envueltos en muchos mitos y leyendas, entre ellos JuanMartnez Diez, el Empecinado, que se convirti en el terror de los franceses y que torninsegura la ruta de Madrid a Zaragoza. Esta guerra de guerrillas fue librada por ambaspartes con una crueldad espantosa y no es ningn milagro que se haya impreso msmaterial contemporneo producido por los escritores de libros y memorias afrancesadosque por los guerrilleros. Sea como fuere que se relacionen aqu el mito y la leyenda porun lado con la historia documentada por el otro, las lneas de nuestro punto de partida,en todo caso, estn claras. De acuerdo con Clausewitz, frecuentemente la mitad del totalde la fuerza militar francesa estuvo estacionada en Espaa y, de ella la mitad, es decir:de 250.000 a 260.000 hombres, se encontr comprometida por los guerrilleros cuyo

    nmero Gomez de Arteche estima en 50.000 y otros en cantidades mucho menores.Ante todo, la situacin del guerrillero espaol de 1808 se caracteriz por el hecho deque arriesg una lucha sobre el terreno de su patria chica, mientras su rey y la familia deste an no saban exactamente quin era el verdadero enemigo. En este sentido, laconduccin superior en Espaa no se comport de una manera diferente que enAlemania. Aparte de ello, tambin caracteriza la situacin espaola el que los estratoscultos de la nobleza, del clero y de la burguesa fuesen mayormente afrancesados, esdecir: simpatizaban con el conquistador extranjero. Tambin en este sentido existenparalelismos con Alemania, dnde el gran poeta alemn Goethe compona poesas enhonor a Napolen y el estrato culto alemn jams logr tener en claro dnde perteneca

    realmente. En Espaa el Guerrilero un pobre diablo, un primer caso tpico de carne de

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    can irregular en las controversias polticas mundiales se atrevi a librar una guerrasin esperanzas. Todo esto es parte de la Obertura a una teora del guerrillero.

    Una chispa salt en aqul entonces desde Espaa hacia el Norte. No produjo all elmismo incendio que le otorg a la guerra de guerrillas espaola su importancia en la

    Historia Universal. Pero caus un efecto cuyas consecuencias hoy, en la segunda mitaddel Siglo XX, cambian el rostro del mundo y de su humanidad. Produjo una teora de laguerra y de la enemistad que, consecuentemente, desemboca en la Teora delGuerrillero.

    Por de pronto, en el ao 1809, durante la corta guerra que el Imperio Austraco librcontra Napolen, se hizo un intento planificado de imitar el ejemplo espaol. Elgobierno austraco de Viena, con la ayuda de famosos publicistas, entre ellos FriedrichGentz y Friedrich Schlegel, escenific una propaganda nacional contra Napolen. Sedifundieron escritos espaoles en idioma alemn . Heinrich von Kleist tomrpidamente la idea y, luego de esta guerra austraca de 1809, continu la propaganda

    antifrancesa desde Berln. En aquellos aos hasta su fallecimiento en Noviembre de1811, Kleist se convirti en el autntico poeta de la resistencia nacional frente alconquistador extranjero. Su drama Die Hermannsschlacht es la mayor epopeyapotica guerrillera de todos los tiempos. Tambin escribi su poema An Palafox en elcual coloca en un plano de igualdad al defensor de Zaragoza con Lenidas, Arminio yGuillermo Tell . Que los reformadores en el Estado Mayor prusiano, sobre todoGneissenau y Scharnhorst, estaban profundamente impresionados e influenciados por elejemplo espaol, es algo conocido y lo desarrollaremos con mayor amplitud msadelante. En el mundo de las ideas de los oficiales prusianos de Estado Mayor de 1808-1813 se encuentran tambin los orgenes del libroDe la Guerra, por medio del cual elnombre de Clausewitz ha conseguido obtener una resonancia casi mtica. Su frmula dela guerra como continuacin de la poltica contiene ya in nuce una Teora delGuerrillero cuya lgica fue llevada hasta las ltimas consecuencias por Lenin y por MaoTse-tung como explicaremos luego.

    A una verdadera guerra de guerrillas popular, que debiera ser mencionada en relacincon nuestra cuestin del guerrillero, se lleg solamente en el Tirol, dnde actuaronAndreas Hofer, Speckbacher y el monje capuchino Haspinger. Los tiroleses seconvirtieron en una poderosa antorcha, segn la expresin de Clausewitz . Por lodems, este episodio del ao 1809 termin pronto. Tampoco en el resto de Alemania selleg a una guerra de guerrillas contra los franceses. El fuerte impulso nacional, que

    emergi en sublevaciones y unidades de combate errantes, desemboc muy rpida entegramente en los carriles de la guerra regular. Los combates de la primavera y delverano de 1813 tuvieron lugar sobre el campo de batalla y la suerte se decidi en unabatalla a campo abierto, en Octubre de 1813, cerca de Leipzig.

    El Congreso de Viena de 1814/15, en el marco de una restauracin general, restablecitambin los conceptos del Derecho de Guerra europeo . sa fue una de las mssorprendentes restauraciones de la Historia Universal. Consigui tener el enorme xitode lograr que, todava durante la Primera Guerra Mundial de 1914/1918, este Derecho,que norma la limitacin de la guerra continental por tierra, dominase todava la praxiseuropea de la conduccin militar terrestre. An hoy a este Derecho se lo llama clsico y

    realmente merece este nombre. Porque reconoce claras diferenciaciones; sobre todoaquellas entre guerra y paz, combatientes y no-combatientes, enemigo y delincuente.

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    Dentro de ese marco, la guerra es librada por un Estado contra otro Estado bajo la formade una guerra de ejrcitos estatales regulares; entre soberanos portadores de unjus bellique se respetan como enemigos an durante el conflicto armado y no se discriminanmutuamente como delincuentes, de modo tal que un acuerdo de paz sigue siendoposible y hasta se convierte en el fin normal, sobreentendido, de la guerra. Frente a una

    regularidad clsica de esta ndole mientras tuvo vigencia real el guerrillero slopoda ser un fenmeno marginal; tal como de hecho lo fue todava durante la totalidadde la Primera Guerra Mundial (1914-18).

    El horizonte de nuestra consideracin

    Si ocasionalmente hablo aqu de la teora moderna sobre el guerrillero, a los efectos declarificar el tema debo subrayar que, en realidad, no tenemos aqu una teora antigua delguerrillero que se contraponga a otra moderna. En el Derecho de Guerra clsico delDerecho Internacional europeo tradicional, el guerrillero, entendido en un sentidomoderno, en realidad no tiene lugar. Es, o bien una especie de tropa ligera,

    especialmente mvil pero regular como el la guerra de gabinetes del siglo XVIII obien constituye un delincuente especialmete abominable ubicndose sencillamente fueradel Derecho, es decir: hors la loi, fuera de la ley. Y esto no poda ser de otro modomientras se mantuvo algo de esa concepcin de la guerra que la conceba como unduelo, con armas y caballerosidad ostensibles.

    En todo caso, con la introduccin del servicio militar obligatorio, todas las guerras sehicieron conceptualmente guerras entre pueblos y, en ellas, se llega pronto a situacionesque son de difcil y frecuentemente hasta de imposible solucin para el Derecho deGuerra clsico; como por ejemplo la leva en masa ms o menos improvisada, o loscuerpos francos (Freikorps) y los francotiradores. De ellos volveremos a hablar. Perobsicamente, de todos modos, la guerra permanece siendo acotada, y el guerrillero seencuentra fuera de esta limitacin. Incluso su esencia y su existencia consisten en que sehalla por fuera de todo acotamiento. El guerrillero moderno no espera ni justicia niclemencia por parte del enemigo. Se ha apartado de la enemistad convencional de laguerra mitigada y acotada, ingresando en el mbito de otra enemistad, la verdaderaenemistad, que se intensifica mediante el terror y el contra-terror hasta elaniquilamiento.

    Hay dos especies de guerra que resultan especialmente importantes en relacin con laguerrilla y hasta emparentadas con la misma en cierto sentido: la guerra civil y la guerra

    colonial. En la guerrilla contempornea esta relacin es directamente especfica. ElDerecho Internacional europeo clsico margin estas peligrosas formas de guerra y deenemistad. La guerra deljus publicum europaeum fue una guerra entre Estados; unaguerra librada por un ejrcito estatal regular contra otro ejrcito estatal regular. Laguerra civil manifiesta, cuando no condujo al reconocimiento de los insurrectos comopartido beligerante, fue considerada como una insurreccin armada a la que se aplastabamediante el estado de sitio, la polica y tropas del ejrcito regular. La guerra colonial noperdi de vista a la ciencia miltar de naciones europeas como Inglaterra, Francia yEspaa. Pero todo ello no cuestion a la guerra estatal regular como modelo clsico.

    Aqu, Rusia debe ser mencionada en forma especial. Durante todo el Siglo XIX, el

    ejrcito ruso libr muchas guerras contra pueblos montaeses asiticos y nunca selimit a la guerra regular entre ejrcitos tan exclusivamente como lo hizo el ejrcito

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    prusiano-alemn. Aparte de ello, la Historia rusa incluye la lucha guerrillera autctonacontra el ejrcito napolenico. Durante el verano de 1812, guerrilleros rusos, bajomando militar, hostigaron y acosaron al ejrcito francs en su marcha hacia Mosc.Durante el otoo y el invierno del mismo ao, los campesinos rusos mataron a losfranceses que huan padeciendo el hambre y el fro. Todo ello no dur mucho ms de

    medio ao. Bast sin embargo para convertirse en un proceso histrico de grantrascendencia; obviamente esta trascendecia correspondi ms al mito poltico y a susdiferentes interpretaciones que a un efecto paradigmtico sobre la teora cientficamilitar. Debemos mencionar aqu por lo menos dos interpretaciones diferentes, y hastacontrapuestas, de esta guerra de guerrillas rusa de 1812: la una, anarquista,fundamentada por Bakunin y Kropotkin y que se hiciera mundialmente famosa a travsde los relatos contenidos en la novelaLa Guerra y la Paz de Tolstoi; y la evaluacinbolchevique contenida en la tctica y estrategia de la guerra revolucionaria de Stalin.

