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médica enfatiza el estudio y la comprensióndel hombre como una unidad psicobiológica,con su propia historia personal y cultural.

Es en este sentido que la obra del Pro-fesor Insua resulta, a la vez, refrescante yestimulante. Sobre todo por su marcado in-terés en estudiar la relación médico-pacientey ••... los elementos psicológicos y psicopa-tológicos que intervienen ... " en esta relación.Es evidente -con sólo leer la tabla de con-tenidos- que el libro pretende ofrecer unavisión integral del hombre. Como punto departida, estudia el organismo humano en surelación con el medio social del hombre. De-fine luego el concepto de personalidad, yanaliza los factores que contribuyen a sudesarrollo, para finalizar con el examen dela relación médico-paciente.

En síntesis, puede considerarse que el libroque reseñamos constituye una importante con-tribución, de gran utilidad para el estudiantede medicina y, particularmente, para la ense-ñanza de la psiquiatría en las escuelas demedicina.

INSUA, JORGE A.: Psicología Médica, Ed. Columba, Nuevos Esquemas, Buenos. Aires, Argentina, 1967.

HORSBY JESSIE 1., Bernnnos: Ed. Columba, Colección Hombres Inquietos.Buenos Aires, 1965, pp. 102, traducción del Prof. Horacio A. Difriere.

El libro cuya cita bibliográfica ofrecemosviene a llenar una sentida necesidad en laenseñanza de la medicina. Esto es así porcuanto su orientación, eminentemente huma-nística, coincide plenamente con la que ac-tualmente recibe un énfasis especial en elcampo de la enseñanza médica, y particular-mente en el de la enseñanza de la psiquiatría.

El libro hace relevante la necesidad deuna mejor comprensión de la relación médico-paciente y de los factores, tanto personalescomo socio-culturales, que la afectan.

Pocos son, en realidad, los libros de psi-cología médica y casi todos tienden, más quea esta orientación, a convertirse en textos depsiquiatría. Se olvidan, por lo general, quela definición del concepto "psicología mé-dica" fue referirse, antes que nada, a laactitud del médico frente al enfermo. YaLotze, en 1852, hablaba, enfáticamente, de la"fisiología del alma" ('"physiologie derSeele"}, en su libro: Medicinische Psycbo-logie. Más tarde, Kretschmer definió lapsicología médica como "una psicología dela práctica médica". Es decir, la psicología

la obra está dividida en trece capítulos,con unas "Notas biográficas" suplementariasy la enumeración cronológica de las obraspóstumas. Al final se consignan "Algunosestudios sobre Bernanos".

El principal objetivo de éste es mostrar-nos al hombre que fue Georges Bernanos altravés de sus obras. En cuanto su producciónliteraria presenta, en su aspecto esencial, elitinerario anhelante que le tocó recorrer eneste mundo.

Este proceso aparece matizado y contrastadopor luces y sombras que iluminan su paisajeespiritual y que lo presentan como un perso-

GONZALO ADIS CASTRO

naje vigoroso que se debate constantementeentre los extremos de la paradoja, de loscontrastes violentos, tratando de salvarse encada momento, es decir, de salvar su personadel naufragio de un mundo que le pareceestar ya al margen de toda posibilidad desalvación.

Su vida podría definirse como el azarpuesto a prueba por la voluntad de un hom-bre que espera verlo perdido a sus pies, comouna oportunidad suprema para encontrar elparaíso, bien sea en este mundo, bien seaen el otro (pp. 10-11-12). Al través de todossus desastres sabe ser auténtico, independiente,

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fiel a su vocacron para poder realizar su vida,una vida puesta en medio del torrente, y alalcance de sus semejantes, al alcance de los"pobres" (14).

Bernanos escritor es presentado por laautora de este apasionante ensayo como elhombre que se entrega al llamado de Dioscreando, escribiendo sus obras literarias. "Uncrítico ha podido definir a Bernanos como un"novelista sacerdotal", en buena parte por estaconcepción profundamente religiosa que teníade su oficio de escriba ('15).