    Tolstoi no fue un anarquista de la clase de Bakunin o Kropotkin, pero su efecto literariofue tanto mayor. Su epopeya,La Guerra y la Paz, posee ms fuerza engendradora de

    mitos que cualquier doctrina poltica y que cualquier Historia documentada. Tolstoieleva al guerrillero ruso del ao 1812 a la categora de portador de las fuerzaselementales de la tierra rusa que se sacude de encima al famoso emperador Napolencon todo su brillante ejrcito como si fuese un insecto molesto. En Tostoi, el campesinoruso ignorante y analfabeto, el mujic, no slo es ms fuerte sino tambin ms inteligenteque todos los estrategas y tcticos; sobre todo ms inteligente que el mismsimo grangeneral Napolen que se convierte en una marioneta en las manos del acontecerhistrico. Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin retom este mito de la guerrillanacional telricamente arraigada para usarlo contra Alemania y lo puso, muyconcretamente, al servicio de su poltica internacional comunista. Y esto implica unestadio esencialmente nuevo de la guerrilla a cuyo comienzo est el nombre de MaoTse-tung.

    Hace treinta aos que, en grandes reas del planeta, se libran duras guerras de guerrilas.Comenzaron ya en 1927, antes de la Segunda Guerra Mundial, en China y otros pasesasiticos que ms tarde se defendieron de la invasin japonesa de 1932 a 1945. Durantela Segunda Guerra Mundial, Rusia, Polonia, los Balcanes, Francia, Albania, Grecia yotras regiones fueron teatro de esta clase de guerras. Despus de la Segunda GuerraMundial la guerra de guerrillas continu en Indochina, dnde, en forma especialmenteeficaz, la organizaron contra del ejrcito colonial francs el lder comunista vietnamitaHo Chi-Minh y el vencedor de Dien Bien Phu, el general Vo Nguyen Giap. Ms all de

    ello, continu tambin en Malasia, en Filipinas y Argelia, en Chipre bajo el coronelGriwas, y en Cuba bajo Fidel Castro y el Ch Guevara. Actualmente en 1962 lospases de Indochina, Laos y Vietnam, constituyen el teatro de una guerra de guerrillasque desarrolla todos los das nuevos mtodos para dominar y sorprender al enemigo. Latecnologa moderna ofrece constantemente, tanto a los guerrilleros como a la troparegular que los combate, armas y medios de exterminio ms eficaces, medios detransporte y mtodos de transmisin de datos e informacin cada vez msperfeccionados. En el crculo satnico del terror y del contra-terror, la lucha contra laguerrilla con frecuencia es tan slo un reflejo de la lucha guerrillera misma yconstantemente se demuestra lo acertado del antiguo dicho que, por lo general, se citacomo una orden dada por Napolen el 12 de Septiembre de 1813 al General Lefvre: a

    los partisanos hay que combatirlos como partisano; il faut oprer en partisan partout oil y a des partisans.

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    En la guerra revolucionaria, la pertenencia a un partido revolucionario implica nadamenos que la integracin total. Otros grupos y asociaciones, especialmente tambin elEstado actual, ya no pueden integrar a sus miembros y participantes de una forma tantotal como lo hace un partido revolucionario combatiente con sus combatientes activos.En la amplia discusin sobre el llamado Estado total todava no se ha llegado a tomar

    conciencia de que, hoy en da, no es el Estado como tal sino el Partido revolucionario elque constituye la verdadera y bsicamente la nica organizacin totalitaria. Desdeun punto de vista organizacional, en el sentido del rgido funcionamiento del mando y laobediencia, incluso debera decirse que cierta organizacin revolucionaria es superior eneste aspecto a la de algunas tropas regulares y que tiene que producirse cierta confusinen el Derecho Internacional cuando la organizacin como tal se convierte en el criteriopara establecer lo regular, como ha sucedido en la Convencin de Ginebra del 12 deAgosto de 1949. (Cf. ms adelante).

    En alemn Partisan significa partidario (Parteignger); alguien que marcha con unpartido; y el significado concreto de esto ha sido muy diferente en distintas pocas,

    tanto en lo referente al partido o frente con el cual alguien marcha, como en lo que hacea su participacin en la marcha, en la militancia, en la lucha y eventualmente incluso enla prisin conjunta. Existen partidos que hacen la guerra, pero tambin hay partidos enel proceso jurdico, partidos de la democracia parlamentaria, partidos de opinin y deaccin, etc. En los idiomas romnicos la palabra puede ser empleada de modosustantivado o adjetivado: en francs se habla incluso delpartisan de alguna opinin; ensntesis: una denominacin genrica de mltiples significados de pronto se convierte enuna palabra altamente poltica. Los paralelos lingsticos con una palabra gnrica comostatus, que de pronto puede significar Estado, se hacen evidentes. En pocas dedisgregacin, como en el Siglo XVII por la poca de la Guerra de los Treinta Aos, elsoldado irregular termina en la cercana de bandoleros y merodeadores. Hace la guerrapor cuenta propia y se convierte en un personaje de novela picaresca, como el pcaroespaol de Estebanillo Gonzales quien tuvo que ver con la batalla de Nrdlingen (1635)y que relata esa batalla con el estilo del soldado Schwejk; o como se lo puede releer enel Simplizius Simplizissimus de Grimmeishausen y observar en los aguafuertes ycarbonillas de Jacques Callot. En el Siglo XVIII, el partidario perteneci a lospanduros, a los hsares, y a otras clases de tropas ligeras que libraban la llamadapequea guerra como tropas mviles dedicadas al combate individual, encontraposicin a la gran guerra, ms lenta, de las tropas de lnea. Aqu, la distincinentre regular e irregular est pensada de una forma puramente militar y de ningunamanera equivalente a lo legal e ilegal, entendidos en el sentido jurdico del Derecho

    Internacional y del Derecho Constitucional. En el guerrillero actual la mayora de lasveces se borran y se superponen los dos pares de contraposiciones de regular-irregular ylegal-ilegal.

    Agilidad, rapidez, sorprendente cambio de ataque y retirada; en una palabra: elevadamovilidad, son an hoy una caracterstica del guerrillero y dicha caracterstica aumentatodava ms por medio de la tecnologa y la motorizacin. Slo que la guerrarevolucionaria disuelve a los dos pares de contraposiciones y surgen innumerablesformaciones y grupos semi- y para-regulares. El guerrillero que combate con las armassiempre queda dependiendo de la colaboracin con alguna organizacin regular.Precisamente el colaborador de Fidel Castro en Cuba, Ernesto Che Guevara, enfatiza

    esto de forma muy especial . Consecuentemente, ya la colabroracin entre regulares eirregulares produce algunas escalas intermedias, incluso en los casos en los que un

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    gobierno, de ningn modo revolucionario, convoca a la defensa del territorio nacionalcontra un conquistador extranjero. En estos casos, la guerra masiva y la guerra limitadase entremezclan. Ya desde el Siglo XVI se encuentra en los Reglamentos para esta clasede misiones, la denominacin de partisano . Veremos todava dos importantesejemplos de una reglamentacin formal de guerra nacional (Volkskrieg) y guerra local

    (Landsturm) que intentaron reglamentar la guerra de guerrillas. Por el otro lado,tambin el conquistador emite reglamentaciones para el combate contra guerrillerosenemigos. Todas estas normativas se encuentran ante el difcil problema de unaregulacin de lo irregular hecha conforme al Derecho Internacional es decir: vlidapara ambos bandos con miras a, por un lado, el reconocimiento del guerrillero comocombatiente y su tratamiento como prisionero de guerra y, por el otro lado, al respeto delos derechos de la fuerza de ocupacin militar. Ya hemos indicado que en esto surgenalgunas controversias jurdicas y volveremos sobre la disputa relacionada con losfrancotiradores de la guerra franco-germana de 1870/71 despus que hayamos echadoun vistazo a la situacin jurdica internacional.

    Ante la rpida transformacin del mundo es muy comprensible la tendenciageneralizada a la modificacin e incluso al cambio de los conceptos tradicionales losconceptos clsicos como hoy suele decirse . Esto atae tambin al concepto clsico si es que se lo puede llamar as del guerrillero. En El Partisano (Der Partisan) deRolf Schroers, un libro muy importante para nuestro tema publicado en 1961, elluchador ilegal y activista clandestino de la resistencia, est presentado como elautntico tipo de guerrillero . Se trata aqu de un giro conceptual, orientadoprincipalmente a determinadas situaciones internas alemanas de la poca de Hitler, ycomo tal, es importante. La irregularidad es reemplazada por la ilegalidad y el combatemilitar por la resistencia. En mi opinin, esto implica una amplia redefinicin delguerrillero protagonista de las guerras nacionales por la independencia y omiteconsiderar que tambin la revolucin operada en la guerra no ha obviado la relacinmilitar existente entre el ejrcito regular y el combatiente irregular.

    En algunos casos la redefinicin llega hasta una simbolizacin genrica y a la dilucindel concepto. En virtud de ello, al fin y al cabo cualquier rebelde individual o cualquierinconforme podra llegar a llamarse guerrillero, ms all de si piensa an en absolutotomar algn arma en la mano . Esto, como metfora, no necesariamente habra de serimprocedente; yo mismo la he utilizado para caracterizar figuras y situaciones de lafilosofa de la Historia . En un sentido figurado ser Hombre significa ser combatientey el individualista consecuente combate sencillamente por cuenta propia y, si es

    valiente, incluso a propio riesgo. Resulta as, pues, partidario de si mismo. Estasdiluciones conceptuales constituyen signos de nuestra poca, tan dignos de atencin quemerecen una investigacin especfica . Sin embargo, para una Teora del Guerrillero, talcomo aqu se la entiende, no hay que perder de vista algunos criterios para que el temano se esfume en una generalidad abstracta. Estos criterios son: irregularidad,incrementada movilidad del combate activo e incrementada intensidad del compromisopoltico.

    Quisiera tambin fijar un cuarto carcter adicional del autntico guerrillero; se queJover Zamora ha denominado como su carcter telrico. Este carcter es importantepara la situacin del guerrillero que es bsicamente defensiva a pesar de toda su

    movilidad tctica, ya que su esencia cambia cuando se identifica con la absolutaagresividad del revolucionario mundial o con una ideologa tecnicista. Dos estudios del

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    tema especialmente interesantes para nosotros el libro de Rolf Schroers y ladisertacin de Jrg. H. Schmid sobre la posicin jurdica internacional del guerrillero coinciden bsicamente con este criterio. La fundamentacin de esta posicin sobre elcarcter telrico me parece necesaria para destacar el caracter defensivo esto es delimitacin de la enemistad - de un modo espacialmente evidente y aislarla de una

    justicia abstracta con pretensiones absolutas.

    En relacin con los guerrilleros que combatieron durante 1808/13 en Espaa, el Tirol yRusia esto queda claro sin dificultad alguna. Pero tambin los combates guerrilleros dela Segunda Guerra Mundial y de los aos subsiguientes en Indochina y otros pases, quequedan suficientemente delineados con los nombres de Mao Tse-tung, Ho Chi-minh yFidel Castro, permiten comprender que sigue estando ntegramente vigente el vnculocon el suelo, con la poblacin autctona y con la caracterstica geogrfica especial delpas montaa, bosque, selva o desierto. El guerrillero est y sigue diferencindose, noslo del pirata sino incluso del corsario, del mismo modo en que pueden diferenciarse latierra y el mar en sus condicin de diferentes espacios elementales en dnde tienen lugar

    tanto el trabajo humano como los conflictos blicos entre los pueblos. La tierra y el marno slo implican diferentes vehculos para conducir la guerra y diferentes teatros deoperaciones militares; sino que han desarrollado diferentes conceptos de la guerra, elenemigo y el botn . El guerrillero representar un tipo especficamente terrestre delcombatiente activo, por lo menos mientras sean posibles las guerras anticolonialistassobre nuestro planeta . El carcter telrico del guerrillero se pondr todava ms enrelieve cuando lo comparemos con personajes martimos tpicos y cuando tratemos elaspecto espacial ms adelante.

    Sin embargo, incluso el guerrillero autctono de procedencia agraria termina atrado porel campo gravitatorio del irresistible avance tecnoindustrial. Con ello, su movilidadresulta tan incrementada por la motorizacin que corre peligro de quedarcompletamente desarraigado. En las situaciones de la guerra fra se convierte en untcnico del combate invisible, en saboteador y en espa. Ya durante la Segunda GuerraMundial existieron unidades de sabotaje con adiestramiento guerrillero. Un guerrilleroas motorizado pierde su carcter telrico y termina siendo tan slo la herramientaporttil e intercambiable de una central poderosa, impulsora de una poltica mundial,que lo activa tanto en la guerra abierta como en la invisible y lo vuelve a desactivarsegn lo demanden las circunstancias. Tambin esta posibilidad existe en su vida actualy una Teora del Guerrillero no debe dejar de considerarla. Con estos cuatro criterios irregularidad, movilidad incrementada, intensidad del compromiso poltico y carcter

    telrico adems de considerar las posibles consecuencias provenientes de unaprogresiva tecnificacin, industrializacin y desagrarizacin, hemos delineado elhorizonte de nuestro examen desde el punto de vista conceptual. Abarca desde elguerrillero de la poca napolonica hasta el guerrillero bien equipado de la actualidad;desde el Empecinado hasta Mao Tse-tung, Ho Chi-minh y Fidel Castro. Es un campomuy grande acerca del cual la historiografa y la ciencia militar han producido unmaterial enorme que incluso aumenta todos los das. Lo utilizaremos en la medida enque nos es accesible e intentaremos extraer del mismo algunos conocimientosnecesarios para la Teora del Guerrillero.

    Una mirada a la situacin jurdica internacional

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    El guerrillero combate de modo irregular. Pero algunas categoras de combatientesirregulares resultan equiparadas a las fuerzas armadas regulares y gozan de los derechosy privilegios del combatiente regular. Esto significa que sus acciones de combate no soncontrarios a derecho y, en caso de caer en poder de sus enemigos, tienen la prerrogativade ser tratados en forma especial como prisioneros de guerra y como heridos. La

    situacin jurdica ha hallado un compendio en la normativa para la guerra terrestre deLa Haya del 18 de Octubre de 1907 y la validez del mismo ha encontrado unaaceptacin general. Despus de la Segunda Guerra Mundial el desarrollo prosigui conlas cuatro Convenciones de Ginebra del 12 de Agosto de 1949 de las cuales dosreglamentan el destino de los heridos y enfermos en la guerra terrestre y martima, untercero regula el tratamiento a otorgar a los prisioneros de guerra y el cuarto se refiere ala proteccin de los civiles en pocas de guerra. Numerosos Estados, tanto del mundooccidental como del bloque oriental han ratificado estas convenciones. A susformulaciones se ha adaptado incluso el nuevo Manual Militar del Derecho de GuerraTerrestre de los EE.UU. del 18 de Julio de 1956.

    La normativa de La Haya del 18 de Octubre de 1907 ya haba equiparado, bajo ciertascondiciones, las milicias, los cuerpos libres y los combatientes asociados provenientesde alzamientos populares, con las fuerzas armadas regulares. Ms adelante, cuandoanalicemos la conflictiva relacin prusiana con la guerrilla, mencionaremos algunasdificultades e imprecisiones de esta reglamentacin. El desarrollo que condujo a lasconvenciones de Ginebra de 1949 se caracteriza por reconocer cada vez mayoresflexibilizaciones del Derecho Internacional europeo que hasta ese momento haba sidopuramente inter-estatal. Cada vez ms amplias categoras de participantes de la guerrapasan a ser considerados combatientes. Incluso los civiles del territorio militarmenteocupado por el enemigo es decir, del teatro de operaciones de los guerrilleros quecombaten a espaldas de los ejrcitos enemigos gozan ahora de una proteccin jurdicamayor que la brindada por la normativa de 1907. Muchos combatientes auxiliares queantes se consideraban partisanos han sido equiparados ahora con los combatientesregulares con los mismos derechos y privilegios. En realidad, ya no deberan serdenominados partisanos. No obstante, los conceptos todava son tanto poco claros,como variables.

    Las formulaciones de las convenciones de Ginebra reflejan experiencias europeas y nolas guerras de guerrilas de Mao Tse-tung y la evolucin posterior de la guerrillamoderna. En los primeros aos posteriores a 1945 todava no se haba tomadoconciencia de algo que un experto como Hermann Foertsch reconoci y formul de la

    siguiente manera: las acciones blicas posteriores a 1945 tomaron un carcterguerrillero porque los poseedores de armas nucleares se resistan a emplearlas pormotivos humanitarios y los carentes de ellas podan especular con esta reticencia unresultado inesperado, tanto de la bomba atmica como de las consideracioneshumanitarias. Los conceptos relevantes para el problema de la guerrilla contenidas en lanormativa de Ginebra se hallan abstradas a partir de determinadas situaciones. Son (talcomo figura en el certero Comentario de la Cruz Roja Internacional, dirigido por Jean S.Pictet Tomo III, 1958, pg. 65) una referencia precisa (une rfrence prcise) a losmovimientos de resistencia de la Segunda Guerra Mundial 1939/1945.

    Con ellas no se pretendi una modificacin fundamental de la normativa de La Haya de

    1907. Incluso se mantienen bsicamente las cuatro condiciones clsicas para unaequiparacin con las tropas regulares (existencia de autoridades superiores responsables,

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    identificacin fija visible, portacin ostensible de las armas, respeto de las reglas y lascostumbres del Derecho de Guerra). En todo caso, la convencin para la proteccin dela poblacin civil no est pensada para tener validez solamente en el caso de guerrasinter-estatales sino para todos los conflictos armados internacionales, es decir, tambinpara las guerras civiles, insurrecciones, etc. No obstante, con ello solamente se busca

    crear la base jurdica para la intervencin humanitaria de la Cruz Roja Internacional (yotras organizaciones apartidarias)Inter arma caritas. En el Art.3 prrafo 4 de laConvencin se subraya expresamente que el status jurdico, le statut juridique, de lospartidos en conflicto no se altera con ello (Pictet Op.Cit. III 1955 pg.39/40). En laguerra entre Estados, la fuerza de ocupacin del territorio militarmente ocupadomantiene, al igual que antes, el derecho de dar instrucciones a la polica de ese territorioa los efectos del mantenimiento del rden y la represin de acciones de combateirregulares, consecuentemente tambin para la persecucin de los guerrilleros sinconsideracin por las ideas que los inspiren. (Pictet IV, 1956, pg. 330).

    De acuerdo a ello la diferenciacin de los guerrilleros en el sentido de tropas

    irregulares, no equiparables a las tropas regulares se mantiene bsicamente hasta hoyen da. En este sentido, el guerrillero no posee los derechos y privilegios delcombatiente; es un criminal segn el Derecho Penal y est permitido neutralizarlo concastigos sumarios y medidas represivas. Esto ha sido reconocido esencialmente inclusoen los juicios por crmenes de guerra posteriores a la Segunda Guerra Mundial,especficamente en las sentencias contra los generales alemanes (Jodl, Leeb, List),quedando sobreentendido que, excediendo las necesidades de la lucha contra laguerrilla, todas las crueldades, medidas de terror, castigos colectivos y hasta laparticipacin en genocidios, continan siendo crmenes de guerra.

    Las convenciones de Ginebra amplan el mbito de las personas equiparables a loscombatientes regulares al poner en pi de igualdad a los miembros de un movimientoorganizado de resistencia con los miembros de una milicia o de un cuerpo franco(Freikorps) otorgndoles de este modo los derechos y privilegios del combatienteregular. En esto, ni siquiera se pone expresamente como condicin la existencia de unaorganizacin militar (Art.13 de la convencin sobre heridos y Art.4 de la referida aprisioneros de guerra). La convencin para la defensa de la poblacin civil equipara losconflictos internacionales dirimidos por la fuerza de las armas con la guerra entreEstados del Derecho Internacional europeo clsico y con ello toca una institucin

    jurdica que hasta ese momento haba sido el ncelo del Derecho Internacional vigente:la occupatio bellica. A estas ampliaciones y flexibilizaciones, que aqu solamente

    podemos mencionar a ttulo de ejemplo, se agregan las grandes modificaciones y loscambios que surgen espontneamente del desarrollo de la tecnologa armamentistamoderna y que influyen de un modo an ms intenso sobre la guerra de guerrillas.Qu puede significar la norma que obliga a portar armas en forma ostensible paraun combatiente de la resistencia al cual la anteriormente citada Instruccin de guerralimitada de la asociacin de suboficiales suizos le indica: Muvete solamente denoche y descansa de da en los bosques!? O bien, qu significa la exigencia de poseerun signo de identificacin bien visible en medio de un combate nocturno o en elcombate con las armas a distancia de la tecnologa blica moderna? Muchas de estaspreguntas aparecen cuando la consideracin se hace desde el punto de vista delproblema de la guerrilla y no se dejan de lado los aspectos del cambio espacial y del

    desarrollo tecnoindustrial que se tratarn ms adelante.