Toda la verdad de su vida está encerradaen sus libros, en sus personajes. Es desdeeste punto de vista que afirmaba: "El artetiene otro objeto que sí mismo"; "su perpe-tua búsqueda de la expresión no es más quela imagen debilitada, o como el símbolo, desu perpetua búsqueda del Ser" (19).

"La creación en vista de la eternidad",comenta jessie L. Hornsby, "se convierte en-tonces en una de las vías de salvación, dela Redención, si acordamos que ésta significala reconquista de la unidad original del sery de la plenitud del ser, en la comunión conel Ser, más aUá de las contradicciones, de losdesgarramientos, de las negaciones, de la con-dición humana decaída" ( 10) .

Hasta qué punto tuvo conciencia de lopoco que pueda alcanzarse en este afán desacudir las conciencias por medio de su obraliteraria nos lo dice Bernanos: "Conozco bienmi impotencia... todo lo que puedo hacerlo hago... abrumado por el sentimiento delridículo, de la disproporción entre los aconte-cimientos y mi miserable esfuerzo por per-manecer junto a mi mesa, trabajar, trabajar,trabajar. Tengo la impresión de reunir algunosgranos de arena" (25). Estas ideas le que-brantan el corazón y crean a su alrededor unaespecie de vacío, de sentimiento de soledad,de sequedad espiritual, como dirían los mís-ticos (41-42). No es más ahora la soledadlo que me rodea; es el vacío... "Esta sole-dad es la expresión de un alma insobornableque desea vivir únicamente la libertad delos hijos de Dios, en contra la esclavitud de105 que proclaman la ortodoxia dogmática yen el plano temporal la utilizan contra elpobre, o en contra de los que enarbolan labandera de la reivindicación social, de la"justicia social", para pisotear en su nombreel espíritu de amor, de caridad, que es la

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esencia del cristianismo, con su odio contrala pobreza" (20-27). "Los santos bernanosia-nos, observa Hornsby, saben o aprenden enel sufrimiento, que hay una parte del dolor,de pobreza y de injusticia a la cual no sepuede tocar sin suscitar una miseria y unainjusticia más grandes, sin "desencadenar losmonstruos", una parte de injusticia que hayque aceptar so pena de dejarse devorar, en-venenar por la piedad, llegar a la blasfemia,alodio al mismo Dios" (94). De aquí suposición peculiar entre los católicos conser-vadores, de derecha y los llamados católicosde izquierda de su tiempo.

El capítulo IV de este ensayo se dedica amostrarnos la peripecia interna de Bernanosvista en sus propios libros. Así "La Joie"es la novela por excelencia del "radianteespíritu de confianza y de abandono", la pri-mera donde se entrevé la vida "transfigurada,iluminada", si no enteramente 'reconciliada"(29). Casi en oposición a esta obra aparece"L'irnposture" que representa la rebelión con-tra Dios, el orgullo satánico. Entre ambashabría que situar "Sous le soleil de Satán",por el carácter "trágico patético ... del com-bate espiritual" en torno a la salvación queen él se libra.

Las cinco novelas que siguen, por su ordende aparición: "Un mauvais reve" , "MonsieurOuine", "Un crime", "Le journal d'un curé"y la "Nouvelle histoire de Moachette", en-tablan el combate de Bernanos contra elmundo de hoy, ("Estiércol de job", "Lúgubremeadero") "devorado por el cáncer del fas-tidio", llegando a la reconciliación, "por elamor de Dios", consigo mismo, con su "pobredespojo", es decir con la pobreza y la soledadfundamentales de la condición humana" (33).

La producción novelística de Bernanos ter-mina con la "Nouvelle histoire de Monchet-te", del hombre reducido a la más grandemiseria, la miseria del hombre sin Dios, "quedebe despertar un día sobre la espalda deJesucristo" .