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    La proteccin de la poblacin civil en el territorio militarmente ocupado es unaproteccin hacia varias direcciones diferentes. La fuerza de ocupacin tiene inters enque reine la tranquilidad y el rden en el territorio por ella ocupado. Se ha mantenido elconcepto de que la poblacin del territorio ocupado, no est obligada a la lealtad pero sa la obediencia de aquellas ordenanzas respetuosas del Derecho Internacional que emita

    la fuerza de ocupacin. Hasta los empleados pblicos e incluso la polica misma deben seguir trabajando correctamente y deben ser tratados en forma correspondientepor las fuerzas de ocupacin. Todo ello constituye un difcil y trabajosamentebalanceado compromiso entre los intereses de la fuerza de ocupacin y los de suenemigo. El guerrillero interfiere en esta forma de ordenamiento del territorio ocupadode un modo peligroso. No solamente porque interfiere en el transporte y elabastecimiento, sino tambin cuando resulta mayor o menormente apoyado y encubiertopor la poblacin de este territorio. La poblacin es tu mayor amigo dice la ya citada

    Instruccin de guerra limitada para todos. La proteccin brindada a una poblacin ases potencialmente una proteccin al guerrillero. De este modo se explica que en laHistoria del desarrollo del Derecho de Guerra, en las deliberaciones de la normativa de

    La Haya y sus posteriores ampliaciones, constantemente aparecieron agrupamientossectoriales tpicos: las grandes potencias militares es decir: las potenciales fuerzas deocupacin exigan un estricto aseguramiento y ordenamiento dentro del territoriomilitarmente ocupado mientras que los Estados ms pequeos que teman sermilitarmente ocupados Blgica, Suiza, Luxemburgo buscaban imponer la proteccinms amplia posible para los combatientes de la resistencia y la poblacin civil. Tambinen este sentido el desarrollo ocurrido desde la Segunda Guerra Mundial ha introducidonuevas experiencias y la cuestin de la destruccin de las estructuras sociales, queveremos luego, hace surgir la pregunta de si no podrn tambin darse casos en que lapoblacin necesite ser protegida de los guerrilleros.

    Merced a las convenciones de Ginebra de 1949 y dentro de la institucin de laoccupatio bellica clsica regulada con suma precisin por la normativa de La Haya, sehan producido modificaciones cuyas consecuencias en muchos sentidos permanecensiendo imprevisibles. Combatientes de la resistencia, a los cuales antes se hubieratratado como a guerrilleros, se consideran equivalentes a combatientes regulares tanslo a condicin de que estn organizados. Frente a los intereses de la fuerza deocupacin, los intereses de la poblacin del territorio ocupado de enfatizan de un modotan drstico que se ha vuelto posible al menos en teora considerar como no ilegalcualquier resistencia a la autoridad de ocupacin, tambin la del guerrillero, con la solacondicin de que responda a motivaciones no repudiables. Por el otro lado, la fuerza de

    ocupacin mantendra su derecho a tomar medidas represivas. En esta situacin, unguerrillero actuara de un modo no esencialmente legal, pero tampoco ilegal, sino por supropia cuenta y, en este sentido, de manera riesgosa.

    Cuando uno emplea una palabra como riesgo o riesgoso en un sentido general, noespecfico, hay que admitir que en un territorio ocupado por el enemigo y sembrado deguerrilleros, de ningn modo es slo el guerrillero quien vive de un modo riegoso. En elsentido genrico de inseguridad y peligro, toda la poblacin del territorio se hallaexpuesta a un gran riesgo. Los empleados pblicos que deseen seguir trabajandocorrectamente segn las normativas de La Haya, se encuentran ante un riesgo adicionalpor acciones y omisiones. En especial, el empleado policial termina envuelto en un

    cruce de peligrosas suposiciones contradictorias: la fuerza de ocupacin enemiga leexige obediencia en el mantenimiento de la seguridad y el rden, siendo que stas

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    resultan alteradas precisamente por el guerrillero; su propio Estado nacional le exigefidelidad y lo har responsable por ella despus de la guerra; la poblacin a la quepertenece espera de l solidaridad y lealtad las cuales, relacionadas con la actividad delfuncionario policial, pueden llegar a conducir a consecuencias prcticas totalmenteopuestas si es que el funcionario policial no se decide a convertirse l mismo en

    guerrillero; y por ltimo, tanto el guerrillero como quien lo combate muy prontoentrarn en el crculo infernal de las represalias y las contra-represalias. Hablando entrminos genricos, la accin (o la omisin) riesgosa no es un caracter especfico yexcluyente del guerrillero.

    La palabra riesgoso adquiere un sentido ms preciso cuando el que acta en formariesgosa lo hace asumiendo el peligro y hacindose cargo concientemente de lasconsecuencias adversas de su accin u omisin, de modo tal que ya no puede alegar elhaber sido objeto de una injusticia cuando esas consecuencias adversas de hecho lesuceden. Por el otro lado en la medida en que no se trate de acciones ilegales tendrla posibilidad de contrabalancear el riesgo mediante la firma de un contrato de seguro

    con una compaa aseguradora. La patria jurdica del concepto de riesgo, su toposjurdico-cientfico, queda constituida por la legislacin aplicable a la industria delseguro. El ser humano vive expuesto a una multitud de peligros e inseguridades, y elotorgarle con conciencia jurdica la denominacin de riesgo a un peligro o inseguridadsignifica hacer asegurables tanto al riesgo como a las consecuencias. En el caso delguerrillero esto fracasara probablemente ya por la irregularidad y la ilegalidad de suaccionar. Fracasara incluso si, por lo dems, uno estuviese dispuesto a protegerlo de unriesgo muy alto encuadrndolo, desde el punto de vista de la tcnica del seguro, en lacategora de los riesgos de mayor exposicin.

    La aceptacin del concepto del riesgo es necesaria para el tratamiento de las situacionesde guerra y para la activacin de la enemistad. Entre nosotros, la palabra ha ingresadoen la doctrina del Derecho Blico Internacional a travs del libro de Josef L. KunzKriegsrecht und Neutralittsrecht (Derecho de Guerra y Derecho de Neutralidad 1935, pgs. 146, 247). Sin embargo, all no se refiere a la guerra terrestre y en absolutoal guerrillero. Tampoco pertenece all. Si hacemos abstraccin del Derecho del Segurocomo patria jurdica del concepto de riesgo y dejamos los empleos inespecficos de lado como, por ejemplo, la comparacin con el prisionero que huye y se arriesga a serabatido de un disparo queda claro que el empleo especficamente aplicable al Derechode Guerra que hace J. Kunz del concepto de riesgoso contempla solamente el Derechode Guerra Martimo y las figuras y situaciones que le son tpicas. La guerra en el mar es

    en gran medida una guerra comercial; frente a la guerra terrestre tiene su propio espacioy sus propios conceptos de enemigo y botn. Incluso el mejoramiento del destino de losheridos ha conducido en la reglamentacin de Ginebra de Agosto de 1949 a dosconvenciones separadas, una para lo martimo y otra lo terrestre.

    Hay dos participantes que, en una guerra martima, actan de un modo riesgoso en unsentido especfico as entendido: el neutral que rompe un bloqueo y el contrabandistaneutral. En relacin con ellos la palabra riesgoso es precisa y concisa. En una guerra,ambas clases de participantes se vuelcan hacia una muy remunerativa pero riesgosaaventura comercial (J.Kunz Op.Cit. pg.277). Arriesgan perder el barco y la carga encaso de ser descubiertos. Y en ello ni siquiera tienen un enemigo, a pesar de que son

    tratados como enemigos en el sentido del Derecho de Guerra Martimo. Su ideal sociales el buen negocio. Su campo de accin es el mar abierto. No piensan en defender la

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    casa, el hogar y la Patria frente a un invasor extrao como corresponde al prototipo delguerrillero autctono. Incluso firman contratos de seguro para balancear su riesgo, enlos cuales las tasas son correlativamente altas y se condicen con los factores de riesgovariables, por ejemplo hundimiento por submarinos: muy riesgoso pero asegurado aaltos valores.

    A una palabra tan acertada como riesgoso no se la debera extraer del rea conceptualdel Derecho de Guerra Martimo para diluirla en un concepto genrico que lo empaatodo. Para nosotros, que nos aferramos al carcter telrico del guerrillero, esto esespecialmente importante. Si yo mismo alguna vez en el pasado he llamadoguerrilleros del mar a los filibusteros y bucaneros de principios del capitalismo (DerNomos der Erde, pg. 145) quisiera corregirlo hoy aqu por tratarse de una imprecisinterminolgica. El guerrillero tiene un enemigo y arriesga algo muy diferente alcontrabandista y al violador de bloqueos. No solamente arriesga su vida, comocualquier combatiente regular. Sabe y asume que el enemigo lo coloca por fuera delDerecho, la ley y el honor.

    Esto es algo que, en todo caso, tambin hace el combatiente revolucionario al declararque su enemigo es un criminal y que todos los conceptos de Derecho, ley y honorsustentados por ese enemigo no son sino mentiras ideolgicas. A pesar de todas lascombinaciones y fusiones, tpicas de la Segunda Guerra Mundial y su postguerra hastael da de hoy, de ambas clases de guerrilleros es decir: del defensivo-autctonodefensor de su Patria y del activista revolucionario universalmente agresivo lacontraposicin sigue en pie. Se basa, como veremos, sobre conceptos fundamentalmentediferentes de la guerra y la enemistad que, a su vez, se concretan en diferentes especiesde guerrillero. All en dnde una guerra no-discriminadora se libra entre un Estado y elotro, el guerrillero es una figura marginal que no hace estallar el marco de la guerra y nomodifica la estructura general del proceso poltico. Pero cuando se combate con lacriminalizacin total del contrincante blico, cuando la guerra se libra, por ejemplo,como una guerra civil entre clases sociales enemistadas, en ese caso el efecto explosivode la criminalizacin del enemigo se manifiesta de modo tal que el guerrillero seconvierte en el verdadero hroe de la guerra. Ejecuta la sentencia de muerte dictadacontra el criminal y se arriesga a ser tratado, a su vez, como criminal o malhechor. staes la lgica de una guerra de lajusta causa sin reconocimiento de unjustus hostis. Es atravs de ella que el guerrillero revolucionario se convierte en la figura central de laguerra.

    El problema del guerrillero se convierte, sin embargo, en la mejor herramienta deverificacin. An cuando las diferentes especies de la guerra de guerrillas seentremezclen y se amalgamen en la prctica de la conduccin blica actual, en suscondiciones fundamentales continan siendo tan distintas que se puede verificar elcriterio de la agrupacin amigo-enemigo en ellas. Ya hemos recordado ms arriba latpica agrupacin que se produjo durante los preparativos para la reglamentacin de laguerra terrestre en La Haya: las grandes potencias militares frente a los pequeos pasesneutrales. En las negociaciones de la Convencin de Ginebra de 1949, con granesfuerzo, se lleg a una frmula de compromiso mediante la cual se equipar almovimiento de resistencia organizado con un cuerpo franco (Freikorps). Y nuevamentese repiti el agrupamiento tpico cuando la cuestin gir en torno a reunir en normas del

    Derecho Internacional las experiencias de la Segunda Guerra Mundial. Tambin estavez las grandes potencias militares, los ocupantes potenciales, se enfrentaron con los

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    Estados pequeos que teman una ocupacin; esta vez, sin embargo, con unamodificacin tan notable como sintomtica: la mayor potencia terrestre del mundo, elocupante potencial por lejos ms poderoso, la Unin Sovitica, se puso ahora del ladode los pequeos Estados.

    El bien documentado trabajo, abundante en material, de Jrg H. Schmid Dievlkerrechtliche Stellung der Partisanen im Kriege (La posicin jurdicainternacional del guerrillero en la guerra - Zrcher Studien zum Internationalen RechtNr. 23, Polygraphischer Verlag AG. Zrich, 1956) quiere poner bajo el escudo delDerecho a la la guerra de guerrillas librada por civiles en lo cual, concretamente, setiene en mente a los partisanos de Stalin (pgs. 97, 157). En esto, Schmid ve laquintaescencia del problema guerrillero y la creatividad jurdica de las convencionesde Ginebra. Lo que Schmid quiere eliminar son ciertas dudas relativas al Derecho deocupacin que han permanecido en pi en la concepcin actual de la fuerza deocupacin, y en especial apunta, como l mismo seala, a la tan cacareada obligacinde obediencia. Para este fin emplea la doctrina de la accin de guerra legal pero

    riesgosa, a la cual transforma en una accin de guerra riesgosa pero no-ilegal. De estemodo hace disminuir el riesgo del guerrillero, al cual le otorga la mayor cantidadposible de derechos y privilegios a costillas de la fuerza de ocupacin. No alcanzo a vercmo pretender evitar con ello la lgica del terror y el contra-terror; a no ser quesimplemente criminalice al enemigo militar del guerrillero. El conjunto es una altamenteinteresante cruza de dos status juridiques diferentes, concretamente: de combatiente ycivil, con dos especies distintas de la guerra moderna, concretamente: la guerra calientey la guerra fra, entre poblacin y fuerza de ocupacin, y en esta hibridacin elguerrillero de Schmid (siguiendo a Mao) participa a dos manos. Es tan slosorprendente adems de constituir un quiebre del eje conceptual que estadeslegalizacin del guerrillero stalinista a costillas del Derecho Internacional clsicopretenda ser relacionada, simultneamente, con un retorno a la guerra inter-estatal purade la doctrina Rousseau-Portalis de la cual Schmid afirma que slo en la etapa de sums tierna infancia le habra prohibido al civil cometer actos de hostilidad. As elguerrillero hasta se vuelve asegurable.

    Las cuatro convenciones ginebrinas del 12 de Agosto de 1949 son la obra de unaposicin humanista y de un desarrollo humanitario de merece ser admirada. Al brindarlehasta al enemigo no slo humanitarismo sino incluso justicia en el sentido del respeto,estas convenciones se mantienen sobre la base del Derecho Internacional clsico y sutradicin, sin la cual semejante obra de humanidad sera improbable. Su fundamento

    sigue siendo el carcter estatal de lo blico y sobre esto se edifica la acotacin de laguerra, con su clara diferenciacin entre la guerra y la paz, lo militar y lo civil, elenemigo y el criminal, la guerra inter-estatal y la guerra civil. Sin embargo, en lamedida en que las convenciones aflojan o hasta cuestionan estas diferenciacionesesenciales, estn abriendo la puerta para una especie de guerra que destruyeconscientemente aquellas claras separaciones. El resultado es que despus, cualquiernormativa de compromiso estilizada con suma cautela aparece tan slo como unestrecho puente tendido sobre un precipicio en cuyo fondo se esconde la peligrosatransformacin de los conceptos de guerra, paz y guerrillero.

    Desarrollo de la Teora

    La conflictiva relacin prusiana con la guerrilla

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    En Prusia, la potencia militar directriz de Alemania, el alzamiento contra Napolenestuvo afianzado sobre un fuerte sentimiento nacional. El gran momento pas pronto,pero continu siendo tan esencial en la Historia de la guerrilla que ms tarde tendremosque tratarlo en forma especial.

    Por de pronto tenemos que considerar el indiscutible hecho histrico de que, tanto elejrcito prusiano como el ejrcito alemn conducido por Prusia desde 1813 hasta laSegunda Guerra Mundial, presenta el ejemplo clsico de una organizacin militar queha rechazado de su seno radicalmente la idea de la guerrilla. Los treinta aos de dominiocolonial alemn en el frica (1885-1915) no fueron lo suficientemente importantesdesde el punto de vista militar como para atraer seriamente hacia el problema a losexcelentes tericos del Estado Mayor prusiano. El ejrcito austrohngaro conoci laguerra de guerrillas en los Balcanes y tena un Reglamento para la guerra limitada.Frente a esto, el ejrcito prusiano-alemn march a Rusia el 22 de Junio de 1941durante la Guerra Mundial sin pensar en una guerra de guerrillas. Su campaa contraStalin comenz con el apotegma: La tropa combate al enemigo; a los merodeadores los

    neutraliza la polica. Recin en Octubre de 1941 se emitieron las primerasinstrucciones especiales para la lucha contra la guerrilla; en Mayo de 1944, apenas ycasi justo un ao antes del fin de la guerra de cuatro aos, el Comando Superior de laWehrmacht emiti el primer Reglamento completo .

    En el Siglo XIX el ejrcito prusiano-alemn se convirti en la organizacin militar msfamosa y prestigiosa del mundo europeocntrico de aqul entonces. Pero obtuvo estafama exclusivamente gracias a sus victorias sobre otros ejrcitos regulares europeos,especialmente sobre los de Francia y Austria. Ese ejrcito fue enfrentado por la guerrairregular solamente durante la guerra franco-alemana de 1879/71 en Francia, bajo laforma de los llamadosfranktireurs (francotiradores) a los cuales en alemn se losdenomin Heckenschtzen (tiradores desde detrs del cerco) tratndolos sinmisericordia de acuerdo al Derecho de Guerra como lo hubiera hecho cualquier otroejrcito regular. Mientras ms rgidamente disciplinado sea un ejrcito, mientras mscorrectamente sepa distinguir entre civiles y militares, mientras ms considere comoenemigo slo al adversario uniformado, tanto ms sensible y nervioso se vuelve cuandodel otro lado una poblacin civil no-uniformada participa del combate. El militarreacciona en esos casos con duras represalias, fusilamientos, toma de rehenes ydestruccin de localidades, considerando tales acciones como una justa defensa propiacontra la perfidia y la alevosa. Mientras ms se respete al oponente regular,uniformado, y mientras menos se lo confunda con el criminal incluso en medio del ms

    sangriento de los combates, con tanta mayor dureza ser considerado como delincuenteel combatiente irregular. Todo esto surge espontneamente de la lgica del Derecho deGuerra europeo clsico que distingue entre militares y civiles, combatientes y no-combatientes, y que presenta la rara fortaleza moral de no declarar que el enemigo comotal es un criminal.

    El soldado alemn conoci al francotirador en Francia, durante el otoo de 1870 ydurante el invierno siguiente de los aos 1870/1871, despus de la gran victoria quehaba obtenido sobre el ejrcito regular de Napolen el 2 de Septiembre en Sedan. Sitodo hubiera transcurrido segn las reglas de la guerra regular clsica entre ejrcitos, sepodra haber esperado que, despus de una victoria de esa magnitud, la guerra se diese

    por terminada y se declarase la paz. En lugar de ello, el gobierno imperial vencido fuederrocado. El nuevo gobierno republicano de Lon Gambetta proclam la resistencia

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    nacional contra el invasor extranjero; la guerra outrance (a ultranza). Con gran prisaconscribi reiteradamente nuevos ejrcitos y arroj de modo constante nuevas masas desoldados mal adiestrados sobre los campos de batalla. En Noviembre de 1870 consiguicon ello incluso un xito militar en el Loire. La situacin del ejrcito alemn quedamenazada y la posicin poltica internacional de Alemania puesta en peligro ya que no

    se haba calculado con una prolongada duracin de la guerra. La poblacin francesa fuepresa de una excitacin patritica y particip de las ms diversas formas en la luchacontra los alemanes. stos tomaron prisioneros a personas notables en calidad derehenes, fusilaron a los francotiradores que hallaban con el arma en la mano y pusieronbajo presin a la poblacin mediante represalias de toda clase. ste fue el punto departida para una discusin de ms de medio siglo librada a favor y en contra delfrancotirador por los juristas del Derecho Internacional y la propaganda poltica deambos bandos. Las controversias estallaron de nuevo durante la Primera GuerraMundial en la disputa por los francotiradores belgas-alemanes. Se han escritobibliotecas enteras sobre la cuestin y todava en estos ltimos aos 1958/1960 unconsejo de reputados historiadores belgas y alemanes ha intentado esclarecer y aclarar al

    menos un punto en discusin sobre la cuestin del complejo problema del conflicto porlos francotiradores de 1914 .

    Todo esto es relevante para el problema del guerrillero porque demuestra que unaregulacin normativa resulta jurdicamente imposible, si en verdad pretende abarcarfcticamente los hechos y no tan slo ofrecer una escala deslizable de juicios de valor yde clusulas genricas. La acotacin tradicional y europea de la guerra entre Estadosparte desde el Siglo XVIII de determinados conceptos que, si bien fueron interrumpidospor la Revolucin Francesa, resultaron tanto ms confirmados por la obra restauradoradel Congreso de Viena. Estas concepciones acerca de la guerra acotada y del enemigo

    justo, provenientes de la poca de la monarqua, solamente admiten ser legalizadas entreEstados beligerantes cuando estos Estados se aferran a ellas con la misma intensidad,tanto en el mbito interno como en el externo, es decir: cuando sus conceptos intra-estatales e inter-estatales de regularidad e irregularidad, legalidad e ilegalidad, coincidenen cuanto a su contenido o, al menos, resultan aproximadamente homogneos en cuantoa su estructura. De otro modo, la reglamentacin inter-estatal, en lugar de fomentar lapaz, slo consigue ofrecer excusas y argumentos para acusaciones recprocas. Estasencilla verdad ha quedado expuesta progresivamente desde la Primera Guerra Mundial.No obstante, la fachada del inventario de conceptos heredados todava sigue siendoideolgicamente muy fuerte. Por motivos prcticos los Estados siguen teniendo uninters en la valoracin de los llamados conceptos clsicos, incluso cuando en otros

    casos estos mismos conceptos terminan siendo descartados por pasados de moda yreaccionarios. Aparte de ello, los juristas del Derecho Internacional europeo hanreprimido empecinadamente en sus conciencias el cuadro de una nueva realidad queviene siendo perceptible ya desde el ao 1900 .