Se agota el humor del autor para lacreación literaria (es el año de la Revoluciónen España) y empieza el gran debate "paratratar de decir lo que otros habrían dichomejor, si hubiesen tenido el valor de decirlo"."Este valor, agrega nuestro ensayista, lo ten-drá él para decir que este mundo está enpeligro de muerte y denunciar las causas y

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los culpables. Las causas son que Dios seretiró de este mundo porque el mundo seorganiza para prescindir de El, se organizacomo si Dios no existiese; que los hombreshan renegado de su alma, de su libertad, desu propia divinidad. Los culpables son todoslos que han traicionado la vocación espiritualdel hombre, 1.. "vocación natural y sobrena-tural" de la Iglesia, del cristiano, del francés,del hombre creado libre y a imagen de Dios"(34). De este período son: "Les grands ci-mitieres" visión trágica, pero aún esperanza-da, y "La France contre les robots", dondedeclara que el mundo está perdido y es yaindigno de ser salvado.

Finalmente, Jessie L. Hornsby nos pre-senta los "Dialogues des carmélites" cornola obra más "reconciliada", la más profunda-mente "aceptable" ... Allí, "el Magnificat es-perado" desde "La joie" estalla verdadera-mente en la Gloria cantada al pie del cadalsopor las carmelitas de Cornpiegne, y sobretodo por la más "pobre" de entre ellas: SorBlanca de la Muy Santa Agonía". Lo cualequivale a decir que Bernanos ha superado yala desesperación, obteniendo "la más grandey la más difícil victoria que un hombre puedelograr sobre su alma "la de la esperanza" (38).

Salvación, soledad, libertad, tres temasque van buscando la problemática existencialdel hombre Bernanos y a cuya explicaciónse consagran los capítulos V, VI Y VII. "Sal-vación eterna de su pueblo, de su raza, delHombre". Bernanos nos alerta en el sentidoapremiante de que "ante todo hay que rees-piritualizar al hombre. Para semejante tareaes el momento, urge movilizar, cueste lo quecostare, todas las fuerzas del Espíritu ... Hayque apurarse a salvar al hombre porque ma-ñana no será susceptible de serio, en razónde que no querrá ser salvado". Por salvaciónentiende la vida; el Cristianismo no es otracosa que el amor de la vida, de una vidaque se identifica con Dios. Su negación esel vacío, la muerte (45-46).

La soledad "trágica" es la que se vive enun mundo sin Dios o la que viven los hom-bres que alejan a Dios de sus vidas. El odiode sí es la condición del hombre caído, "odiocontra el prestigio de su antigua grandeza".Este es el principio de "autodestrucción" quecorroe y mina el alma humana degradándolay envileciéndola progresivamente: "el odiodel Espíritu indecible ... que no nos perdo-

nara Jamás su caída inmensa" (47). Tal esel verdadero sentido del "mal" o de la "an-gustia metafísica" que acabará por atraernosla destrucción. En tono apocalíptico nos diceBernanos que el "universo sin Dios... serápronto un universo sin hombres, con lo quehará resplandeciente la misteriosa solidaridadde Dios y el hombre, que es el más augustomisterio de los cristianos" (50).

La fe en la libertad del espíritu significala confianza en el destino de los hijos deDios, la confianza en el destino del amor:"parece, dice, que la libertad es la condicióny el aspecto primeros de lo divino en elhombre, puesto que no hay amor sin libertad:sólo el hombre libre puede amar" (51).Sólo mediante la libertad puede lograrse lasalvación: "Dios se rehúsa a salvar al hombrea pesar de él". Su batalla por la libertadlo lleva a señalar el peligro de todos losdeterminismos de la hora presente -el bio-lógico, el sociológico, el económico, el his-tórico- "provenientes de una concepción pu-ramente materialista del hombre". La materiaes "muerta", y "la sumisión a la materiaequivale a una dimisión del hombre antetodas las fuerzas de la muerte".