    Si todo esto es genricamente vlido para diferenciar la antigua guerra inter-estataleuropea de una guerra democrtica masiva, tanto ms vlido resulta para una guerranacional masiva, improvisada y outrance, como la que proclam Gambetta enSeptiembre de 1870. La reglamentacin de La Haya de 1907 al igual que todas susantecesoras del Siglo XIX intent llegar a un compromiso en relacin al francotirador.Exige determinadas condiciones para que un combatiente improvisado, con un uniforme

    improvisado, sea reconocido como tal en el sentido del Derecho Internacional:superiores jerrquicos responsables; identificacin fija, visible a gran distancia y, sobre

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    todo, portacin ostensible de las armas. La imprecisin conceptual de la reglamentacinde La Haya y de las convenciones de Ginebra es grande y complica el problema . Elguerrillero es precisamente alguien que evita portar armas en forma ostensible, alguienque combate con emboscadas, alguien que utiliza tanto el uniforme del enemigo comosignos de identificacin fijos o removibles y toda clase de ropas civiles como camuflaje.

    El ocultamiento y la oscuridad son sus armas ms potentes a las que honestamente nopuede renunciar sin perder el espacio de la irregularidad; esto es: sin tener que dejar deser guerrillero.

    El punto de vista militar del ejrcito regular prusiano de ninguna manera se basabasobre una falta de inteligencia o sobre un desconocimiento de la importancia de laguerra de guerrillas. Esto se aprecia en un interesante libro de un tpico oficial prusianode Estado Mayor que conoca la guerra de francotiradores de 1870/71 y que dio aconocer su opinin en el ao 1877 bajo el ttulo de Lon Gambetta und seine Armeen(Lon Gambetta y sus Ejrcitos). El autor, Colmar Freiherr von der Goltz, muridurante la Primera Guerra Mundial como comandante de un ejrcito turco con el ttulo

    de Pasha Golz. Con toda objetividad y la mayor precisin, el jven oficial prusianoreconoce el error decisivo de la conduccin militar republicana y afirma: Gambettaquera librar la gran guerra y termin librndola para su propia desgracia porque, paralos ejrcitos alemanes en la Francia de aqul entonces, una guerra de guerrillas hubierasido mucho ms peligrosa.

    La conduccin del ejrcito prusiano-alemn, si bien tarde, termin por entender laguerra de guerrillas. El Comando Supremo de la Wehrmacht alemana emiti el 6 deMayo de 1944 las ya mencionadas directivas generales para combatir a los guerrilleros.De este modo, el ejrcito alemn, antes de su fin, todava lleg a enteder cabalmente alguerrillero. En el intern, uno de los otrora enemigos de Alemania ha terminadoreconociendo que las directivas de Mayo de 1944 constituyen una excelentereglamentacin. El brigadier ingls Dixon, quien despus de la Segunda GuerraMundial public conjuntamente con Otto Heilbrunn un libro medular sobre elguerrillero, cita in extenso las directivas alemanas presentndolas como un brillanteejemplo de lo que es una correcta accin antiguerrillera. Por su parte, en el prefacio a laobra de Dixon y Heilbrunn, el general ingls Sir Reginald F. S. Denning observa que lareglamentacin alemana de 1944 no pierde valor por el hecho de contener las directivasdel ejrcito alemn en su lucha contra los partisanos rusos .

    En la Alemania de 1944/45 hay dos fenmenos del final de la guerra que no deben ser

    adjudicados a la Wehrmacht alemana. Se explican ms bien a partir de unacontraposicin a la misma: se trata del Volkssturm alemn y del llamado Werwolf. ElVolkssturm fue creado por un decreto del 25 de Septiembre de 1944 como una miliciaterritorial para la defensa regional. Sus miembros fueron soldados encuadrados en la leyde defensa y combatientes segn la reglamentacin de La Haya. La recientementeaparecida obra del General Mayor Hans Kissel, quien fuera a partir de Noviembre de1944 el Jefe de la Conduccin Superior del Volksturm alemn, nos informa sobre suorganizacin, equipamiento, participacin, espritu de lucha y sus bajas. Kissel dice queel Volkssturm fue reconocido como tropa combatiente en el Oeste por los Aliadosmientras que en el Este los rusos lo trataron como una organizacin guerrillera,fusilando a los que caan prisioneros. A diferencia de esta milicia territorial, el Werwolf

    fue pensado como la organizacin guerrillera de la juventud. Sobre su resultado el librode Dixon y Heilbrunn informa: Algunos escasos Werwolfincipientes fueron hechos

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    prisioneros por los aliados y con ello termin la cosa. Se ha tildado al Werwolfcomoel intento de desatar una guerra de francotiradores infantiles . En todo caso, nonecesitamos profundizar aqu en ello.

    Despus de la Primera Guerra Mundial, los vencedores de aqul entonces disolvieron al

    Estado Mayor alemn y prohibieron su restauracin bajo cualquier forma en virtud delArt. 160 de Tratado de Versalles del 28 de Junio de 1919. Existe una lgica histrica yjurdica en el hecho de que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, que en elintern haban repudiado la guerra-duelo del Derecho Internacional europeo clsico,sobre todo los EE.UU. y la Unin Sovitica, luego de su victoria conjunta sobreAlemania repudiasen tambin al Estado prusiano y lo aniquilasen. La Ley N 46 delConsejo de Control Aliando del 25 de Febrero de 1947 dispona:

    El Estado prusiano, que desde siempre fue el portador del militarismo y la reaccin enAlemana, ha dejado de existir de facto. Guiado por el pensamiento del mantenimientode la paz y de la seguridad de los pueblos, y con el deseo de asegurar la futura

    reconstruccin de la vida poltica en Alemania sobre bases democrticas, el Consejo deControl dispone:

    Artculo 1 - El Estado prusiano, con su gobierno y todas sus reas administrativas,queda disuelto.

    El guerrillero como ideal prusiano de 1813 y el giro hacia la teora

    No fue ningn soldado prusiano ni tampoco un militrar profesional con orientacinreformadora, sino un primer ministros prusiano, Bismarck, el que en 1866, para no

    terminar vencido, quiso utilizar contra la monarqua de los Habsburgo y la FranciaBonapartista cualquier arma que el movimiento nacional emergente nos puede llegar aofrecer no slo en Alemania sino tambin en Hungra y en Bohemia. Bismarck estabadecidido a poner en movimiento al Aqueronte (en la mitologa griega, uno de los cincoros del infierno. N.del T.). Le placa utilizar la cita clsica deAcheronta movere,aunque, naturalmente, prefera endosrsela a sus enemigos polticos internos. Tanto elrey prusiano Guillermo I, como el Jefe del Estado Mayor, Moltke, estaban lejos dealentar planes aquernticos que tenan que parecerles siniestros y hasta muy pocoprusianos. Para los dbiles intentos revolucionarios del gobierno alemn y del EstadoMayor durante la Primera Guerra Mundial, el trmino aquerntico hubiera resultadoprobablemente demasiado fuerte. En todo caso, tambin el viaje de Lenin desde Suiza

    hasta Rusia, en el ao 1917, corresponde a este contexto. Pero todo lo que los alemaneshayan podido pensar y planificar en aqul entonces, en relacin con la organizacin delviaje de Lenin, ha sido tan tremendamente superado y sobrepasado por lasconsecuencias histricas de este ensayo revolucionario, que nuestra tesis de laconflictiva relacin prusiana con los guerrilleros resultara con ello ms confirmada querefutada .

    An as el Estado militar prusiano tuvo, una vez en su Historia, un momentoaquerntico. Fue en el invierno y en la primavera de 1812/13, cuando una lite deoficiales de Estado Mayor intent desatar y conducir las fuerzas de la enemistadnacional contra Napolen. La guerra alemana contra Napolen no fue una guerra de

    guerrillas. Tampoco es muy factible llamarla una guerra masiva de todo el pueblo; enesto slo lo ha convertido una leyenda con trasfondo poltico como acertadamente

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    dice Ernst Forsthoff . Muy rpidamente se consigui guiar esas fuerzas elementaleshacia el marco firme del orden estatal y la lucha regular contra los ejrcitos franceses. Apesar de ello, este corto instante revolucionario sigue manteniendo una importanciatremenda para la teora de la guerrilla.

    Aqu muchos pensarn inmediatamente en una obra maestra de la ciencia militar: ellibroDe la Guerra del general prusiano von Clausewitz. Con razn. Pero Clausewitz enaquella poca era solamente el contertulio ms joven de sus instructores y maestrosScharnhorst y Gneisenau; su libro se public recin despus de 1832, con posterioridada su fallecimiento. No obstante, existe otro Manifiesto de la enemistad contra Napolenoriginado durante la primera mitad de 1813 que es uno de los documentos mssorprendentes de toda la Historia de la guerrilla: es el Edicto prusiano sobre el

    Landsturm del 21 de Abril de 1813. Se trata de un edicto firmado por el rey de Prusia,publicado en todas las colecciones de leyes prusianas. Est incuestionablemente basadoen elReglamento de Partidas y Cuadrillas espaol del 28 de Diciembre de 1808 y en elDecreto del 17 de Abril de 1909 conocido bajo el nombre de Corso Terrestre. Pero

    estos dos ltimos no estn firmados personalmente por el monarca . Uno se asombra dever el nombre de un rey legtimo debajo de semejante llamado a la guerra de guerrillas.Estas diez pginas de la recopilacin de leyes prusianas de 1813 (pgs. 79/89)pertenecen seguramente a las pginas ms inusitadas de todos los cdigos del mundo.

    El edicto real prusiano de Abril de 1813 establece que cada ciudadano est obligado aoponerse con toda clase de armas al enemigo invasor. Hachas, herramientas de labranza,guadaas y escopetas se recomiendan en forma especial (en el 43). Cada prusiano estobligado a no obedecer ninguna disposicin del enemigo y, por el contrario, a causarledao con todos los medios que se hallen a su alcance. Nadie debe obedecer al enemigo,ni siquiera cuando ste intente restablecer el rden pblico porque a travs de ello sefacilitan las operaciones militares del enemigo. Se dice expresamente que los excesosde malvivientes descontrolados resultan menos adversos que una situacin en la cual elenemigo puede disponer libremente de todas sus tropas. Se garantizan represalias yterror instrumentados en defensa de los guerrilleros y se amenaza al enemigo con estasmedidas. En resumen, aqu tenemos una especie de Carta Magna de la guerrilla. En treslugares en la Introduccin y en los 8 y 52 se hace expresa referencia a Espaa y asu guerra de guerrillas como muestra y ejemplo. La lucha se justifica como un acto dedefensa propia bajo estado de necesidad, lo cual santifica todos los medios ( 7),incluida la provocacin del desrden total.

    Ya he mencionado que no se lleg a una guerra de guerrillas alemana contra Napolen.El Edicto referente alLandsturm se modific apenas tres meses ms tarde, el 17 de Juliode 1813, despojndoselo de todo peligro guerrillero y de toda dinmica aquerntica.Todo lo que sigui transcurri en el marco de los combates del ejrcito regular, si bienla dinmica del impulso nacional penetr en la tropa regular. Napolen pudo llegar avanagloriarse de que, durante todos los aos de la ocupacin francesa del suelo alemn,ningn civil alemn dispar un solo tiro contra un uniforme francs.

    En qu consiste, pues, la importancia especial de esta disposicin prusiana de 1813 detan corta vida? En que constituye el documento oficial que legitima al guerrilleroinvolucrado en una defensa nacional y especficamente con una legitimacin especial

    constituida por el espritu y por la filosofa imperantes Berlin, la capital prusiana deaqul entonces. La guerra de guerrillas espaola contra Napolen, el alzamiento tirols

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    de 1809 y la guerra de guerrillas rusa de 1812 constituyeron movimientos elementales,autctonos, de pueblos creyentes, catlicos u ortodoxos, cuya tradicin no haba sidotocada por el espritu filosfico de la Revolucin Francesa y que eran, en este sentido,subdesarrollados. Napolen, en una furiosa carta a Davout, su Gobernador General enHamburgo (2 de Diciembre de 1811), se refiri a los espaoles describindolos como un

    pueblo confundido, rastreramente asesino, supersticioso, conducido por 300.000monjes, que no deba ser confundido con los tenaces, trabajadores y razonablesalemanes. Contrariamente a esto, el Berlin de los aos 1808-1813 se encontrabaimpregnado de un espritu completamente familiarizado con la filosofa de la Ilustracinfrancesa, tan familiarizado que se senta con derecho a estar a su nivel y hasta porencima del mismo.

    Johann Gottlieb Fichte, un gran filsofo; militares extremadamente cultos y genialescomo Scharnhorst, Gneisenau y Clausewitz; un poeta como el ya mencionado Heinrichvon Kleist que falleci en Noviembre de 1811; todos ellos caracterizan el tremendopotencial espiritual de una intelectualidad prusiana que en aqul momento crtico se

    hallaba dispuesta a actuar. El nacionalismo de este estrato intelectual berlins fue unelemento perteneciente a las personas cultas y no al pueblo sencillo y hasta analfabeto.En una atmsfera as, en la cual un encendido sentimiento nacional se una a unaformacin filosfica, el guerrillero fue descubierto filosficamente y la teora del mismose hizo histricamente posible. Que a esta unin le corresponde tambin una doctrina dela guerra lo demuestra la carta que Clausewitz, como militar annimo le escribi en1809 a Fichte desde Knigsberg y en dnde afirma ser el autor de un ensayo sobreMaquiavelo. El oficial prusiano le informa luego con todo respeto al famoso filsofoque la doctrina militar de Maquiavelo es demasiado dependiente de la Antigedad y quehoy se gana infinitamente ms con la revitalizacin de las fuerzas individuales quemediante formas artificiales. Las nuevas armas y las masas, opina Clausewitz en esacarta, se condicen totalmente con este principio, con lo cual en ltima instancia lodecisivo es el coraje del individuo en la lucha cuerpo a cuerpo, es decir, en la ms bellade todas las guerras, que es la que un pueblo libra sobre sus propios solares por lalibertad y por la independencia.

    El joven Clausewitz conoci al guerrillero a partir de los planes insurreccionalesprusianos del ao 1808/13. Dio conferencias entre 1810 hasta 1811 en la EscuelaGeneral de Guerra en Berlin sobre la guerra a pequea escala y fue uno de losespecialistas militares ms destacados de esta clase de guerra no slo en el sentidoprofesional de la utilizacin de tropas ligeras y mviles. Para l, al igual que para los

    dems reformadores de su crculo, la guerra de guerrillas se convirti de modoprincipal en una cuestin eminentemente poltica de carcter directamenterevolucionario. La aceptacin de las ideas de pueblo en armas, insurreccin, guerrarevolucionaria, resistencia y sublevacin frente al orden constituido an cuando elmismo est representado por una fuerza de ocupacin extranjera todo eso es una grannovedad para Prusia, algo peligroso, algo que parecera caer fuera de la esfera delEstado basado en el Derecho. Con estas palabras Werner Hahlweg acierta en el ncleode aquello que es esencial para nosotros. Aunque agrega inmediatamente: La guerrarevolucionaria contra Napolen, tal como se la imaginaron los reformadores prusianos,por supuesto nunca fue librada. Slo se llego a una guerra semi-insurreccional, comola denomin Friedrich Engels. A pesar de ello, la famosa declaracin de Febrero de

    1812 sigue siendo importante en cuanto revela los impulsos ms profundos (Rothfels)de los reformadores. Clausewitz la redact con la ayuda de Gneisenau y Boyen, antes de

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    pasarse a los rusos. Es un documento sobrio de anlisis poltico y militar al nivel de unEstado Mayor, hace referencia a las experiencias de la guerra espaola y no tieneempacho en contestar crueldad con crueldad, violencia con violencia. En esto sepercibe ya claramente al Edicto sobre el Volksturm de Abril de 1813 .

    Clausewitz de seguro qued muy decepcionado al ver que todo lo que haba esperado dela insurreccin termin faltando . Haba reconocido a la guerra popular y alguerrillero al partidista (Parteignger) como dice Clausewitz como una parteesencial de las fuerzas que estallan en una guerra, incorporndolas en el sistema de sudoctrina sobre la guerra. Reconoci esta nueva potencia especialmente en el Libro 6de su doctrina blica (Extensin de los Medios de Defensa) y en el famoso Captulo 6Bde su 8 Libro (la guerra es un instrumento de la poltica). Aparte de ello se puedenhallar en su obra observaciones aisladas y secundarias sorprendentes; como el pasajeque se refiere a la guerra civil en la Vende dnde expresa que, a veces, unos pocosguerrilleros pudieron aspirar a que se los designara como ejrcito . Sin embargo,Clausewitz sigue siendo, en trminos generales, el oficial profesional con intenciones

    reformadoras que no pudo desarrollar hasta sus ltimas consecuencias las ideasincipientes que aqu aparecen. Como veremos, esto sucedi recin mucho ms tarde ypara ello hizo falta un revolucionario profesional. Clausewitz todava pensaba encategoras demasiado clsicas cuando, en la maravillosa caracterstica ternaria de laguerra, le adjudicaba al pueblo tan slo el ciego impulso natural del odio y laenemistad; al jefe militar y a su ejrcito el coraje y el talento como libremanifestacin del espritu; y al gobierno la puramente racional gestin de la guerracomo instrumento de la poltica.

    En la corta vida de aquel Edicto sobre elLandsturm de Abril de 1813 se concentra elmomento en el cual el guerrillero aparece en un papel nuevo y decisivo, siendo que erauna figura hasta ese momento no reconocida por la conciencia universal. No fue lavoluntad de resistencia de un pueblo valiente y guerrero lo que le abri esta puerta alguerrillero; fue la cultura y el intelecto que le otorg, adems, una legitimacinfilosficamente fundamentada. Aqu result, si puedo expresarlo de esta forma,filosficamente acreditado y convertido en presentable ante la corte. Previamente no loestaba. En el Siglo XVII haba descendido hasta convertirse en un personaje de novelapicaresca; en el Siglo XVIII, por la poca de Mara Teresa y Federico el Grande, fuepanduro y hsar. Pero ahora, en el Berlin de los aos 1808 a 1813, result descubierto yvalorado no slo filosfica sino incluso militar-profesionalmente. Al menos por uninstante obtuvo un rango histrico y un bautismo intelectual. se fue un proceso que ya

    no olvidara. Para nuestro tema, esto es decisivo. Hablamos de la Teora del Guerrillero.Pues bien, una teora del guerrillero que vaya ms all de clasificaciones polticas ymilitar-profesionales slo ha sido posible, en realidad, recin a travs de estaacreditacin que tuvo lugar en Berlin. La chispa que haba volado desde Espaa hacia elNorte en el ao 1808, econtr en Berlin una forma terica que le hizo posiblemantenerse encendida y luego pasar a otras manos.

    No obstante, en lo inmediato, la tradicional devocin del pueblo result tan escasamenteamenazada como la unidad poltica del rey y el pueblo. Mediante la invocacin y laapologa del guerrillero hasta pareci ms fortalecida que puesta en peligro. ElAqueronte desencadenado retorn inmediatamente a los canales del rden estatal.

    Despus de las guerras de liberacin domin en Prusia la filosofa de Hegel que intentuna intermediacin sistemtica entre revolucin y tradicin . Esa filosofa poda parecer

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    conservadora y, de hecho, lo era. Pero conserv tambin la chispa revolucionaria ybrind a travs de su filosofa de la Historia, con la idea de la perpetuidadrevolucionaria, una peligrosa arma ideolgica, ms peligrosa que la filosofa deRousseau en manos de los jacobinos. Esta arma, proveniente de la filosofa de lahistoria, lleg a las manos de Karl Marx y Friedrich Engels. Sin embargo, los dos

    revolucionarios alemanes fueron ms pensadores que activistas de la guerrarevolucionaria. Recin a travs del revolucionario profesional ruso, a travs de Lenin,adquiri el marxismo como doctrina el poder histrico mundial que hoy representa.

    De Clausewitz a Lenin

    Hans Schomerus, un especialista de la guerrilla a quien ya hemos citado, a una seccinde su estudio (que me ha brindado en forma manuscrita) le pone el ttulo:DelEmpecinado hasta Budjonny. Esto significa: del guerrillero de la guerra de guerrillasespaola contra Napolen, hasta el organizador de la caballera sovitica, el jefe de lacaballera en la guerra bolchevique de 1920. Un ttulo as refleja una interesante lnea de

    desarrollo en la ciencia militar. Sin embargo, para nosotros que nos hemos enfocado enla Teora del Guerrillero, esa lnea evolutiva pone la atencin de un modo demasiadoacentuado sobre las cuestiones militar-profesionales de la tctica y la estrategia de laguerra en movimiento. Tenemos que mantener a la vista la evolucin del concepto de lopoltico y este concepto sufre precisamente aqu una inflexin revolucionaria. Elconcepto clsico de lo poltico, consolidado en los Siglos XVIII y XIX, estuvo basadosobre el Estado y el Derecho Internacional europeo. Haba transformado la guerratradicional clsica en una guerra acotada por el Derecho Internacional y limitadapuramente al conflicto entre Estados. Desde el Siglo XX esta guerra inter-estatal esdejada de lado, siendo suplantada por la guerra revolucionaria partidista. Es por estemotivo que a las consideraciones que siguen le hemos puesto el ttulo de DeClausewitz a Lenin. Por supuesto que frente a la posibilidad de limitarnos a lomilitar-profesional-cientfico existe aqu el peligro, en cierto modo opuesto, deperdernos por las deducciones y las genealogas de la filosofa de la Historia.