No escaparon a Bernanos los tremendosriesgos que conlleva el ejercicio de la verda-dera libertad; "trágico dilema" en el que searriesga a cada instante la salvación o lacondenación.

Llegamos ahora, a tocar el meollo mismodel problema metafísico: la cuestión del sery - de la muerte.

"Tormenta en el seno del ser", se inti-tula el capítulo VIII. El hombre es unapobre criatura descuartizada entre dos intentos:el reino de Satán y el reino de Dios.

Dios es, ante todo, caridad "Dios es elAmor absoluto" o si se prefiere, Dios el elAmor absolutamente Celoso. "Dios desea asu criatura con un deseo cuya menor repre-sentación nos reduciría a polvo".

De este amor procede el universo y elhombre, que es un sujeto de amor y de li-bertad, como su propio paradigma del quees imagen y semejanza. El mal es el prin-cipio de negación, esa "sustancia" negativao Satán, que lleva el signo menos, la nada,el no-ser y está dotado de un dinamismo quese emplea a fondo para reducir la Creación yel hombre al caos original (59).

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No adm;te Bernanos la definición del malcomo una simple "ausencia", "la ausencia delbien". El mal tiene consistencia real, "es unarealidad"; puede ser una "nada" en sí, sinforma, "insípida, incolora, sin frescura ni ca-lor" pero toma vida en lo existente, en lacarne y en el espíritu del hombre. Vive, senutre, prolifera de lo mismo que devora".

El drama del hombre consiste en que supecado contra el Amor ha sido asumido, me-diante la Encarnación, por Jesucristo; desdeentonces está "en Dios mismo esta especiede incomprensible tormenta". "En tanto queparticipa en la divinidad, el hombre mismoqueda aprisionado por esta "tormenta" en elseno del ser, "estamos en el centro de estedrama inmenso, estamos en el corazón mismode la Muy Santa Trinidad". El hombre esla apuesta de la partida que juega Satán "enel corazón del hombre-Dios, donde la Hu-manidad tiene su raíz" (60).

El hombre no puede ni debe "negar supecado, el pecado original ni tentar, so penade desencadenar a los monstruos, la aboliciónde las consecuencias: la miseria, la "pobreza"esencial de la especie humana". Esto, nosdice Bernanos es más peligroso que negara Dios (62).

Sobre este punto haría falta precisar elpensamiento bernanosiano, toda vez que enestas afirmaciones no se distingue claramentela "pobreza esencial" que es el producto deI.l deshumanización de la que procede delpuro materialismo, es decir, la pobreza comoinjusticia que se dan los hombres entre sí.Cuanto él ataca en forma COncreta la "jus-ticia socal", la identifica con una "falsa jus-ticia" que desconoce "el pecado original yla miseria común". Una justicia, en suma,"que no practca la caridad", que "abdica dela dignidad humana a cambio de la seguridad

cM robot". Hada falta una mayor documcn-(:ión P¡¡r¡¡ comprender mejor el pensamiento

de Bernanos, pues no es posible colocarfoentre los defensores del statu qua soc'al, Surebeldía auténtica no podía lIevarlo en alasde la paradoja hasta cerrar filas al lado delos eternos defensores de las "libertades tra-dicionales". Si así fuera, la historia no de-pondría a su favor, ni las legiones de almasnobles que luchan en todos los campos pordignificar la vida del hombre.

Del seno mismo de la tormenta del seren la cual se produce el compromiso total del

alma sale un camino, el uruco practicableentre tanta confusión y menf ra, entre estaenorme mistificación diabólica del mal y el"trágico misterio de la salvación"; este caminoes, como diría Kempis, "el camino real dela santa cruz, la vía dolorosa del Calvarioque culmina con la Muy Santa .Agonía ymuerte de todo salvador, de todo elegido porDios".