    El guerrillero es, en esto, un punto de anclaje seguro porque puede evitarnos esasgenealogas filosfico-histricas genricas y nos conduce de regreso a la realidad deldesarrollo revolucionario. Ya Karl Marx y Friedrich Engels comprendieron que laguerra revolucionaria actual ya no es una guerra de barricadas al viejo estilo.Especialmente Engels, que redact muchos trabajos de ciencia militar, subray esto enforma reiterada. Pero sigui considerando como posible que la democracia burguesa, a

    travs del sufragio universal, le diese al proletariado una mayora parlamentaria quepermitiese pasar en forma legal del orden social burgus a la sociedad sin clases. Enconsecuencia, incluso un revisionismo totalmente carente de ingredientes guerrillerospudo hacer referencia a Marx y a Engels. Frente a esto, fue Lenin el que percibi lainevitabilidad de la violencia y de las guerras, tanto civiles como inter-estatales, yconsecuentemente el que acept tambin la guerra de guerrillas como un ingredientenecesario del proceso revolucionario general. Lenin fue el primero en concebir, conplena conciencia, al guerrillero como una importante figura de la guerra civil nacional einternacional intentando transformarlo en un instrumento eficaz de la conduccincentral del Partido Comunista. Esto, por lo que pude ver, sucedi por primera vez en unensayo, La Guerra de Partisanos (Der Parisanenkampf en su versin alemana) que

    apareci el 30 de Septiembre y el 13 de Octubre en la revista rusa El Proletario . Setrata de una clara continuacin de la percepcin del enemigo y la enemistad que

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    comienza en 1902 con Qu hacer, sobre todo con el giro contra el objetivismo deStruve. Con ello aparece consecuentemente el revolucionario profesional .

    El ensayo de Lenin sobre el guerrillero se refiere a la tctica de la guerra civil socialistay se dirige contra la opinin, difundida entre los socialdemcratas de aqul momento, en

    cuanto a que en los pases parlamentarios la revolucin proletaria conquistara susobjetivos por si misma como movimiento de masas por lo que los mtodos de laaplicacin directa de la violencia estaran superados. Para Lenin, la guerra de guerrillases parte integrante del mtodo de la guerra civil y se refiere, como todo lo dems, a unacuestin puramente tctica o estratgica de la situacin concreta. Como Lenin mismodice, la guerra de guerrillas es una forma de lucha inevitable de la cual uno se vale sindogmatismos ni prejuicios, del mismo modo en que hay que utilizar otros mtodos ymedios, legales o ilegales, pacficos o violentos, regulares o irregulares, de acuerdo conlas circunstancias. El objetivo es la revolucin comunista en todos los pases del mundo.Lo que sirva a este fin ser bueno y justo. Tambin el problema de la guerrilla es, por lotanto, de fcil solucin: los guerrilleros dirigidos por la central comunista son

    combatientes por la paz y gloriosos hroes; los guerrilleros que se sustraen a estaconduccin son turbas anarquistas y enemigos de la humanidad.

    Lenin fue un gran conocedor y admirador de Clausewitz. Estudi el libroDe la Guerradurante la Primera Guerra Mundial, en el ao 1915, de un modo intensivo, extrayendopasajes en alemn, haciendo notas al margen en ruso con subrayados y signos deadmiracin que incorpor a su cuaderno de notas, la Tetradka. De este modo, redactuno de los ms extraordinarios documentos de la Historia del mundo y de las ideas. Apartir de un estudio exhaustivo de estos extractos, notas al margen, subrayados y signosde admiracin se puede desarrollar la nueva teora de la guerra absoluta y de laenemistad absoluta que determinan la poca de la guerra revolucionaria y los mtodosde la moderna guerra fra . Lo que Lenin tuvo oportunidad de aprender, y aprendi, deClausewitz fue no slo la famosa frmula de la guerra como continuacin de la poltica.Fue el reconocimiento adicional de que, en la era de la revolucin, la diferenciacinentre amigos y enemigos constituye lo primario y determina tanto a la poltica como a laguerra. Slo la guerra revolucionaria es para Lenin una verdadera guerra, por cuantosurge de una enemistad absoluta. Todo lo dems no es sino juego convencional.

    En una nota al margen que le hace a un pasaje del Captulo 23 del Libro II (Llaves delpas) Lenin mismo resalta de un modo especial la distincin entre guerra (woina) y

    juego (igra). En su lgica se produjo el paso decisivo que elimin las limitaciones que

    haba conseguido el Derecho Internacional continental europeo en relacin con laguerra; las mismas que el Congreso de Viena de 1814/15 consigui restaurar tanexitosamente hasta la Primera Guerra Mundial y en cuya supresin Clausewitz todavani pensaba en realidad. Comparada con la guerra de la enemistad absoluta, la guerraacotada del Derecho Internacional clsico que se desarrolla de acuerdo a reglasaceptadas, no es mucho ms que un duelo entre caballeros que tienen derecho a unasatisfaccin. Para un comunista imbudo de una enemistad absoluta como Lenin, esaespecie de guerra deba parecer un simple juego, al cual se prestaba de acuerdo con lascircunstancias para confundir al enemigo pero al que, en el fondo, despreciaba yencontraba ridculo .

    La guerra de la enemistad absoluta no conoce limitaciones. La prctica consecuente deuna enemistad absoluta le otorga a esa guerra su sentido y su justicia. La pregunta es,

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    pues, tan slo: existe un enemigo absoluto y quin es este enemigo in concreto? Leninno dud ni un instante en la respuesta y su superioridad por sobre todos los demssocialistas y marxistas consisti en que tom en serio esa enemistad absoluta. Suenemigo absoluto, concreto, era el enemigo de clase, el burgus, el capitalista occidentaly su orden social, en todo pas en el cual dicho orden imperase. La identificacin del

    enemigo fue el secreto de la tremenda potencia agresiva de Lenin. Su simpata por elpartisano se bas en que el guerrillero moderno era el autntico irregular y, con ello, lanegacin ms fuerte del orden capitalista existente por lo que sera llamado a ser elejecutor de esa enemistad.

    La irregularidad del guerrillero ya no se relaciona hoy con una lnea militar, comosuceda all por el Siglo XVIII cuando el partisano era tan slo tropa ligera. Tampocose relaciona ya con el uniforme que orgullosamente exhibe una tropa regular. Lairregularidad de la lucha de clases no cuestiona a una lnea sino a todo el edificio delorden social. Lenin tom esta nueva realidad y la transform en conciencia filosfica atravs del revolucionario profesional ruso. La alianza entre la filosofa y el guerrillero

    que estableci Lenin desat fuerzas nuevas e inesperadas. Ocasion nada menos que laexplosin de todo el mundo eurocntrico que Napolen haba intentado salvar y que elCongreso de Viena haba esperado restaurar.

    La limitacin de la guerra regular inter-estatal y la moderacin de la guerra civil intra-estatal le terminaron siendo algo tan sobreentendido al siglo XVIII europeo que inclusopersonas sabias delAncien Rgime no pudieron imaginarse la destruccin de esta clasede regularidad; ni siquiera despus de las experiencias de la Revolucin Francesa de1789 y 1793. Ante esta destruccin slo encontraron expresiones de horror ycomparaciones improcedentes, en el fondo infantiles. Un gran y valiente pensador del

    Ancien Rgime, Joseph de Maistre, percibi profticamente de qu se trataba. En unacarta del verano de 1811 declar a Rusia madura para una revolucin aunque tena laesperanza de que la misma fuese como l dice una revolucin natural y no unailuminista-europea como la francesa. Lo que ms tema era un Pugachev acadmico. Seexpres de esta manera para indicar aquello que acertadamente percibi como lorealmente peligroso, es decir: una alianza entre la filosofa y las fuerzas elementales deuna insurreccin. Quin era Pugachev? Fue el jefe de una sublevacin de campesinos ycosacos contra la zarina Catalina II, ajusticiado en Mosc en 1775 y que se haba hechopasar por el marido fallecido de la zarina. Un Pugachev acadmico sera un ruso queiniciase una revolucin al modo europeo. Eso producira una serie de guerrasespantosas y eso, de suceder, ... me faltan las palabras para expresarles lo que en dicho

    caso habra que temer.La visin del sagaz aristcrata es sorprendente, tanto por lo que percibe es decir: laposibilidad y el peligro de una unin entre la inteligencia occidental y la rebelin rusa como tambin por lo que no percibe. Por la fecha y el sitio desde el cual escribe SanPetersburgo, en el verano de 1811 de Maistre se encuentra en la vecindad inmediatade los reformadores militares prusianos. Pero no percibe la cercana de esos oficialesprofesionales del Estado Mayor prusiano cuyos contactos con la corte imperial de SanPetersburgo eran bastante intensos. No sospecha nada de Scharnhorst, de Gneisenau nide Clausewitz, cuyos nombres, de haber sido combinados con el de Pugachev, hubierancausado una equivocacin fatal en la cuestin de acertarle al ncleo de todo el asunto.

    Con ello, el sentido profundo de una visin se pierde y solamente queda un bon motalestilo de Voltaire y, por lo que mi atae, incluso al estilo de Rivarol. Si uno, despus,

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    piensa todava en la unin de filosofa de la historia hegeliana con la fuerzadesencadenada de las masas, la formulacin del genial de Maistre se esfuma paraconvertirse en un pequeo episodio conversacional de los salones o antesalas delAcien

    Rgime. El lenguaje y el mundo conceptual de la guerra acotada y de la enemistaddosificada no se hallaban preparados para enfrentar la irrupcin de la enemistad

    absoluta.

    De Lenin a Mao Tse-tung

    De acuerdo con la estimacin de los expertos, durante la Segunda Guerra Mundial lasguerrillas rusas obstaculizaron la accin de aproximadamente veinte divisionesalemanas aportando con ello sustancialmente a la definicin de la guerra. Lahistoriografa sovitica oficial com