El tema de la muerte y de sus caminos(capítulo IX) surge ahora como consecuenciade la mentira porque "La mentira es unaparte de la nada que, introducida en lo vivo,le roe poco a poco, lo corrompe, lo gangrenay "termina por matarlo" (70) . Esto es loque le ocurre a uno de sus personajes, elabate Cenabre el cual es devorado por lamentira de su vida hasta no ser ya más que"una vana apariencia de hombre, un hombrehueco", un "cadáver". Lo mismo ocurre aotros personajes de sus novelas: MonchetteMalorthy, M. de Clergerie, lo mismo queFiador y Francine, hasta llegar a MonsieurOuine, que es ya la nada absoluta.

Es este poder de aniquilación lo que hacever en la mentira la condenación eterna,irremediable.

La raíz de las tragedias de nuestro tiempo,pensaba Bernanos, es la mentira, sobre todopor su poder de corromper las conciencias.Porque "si la mentira llega a implantarse enlas conciencias y encuentra allí otra mentiracómplice, con la cual está de antemano deacuerdo para una abyecta fecundación", en-tonces las conciencias se enferman, se pudren,cesan de ser "una fuerza utilzable para elbien" y corren el riesgo de ensornbrecerse enla desesperación, en el "nihilismo radical"(75) .

En función de la mentira se presenta ahorael tem« de Ii ve/dad r. miJ (onClttiJJ1tJlt&el de la inteligencia. De ésta dice Bernanosque "no puede alcanzar sino abstracciones";no puede alcanzar "la secreta verdad de losseres", y rechaza el dolor "como un puroabsurdo", niega las contradicciones del hom-bre, por lo que la intel'gencia ha servido ala mentira construyendo "un mundo falso",una sociedad "a la medida de un hombreimaginario" '" elJa impone al hombre unacivilización lógica, ciertamente --como elmismo diablo- pero de un inexorable deter-minismo, de una absoluta tiranía: en una

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palabra, una Colosal Máquina donde el hom-bre mismo -si sobrevive-- no será más queuna máquina (76).

Desdeña y condena Bernanos la razón sinamor a la verdad, el puro orgullo del apetitode saber que no es otra cosa que una concu-piscencia del intelecto, "una forma de luju-ria"; "la del intelectual para quien la inteli-gencia no es una vocación sino una 'profesión',que se sirve de las ideas en lugar de servirles,que fabrica ideologías, sistemas, slogans y losexplota en provecho de una nación, de unaraza, de una clase, de un partido y de símismo" (77). Es así como vemos salir delos sistemas filosóficos "El animal totalita-rio .. " el hombre de la metralleta, la bestiade presa "nazi, facista o marxista" ...

"El 'pecado de conocimiento' no es unpecado sino porque está desnudo de amor oporque rehúsa el amor 'No hay más que unmedio seguro de conocer: es amar".

El infierno de este mundo es el reinadode los monstruos desencadenados por arran-car a Dios de este mundo", la "guerra ob-

soluta", es decir la guerra sin razón, sinobjeto ni fin que no podrá retroceder antenada.

El hombre Bernanos ha sido mostrado alo largo de estas épocas, pero rezumantes,como el "rebelde" que no es un "rebelde",como el hombre que no rehuye la prueba deltormento, del "juicio de Dios", consistenteen afirmarse en el bien por el amor y ennegarse a colaborar con el "enemigo", perosin odio ni rencor. Es un cristiano "rebelde",no un rebelde cristiano, en suma, un hombreque aspira a la plenitud sin concesiones, sincobardías; por eso apeló siempre a la "rebe-lión de las conciencias, a la insurrección delespírtu y hasta a la guerra santa". Su rebe-lión es "la rebelión de la plegaria", la rebe-lión del amor divino. La autora de este en-sayo resume todas estas ideas, con las queBernanos ponía fin a otro suyo: "No haymás que un error y una desgracia en elmundo; el no haber sabido amar bastante".¿No es esta la rebelión, la guerra que decíaCristo había traído a este mundo?

JAIME GO ZALEZ